La Palabra Israelita VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DE 2006 3 Jaim Weizmann 10 DE NOVIEMBRE DE 2006 19 DE JESHVAN DE 5767 www.lapalabraisraelita.cl e-mail: lapalabra@cis.cl SANTIAGO DE CHILE SEMANARIO LA PALABRA ISRAELITA Propiedad de la Empresa Periodística La Palabra Israelita S.A. Serrano 214 REPRESENTANTE LEGAL Sergio Jodorkovsky DIRECTOR Gil Sinay S. EDITOR EN ESPAÑOL Silvia Preiss PERIODISTA Isaías Wassermann COLABORADORES Sonia Reizin Beny Pilowsky COMITE DE PRENSA Beny Pilowsky Carol Rosenberg Gil Sinay ADMINISTRACION Sylvia Thomas PRODUCCION Juan Meza O. OFICINAS Serrano 214 ( 6329876 6323492 Tel./Fax 6329962 Santiago Los artículos firmados no representan necesariamente la opinión de la empresa editora, y son de responsabilidad exclusiva de sus respectivos autores. (1874-1952) POR GIL SINAY El 21 de Jeshván, que este año será el próximo domingo 12 de noviembre, se cumplirán 54 años del fallecimiento de Jaim Weizmann, líder indiscutido del movimiento sionista y primer presidente del renacido Estado de Israel. Resulta inexplicable que una figura de tan relevantes logros no sea recordada como se merece por el movimiento sionista y por el establecimiento educacional que lleva su nombre, lo que daría la oportunidad para que los alumnos de ese establecimiento conocieran lo que representa su personalidad para el pueblo judío. Weizmann nació en 1874 en Motol, pequeña aldea de la Rusia Zarista, uno de los más oscuros y perdidos rincones de ese enorme país. En su hogar fue educado en las tradiciones judías, de las cuales siempre fue respetuoso aunque no fue un observante riguroso; militó en el movimiento sionista desde su juventud y, si bien no fue delegado al primer Congreso Sionista, nunca dejó de participar en ninguno de los siguientes, a contar del segundo y hasta su muerte. En su trayectoria como líder sionista se pueden distinguir 5 períodos, que se sobreponen uno al otro y se desenvuelven en diferentes lugares geográficos, que marcaron una profunda huella en su vida sionista. En los primeros años de su infancia en Motol, el niño escucha hablar del movimiento Hibbat Zion de liberación de la nación judía. Trasladado a Pinsk, este ideal nacional se reafirmó y entró a participar en las organizaciones judías ahí existentes. Prosiguió sus estudios en el Politécnico de Charlottensburg en Berlín. En 1893 fue miembro de una sociedad integrada por estudiantes judíos rusos que se llamó Javer Israel y reafirmó sus compromisos ideológicos y su identidad cultural, que fueron influenciados por los integrantes de ese grupo. Desde 1897 a 1904, siendo ya un docente en Génova, Weizmann se convierte en un dirigente juvenil por su propio esfuerzo y manifiesta sus condiciones de líder y participa en los Congresos Sionistas celebrados en esos años. Desde 1904 a 1914, radicado en Manchester, se independiza de la influencia de los líderes sionistas rusos y admite sólo la influencia de Ajad Haam, que vivía entonces en Gran Bretaña como un solitario emigrante. Inicia así sus relaciones con los políticos ingleses que lo llevan a obtener la famosa Declaración Balfour, de la cual fue su principal forjador y cuya gestación dimos a conocer en el artículo publicado la semana pasada. Desde entonces su vida estuvo consagrada por entero al movimiento sionista; siempre creyó que las ideas pueden movilizar a un pueblo y que las causas importantes podrían tener éxito, aun enfrentando grandes obstáculos. Esta convicción de Weizmann es la que puede explicar cómo, sin mayores apoyos financieros, concibió la idea de la Universidad Hebrea de Jerusalem, cuya creación persiguió sin desmayo y con inusitada energía. En el Congreso Sionista de 1902 propicia su creación y logra en el décimo primer Congreso, celebrado en Viena en 1913, la resolución que ordena su fundación. Fue Weizmann quien tuvo la visión de la importancia que una universidad tendría para la futura nación judía y que sería el mejor instrumento para el desarrollo del país. Esta contribución inmejorable a la construcción de Israel y su aporte al progreso científico y tecnológico con la creación del Instituto que lleva su nombre, pone de relieve, no sólo la importancia de Weizmann en el aspecto político sino también su contribución inigualable al progreso de la ciencia y la tecnología en Israel; y no cabe duda que los éxitos que ha logrado Israel, reconocidos en todo el mundo, se deben al desarrollo en estas áreas, lo que no habría sido posible sin el aporte y la iniciativa de Weizmann, lo que justifica plenamente que el principal instituto educacional judío de nuestro país lleve su nombre. Es interesante consignar cómo Weizmann, nacido en un medio cristiano hostil, sin contacto con los judíos, llegó a ser aceptado sin reservas por la comunidad académica británica y lo convirtió en el símbolo del encuentro entre el judaísmo europeo del Este con el del Oeste. A esta síntesis contribuyeron su capacidad intelectual y su encanto personal. Este encanto personal se manifestó claramente con la simpatía que le tuvo Harry Truman, con quien obtuvo el reconocimiento del Estado de Israel, y asimismo que se adjudicara el Neguev en el proceso de partición. Weizmann fue uno de los fundadores de la facción democrática que,en los primeros años del movimiento sionista, criticó a Herzl y, sin embargo, fue quien llevó a la práctica las ideas de Herzl. Así como Teodoro Herzl aportó al movimiento sionista su reputación como periodista, Weizmann aportó su reputación como químico profesional y, a pesar de haber criticado a Herzl por haber trasladado el Cuarto Congreso Sionista a Londres y de convertir el movimiento sionista como un peón de la política inglesa, Weizmann tuvo que reconocer la importancia de lograr el apoyo de Gran Bretaña para obtener la realización de las operaciones sionistas. Ambos, en sus conversaciones y entrevistas con jefes de Estado, lo hacían con autoridad y dignidad. Sin embargo, puede anotarse una diferenciación en sus actividades sionistas, porque mientras Herzl primero recurrió a los judíos ricos y poderosos y, ante su fracaso, se dirigió a las masas judías, Weizmann, que en un principio había recurrido a las masas judías, terminó por acudir a los judíos poderosos. Finalmente, debe reconocerse que si bien Herzl sentó las bases ideológicas de la Organización Sionista, fue Weizmann el que aportó la mayor contribución para interpretarla, integrarla y sintetizarla. Es así que, quien se iniciara en el movimiento sionista como opositor al sionismo político, terminó siendo el factor decisivo para el logro del Sionismo Político con la creación del Estado de Israel.