guay, del esfuerzo dedicado para ayudar a Stroessner en

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guay, del esfuerzo dedicado para ayudar a Stroessner en Washington y de sus buenas relaciones con este presidente (Miranda, 1987:
204). Su sucesor, Harry F. Stimson, fue aún más favorable al gobierno
de Stroessner, pues solicitó a Washington que se incluya al Paraguay en una gira del presidente Eisenhower al Cono Sur, petición
denegada por la Casa Blanca24, pero en general las agencias de
gobierno de Estados Unidos jugaban a favor de la dictadura, llegando
a provocar críticas de parlamentarios demócratas norteamericanos
(US Congress: 1.113).
La participación norteamericana en cuestiones de “seguridad interna”
era pública: en 1958 el secretario de esa embajada participó de la
conferencia de prensa gubernamental tras la dura represión de la CPT
(La Tribuna, 20.XI.1958: 3). El valor de la asistencia militar, limitado al
inicio, se multiplicó por diez entre 1962 y 1965 (administraciones de
Kennedy y Johnson), época en que también creció la cooperación en
Inteligencia. La CIA colaboró en operativos realizados para infiltrar la
oposición paraguaya que trataba de derrocar al dictador (Agee, 1975:
338, 345).
SÌntesis y CaracterizaciÛn del RÈgimen 1954 - 2003
Entre 1962 y 1969, unos cuatrocientos oficiales del ejército paraguayo
recibieron formación en academias y escuelas norteamericanas en
métodos de contrainsurgencia catalogados como “comunismo y
democracia, asuntos civiles, operaciones psicológicas, desarrollo
nacional y operaciones clandestinas”, en territorio de los Estados Unidos
y en la Zona del Canal de Panamá (Mora-Cooney: 163, 169, 175, 177).
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Para algunos funcionarios de la Casa Blanca la “cultura hispanoindígena” impedía a Latinoamérica lograr gobiernos democráticos
(Achenson, 1969: 257/8; Rabe, 1988: 20). Si el Paraguay era
culturalmente incapaz de vivir en libertades, se prefería una dictadura
anticomunista amiga que otra adversa a los Estados Unidos. Este
discurso justificó, en la práctica, una prolongada complicidad de
gobiernos norteamericanos con el régimen stronista y el apoyo a sus
actos ilegales e inhumanos.
En contrapartida, la representación paraguaya en las Naciones Unidas y
la OEA seguía fielmente las directivas de los Estados Unidos, fungiendo
de “voto seguro” para la potencia del Norte. En 1962 Paraguay demandó
que la OEA actuara militarmente contra la revolución cubana, tres años
más tarde una unidad militar paraguaya se sumó a la intervención de
República Dominicana y en 1968 el gobierno incluso ofreció a los Estados
24
US-DDC, “H. Stimpson to C. Herter”, 11.II.1960, y “C. Herter to H. Stimpson”, 12.III.1960, 1983, pp.
000387 y 01905.
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