El riesgo de sibilancias en los niños es mayor con el empleo de antibióticos y de paracetamol. Autora: Debra Gordon, MS Investigadores suecos comunican en dos estudios publicados en la versión en línea de Acta Pediatrica que el empleo materno de paracetamol durante el embarazo o la administración de antibióticos de amplio espectro al recién nacido durante la primera semana de vida se relacionó con un incremento del riesgo de sibilancias en preescolares, en tanto que la introducción de pescado en la alimentación de un niño antes de los 9 meses de edad se acompañó de una reducción del riesgo. Los investigadores valoraron los datos de 4496 niños nacidos en la zona occidental de Suecia en 2003 que formaron parte de un estudio prospectivo de cohortes longitudinales. Los progenitores dieron respuestas a cuestionarios detallados cuando sus niños tenían 6 y 12 meses de edad y de nuevo a los 4,5 años, en relación con embarazo, factores prenatales y posnatales, crecimiento de los niños, enfermedades, lactancia materna y salud en general. En el primer artículo, de la Dra. Emma Goksör, del Departamento de Pediatría, Universidad de Gotemburgo, Queen Silvia Children's Hospital, Suecia, y sus colaboradores, a los 4,5 años, uno de cada cinco niños había presentado por lo menos un episodio de sibilancias en el año previo y 5,5% habían tenido tres o más episodios. De los que tenían sibilancias recidivantes, 43% de los preescolares mostraron sibilancias desencadenadas por múltiples factores detonantes; 57% de las sibilancias eran episódicas y estaban relacionadas con infecciones víricas. Los investigadores utilizaron un análisis multifactorial y el ajuste con respecto a múltiples factores de riesgo, tales como tabaquismo durante el embarazo, género sexual, un antecedente familiar de enfermedad atópica (asma, eccema o rinoconjuntivitis), lactancia natural y tipo de parto e identificaron una interrelación importante entre el riesgo de sibilancias recidivantes y desencadenadas por múltiples factores detonantes así como herencia, tratamiento con antibióticos después de la primera semana de nacimiento, alergia alimentaria diagnosticada por el médico durante el primer año y la introducción de pescado en la alimentación antes de los 9 meses de edad. En concreto, los niños con un antecedente familiar de enfermedad atópica tuvieron un incremento del riesgo de 70% (oportunidades relativas ajustadas [ORA]: 1,7; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,2 a 2,5) de sibilancias recidivantes y un incremento del riesgo de más de dos tantos para las sibilancias desencadenadas por múltiples factores (ORA: 3,6; IC del 95%: 1,8 a 7,4). El tratamiento con antibióticos en la primera semana aumentó a más del doble el riesgo de sibilancias recidivantes y desencadenadas por múltiples factores (ORA: 2,2; IC del 95%: 1,3 a 3,8; ORA: 2,8; IC del 95%: 1,3 a 6,1, respectivamente), en tanto que la alergia a alimentos en el primer año incrementó a casi al doble el riesgo de sibilancias recidivantes y a casi el triple el riesgo de sibilancias desencadenadas por múltiples factores (ORA: 1,9; IC del 95%: 1,1 a 3,4; ORA: 2,8; IC del 95%; 1,4 a 5,8, respectivamente). Mientras tanto, los niños que comían pescado antes de su noveno mes de vida tuvieron una reducción del riesgo de sibilancias recidivantes o desencadenada por múltiples factores de 40% (ORA: 0,65; IC del 95%: 0,4 a 0,8; ORA: 0,6; IC del 95%: 0,3 a 0,99, respectivamente). En estudios previos se ha detectado una interrelación con el empleo de antibióticos durante el periodo neonatal y el riesgo de sibilancias en niños pequeños. Sin embargo, aún no se ha esclarecido si el empleo de antibióticos representa un factor causante. Los autores escriben: «El tratamiento con antibiótico en recién nacidos podría ser un indicador de asma más que un factor causante. En el segundo estudio publicado en la misma revista utilizando la misma cohorte y el análisis multifactorial, el Dr. Goksör y sus colaboradores informaron sobre un incremento de 60% en el riesgo de sibilancias que precisó tratamiento con corticoesteroides inhalados en niños de edad preescolar (oportunidades relativas [OR]: 1,6; IC del 95: 1,01 a 2,6). Dentro del grupo con corticoesteroides inhalados, el empleo de paracetamol por la madre se relacionó con un incremento de más de dos tantos en el riesgo de sibilancias desencadenadas por múltiples factores (OR: 2,4: IC del 95%: 1,2 a 4,8 respectivamente), pero no se relacionó con el riesgo de sibilancias víricas episódicas (OR: 1,1; IC del 95%: 0,5 a 2,3). En otros estudios también se ha observado una interrelación entre el empleo prenatal de paracetamol y las sibilancias, pero éste es uno de los pocos en los que se hizo el ajuste con respecto a factores de riesgo que afectaban la calidad del propio embarazo. Los autores señalan: «Metanálisis recientes han confirmado la interrelación y se precisan más estudios en torno a la repercusión del paracetamol durante el embarazo sobre el riesgo de sibilancias de manera que se puedan establecer las recomendaciones de salud pública apropiada». Señalan que sigue sin esclarecerse la índole de la interrelación, si es causal o correlativa. Los estudios fueron financiados por la Academia Sahlgrenska en la Universidad de Gotemburgo, la Fundación para la Investigación de la Asociación Sueca de Asma y Alergia, la Fundación Sueca para Ciencias de Atención a la Salud y el Comité de Investigación de Alergia y de Atención a la Salud y Médica de la Junta Ejecutiva Regional, Región Västra Götaland. Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.