¿Qué es la Ciencia Política? Por: Juan E. Marcano Medina La Ciencia Política, a grosso modo, es el estudio y los conocimientos desarrollados (y acumulados) sobre los principios y las causas de todas aquellas “actividades políticas” que llevan a cabo los seres humanos en su vida como miembros de una sociedad y de una comunidad política en particular. Podemos decir que el alcance de esta disciplina cubre el estudio de todos aquellos “fenómenos sociales” que tienen que ver con; a) el ejercicio del poder político y la autoridad y; b) el ámbito de lo “Estatal” o del Estado. De hecho, el análisis del Estado es un elemento central en los estudios del científico político. Efectivamente, Roger Soltau define esta ciencia social como, “el estudio del Estado, de sus objetivos, de las instituciones que permiten su realización, de las relaciones del Estado con sus miembros individuales y con los demás Estados, así como de lo que los hombres han pensado, escrito y dicho sobre estas cuestiones.”1 Por tal razón, a la ciencia política también se le conoce como la Ciencia del Estado. Así, esta disciplina se interesa por estudiar todos aquellos asuntos relacionados con Estado y con la autoridad política, tales como; las bases sociales del poder político-Estatal, los aspectos jurídicos de la autoridad política, el conflicto sociopolítico y las relaciones entre los Estados a nivel internacional, entre otros muchos asuntos que comprenden el llamado “ámbito Estatal”. Sin embargo, la política [o las actividades relacionadas con la toma de decisiones a nivel público] es una actividad humana altamente compleja cuyo verdadero y total alcance, ramificaciones y efectos son difíciles de determinar. Por lo tanto, resulta casi imposible precisar de una manera integral y sistematizada el alcance e impacto específico que tiene la llamada “actividad política” en la totalidad de la vida humana. Como consecuencia, el alcance total de la “ciencia política” es, de hecho, uno de carácter indeterminado. Resulta pues un tanto inadecuado establecer de salida que el objeto de estudio de la ciencia política es solo, o debe ser solo, “la esfera del Estado” o del espacio social denominado “Estatal”, como sugiere la definición que presenta Soltau. Para algunos estudiosos de la política, existen otras esferas sociales donde la política también se manifiesta o tiene mucha o alguna influencia. No obstante, el Estado prevalece como el objeto de estudio principal de la disciplina en cuestión. El problema radica en que entre los propios científicos políticos existe un debate al día de hoy respecto al asunto de cuál específicamente es el objeto de estudio de la ciencia política. El Estado, indudablemente, la dimensión donde más clara y plenamente se manifiestan un gran número de asuntos y cuestiones de carácter político. Como bien establece la definición de Soltau, existen una serie de instituciones sociales que permiten la realización del Estado, de sus asuntos y sus objetivos. El Estado se relaciona, además, con sus miembros (sean estos individuos o grupos) política y 1 Soltau, Roger, An Introduction to Politics, Londres, 1951, p. 4. jurídicamente, a través de sus decisiones, de sus acciones y a través de la ley. En tercer lugar, el Estado, como ente jurídico, entra en distintos tipos de relaciones con otros Estados en el plano internacional. De modo que cuando utilizamos el concepto, “Estado”, estamos de hecho incluyendo, como veremos más adelante, toda una serie de fenómenos y de asuntos humanos relacionados con la dimensión política de la vida humana. Por ejemplo dentro de las instituciones sociales que permiten la realización del Estado podemos incluir la institución de la familia, la moralidad, la autoridad, entre otras muchas. Sin embargo, para algunos estudiosos de la sociedad, la dimensión política de la vida humana no se circunscribe solamente a la esfera Estatal ya que existen otras áreas de la vida humana que radican fuera de éste ámbito pero que no dejan, por esta razón, de ser “políticos”. De tal forma que podemos señalar que este debate es más bien uno sobre el asunto de cuáles son aquellos fenómenos que específicamente se incluyen entre las actividades humanas que llamamos “políticas”. Los contornos de lo “político”, consecuentemente, parecen estar un tanto indeterminados para los estudiosos, lo que hace necesario que tomemos un momento para establecer con un poco de más precisión, qué eso de “la actividad política humana”. Veamos. Primero, la “actividad política” tiene como fin último erigir, desarrollar, consolidar, salvaguardar y mantener los grupos humanos reunidos en comunidad y que, por tanto, esta actividad es una total y completamente necesaria para el ser humano; porque sin la “política” no fuera posible la convivencia pacífica de los seres humanos unidos en sociedad. Siendo esto así no podemos más que concluir, que la política es, de hecho, una actividad vital para la vida en común de los seres humanos. Sabemos que con estos propósitos, la actividad política asume una serie innumerable de “formas y expresiones sociales” que se manifiestan en los comportamientos, tanto por parte de los individuos y grupos de una sociedad, como en las instituciones sociales. Estas van desde la organización, estructuración y administración de un gobierno (procesos de instauración, consolidación y funcionamiento del poder político y del llamado proceso de toma de decisiones a nivel público) hasta las ideas, valores, opiniones y actitudes sociopolíticas y culturales que comparten los miembros de dicha sociedad. Los múltiples asuntos, prácticas y comportamientos humanos que forman parte de esta actividad que llamamos “política” constituyen lo que podemos denominar la realidad política. Indudablemente, la actividad política humana va más allá de la organización y administración de un gobierno, de la instauración y consolidación del Estado y más allá de los asuntos directamente relacionados a estos. Sin duda, la realidad política trasciende el llamado “ámbito de lo Estatal”. Por consiguiente, la ciencia política dirige sus estudios a toda una serie de asuntos que, aunque no pertenecen estrictamente al Estado, forman parte, no obstante, de la llamada “realidad política”. Un aspecto de la realidad política al cual los científicos políticos prestan particular atención es el asunto del “poder político” y del “poder” en general. Como veremos mas adelante, en la sección dedicada expresamente a este tema (última sección del este ensayo), el poder es también un elemento central de la actividad política. No obstante, tampoco parece haber un consenso entre los científicos políticos respecto al significado específico del concepto del poder y de las implicaciones del asunto del poder en la sociedad. Poder, poder político, soberanía, legitimidad, autoridad, dominación y relaciones de poder son todos conceptos relacionados muy íntimamente. A través de la historia, diferentes pensadores políticos han sometido a un rigoroso estudio a estas nociones y fenómenos sociales. Desde Sócrates hasta Maquiavelo, desde Platón a Foucoult y desde Aristóteles hasta Weber, todos, de una manera u otra, se han ocupado del asunto del poder. Sin embargo, como veremos, los pensadores políticos no parecen ponerse totalmente de acuerdo con respecto a la respuesta a preguntas tales como: ¿qué es el poder? ¿Qué es el poder político? ¿A través de que proceso un “poder” se convierte en autoridad o gana autoridad? ¿Qué es la autoridad a nivel político? ¿Cuál es el origen del poder político? ¿Qué es la legitimidad y como se adquiere ésta? ¿Qué tipo de poderes son legítimos? ¿Será la fuerza y la violencia medios políticos justos y legítimos? ¿Qué relación tiene la justicia con la legitimidad? ¿Qué relación existe entre la justicia, el poder político y la fuerza? En efecto, la ciencia política se enfoca en un variado número de temas que conforman la realidad política de una sociedad, de diferentes sociedades o Estados y del planeta (mundo o globo terráqueo), como el espacio habitado por la “comunidad humana”. De suerte que, como ya dijéramos, establecer con precisión el alcance específico de esta disciplina es altamente difícil dada la abundancia de actividades sociales, de asuntos y temas relacionados a esta actividad humana. Como consecuencia, el estudioso de la política, o el científico político (llamado también politólogo), busca responder toda una gama de preguntas y comprender todo un sinnúmero de fenómenos que van desde el asunto de cómo surge y se desarrolla una forma particular de organización política (Estado) en una nación o país, hasta el preguntarse qué creencias y actitudes tiene los miembros de una sociedad sobre los aspectos sociopolíticos de su vida como ciudadanos; o como miembros de la “humanidad” (como parte del conglomerado de comunidades que viven en el planeta tierra). La ciencia política busca responder preguntas tales como: ¿de dónde proviene nuestra necesidad de organizarnos políticamente? ¿cómo surge o se origina el Estado? ¿Cuál es el origen del poder político y de la legitimidad de este? ¿Cómo se crea y se desarrolla un Estado en específico (política e históricamente)? ¿Qué estructura gubernamental y constitucional posee una sociedad? ¿Qué tipo de gobierno tiene una sociedad? ¿Cuáles son los mecanismos y los procedimientos para tomar decisiones políticas en un país o comunidad? ¿Cómo interactuan los ciudadanos de un Estado entre sí?¿Qué tipo de conflictos y de lucha política se manifiestan en una sociedad en particular? ¿Cómo nacen estos conflictos? ¿Cuáles son las causas del conflicto en una sociedad en particular y de los conflictos sociopolíticos en general? ¿Qué papel juega el conflicto o la lucha política en la sociedad humana? ¿Qué es la lucha política y que papel tiene el “conflicto” humano en la llamada “actividad política? ¿Alrededor de qué asuntos o intereses se forman los grupos o facciones en una sociedad? ¿Qué actitudes y valores existen entre los miembros de una sociedad y cómo estos valores concuerdan o no con el tipo de organización política que existe en esa sociedad? ¿Existen partidos políticos en una sociedad o qué tipo de organizaciones políticas hay en dicha sociedad? ¿Qué papel juegan estas organizaciones en la vida y realidad social de esta sociedad? ¿Qué tipo de sistema socio-económico existe y qué relación existe entre éste y el Estado? ¿Qué tipo de recursos tiene o posee una sociedad para la satisfacción de las necesidades de su gente y cómo estos recursos son distribuidos entre la gente? ¿Qué papel juega el Estado y la política en la distribución de estos recursos? ¿Cómo un Estado se relaciona a su vez con otros Estados y qué tipo de relaciones culturales, políticas, económicas y comerciales establecen los Estados entre sí? ¿Qué tipo de reglas, normas, acuerdos, pactos y/o leyes regulan las relaciones entre los Estados? ¿Qué factores influyen y determinan el tipo de relación que se da entre los Estados? ¿Qué organizaciones se han desarrollado a nivel internacional entre los Estados y cómo estas operan? ¿Cómo y por qué surgen los conflictos, las luchas y las guerras entre los Estados? ¿Qué mecanismos, si alguno, existen para resolver o minimizar estos conflictos? ¿Por qué la guerra y cómo se consigue verdaderamente la paz? Las anteriores son solamente algunas (pocas) preguntas que la ciencia política tiene el propósito de responder. Esta disciplina no pretende reclamar que tiene respuestas para todas las posibles preguntas que se nos podrían ocurrir con respecto a los asuntos políticos o a la llamada actividad política humana. Sin embargo, la ciencia política posee los recursos necesarios para atender y analizar rigurosamente muchas de estas preguntas y para brindar posibles respuestas para la mayoría de éstas. Ahora bien, para efectos de establecer de una manera simple y clara “cuál es el alcance de los estudios de la ciencia política”, tomaremos como “nuestra definición” de esta disciplina la siguiente descripción: Ciencia Política: es en general el estudio y el conocimiento sobre “los principios y las causas” de todas las formas que asume la actividad política humana. Esta disciplina estudia e intenta conocer el “origen” y las “primeras causas” (o aquello que da paso o es “causa”) de las actividades políticas del ser humano. Entre estas actividades están todas aquellas relacionadas al llamado proceso de toma de decisiones colectivas (a nivel público). La ciencia política estudia este proceso de toma de decisiones y la manera en que los seres humanos se organizan en torno a este proceso con el propósito desarrollar, mantener y perpetuar su vida en común. De modo, que la ciencia política tiene como objeto de estudio todo lo relacionado con el Estado y el gobierno, el poder político (y el poder en general), la ley, la legislación, el orden, la justicia, la libertad, la autoridad, la legitimidad, los derechos civiles, la guerra, la paz y las relaciones (político-económicas) entre los Estados o naciones del mundo. Todos estos fenómenos sociales (entre otros muchos) son considerados como fenómenos de naturaleza “política”; y, por lo tanto, todos forman parte de las cosas que los “científicos políticos” estudian. Como indicáramos, dado el hecho, de que las actividades políticas de los seres humanos asumen diferentes formas y tiene una extensa gama de facetas o caras, la ciencia política se ve obligada a estudiar diversas y amplias áreas de la vida social humana. De la misma forma que la vida social, cultural y política humana ha venido desarrollándose, evolucionando y expandiéndose a través de los siglos, el estudio de las actividades políticas se ha desarrollado y expandido para atender la evolución de la vida humana. De suerte que esta disciplina se ha ido especializando y subdividiendo a través de los tiempos, para atender más profunda y rigurosamente ciertas áreas específicas de las actividades políticas desarrolladas por el hombre. Son muchos los hombres y mujeres que han dedicado su vida a observar con detenimiento los eventos y las situaciones socio políticas que han desarrollado los seres humanos a través de los tiempos. Comentadores, críticos sociales, filósofos, historiadores, corresponsales de prensa, novelistas, escritores de teatro y poetas han estado observando, comentando, analizando y teorizando sobre procesos políticos desde muy temprano en la historia humana. En la Biblia, por ejemplo, el libro del Génesis nos narra como Dios le dio los recursos a Moisés para liberar al pueblo hebreo de la esclavitud a la cual estaba este pueblo sometido por el gobierno Egipcio. Sin duda, muchos de los comentarios que encontramos en esta narración bíblica son de carácter socio-político dado el hecho fundamental que lo que se nos narra es una situación de “lucha política” de liberación en la que el pueblo judío prevalece sobre el egipcio. Evidentemente, esta narración del génesis documenta parte de la historia política del pueblo judío. En la China, hace muchos siglos tras, Confucio, escribió, sobre moral, ética y asuntos políticos. El historiador griego, Herodoto, describe las famosas Guerras Persas, donde nos brinda muy acertados comentarios sobre la guerra en general y un incisivo análisis sobre la tiranía. Los comentarios y el análisis de Herodoto sobre este tema son muy útiles en el estudio de estos asuntos para la ciencia política hoy día. Herodoto escribió estos trabajos en el 450 A.C. Alrededor del 400 A.C., Sófocles, un autor de obras de teatro griego escribió una serie de tragedias muy famosas en la cual se analizaban ampliamente asuntos de carácter político. La más famosa de estas piezas lo es Antígona, donde se analiza el problema de la justicia y el poder político. Para más o menos esta misma época, en Atenas, Grecia, Sócrates, Platón y Aristóteles le dieron forma y establecieron los fundamentos de lo que es el estudio filosófico de la organización sociopolítica de los humanos y en especial del “Estado”. Estos filósofos fueron los primeros someter la “política” a un estudio riguroso y a un análisis filosófico profundo de diferentes asuntos públicos tales como la justicia, la ética civil o del ciudadano, entre otros temas. Estos tres pensadores de la antigüedad son, de hecho, considerados los padres de la filosofía política. Aristóteles fue, efectivamente, el precursor de la ciencia política como la conocemos hoy día al observar y examinar a fondo los asuntos del Estado, la ciudadanía y los diferentes regímenes políticos desarrollando modelos de análisis que forman las bases de lo que es hoy la ciencia social que comprende el estudio de los asuntos políticos humanos. Al pasar de los años, como señaláramos, el alcance y el enfoque de la ciencia política ha cambiado y se ha expandido. Por lo tanto, los subcampos del estudio de esta se han multiplicado como consecuencia de la complejidad y las dimensiones que los diferentes procesos políticos han asumido a través de la historia humana. De modo que el estudio de la política incluye no solo el estudio de los procesos de toma de decisión en un pueblo, sino también cómo estos procesos se originan, se constituyen y se desarrollan históricamente. En otras palabras al estudiar un orden político establecido hay que estudiar también como dijimos, como se organiza este poder. La reflexión sobre el origen, desarrollo y organización del poder político (del Estado y de un sistema de gobierno) hace necesario preguntarse, además, cómo se origina el resquebrajamiento, colapso o desaparición de un sistema político o Estado. Por lo tanto, el científico político también se cuestiona y profundiza en el estudio de cómo un sistema político entra y cae en crisis, o cómo se desarrollan los problemas de desestabilización y desorden en una sociedad; además de cuestionarse, como se transforma y/o deshace o disuelve un Estado. No obstante, los asuntos descriptos en el párrafo anterior sólo representan la base o el comienzo de un estudio más profundo de otros fenómenos socio-políticos que están íntima y profundamente relacionados a estos fenómenos primarios o elementales. Como sugiriéramos anteriormente, detrás de cada fenómeno político establecido hay alguien (algún individuo, grupo, asamblea o pueblo) que tiene el rol de deliberar y tomar decisiones; de modo, que existe un poder político y autoridad. Donde quiera que hay poder político hay relaciones de poder que se dan a varios y diferentes niveles en una sociedad en particular; y donde quiera que hay relaciones de poder hay normas, leyes, órdenes, conductas socio-políticas, distribución de recursos y determinados esquemas de organización y relaciones sociales que forman y caracterizan la estructura política de una sociedad. Sabemos que el ser humano es un ente social con una naturaleza compleja. Como actor social el individuo o los grupos de individuos tienen ideas e intereses que muchas veces entran en conflicto con las ideas e intereses de los demás. Consecuentemente, dado que las formas de pensar y las preferencias de los miembros de una sociedad tienen resultan muchas veces contradictorias, el conflicto entre los individuos es inevitable. El conflicto es ineludible dado que los objetivos y fines de los miembros de la sociedad varían en mayor o menor grado. De suerte que los individuos pueden antagonizar, por ejemplo, respecto a cómo se distribuyen las riquezas producidas por la sociedad o por cuáles valores o ideas serán privilegiados en dicha sociedad. Así la ciencia política, al ocuparse del estudio de la organización del Estado se ve obligada a estudiar también por qué razones los miembros de una sociedad entran en conflicto; y quiénes y cómo exactamente terminan peleándose en una sociedad. Las estrategias y los medios (fuerza, negociación, diálogo, cooperación) que utilizan los protagonistas del conflicto político, también son estudiados por la C. Política. El hecho de que un sistema político ha sido instituido a partir de cierto conflictos también implica probablemente que cierto grupo tuvo la oportunidad de imponer su voluntad o que se adoptó cierto acuerdo, por lo que el científico político esta interesado en conocer como exactamente se dieron estos procesos. De modo que esta ciencia se ocupa del estudio de todos estos fenómenos y los conceptos relacionados con estos asuntos. Ahora bien, todo fenómeno político estudiado de cerca y a profundidad, tiene una historia que lo precede. Por lo tanto, el científico político tiene que ser un estudioso de la historia política de la sociedad que éste esta sometiendo a estudio. Por ejemplo, uno de los conceptos y/o fenómenos que la ciencia política tiene como objeto de estudio es la legitimidad. Donde quiera que hay un poder político establecido nos preguntamos si este poder es legítimo o si ha sido legítimamente establecido. Al científico político le interesa conocer si este poder es legítimo o no lo es; y por qué es o no legítimo y cómo dicha legitimidad se ha desarrollado. El científico político intenta contestar, ¿cómo cierto orden político ha adquirido su legitimidad históricamente o cómo la fue o ha ido perdiendo, o por qué nunca la adquirió, etc.? Evidentemente, toda formación de un sistema de gobierno o Estado tiene toda una historia en la cual probablemente han habido conflictos, luchas y posiblemente guerras, como también necesariamente han compromisos, consensos y acuerdos que dieron paso a la creación de dicha organización política. Por lo tanto, la ciencia política se dedica también a analizar la historia y los acontecimientos, luchas, guerras y/o los acuerdos, compromisos y pactos que dieron paso a la creación de un Estado dado. De igual manera la ciencia política se dedica a analizar concreta y teóricamente cómo y por qué se dan estos fenómenos. Es decir, se dedica al estudio del conflicto político y de la guerra. También se interesa por el estudio de las alianzas o tratados entre los miembros de una sociedad o de diferentes países o Estados. La ciencia política estudia cómo se crea el orden político y cómo se establece la paz. Igualmente examina cómo se deteriora, se degenera y se destruye una situación de orden y paz con el propósito de analizar cómo se generan los conflictos y se pierde por completo la paz en un país. y se llega a la guerra. Así, por un lado, ésta el fenómeno y/o evento socio-político, su desarrollo y sus resultados, a la cual el científico político brinda atención. Por otro lado, en todos estos fenómenos existen necesariamente actores políticos (individuos, tribus, grupos, partidos, pueblos, naciones, unión o coalición de naciones, etc.) a los cuales también la ciencia política presta su atención. De estos procesos resultan también toda una serie de decisiones (como acuerdos, reglas, normas y leyes) y unos comportamientos (costumbres, ideas, actitudes, derechos, deberes y moral) que nacen de estas decisiones, que también pertenecen a la esfera de lo político y a los cuáles la ciencia política también analiza. Para estos fines en la ciencia política existen una serie de subdisciplinas de estudio, o subcampos, que le prestan atención a distintos aspectos particulares de la política. Estas subdisciplinas son: a) la filosofía política o teoría política, la cual se cuestiona teórica y filosóficamente sobre distintos aspectos, conceptos, nociones relacionados con los asuntos políticos humanos (ejemplo: el filosofo político analisa filosóficamente el Estado, el derecho, la ley, la legitimidad, la justicia, la libertad, la igualdad, el poder, la lucha, la guerra, la paz, etc.); b) el estudio de la política partidista, la cual se encarga de estudiar los partidos políticos y su estructura, los líderes, la ideología partidista, las actividades y las acciones de los partidos y la relación de estos con los miembros de la sociedad, etc.; c) las relaciones internacionales, la cual estudia las relaciones entre los países, los acuerdos, el comercio, las leyes y el derecho internacional, etc.; d) el estudio de la cultura y el comportamiento político, la cual estudia la forma en que la gente se comporta políticamente (sus actitudes y valores socio-políticos, comportamiento electoral); e) el estudio del derecho público, la cual estudia la ley, la justicia y los principios políticosmorales de un pueblo; f) estudio del derecho constitucional; g) la economía política, la cual se encarga de estudiar el rol de la política y del Estado en los asuntos económicos de una sociedad y del planeta; h) la política comparada, la cual se dedica al estudio comparativo entre los sistemas y los procesos políticos de diferentes Estados alrededor del mundo (ejemplo: esta compara las diferencias y las similitudes entre los partidos políticos, o las políticas económicas o las organización de la sociedad en de distintos países alrededor del mundo, entre otros muchos asuntos). La ciencia política, además, estudia la administración y las políticas públicas de un gobierno. Esta estudia también el comportamiento y los intereses de la elite o de los líderes políticos, las campañas y el financiamiento de éstas, entre otras cosas (ver Anejo E respecto a este último punto). Pero, para ver con más claridad cómo exactamente opera un científico político a la hora de someter a estudio algún fenómeno político echémosle un vistazo a varios conceptos y/o asuntos a los cuales la ciencia política les brinda atención. En primer lugar vamos a detenernos en una definición mas detallada de “política” ( o la actividad política humana) para tener una idea más adecuada de lo que este concepto significa en toda su complejidad. Continuaremos con un breve análisis del concepto y el asunto del “Estado” ( y/o del ámbito de lo Estatal). Por último, analizaremos los conceptos de “poder político” y de “poder” en general para observar la complejidad que yacen en las profundidades de las nociones y de las prácticas relacionadas al asunto del poder. “Política como actividad humana”: aproximación a los detalles Para apreciar con mayor exactitud cuál es el alcance real de la ciencia política y para ser más rigorosos en nuestra introducción a esta área de estudio, veamos una definición más amplia de POLÍTICA, como actividad humana. La Política (como actividad) se puede definir como: todas aquellas actividades humanas relacionadas con las diferentes facetas que asume, el proceso de toma de decisiones a nivel colectivo (de aquí en adelante, PTD) por parte de un grupo social. Podríamos añadir, que el PTD forma parte de aquello que se conoce como el orden político, o lo que en muchos casos se le llama, el “orden estatal”. Por lo tanto, todas aquellas actividades relacionadas con los diferentes aspectos del “orden estatal” se consideran parte de la “política” y/o de la vida política de un pueblo. Ahora bien, cualquier orden político (o ESTADO) en existencia tiene que haber sido creado, instituido o desarrollado de alguna forma. Un Estado en específico, o los Estados, no han “estado” allí por siempre. Estos no son entidades que han existido a través de toda la historia de la humanidad sino que se originaron, nacieron y se desarrollaron en algún momento específico o período de la evolución de la vida de los seres humanos. Todo Estado, por lo tanto, se hace, se crea, se fragua, y consecuentemente, su creación y desarrollo tiene una historia. Los Estados no nacen ni se hacen de la nada, el ser humano los ha hecho y construidos. De lo cual se sigue que la creación misma del orden político y todas las actividades humanas envueltas en este proceso creativo forman parte de las actividades políticas que el ser humano lleva a cabo. Podríamos decir, incluso, que la imaginación del ser humano, el esfuerzo mental que significa pensar, vislumbrar y concebir el Estado son actividades políticas; es decir, el proyecto político, el pensar en crear vínculos políticos, son, de hecho el primer paso a la creación de un Estado y por lo tanto, constituyen la primera fase de la actividad política de hombre en su camino hacia la creación e institucionalización de un PTD. Hacer lo necesario para crear sus condiciones, fundarlo y desarrollarlo forman parte, por su puesto, de la puesta en función de este proyecto; el proyecto político. Para crear un Estado y a su vez instituir un PTD hace falta instituir un “poder soberano” o “autoridad política” y organizar como este poder soberano va a operar para tomar las decisiones de índole pública. A veces, como nos comprueba la historia, la constitución de este poder soberano ha sido el producto de consensos, acuerdos y tratados entre grupos o pueblos vecinos; pueblos que han sido amigos o que, por el contrario, han sido en algún momento rivales o incluso enemigos que se han hecho anteriormente la guerra. Sabemos, sin embargo, que otras veces la creación de un Estado es producto del enfrentamiento entre grupos, de luchas violentas y/o de revoluciones armadas o guerras entre seres humanos de una misma sociedad o grupo o entre pueblos enemistados. Como bien conocemos, la lucha violenta, el derramamiento de sangre y la guerra han formado parte de los “procesos políticos” a través de la historia de la humanidad. Por lo tanto, el conflicto y la lucha por el poder político (o sea, la lucha por adquirir el poder de administrar o controlar el PTD, en una sociedad) forman también parte de las actividades políticas del ser humano. De acuerdo a diferentes pensadores políticos y comentaristas, los debates, los conflictos, los enfrentamientos, las luchas violentas por el poder, al igual que la guerra son, por tanto,” actividades políticas”. Un Estado, nace consecuentemente, de toda una serie de actividades políticas en las que los seres humanos se envuelven como parte de su vida social y de su necesidad de convivir, de asociarse y organizarse sociopolíticamente. Por otro lado, la política ha sido también definida como: el arte de gobernar. En este sentido se define “política” como el conocimiento y las habilidades que tiene un gobernante para administrar y ejercer el poder político (o sea, para tomar y ejecutar decisiones de orden público). Esta definición no se aleja del todo de la definición general de “política” dada anteriormente porque viene a describir una “actividad política”, en este caso la actividad específica del gobernante o del líder, que a su vez es una de las más importantes actividades políticas en una sociedad. El arte de la política, como diría N. Maquiavelo, “es el arte de gobernar bien.” El debate más importante desde esta perspectiva es: “¿qué significa, exactamente gobernar bien” Según Maquiavelo, gobernar bien es tener la capacidad para adquirir y mantener el poder político exitosamente. Sin embargo, para otros como Platón y Aristóteles, gobernar bien significa, gobernar para el bien de todos, para el bien común o del Estado.