© El Fondo Mundial / India / John Rae P R E S T A R E S P E C I A L A T E N C I Ó N A Poblaciones clave Acabar con las epidemias y no dejar a nadie atrás La misión que lleva a cabo el Fondo Mundial tiene como base fundamental el reconocimiento de que solamente podremos acabar con las epidemias de sida, tuberculosis y malaria si las personas directamente afectadas participan activamente en la respuesta a estas enfermedades. El VIH, la tuberculosis y la malaria se alimentan de la estigmatización, la discriminación, las normas sociales perjudiciales, la criminalización y la pobreza. La asociación del Fondo Mundial se dedica tanto a implicar en la respuesta a las personas directamente afectadas como a combatir las dimensiones sociales de la enfermedad para permitir que las personas tengan acceso a los servicios que necesitan. Las poblaciones clave están integradas por personas que corren un mayor riesgo de contraer VIH, tuberculosis y malaria, y que deben hacer frente a un acceso reducido a los servicios y a la criminalización, la marginación o las violaciones de los derechos humanos. Aquellas personas que quedan excluidas de esta definición de poblaciones clave, pero experimentan una mayor vulnerabilidad a los efectos del VIH, la tuberculosis y la malaria, tales como niñas adolescentes y mujeres jóvenes en África oriental y meridional, son consideradas poblaciones vulnerables. Para acabar con las epidemias debemos concentrar cada vez más nuestros esfuerzos en proporcionar prevención, tratamiento y asistencia tanto a las poblaciones clave como a las poblaciones vulnerables. En todas las regiones, la incidencia del VIH sigue siendo elevada o está aumentando en las poblaciones clave. Más del 90% de las nuevas infecciones de VIH en Asia central, Europa, América del Norte, Oriente Medio y Norte de África se registra en personas pertenecientes a poblaciones clave y sus parejas sexuales; en Asia y el Pacífico y América Latina y el Caribe, las poblaciones clave representan cerca de dos tercios de las nuevas infecciones. Las poblaciones clave adolescentes se enfrentan a mayores riesgos y comienzan a tener relaciones sexuales o participan en comportamientos de riesgo a una edad más temprana, pero existe una clara falta de datos e investigación a nivel mundial relacionada con este grupo. ¿Quiénes son las poblaciones clave? VIH Gais, bisexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas que se inyectan drogas, trabajadores sexuales y personas transgénero son marginados socialmente, a menudo criminalizados y deben enfrentarse a una serie de abusos de los derechos humanos que aumentan su vulnerabilidad al VIH. Las personas que viven con el VIH también son consideradas como población clave. Tuberculosis Presos, personas que viven con la coinfección de tuberculosis y VIH, migrantes, refugiados y poblaciones indígenas son muy vulnerables a la tuberculosis, y sufren una marginación considerable, acceso limitado a servicios de calidad y violaciones de los derechos humanos. Todas las personas que padecen tuberculosis, o han sobrevivido a la enfermedad, son consideradas como una población clave para la tuberculosis. Malaria Refugiados, migrantes, personas desplazadas dentro de sus países y poblaciones indígenas en zonas donde la malaria es endémica corren a menudo un mayor riesgo de transmisión de la enfermedad, normalmente tienen un menor acceso a la atención y los servicios y a menudo también sufren marginación. Los trabajadores sexuales, las personas que se inyectan drogas, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y las personas transgénero no están adecuadamente cubiertos con servicios de prevención, tratamiento y asistencia del VIH apropiados y aceptables. Numerosas barreras políticas y jurídicas limitan su acceso a estos servicios esenciales. Estas personas sufren a menudo situaciones de estigmatización, discriminación y violencia. El temor a la discriminación y las posibles consecuencias jurídicas debido a leyes perniciosas que criminalizan basándose en la orientación sexual, la edad, el trabajo sexual o el consumo de drogas hacen que muchas personas sean reacias a someterse a las pruebas del VIH y a recibir la atención posterior. Esto da como resultado diagnósticos tardíos, una circunstancia que tiene una repercusión negativa en su salud y en la de sus parejas sexuales. En el contexto de la tuberculosis, el hacinamiento en las prisiones contribuye en gran medida a la proliferación de la enfermedad, con un riesgo de incidencia media de la tuberculosis en las prisiones 23 veces superior a la de la población general. Asimismo, en el caso de la malaria, las poblaciones migrantes indocumentadas en las zonas fronterizas de la región del Gran Mekong en el sudeste asiático presentan una probabilidad desproporcionadamente mayor de estar expuestas a la enfermedad y una probabilidad menor de beneficiarse de medidas de protección, diagnóstico precoz y tratamiento, ya que a menudo tratan de evitar el contacto con los servicios públicos por temor a ser deportadas o tener que pagar un precio elevado por los servicios como no ciudadanos. Invertir en servicios y apoyo El Fondo Mundial insiste en que los países incluyan una inversión adecuada en servicios y apoyo para las poblaciones clave en sus solicitudes de financiamiento. El Fondo Mundial ha asumido el compromiso de procurar que las personas tengan acceso a la prevención, tratamiento, atención y apoyo independientemente de su género, sexualidad, ingresos, clase social o etnia. El Fondo Mundial sigue siendo el mayor inversor en programas de reducción de daños destinados a personas que se inyectan drogas, para lo que aportó aproximadamente US$ 603 millones en el período 2002-2013. El Fondo Mundial anima a los países a que promuevan programas basados en pruebas y derechos que amplíen el acceso a la prevención, tratamiento, asistencia y apoyo para las poblaciones clave en el contexto de las tres enfermedades. Por ejemplo, en los países de ingresos medianos altos, el Fondo Mundial requiere que los países concentren el 100% de las solicitudes de financiamiento en abordar las necesidades de las poblaciones clave. Esto incluye asimismo el apoyo para permitir que las organizaciones y redes sociales dirigidas por y para las poblaciones clave lleven a cabo actividades de defensa de la causa en nombre de sus pares y les presten los servicios necesarios. Participación constructiva Para cerciorarse de que los países preparan una respuesta eficaz a las tres enfermedades, el Fondo Mundial exige la inclusión de las poblaciones clave en los mecanismos de coordinación de país (los comités compuestos por miembros de la comunidad y expertos gubernamentales y de salud que elaboran y dirigen los programas financiados por el Fondo Mundial en un país). Actualmente se llevan a cabo una serie de iniciativas para permitir que los representantes de las poblaciones clave participen de manera fructífera en esas actividades. El Fondo Mundial también exige entablar un diálogo de país, un proceso en el que participan las partes interesadas clave, incluidas las poblaciones clave, con el objetivo de determinar las necesidades y las intervenciones en salud más eficaces en un país. El Fondo Mundial otorga un gran valor a establecer una relación de trabajo inclusiva con las poblaciones clave, grupo poblacional que cuenta con representación en la Junta Directiva del Fondo Mundial en reconocimiento de sus valiosas aportaciones, orientación y supervisión. Julio de 2016 theglobalfund.org Marruecos fomenta la inclusión Con el fin de garantizar la seguridad y la protección para las poblaciones clave que son criminalizadas y gravemente estigmatizadas en Marruecos, el Mecanismo de Coordinación de País procuró que su proceso de elección fuese justo y transparente al tiempo que se protegía el anonimato de los candidatos pertenecientes a los grupos de población clave. Se amplió el número de miembros de comité para incluir a personas de las poblaciones clave y las organizaciones de derechos humanos, y un comité de renovación de miembros de comité contó con la participación de la sociedad civil en el diseño del proceso de elección. Los miembros de las poblaciones clave afectadas aumentaron de solo 1 en 2013 a 5 en 2014. En la actualidad, la estigmatización y la discriminación son elementos habituales en las agendas de reuniones y en las visitas sobre el terreno de supervisión. De los principios a la acción La inversión del Fondo Mundial en las poblaciones clave ha aumentado de manera continuada produciendo un cambio y repercusión reales. El Fondo Mundial ha movilizado más recursos para intervenciones eficaces tales como programas de agujas y jeringuillas y distribución de naloxona para evitar las sobredosis de opiáceos; y actualmente se destinan más fondos a paquetes integrales para personas que se inyectan drogas. Un número creciente de países de África oriental, meridional, occidental y central está incrementando sus inversiones. Cada vez se asignan más fondos para la promoción de la causa, el diálogo político y el fortalecimiento comunitario mediante subvenciones regionales así como para procurar que las poblaciones clave, incluidas las personas que viven con el VIH, reciban los servicios adecuados, sobre todo si sus necesidades no están cubiertas solo a través de los programas nacionales. El Fondo Mundial está trabajando para mejorar los sistemas de datos sanitarios, en particular la recopilación de información estratégica sobre poblaciones clave en el contexto del VIH, con el fin de asegurar que los programas estén diseñados y ejecutados para satisfacer las necesidades específicas de estos grupos. Hasta junio de 2016, 49 países disponen de estimaciones adecuadas a nivel nacional relativas a las poblaciones clave, apoyados por un programa de sistemas de datos de US$ 6 millones en el que participa el Fondo Mundial. El Fondo Mundial también ha implantado diversas políticas para apoyar transiciones responsables de países que pronto ya no podrán acceder al financiamiento del Fondo Mundial con objeto de asegurar que los beneficios obtenidos en respuesta a las epidemias en las poblaciones clave no se pierdan. Acerca del Fondo Mundial El Fondo Mundial es una asociación del siglo XXI concebida para acelerar el final de las epidemias de sida, tuberculosis y malaria. Como asociación entre gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y las personas afectadas por estas enfermedades, el Fondo Mundial moviliza e invierte cerca de US$ 4.000 millones al año para financiar programas administrados por entidades expertas locales en más de cien países. Los costos operativos del Fondo Mundial representan solo el 2,3% de las subvenciones que se gestionan, un dato que refleja un grado de eficacia excepcionalmente alto. Juntos trabajamos para atender mejor a las personas que padecen estas enfermedades eliminando barreras y adoptando enfoques innovadores.