Grandes Héroes de la fe. Jacob, el hombre que no

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SERIE: GRANDES HÉROES DE LA FE
“Jacob, el hombre que no se conformó”
Génesis 32: 22 “Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos
mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.
23 Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que
tenía. 24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que
rayaba el alba. 25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en
el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob
mientras con él luchaba. 26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y
Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. 27 Y el varón le
dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. 28 Y el varón le dijo:
No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel;porque has luchado con
Dios y con los hombres, y has vencido. 29 Entonces Jacob le preguntó,
y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me
preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. 30 Y llamó Jacob el
nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue
librada mi alma”
¡Grandes héroes de la fe!, es la serie de conferencias que hemos dado inicio
hace algunas semanas. Hemos podido aprender de Abel, el hombre que por la fe
pudo ser excelente, y que tal de Enoc, que por su fe pudo caminar con Dios y ser un
ejemplo para sus generaciones donde Matusalén, Lamec y Noé aprendieron a caminar
con Dios. Y hablamos de Abraham, el hombre que por la fe aprendió a obedecer a
Dios sin titubeos, y también de Isaac, el hombre que por la fe soltó la bendición a sus
hijos.
Quisiera que a través de esta serie de conferencias pudieras darte cuenta lo
que significa una vida de fe. Por la fe hacemos todo en nuestra vida, es por eso que la
Palabra de Dios dice que el justo por su fe vivirá.
Por la fe podemos caminar con Dios, por la fe obedecemos a Dios, por la fe
podemos ser mucho mas excelentes que los demás, por la fe, conociendo la bendición
que hemos recibido podemos soltar la bendición a nuestros hijos y generaciones
formando un futuro para ellos.
Pero hoy, quisiera que pusiéramos atención en otro gran héroe de la fe: En
Jacob, sí el muchacho que recibió la bendición de su padre Isaac.
¿Qué significó la bendición recibida para Jacob?
Bueno, pues muy
rápidamente significó persecución. Esaú, enojadísimo de que le hubieran quitado la
bendición, planeaba matar a su hermano. Además, para mostrar su enfado, tomó a
mujeres de Canaán y llegó al colmo de buscar mujer de las hijas de Ismael, el gran
rival de su padre Isaac.
Así que Jacob tuvo que salir huyendo de la casa de Isaac, en dirección de los
parientes de Rebeca, su madre, a la región de Harán.
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
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DESARROLLO.
1. La bendición significó riquezas y prosperidad abundante.
Jacob llegó a la casa de Labán, su tío, hermano de su madre. Trabajó en la
hacienda de su tío Labán por veinte años y durante todo ese tiempo los bienes de
Labán se multiplicaron grandemente.
Su tío, con todo y ser un familiar muy cercano, no era muy honesto con Jacob.
Acordó con Labán trabajar siete años para que le diera a Raquel, hija de Labán, por
mujer, pero pasado ese tiempo, Labán usando de artimañas le dio a su hija Lea,
argumentando que era la mayor y que esa era la costumbre de aquella región, así que
si quería a Raquel pues debía trabajar otros siete años.
Así, Jacob trabajó durante catorce años para poder casarse con Raquel, la
mujer a quien amaba, y después de ese periodo trabajó por salario, el cual Labán le
cambió diez veces.
Sucede que el ganado de Jacob crecía rápidamente y eso no le agradaba
mucho tanto a Labán como a sus hijos, pero cada vez que Labán le cambiaba la forma
de pago, Dios hacia que prosperara conforme al nuevo acuerdo.
Cuando Jacob salió de la casa de Isaac, su padre, no llevaba nada y llegó a
Harán encontrando a Labán con una hacienda que contaba con una mediana riqueza.
Pero después de esos veinte años, Jacob regresaba a su tierra, en Canaán, con dos
esposas, once hijos, lleno de riquezas, impresionantes ganados y muchísimos siervos.
Dos campamentos completos fueron armados a partir de todos sus bienes, ya que no
podían estar juntos por la abundancia de estos.
Labán por su parte, durante esos veinte años vio como su riqueza crecía
sostenidamente bajo el cuidado de Jacob. Y no crean que con ello Labán trataba bien
a Jacob como su empleado, sino que le cobraba cualquier animal robado o arrebatado
por alguna fiera. Hoy día, cualquiera se quejaría de un patrón o un jefe como Labán.
Sin embargo, la bendición de Dios estaba sobre Jacob conforme a las palabras
de Isaac, su padre. Esta bendición se tradujo en una prosperidad enorme. Dios hacía
prosperar todo lo que tocaban las manos de Jacob. Los ganados se multiplicaban
para Labán y su casa durante los primeros catorce años, y en seis años se
multiplicaron para Jacob.
Jacob había hecho un voto delante de Dios en Betel, donde le dijo que si Dios
le proveía de comida para comer y vestido para vestir, Dios sería su Dios y el diezmo
apartaría para Él.
Quiero decirte que Jacob no la tuvo muy fácil con Labán. Como jefe era duro,
como patrón era tramposo y como suegro fue bastante duro y tramposo también.
Pero la bendición de Dios sobre Jacob le hizo pasar por arriba de todas esas
adversidades.
Así que yo quiero decirte que si tu has recibido la bendición de Dios al
presentarte delante de Él revestido de Cristo, entonces debes saber que habrán jefes
malos, patrones tramposos, gente que quiera hacerte mal; pero la bendición de Dios
sobre ti será mucho mas grande que todos esos problemas. Harás prosperar a la
empresa donde trabajas, serás un empleado ejemplar, una persona que hace crecer
todo lo que ponen en sus manos.
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
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Es por eso que dice la Palabra de Dios que:
Proverbios 10: 22
“La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza
con ella.
2. Pero Jacob no se conformó con esta bendición
Y bueno, Jacob regresaba a la casa de su padre lleno de riqueza, hijos y
abundancia. ¿Cuántos de ustedes estarían satisfechos y felices con lo recibido?
Si, yo creo que la mayoría estaría feliz y conforme con la lo alcanzado en
veinte años. Pero Jacob no.
La lectura que hicimos al inicio, nos muestra el momento en que Jacob
regresaba a la casa de su padre lleno de bienes, y entonces tiene un encuentro muy
especial, el Ángel de Jehová aparece frente a él y Jacob lo toma, no lo suelta, al punto
de luchas con Él, por una sola razón: Quería que lo bendijera.
¿Pues qué no era suficiente bendición la que había recibido de su padre? Las
grosuras de la tierra le eran dadas, la protección de Dios era sobre él, todo prosperaba
en sus manos.
Y luchó con el Ángel durante toda la noche, no lo soltaba. “No te dejaré si no
me bendices”, le dijo.
La fe de Jacob ya era grande, la bendición que había recibido la había logrado
siguiendo las instrucciones de su madre, el no era el primogénito pero la había
conseguido. Era claro, era evidente que la bendición de Dios estaba con él, pero en
ese momento, Jacob luchaba por obtener una bendición propia, directamente de Dios.
Y luchó hasta el punto en que obtuvo la bendición que pretendía: Jacob le
respondió: No te dejaré, si no me bendices. 27 Y el varón le dijo: ¿Cuál
es tu nombre? Y él respondió: Jacob. 28 Y el varón le dijo: No se dirá
más tu nombre Jacob, sino Israel;porque has luchado con Dios y con
los hombres, y has vencido
No, Jacob no se conformaba. Creo que la fe de Jacob iba en aumento, cada
vez que veía la mano de Dios sobre él anhelaba más y más. Tu puedes decir ya
tengo suficiente, pero quien tiene fe siempre quiere más, va a más, no se conforma
con lo que ha recibido.
Por la fe Jacob insistía, persistía, no se dio por vencido sino que insistió
durante toda la noche. No fueron unos minutos, no fueron unas horas, sino toda la
noche: “No te soltaré hasta que me bendigas”
Jacob luchó por la bendición y la recibió: Su nombre Jacob, que significa
“suplantador” fue cambiado por Israel, que significa “Vencedor”. Pues bien, yo quiero
decirte que hay más para ti.
Por la gracia de Dios hemos podido presentarnos
delante del Padre revestidos de Cristo de forma tal que al ver a Cristo el Padre nos
bendice con la bendición de un unigénito; pero aún hay más para ti.
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
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Por la fe tu puedes ir a más, tu puedes insistir, puedes luchas por más y más
bendición. Entonces podrás ver que no solo serás bendecido, sino que serás más que
vencedor.
Dios le cambió el nombre a Jacob por Israel para que toda su descendencia
tomara ese nombre como propio. La nación que saldría de él debería tener un nombre
como ese: “Vencedores sobre todo”. Su nombre no era luchador, no era aguerrido,
no era competitivo, sino vencedor.
Las generaciones que vinieron después de
Jacob, llevaron un nombre para ellos que les identificaba: La nación de Israel,
acostumbrada a “ganar”.
Es por ello que dice la Palabra de Dios:
Romanos 8: 28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados. 29 Porque a los que antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que
predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también
justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién
contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo
entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas
las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que
justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más
aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios,
el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del
amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o
desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio
de aquel que nos amó”
Ser un bendito de Dios es magnífico, pero quiero que comprendas que Dios
hoy te ha mostrado un nivel más alto al que puedes acceder por tu fe. No te quedes
con ser un suplantador, que tu nombre sea cambiado por “vencedor”.
Tu has sido predestinado para vencer sobre tribulaciones, sobre angustias,
sobre persecuciones, hambres, crisis económicas, peligros, violencia, etc. Pero todo
esto se obtiene por fe.
Hoy, por la fe, insiste, persiste, tomate del Señor y no lo sueltes hasta que te
bendiga como vencedor. Entonces verás que todo te ayuda a bien, tu mentalidad
cambiará radicalmente por tu fe. Tu eres un escogido de Dios, un bendito de Dios y
por tu fe un vencedor en Cristo Jesús.
3. Ministración.
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
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