directo, más racional o más agresivo y uno femenino que se caracteriza por ser más transformacional, más de incluir en un grupo, en una idea, más sensible, más comunicativo. Mientras que el masculino sería más transaccional: yo te pago y tú me das algo a cambio" . Naciendo a liderazgos más femeninos Actualmente, las neurociencias están demostrando que el cerebro femenino está especialmente dotado para el desarrollo de habilidades para el liderazgo, fundamentalmente a partir de los avances que se han ido generando en el estudio del potencial cerebral relacionado con la empatía. ¿Qué es la empatía?La empatía es definida como la capacidad de identificar los sentimientos de otras personas. Existen dos tipos de empatía: la cognitiva y la emocional. La empatía cognitiva involucra la capacidad de conocer lo que otra persona está pensando o sintiendo (se estudia bajo el concepto de “teoría de la mente”). La empatía emocional se refiere a la capacidad de sentir o experimentar lo mismo o algo similar a lo que le está sucediendo a otra persona. Que hombres y mujeres piensan y se comportan de forma distinta es algo evidente y sobre lo que se ha dicho y escrito mucho. Pero ir al origen de esta diferencia implica un paso más allá: comprender la diferencia real y esencial entre los cerebros masculino y femenino. Una reflexión sobre un nuevo modo de liderazgo de Ivonne Guebara Plagiando a Jesús en su Evangelio me atrevo a decir: “Tengo pena de estos hombres” que no conocen de cerca las contradicciones y las bellezas de la vida, que no permiten a sus corazones vibrar abiertamente con las alegrías y sufrimientos de las personas, que no aman el tiempo presente, que prefieren la estricta ley a la fiesta de la vida. Solo aprendieron las reglas inflexibles de una doctrina cerrada en una racionalidad ya obsoleta y desde ella juzgan la fe de los demás y especialmente de las mujeres. Tal vez piensan que Dios los aprueba y se somete a ellos y a sus elucubraciones tan lejanas de los que tienen hambre de pan y justicia, de los hambrientos, los abandonados, de las prostituidas, de las violadas y olvidadas. El tema de las diferencias esenciales que existen en la mente de cada uno de los sexos es evidentemente muy delicado, pero la teoría que más adeptos esta ganando en la actualidad (neurocientíficamente hablando) es la que postula: ¨El cerebro femenino está predominantemente estructurado para la empatía. El masculino está predominantemente estructurado para entender y construir sistemas Utilizando como métrica al Cociente de Sistematización (CS) y al Cociente de Empatía (CE), se pueden prever 3 tipos de cerebro, y por consiguiente 3 tipos de individuos: Aquellos que tienen una capacidad empática más desarrollada que la sistematización, lo cual se podría representar como E>S, yrepresenta al cerebro femenino o cerebro tipo E Aquellos cuya capacidad de sistematización es superior a la de empatía, es decir S>E. Este caso representaría al cerebro masculino o cerebrotipo S Los individuos cuyacapacidad de sentir empatía y de sistematización son igual de fuertes.En éstos E=S. Denominado cerebro equilibrado o cerebrotipo B. El sexo NO determina el tipo de cerebro. Una mujer, por ser mujer, no tiene por qué tener un cerebro tipo E y lo mismo ocurre con el hombre; aunque sí está demostrado que más hombres que mujeres tienen cerebro tipo S y más mujeres que hombres cerebro tipo E. El cerebro equilibrado (tipo B),por otra parte, es el menos frecuente de los tres tipos, pero quien integra ¨equilibradamente¨las capacidades de ambos tipos de cerebros, permitiendo contar con recursos cerebro-mentales ideales para liderar ¨en femenino de forma muy eficientemente y efectiva. Desde hace décadas las investigaciones realizadas (especialmente en empresas) destacan que el estilo participativo e intuitivo y con mayor flexibilidad, cualidades propias del liderazgo femenino, son eficientes y efectivas no sólo para con la productividad en el ámbito laboral, sino además, con el rol de convertir al trabajo en algo más humano. El liderazgo femenino** aprovecha todos los talentos y habilidades naturales de la mujer como no sucedió antes. Es un enfoque de liderazgo que se relaciona con las diferencias de sexo, la socialización temprana y las experiencias únicas de la niñez, que forman los valores, intereses y comportamientos de la mujer adulta. Pero en el mundo de las empresas yorganizacioneslas¨reglas de juego¨ todavía son definidas siguiendo los estándares ¨masculinos¨ ya que, el rol gerencial, sigue siendo mayoritariamente patrimonio de cerebros tipo S (cerebro masculino, neurocientíficamente hablando). Por esta razón, se espera de un líder, un modelo de comportamiento preestablecido.Como líderes atípicas, las mujeres son a menudo percibidas como transgresoras de las normas de liderazgo o de las de la feminidad. Peroun mayor protagonismo femenino (con cerebros tipo B y E) en puestos ejecutivos no es solo "una cuestión de mujeres" ni un tema de moda, sino que implica una nueva manera de gestionar las organizaciones y las personas para ofrecer una igualdad de oportunidades sin sesgos de género. Las nuevas generaciones empiezan a demandar un estilo de liderazgo más relacionado con el femenino, es decir, más participativo, más colaborador y menos jerárquico, que les ayude a alcanzar con mayor probabilidad de éxito sus objetivos, por tanto, la ¨buena noticia¨ es que cada vez más mujeres toman conciencia de este modelo ¨alternativo¨ de liderazgo y, a la vez, más directivos hombres están reconociendo la eficiencia y eficacia que éste aporta al ámbito laboral. Patricia Debeljuh, indica que la sensibilidad de la mujer está presente en su estilo de dirigir y constituye un verdadero aporte para humanizar las relaciones dentro de las organizaciones. "Las mujeres tienden más a transformar los intereses personales de los miembros de un equipo en metas de la organización y a no imponerles objetivos desde afuera. Para esto, estimulan la participación, comparten el poder y la información, realzan el valor personal de cada uno y hacen que los demás sientan entusiasmo por lo que hacen. La mujer líder se apoya en un estilo colaborativo, compartido y no competitivo." Según los estudios efectivamente existe una diferencia entre liderazgo femenino y masculino, aunque esto no quiere decir que necesariamente las mujeres posean el femenino y los hombres el masculino. Hay mujeres que se caracterizan por tener un liderazgo más masculino y viceversa. "Digamos que hay un liderazgo masculino que se caracteriza por ser