FÓRMULA DE CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS SEÑOR JESUCRISTO NUESTRO REY Y REDENTOR, te entregamos y consagramos a tu Corazón, nuestra Asociación de Guías y Scout de Europa, que sigue la “ruta” por estas Ɵerras nuestras de santos, márƟres y peregrinos que caminan hacia la “casa del Padre.” Junto con ella, me entrego y consagro también mi persona a tu Sagrado Corazón por medio del Inmaculado Corazón de María, que hoy celebramos. Consagro así mi vida, acciones, penas y sufrimientos. Este es nuestro propósito definiƟvo, único, ser todo tuyo, y hacer todo por amor a Ti, y al mismo Ɵempo renunciar con todo nuestro corazón a cualquier cosa que nos aparte de Ti, el pecado de discordia, la división, las enemistades, cualquier idolatría. No nos conformamos con menos que conƟgo, Señor. Además queremos tomarte, Oh Sagrado Corazón, para que seas en este Año de la Misericordia, y para toda nuestra vida, el único objeto de nuestro amor, nuestro seguro de salvación, el remedio para nuestras debilidades e inconstancias, la solución a los errores y nuestro refugio seguro a la hora de la muerte. Necesitamos en este momento de nuestra historia recibir tu ayuda Señor, para transformar y reavivar el compromiso de todos los jefes de la Asociación, para que puedan crecer en todas sus dimensiones y así a través de la caridad de sus miembros, cumplamos la misión que Tú nos conİas. Sé pues, Oh Corazón de Bondad, nuestro intercesor ante Dios Padre, junto a María Virgen Inmaculada y a nuestros santos intercesores, muy especialmente el P. Jaques Sevin. Oh Corazón de amor, ponemos toda nuestra confianza en Ɵ, en tu Divinidad y Bondad. Que sintamos que Tú abres camino y acampas entre nosotros, para que tu fuego siga ardiendo en nuestros corazones y demos luz y calor a este mundo que te necesita. Por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, Amén. QUÉ SIGNIFICA CONSAGRARSE AL CORAZÓN DE JESÚS En la Biblia y en el habla corriente de la gente "el corazón" significa el centro de la persona y es el símbolo de su amor. Cuando hablamos del corazón de Jesús pensamos en Jesús bajo el aspecto de la riqueza de la vida interior, especialmente en su amor hacia el Padre celesƟal y hacia nosotros, los hombres. La humanidad Ɵene necesidad, hoy más que nunca, de la bondad divina, del amor y de la piedad. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos habla del inconmensurable amor hacia nosotros, a nuestra Asociación, su historia su presente, su futuro. EL FUNDAMENTO DE LA CONSAGRACIÓN • Lo fundamental de la consagración es, conforme a la oración consagratoria, la renuncia consciente y total al pecado, al mal y a Satanás y la entrega incondicional al Corazón de María y, por él, al Corazón de Jesús, como respuesta al amor de ellos dos. Con esta consagración se renueva y profundiza, de manera consciente, la consagración bauƟsmal a Dios. Todos los hombres somos propiedad de Jesús, porque es nuestro Creador y Salva- 4 1 dor. Por el bauƟsmo los crisƟanos somos más suyos todavía. La pertenencia a Jesús debe ser confirmada y esta confirmación debe ser renovada conƟnuamente con nuestra decisión personal a favor de Él. Esto ocurre de una manera privilegiada en la consagración al Corazón de Jesús, siempre que esté preparada a conciencia. LA VIDA A PARTIR DE LA CONSAGRACIÓN No somos solamente de Jesús. Somos también de María, ya que ella es nuestra madre espiritual. Al que se entrega a María, ella lo entrega a Jesús. Ella es el camino a Jesús, la mediadora y la intercesora ante él. En las letanías al sagrado Corazón de Jesús lo denominamos "hoguera ardiente de caridad" y "lleno de bondad y amor". Es cierta la máxima de san Luis Grignion de Monƞort: ¡A Jesús por María! En un senƟdo estricto podemos consagrarnos solamente a Dios, por eso también a Jesús, que no es tan solo verdadero hombre sino que también es Dios verdadero. Podemos consagrarnos a la Virgen María solamente en un senƟdo amplio de la palabra, por analogía. Por eso, teniendo en cuenta las direcƟvas recientes de la Santa Sede Apostólica, preferimos emplear el término "entrega", "don". Con la Consagración le entregamos a Jesús por María: • nuestra alma y nuestro cuerpo • el crecimiento espiritual personal y de la Asociación. • nuestras oraciones, • morƟficaciones y nuestras buenas obras, • nuestras luchas interiores ocultas, • nuestro esmero por la pureza del alma, • las cruces de todo Ɵpo, • nuestro estado de salud, • nuestra familia, • a los conocidos y amigos, • nuestra vocación y • bienes materiales. La consagración no es un acto que se realiza una sola vez. Con nuestra vida la confirmamos y la renovamos día a día. Junto a su Corazón, nuestro corazón vuelve a arder en el amor, se llena de bondad y de amor, siente el anhelo de alcanzar la sanƟdad y comienza a amar desinteresadamente. Solamente el Amor puede moƟvar al hombre para un amor desinteresado. Santa Margarita María de Alacoque escribió lo siguiente: • "Creo que no existe un camino más corto para alcanzar la perfección y que no hay un medio más seguro para la salvación como la consagración al Corazón Divino." La santa expresó varias veces: • "Pienso que no se perderá nadie de los que adoren el Corazón de Jesús y se entreguen a El." En nosotros comienza una nueva vida, formada a imagen del Corazón de Jesús y del de María. • Si nos entregamos conscientemente al Corazón de Jesús y al de María, se nos ofrecen también ellos dos de una manera nueva. Se trata de una alianza de dos amores. • Al donarnos a Jesús y a María, pasamos a ser su pertenencia y ellos dos cuidarán de nosotros, tratándonos como suyos. 2 3