Parroquia de Santa Catalina _______________________________________________________________________ XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO JORNADA DEL DOMUND 1ª Lectura: Isaías 53, 10-11 Salmo: 32 2ª Lectura: Hebreos 4, 14-16 Evangelio: Marcos 10, 35-45 MONICIÓN DE ENTRADA La celebración de la eucaristía de cada domingo es el gran don que recibimos para experimentar la presencia del amor misericordioso que Dios derrama sobre el mundo por medio de su Hijo Jesucristo. Próximamente, además, comenzará el Año Santo de la Misericordia que el papa Francisco ha proclamado para que esta experiencia sea la que impregne toda la vida de la Iglesia. El Papa invita a todos los cristianos a ser “misioneros de la misericordia”. En esta Jornada Mundial de las Misiones, recordamos a quienes han entregado su vida para llevar el anuncio de la misericordia divina a los que no la han conocido ni experimentado. Nos unimos a todos ellos y pedimos en esta celebración que su labor dé mucho fruto de obras de misericordia materiales y espirituales, que lleven a los hombres y los pueblos a Dios. ACTO PENITENCIAL Es el momento para pedir perdón por nuestro afán de poder, de ser los primeros y de pedir siempre algo a cambio del bien que hacemos. - Tú, Jesús, que eres el mejor amigo que podemos tener. Señor, ten piedad. - Tu, Jesús, que pasaste por el mundo haciendo el bien. Cristo, ten piedad. - Tú, Jesús, que no quieres que nadie se pierda. Señor, ten piedad. MONICIÓN A LAS LECTURAS 1ª lectura: El Cántico del Siervo en la lectura de Isaías ilustra hoy la página del evangelio. Jesús acaba de anunciar a sus discípulos lo que la profecía anunciaba. A través del sufrimiento, Jesús hizo entrega voluntaria de su propia vida como expiación de otros. Parroquia de Santa Catalina _______________________________________________________________________ 2ª lectura: En la cruz, Jesús es sacerdote que ofrece el sacrificio, víctima del propio sacrificio y altar desde el cual se ofrece a Dios. En un solo sacrificio ha suprimido todos los sacrificios del antiguo pacto. El de Cristo es una vez para siempre. Evangelio: Justo después de anunciar a los más cercanos la entrega de su vida, los discípulos sólo piensan en tener poder; quieren estar cerca de Jesús porque intuyen que se hará con el poder político. Jesús tendrá que enseñarles que el dominio y la tiranía no van con su misión. ORACIÓN UNIVERSAL A Dios, rico en misericordia, presentamos nuestra oración como hijos suyos. Respondemos: Dios, nuestro Padre, escúchanos. 1.- Por la Iglesia universal, para que sepa renovarse desde la experiencia de la misericordia del Padre y emprender una nueva etapa de evangelización. Roguemos al Señor. 2. Por los Pastores de la Iglesia, para que, con su ejemplo y su palabra, acerquen el Evangelio a todos los alejados de Cristo y de su Iglesia. Roguemos al Señor. 3. Por los fieles y sus comunidades cristianas, para que la fuerza de la misericordia de Dios renueve su compromiso bautismal y misionero. Roguemos al Señor. 4. Por la evangelización del mundo, para que todos los cristianos demos testimonio, con mayor entusiasmo y convicción, de la propia fe. Roguemos al Señor. 5. Por la misión universal de la Iglesia, para que, impulsada por la misericordia de Dios, no tema ir a las situaciones más difíciles y necesitadas de evangelización. Roguemos al Señor. 6. Por los misioneros y misioneras en todo el mundo, para que sean “misioneros de la misericordia” y signos de la solicitud materna de la Iglesia por todos. Roguemos al Señor. MONICIÓN FINAL Te damos gracias, Señor Dios, Padre nuestro, por llamarnos al seguimiento de Cristo, que inauguró un mundo nuevo en el que los primeros y los más grandes son los que sirven a los demás. Haz, Señor, que asimilemos la enseñanza y ejemplo de Jesús, y optemos por unas relaciones fraternas de amor y mutuo servicio, desechando como fardo inútil nuestra supuesta importancia, aceptando con alegre sonrisa a los demás tal como son y compartiendo las penas, los gozos y las esperanzas de todos. Cúranos, Señor, de nuestro egoísmo, soberbia e intolerancia, pues queremos vivir al estilo de Jesús: amar sin pasar factura y servir en tu nombre a todos los hermanos sin distinción. Amén.