Grupo Coppan SC Terrorismo Julio 25, 2006 Bombay, víctima del terrorismo El 11 de julio (11-J) Bombay, sufrió un atentado terrorista en su sistema ferroviario que dejó un saldo más de 200 muertos y alrededor de 700 heridos. En menos de 30 minutos, siete bombas hicieron estallaron en vagones y andenes de la Western Rail Line, por la que diariamente circulan seis millones de personas. Este atentado se realizó con métodos y materiales similares a los ataques a las estaciones ferroviarias en Madrid (Mzo 04) y el sistema de metro en Londres (Jul 05). Los atentados del 11 de julio reflejan el modus operandi de Al-Qaeda. La reivindicación de los atentados por el relativamente nuevo grupo separatista Lashkar-e-Qahar (LaQ), probable seudónimo del LeT, implica que las negociaciones entre Nueva Delhi e Islamabad por el diferendo de Cachemira podrían suspenderse por tiempo indefinido. Sin embargo, a diferencia de los atentados al Parlamento de India en 2001, va a ser muy difícil vincular a la organización LaQ con Musharraf, y por ende, será poco probable presenciar una escalada de violencia. El presidente Musharraf fue el primer mandatario en condenar los recientes atentados en Bombay. Las relaciones entre Gobierno pakistaní y los grupos separatistas Desde su independencia en 1947, India mantiene una disputa territorial con Pakistán respecto al territorio de Cachemira, actualmente bajo la jurisdicción de India y con población mayoritariamente musulmana. A partir del Acuerdo de Simia, en 1972, ambas potencias nucleares se comprometieron a resolver el conflicto de manera pacífica. En 2002 se incrementaron las tensiones y estuvieron de nuevo al borde de la guerra. En 2004, después de tres rondas de conversaciones, las relaciones se normalizaron a partir del compromiso pakistaní de erradicar a los grupos terroristas de su territorio. Durante mucho tiempo el Gobierno de Pakistán respaldó activamente a diversos grupos separatistas cachemires, que atacaron India con el fin de promover sus reivindicaciones separatistas. En diciembre de 2001, el grupo islamista Lashkar-e Toiba (LeT) realizó los atentados contra el Parlamento de India. El LeT, brazo armado de la organización islámica fundamentalista Markaz-ud-Dawa-wal-Irshad (MDI), fue uno de los grupos que apoyaron a los mujahaidin en Afganistán durante la ocupación soviética. El Ejército de la Pureza o LeT o presunto responsable de atentados contra las fuerzas de seguridad del Estado indio y de masacres entre la población no musulmana. La anterior presencia de LeT en Afganistán, hace suponer algún tipo de lazo con Al-Qaeda, aún cuando esto no ha sido probado. 2 En los atentados de 2001 el Gobierno de India presuntamente encontró vínculos entre éste grupo y el Presidente pakistaní, el general Pervez Musharraf, lo que llevó a una escalada de violencia entre Islamabad y Nueva Delhi en 2002. Desde entonces, y en un contexto general en contra el terrorismo derivado del los eventos del 11/09, el apoyo del Gobierno pakistaní a distintos grupos separatistas se hizo cada vez mas intangible, más sutil, y menos proclive ser rastreado, A partir de esa época varios grupos separatistas mutaron a organizaciones civiles, legales, enfocadas en actividades culturales, humanitarias o sociales, Mientras que otras se radicalizaron, fortalecieron sus nexos con Al-Qaeda. Tal parece ser el caso del nuevo grupo separatista Lashkar-e-Qahar (LaQ), probable seudónimo del LeT. Escenarios previsibles Los ataques del 11 de julio constituyen un obstáculo inevitable para continuar las negociaciones entre India y Pakistán. El principal afectado por esta situación será Pakistán, que poco a poco ha ido perdiendo la confianza de Estados Unidos como aliado en la región, que siempre ha visto en India a un socio más confiable. Por otra parte, la crítica situación en Medio Oriente, que actualmente ocupa la atención de Estados Unidos, nos hace suponer que los asuntos de India quedarán relegados a segundo plano, y que la comunidad internacional seguirá viendo los atentados terroristas en el tercer mundo, aún los perpetuados por Al Qaeda, como parte de conflictos regionales, y no como fenómenos del terrorismo internacional. Finalmente, India cobra cada día mayor protagonismo internacional derivado en gran parte de su desempeño económico. En caso de que militantes cachemires ataquen de nueva cuenta, bastiones económicos y comerciales hindúes, es muy probable que se desencadene una escalada violencia con Pakistán. Por el otro lado, si Musharraf pretende continuar en el poder, a pesar de la enorme oposición interna y la desconfianza de Estados Unidos, tendrá que ser lo suficientemente hábil para no dejarse vincular con Al Qaeda, y encontrar la forma de recuperar la confianza de Estados Unidos, lo que sólo será posible a través de acciones convincentes en contra de la insurgencia islamista en Cachemira y de su distanciamiento con las organizaciones Talibán en Afganistán.