Roxana Arce Roxana Velarde Significado y valoración del

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Autores
Roxana Arce
Roxana Velarde
Artículo
Significado y valoración del trabajo en
mujeres asalariadas y cuenta propia de
la ciudad de Santiago del Estero
1
“Significado y valoración del trabajo en mujeres asalariadas y
cuenta propia de la ciudad de Santiago del Estero”.
Autoras: Roxana Arce *
Roxana Velarde **
Introducción
El presente trabajo plantea las condiciones de vida, el sentido y valoración que
adquiere el trabajo desde la perspectiva del vínculo social, a partir de la condiciones de
precarización laboral
en grupos de mujeres asalariadas y cuentapropista de la ciudad de
Santiago del Estero.
El trabajo como una construcción histórica y contingente es el resultado de
características sociales y económicas particulares, que se visualizan en las “condiciones de
vida”.
Operativamente se procedió a la recolección de la información en nueve casos de
mujeres a quienes se le aplicó la técnica de entrevista en profundidad, la estrategia
metodológica cualitativa posibilitó tener una primera aproximación al sentido y valor que
adquiere el trabajo en el actual contexto del mercado laboral.
El trabajo esta organizado en base al argumento de aquellos que sostienen al trabajo
como “vínculo social”,
en segundo termino se presenta las metodología empleada y una
breve caracterización familia y laboral de las casos analizados y por último se presenta el
análisis de los casos planteados desde tres secciones: primera sección, se refiere a la
conformación de identidades y espacio de cooperación, construida a partir de la interacción
*
Roxana Arce Lic. En Sociología, cursando el Magister de Ciencias Sociales del Trabajo en la Universidad
de Bs. As. Becaria en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (INDES). Fac. de Humanidades Cs. Soc.
y de la Salud- UNSE. En el Proyecto “Las microempresas de subsitencia: como estrategias productiva de
mujeres jefas de hogar. Su impacto en la calidad de vida de la familia”.
**
Roxana Velarde. Lic. En Sociología, Magister en Comunicación Social de la Universidad de Chile. Docente
–Investigadora en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (INDES). Fac. de Humanidades Cs. Soc. Y
de la Salud- UNSE. En el Proyecto “Trabajo y Condiciones de vida: el empobrecimiento de la clase medias en
Santiago del Estero en los ‘90”.-
2
social, en la segunda sección se plantea las regla de convivencia en el espacio laboral y el
trabajo como utilidad social en su aspecto material y simbólico. Y en la tercera sección, se
presenta una aproximación sobre la valoración del trabajo desde el discurso de las mujeres.
Y por último, se desarrolla algunas conclusiones preliminares sobre el significado y
valoración del trabajo.
3
Aproximaciones teóricas
Entre los años ochenta y noventa la situación de las mujeres trabajadoras ha
experimentado importantes cambios lo que obliga a modificar las percepciones del trabajo
femenino que hasta ahora se tenía lo más notable es que esta tendencia presentan
continuidades y rupturas.
La Provincia presenta tasas de actividad económica que se sitúan por debajo de la
media del país, por ejemplo, entre 1990 y 1991, la tasa de participación en el área Santiago/
Banda
(conglomerado urbano de la provincia 300.000 hab.) bajó del 34 % al 32 %;
mientras que en el país crecía del 39,1% al 42,8%. (Nassif, Passeri, 1998)1 .
A partir de este contexto, el comportamiento del mercado de trabajo, se caracteriza
por tasas de desempleo del 8,6% equilibradas por el empleo público, altas tasas de
subocupación 17,5% y con más del 50% de población empleada en categorías
ocupacionales de cuenta propia (67,9%) y asalariada (28,4%) y en los deciles bajos de
ingresos (Decil 1 a 4: 34 % Decil 5 a (: 42,3%)
Otra de la evidencias de las restricciones ocupacionales de la mujer santiagueña la
proporciona el hecho de que cada 100 mujeres que trabajan en la ciudad de Santiago del
Estero 30 lo hacen en el servicio doméstico. El 70% del empleo femenino se concentra en
administración pública, la enseñanza, comercio, y servicio doméstico. (Zurita, C. y otros
1999)2 .
El aumento de la participación económica de las mujeres en nuestro medio pone de
relieve la ambivalencia en el cambio ya que se mantiene un mercado de trabajo altamente
segmentado y a la vez se produce una creciente participación de la
precarización del
trabajo femenino, expresada en niveles de ingresos notoriamente inferiores, falta de
regulación laboral, no se respeta los horarios, la seguridad social, en el sector formal, en
ocupación asalariadas de servicios. La conformación del mercado de trabajo en Santiago
1
Nassif, N. Diaz, R. Passeri, S. (1999). “Los cuenta propias urbanos. Los vendedores ambulantes en Santiago
del Estero en Sautu, Ruth; Di Virgilio, M.M.; Ojeda G. (Comp). Mujer, Trabajo y Pobreza en Argentina. Ed
UNDLP. Buenos Aires. Pág. 171 – 182.
2
Zurita, C. (1996). “El empleo en un área tradicional de trabajo. Marcos demográficos, estructura del empleo
y subutilización en Santiago del Estero”. PROIT – UNSE, INDES.
4
del Estero presenta las siguientes características: bajas tasa de participación laboral,
concentración en actividades terciarias o de servicios, importancia en lo urbano del sector
informal, el sobre empleo público y el servicio doméstico.
Aunque a largo plazo se advierte una paulatina incorporación de la mano femenina
en el mercado de trabajo, que esta limitado en las actuales medidas de ajustes y contracción
del sector público.
Asimismo, hay que destacar que en las últimos años la participación de las mujeres
en el sector informal es una fuente importante de empleo, representa una estrategia de
sobrevivencia y como tal un “refugio” involuntario.
Algunos autores del grupo de la CEPAL3 sostienen que esta actividad es una
alternativa favorable de trabajo que puede generar ingresos mayores que muchos trabajos
asalariados. Las características que se manifiestan en este sector son: trabajo inestable y de
baja productividad dado por el bajo nivel de tecnología (precario), escasez de capital, falta
de protección por parte de la legislación laboral, bajos niveles de calificación y de
instrucción, falta de capacitación. Su incorporación a este sector va a depender de la etapa
del ciclo de vida en que se encuentra, de su estado civil, del número de hijos, del nivel de
educación, del nivel de ingreso del hogar, entre otros factores. (Lopez, y Pollack, 1999).4
La situación de la mujer asalariada y cuenta propia analizada desde el planteo como
“vínculo social”5 , nos remite a considerar el trabajo como la conformación de identidades
en la vida social. El hombre construye su personalidad en la realización de una actividad
laboral mediante la relación con uno mismo y con los demás, es a la vez una relación
intersubjetiva proyectada en el campo de las relaciones sociales. Trabajar implica contribuir
a su realización personal a través de los conocimientos y experiencias, que lo enfrentan a la
prueba del fracaso frente a la resistencia del ser y del hacer. Asimismo, el trabajo en el
contexto de encuentros y de cooperación crea por un lado, un espacio colectivo en el cual el
sujeto junto con otros interactúan de manera simple o compleja
para generar bienes y
3
Rosenbluh, Guillermo (1994), “Informalidad y pobreza en América Latina” Revista de la CEPAL Nº52,
Santiago de Chile.4
Veáse Guerguil, M. (1988) “Algunos alcances sobre la definición del sector informal” Revista de la CEPAL
Nº 35 Santiago de Chile.
5
Meda, D. (1998), “El trabajo, ¿vínculo social?”. en El trabajo. Un valor en peligro de extinción. Ed Gedisa,
Barcelona, España. Cap 7 pág 135 a 157.
5
servicios; y por otro lado, un espacio individual que el sujeto recrea y reproduce su
identidad para satisfacer sus necesidades.
El trabajo visto también como intercambio social cuyo principio básico es el
mecanismo de contribución/retribución se construye desde la norma social. Este
mecanismo se relaciona con lo material manifestado en lo económico a través del ingreso
y, con lo simbólico en el reconocimiento social del desempeño de su rol expresado en la
recompensa (gestos, actitudes, lenguaje). Mantener la idea de contribución /retribución
proporcional al trabajo realizado, supone conservar la idea de incitación individual al
trabajo, del interés individual. Por lo cual es
imposible disociar los ingresos del trabajo
realizado. El trabajador contribuye a la vida social adecuando sus capacidades a las
necesidades sociales, es decir, en otras palabra el trabajo visto como una utilidad social que
no puede confundirse con el desempeño de un trabajo. Si bien el resultado del trabajo es un
bien o un servicio que tiene un cierto valor de uso y un valor de cambio esto genera una
remuneración para satisfacer las necesidades. En efecto, la utilidad del trabajo es de
naturaleza económica, social y técnica.
En definitiva, el trabajo como “vinculo social” propicia la integración social que se
basa en la reciprocidad, contrato social o utilidad social: mientras aporto mi contribución a
la sociedad, desarrollo mi sentimiento de pertenencia y quedo ligado a ella porque la
necesito y le soy útil.
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METODOLOGÍA
Desde una metodología cualitativa que busca situarse en el campo de las relaciones
cotidiana, que nos permite abordar el conocimiento de los fenómenos sociales desde la
propia visión de los protagonista y el significado que construyen en su situación real son
claves para interpretar la realidad social.
Para la realización del presente trabajo se ha empleado entrevistas en profundidad,
efectuadas en el escenario
cotidiano de los actores, partiendo desde una perspectiva
holística que intenta captar la vivencia de los sujetos en su medio.
Los casos fueron seleccionados a partir de una muestra no probabilística e
intencional
constituidas por 9 mujeres (que son objeto de estudio en el marco de los
proyectos antes mencionados). Los criterios de selección deviene en que las mujeres
tuvieran características relevantes para este análisis. Las variables fueron: edad, nivel de
instrucción, antigüedad en el trabajo, trabajo que desempeña, motivaciones para la
inserción laboral. Esto nos permitió definir dos grupos de mujeres: el primer grupo mujeres
asalariadas y el otro por grupo de mujeres cuenta propias.
El primer grupo compuesto por 5 casos que se mencionan a continuación:
˜ 1er caso: 47 años, nivel de instrucción Universitario. Entro al mercado de trabajo a los
19 años ante la muerte de su padre, es empleada administrativa de orden jerárquico. La
situación
que ha vivido durante 4 años de desocupación ha marcado una ruptura
socioemocional del grupo familiar.
˜ 2do caso: 52 años profesora de enseñanza primaria, Comenzó a trabajar a los 16 años
como obligación que le impuso su padre.
˜ 3er caso: de 36 años, profesora universitaria. Se inició en la carrera universitaria siendo
ayudante estudiantil a los 23 años.
˜ 4to caso: 30 años de edad, con secundaria completa, y trabaja en el comercio. Empezó
a trabajar por elección personal.
7
˜ 5to caso 23 años con universidad incompleta se desempeña en la actividad de analista
de sistema en una empresa de servicio, empezó a trabajar por necesidad económica y
para continuar sus estudios.
El segundo grupo conformado por mujeres cuenta propias en la actividad de vendedoras
ambulante (4 casos):
˜ 6to. caso: 43 años, primaria completa, es vendedora de panchos y hamburguesa en esta
actividad esta hace unos 15 años, pero es su esposo quien comenzó hace 22 años ella
empezó a ayudarle por razones económicas.
˜ 7mo caso: tiene 32 años, secundario completo, hace 2 años que trabaja en la venta de
ropa. En su trayectoria laboral siempre comenzó como empleada de comercio, debido al
cierre de la firma quedó sin trabajo y como alternativa para mantener su hogar se dedico
a la venta ambulante.
˜ 8vo caso 32 años, su nivel de instrucción es primario completo tiene un puesto de ropa
quien junto con su esposo se insertaron en el sector informal.
˜ 9no. caso 64 años no asistió a la escuela, pero sabe leer y escribir. Comenzó a trabajar
a los 18 años cuando se vino a la ciudad. Vende flores en la vereda del cementerio.
8
Análisis de los Casos
El trabajo en la conformación de identidades y como espacio de cooperación.
En este apartado donde se analiza la dimensión de la conformación de las
identidades de los actores sociales se presentan diferentes situaciones que se manifiestan a
partir de los relatos. Una de las situación que motiva la salida laboral es la necesidad de
aumentar el ingreso aportado por el/la jefe/a de familia. (cónyuge o madre).
“Empecé en este trabajo a los 19 años, mi mamá ha quedado viuda y me parecía una
injusticia que mi madre siga batallando la vida para nosotros cuatro” (Caso 1).
“Hemos comenzado porque no teníamos trabajo seguro, para ayudarlo a mi marido porque
lo que el hacía no alcanzaba para la casa”(Caso 6).
Otra de las situaciones observada es que el trabajo se presenta como una obligación
económica, moral o por imposición familiar, esta última aparece como una concepción del
trabajo que se corresponde a tradiciones de manera tal que se constituye como una
heterogeneidad de mentalidades consolidadas en contextos económicos y condiciones de
vida actuales.
“Desde el momento que vos sos una persona independiente tienes que salir a buscar el
dinero a la calle”(Caso 7).
“Porque teníamos cuatro chicos y no teníamos de donde sacar plata para darle de
comer”(Caso 8).
“Y bueno, antes nos exigían nuestros padres cuando llegábamos a cierta edad teníamos que
trabajar, así que empecé a trabajar y a estudiar, mientras podía”( Caso 2).
En el análisis de los casos se observa el trabajo como elección y toma de decisión frente al
momento en que el ciclo de vida te exige independencia personal.
“Empecé a trabajar porque no quería estudiar”(Caso 4).
9
“He venido del campo para trabajar” (Caso 9).
Un aspecto importante en la realización de la persona es vista en el trabajo como un
encuentro con las exigencias sociales y la realidad que lo rodea. La idea de realización no
es social sino personal y psicológica está asociada al placer, a hacer algo con gusto. Es una
forma de reconciliación del esfuerzo y el placer. El trabajo es:
“Un sacrificio, el hecho de andar con venta de ropa ambulante porque mis ingresos son
mínimos, hay días que no te favorece, por ejemplo, los días de lluvia lamentablemente no
puedes trabajar porque no tiene un techo donde trabajar” (Caso 7).
En
la
ecuación
trabajo-identidad
también
encontramos
referencias
de
nuestras
entrevistadas al trabajo como esencial a la vida, al ‘ser’ del sujeto, que se opone al trabajo
como necesidad o imposición. El trabajo dignifica:
“Yo no creo que ningún trabajo sea bajo, creo que a la persona lo enaltece o
envilece”(Caso 1).
“No necesitas diez pesos para sentirte persona...... creo que lo económico no es todo en la
vida” (Caso 6).
En definitiva, en los casos analizados la identidad se constituye en la relación entre las
aspiraciones personales y las posibilidades de realización en el campo laboral.
Podemos
decir, que entendemos la significación del trabajo sustentado en la dialéctica entre
aspiraciones y oportunidades que cada sujeto construye en función de las condiciones y
posibilidades objetivas.
Se trata de presentar que en la actualidad el trabajo ha encausado una forma de
sociabilidad primaria puesto que ocupa el centro de la organización del tiempo social y de
la relación social que se reactualiza en cada intercambio económico y social. A partir de lo
anterior se han observado las siguientes situaciones de solidaridad y cooperación en
diferentes niveles de interacción social en el mundo del trabajo.
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“Además hay una tendencia a declinar la competitividad, si bien no estamos conformados
en equipo, pero lo buscamos. Compartimos entre nosotras el café, charlas en el bar, es el
grupo que se formó por afinidad”(Caso 3).
El lugar de trabajo se lo ve como el ámbito para la socialización y formación de identidades
individuales y colectivas.
“Como no podía dejar a mi hijo en casa, lo llevaba a la escuela y la ‘ordenanza caritativa’
me decía, no te preocupes dámelo que lo veo” (Caso 2).
“Aquí con algunas de las chicas nos ayudamos , si alguna no tiene el talle de una ropa que las
señora piden yo le presto o sino ella me pasa a mi”. (Caso 7).
La cooperación en el trabajo informal se da por la voluntad de algunos de los miembros del
grupo familiar, y esta condicionado por los arreglos intrafamiliares.
“Aveces los domingo, viene mi hija, y me ayuda, pero ella se ocupa de la casa y cuida a los más
chicos” (Caso 9)
“Yo trabajo sola. . . aveces cuando no trabaja mi esposo , viene un ratito” (Caso 8).
En líneas generales, los supuestos que subyacen al tratar de darle sentido al trabajo
como vínculo social en identidad y de cooperación se destaca por un lado, que la identidad
se integra el mundo objetivo y subjetivo, que esta dado por un sentido de correspondencia
que se relaciona con la posición que ocupa la persona según su actividad laboral
y
la
escala de valores que de ellas se desprenden; y por otra lado, las disfunciones que se
desenvuelven en el mundo del trabajo de hoy crea fuertes convicciones que a pesar de la
presencia de un individualismo económico este no predomina sobre la relaciones
personales o sociales. En el fortalecimiento de las solidaridades colectivas el estar–junto y
la cooperación permite a los individuos participar de las relaciones sociales que lo integran
al mundo del trabajo.
11
El trabajo como normativa y utilidad social.
Trabajar es aportar una contribución a la organización del trabajo. Dentro de ese
espacio de interacción aparecen normas, reglas, lo que relaciona al trabajo no solamente
como una actividad de producción sino también como un espacio de convivencia, que tiene
un componente ético y social.
“. . . el día que no trabajas no cobra así de simple, y tiene sentido en la sociedad en que
vivimos ( . . ) lo que necesitamos para terminar de educar a mis hijos es dinero entonces en
común acuerdo con el patrón estoy en negro”. (Caso 1).
“Hoy en día trabajar es un privilegio, y por eso empece a aceptar tantas cosas . . ”(Caso 4).
“Nosotros no nos quedamos en la casa porque faltar un día se nos descompagina todo,
porque no hay plata, porque los chicos necesitan”. (Caso 6).
Se advierte que las reglas negociadas con el patrón y dentro de la familia son
incorporadas como imprescindible
para conservar el trabajo y satisfacer las necesidades
básicas .
A cambio de esta contribución se espera una retribución que planteada desde lo
material como lo vimos anteriormente satisface necesidades. Esa retribución en su
dimensión subjetiva o simbólica se encuentra en el reconocimiento por su trabajo. En el
campo social el trabajo es el medio, entre la realización de si mismo y la mirada del otro.
Para que el reconocimiento sea posible es necesario y condición el sentido de pertenencia.
“ El balance juega a favor cuando te encuentras con chicos exalumnos que siempre se
acuerdan de uno, te van a ver a pedir a que le ayudes con algún tema, es que establecimos
una relación más allá de lo que puede ser el maestro en el aula”(Caso 2).
“Si no fuera que mi hijo el mayor se ocupa de sus dos hermanos, de algunas cosas de la
casa que hacen falta, para mi sería imposible trabajar como lo hago”(Caso 7)
Partiendo de realidades concretas nos preguntamos que utilidad tiene nuestro
trabajo?, al respecto podemos decir que desde lo económico, se necesita comparar y sumar
elementos homogéneos en lo concreto renunciando a emociones y reemplazando al placer y
12
la tristeza por la de utilidad. Por lo tanto la acción colectiva en el campo del trabajo se
construye en relación a un interés que intenta maximizar la utilidad del producto.
Desde lo social, el trabajo tiene un sentido para quien lo ejecuta dado que permite el
desarrollo personal estableciendo una relación de identificación con el producto resultante.
El trabajo puede de esta manera ser fuente de realización personal, pero tenemos
que convenir que las condiciones necesarias para ello no siempre están reunidas. Nos
referimos con esto último a la utilidad del trabajo como naturaleza técnica
.
“En relación a la cantidad de horas que se trabaja el sueldo es bajo, no alcanza y
tienes que estar contando el peso para que alcance a fin de mes”(Caso 2).
“Cuando no estoy en la empresa, hago trabajos en la computadora para
completar mi sueldo” ( Caso 5).
Los instrumentos de trabajo que utiliza en el trabajo es rudimentario y precario en
condiciones espaciales e higiénicas inadecuadas.
“Trabajo aquí no más; siempre he tenido este puestito, vendo flores porque con
esto entra alguito de plata, uno tiene que trabajar”(Caso 9).
“El espacio es chico, no tenemos donde ir al baño, como estamos al costado del
mercado siempre hay olores”.(Caso 6)
En síntesis, podemos decir que la normativa de la relación contribución /retribución
equilibra los espacios de interacción dado por los sujetos que buscan a través de acuerdos
regular los intereses en juego. Estas realidades son productos de un tramado de relaciones
sociales que describen las historias de una cultura del trabajo en crisis, ya que el trabajo no
suple todas las necesidades humanas, entonces el sistema se vuelve permisivo ante
irregularidades que se institucionalizan en el medio laboral .
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Valoraciones del trabajo
La valoración sobre el trabajo es analizada a partir de la satisfacción laboral y las
expectativas, que se conforman desde una mirada subjetiva y social.
En los siguientes relatos es posible encontrar diferentes situaciones de satisfacción
laboral, se advierte una correspondencia entre anhelos y logros alcanzados con constancia:
“ Al asumir este cargo, yo sé que estoy en algo que me gusta, porque me siento conforme en
mi desempeño y he tenido la oportunidad de trabajar en mi profesión” (Caso3).
“Trabajar en esto me gusta, lo que mas me gusta, es el trato con la gente” (Caso7).
Aparece en el discurso con respecto a la satisfacción la aceptación de condiciones
de precarización laboral a fin de armonizar convicciones, emocionalidad, salud física y
relaciones con el mundo social.
“A pesar de ser super negrero este tipo de trabajo, jamás voy a terminar de agradecer,
como te diría, lo no mensurable que ha sido para mi salud mental volver a trabajar, me ha
devuelto la confianza a mi misma y a mi familia” (Caso 1).
“Me siento satisfecha laboralmente en mi relación con mis colegas, pero no me siento
contenida, por ejemplo con la directora de 32 años, cuando yo tengo 52 años”(Caso 2).
“Me siento bien, porque tengo un trabajo pero con lo que gano en la venta me siento,
insatisfecha, porque no me alcanza”(Caso 6).
Encontramos en las situaciones de satisfacción laboral la combinación de
realización
personal
con
barreras
contextuales
desequilibrantes
impuestas
por
las
características socioeconómicas actuales y por las condiciones en que se presenta el
trabajo.
En
un nivel del ‘mundo social’ las expectativas laborales que manifestaron las
entrevistadas marcan un anhelo de que mejore la situación, pero en la realidad concreta las
esperanzas se transforman en pesimismo por la crisis laboral y económica en que se vive.
14
“Yo creo que aunque estamos mal, supongo que va a llegar el momento que estaremos
mejor, eso espero, tengo la esperanzas, de que mejore. . . ”(Caso 3).
“y cada vez la expectativa te da, la ansiedad, de qué hacer, donde podemos ir y
trabajar . . .”(Caso 5).
“Tengo la esperanza de que mejore por mis hijas que estudian, pero lo pienso y veo que
esto no cambia para mejor”(Caso 6) .
“Ojalá que se componga esto, que mejore la situación porque cada vez es peor, hay
menos venta” (Caso 8).
En síntesis, con respecto a la satisfacción en el trabajo se ha advertido que las
entrevistadas han encontrado una correspondencia entre su vocación profesional y las metas
alcanzadas a lo largo de sus vidas lo que ha dado como resultado una situación positiva de
realización personal. Sin embargo, son las condiciones objetivas las que no permiten una
concreción completa de todas sus aspiraciones. La cotidianeidad implica negociar con
conflictos entre anhelos contrapuestos, con los límites de la realidad exterior y con los de la
realidad interna. Y son las expectativas que reflejan la situación de crisis y ajuste salarial
de empobrecimiento e insatisfacción de necesidades básicas que se complejizan en las
diferentes esferas de la realidad social.
Conclusiones preliminares
El propósito
general del trabajo implicó brindar una primera aproximación al
significado del trabajo y valoraciones de aquellas mujeres asalariadas e informales en la
estructura laboral santiagueña.
El trabajo en la conformación de identidades de las mujeres se manifiesta como la
necesidad de aumentar el ingreso como una obligación
moral y económica por elección
personal. Frente a esta necesidad manifiesta encontramos que las mujeres asumen la
responsabilidad de un estado diferente del mero conformismo y asimismo una aceptación
impuesta desde afuera marcada por diferencias generacionales. Este en su espacio de
cooperación, la práctica continuada del trabajo implica esfuerzo y realización personal,
15
sentido que sustenta la visión de un trabajo como elemento articulador de las comunidades
humanas y de la vida individual.
El trabajo abordado como una normativa en las que se establecen reglas de
convivencia significa en las entrevistadas una
retribución material que no es correlativa a
la contribución que realiza la trabajadora en su espacio laboral para la satisfacción de las
necesidades básicas. Esta realidad trae aparejada la institucionalización en el medio laboral
de la aceptación de
condiciones de precarización laboral, manifestadas en situaciones
asalariadas desventajosas o relaciones no formales, inestables o clandestinas.
La posibilidad de ejercer algún trabajo remunerado, permite una realización
personal más allá que el mismo plantee incertidumbres, esfuerzo físico y mental, un
“sacrificio” tal como lo expresan las entrevistadas.
El reconocimiento frente a la realización de sí se sostiene a través de la mirada del
otro, conformando un tramado de relaciones sociales que a pesar de la inestabilidad laboral,
económica exige poner en práctica acciones en una espacio de cooperación y solidaridad
dando lugar a la coexistencia de una competencia ‘sana’ y otra desleal como producto del
proceso de socialización que integra al actor social a un grupo de amigos, compañeros y
colegas.
Respecto a la valoración del trabajo, la satisfacción laboral se presenta por un lado
con la aceptación de condiciones de precarización para alcanzar un
equilibrio socio –
emocional; y por otro lado, nos encontramos con el sentimiento de realización personal
frente a la ausencia de contención social.
Las expectativas laborales desde el punto de vista racional no parece tener cabida, se
vive el ‘ahora’ cargado de inseguridades, reclamos; y desde una visión más optimista se
dibuja una esperanza, a partir de los hijos y convicciones personales.
16
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