I.E.S. LA AZUCARERA- LITERATURA UNIVERSAL --TEMA 4 -1. EL CULTO AL ESTETICISMO ENTRE EL DECADENTISMO Y EL SIMBOLISMO: LA LITERATURA Y LAS ARTES; BAUDELAIRE O LA MODERNIDAD POÉTICA. PRESENTACIÓN Vídeo acerca de las corrientes estéticas posteriores al Romanticismo http://www.youtube.com/watch?v=qqHRGcPF_hg Las últimas décadas del siglo XIX son decisivas en la configuración de la modernidad artística, y por supuesto literaria. El recorrido poético iniciado por Baudelaire en Francia y por Walt Whitman en Norteamérica y su influencia en la poesía posterior son incuestionables. El afán de ruptura con lo anterior se materializa ahora de forma radical y culminará en las Vanguardias artísticas de las primeras décadas del XX. No siempre es fácil deslindar tendencias artísticas puesto que se superponen y ese concepto estético puede ser empleado en sentido más restringido o más amplio. Es decisiva la relación de la literatura con movimientos en otras artes sobre todo con la pintura del impresionismo…Es indudable que el germen de la poesía moderna surge ahora con movimientos como el PARNASIANISMO (libro de texto), DECADENTISMO y SIMBOLISMO (libro de texto) APROXIMACIÓN AL DECADENTISMO El Decadentismo es una corriente artística, filosófica y, principalmente, literaria que tuvo su origen en Francia en las dos últimas décadas del siglo XIX y se desarrolló por casi toda Europa y algunos países de América. El Decadentismo responde a una manera de sentir finisecular, cuando el conocimiento del alma humana también había agotado todas sus posibilidades de comprender su existencia. Si se refiere al campo artístico y literario, ser decadente implica estar vinculado a posiciones reaccionarias, elitistas, puristas, refinadas, aristocratizantes. En el plano moral, la palabra decadencia va unida casi siempre a una forma de vida sensualista, hedonista, de excesos de diversa índole: en el vestir, en el beber, en el uso de drogas estimuladoras, así como una falta de fe religiosa y un constante sentimiento de pesadumbre universal, de “spleen” o “énui”. En el nivel sexual, el Decadentismo supone la irrupción de toda suerte de perversiones, prohibidas, malsanas, raras, es decir, de sexualidades que no buscan la reproducción de la especie, sino simplemente el placer sensorial. Estas actitudes están perfectamente recogidas en la figura del dandi adoptada por tantos artistas: hombre refinado en su aspecto, vestimenta, modales y lenguaje. El iniciador fue G. Brummell, seguido por escritores como Oscar Wilde. Se pretende un distanciamiento provocador respecto a la vulgaridad burguesa. Se empieza a hablar de decadentismo cuando Théophile Gautier en 1868, en el prefacio a Las Flores del mal de Baudelaire, habló de un estilo en decadencia. Hacia 1885, tuvo lugar, en realidad, la fundación de la escuela decadente en las letras francesas a raíz de la revista "Le Décadent". Una de las mejores expresiones de este movimiento la refleja el verso de Verlaine: “yo soy el imperio al fin de la decadencia”. Precisamente, Verlaine estuvo durante algún tiempo a la cabeza del movimiento, especialmente después de la publicación de "Los poetas malditos". Verlaine añadió: «Me gusta la palabra decadencia, reluciente de púrpura y de oro. Rechazo toda imputación injuriosa y toda idea de caducidad. Al contrario, esta palabra supone pensamientos refinados de extrema civilización, una alta cultura literaria, un alma capaz de voluptuosidades intensas. Podemos hacer aplicación nueva e irónica de esta palabra sobreentendida en ella la necesidad de reaccionar ante lo delicado, lo precioso, lo raro, contra lo insípido del Tiempo presente». De esta manera, Verlaine opuso al empleo tradicional y despectivo de la palabra, las connotaciones de origen histórico que hacen de las épocas de decadencia, momentos privilegiados de civilización y refinamiento. Los artistas decadentes se caracterizaron por ser la antítesis del movimiento poético de los parnasianos y de su doctrina (inspirada en el ideal clásico del arte por el arte) El decadentismo arremete contra la moral y las costumbres burguesas, pretende la evasión de la realidad cotidiana, exalta el heroísmo individual y desdichado, explora las regiones más extremas de la sensibilidad y del inconsciente. Los decadentes fueron estetas cien por cien y mantuvieron, buscando siempre lo aristocrático, lo quintaesenciado, lo refinado, lo precioso, lo extraño, lo oculto, lo exótico (principalmente lo oriental) llevado a los más prolijos y desmedidos extremos en un sentido exacerbado y enfermizo. Los escritores decadentes tendieron a la descripción erudita e insistieron en plasmar los detalles de las cosas y de las sensaciones. Manifestaron un gusto exagerado por una originalidad artificiosa que se alejase del equilibrio y del buen decir de los modelos literarios clásicos, ya que consideraban que tales ideales llevaban no más que al inmovilismo. Oscar Wilde en Inglaterra, Gabriele D’Annunzio, en Italia y Ramón María del Valle Inclán en España son representantes destacados del decadentismo. Fuente de información (http://www.prosamodernista.com/corrientes-influyentes/decadentismo 1 BAUDELAIRE y su obra Las flores del mal - Presentación general: http://www.youtube.com/watch?v=0CembOeHnw4 - Estudio de su obra Las flores del mal http://literaturapuraydura.blogspot.com.es/2013/03/baudelaire-y-las-flores-del-mal.html http://es.scribd.com/doc/49856762/TIEMPO-DESTRUCCION-Y-OLVIDO-EN-BAUDELAIRE http://es.scribd.com/doc/46923427/El-Amor-y-La-Muerte-en-Las-Flores-Del-Mal La dedicatoria de este libro fue "Al poeta impecable, al perfecto mago de la lengua francesa, a mi muy querido y venerado maestro y amigo Teófilo Gautier, con los sentimientos de la más profunda humildad dedico estas flores malsanas". Dieciséis años empleó el poeta en escribir los ciento cuarenta y nueve poemas. Dos nombres barajó como posible título: "Los limbos", estado de indefinición para resaltar los períodos de inocencia en los que se practica el mal; el otro "Las lesbianas", deseaba resaltar esta voluptuosidad anormal. El poeta en su compleja personalidad cobijó la eterna fascinación entre el bien y el mal. Los versos de Las flores del mal fueron escritos con sinceridad, el mismo autor escribió a Anelle "¿Necesitaré decirle a Usted, que tampoco lo adivinó, que en este libro atroz puse mi corazón, toda mi ternura, toda mi religión, todo mi odio? Desde luego, escribiré lo contrario, juraré por mis grandes dioses que es un libro de arte puro, de parodias, de juglares y mentiré como un sacamuelas.” Las flores del mal resultaron ser revolucionarias, ya que puso las bases a Mallarme, Lautremont, Rimbaud. El estilo que llegaba a espíritus superiores en sensibilidad lo aprovechó Paul Verlaine y fue éste el que influyó en el surrealista y creador Andre Breton. Baudelaire fue un pintor colocando matices al sentimiento, a los sonidos; en el poema 4 "Correspondencias" sus matices están basados en cosas invisibles: "Hay perfumes frescos - como carnes de niños/ dulces como los oboes/ - y otros corrompidos ricos y triunfantes -, //que tienen la expansión de las cosas infinitas,/como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso/ que cantan los arrebatos del espíritu y de los sentidos". Desde sus primeros versos el poeta deja entrever su fijación permanente por la muerte, el hacer el mal sin arrepentimiento, el triunfo del mal en su acción de doblegar a la voluntad humana, así como la brevedad del tiempo y el avance del hombre hacia la muerte. En Las flores del mal, los poemas constituyen reflexiones separadas en seis grupos "Spleen e ideal" es el primero y explica que el tedio no será vencido por el arte. Donde mejor demuestra la agresión del mundo hacia el poeta es en el poema 2 "El Albatros"; ave majestuosa cuando está en el aire y torpe cuando está en tierra. El poeta se evade con su imaginación sin límites como el ave volando en el cielo infinito. "Cuadros parisienses es la segunda sección. Baudelaire con este grupo de poemas busca eliminar el tedio con trabajo y soledad. El inicio está en el poema 103 "El paisaje" en donde la imaginación del poeta se palpa, se puede mirar cuando dice: "desde lo alto de mi buhardilla,/veré el taller donde cantan y charlan/ las chimeneas, los campanarios, esos mástiles de la ciudad,/ y los cielos abiertos que hacen soñar con la eternidad". La descripción parisina de Baudelaire no es urbanística, ni histórica, ni arquitectónica; es la de los seres aislados, la de las miserias cantadas con el mejor arte poético. La calle es la matriz desde donde salen los diferentes cuadros, desagradables y difusos como levantándose de la bruma. Recorre las vivencias de mendigos, casas de juegos, describe al dandy o bohemio que en la sociedad francesa ha bajado bruscamente de la vida burguesa a un nivel rayano con la mendicidad. La tercera sección es"El vino" . La contradicción en la mente de Baudelaire sale a relucir cuando asocia al vino con sentimientos de angustia. La embriaguez con vino es una flor malsana por la intoxicación que produce. El vino es disfrutado por los mendigos y burguesas; por los aristócratas y miserables. Trasmite esperanza y tristeza; júbilo y arrepentimiento. Trece poemas están contenidas en la cuarta sección "Las flores del mal". Describe a la fatal belleza, el binomio amor-muerte está en todo, exaltaciones al nivel de culto cuando en la "La oración de un pagano" dice << ¡Diosa! ¡escucha al que te suplica! >> El lesbianismo, para la época era tema en las artes francesa, en pintura Henry de Toulouse Lautrec, en literatura, además de Baudelaire lo toman Gautier y Balzac. "Lesbos" es un canto a la homosexualidad femenina, este poema es uno de los principales porque Baudelaire barajó a <<Las lesbianas>> como posible nombre a todo el poemario. "Rebelión", quinta sección es un juego retórico entre malditos y benditos, entre desheredados y bienaventurados, entre condenados tratando de ocupar un lugar en las alturas celestiales. Lo más característico de esta sección entre bueno-malo está en el poema 142 "Abel y Caín", para Caín todo es anatema, para Abel, bendiciones. El epílogo de la obra es "La muerte". Baudelaire siempre mostró ante ese desenlace inevitable su obsesión principal. La muerte para los pobres, para los artistas y para el hombre común y corriente son pasos hacia el conocimiento de vida transcendental, hacia la inmortalidad y hacia "cielos ignorados". "¡Derrama tu veneno y que él nos reconforte! Hasta tal punto el fuego nuestros cerebros quema, que queremos rodar al fondo del abismo, ¿qué importa Infierno o Cielo? ¡al fondo de lo Desconocido para encontrar lo nuevo!" Con los últimos versos de "El viaje" finalizan "Las flores del mal" conjunto de contradicciones sobre la belleza y miseria, sobre el odio y el amor, sobre el bien y el mal. Canción Las flores del mal de Sara Brighman :http://www.youtube.com/watch?v=dMla4gQ3dMo 2 LAS FLORES DEL MAL: Selección de poemas según programa P.A.U. AGREGADOS DE LA TERCERA EDICIÓN DE LAS FLORES DEL MAL I EPÍGRAFE PARA UN LIBRO CONDENADO Lector plácido y bucólico, Sobrio y simple hombre de bien, Arroja este libro saturniano, Orgíaco y melancólico. Si no has cursado tu retórica En lo de Satán, el astuto decano, ¡Arrójalo! tú no comprenderás en él nada, 0 me creerás histérico. Pero si, sin dejarse encantar, Tu mirada sabe penetrar en los abismos, Léeme, para aprender a amarme; Alma curiosa que sufres Y vas buscando tu paraíso, ¡Compadéceme!... Sino, ¡Yo te maldigo! IV.CORRESPONDENCIAS La Creación es un templo donde pilares vivientes que a veces dejan salir sus palabras confusas; el hombre la atraviesa entre bosques de símbolos que le contemplan con miradas familiares. Como prolongados ecos que de lejos se mezclan en una tenebrosa y profunda unidad, vasta como la luz, como la noche vasta, se responden sonidos, colores y perfumes. Hay perfumes tan frescos como carnes de niños, dulces cual los oboes, verdes como las praderas, -Y otros, corrompidos, ricos y triunfantes, que tienen la expansión de cosas infinitas, Como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso, que cantan los transportes del espíritu y los sentidos. “Correspondencias”. Se dice que es el poema más significativo de toda la obra. El tema ostenta una clara herencia del romanticismo alemán, más concretamente de Schelling, según el cual existía una analogía universal dentro de la creación, por la cual podemos encontrar correspondencia entre formas, sonidos, colores, etc... Como solía suceder, los que pretendían romper con el Romanticismo se veían abocados a utilizar sus temas. Esta idea también era sostenida por Edgar A. Poe en su ensayo filosófico Eureka. Sin embargo, existe en Baudelaire una diferencia con el Romanticismo: la unidad de la Naturaleza no engendra la repetición de lo mismo –motivo de tedio, spleen, para el poeta-sino la infinita variedad de seres y situaciones. Así, cono se ve en los dos últimos tercetos, unas analogías llevan al inocente paraíso y otras a la corrupción y al vicio. 3 II. EL ALBATROS Por distraerse, a veces, suelen los marineros Dar caza a los albatros, grandes aves del mar, Que siguen, indolentes compañeros de viaje, Al navío surcando los amargos abismos. Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas, Estos reyes celestes, torpes y avergonzados, Dejan penosamente arrastrando las alas, Sus grandes alas blancas semejantes a remos. Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil! Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco! ¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa, Aquél, mima cojeando al planeador inválido! El Poeta es igual a este señor del nublo, Que habita la tormenta y ríe del ballestero. Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío, Sus alas de gigante le impiden caminar. “El albatros”. Este poema fue de los primeros en escribirse, aunque no se editó en 1857. Se editó por primera vez en forma impresa, sin la tercera estrofa, en 1859. Fue un amigo de Baudelaire, Charles Asselineau, que publicaría su primera biografía y que le apoyó especialmente durante el proceso judicial, quien le indujo a que le diera esta forma definitiva. Como se puede apreciar, aborda un tema muy propio de Baudelaire, como es “el ángel caído que recuerda el Cielo”, exiliado en medio del vulgo. Algo parecido al dandi que siempre fue su autor. Los estudiosos suponen que la imagen aludida en la primera estrofa fue sugerida al autor por su viaje a las Islas Mauricio. Los albatros son muy frecuentes en los mares del Sur, su tamaño es el de una gallina, pero su envergadura puede alcanzar los 3 ó 4 metros. En los versos 7-8 se oponen las alas a los remos, imagen que recuerda al contraste entre la navegación a vela, noble, y las galeras, considerada infamante X. L’ennemi Mi juventud no fue sino una negra tormenta, atravesada aquí y allá por soles luminosos; tal estrago en mí han hecho los rayos y la lluvia, que en mi jardín ya quedan muy pocos frutos rojos. He aquí que he llegado al otoño de las ideas, y que es preciso emplear la pala y los rastrillos para igualar de nuevo las tierras inundadas, donde el agua ha cavado grandes hoyos cual tumbas. ¿Encontrarán las nuevas flores con las que sueño, en este suelo igual que una playa empapado, el alimento místico que ha de darles vigor? — ¡Oh, dolor! ¡Oh, dolor! ¡El Tiempo devora la vida, Y el oscuro Enemigo que el corazón nos roe se fortifica y crece robándonos la sangre! “El enemigo”. Este poema se escribe en los años 1854-55, época en la que Baudelaire abandona la juventud y hace balance moral y espiritual de su vida. Se trata por consiguiente de un texto de recapitulación sobre el pasado. En la cultura occidental es frecuente la imagen del tiempo como devorador, que en el caso de este poema ejerce una agresión especialmente sanguinaria, a semejanza de los vampiros, personajes que se harían literariamente famosos en el fin de siglo. 4 XII. La vie antérieure. Yo he vivido largo tiempo bajo amplios pórticos que los soles marinos teñían con mil fuegos, y que sus grandes pilares, firmes y majestuosos, hacían que en la noche, parecieran grutas basálticas. Las olas, empujando las celestes imágenes, de mística y solemne manera entremezclaban los acordes potentes de su música rica, los tintes del ocaso reflejado en mis ojos. Allí viví en la calma de voluptuosidades, en medio del azul, de esplendores y de olas y desnudos esclavos, impregnados de olores, que mi frente con palmas refrescaban, y era sólo su ocupación el hacer más profundo el secreto dolor en que languidecía. “La vida anterior”. La idea de la reencarnación o metempsicosis fue recurrente en el XIX, aunque quizá Baudelaire la adopta de Gerard de Nerval. El poema recurre a imágenes como la gruta marina, que recurre a la vida antes del nacimiento, mientras que los tercetos nos sitúan en un ámbito sensual, liberado del tiempo y de la muerte y con alusiones al tema de las drogas, frecuente en Baudelaire XIV. L’homme et la mer ¡Hombre libre, tú siempre adorarás la mar! El mar es tu espejo; contemplas tu alma en el desplegarse infinito de su oleaje, y no es menos amargo que su abismo tu espíritu. Tú gozas hundiendo en su seno tu imagen; con ojos y con brazos le abrazas, y tu pecho se distrae de su propio rumor algunas veces con el salvaje ruido de esta queja indomable. Sois los dos tenebrosos y discretos: ninguno el fondo ha sondeado de tus abismos, Hombre; ¡Oh, mar, nadie conoce tus íntimas riquezas, Tan celosos sois de guardar vuestros secretos! Sin embargo desde hace siglos innumerables os combatís sin tregua ni remordimiento, de tal manera amáis la carnaza y la muerte, ¡Oh eternos luchadores, oh implacables hermanos! “El hombre y la mar”. Continuación del tema del poema anterior del libro, “Gitanos en el camino”, dedicado a la evasión. Con el paso del tiempo, el abismo, aquí identificado con el mar, acabaría teniendo un significado contrario, siendo el mar lo femenino y horizontal, y el abismo lo peligroso y vertical. La identificación entre el hombre libre y el mar desemboca en una oposición, esta vez entre el mar eterno y el hombre efímero. -------Analogía del arquetipo de las profundidades marinas y el inconsciente. El mar y el inconsciente son símbolos de lo incontrolado, lo libre, de lo salvaje indómito. Las profundidades marinas y espirituales son amargas y tenebrosas. También guardan celosamente sus riquezas: el mar “richesses intimes” (“riquezas íntimas”), y el inconsciente sus secretos. La lucha de la última estrofa es el símbolo de la lucha del inconsciente y la consciencia humanas, la inteligencia racional y las potencias elementales, el intelecto viril y el inconsciente feminizado. Las resonancias sexuales se intensifican de manera creciente en el poema. 5 XVII. La Beauté Soy hermosa, ¡oh, mortales! cual un sueño de piedra, y mi pecho, en que todos a veces se afligieron, está hecho para inspirar al poeta un amor que igual que la materia es eterno y es mudo. Tengo mi trono en el azul cual una esfinge incomprendida; un corazón de nieve junto a la blancura del cisne; detesto el movimiento que desplaza las líneas, Y nunca, nunca río, y nunca, nuca lloro. Los poetas, al ver mis grandes ademanes, que parecen prestados de edificios soberbios, consumirán sus días en austeros estudios; porque, para fascinar a esos dóciles amantes, tengo puros espejos que hacen todo aún más bello: ¡mis ojos, mis profundos ojos de eternas luces! “La belleza”. Desde el Romanticismo a los surrealistas la búsqueda de la belleza es un tema recurrente. En este caso, la reflexión surge a propósito de la estatua de la que parece ser una “mujer fatal”, por la que los hombres se afligen. La figura ostenta una belleza en la que se reúne la pasión y el equilibrio clásico. Recordemos las siguientes líneas de Baudelaire, pertenecientes a su Salón de 1859: “¡Qué mirada en estos ojos sin niña! Del mismo modo que la poesía lírica lo ennoblece todo, incluso el apasionamiento, la verdadera escultura lo solemniza todo, incluso el movimiento. Confiere eternidad a lo humano”. Tanto en la imagen de la esfinge como en el verso final, encontramos rastros de Edgar A. Poe, procedentes probablemente de Las aventuras de Arthur Gordon Pym y Ligeia (cuento que Baudelaire tradujo), respectivamente.……. LI. - Le chat I Dans ma cervelle se promène, Ainsi qu'en son appartement, Un beau chat, fort, doux et charmant. Quand il miaule, on l'entend à peine, Tant son timbre est tendre et discret; Mais que sa voix s'apaise ou gronde, Elle est toujours riche et profonde. C'est là son charme et son secret. Cette voix, qui perle et qui filtre Dans mon fonds le plus ténébreux, Me remplit comme un vers nombreux Et me réjouit comme un philtre. Elle endort les plus cruels maux Et contient toutes les extases; Pour dire les plus longues phrases, Elle n'a pas besoin de mots. Non, il n'est pas d'archet qui morde Sur mon coeur, parfait instrument, Et fasse plus royalement Chanter sa plus vibrante corde, Que ta voix, chat mystérieux, Chat séraphique, chat étrange, En qui tout est, comme en un ange, Aussi subtil qu'harmonieux! LI. - El gato I Por mi cerebro se pasea, Lo mismo que por su aposento, Un bello gato, dulce y fuerte. Su maullido apenas se percibe, tan tierno su timbre, tan discreto; esté apacible o gruña, su voz es siempre rica y profunda. Es ese su encanto y su secreto. Esa voz perlada que se filtra en mis concavidades tenebrosas, como innúmero verso me complace, como droga que estimula la alegría. Adormece todas las crueldades, el éxtasis en ella se aposenta; y para volverse inteligible prescinde de palabras. No. No sé de otro cordófono, instrumento perfecto, que de mi corazón pueda realmente tensar su más vibrante cuerda, 6 que esa tu voz, oh misterioso gato, gato seráfico, extraño, tan sutil y armonioso como un ángel. “El gato” (1). Los gatos son un tema recurrente en la obra y en la vida de Baudelaire. Además de que poseía uno, que nunca hizo buenas migas con su amante, la mulata Jeanne Duval, le fascinaba mirarlos por la calle. Es frecuente, por otro lado, no sólo en Baudelaire, la comparación entre la mujer y el gato. El “cuerpo eléctrico” del animal podría ser una alusión a un cuento de Hoffmann, en el que el gato Murrr suelta chisporroteantes brasas cuando se lo acaricia. Las dos últimas estrofas hablan de Jeanne, a la que el poeta presentaba como esposa (recordemos que estamos en el siglo XIX y la situación del escrito desafía las “buenas costumbres”), aludiendo además al color oscuro de su piel. LXV. Tristesses de la lune. Esta noche la luna sueña con más pereza, Cual si fuera una bella hundida entre cojines Que acaricia con mano discreta y ligerísima, Antes de adormecerse, el contorno del seno. Sobre el dorso de seda de deslizantes nubes, Moribunda, se entrega a prolongados éxtasis, Y pasea su mirada sobre visiones blancas, Que ascienden al azul igual que floraciones. Cuando sobre este globo, con languidez ociosa, Ella deja rodar una furtiva lágrima, Un piadoso poeta, enemigo del sueño, De su mano en el hueco, coge la fría gota como un fragmento de ópalo de irisados reflejos. Y la guarda en su pecho, lejos del sol voraz. “Tristezas de la luna”. Las alusiones explícitas a la sexualidad femenina, especialmente a la homosexualidad, fueron una de las causas que provocaron el proceso judicial a la obra. El erotismo en un contexto de lujo y languidez –la mujer desnuda está recostada entre cojines- y la presencia melancólica de la luna aúnan una temática tan frecuente en el Romanticismo como en el modernismo. …….Asociación de la mujer a la luna. La luna es una belleza indolente, que en la intimidad de su habitáculo se abandona a una ensoñación prolongada, perezosa, sensual. El poeta es el ser piadoso que se mete a la divinidad en su corazón y rinde culto al astro nocturno. Con esta donación a la luna, el poeta revaloriza la muerte. No en vano describe a la divinidad como “mourante” -moribunda. La muerte es ese sueño sensual, prolongado hasta el infinito y que los rayos del sol perturban. LXXVII. SPLEEN(III) Yo soy como ese rey de aquel país lluvioso, rico, pero impotente, joven, aunque achacoso, que, despreciando halagos de sus cien concejales, con sus perros se aburre y demás animales. Nada puede alegrarle, ni cazar, ni su halcón, ni su pueblo muriéndose enfrente del balcón. La grotesca balada del bufón favorito no distrae la frente de este enfermo maldito; en cripta se convierte su lecho blasonado, y las damas, que a cada príncipe hallan de agrado, no saben ya encontrar qué vestido indiscreto logrará una sonrisa del joven esqueleto. el sabio que le acuña el oro no ha podido extirpar de su ser el humor corrompido, y en los baños de sangre que hacían los Romanos, que a menudo recuerdan los viejos soberanos, reavivar tal cadáver él tampoco ha sabido 7 pues tiene en vez de sangre verde agua del Olvido. Spleen” (3). El tema del rey enfermo que padece una enfermedad nerviosa, que lleva a un hastío dañino, había sido frecuente en la época de Baudelaire. Había sido tratado por Theophile Gautier, y constituía el correlato del rey sádico, tema tratado por Víctor Hugo en El rey se divierte. La alusión al pueblo que muere delante del balcón hace pensar en el rey Francisco II de Francia, y la matanza de protestantes que ordenó la noche de San Bartolomé, y que había sido el protagonista de un poema de Esquiros LXXX. Le goût du néant. Melancólico espíritu, en otros tiempos enamorado de la lucha, La Esperanza, cuya espuela acuciaba tu ardor, ¡No quiere más montarte! Acuéstate sin pudor, Viejo caballo cuyos cascos en cada obstáculo chocan. Resígnate, corazón mío; duerme tu sueño de bruto. Espíritu vencido, ¡despeado! Para ti, viejo merodeador, El amor no tiene más gusto, no más que la disputa, ¡Adiós, pues, cantos del cobre y suspiros de la flauta! ¡Placeres, no tentéis más un corazón sombrío y embustero! ¡La Primavera adorable ha perdido su perfume! Y el Tiempo me engulle minuto tras minuto, Como la nieve inmensa un cuerpo ya tieso; Yo contemplo desde lo alto el globo en su redondez Y no busco más el abrigo de una choza. Avalancha, ¿quieres arrastrarme en tu caída? “El gusto de la nada”. El poema hace referencia al desasosiego provocado por la pérdida de facultades que conlleva el paso del tiempo y la enfermedad (la sífilis, en su caso). En 1855, Baudelaire escribía a su madre: ”Hay un estado que es peor que el dolor físico, es el miedo de ver desgastarse y luego periclitar, finalmente desaparecer, en esta horrible vida llena de sobresaltos, la admirable vena poética, la nitidez de los conceptos, y el poder de fe que constituyen mi verdadero capital”. LA DESTRUCCIÓN A mi lado sin tregua el Demonio se agita; En torno de mi flota como un aire impalpable; Lo trago y noto cómo abrasa mis pulmones De un deseo llenándolos culpable e infinito. Toma, a veces, pues sabe de mi amor por el Arte, De la más seductora mujer las apariencias, y acudiendo a especiosos pretextos de adulón Mis labios acostumbra a filtros depravados. Lejos de la mirada de Dios así me lleva, Jadeante y deshecho por la fatiga, al centro De las hondas y solas planicies del Hastío, Y arroja ante mis ojos, de confusión repletos, Vestiduras manchadas y entreabiertas heridas, ¡Y el sangriento aparato que en la Destrucción vive! 8 Otro tema significativo en Baudelaire. Para luchar contra el hastío –el spleen, tan nombrado en su obra-, el poeta invoca el sadismo latente en cada persona, fruto al que llama “flores del mal”. No se puede evitar pensar en Edgar A. Poe, y en su “demonio de la perversidad”, es decir la tendencia humana a hacer lo contrario de lo que las conveniencias indican, que era para Poe el fundamento de la libertad humana de elección. CXXI. La mort des amants. Tendremos lechos llenos de olores tenues, Divanes profundos como tumbas, Y extrañas flores sobre vasares, Abiertas para nosotros bajo cielos más hermosos. Aprovechando a porfía sus calores postreros, Nuestros dos corazones serán dos grandes antorchas, Que reflejarán sus dobles destellos En nuestros dos espíritus, estos espejos gemelos. Una tarde hecha de rosa y de azul rústico, Cambiaremos nosotros un destello único, Cual un largo sollozo preñado de adioses; Y más tarde un Ángel, entreabriendo las puertas, Acudirá para reanimar, fiel y jubiloso, Los espejos empañados y las antorchas muertas. .- “La muerte de los amantes”. El tema de la muerte se encuentra aquí embellecido a través de la descripción de un espacio de lujo y comodidad, en el que vivieron los amantes, y a través de su tono melancólico, mediando además la intervención de un Ángel, personaje característico de la estética de fin de siglo La habitación nupcial se identifica con el sepulcro, el diván con la tumba y el acto generador con la muerte. Pero ésta no es la aniquilación definitiva. Hay como una esperanza de mundo celeste en las “flores extrañísimas/ que un cielo más hermoso hizo brotar”. Igualmente los “odeurs légères” sugieren el paso de lo material a lo espiritual. El fin de la vida física es preludio para alcanzar la espiritual. Pero las tinieblas y la separación no son definitivas. La noche, símbolo de la muerte, combina el “rosa” de la vida sensible con el “azul místico”. Hay un atisbo de esperanza en el conjunto del poema. EL LETEO Ven sobre mi corazón, alma cruel y sorda, Tigre adorado, monstruo de aires indolentes; Quiero, por largo rato sumergir mis dedos temblorosos En el espesor de tu melena densa; En tus enaguas saturadas de tu perfume Sepultar mi cabeza dolorida, Y aspirar, como una flor marchita, El dulce relente de mi amor difunto. ¡Quiero dormir! ¡Dormir antes que vivir! En un sueño tan dulce como la muerte, Yo derramaré mis besos sin remordimiento, Sobre tu hermoso cuerpo pulido como el cobre. Para absorber mis sollozos sosegados Nada equiparable al abismo de tu lecho; El olvido poderoso mora sobre tu boca, Y el Leteo corre en tus besos. A mi destino, en lo sucesivo, mi delicia, Yo obedeceré como un predestinado; Mártir dócil, inocente condenado, 9 Del cual el fervor atiza el suplicio, Yo absorberé, para ahogar mi tormento, El nepente y la buena cicuta, En los pezones encantadores de ese pecho agudo Que jamás aprisionó un corazón. “El Leteo”. El Leteo es uno de los ríos que conduce a los infiernos según la mitología antigua. Sus aguas hacían olvidar el pasado a quien las vivía y se representa con un anciano coronado de hojas de loto y dormidera. El sentimiento depresivo, que le hacía desear una muerte semejante al sueño, era muy frecuente en Baudelaire. En una carta a su madre, el poeta confiesa: “Hay momentos en que me obsesiona el deseo de dormir eternamente, pero ya no puedo dormir porque estoy pensando constantemente”. Al final se citan la cicuta y el nepente, representantivos de la muerte y el olvido, ya que la primera mata, mientras que el segundo adormece PROFUNDIZAR EN BAUDELAIRE ALGUNOS POEMAS DE BAUDELAIRE http://amediavoz.com/baudelaire.htm CITAS CÉLEBRES http://www.frasecelebre.net/Frases_De_Charles_Baudelaire.html SELECCIÓN DE POEMAS COMENTADOS http://pendientedemigracion.ucm.es/info/rapsoda/num1/serta/medina2.pdf VERSIÓN MUSICAL DE LA MUERTE DE LOS AMANTES http://www.youtube.com/watch?v=3Vdt4kQJ2a0 OPINIONES ACERCA DE BAUDELAIRE http://www.lamaquinadeltiempo.com/Baudelaire/bauvpor.htm "Les FIeurs du Mal no son una obra de arte en la que se pueda penetrar sin preparación. Aquí no estamos ya en el mundo de la banalidad universal. La mirada del poeta baja sin detenerse ni un solo momento en unos círculos infernales que quedaban por explorar, y lo que allá ve y oye no recuerda ni de lejos los romances de moda. De allí brotan lamentaciones y quejas, cantos extáticos, la blasfemios, gritos de dolor y de angustia Las torturas de la pasión, la ferocidad y la cobardía social, los ásperos sollozos de la desesperación, la ironía y el desdén, todo se mezcla fuerte y armoniosamente en esta pesadilla dantesca iluminada de trecho en trecho por claros por los cuales el espíritu lanza el vuelo hacia la paz y la alegría ideales..." Leconte de Lisle, La Revue Européenne, 1º de diciembre de 1861. "La profunda originalidad de Charles Baudelaire, en mi opinión, está en presentar con fuerza y en lo esencial, el hombre moderno; y con esta palabra, el hombre moderno, no quiero designar..., el hombre moral, político y social. Sólo quiero hablar del hombre en su físico de hoy, tal y como le han hecho los refinamientos de una civilización del exceso, el hombre moderno, con sus sentidos agudizados y vibrantes, su mente sutil hasta el dolor, su cerebro saturado de tabaco, su sangre quemada por el alcohol, en una palabra, el bilio-nervioso por excelencia." Paul Verlaine, en L' Art, 16 de noviembre de 1865. Charles Baudelaire jamás dejará de ser el escritor de excepción cuya obra desconcertará, sin cesar, al lector desprevenido y hasta al que no lo es, tanto por su forma de cultivar "LAS FLORES DEL MAL" como por su arte de cincelador de esas joyas poéticas que son sus "PEQUEÑOS POEMAS EN PROSA" y esos profundos y a la vez extraños ensayos que tituló "LOS PARAÍSOS ARTIFICIALES''. El mejor retrato de Baudelaire-poeta lo forjó él mismo al referirse a Edgar A. Poe: "Poe permanecerá siempre siendo el auténtico poeta, es decir una verdad vestida de un modo extraño, una paradoja aparente que no quiere sentir el codeo de la muchedumbre, y que corre hacia el extremo oriente cuando se lanzan los fuegos artificiales en el poniente." Tomás Barna, De BAUDELAIRE y de POE. 10 2. LA LÍRICA NORTEAMERICANA: WALT WHITMAN (TEMA 4 pág.179) Contexto histórico y referencias biográficas En EEUU, después de lograr su independencia respecto a Inglaterra (1775-1783), se va a forjar una identidad nacional que tiene su punto de partida en la famosa “Doctrina Monroe”. En su discurso al Congreso de 1832, el presidente Monroe había difundido con el lema “América para los americanos” su postura como nación y el deseo de que las potencias europeas no participasen en la colonización de América. Del mismo modo bajo el concepto “Destino Manifiesto” (1845) se justificaban todas las acciones expansionistas (guerra con México para incorporar nuevos estados, exterminio de los indios y otras intervenciones militares) por ser el pueblo destinado a ello. Otro gran acontecimiento histórico del siglo XIX fue la Guerra de Secesión (1861-1865) que culminó con la unión de los estados del Norte con el Sur y la abolición de la esclavitud. Walt Whitman (1819 - 1892) será el poeta estadounidense que dará voz a esa nueva nación. Hijo de madre holandesa y padre británico, fue el segundo de los nueve vástagos de una familia con escasos recursos económicos. Pasó sólo ocasionalmente por la escuela y pronto tuvo que empezar a trabajar, primero, y a pesar de su escasa formación académica, como maestro itinerante, y más tarde en una imprenta. Hombre humilde, de clase media que se formó a sí mismo. Allí se despertó su afición por el periodismo, interés que le llevó a trabajar en varios diarios y revistas neoyorquinos. Nombrado director del Brooklyn Eagle en 1846, permaneció en el cargo sólo dos años debido a su disconformidad con la línea abiertamente proesclavista defendida por el periódico. Su afición por la ópera (género que influyó enormemente en su obra poética) le permitió coincidir en una noche de estreno con un dirigente del periódico de Nueva Orleans Crescent, quien lo convenció para que dejara Nueva York y aceptase una oferta para trabajar en el diario. Durante el viaje hacia al Sur, que emprendió en 1848, tuvo la oportunidad de contemplar una realidad, la de provincias, para él totalmente desconocida y que, en definitiva, sería decisiva para su carrera futura. Por todo este conjunto de experiencias, cuando regresó a Nueva York, unos meses después, abandonó el periodismo y se entregó por completo a la escritura. La primera edición de su gran obra, sin embargo, no vio la luz hasta 1855. Esta primera edición de Hojas de hierba (Leaves of grass) (habría otras ocho en vida del poeta) constaba de doce poemas, todos ellos sin título, y fue el propio Whitman quien se encargó de editarla y de llevarla a la imprenta. De los mil ejemplares de la tirada, Whitman vendió pocos y regaló la mayoría, uno de ellos a Ralph Waldo Emerson, importante figura de la escena literaria estadounidense y su primer admirador. Su crítica, muy positiva, motivó a Whitman para seguir escribiendo, a pesar de su ruinosa situación económica y de la nula repercusión que, en general, habían tenido sus poemas. Al año siguiente apareció la segunda edición y, cuatro años más tarde, la tercera, que amplió con un poema de presentación y otro de despedida. La noticia de que su hermano George había sido herido, al comienzo de la Guerra Civil, le impulsó a abandonar Nueva York para ir a verle a Fredericksburg. Más tarde se trasladó a Washington D.C. donde, apesadumbrado por el sufrimiento de los soldados heridos, trabajó voluntariamente como ayudante de enfermería. Tras el fin de la contienda, se estableció en Washington, donde trabajó para la Administración. Allí publicó varios ensayos de contenido político, en los cuales defendía los ideales democráticos, pero rechazaba el materialismo que, a su juicio, impregnaba la vida y las aspiraciones de la sociedad estadounidense. Aquejado de varias enfermedades, en 1873 se vio obligado a abandonar Washington y trasladarse a Camden, en Nueva Jersey, donde permaneció hasta su muerte. Dedicó los últimos años de su vida a revisar su obra poética, y a escribir nuevos poemas que fue incluyendo en las sucesivas ediciones de Hojas de hierba. 11 Hojas de hierba: estudio general Walt Whitman (1819-1892), el poeta de mayor trascendencia que ha dado Estados Unidos, escribe en medio de una sociedad puritana inmersa en los más estrictos convencionalismos sociales. Sus contemporáneos se habían estado nutriendo de las voces literarias procedentes de Europa y, en especial, de Inglaterra. Walt Whitman de manera plenamente consciente (así lo demuestran los artículos que él mismo produce sobre su obra), se aparta de la tradición poética en su obsesiva búsqueda de nuevas formas expresivas. Así, Whitman, como pionero, se convierte en un innovador fundamental para la poesía del siglo XX. Su libro más significativo, Hojas de hierba, se publica en Nueva York en 1855 y será reeditado, nueve veces hasta su muerte, con las consiguientes correcciones y ampliaciones. Su sentido de la obra poética es global, un todo que evoluciona a lo largo de la vida. Aunque fue criticado durante en la primera edición, no pasan más de dos décadas para que la obra de Whitman, el “anciano hermoso como la niebla y con la barba llena de mariposas”, como lo describe García Lorca, empezara a adquirir esa fama que trasciende los lindes de su tierra y de su época. El primer reconocimiento a su poesía se debe a su maestro Emerson, quien tiene gran influencia en este autor. Más tarde Ezra Pound lo considera su “padre espiritual” y lo reconoce como el poeta que, en Norteamérica, ocupa el lugar de Dante en Italia, motivo por el cual su influencia es ineludible. Es incontestable su influencia en los movimientos vanguardistas del siglo XX. En Hojas de hierba, Whitman huye del metro, de la rima, de la alineación clásica de los versos, se lanza a expresar lo no dicho sobre el mundo por medio de un lenguaje nuevo, mundano, casi tan vasto como la realidad que recrea. Le imparte a su poesía un sentido muy preciso, directo, por medio de palabras que abarcan diversos sustratos de la lengua (coloquiales, filosóficos, científicos, neologismos). Las palabras en Whitman son tan airadas y contundentes como su tono discursivo y profético, pues él siempre pensó que sus poemas debían leerse como plegarias, que debían cantarse, entonarse. “La lengua es un organismo vivo y un cuerpo que absorbe todos los demás cuerpos”. “El tema de la lengua me interesa… pienso que Hojas de hierba no es más que un intento de darle al espíritu, al cuerpo, al hombre, nuevas palabras”. Responde al deseo de ser la voz poética de la nueva nación y de los ideales de un hombre nuevo, corriente, democrático. “Canto de mí mismo” ha sido considerado el poema más lúcido y detallado que se ha escrito sobre la democracia y donde el poeta se imagina a sí mismo hablando a (y por) todos los norteamericanos. Este poema fue el punto de partida de su obra completa y en él se encuentra la quintaesencia de su poesía. Surge aquí la visión de un “yo” que fluctúa entre lo individual y lo universal, que abarca cuerpo y alma en una misma entidad, que afirma el ciclo sexual eterno de la vida en un “impulso procreador del mundo”, que se funde de forma intensa con el paisaje y sus gentes. “La verdadera prueba para un poeta es que su país lo absorba tan afectuosamente como él lo ha absorbido” Con Hojas de hierba se suma al tipo de escritor que intenta comprender la realidad de manera absoluta, privada de límites o condiciones. No se conforma con ser una voz inspirada por la divinidad, sino que con su obra quiere ser la divinidad misma, capaz de abarcar todos los mundos, el universo entero (“Walt Whitman, un cosmos, de Manhattan el hijo).Su imaginación interviene para provocar una transmutación misteriosa de lo real cuando quiere evocar, implicar, a todos los hombres, al espacio infinito, en una visión panteísta. El club de los poetas muertos: referencias a Walt Whitman http://www.youtube.com/watch?v=IbX8SUMsquo http://www.youtube.com/watch?v=KwOgPmJCJOg Fragmento del Canto de mí mismo: “Yo soy W.W.” y de ¡Oh capitán, mi capitán! http://www.youtube.com/watch?v=HL7exEU3uk8 http://www.youtube.com/watch?v=NHKqoEkzIv8 12 ¡Oh Capitán! ¡mi Capitán! nuestro viaje ha terminado; el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta, ganamos el premio que buscamos; el puerto está cerca, escucho las campanas todo el mundo está exultante, mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante: pero ¡oh corazón!¡corazón!¡corazón! oh, las lágrimas se tiñen de rojo, mi Capitán está sobre la cubierta caído y muerto de frío. ¡Oh capitán! ¡mi capitán! levántate y escucha las campanas; levántate, izan la bandera por ti por ti suenan las cornetas; por ti ramos y cintas de coronas, por ti se amontonan en las orillas; a ti te llama la influyente masa, giran sus rostros impacientes; ¡aquí Capitán!¡querido padre! este brazo bajo tu cabeza; es como un sueño sobre la cubierta, tienes frío y has muerto. Mi capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles; mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad; el barco está anclado sano y salvo, el viaje ha terminado y se ha hecho; de un viaje temeroso, el barco triunfador, entra con su objetivo realizado; exultamos, ¡oh costas y sonidos, oh campanas! pero yo, con triste pisada camino en cubierta donde está mi Capitán, caído y muerto de frío. 13