Cuadernillo 40

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40– Historia de la Iglesia
También se regulariza la obligación del
ayuno. De ahora en adelante será obligatorio
sólo en cuaresma, en las cuatro témporas y
en las principales fiestas. Los franciscanos
instituyen la fiesta de la Visitación en honor
de la Virgen y los dominicos popularizan la
devoción del Rosario. Mientras tanto, de
oriente van llegando numerosas reliquias de
santos.
LOS ALBIGENSES
El papa Inocencio III extirpa una nueva
planta herética, brotada en Francia, proclamando la cruzada contra los albigenses. Esta
lucha está capitaneada por el belicoso Simón de Monfort. La guerra, áspera y difícil,
acaba en el año 1229. Los albigenses son
derrotados. Por este tiempo, el concilio IV
de Letrán (1215) precisa la obligación de la
comunión al menos una vez al año por Pascua. También por este tiempo se difunde el
uso de llevar la comunión a los enfermos.
CUARTA CRUZADA
La ardiente petición del Papa para la liberación de los Santos Lugares no ha sido escuchada por los soldados ni por los hombres
de gobierno, pero llega al inocente corazón
de los niños. En el año 1212 tiene lugar la
legendaria y emocionante cruzada de los
niños. Millares y millares de niños de toda
Europa abandonan sus casas paternas y se
dirigen, entre enfermedades y fatigas, hacia
Tierra Santa. Sus generosos corazones están
inundados por el deseo de pisar la misma
tierra que pisó Cristo. Es un gran acto de
valentía y amor, pero demasiado imprudente.
LOS GOLIARDOS
Agotado por el trabajo, Inocencio III muere
repentinamente el 16 de junio de 1216. Le
sucede Honorio III (1216-1227). Hasta este
momento el mundo ha estado casi siempre
gobernado por guerreros, frente a los cuales
la Iglesia se erige en baluarte defensor de
los humildes. Pero ahora una nueva clase
comienza a destacar en la sociedad. Son los
goliardos, hombres que estudian en las
universidades las cuatro materias fundamentales: teología, filosofía, derecho y medicina.
QUINTA CRUZADA
Toda Europa se dedica ahora, con mayor
empeño a los estudios y a la poesía. Hasta
un rey será poeta: Federico II, sobrino de
Barbarroja. Federico ha prometido al Papa
que participará en la quinta cruzada proclamada en el año 1219. El mismo san Francisco acompaña a los guerreros, que se apoderan de la ciudad de Damieta, en el delta del
Nilo. Egipto espera a los cruzados.
En efecto, en Marsella, los muchachos caen
en las torpes manos de dos mercaderes sin
escrúpulos que les embarcan en siete naves.
Los niños están convencidos de que les
llevan a Tierra Santa. En cambio, los venden como esclavos a los musulmanes de
Egipto. Centenares de estos valerosos niños
mueren en el mar, cerca de las costas de la
isla de Cerdeña. Y en ese mismo lugar, más
tarde, el papa Gregorio IX erigirá en su
memoria la iglesia de los Nuevos Inocentes.
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El sultán ofrece la paz, pero los cruzados
rechazan esta oferta. Han pedido ayuda al
emperador de oriente y esperan conseguir
brillantes victorias. Pero la ayuda del emperador no llegará nunca. Asediados en la
fortaleza de Mansurah, los valerosos soldados de la quinta cruzada quedan diezmados
por la peste. Después, el hambre les obliga a
rendirse. Corre el año 1221.
FEDERICO II CONTRA LA IGLESIA
Despreciando al papado, después de firmar
un acuerdo con el sultán, Federico se hace
coronar rey de Jerusalén. Es la última jugarreta. El mundo cristiano se subleva indignado, mientras Federico ataca violentamente
las poblaciones italianas. Su furia es idéntica a la de Barbarroja. Parece que todo está a
su favor tras su victoria en la batalla de
Cortenuova. Estamos en el año 1237. ¿Ha
terminado definitivamente la libertad?
4 de octubre de 1226: san Francisco de Asís,
que dos años antes ha recibido las santas
llagas, muere cuando apenas tenía 45 años.
«Alabado sea el Señor, por nuestra hermana
la muerte corporal...» había dicho en su
maravilloso Cántico de las criaturas, una de
las más bellas poesías de la Edad Media.
Poco después le llega la hora de la muerte
también al papa Honorio III. Le sucede un
pontífice con una voluntad de hierro: Gregorio IX.
No. El Papa vigila. Y del mismo modo que
en su tiempo Alejandro III había proclamado la liga lombarda contra Barbarroja, ahora
Gregorio IX anima la nueva liga lombarda
contra Federico II. Una vez más la Iglesia se
dedica a defender la independencia de los
pueblos... Gregorio IX quiere defender
también a los cristianos del norte, asaltados
por los tártaros, que ya han devastado Rusia,
Polonia y las tierras del Danubio.
GREGORIO IX
El nuevo Papa se ve obligado a excomulgar
a Federico II. Lo hace el 28 de septiembre
de 1227, mediante una carta encíclica en la
que pone al descubierto todas sus maldades
y le amonesta para que haga penitencia si
desea el perdón. Digno sobrino de Barbarroja, Federico responde con un manifiesto
lleno de feroces improperios contra la Sede
Papal, amenazando con apoderarse de los
bienes de la Iglesia y de castigar con las
armas a todos los fieles del Papa.
27 de junio de 1244. Una nave genovesa
atraca en el puerto de Civitavequia. El papa
Inocencio IV se encuentra en Sutri. Un
mensajero de Federico II le ha entregado
una carta en la que el emperador suplica una
audiencia. Pero llega otro mensajero: «¡Santo Padre, trescientos caballeros alemanes
galopan hacia esta ciudad para haceros
prisionero! ¡Poneos a salvo! La nave de los
nobles de Génova zarpará cuando quiera
Vuestra Santidad».
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