Gabriela Universal - Santiago Borda-Malo Echeverri “El Regreso” es un extenso poema (10 estrofas irregulares de 4, 6, 8, 9 y hasta 12 versos ‘desrimados’ de 8 y 9 sílabas), con ritmo arbitrario de rapto místico que rima ‘pecho adentro’: Desnudos volvemos a nuestro Dueño, (...) y desnudos volvemos al abra cuya luz nos muestra desnudos: y la Patria del arribo nos mira fija y asombrada. Pero nunca fuimos soltados del coro de las Potencias y de las Dominaciones, y nombre nunca tuvimos (,) pues los nombres son del Único. (...) y jamás abandonamos aquel día sin soslayo. (...) que jugábamos al tiempo siendo hijos de lo Eterno. Y nunca esta Patria dejamos, y lo demás, sueños han sido, juegos de niños en patio inmenso: fiestas, luchas, amores, lutos. Dormidos hicimos rutas (...) y al Ángel Guardián rendimos con partidas y regresos. (...) nuestros pobres duelos y triunfos. (...) el costado en el costado. (...) jugando a huerta, a ronda, o canto, al oficio sin Maestro, a la marcha sin camino, y a los nombres sin las cosas y a la partida sin el arribo (,) fuimos niños, fuimos niños, inconstantes y desvariados. Y baldíos regresamos, ¡tan rendidos y sin logro!, balbuceando nombres de ‘patrias’ a las que nunca arribamos. Gabriela nuevamente se sitúa en una perspectiva escatológica (proyectada hacia las verdades últimas de ultratumba), desde la cual contempla retrospectivamente la realidad humana con toda su inconciencia, precariedad y auto-engaño: como Job (capítulo 2:21), su maestro en el - 350 -