CUANDO GANIMEDES DEJÓ DE SER COPERO... Y EMPEZÓ A TRABAJAR EN RADIOS COMUNITARIAS. Miriam Meda González miriam.meda@radioritmo.org Red de Medios Comunitarios (ReMC). Erictonio fue padre de Tros, que reinó sobre los troyanos; y éste dio el ser a tres hijos irreprensibles: Ilo, Asáraco y el deiforme Ganimedes, el más hermoso de los hombres, a quien arrebataron los dioses a causa de su belleza para que escanciara el néctar a Zeus y viviera con los inmortales. Homero, La Ilíada, Canto XX, v. 232. ¿POR QUÉ? A lo largo de los dos días del seminario titulado Comunicación para el cambio social: universidad, sociedad civil y medios, organizado por la Asociación Vagamundo con la colaboración de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos, hemos podido observar cómo numerosas personas y colectivos dedican su día a día a trabajar unos valores en la comunicación que distan mucho de las dinámicas de toma de decisiones, información, carentes de participación y democracia a las que nos tienen acostumbrados los medios tradicionales. Todos los participantes han explicado cómo se organizan, cómo realizan otro tipo de comunicación sin basarse en intereses ni económicos ni políticos, cómo provocan un cambio social a través de sus medios sociales y ONG, cómo afrontan los retos del día a día y la necesidad de que este tipo de comunicación exista. Ahora bien, teniendo en cuenta el contexto en el que se realizaba el seminario (una facultad de comunicación en donde la mayoría de los asistentes iban a ser estudiantes de periodismo y comunicación audiovisual) nos pareció fundamental comenzar la explicación sobre las radios comunitarias con la premisa del por qué. ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Desgraciadamente, es habitual tener el concepto de que la comunicación libre y comunitaria es realizada de manera amateur, por gente que no tiene estudios de periodismo, con materiales muy precarios e incluso como plataforma de aprendizaje para estudiantes que luego volarán hacia medios de comunicación “serios” y “respetables”, aunque muchas veces no les dejen practicar en esos mismos sitios donde anhelan trabajar. Cuando se establece la dicotomía periodista-con estudios-medio convencional-remunerado y ciudadano-no periodista-medio comunitario-voluntario parece que todo encaja en el orden del universo 1 y la estructura está en paz. Pero ¿qué sucede con el cada vez mayor número de personas que dedican años y años de su vida a estudiar la comunicación, a realizar licenciaturas (o grados, con el nuevo sistema de enseñanza), posgrados y doctorados con el fin de realizar otro tipo de comunicación en otro tipo de medios no sujetos a los vaivenes del mercado y a los poderes establecidos e, incluso, dedicarse a ello de manera profesional y remunerada en beneficio de la democracia y la ciudadanía? Lo más probable, entonces, es que se produzca una sorpresa tanto en la bifurcación periodista-con estudiosmedio convencional-remunerado (¿por qué una persona iba a renunciar voluntariamente al espejismo, decimos espejismo porque no es real, de la fama y la fortuna?) como en la bifurcación ciudadano-no periodista-medio comunitario-voluntario (¿por qué una persona iba a dedicarse profesionalmente a una actividad social, no será eso desvirtuarla?). El contexto que nos ocupaba en este seminario era el primero: el de unos estudiantes de periodismo y comunicación audiovisual que están siendo adoctrinados para su profesión de manera totalmente acrítica, sin sentido social, para el mercado, sin ética, sin valores, sin conciencia de grupo, materialista, funcional... En definitiva: unos estudiantes que, como los de otras profesiones, están siendo entrenados para ser los coperos de Zeus. Comenzábamos esta explicación con unos versos de La Ilíada, de Homero, en los que se narra brevemente el secuestro de Ganimedes, un valiente troyano considerado el hombre más hermoso de la Tierra. Zeus, prendado de su belleza, decide llevarlo al Olimpo para convertirlo en su copero particular y poder servir el néctar tanto al padre de los dioses como a los dioses mismos. Así lo decidió. Y así sucedió. El destino de Ganimedes, prometedor guerrero troyano en un principio, fue finalmente... ser copero. Su futuro se forjó no en su mente ni en su corazón, sino en la fragua de Zeus. Igual que el futuro y la fe de estos estudiantes se está golpeando también en las fraguas de los estrados educativos en connivencia con las empresas del sector de la comunicación. Y he aquí la respuesta que nos ha ocupado desde la primera línea de este breve escrito: por qué. Por qué las personas que han acudido a compartir sus experiencias profesionales al seminario Comunicación para el cambio social: universidad, sociedad civil y medios hacen lo que hacen. Por qué, aún habiendo pasado también muchos de ellos por el entrenamiento universitario, lo rechazaron para su carrera profesional. Por qué nosotros nos dedicamos a otro tipo de medios: los medios comunitarios y libres. Por qué nos preparamos tan concienzuda y esforzadamente para luego no trabajar en medios convencionales. La respuesta es porque no queremos ser los coperos de ningún dios, pero a la vez y a ser posible tampoco queremos morirnos de hambre, por eso nos profesionalizamos. Nuestro destino es mucho más grande que servir néctar y está ligado a valores ciudadanos, democráticos, participativos, colectivos, solidarios, generosos, humanos, fraternales, de esperanza y de luminoso futuro. Justo antes de empezar nuestra intervención en el seminario, una estudiante preguntaba al ponente anterior “¿De 2 qué le sirve al mundo que yo tenga un comportamiento determinado [en este caso estaba poniendo el ejemplo del reciclaje de residuos urbanos] si luego el resto de personas no va a hacer lo mismo?”. La respuesta puede estar en muchos lugares, pero aquí vamos a reflejar una que, sin ser estrictamente académica, nos parece bastante acertada para el tema que nos ocupa: No cambiaré el mundo. Cierto, pero haré sonreír a alguien. O quizá si cambie el mundo. Quién sabe. Aquí está el jugo de la vida. Esta es la frase que lo une todo, que lo resume todo. Esa sonrisa que consiga rescatar de cualquier labio hará que, en su conjunto, el mundo sea infinitesimalmente más feliz, ya que la felicidad global reside en la felicidad individual masificada. Y, si como yo, hay un puñado de personas que despiertan una sonrisa ajena, entonces el mundo será más feliz. Y sí, habremos cambiado el mundo”. Rice, Ann. Lestat el Vampiro. ¿LO QUE SOMOS (LOS PERIODISTAS)? “Habiendo fracasado en todos los oficios, decidí hacerme periodista” Mark Twain. “No le digan a mi madre que soy periodista, la pobre cree que soy pianista en un prostíbulo” Frase popular del oficio. En nuestra presentación en el seminario, retábamos a los asistentes a aventurar en qué año o años les parecía a ellos que podía encajar el siguiente fragmento: Los periodistas éramos como bufones, yo también, sin más cometido que desviar la atención del público del gran banquete canibalesco en el que estaban ocupados los vencedores. Éramos la desoladora institución de la claque al servicio de una gloria exclusiva que ni siquiera tenía la decencia de lavarse las manos. Tras una serie de respuestas en las que, numéricamente, “siglo XXI” ganó a “dictadura franquista”, desvelamos que el fragmento pertenecía al libro Un periodista en la dictadura, de Carlos Luis Álvarez, editado en el año 1976. 3 Después, nos fuimos un poco más cerca en el tiempo, al año 1990, donde Noam Chomsky y Edward Herman decían en Los guardianes de la libertad que: El dinero y el poder tamizarán las noticias hasta dejarlas listas para su publicación, marginarán las discrepancias y permitirán que el gobierno y los intereses dominantes difundan un mensaje adecuado para el público. Igualmente, las facultades de comunicación difunden un mensaje adecuado para las jóvenes y tiernas mentes de los futuros periodistas, periodistas que lanzarán noticias sobre las cuales la gente de a pie organizará su vida. Una noticia puede ser como una piedra lanzada desde una honda, o bien como una flor regalada con esperanza. De lo que no parecen ser conscientes ni las universidades ni los estudiantes de periodismo es que sus palabras y escritos no se pierden en el viento sino que, al contrario, sobre esas palabras y escritos los ciudadanos toman decisiones todos los días. Pongamos un ejemplo práctico: supongamos que hay una persona que está descontenta con su trabajo. Su descontento no es un capricho, sino que se da la desgraciada situación de que esa persona está sufriendo acoso laboral y abusos sobre sus derechos de trabajador. Dicha persona está al borde de la depresión por esta situación, y lo más lógico parece ser cortar con el objeto de su infelicidad. Pero si esa persona pone cualquier telediario o lee cualquier periódico, observará noticias aplastantes sobre la situación de desempleo, los desahucios bancarios, lo mal que está todo, lo “es que es lo que hay”, lo “no te quejes que encima tienes que dar gracias, que mira cómo está otra gente”... y esa persona, lógicamente, no dejará su empleo y seguirá viviendo su imposible vida. Los poderes fácticos habrán difundido, gracias a la inestimable ayuda de los periodistas, un mensaje adecuado para que esa persona siga trabajando en una situación desesperante y consumiendo febrilmente, ya de paso, hecho que casualmente también beneficia al sistema establecido (Berardi, F. 2002). Hasta el estudiante de comunicación más lego en la materia conoce la máxima de que Bad news are good news. La pregunta es: buenas noticias ¿para quién? Para el ciudadano y la democracia no cabe duda de que no. ¿LO QUE PODEMOS LLEGAR A SER? Para responder a esta pregunta necesitamos un esquema, una estructura, un concepto que nos ayude a ordenar tanto nuestro pensamiento como nuestras actuaciones. En este caso, hemos elegido un cuadro de un comunicólogo boliviano llamado Carlos Camacho Azurduy: 4 En los medios comunitarios creemos que el derecho a la comunicación de la ciudadanía recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos así como en la Constitución de 1978 no se refiere única y exclusivamente a la recepción de información sino que, tal y como muestra el cuadro de Camacho, implica también a cualquier persona en la posibilidad de investigar y difundir su propia información, ahondando de esta manera en la democracia. Lamentablemente, parece ser que en el Estado español el modelo que se enseña y se practica es el siguiente: 5 En este modelo, se asume la certeza de que el derecho humano a la comunicación se limita a la recepción de información mediante diversos canales, convencionales sobre todo, los cuales ya conocemos. Los únicos legitimados para publicar noticias son los periodistas. Y ¿qué entendemos por periodista? Porque muchas personas confunden a un periodista con un licenciado en periodismo. Es decir, bajo el prisma del sistema comunicativo impuesto el título universitario legitima el acceso a la información y a su posterior difusión. En cuanto al ciudadano, se le coloca en una situación de “observador” o “recipiente contenedor” en la cual no parece poder participar activamente. Excepto en el canal de Internet, donde la rebelión ciudadana da en muchas ocasiones verdaderas lecciones de profesionalidad comunicativa en situaciones de crisis social donde los medios convencionales callan. ¿QUÉ SON LAS RADIOS COMUNITARIAS? Las radios comunitarias están integradas dentro de un movimiento más amplio denominado Tercer Sector de la Comunicación (TSC, el primer sector y el segundo serían el privado y el público, respectivamente), con finalidad social y sin ánimo de lucro. El Parlamento Europeo, en un informe que data del 24 de junio de 2008 y cuya ponente era la periodista y política austríaca Karin Resetarits, subrayaba que los medios del TSC son un medio eficaz para reforzar la diversidad cultural y lingüística, la inclusión social y la identidad local; que contribuyen al diálogo intercultural; que corrigen las ideas 6 divulgadas por los medios de comunicación de masas respecto de categorías sociales amenazadas de exclusión, como los refugiados, los inmigrantes, y minorías étnicas y religiosas; que permiten a las personas desfavorecidas de la sociedad a convertirse en participantes activos al intervenir en debates importantes para ellas; que contribuyen a alcanzar el objetivo de mejorar la alfabetización mediática de los ciudadanos mediante su participación directa en la creación y la difusión de contenidos y preconiza la creación de canales comunitarios en los centros de enseñanza con el fin de desarrollar el civismo entre los jóvenes, incrementar los conocimientos mediáticos y crear una serie de competencias que se podrán utilizar para la participación en los medios del TSC. Una radio comunitaria es aquella que: • La propiedad del medio es de una asociación sin ánimo de lucro (hay multitud de asociaciones: juveniles, culturales, de vecinos, etc). • Un colectivo ciudadano es el que se encarga de dirigir su gestión y funcionamiento. • La financiación se destina íntegramente al proyecto, sin que exista reparto de beneficios capitalista al final de cada ejercicio económico (no confundir el reparto de beneficios con la obtención de un salario, un salario es, simplemente, una línea más en los gastos de explotación del medio, al igual que la obtención de material tecnológico, por ejemplo). • La gestión se realiza de manera participativa y muy horizontal, sin estructuras jerárquicas de facto en su toma de decisiones ni en su trabajo diario. • Los objetivos principales son profundizar en la democracia con más partipación ciudadana, dando voz a los que no la tienen para transformar los procesos sociales, hablando de los que otros medios no hablan. • No hacen proselitismo de partidos políticos ni de ideologías religiosas (lo cual no significa que no se traten temas políticos o religiosos para crear debate desde la mayor pluralidad de fuentes posible). De ninguna manera se puede considerar radio comunitaria: • Una emisora con socios capitalistas (ánimo de lucro). • Una emisora sin ánimo de lucro, pero sin actividad ni objetivos sociales (la clásica radio “pirata”). 7 ¿CÓMO SE ORGANIZAN LAS RADIOS COMUNITARIAS? La gestión interna de los medios comunitarios en general, y de las radios en particular, se realiza con una toma de decisiones horizontal en asamblea y el trabajo diario y organización se estructura habitualmente en comisiones de trabajo, aunque puede haber otros métodos. Ponemos aquí un ejemplo cualquiera de cómo puede dividirse el día a día en una radio comunitaria, pero hay que señalar que cada medio tiene su propio esquema: El trabajo diario se realiza en comisiones independientes, incluso pueden tener independencia económica de gastos y tener sus propias reuniones si así se ha decidido previamente. En este ejemplo, existen cuatro comisiones principales de las cuales dos están divididas a su vez en subcomisiones. Para agilizar alguna toma de decisiones, los coordinadores de cada comisión podrán reunirse con mayor frecuencia que la asamblea general, pero esto no significa que puedan hacer lo que quieran puesto que siempre, en cada asamblea, deberán rendir cuentas tanto del trabajo realizado como de los gastos, además que será dicha asamblea la que dicte las líneas generales de trabajo, organización y económicas. Cualquier ciudadano, independientemente de su formación, edad, sexo, nacionalidad e incluso idioma puede colaborar en la radio comunitaria. Lo habitual es que participe en un programa de radio y, a la vez, integre una comisión o subcomisión de trabajo, encargándose de una pequeña (o mayor, 8 según su decisión) parcela de organización del medio. Aunque tampoco es extraño que haya personas que o bien sólo se dediquen a la producción de programas o bien sólo se encarguen de la organización del medio. En cuanto al apunte del idioma que hemos realizado, en un medio convencional resultaría impensable que una persona hiciese un programa en una lengua indígena, por ejemplo. No así en las radios comunitarias. Es más, en los medios tradicionales hay locutores que incluso tienen que aprender a prescindir del acento de su provincia o autonomía para lograr uno más “neutro”. En las radios comunitarias, lo que cuenta es el reflejo de la diversidad de la sociedad, y la sociedad ni habla necesariamente las lenguas oficiales del Estado ni tiene un acento “neutro”. ¿CÓMO SE FINANCIAN LAS RADIOS COMUNITARIAS? Si hablamos de la financiación de las radios comunitarias, los recursos para realizar los contenidos informativos y las actividades pueden provenir de diversas fuentes: • Aportaciones económicas mediante cuotas (mensuales o anuales) de los propios socios del colectivo. • Aportaciones económicas o donativos de los oyentes y simpatizantes. • Subvenciones públicas a proyectos que lleve a cabo la asociación que gestiona la radio. Es decir, la subvención no se la conceden al medio por ser medio (si así fuera estaríamos hablando de la posibilidad de peligro por cooptación), sino a la asociación gestora de la radio por una actividad determinada (por ejemplo, una Consejería de Juventud que dé una subvención al proyecto de programa radiofónico hecho por jóvenes en peligro de exclusión social). • Patrocinios de pequeñas y medianas empresas. En la mayoría de los casos, los patrocinadores suelen ser pequeños comercios de barrios, otras entidades sin ánimo de lucro o campañas públicas relacionadas con la salud, juventud, igualdad de género, infancia, prevención de riesgos, etc. • Pago por servicios. La asociación gestora de la radio puede crear páginas web para otras organizaciones, montar sonido en espectáculos, realizar trabajos gráficos, realizar trabajos de audio, etc. • Merchandising. Las radios suelen vender camisetas, chapas, calendarios, etc. • Realización de formaciones. Las personas que integran las radios comunitarias tienen amplios conocimientos sobre la comunicación y todos los aspectos que las rodean, así que 9 es habitual que realicen formaciones para cualquier ciudadano interesado u otras organizaciones sociales a precios muy asequibles. • Colaboración en las fiestas de los barrios. Existen radios que participan en fiestas locales con un chiringuito de venta de comida y bebida (además de darle visibilidad al proyecto y vender el merchandising antes citado). En definitiva, y resumiendo, realmente la más importante fuente de financiación de las radios comunitarias es la imaginación de sus integrantes. LAS REDES AUTONÓMICAS Y LA RED ESTATAL: LA UNIÓN HACE LA FUERZA. Las radios comunitarias en particular, y los medios comunitarios en general, son proyectos que por sí solos tienen poca incidencia en el panorama político, en la legislación audiovisual vigente y en el contexto mediático actual. Esa situación, entre otras, ha animado a estos proyectos a buscarse los unos a los otros y a compartir puntos de trabajo, materiales, contenidos y metodologías, con la intención de aumentar su visibilidad y constituirse como interlocutores válidos con la clase política y empresarial del Estado. Estos objetivos han permitido la creación, en la última década, de las siguientes redes autonómicas: • La Unión de Radios Libres y Comunitarias de Madrid (URCM). Es la única con personalidad jurídica y estatutos. • La Rede Galega de Radios Libres y Comunitarias (ReGaRLiC). Aún en construcción. • Xarxa de Mitjans Comunitaris (Catalunya). • Federación Aragonesa de Radios Libres (FARL). • Xarxa de Valencia. • Euskadi. • Canarias. En el nivel estatal, en mayo de 2009 se creó formal y jurídicamente la Red de Medios Comunitarios (ReMC), que actualmente cuenta con 37 medios comunitarios asociados y 4 medios comunitarios colaboradores. Esta red llevaba funcionando informalmente e intercambiando experiencias desde 2005 pero no es hasta unos cuantos años después que decide constituirse legalmente como federación de asociaciones ante la amenaza de la publicación de la Ley General de la Comunicación Audiovisual, en la cual la ReMC ha tenido cierta influencia en la modificación de los artículos 4 y 32, que hablan de los medios del TSC. 10 CONCLUSIONES. El derecho a la comunicación está ampliamente reconocido tanto en las legislaciones nacionales como en las internacionales. Podemos destacar dos ejemplos muy relevantes al respecto. El primero es de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y el segundo es el de la Constitución Española de 1978. La importancia de sus artículos radica en que el reconocimiento a la emisión de información por cualquier medio de difusión no es único para los profesionales de la comunicación y, mucho menos aún, de los grandes conglomerados mediáticos. Es un derecho de cualquier ciudadano y, por tanto, éstos deben ser tratados no sólo como meros receptores sino también como activos emisores. A pesar de ello, y de que el espectro radioeléctrico es un bien público declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la realidad es que existe un contexto en el que muy pocas manos controlan muchos medios (Reig, R. 1998). Las radios comunitarias se han convertido en plataformas de acceso a la comunicación para quienes no tienen voz y en espacios para la expresión y la participación ciudadana. Por otro lado, las universidades y sus estudiantes no deben menospreciar el hecho de que los medios de comunicación juegan un papel esencial en la construcción de una sociedad democrática y plural. El derecho a la información se inscribe en los contextos políticos, económicos y sociales, y no sólo como la preocupación de los periodistas o peor, de las empresas mediáticas. Por tanto, las entidades educativas tienen la obligación de crear profesionales críticos preocupados por el bienestar de la ciudadanía que ejerzan su actividad desde la ética y la responsabilidad individual y colectiva que exige el que, a pesar de todo, es el mejor oficio del mundo como decía Gabriel García Márquez. 11 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA -BERARDI, Franco. La fábrica de la infelicidad. Nuevas formas de trabajo y movimiento global. Madrid: Traficantes de sueños, 2002. -CAMACHO, Carlos A. Democratización de la sociedad; entre el derecho a la información y el ejercicio de la ciudadanía. Bolivia: actas del IV encuentro nacional de investigadores de la comunicación, 2004. -España. Constitución Española. Boletín Oficial del Estado, 29 de diciembre de 1978, núm. 311, p. 29313. -HOMERO. La Ilíada, Edimat Libros S.A, edición de 2005. -MEDA, Miriam. Ejerciendo el derecho a la comunicación en las ondas. Madrid: actas del Congreso ULEPICC, 2009. -MEDA, Miriam. La batalla de la ciudadanía por el medio radiofónico. La experiencia de la Red de Medios Comunitarios. Madrid: Universidad Carlos III (en prensa). -NOAM, Chomsky y HERMAN, Edward. Los guardianes de la libertad. Barcelona: Editorial Crítica, 1990. -RAMONET, Ignacio. La tiranía de la comunicación. Madrid: Editorial Debate, 1998. -REIG, Ramón. Medios de comunicación y poder en España. Prensa, radio, televisión y mundo editorial. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, 1998. -RESETARITS, Karin (2008). “Informe sobre los medios del Tercer Sector de la Comunicación (TSC)”. Parlamento Europeo. Recuperado el 25 de agosto de 2009, en http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+REPORT+A6-20080263+0+DOC+XML+V0//ES -VVAA. Declaración Universal de los Derechos Humanos [en línea]. ONU [Manhattan, EEUU]: diciembre de 1948 [ref. 25 de noviembre de 2011]. Disponible en web: <http://www.un.org/es/documents/udhr/> 12