SANTÍSIMA TRINIDAD B Ambientación. El domingo pasado fue Pentecostés y terminamos el tiempo de Pascua. Hoy estamos ya en el Tiempo Ordinario y lo primero que nos encontramos es la fiesta de la Santísima Trinidad. Sabéis que siempre empezamos la Misa en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Siempre. Y lo mismo hacemos al recibir un sacramento o cuando nos disponemos a hacer algo importante. Habéis visto a algunos deportistas que al salir hacen la señal de cruz. Seguramente que no lo piensan así pero es que los cristianos queremos hacer todo en el nombre de Dios que es Padre, que es Hijo y que es Espíritu Santo. Pues de esto vamos a hablar en esta misa. Bienvenidos todos. Que os encontréis a gusto y que disfrutéis. Comenzamos como decíamos: En el nombre del Padre, del Hijo y del ... Saludo: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios nuestro Padre y la comunión del Espíritu Santo, estén con todos vosotros. Perdón.-Tú que eres nuestro Padre Dios. Señor ten piedad. - Tú que eres Jesús, nuestro Señor y nuestro hermano. Cristo, ten piedad. -Tú que eres el Espíritu Santo. Señor. Primera lectura. Esta lectura dice que hay un solo Dios allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra. Un solo Dios. La lectura lo cuenta así: Segunda lectura. San Pablo decía que los que nos dejamos llevar por el Espíritu tenemos a Dios por Padre y que somos coherederos con Jesús. San Pablo lo decía así: Oración de los fieles. A nuestro Dios que es Padre, que es Hijo y que es Espíritu Santo ahora le presentamos nuestras peticiones y le decimos: Dios del amor, cuida de nosotros. -Por la iglesia de Dios, para que muestre a los pobres el rostro cariñoso de Dios que es amor. Oremos. -Por todos los cristianos, para que trabajemos por la justicia y por la paz en el mundo. Oremos. -Por todos los que sufren y por las víctimas de la crisis, para que sientan que Dios les quiere. Oremos. -Por nuestra parroquia de , para que el Señor nos acompañe siempre. Oremos. Dios de misericordia, míranos con cariño y ayúdanos para que nunca nos apartemos de ti. Por J.N.S. Bendición final: -Dios nuestro Padre que nos ha amado desde siempre, que hoy nos llene de alegría y nos colme de sus bendiciones. Amén. -Que nuestro Señor Jesucristo que se hizo hombre para ayudarnos, que hoy nos conceda caminar por los caminos del evangelio. Amén -El Espíritu Santo que descendió sobre los primeros cristianos, que hoy derrame también su amor sobre nosotros y transforme nuestros corazones. Amén. -Y la bendición de Dios que es Padre, Hijo Despedida. Que sintamos que Dios es nuestro Padre; que sintamos que Jesús anda con nosotros; y que sintamos también que el Espíritu de Dios nos da su fuerza para ser buenas personas. SANTÍSIMA TRINIDAD B-15. “Dios mandó a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por Él”. A mí me da algo de miedo esta fiesta de la Santísima Trinidad porque la podemos convertir en un rollo pesadísimo o en un rompecabezas. No me gustaría que ocurriera así. Yo sólo quiero deciros que lo que celebramos hoy es que tenemos un Dios Padre que nos quiere mucho; que su Hijo Jesús se hizo hombre para estar siempre con nosotros; y que el Espíritu Santo continúa la tarea de Jesús y que nos lleva a ser buenas personas. No estamos abandonados de la mano de Dios. Al revés. En nombre de Dios que es Padre, que es Hijo y que es Espíritu comenzamos a andar en nuestra vida cristiana desde nuestro bautismo. El evangelio de hoy dice que Jesús envió a sus cristianos por todo el mundo para "hacer discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Y para que no se asustaran, les dijo: “y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Con esas palabras tan bonitas termina el evangelio de San Mateo. Luego, aquellos primeros cristianos fueron por el mundo predicando el evangelio de Jesús: que no somos esclavos de un Dios lejano para recaer en el temor, sino que somos hijos, y que por eso podemos llamar a Dios "Abba". Así lo predicaba San Pablo. Y cuántas veces predicaría que el Espíritu de Jesús vino a nuestros corazones y por eso vamos por la vida haciendo "cosas de Jesús". “Cosas de Jesús” como ayudar a las personas, perdonar, preocuparnos por los pobres, amar a Dios de corazón, sentir sobre nosotros su mirada cariñosísima. Para que esta fiesta no se convierta en un acertijo o en un rompecabezas, yo quiero daros una pequeñísima receta de vida cristiana. No es para saber más. Es para vivirla. Sabéis que cuando nos persignamos hacemos tres cruces. Hacemos una cruz sobre la frente. Fijaos: ¡Qué bonito en ese momento decirle a Dios nuestro Padre que sea Él quien guíe y quien inspire nuestros pensamientos! Luego hacemos una segunda cruz sobre la boca. ¡Qué bonito es ese momento para decirle a Jesús que sea Él quien inspire las palabras que salgan de nuestros labios, él que tantas cosas preciosas dijo a las gentes de Galilea! Y luego hacemos otra cruz sobre el pecho. ¡Qué bonito ese momento para decirle al Espíritu que sea Él quien ponga sentimientos hermosos en nuestro corazón! ¡Qué bien así! A todos o casi todos nos bautizaron cuando éramos muy pequeñitos y no nos enteramos de nada. Pero ese día nos abrieron de par en par las puertas a Dios que es Padre, que es Hijo y que es Espíritu Santo y nos abrieron también las puertas de la Iglesia que es un Pueblo de hijos donde los mejores cuidados van hacia los pequeños, los pobres, los últimos. ¿Veis? La fiesta de la Santísima Trinidad no es un rompecabezas ni un acertijo. No. Hoy celebramos muchas cosas bonitas.