Restauración colectiva social y hospitalaria 1. Introducción 2. Los comedores escolares 2.1. Funciones del comedor escolar 2.1.1. Función nutricional 2.1.2. Función alimentaria. Estructura de los menús 2.1.3. Función gastronómica 2.1.4. Función educativa 2.2. Sistemas de suministro y organización del servicio 2.3. Actividades vinculadas al comedor escolar 2.4. Profesionales vinculados a la función del comedor escolar 3. Restauración colectiva en centros geriátricos 3.1. Pautas dietéticas para colectivos de edad avanzada 4. Restauración colectiva en el medio laboral 4.1. Actividad laboral y fraccionamiento de la ingesta diaria 4.2. El comedor de empresa 5. Los comedores sociales 6. Alimentación hospitalaria 7. Resumen 8. Bibliografía 9. Enlaces web 1 1. Introducción L os rápidos cambios sociales acontecidos en las últimas décadas han llevado a un importante crecimiento del sector de la restauración colectiva en España, tanto en el ámbito comercial como en los comedores colectivos institucionales o de carácter social. A pesar de que las jornadas laborales tienden a reestructurarse de acuerdo con las nuevas situaciones, la comida del mediodía continúa siendo el principal aporte alimentario diario y, en general, se trata de una comida preparada. La creciente incorporación de las mujeres al mundo laboral y la tendencia a establecer la residencia habitual en los cinturones de las ciudades, a cierta distancia del lugar de trabajo o de estudio, ha desempeñado un papel clave en esta transformación. Un porcentaje creciente de niños y adultos realizan usualmente esta importante comida diaria entre semana fuera de su domicilio, bien utilizando los servicios de comedor de sus respectivos lugares de trabajo o enseñanza, o bien recurriendo a establecimientos de restauración comercial, fundamentalmente el conocido como “menú del día”. No se puede olvidar el impacto del progresivo envejecimiento de las sociedades occidentales. La proporción de personas mayores de 65 años en España alcanza ya el 20% y la esperanza de vida a esta edad tiende a prolongarse. Hoy el 3% de los mayores de 65 años en España se encuentra institucionalizado y depende exclusivamente de los servicios de restauración de estos centros. Junto a las instituciones residenciales, un nuevo sector, aún joven, pero en claro desarrollo, los centros de día, emerge con fuerza. En este tipo de establecimientos, ancianos y personas discapacitadas permanecen un número de horas cada día y realizan aportes alimentarios clave, entre ellos, la comida principal diaria. Otros sectores de la restauración colectiva, como los centros hospitalarios, también han experimentado cambios sustanciales en los últimos años, especialmente la progresiva profesionalización y el establecimiento de estándares de calidad. Aunque los servicios sociales y organizaciones no gubernamentales, fundamentalmente religiosas, vienen prestando servicios de comedor en numerosas ciudades españolas desde hace muchas décadas, el número de usuarios de los comedores sociales en España también se ha incrementado en los últimos años, acusando de manera importante el creciente fenómeno de la inmigración. Desde el punto de vista de la salud pública, la restauración colectiva social ha adquirido una gran importancia en todos los países desarrollados en las últimas décadas. 2 bién esta prestación a los alumnos cuyo domicilio quedaba alejado del centro docente. En base a esta premisa general se han ido introduciendo progresivamente algunas matizaciones en las características de los usuarios de comedores escolares, en función de connotaciones de comodidad, incorporación de la mujer al trabajo extradoméstico, utilidad de este marco para el aprendizaje social de buenas maneras y aceptación de unos aportes culinarios variados. El número de centros docentes que ofertan el servicio de comedor ha experimentado un crecimiento progresivo en los últimos años. En el curso 2002-2003, según el departamento de estadística del Ministerio de Educación y Ciencia, el 22% de los 19.510 centros de enseñanza de educación infantil, primaria y secundaria obligatoria censados ofertan los servicios de comedor escolar. Por comunidades destacan, gracias a su mayor implantación proporcional, la Comunidad de Madrid (35%), el País Vasco (34%) y Cataluña (20%). Por nivel escolar y tipo de centro, en el conjunto del Estado el servicio de comedor es más frecuente en los centros de educación infantil y primaria de titularidad privada en relación con los centros de enseñanza pública. En la cultura mediterránea, la comida del mediodía es la comida principal del día. Los aportes realizados en el comedor escolar, por tanto, son especialmente importantes desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo. La restauración colectiva institucional abarca establecimientos de características tan dispares como centros de enseñanza, hospitales y centros sanitarios, establecimientos penitenciarios, comedores de empresa, centros de atención a personas mayores y otros establecimientos de asistencia social, además de las fuerzas armadas y orden público. En muchos casos son empresas de catering las responsables de suministrar el servicio a este tipo de establecimientos. En el año 2001 se estimó el valor de adquisición de alimentos para abastecer a centros institucionales en 1.155,40 millones de euros, según los resultados del estudio La alimentación en España 2003 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En el año 2003 se apreció un incremento del 4,3% en el gasto. En este Capítulo se analizan algunos aspectos clave del funcionamiento de los principales sectores dentro de la restauración colectiva y se aportan algunas recomendaciones para permitir a estos establecimientos desempeñar mejor su función alimentaria y social en el ámbito de la nutrición comunitaria y de la salud pública. 2. Los comedores escolares Durante los últimos años la demanda del servicio de comedor escolar ha crecido de manera sostenida, impulsada por nuevas realidades sociales. Datos recientes sugieren que en España más del 20% de la población escolarizada realiza la comida principal en su centro de enseñanza. Esta situación supone la ingesta del 30-35% del aporte energético diario y el aporte de un volumen considerable de nutrientes durante al menos 9 meses al año, a lo largo de la vida escolar del niño y del joven. A esta dimensión nutricional de la restauración colectiva escolar, cabría añadir el impacto cultural, gastronómico, educativo y la experiencia de socialización que induce la participación del individuo en el hecho alimentario institucional. La restauración colectiva social en el marco de los centros de enseñanza ha cumplido a lo largo del tiempo una doble función: aportar la comida principal a los alumnos pertenecientes a familias con escasos recursos económicos y ofertar tam- 2.1. Funciones del comedor escolar El comedor escolar desempeña una función alimentaria en cuanto al suministro de alimentos y la composición de los menús ofertados; una función nutricional que permite satisfacer las necesidades nutricionales de los alumnos usuarios; una cualidad gastronómica y culinaria; y una función educativa, al contribuir a la construcción de hábitos alimentarios que favorezcan el desarrollo y la promoción de la salud. Para que este planteamiento operativo pueda llevarse a cabo de una manera satisfactoria, es necesario adecuar entre sí los diferentes elementos que lo integran (menú, servicio, utillaje, recinto de cocina y recinto del comedor) en torno a las necesidades de los usuarios (Figura 1). 3 Figura 1. Esquema de funcionamiento de los comedores escolares. 2.1.1. Función nutricional No es recomendable la sobrecarga de energía o de aporte graso en la comida del mediodía porque podría inducir somnolencia y pérdida en el rendimiento escolar en las tareas de primera hora de la tarde. En condiciones normales, el menú aportará en torno al 30% de las necesidades energéticas diarias. La oferta de menús en el marco escolar, especialmente cuando se trata de un menú único sin posibilidades de elección, debe permitir que los usuarios configuren un perfil de ingesta compatible con una dieta saludable y suficiente. Los aportes alimentarios en este marco deben ser adecuados cuantitativamente para satisfacer las necesidades de energía y nutrientes; su estructura cualitativa debe estar en sintonía con las actuales orientaciones y guías dietéticas para la promoción de la salud, como quedó recogido en la Conferencia sobre Políticas Nutricionales celebrada en La Haya en 1992 y también en el proyecto Eurodiet. Para asegurar la oferta continuada de una alimentación variada, educativa y saludable que incorpore en su gestión, compra, procesos culinarios, atención personalizada y la normativa de bue- La comida principal debe ofertar en torno al 3035% de las necesidades de energía y nutrientes de la población usuaria. Por su carácter de restauración social y de soporte técnico de promoción de la salud, puede utilizarse como vehículo de aportes de seguridad de aquellos nutrientes que pudieran suponer un riesgo de ingesta inadecuada en las raciones domésticas y en el aporte global diario. La planificación de los menús ofertados en centros docentes requiere especial cuidado en ajustar la densidad de nutrientes en cuanto a los aportes de calcio, hierro, zinc, magnesio, vitamina A y ácido fólico. La comida del mediodía, por ser la ración principal de la jornada y por las formas culinarias en que se presentan usualmente los alimentos, es una ración que tiende hacia un cierto desajuste en cuanto al contenido proteico y al contenido graso. Esta desviación puede considerarse normal dentro de ciertos parámetros que busquen el equilibrio entre una mejora en la palatabilidad y el riesgo sanitario. En todo caso, la razón aporte proteico/aporte de lípidos deberá tender a 1. 4 Restauración colectiva social y hospitalaria Tabla 1. EJEMPLO DE UNA PLANILLA DE MENÚS OFERTADOS EN UN COMEDOR ESCOLAR* Lunes • Arroz a la cubana • Pollo asado con ensaladaa • Frutab • Pan Martes Miércoles • Puré de verdurasc con picatostes • Merluza a la romanad con ensalada • Yogure • Pan • Cocido de lentejas • Albóndigas con tomate • Fruta • Pan • Macarrones con tomate • Filete empanado con ensalada • Yogur • Pan/pan integralh • Garbanzos estofados • Tortilla francesa, croquetas y tomate • Fruta • Pan • Vainas con patatas • Merluza a la romana con mahonesaf • Yogur • Pan • Arroz con tomate • Filete empanado con ensalada • Fruta • Pan/pan integral • Espaguetis con tomate • Tortilla de jamón con ensalada • Yogur • Pan • Alubias blancas • Filetes de lenguado con ensalada • Fruta • Pan/pan integral • Espaguetis con tomate • Empanadillas de bonito con ensalada • Fruta • Pan • Guisantes con patatas • Alubias blancas • Estofado de ternera • Pechuga de pollo • Fruta con ensalada • Pan • Fruta • Pan • Estofado de lentejas • Albóndigas con tomate • Fruta • Pan • Patatas a la riojana • Puré de verduras • Delicias de merluza con picatostes con ensalada • Pollo asado con patatasg • Yogur • Pan • Yogur • Pan Jueves Viernes * Ocasionalmente, se pueden hacer sustituciones por un alimento equivalente. a La ensalada (bien higienizada) se aportará preferentemente a base de lechuga, cortada en pequeños trozos y acompañada ocasionalmente de zanahoria rallada o cuadraditos de tomate pelado. Aliñar moderadamente con aceite de oliva virgen, sal y vinagre en el momento más próximo a su consumo. b La fruta será preferentemente pera, manzana, mandarina, plátano, nectarina o piña. En temporada pueden prepararse pequeños recipientes con fresas, cerezas, macedonia, etc. c El puré de verduras se preparará preferentemente a base de patatas, calabaza y verdura de hoja verde, acompañado de algunos picatostes de pan, añadidos al servir. d Se pueden suministrar filetes sin espinas de merluza o sustituirlo en otras ocasiones por filetes sin espinas de gallo, bacalao fresco o lenguado. e El yogur se suministrará preferentemente natural azucarado y, esporádicamente, de sabores. f Se utilizará exclusivamente mahonesa comercial de buena calidad. g Las patatas como guarnición se prepararán exclusivamente como patatas asadas o patatas fritas, no patatas chip ni croditos. h Un día a la semana será interesante ofertar optativamente algunas rebanadas de pan integral, en autoservicio de libre elección. por un suplemento de ensalada o guarnición de verduras; y el postre, que estará formado por lácteos y/ o una pieza de fruta. La bollería y pastelería industrial no tienen cabida en este tipo de menús. En la Tabla 1 se muestra un ejemplo de planilla de menús para comedores escolares, y en la Tabla 2 el tamaño de las raciones medias aportadas. En algunos centros es posible ofertar dos o más primeros y segundos platos, incluyendo distintos postres. En estos casos, el esquema es similar al mencionado, pero con una mayor variabilidad. Cuando los alumnos usuarios tienen posibilidad de elección, la educación nutricional es imprescindible para crear y potenciar hábitos saludables. nas prácticas de higiene y seguridad alimentaria, es imprescindible la incorporación de un profesional de la dietética y nutrición a las labores de diseño y monitorización de los menús escolares. 2.1.2. Función alimentaria. Estructura de los menús La estructura básica de los menús puede estar formada por un primer plato a base de legumbres con verdura, diversos tipos de verdura con patatas, arroz o pasta; un segundo plato que consista en carne magra, pescado variado o huevos, acompañado siempre 5 Tabla 2. RACIONES DIARIAS RECOMENDADAS, FRECUENCIA DE CONSUMO Y TAMAÑO MEDIO DE LA RACIÓN EN EL COMEDOR ESCOLAR Grupos de alimentos Frecuencia de consumo Tamaño de la ración por grupos de edadb Ración mediaa < 6 años 6-8 años 80-100 50 70 80 100 100-150 60 65 80 90 60 50 50 100 100 150-200 125 175 200 220 20-40 20 20 40 40 50-150 125 125 125 125 3/semana 50-60 150 160 180 190 Hortalizas cocidas ≥ 1/día 150-200 150 200 220 250 Hortalizas frescas ≥ 1/día 30-70 20 20 50 75 Frutas ≥ 3/día 80-180 80 100 125 150 50-80 100 120 150 160 100-150 120 130 135 140 30-60 30 40 50 60 Carnes 2/día Pescados Huevos Leche Queso 3-4/día Yogur Legumbres Cereales Patatas ≥ 6/día Pan a b 9-11 años ≥ 12 años Peso neto del alimento en crudo. Peso del alimento cocinado. Se aconseja que la finalización del cocinado de los alimentos esté lo más próxima posible a su consumo. De cualquier forma el núcleo de los alimentos debe permanecer a una temperatura mayor de 65 ºC hasta el momento de su ingesta. En comedores de zonas deprimidas, sería deseable suplementar el postre con un vaso de leche o una ración de queso. Es necesario realizar un seguimiento continuado del funcionamiento y oferta nutricional de los comedores escolares, analizando posibles problemas y dificultades, y proponiendo actuaciones para su resolución. Hoy es frecuente la presencia en todos los centros escolares de alumnos usuarios del come- En los comedores escolares se debe proponer un menú adaptado en cuanto a forma de preparación culinaria y textura para los niños menores de 6 años, y otro menú, que básicamente puede ser el mismo pero con alguna diferencia en ingredientes o textura, para niños entre 6 y 16 años. La rotación de los menús puede ser mensual en los centros con cocina in situ y cada tres semanas en los centros de catering, con el fin de evitar la monotonía y repeticiones en la oferta alimentaria. La estructura de los menús ofertados en guarderías infantiles puede ser similar a la de los menús de comedores escolares, cuidando que la presentación y textura de las preparaciones culinarias se adecue a las características del colectivo usuario. 6 Restauración colectiva social y hospitalaria Tabla 3. MODIFICACIONES DEL MENÚ BASE ADAPTADAS A PROBLEMAS CONCRETOS. HIPERCOLESTEROLEMIAa Lunes Martes • Crema de calabaza • Arroz con tomate • Merluza al vapor • Pechuga de pollo con limón y ensalada a la plancha • Yogur descremado con ensalada y/o fruta • Yogur descremado o • Pan melocotón en almíbar • Pan a b Miércoles • Espaguetis con tomate • Filete de bacalao a la romanab • Fruta y/o yogur descremado • Pan Jueves Viernes • Puré de lentejas • Judías verdes • Croquetas con patatas de bacalao • Merluza • Manzana en salsa verde • Pan • Yogur descremado • Pan Menú terapéutico planteado para un escolar tipo de 10 años de edad media, con actividad física moderada. Dejar reposar en papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. en forma de purés o alimentos de fácil masticación como arroz o pasta bien troceada. Los segundos platos presentan especial dificultad. Es preferible que se utilicen preparaciones culinarias de fácil masticación. Una buena calidad de la materia prima y un correcto tratamiento culinario favorecen que la carne pueda ser troceada con mayor facilidad. Debe ponerse especial cuidado en aportar tipos de pescado y preparaciones culinarias que favorezcan la ausencia de espinas. Por lo que se refiere a los postres, hay que reconocer que los niños prefieren productos de bollería. El comedor escolar, e incluso el marco familiar, no son los mejores lugares para aportar este tipo de preparados en una de las comidas principales del día. Por lo general, este tipo de golosinas se consumen en cantidad suficiente (o excesiva) entre comidas, en meriendas, etc. La ración del postre puede ser el complemento ideal para aportar raciones de seguridad que mejoren la ingesta de elementos reguladores (calcio, fósforo, vitaminas y fibra). Parece más adecuado suministrar como postre preparados lácteos (yogur, natillas, arroz con leche, queso fresco) o fruta (fruta pelada y troceada), presentándola de forma que facilite su consumo. dor que presentan necesidades especiales. Bien por motivos religiosos, patologías crónicas como la diabetes, hipercolesterolemia familiar, enfermedad celiaca, obesidad, alergias alimentarias, etc., o por discapacidades físicas, psíquicas o sensoriales, es necesario pensar en una individualización de la oferta alimentaria. El comedor escolar debe ser capaz de satisfacer los requerimientos de estos usuarios, adecuando por un lado la oferta de menús a estas situaciones mediante la incorporación de las variantes oportunas en los ingredientes que lo componen, cambios en las formas de preparación o en la texturización de los platos y también mediante la dotación adecuada de personal auxiliar que supervise y/o asista al comensal durante la ingesta. En la Tabla 3 se presenta un ejemplo de menú modificado para usuarios de comedores escolares con necesidades especiales. 2.1.3. Función gastronómica Los menús de los centros de enseñanza deben utilizar preparaciones culinarias sencillas, que permitan a los niños familiarizarse con nuevos sabores y nuevos ingredientes. Se puede ofertar la posibilidad de elegir entre varias opciones a los comensales de mayor edad. En la planificación de los menús se tendrán en cuenta los gustos y preferencias de los niños usuarios, aunque siempre con un criterio de adecuación nutricional y educativo. Para los usuarios más pequeños (2-5 años), se aconseja que los primeros platos se preparen 2.1.4. Función educativa Los comedores de centros docentes tienen la misión principal de asegurar aportes nutricionales adecuados a las características de los usuarios, pero deben influir positivamente en otros aspectos no menos importantes: 7 a) Promoción de hábitos alimentarios saludables. b) Marco de compostura social. c) Marco de educación nutricional. d) Centro de desarrollo de habilidades. e) Marco de socialización y convivencia. El comedor escolar debe ser el laboratorio que permite poner en práctica los conceptos que desde el punto de vista cognitivo y conceptual se presentan en el aula y que también se experimentan mediante el desarrollo de talleres prácticos u otras actividades participativas. El niño debe tener la oportunidad de realizar una alimentación saludable en el contexto del comedor escolar. Para ello es imprescindible que se conciba el recinto del comedor escolar como un espacio educativo que se contempla dentro de los objetivos del Programa del Centro en su conjunto, no solamente como el espacio físico necesario para el suministro de alimentos. Este hecho supone la formulación de unos objetivos nutricionales y educativos que deben alcanzarse a partir del comedor escolar. Una persona cualificada debe estar al frente de esta tarea tan compleja que tiene mayor alcance que la gestión administrativa. Una oferta alimentaria adecuada es un requisito ineludible. La socialización del niño en el comedor es otro componente educativo de capital importancia. El niño tiene la oportunidad de aprender, experimentando con sus compañeros comensales, a permanecer sentado a la mesa durante la comida, a manejar los cubiertos, a mantener una conversación en la mesa en un tono de voz adecuado, etc. Estudios de evaluación de la calidad percibida del servicio de comedor escolar en EE UU han puesto de manifiesto que las variables que presentan una elevada correlación con un mayor índice de satisfacción global fueron la variedad de los platos servidos, el aroma y un aspecto atractivo de los platos, un personal de comedor amable y cordial con los alumnos, la calidad de los alimentos ofertados y la oferta de platos en consonancia con las preferencias culturales. La mejor variable predictiva fue la variedad de los alimentos servidos. Otros trabajos también han resaltado la temperatura a la que se sirven los platos calientes, el tiempo disponible para comer o que los niños tengan un tiempo de recreo y descanso antes de acudir al comedor. En el estudio de evaluación de los comedores escolares de colegios públicos de Bilbao se puso de manifiesto también que el acondicionamiento del marco físico en el que se ubican en cuanto a luminosidad, ruido y adecuación del mobiliario, son los aspectos que obtienen una peor valoración por parte de los usuarios y responsables. Un entorno físico agradable, una dinámica de servicio amable y el cuidado en las formas de preparación y presentación de los platos son medidas que favorecen la aceptación de los platos y que contribuyen al refuerzo positivo de los programas educativos del centro. 2.2. Sistemas de suministro y organización del servicio El tipo de servicio y la organización del comedor dependerá de las necesidades de cada centro, número de comensales, infraestructura, tiempo disponible para la preparación y consumo, presupuesto, etc. Tradicionalmente los comedores de los centros docentes se organizaban como cocinas autónomas, más próximas a la cocina familiar que a la restauración colectiva. Un sistema de cocina autónoma requiere que el centro docente disponga de personal de cocina y servicio de comedor propio. Los responsables de la gestión del comedor -con frecuencia la dirección o bien el Consejo Escolar, comisión del comedor o incluso a veces la cocinera- organizan el suministro de materias primas, conciertan los proveedores y preparan los platos que se ofertan en el comedor cada día. Una organización de este tipo requiere la dotación de espacios de cocina amplios que consten de zonas de recepción de productos y almacenaje, cámaras frigoríficas, zona de preparación y manipulación de los alimentos con instalaciones adecuadas según la legislación vigente, vestuarios y servicios independientes para el personal de cocina y comedor, y, finalmente, cocina industrial y mesas calientes para mantener los platos a la temperatura necesaria hasta su servicio. Una alternativa que permite mantener el sistema de cocina autónoma consiste en la subcontratación del servicio a una empresa de catering externo que es quien proporciona el personal de cocina y además suministra y organiza la provisión de materias primas, para su preparación en el colegio cada día. En la actualidad, es cada vez más frecuente el suministro externo de comidas por una empresa de 8 Restauración colectiva social y hospitalaria en que el núcleo de los alimentos debe alcanzar la temperatura óptima de más de 65 °C. Introducir nuevas tecnologías de comida frigorizada reduce costes en los comedores pequeños porque requiere menor personal para suministro y servicio. Es imprescindible la formación adecuada del personal implicado, sobre todo para la regeneración y presentación de los platos. catering y restauración de colectividades. Existen distintas opciones para el suministro: • Cadena caliente: la empresa de restauración colectiva prepara los menús en sus cocinas centrales diariamente y los distribuye a cada centro en termos adecuados que permitan mantener la temperatura de los platos en condiciones óptimas para su consumo desde el punto de vista higiénico-sanitario y organoléptico. Para garantizar la calidad del servicio es fundamental que se mantenga la cadena de temperatura caliente desde la preparación del alimento en la cocina central hasta su consumo en el comedor escolar. Para poder ofertar este tipo de servicio, el comedor escolar sólo requiere disponer de un espacio adecuado para la recepción de alimentos dotado de mesas amplias y menaje de servicio. • Cadena fría refrigerada: es una técnica que consiste en enfriar rápidamente los alimentos cocinados desde +65 °C hasta +10 °C en el núcleo del alimento, en menos de 2 horas, con la ayuda de abatidores o células de enfriamiento rápido. Este tipo de preparaciones se elaboran con antelación. Permite una mejor organización del trabajo en la cocina central. El personal de cocina debe recibir una formación específica. • Cadena fría congelada y ultracongelada: es una técnica de conservación de productos cocinados a baja temperatura durante mucho tiempo, en general durante 3 o 4 meses. Los alimentos se congelan de +65 °C a -18 °C en menos de cuatro horas y media en abatidores específicos y se conservan a -18°C durante 3 o 4 meses. Para su consumo se deben regenerar a +65 °C en menos de una hora. Las preparaciones se conservan y transportan en vehículos frigoríficos a una temperatura de -18 °C, sin romper la cadena de frío. En la regeneración de los platos se debe garantizar el paso de -18 °C a +65 °C en menos de una hora. • Cadena al vacío: el sistema se basa en colocar los alimentos crudos en bolsas y cocinarlos posteriormente una vez hecho el vacío. Los platos se preparan en cocinas centrales y se refrigeran a +3 °C en un sistema de vacío para su distribución en diferido. En este caso es clave el mantenimiento de la cadena de frío desde la cocina central hasta la recuperación del plato para su consumo, momento 2.3. Actividades vinculadas al comedor escolar El sector del catering, consciente de su creciente protagonismo en los centros de enseñanza y del papel destacado que desempeña, también quiere adaptarse a las nuevas demandas y tomar parte en el funcionamiento integral de los comedores. Una de las figuras más innovadoras introducida en algunos centros es la del “educador de comedor escolar”. Entre sus funciones están la dinamización del tiempo prealimentario; la atención a la seguridad del comensal durante el tiempo del servicio; organización de actividades de tiempo libre tras la ingesta y contribuir a la educación de los hábitos alimentarios, hábitos de higiene personal, relación social, etc. En los niños de guarderías y hasta la etapa preescolar es interesante disponer de un cuaderno individual de incidencias de comedor. El niño lleva a su casa anotados en la hoja correspondiente al mismo día los comentarios que se consideren oportunos respecto a su historial dietético del día de la fecha, sugerencias, etc., con un pequeño apartado destinado a realizar anotaciones por parte de los padres. También sería oportuno realizar un seguimiento en los usuarios de mayor edad, al objeto de detectar precozmente situaciones que pudieran ser señales de alarma. El personal responsable del comedor debería poder poner en conocimiento de los profesores/tutores para su posterior comunicación a la familia casos en los que alumnos preadolescentes rechazan el consumo de alimentos en el comedor escolar o expresan conductas que podrían indicar alguna situación conflictiva durante más de 3 días. Los comensales de comedores escolares realizan durante el periodo lectivo la comida principal en el recinto docente. El desayuno, la merienda, la cena y los aportes durante el fin de semana son 9 las clases de la jornada de tarde. Cabe reiterar, una vez más, la necesidad de entender el comedor escolar como un servicio educativo y de promoción de habilidades operativas. Un aspecto de gran importancia para que el comedor escolar pueda desempeñar su función integral es la formación continuada y el reciclaje del personal. Sería deseable que se establecieran programas de formación continuada dirigidos a las personas responsables de la gestión y administración de los comedores, al personal de cocina y auxiliar y a los monitores-educadores. responsabilidad de la familia. Con el fin de que los aportes domésticos complementen adecuadamente la oferta en el comedor escolar, debe aportarse a cada alumno la planilla de menús vigentes en cada mes, que podrá ir acompañada por una guía nutricional dirigida a los padres y a los alumnos usuarios. En esta guía se incluirán las recomendaciones oportunas para la complementación correcta del menú escolar con las raciones domésticas (interés del cuaderno del comedor escolar para los más pequeños). 2.4. Profesionales vinculados a la función del comedor escolar 3. Restauración colectiva en centros geriátricos Los responsables del servicio de comedor, los cocineros y el personal auxiliar desempeñan un papel clave. Todas las personas implicadas en las tareas de cocina realizan cursos de formación sobre higiene y manipulación de alimentos y deben seguir el protocolo establecido para obtener el carné de manipulador de alimentos. Sería deseable que se arbitraran fórmulas adecuadas para facilitar la formación continuada de estos trabajadores en temas de nutrición, dietética, higiene de los alimentos y otros aspectos de la restauración colectiva. La figura del dietista-nutricionista es imprescindible en la planificación de los menús que se ofertan en los comedores de centros docentes, cuidando su composición, rotación adecuada y segmentación de la población usuaria. Este profesional debe ser el responsable de incorporar menús especiales adaptados a circunstancias concretas (diabetes, colesterol, celiacos...) o a niños discapacitados (adecuación textura + monitor) o a niños con peculiaridades o limitaciones por motivos costumbristas o religiosos. Los monitores/educadores de comedor deben ser personal cualificado, educadores de tiempo libre con formación pedagógica. Son responsables de la organización de actividades educativas previas a la ingesta, supervisión de hábitos higiénicos, hábitos de consumo en la mesa, utilización de los cubiertos, etc. Además, ayudarán a los comensales más pequeños y a los niños discapacitados que lo precisen. Son también los encargados de supervisar el periodo de descanso tras la comida, organizando actividades lúdicas y/o educativas o un tiempo de reposo hasta el comienzo de La mejora de las condiciones socioeconómicas en la mayor parte de los países europeos ha contribuido a una mejor calidad de vida y, como consecuencia, a una longevidad en su población. En los países desarrollados este fenómeno, junto al descenso en las tasas de natalidad, ha dado lugar a un progresivo envejecimiento de la población en las últimas décadas. Este aumento en la duración de la vida es un logro de gran interés, pero induce también a una serie de inconvenientes, como pueden ser el aumento de las enfermedades crónicas y un mayor tiempo de vida en soledad. El colectivo de personas mayores se presenta muy heterogéneo: abarca desde personas mayores de 65 años autónomas, muy activas, con intensa vida social y ocupaciones múltiples, hasta personas mayores que prefieren llevar una vida sosegada en su domicilio, pasando por ancianos con minusvalías importantes que dependen de ayuda externa. Los procesos fisiológicos vinculados al envejecimiento se inician en teóricamente desde el momento de la concepción. Los cambios vinculados al envejecimiento, junto con las características psicológicas, el entorno social y económico del anciano, configuran a este colectivo como un grupo vulnerable de riesgo nutricional también en los países desarrollados. En el colectivo de mayores institucionalizados hoy es mayor el porcentaje de mujeres, que además tienen una edad media más avanzada que los varones residentes, superándolo en una amplia proporción en el grupo de mayores de 80 años. 10 Restauración colectiva social y hospitalaria cena. La comida y las actividades lúdicas son, en las residencias de la tercera edad, momentos vitales de gran impacto en la calidad de vida del anciano. Es aconsejable que los menús se planteen en colaboración con el servicio de cocina, teniendo en cuenta las preferencias y costumbres culinarias predominantes en el grupo. El servicio de dietética y el servicio de geriatría consensuarán tres o cuatro tipos de estructura de dieta básica: normal, para diabéticos y obesos, dieta de protección gástrica, de textura modificada, etc. La planilla de menús puede confeccionarse con una periodicidad mensual, procurando que no coincidan el mismo contenido de menús los mismos días de la semana de manera continuada. Desde la gestión de compra hasta el momento de la ingesta, se recomienda una acción planificada que permita asegurar un adecuado aporte nutricional, de buena calidad organoléptica, a un precio razonable, que estimule también el confort y la socialización de los usuarios. El refuerzo del sabor de los platos, preparaciones culinarias agradables, presentaciones vistosas y texturas que puedan ser consumidas por todos los ancianos residentes, y un entorno grato en el momento de la comida, contribuyen a mejorar la aceptación de los platos ofertados y, por tanto, la ingesta de energía y nutrientes. Son, pues, algunas consideraciones que deben tenerse en cuenta en la planificación de menús para colectivos de ancianos, junto con el perfil de preferencias y aversiones alimentarias de los usuarios. Un estudio llevado a cabo recientemente en un abanico de instituciones residenciales para personas mayores en diferentes comunidades autónomas ha puesto de manifiesto que el 28% de los participantes, es decir, cerca de uno de cada tres ancianos, reconocía tener problemas para la masticación y/o deglución de los alimentos. La estimación de la ingesta real ha puesto en evidencia que la ración consumida en la práctica era inferior a la oferta teórica estimada. Los resultados de este trabajo reflejan que tan sólo el 9% de los centros contaba con el apoyo técnico de un profesional de la dietética y nutrición humana para la confección y supervisión de los menús ofertados a los residentes. 3.1. Pautas dietéticas para colectivos de edad avanzada Se propone una dieta básica universal para ancianos, basada en una alimentación prudente y saludable. Esta orientación debe servir como marco alimentario normal para todas las personas de edad avanzada que no requieran modificación estricta en su dieta. Las dietas terapéuticas se estructurarán a partir de la dieta básica, siguiendo el mismo perfil que las prescripciones señaladas para la población adulta. La amplia variabilidad interpersonal en cuanto a los requerimientos nutricionales en las personas mayores hace necesaria la prescripción de pautas individualizadas, teniendo en cuenta el estado de salud, patología subyacente, consumo de medicamentos, consumo de alcohol, características socioculturales, grado de autonomía, actividad física y hábitos de consumo alimentario. En la Tabla 4 se presenta un ejemplo de planilla de menús para residencias de ancianos. Cuando el contenido calórico de la dieta es bajo, con frecuencia es difícil conseguir una densidad nutricional óptima, por lo que deberán buscarse las fuentes más adecuadas de los nutrientes, de manera que se configure una dieta variada, saludable y apetitosa. En las instituciones geriátricas, la oferta de menús es uno de los servicios más importantes del centro. Los usuarios disfrutan encadenadamente de las distintas raciones diarias, interesándose después del desayuno por el menú de la comida y después de la merienda por los contenidos de la 4. Restauración colectiva en el medio laboral Los programas de promoción de la salud en el medio laboral contribuyen a mejorar el estado de salud y la calidad de vida de los trabajadores, reducen los costes sanitarios y las incapacidades y contribuyen a aumentar el rendimiento productivo y el bienestar. Los programas de intervención nutricional forman parte integral de las estrategias de promoción de la salud en el medio ocupacional. De acuerdo con el modelo de consumo actual en España, los principales errores dietéticos se refieren a una ingesta excesiva de sodio, grasa total y grasas saturadas. En muchos países occidenta- 11 Tabla 4. EJEMPLO DE PLANILLA DE MENÚS PARA COLECTIVOS DE ANCIANOS Tipo de dieta Normal Pasada por túrmix* Diabéticos y obesos* Astringentes* Desayuno Vasito de zumode fruta Leche semidescremada con malta, achicoria o un poco de café Pan normal/integral + queso fresco descremado y mermelada Comida Primer plato Puré de legumbres con verduras Segundo plato Postre Gastro- Líquida* hepáticas* Té o manzanilla Ídem Puréde arroz Ídem con zanahoria (2) Pollo asado (3) con ensalada Sin salsa Ídem Pollo cocido (2) Fruta Ídem Manzana (2) Ídem (3) (3) Merienda Leche o yogur con galletas o pan Fruta o compota Cena Primer plato Verdura con patatas (3) Ídem Ídem Ídem Segundo plato Croquetas de bacalao (3) con ensalada Ídem Ídem Ídem Postre Natillas Sin azúcar Manzana (2) Yogur (2) Ídem Jefe de cocina V.º B.º del médico Valoración nutricional media: Energía: 2.207 kcal Proteínas: 102 g (17%) Lípidos: 72 g (29%) Hidratos de carbono: 303 g (55%) Fibra: 41 g; calcio: 1.353 mg; hierro: 17 mg; yodo: 0,3 mg; magnesio: 495 mg; zinc: 15 mg; tiamina: 1,5 mg; riboflavina: 2,1 g; eq. niacina: 38 mg; folatos: 311 μg; vitamina C: 158 mg; vitamina B12: 3,3 μg; eq. retinol: 856 μg; vitamina D: 0,52 μg * Variantes de la dieta normal básica individualizada, según tipificación, grupo patológico y número de pacientes (entre paréntesis) a los que se asigna el tipo de menú diferencial. día prolonga a lo largo de la mañana, durante la jornada laboral. Estas alteraciones incluyen una disminución de la capacidad de atención y de la memoria, además de disminución del rendimiento físico. les se observa una progresiva tendencia al aumento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población. Otro aspecto ligado a la dieta es el consumo de alcohol, que subyace en gran número de accidentes de tráfico y laborales. Varios estudios han relacionado la ingesta nutricional con el rendimiento físico e intelectual, no sólo en niños, sino también en adultos. Este hecho se ha determinado sobre todo en relación con el consumo del desayuno, puesto que tras el periodo de ayuno nocturno se modifican algunos parámetros metabólicos, que la ausencia de la primera ración del 4.1. Actividad laboral y fraccionamiento de la ingesta diaria Muchas veces se refieren trastornos digestivos derivados de un desequilibrio entre los horarios de 12 Restauración colectiva social y hospitalaria trabajo y el consumo de alimentos. La mala adaptación del reparto de la ingesta de alimentos al ritmo del trabajo puede tener repercusiones negativas desde el punto de vista físico y psíquico que inciden directamente en la eficiencia laboral. Un desayuno equilibrado contribuye a un reparto más armónico de la ingesta energética a lo largo del día, proporciona, además, una ración de seguridad de ingesta adecuada para muchos nutrientes y favorece unas condiciones fisiológicas más adecuadas para el desempeño de la actividad laboral durante la mañana. La ausencia del desayuno hace necesarios aportes extra a media mañana, que en el medio laboral con frecuencia consisten en bocadillos de fiambre o platos cocinados con cantidades importantes de grasa, que en ocasiones se consumen acompañados de bebidas alcohólicas. La comida del mediodía suele ser la más importante, con ingestas en ocasiones cercanas al 50% del aporte calórico diario. La digestión de una comida copiosa y con aportes grasos excesivos puede venir acompañada de trastornos generales, como hipertensión, vasodilatación cutánea, disminución de la capacidad de atención o somnolencia. También son frecuentes los trastornos digestivos, como epigastralgia, distensión abdominal o aerofagia, trastornos que se acentúan en algunos puestos de trabajo. Se recomienda que se dedique un mínimo de 4050 min para consumir la ración del mediodía. En la vida adulta no es habitual la ingesta de alimentos con la merienda, tan cotidiana entre los escolares. Tan sólo es un aporte habitual para las personas que realizan su actividad laboral en jornada de tarde, con una composición muchas veces similar a la descrita para el almuerzo de media mañana. Estudios tradicionales que relacionan el efecto del fraccionamiento de la ingesta alimentaria sobre el rendimiento laboral, han puesto de manifiesto el impacto positivo de un mayor fraccionamiento de la ingesta diaria. El consumo de pequeñas cantidades de comida entre horas aumenta el rendimiento en el trabajo y disminuye la fatiga. be ofertar menús variados en los que además de vigilar la calidad higiénico-sanitaria de las preparaciones, su composición sea adecuada desde el punto de vista nutricional. En el área mediterránea, la comida del mediodía es la ingesta principal del día y, por tanto, la más copiosa. Si la jornada laboral debe prolongarse después de comer, es recomendable que esta ración no sea muy abundante y que los platos que componen el menú se caractericen por su fácil digestión. Las comidas abundantes y de digestión lenta inducen una fase de somnolencia durante el proceso digestivo, que repercute negativamente sobre las tareas que se deban realizar. Este aspecto es especialmente importante en los trabajadores que desempeñan actividades peligrosas o que requieren gran atención y minuciosidad, capacidades que se verían disminuidas, aumentando con ello el riesgo de siniestralidad laboral. Es recomendable limitar el consumo de alcohol durante la jornada laboral, e incluso suprimirlo totalmente si se efectúan trabajos peligrosos o de precisión. Deben evitarse las preparaciones culinarias que se acompañen de cantidades importantes de grasas añadidas. Se utilizarán preferentemente preparaciones al vapor, a la plancha o al horno, en lugar de frituras. En la Tabla 5 se recoge el esquema general de la composición de los menús recomendables en los comedores de empresa. Este tipo de estrategias requieren la formación y preparación adecuada del personal responsable de la cocina y comedor. Muchas veces estos servicios están contratados con una empresa de catering externa. La motivación adecuada de los usuarios del comedor, así como de los responsables de la contratación del servicio, facilitará la negociación con el catering para que oferte menús cuya composición se ajuste a los criterios descritos. Cuando se ofrecen varias opciones de menú en un sistema de autoservicio es interesante cuidar la disposición de los platos y destacar mediante algún símbolo las opciones más recomendables cada día desde el punto de vista nutricional. La presentación cuidada de los platos favorecerá, asimismo, su elección y consumo por parte de los usuarios del comedor. 4.2. El comedor de empresa Al igual que sucede en otros comedores colectivos de carácter social, el comedor de empresa de- 13 Tabla 5. MODELO ESQUEMÁTICO DE MENÚ PARA UN COMEDOR DE EMPRESA* Primer plato • Ensalada mixta • Puré de verduras • Paella vegetal Segundo plato • Merluza en salsa verde • Pechugas de pavo a la plancha con guarnición de verduras o ensalada • Tortilla de bacalao con guarnición de verduras Postre • Macedonia de frutas • Natillas caseras • Queso fresco con membrillo • Pan/pan integral • Zumos o agua • Infusión o café * Al ofertarse un menú opcional con distintas posibilidades, sería oportuno disponer a la entrada del comedor de unos carteles ilustrados que sugiriesen las distintas combinaciones de platos más adecuadas para un correcto equilibrio nutricional. colectivo de personas sin domicilio y de desarraigo social. Las situaciones familiares difíciles y maltrato en la infancia, alcoholismo, toxicomanías, enfermedades mentales e incluso la vejez y, en la actualidad, las situaciones de inmigración ilegal, se mencionan entre los principales factores de riesgo. Se estima que en España pueden existir entre 19.000 y 24.000 plazas de comedor para personas con pocos recursos económicos, atendidas en comedores sociales. Es decir, en torno a 20.000 personas sondiariamente usuarias de estos servicios. Según se desprende del estudio realizado por Cáritas y la Universidad de Comillas, la población sin hogar se está haciendo cada vez más heterogénea. El prototipo respondía a un varón solitario de mediana edad. En los últimos años se ha detectado una creciente presencia de jóvenes, con edades comprendidas entre 16 y 24 años; inmigrantes/ extranjeros (13-24%); trabajadores temporeros (14-17%); mujeres (8-13%); grupos familiares (2-5%) y menores de 16 años (1-2%). Los resultados de este estudio también señalan un mayor nivel educativo entre los “sin techo” y mayor frecuencia de problemas asociados a rupturas familiares, toxicomanías, salud mental y desplazamientos relacionados por trabajos temporales. En las grandes ciudades también acude a los comedores sociales un número no desdeñable de personas con vivienda, pero con escasos recursos económicos, especialmente pensionistas. 5. Los comedores sociales La prolongada crisis económica y los movimientos migratorios de personas procedentes de países en vías de desarrollo, en circunstancias, la mayoría de las veces, precarias, ha tenido fuerte repercusión social en España. Como consecuencia, la demanda de atención y asistencia social ha experimentado un fuerte incremento en los últimos años, aunque el acceso de la población “sin techo” a los servicios sociosanitarios no siempre es fácil. Cada vez es mayor el número de personas que acude diariamente a centros de día y comedores sociales para realizar la ingesta principal. En muchas ocasiones, se trata del único aporte alimentario realizado en el día, por lo que la calidad de vida e incluso la subsistencia de estas personas -muchas de ellas sin domicilio- depende de los aportes ofertados en estos centros. El colectivo de personas sin techo es un grupo de población heterogéneo difícil de censar por su carácter transeúnte y estatus temporal en muchas ocasiones. En diferentes países se han establecido sistemas de distribución de alimentos y provisión de servicios asistenciales para estas personas. Según un informe de Cáritas y la Fundación Foessa, en España viven unos 30.000 “sin techo”. Algunos autores han evaluado los factores que pudieran predecir el riesgo de pasar a formar parte del 14 Restauración colectiva social y hospitalaria incompetencia de este proceso normal, el soporte nutricional puede plantearse a través de la vía enteral o parenteral con fórmulas culinarias, preparados magistrales o comerciales específicos para cada vía y situación patológica. La hospitalización o la asistencia domiciliaria también pueden contemplar contenidos alimentarios o de soporte nutricional que siguen, en general, las mismas normas que las establecidas en el medio hospitalario. En la actualidad se sigue planteando la hospitalización como una de las causas de desnutrición, en muchas ocasiones como elemento secundario o coadyuvante del deterioro nutricional. Se estima que cerca del 35% de los pacientes ingresados o al alta presentan un estado moderado o grave de desnutrición (ver Capítulo 4.1). Esta situación ocasiona graves trastornos inmunitarios y de respuesta del organismo que dificultan los procesos de reparación y rehabilitación ante enfermedades médicas o eventos quirúrgicos. Los indicadores de mortalidad, morbilidad y ocupación hospitalaria son mucho más deficientes en situación de poco control del estado nutricional de los pacientes. De ahí la importancia de contar con un buen servicio de nutrición y dietética hospitalaria que facilite una buena cobertura nutricional a los pacientes y un buen grado de satisfacción gastronómica a los usuarios del menú hospitalario en todas sus variantes. Una de las primeras medidas consistiría en adoptar una buena sistemática de evaluación y monitorización del estado nutricional en todos los pacientes con indicadores diferenciales según el grupo patológico. El objetivo de la alimentación hospitalaria es cubrir las necesidades nutricionales del paciente, proporcionarle confort culinario, introducir un efecto terapéutico complementario con la dieta y realizar educación nutricional con el paciente y su familia. Aunque puede ser muy interesante la implementación del menú hospitalario a la carta, éste no debe perder su sentido terapéutico y educativo. El hospital no es un restaurante de cuatro tenedores. Se trata de un modelo alimentario episódico y adaptado sobre todo a las necesidades de salud del usuario. Sobre esta base hay que intentar que los contenidos, presentación y demás cualidades organolépticas sean excelentes (Figura 2). En la actualidad multicultural es imprescindible tener planteadas alternativas a las distintas sensi- Algunos datos sugieren que si bien la prevalencia de desnutrición severa entre los “sin techo” en los países desarrollados no es muy frecuente, se configuran como el grupo de población más desfavorecido también en términos de salud, con una prevalencia de problemas de salud física, mental y conductas de riesgo más elevada que la población general de los mismos grupos de edad. Servicios municipales, organizaciones no gubernamentales e instituciones como Cáritas Diocesana desarrollan una importante labor en la puesta en marcha de los servicios de asistencia y distribución de alimentos a las personas sin techo. Cáritas gestiona 312 centros para transeúntes, casi un 47% de los 668 centros y servicios existentes en España para los “sin techo”. Los comedores sociales están presentes mayoritariamente en ciudades con más de 20.000 habitantes (72%), y sólo el 9% se encuentra en pueblos de menos de 5.000 habitantes. La mayor parte de los centros son de titularidad y/o gestión privada y dependen, para la provisión de sus servicios, de convenios y subvenciones que deben renovarse anualmente. No se dispone de información acerca de las características, estado nutricional y de salud de las personas que habitualmente acuden a los comedores sociales. Es de gran importancia conocer y evaluar los aportes nutricionales ofertados en los mencionados centros por la gran labor social que desempeñan y la posibilidad de realizar intervenciones que permitan adecuar esta oferta a las necesidades de las personas usuarias, incluso mediante el aporte de suplementos nutricionales. Esta actuación ayudaría a una acción sociosanitaria más efectiva. 6. Alimentación hospitalaria La alimentación colectiva en el medio hospitalario tiene unas peculiaridades muy especiales, que se relacionan con el aporte de alimentos a personas en situaciones fisiopatológicas diferentes y en un estado anímico alterado por su situación y pronóstico de salud. La intervención alimentaria puede plantearse a partir de protocolos de alimentación normal (menú hospitalario) adaptados al cuadro patológico o a la funcionalidad digestiva del paciente. En caso de 15 Figura 2. Variables de interés en la alimentación asistencial y hospitalaria. 16 bilidades culturales y religiosas: islamismo (carne de cerdo, bebidas alcohólicas); judaísmo (cerdo, mezclar carne y lácteos, mariscos, utilización de alimentos kosher, etc.); mormones (alcohol, bebidas con cafeína...); adventistas del Séptimo Día (preferentemente, dieta vegetariana sin bebidas fermentadas). También existen patrones dietéticos diferenciales que podría ser necesario considerar en pacientes orientales o subsaharianos (intolerancia a la lactosa), y quizá algunas peculiaridades con pacientes griegos o hispanoamericanos. El médico indicará el tipo de modelo alimentario a implementar en el paciente y también las modificaciones con motivo de pruebas diagnósticas. Es imprescindible contar con un equipo de nutricionistas y diplomados en dietética y nutrición para calibrar y adaptar en toda su dimensión los contenidos y características del menú a la situación individual del paciente. Buena prescripción médica, buena traducción dietética, correcta elaboración en cocina y buen servicio en planta son los elementos clave para un buen funcionamiento de la restauración colectiva hospitalaria. Restauración colectiva social y hospitalaria 7. Resumen en su casa, pasando por ancianos con minusvalías importantes que dependen de ayuda externa. Desde el punto de vista de la salud pública, la restauración colectiva social ha adquirido en las últimas décadas gran importancia en todos los países desarrollados. Las pautas dietéticas para colectivos de ancianos deben partir de la propuesta de una dieta básica universal para ancianos, basada en una alimentación prudente y saludable. Esta orientación debe servir como marco alimentario normal para todas las personas de edad avanzada que no requieran modificación estricta en su dieta. Las dietas terapéuticas se estructurarán a partir de la dieta básica, siguiendo el mismo perfil que las prescripciones señaladas para la población adulta. La restauración colectiva institucional abarca establecimientos de características tan dispares como centros de enseñanza, hospitales y centros sanitarios, establecimientos penitenciarios, comedores de empresa, centros de atención a personas mayores y otros establecimientos de asistencia social, además de las fuerzas armadas y orden público. Los programas de intervención nutricional forman parte integral de las estrategias de promoción de la salud en el medio ocupacional. Al igual que sucede en otros comedores colectivos de carácter social, el comedor de empresa debe ofertar menús variados en los que además de vigilar la calidad higiénico-sanitaria de las preparaciones, su composición sea adecuada desde el punto de vista nutricional. Durante los últimos años la demanda del servicio de comedor escolar ha crecido de manera sostenida, impulsada por nuevas realidades sociales. En la cultura mediterránea, la comida del mediodía es la comida principal del día. Los aportes realizados en el comedor escolar, por tanto, son especialmente importantes desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo. El comedor escolar desempeña una función alimentaria en cuanto al suministro de alimentos y la composición de los menús ofertados; una función nutricional que permite satisfacer las necesidades nutricionales de los alumnos usuarios; una cualidad gastronómica y culinaria; y una función educativa, al contribuir a la construcción de hábitos alimentarios que favorezcan el desarrollo y la promoción de la salud. El colectivo de personas sin techo es un grupo de población heterogéneo difícil de censar por su carácter transeúnte y estatus temporal en muchas ocasiones. En diferentes países se han establecido sistemas de distribución de alimentos y provisión de servicios asistenciales para estas personas. En muchas ocasiones, se trata del único aporte alimentario realizado en el día, por lo que la calidad de vida e incluso la subsistencia de estas personas -muchas de ellas sin domicilio- depende de los aportes ofertados en estos centros. Con el fin de que los aportes domésticos complementen adecuadamente la oferta en el comedor escolar, cada alumno debe llevar a casa la planilla de menús vigentes en cada mes, que podrá ir acompañada por una guía nutricional dirigida a los padres y a los alumnos usuarios. El objetivo de la alimentación hospitalaria es cubrir las necesidades nutricionales del paciente, proporcionarle confort culinario, introducir un efecto terapéutico complementario con la dieta y abordar la educación nutricional con el paciente y su familia. La mejora de las condiciones socioeconómicas en la mayor parte de los países europeos ha contribuido a una mejor calidad de vida y, como consecuencia, a una longevidad en su población. El colectivo de personas mayores es muy heterogéneo. Abarca desde personas mayores de 65 años autónomas, muy activas, con intensa vida social y ocupaciones múltiples, hasta personas mayores que prefieren llevar una vida sosegada 17 8. Bibliografía Araluce Letamendía MM. Empresas de restauración alimentaria. Un sistema de gestión global. Díaz de Santos. Madrid, 2001. Obra audaz sobre restauración colectiva con un enfoque centrado en la gestión de los servicios y el control de calidad. Moreiras O, Carbajal A, Perea I, Varela-Moreiras G, RuizRoso B. Nutrición y salud de las personas de edad avanzada en Europa: Euronut-SÉNECA. Estudio en España. Rev Esp Geriatr Gerontol 1993; 8 (4): 197-242. Artículo que muestra los resultados referidos a la cohorte española participante en el estudio europeo SÉNECA sobre nutrición, salud y vejez. Aranceta Bartrina J. Dieta en la tercera edad. En: SalasSalvadó J, Bonada A, Trallero R, Engràcia Saló M (eds.). Nutrición y dietética clínica. Doyma. Barcelona, 2000: 107-17. Capítulo que contiene orientaciones prácticas para la formulación de pautas dietéticas para colectivos de ancianos, que se enmarca en una obra muy interesante, dedicada principalmente a aspectos de nutrición y dietética clínica. Muñoz Muñoz M, Aranceta Bartrina J, García Jalón I. Nutrición y dietética clínica. EUNSA. Pamplona, 2000. Libro con un interesante apartado de nutrición clínica, con referencias concretas para la nutrición hospitalaria y las dietas modificadas más frecuentes en la alimentación hospitalaria Aranceta Bartrina J. Nutrición comunitaria, 2ª ed. Masson. Barcelona, 2001: 1-284. Esta obra abarca aspectos prácticos de la nutrición comunitaria, desde el diagnóstico comunitario hasta la puesta en marcha y evaluación de diferentes estrategias de intervención, con especial atención a los aspectos metodológicos. Office of Disease Prevention and Health Promotion, Public Health Service, US Department of Health and Human Services, The American Dietetic Association. Worksite nutrition. A guide to planning, implementation and evaluation, 2nd ed. The American Dietetic Association. Chicago, 1993. Obra clásica sobre el interés de la nutrición en el medio laboral con un formato muy manejable y orientaciones muy prácticas. Aranceta Bartrina J. Nutrición y vejez. En: Serra Majem L, Aranceta Bartrina J, Mataix Verdú J (eds.). Nutrición y salud pública. Métodos, bases científicas y aplicaciones. Masson. Barcelona, 1995: 193-201. Capítulo que analiza los factores que inciden sobre el estado nutricional y los hábitos alimentarios en las personas mayores e incluye recomendaciones para una prestación de servicios y asistencia nutricional a este grupo de población. El capítulo se enmarca en una obra clásica de la nutrición y salud pública en español. Pérez Rodrigo C, Klepp KI, Yngve A, Sjöstrom M, Stockley L, Aranceta J. The school setting: an opportunity for the implementation of dietary guidelines. Public Health Nutr 2001; 4: 717-24. Artículo enmarcado dentro del proyecto europeo Eurodiet sobre el desarrollo y puesta en marcha de unas guías alimentarias para la Unión Europea. En concreto, analiza las posibilidades y recomendaciones para la puesta en práctica desde el medio escolar. Serra Majem L, Aranceta Bartrina J (eds.). Alimentación infantil y juvenil. Estudio enKid. Vol. 3. Masson. Barcelona, 2002: 1-195. Libro perteneciente a la serie de publicaciones relacionadas con el estudio enKid sobre estado nutricional y hábitos alimentarios de la población infantil y juvenil española. Recoge los resultados más interesantes acerca del patrón de consumo alimentario predominante en la población española de entre 2 y 24 años a finales del siglo XX y los factores determinantes. También aborda de forma clara y amena la educación nutricional, con recomendaciones para una alimentación saludable en dicha etapa de la vida. Aranceta J, Pérez Rodrigo C. Alimentación colectiva en centros docentes. En: Tojo R (ed.). Tratado de nutrición pediátrica. Doyma. Barcelona, 2001: 1115-28. Capítulo dedicado a los comedores escolares dentro de una amplia obra multidisciplinar sobre nutrición pediátrica. Chapuy PH. Alimentación de la persona de edad avanzada. Cuadernos de dietética, n.º 4. Masson. Barcelona, 1999. Obra clásica de carácter práctico sobre pautas dietéticas para ancianos, con una presentación muy agradable. García Jalón I. Sistema de análisis de riesgos, identificación y control de puntos críticos en restauración colectiva. En: Serra Majem L, Aranceta Bartrina J, Mataix Verdú J. Nutrición y salud pública. Métodos, bases científicas y aplicaciones. Masson. Barcelona, 1995: 365-74. Capítulo dedicado al análisis de riesgos y a la higiene alimentaria dentro de una obra clásica en el campo de la nutrición y salud pública. Sala Vidal Y, Montañés Biñana J, Reixach Coll M. Restauración colectiva. Planificación de instalaciones, locales y equipamientos. Masson. Barcelona, 1999. Obra de orientación práctica sobre restauración colectiva. 9. 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