7 DE DOCTRINA Antígona... Juan P. Posada Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 8 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Antígona: entre el jusnaturalismo y el juspositivismo, la violencia Juan Pablo Posada Garcés* «No hay ningún motivo para no relacionar los textos en que estoy pensando con todos los demás, particularmente con los textos literarios, filosóficos y mitológicos. Se nos repite en todos los tonos que todos los textos forman uno solo y que todas las separaciones de género son arbitrarias; voy a tomar esta afirmación al pie de la letra. […] En los comportamientos humanos no hay nada, o casi nada, que no sea aprendido; y todo aprendizaje se reduce a la imitación. Si de pronto los hombres dejaran de imitar, todas las formas culturales se desvanecerían. […] La venganza en cadena se representa como el paroxismo y la perfección de la mimesis. Reduce a los hombres a la reproducción monótona del mismo gesto asesino. Hace de ellos unos dobles. […] Existe una relación entre las formas rituales y la tendencia universal de los hombres a transferir sus angustias a unas víctimas arbitrarias. […]…Lo mismo que en los mitos, la inverosimilitud y la verosimilitud se combinan para sugerir el informe de una persecución perfectamente real; pero más o menos falseada y transfigurada por habérsenos referido desde la perspectiva de los propios perseguidores.» René Girard ‘Cuánta sangre y horror hay en el fondo de todas las «cosas buenas»´. Friederich Nietzsche Resumen. La obra trágica de Sófocles, Antígona, ha sido interpretada en el derecho desde el punto de vista ya clásico de la dicotomía entre derecho natural y derecho positivo. Esta y otras interpretaciones, aunque reveladoras, soslayan lo que realmente subyace al texto trágico: la dinámica de la violencia y lo sagrado. Sin embargo, el acto culminante de la violencia, el linchamiento que sirve para conjurar la crisis social, queda traslapado tras la urdimbre de dicho texto, y vuelve a salir a la luz cuando se «lee» la crítica que del teatro griego realiza Aristóteles en la Poética ¿Será que jusnaturalismo y juspositivismo son realmente las dos fases del proceso cultural mediante el cual la sociedad conjura una crisis que amenaza con destruirla? Palabras clave. Jusnaturalismo, juspositivismo, violencia, lo sagrado, mimesis, peste social, chivo expiatorio, linchamiento, sacrificio, catarsis, victimario. * Abstract. The tragic work of Sophocles, Antigone, has been interpreted by «law» from the already classic point of view of the dichotomy between natural right and positive right. This and other interpretations, although revealing, put sideways what really underlies the tragic text: the dynamics of the violence and of the sacred thing. Nevertheless, the peak act of the violence, the lynching that serves to conspire the social crisis, remains overlapped after the warp of the tragic text, and comes back to the light when the criticism that is carried out by Aristotle in the Poetic about the Greek theatre is read. Could it be that natural right and positive right are really the two phases of the cultural process by means of which the society conspires a crisis that threatens to destroy it? Key words. Natural right, positive right, violence, sacred thing, mimicry, social pollution, victim, lynching, sacrifice, catharsis, murderer. Abogado titulado Universidad de Medellín. Especialista en Lógica y Filosofía Universidad Eafit. Candidato al título de Magíster en Estudios Humanísticos Universidad Eafit. Profesor de cátedra en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Jurídicas de la Institución Universitaria de Envigado. 9 DE DOCTRINA Antígona... Juan P. Posada Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Abrumadora es la cantidad de interpretaciones que admite cualquier texto, quizás tantas como lectores o posiciones teóricas existan. Tal vez por tal motivo, y no exento ni de sapiencia ni de mordacidad, Sidhartha Gautama diría que interpretar es traer una ficción al mundo *. Pienso, sin embargo, que las ficciones no invalidan lo universal oculto en la trama de algunos textos, ni mucho menos de aquellas interpretaciones que logran sacar dicho carácter a la luz. En el recorrido que he venido realizando por la visión moderna y contemporánea del mundo antiguo, he podido cotejar la existencia de tres grandes corrientes a partir de las cuales se ha llevado a cabo la interpretación de la Tragedia, y éstas son: la interpretación estructuralista, según el modelo de Levy Strauss 1; la interpretación foucoultiana, emitida desde la desmitificadora y arqueológica perspectiva de la relación saber-poder 2 , y la interpretación psicoanalítica, de Freud. Cabe apuntar, sin embargo, que ya desde la misma antigüedad la tradición nos ha legado la interpretación de la Tragedia que Aristóteles despliega en la Poética, a medio camino entre la preceptiva estética y la crítica de arte. En cuanto a Antígona, la obra trágica de Sófocles, es ya clásica la interpretación hasta el punto de convertirse en un lugar común- según la cual el texto representa la confrontación entre jusnaturalismo y juspositivismo. Mi propósito, en este breve ensayo, es realizar una interpretación que trascienda la dialéctica entre derecho natural y derecho positivo, esperando, por esta vía, desmitificar muchas de las concepciones que sobre ambos se han difundido, y las cuales, al fin de cuentas, no han hecho más que colocar al derecho natural en el lugar del mito, esto es, * 10 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas 1 2 en un más allá de la cultura y del proceso de hominización. 1. La jurídica y ya clásica interpretación de Antígona A grandes rasgos, la trama de Antígona es la siguiente: Creonte, rey de Tebas, dejándose arrastrar por la soberbia del poder, y en contra de la tradición popular, emite la prohibición –bajo amenaza de muerte- de oficiar los ritos fúnebres a Polinices, hermano de Antígona y culpable de traición a la patria. Esa misma noche Antígona sale de la ciudad para cubrir el cuerpo de su hermano con algo de polvo, a fin de que éste no quedase expuesto a la suerte de perros errantes y de animales carroñeros. Los guardias del rey la sorprenden y la hacen prisionera. En su celda se ahorca, y una cascada de muertes se precipita en el círculo familiar del rey Creonte. Los juristas se han valido del texto trágico para representar la oposición entre las leyes del derecho natural y las leyes positivas. Según esta interpretación, las primeras se reflejarían en la costumbre y en la providencia divina, las cuales obligarían a rendir respeto y tributo a los muertos; las segundas, por su parte, en el mandato legal y expreso del rey Creonte. Mi teoría es la siguiente: a esta interpretación se le escapa lo que realmente subyace al texto: el proceso de la violencia y lo sagrado. Por otra parte, considero que la conciencia que pueda tomarse de dicho proceso, de su justificación y de sus efectos, aporta nuevas luces en la comprensión del abstruso problema del origen del derecho natural y de las relaciones que éste guarda con el derecho positivo. Paso ahora a sentar los presupuestos teóricos de mi interpretación. Quizás, tratándose sólo de una contingencia, lo que entendemos por mundo sea una interpretación. En Claude Levy, Strauss. Mythológicas. Mexico D. F.: Siglo XXI Editores, 1970. En Michel, Foucault. La verdad y las formas jurídicas. Barcelona: Editorial Gedisa, 1996. AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 2. Presupuestos Teóricos: violencia, linchamiento, mimesis y sacrificio A mi entender, sólo la teoría del etnólogo y filósofo francés, René Girard, ha dado cuenta satisfactoria del proceso de hominización y del consecuente origen de las instituciones humanas, incluyendo el derecho. Otras teorías han fundado nuevos mitos, y de este carácter participan las teorías jusnaturalistas que pretenden encontrar el origen del derecho en entidades trascendentes (Dios, la razón o la voluntad). A este último respecto, toda entidad trascendente, ajena al devenir humano y a los procesos históricos -más adelante veremos la justificación que este hecho tiene-, participa del mismo mecanismo violento que ha permanecido oculto detrás del texto trágico. Según Girard, entonces, si rastreamos el mecanismo y la dinámica de la violencia en los mitos y en los textos literarios de linchamiento, podremos encontrar un grupo de cuatro significaciones comunes, a saber: 1º) La comunidad está en crisis o próxima a experimentarla, y esto trae o traerá como consecuencias la desaparición de las jerarquías sociales, así como el desorden, la violencia y la muerte; 2º) se acusa a alguien, individuo o colectividad, de cometer un crimen contra la naturaleza y de señalar o de iniciar, de este modo, el camino para que la violencia se desate; 3º) se realiza el exterminio o la expulsión violenta de ese alguien, es decir, se efectúa el linchamiento expiatorio, y 4º) al obrar de esta manera, la comunidad se purifica, y hace catarsis, porque elimina la forma o el agente de la polución nefasta. 3 4 Subraya nuestro. Prólogo, 1ª Escena. pp 22-30. 3. Mecanismo y dinámica de la violencia en Antígona Es importante tener en cuenta que Antígona constituye la continuación cronológica y espacial de otra tragedia de Sófocles, Edipo rey; y constituye también la continuación lógica del mecanismo y de la dinámica de la violencia. Así, en Edipo presenciamos lo inequívoco de la violencia desatada, de la peste, del sacrificio y de la expiación. Tebas está en crisis, Existe una afinidad recíproca entre la peste y el desorden social, pero esta afinidad no explica por sí misma la confusión de los dos fenómenos...pues, como sabes tú, la ciudad sufre un grave temporal y no puede mantener su cabeza encima del oleaje mortífero; sucumbe en los cálices fértiles del campo, en los rebaños de hacedores bueyes, y ya no dan sus frutos al parir las mujeres. Una enemiga diosa, la peste3, nos ataca con sus dardos de fuego y la casa cadmea se nos queda vacía y el negro Hades lamentos y quejas atesora.4 En Edipo la peste trágica no sólo mata a los hombres; también provoca una total interrupción de las actividades culturales y naturales, determina la esterilidad de las mujeres e impide que los campos den sus cosechas. Si la peste trágica desempeña la función genérica de designar una serie de males que afectan o amenazan a la comunidad, el papel que desempeñen las tensiones y perturbaciones interhumanas revelará la connotación metafórica de la palabra peste en el texto literario; de ser principal este papel, la peste no será sólo un asunto de salud pública (en el aspecto meramente sanitario), será un fenómeno también s ocial: el contagio y la propagación de una violencia recíproca, y 11 DE DOCTRINA Antígona... Juan P. Posada Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. la generalización de la venganza. La violencia, pues, se manifiesta de igual forma que una plaga. ...pero la esfinge con sus cantos pérfidos nos forzaba a descuidar lo oscuro para afrontar lo urgente.7 La resolución de la crisis que Tebas padece, pone a prueba no sólo el prestigio sino el poder de los protagonistas, es decir, el poder de Edipo, de Creonte y de Tiresias. Sin embargo, el carácter individual del agente expiatorio será asunto a consolidarse al cabo de las acusaciones y de las insistencias que Edipo formula contra Tiresias: Ellos, al convertirse en dobles que se recriminan, instauran la crisis de las jerarquías sociales: Yo declaro que el hombre tras el cual vas ahora con tantas amenazas y pregones en torno a la muerte de Layo, presente está aquí mismo; forastero parece; se mostrará enseguida cual Tebano legítimo, mas no podrá alegrarse de ello…Y se verá también que es el hermano y padre de los hijos que viven con él y que casó con la propia mujer que le parió.8 eres tú Tiresias-: Digo que el asesino que buscas Edipo-: Creonte, el fiel amigo de los primeros tiempos, conspira abiertamente contra mí para echarme y a este mago tramposo por delante me manda, falsario y charlatán…5 Tal y como el mismo Oráculo lo ha anticipado a Creonte, la resolución del conflicto trágico será asunto a cristalizarse sólo a condición de hallarse un chivo expiatorio: Digo ya lo que oí de boca divina. El soberano Febo nos manda expresamente expulsar el miasma que cría esta ciudad y no deja que crezca para hacerse incurable. Edipo-: ¿Cómo nos lavaremos? ¿En qué consiste el caso? Creonte-: Echando al criminal o bien expiando el crimen con otro: es esa sangre la que inunda esta tierra.6 Edipo encarna el miasma social, y es, por tanto, en los mismos términos utilizados por el Oráculo, una víctima apropiada. Paso ahora a la interpretación de Antígona. Había ya mencionado el siguiente hecho: en términos del mecanismo y de la dinámica de la violencia, Antígona debe entenderse como una continuación lógica de Edipo Rey. En una primera instancia pesa sobre el criminal o los criminales la acusación del homicidio cometido contra Layo, Creonte, tío de Edipo, ha asumido el poder político de Tebas. El estado de indiferenciación y de crisis, la peste, ha dado 6 12 El cerco contra Edipo está cernido; será él mismo quien, en cumplimiento de sus propios edictos, y gracias a sus propias averiguaciones, logre cerrarlo definitivamente. La pregunta que surge es la siguiente: ¿cómo puede un sólo individuo, aun tratándose del peor criminal, ser el responsable de todas las calamidades que ha traído consigo la peste? 5 NUEVO DERECHO Nº 3 De esta manera no sólo logra individualizarse a la futura víctima propiciatoria; también se formula contra ella la grave acusación de transgredir un interdicto fundamental de la sociedad: la prohibición del incesto. 7 8 1er Episodio, 2ª Escena. pp 362 y 385-387, respectivamente. Prólogo, 2ª Escena. pp 95-101. Subrayado nuestro. Ibíd., p 130-131. Ibíd., p 349-359. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. lugar al restablecimiento de la normalidad en la vida social, y este hecho se consolida con la muerte recíproca de los hijos de Edipo: Eteócles y Polinices (último vestigio latente del enfrentamiento violento de los dobles). Antígona no es ya la tragedia que muestra el mecanismo y la dinámica de una violencia que conjura la crisis; al contrario, en tiempos de cierta estabilidad social, muestra la forma en que ésta puede desatarse de nuevo, cuando renovados e ilegítimos actos de violencia o de venganza se realicen. Precisamente esto último es lo que hace Creonte: Antígona-: ¿Sabes de alguna desgracia que Zeus no haya cumplido después de nacer nosotras dos?... ¿Te has enterado ya o no sabes los males inminentes que enemigos tramaron contra seres queridos?... ¿No ha juzgado Creonte digno de honores sepulcrales a uno de nuestros hermanos, y al otro tienes en cambio deshonrado?... Creonte-: Dejadle allí, sin duelo, insepulto, dulce tesoro a merced de las aves que buscan donde cebarse…El que transgreda alguna de estas órdenes será reo de muerte, públicamente lapidado en la ciudad. del rey, y por esa razón –dice Antígona a su hermana-: «…cuando me prendan nadie podrá llamarme traidora…Mucho más te aborreceré si callas, si no lo pregonas a todo el mundo.» Por su carácter ilegítimo la venganza de Creonte desencadena nuevamente la crisis: Guardián-:…el cadáver había desaparecido, no enterrado, no, pero con una leve capa de polvo encima, obra como de alguien que quisiese evitar una ofensa a los dioses…Entre nosotros hervían sospechas infamantes, de unos a otros;…cada uno a su turno era el culpable pero nadie lo era, todos eludían saber algo.9 A Creonte se le impone, en consecuencia, la necesidad de encontrar una nueva víctima propiciatoria: «…Si no encontráis –dice Creonte al Guardián- al que con sus propias manos hizo esta sepultura, si no aparece ante mis propios ojos, para vosotros no va a bastar con sólo el Hades». Es importante hacer énfasis en un dato esencial: la dualidad de lo maléfico y de lo benéfico reaparece en la materialidad de la muerte, es decir, en el cadáver: El carácter ilegítimo del edicto emitido por Creonte, se deriva del hecho por el cual éste se empecina en no reconocer la estirpe sagrada que Polinices ostenta como descendiente de Edipo y como último vástago violento que aun permanece. Ha de observarse, en este punto, que las continuas recriminaciones que en la obra hace Creonte, tanto a la mujer como a su condición, guardan estrecha relación con el hecho según el cual, ni Antígona ni su hermana Ismene, tienen el poder suficiente para disputarle el trono de Tebas. ...la muerte es la peor violencia que puede sufrir un ser vivo; es por consiguiente, extremadamente maléfica; con la muerte, penetra la violencia contagiosa en la comunidad y los seres vivos deben protegerse de ella. Aíslan al muerto, hacen el vacío a su alrededor; toman todo tipo de precauciones y sobre todo practican unos ritos fúnebres, análogos a todos los demás ritos en cuanto tienden a la purificación y a la expulsión de la violencia maléfica.10 Antígona se propone transgredir el mandato de Creonte, oficiando para ello el ritual fúnebre a su hermano. Desde el comienzo hasta el fin de la tragedia la voluntad de la colectividad se opone a los mandatos Muchas cosas hay portentosas, pero ninguna tan portentosa como el hombre…Recursos tiene para todo, y, sin recursos, en nada se aventura hacia el futuro: sólo la muerte no ha conseguido evitar, pero sí se ha agenciado 9 10 En este punto de la obra trágica, el Coro profiere las palabras más reveladoras de la dinámica propia de la violencia: Subrayado nuestro. René, Girard. La violencia y lo sagrado. Barcelona: Editorial Anagrama, 1995. p 265. 13 DE DOCTRINA Antígona... Juan P. Posada Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. formas de eludir las enfermedades inevitables…Si cumple con los usos locales y la justicia por divinos juramentos confirmada, a la cima llega de la ciudadanía; si, atrevido, del crimen hace compañía, sin ciudad queda…11 Antígona es capturada y, no obstante, la crisis tiende a agravarse aun más. Su captura constituye un nuevo acto de violencia y no así un acto de sacrificio eficaz; se anuncia de nuevo la llegada de la peste: Tiresias (dirigiéndose al rey Creonte)- : todo esto –presagios negados, ritos que no ofrecen señales- lo supe por este muchacho…Pues bien, es el caso que la ciudad está enferma de estos males por tu voluntad, porque nuestras aras y nuestros hogares están llenos, todos de la comida que pájaros y perros han hallado en el desgraciado hijo de Edipo caído en el combate. Y los dioses ya no aceptan las súplicas que acompañan al sacrificio y los muslos no llamean. Tal como ocurre en Edipo el héroe de Antígona se transforma en villano. Pero ahora no es el protagonista quien busca al chivo expiatorio, aun cuando resulte ser él mismo; ahora es la colectividad quien de forma velada busca la expiación. Así, tras escuchar las admoniciones de Tiresias, dice a éste Creonte: «Todos, anciano, como arqueros que buscan el blanco buscáis con vuestras flechas a este hombre (se señala a sí mismo)». En la obra trágica, sin embargo, la violencia vengadora de la comunidad se desplaza hacia la propia Antígona y hacia la estirpe de Creonte. Común a los textos de linchamiento, según Girard, Antígona vela el linchamiento real del chivo expiatorio en manos de la comunidad, propiciando el misterio que siempre ha rodeado a lo sagrado oculto en este tipo de textos. En el análisis de la Poética veremos cómo este hecho adquiere, en la Tragedia, una justificación desde la crítica y desde la estética de Aristóteles. Con todo, anclada y congregada gracias al deseo mimético*, es en el sacrificio, en la fiesta sacrificial, el momento en el cual la comunidad revive el linchamiento original, aun cuando sea la inconciencia de los mecanismos violentos el factor que genera su temible eficacia: Exaltadora de nombres, la Victoria ha llegado a Tebas rica en carros, devolviendo a la ciudad la alegría, conviene dejar en el olvido las lides de hasta ahora, organizar nocturnas rondas que recorran los templos de los dioses todos; y Baco, las danzas en cuyo honor conmueven la tierra de Tebas, que él nos guíe…Y, en lo debido a los dioses, no hay que cometer ni un desliz.12 4. La Poética, Aristóteles victimario La valoración estética que Aristóteles realiza de la Tragedia en la Poética, adquiere fundamento, por un lado, en el hecho según el cual dicha tragedia debe representar el mecanismo y la dinámica de la violencia, y sublimar, mediante la catarsis, la violencia intestina de los asistentes a la obra teatral; por otro, y siendo esto lo más revelador de esta interpretación, la obra trágica, y su representación, deben mantener en el misterio el carácter unánime y comunitario del linchamiento. En el primer evento, entonces, es importante destacar en la obra aristotélica los contenidos que con el mecanismo y la dinámica de la violencia guardan relación; estos son: la mimesis y la catarsis. La tragedia es, según Aristóteles, 11 14 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas Subrayado nuestro. Para simplificar, el deseo mimético consiste en que siempre se desea el deseo del otro. 12 El Corifeo al final de Antígona. Subrayado nuestro. * AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. ...la imitación de una acción elevada y perfecta, de una determinada extensión, con un lenguaje diversamente ornado en cada parte, por medio de la acción y no de la narración, que conduce, a través de la compasión y del temor, a la purificación de estas pasiones.13 Diciente ya por sí misma, la cita trascrita permite inferir no solamente el carácter elevado del linchamiento fundador, sino, además, que éste ha sido narrado ya y de forma alegórica en el mito (pues, en la tragedia «…la imitación consiste en un mito actuado»14). Sin embargo, en términos de Aristóteles, el linchamiento no debe representarse directa y evidentemente en el teatro. A ello aludiremos más adelante. Interpretando la Poética desde esta perspectiva, el efecto catártico resulta de la sublimación que la obra produce de las pasiones de compasión y de temor inherentes al público: temor inicial al pharmakos, al chivo expiatorio; compasión como producto del sacrificio violento; clara alusión al doble carácter de la víctima propiciatoria*. Mas la obra (para ser una buena obra de arte, según el estagirita) debe lograr mantener el carácter velado e inconsciente de la violencia que el grupo ejerce sobre la víctima; de allí que el texto trágico, igual que el texto mítico y el religioso, esconda en su trama el gran misterio que desde siempre ha rodeado a lo sagrado. La tragedia no es representación de los hombres sino de la acción, de la vida, de la felicidad y de la desdicha. La felicidad y la desdicha, empero, se dan en la acción, y el fin consiste en cierta especie de acción, no en determinado carácter…De tal modo, los hechos y el argumento constituyen el fin de la tragedia, y el fin es lo más importante de todo.15 Se entiende, la tragedia no debe representar situaciones aporéticas de carácter subjetivo; la aporía debe ser social, y, por tanto, es al grupo social en su conjunto a quien corresponde solucionar los asuntos relativos al qué es aquello que ha dado origen a la crisis y al cómo debe ésta resolverse16. He aquí la solución oculta: el qué y el cómo, correspondientes a los hechos y al argumento trágico, respectivamente, señalan ambos en la misma dirección: señalan en dirección al pharmakos; la víctima es el culpable y es al mismo tiempo la solución. De allí se desprende que el fin consista en cierta especie de acción y sea lo más importante de todo. No obstante, y como la tragedia no tiene por objeto representar la aporía individual, tal y como lo he afirmado ya, sino la aporía social, el tránsito de la felicidad a la desdicha, producto del reconocimiento, será un asunto a efectuarse en este último nivel. En efecto, ...el reconocimiento, como el nombre lo indica, comporta un cambio de la ignorancia al saber, que genera el amor o el odio de quienes están predeterminados para la felicidad o la desdicha.17 Pero reconocimiento, ¿de qué o de quién?: es evidente, reconocimiento de la víctima. ¿Y quiénes están predeterminados para la felicidad o la desdicha?: sin duda, los victimarios; ellos podrán tornar, mediante el dispositivo paradójico de la violencia, bien al 13 Ibíd., p 6. Ibíd., p 7. * Sobre el doble carácter de la víctima, puede consultarse mi ensayo Reflexiones, publicado en Nuevo Derecho, nº 2, diciembre de 2007. p 52-60. 15 Ibídem. 16 Para traer a colación un par de aforismos de Nietzsche: «No existen hechos, sólo interpretaciones». «No buscar el sentido en las cosas, sino introducirlo». En Fragmentos póstumos, Bogotá: Editorial Norma, 1993. 17 Ibíd., p 12. 14 15 DE DOCTRINA Antígona... Juan P. Posada Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. estado de indiferenciación violento o bien al estado frágil de la mimesis social. He aquí el velo que Aristóteles cierne sobre la obra trágica, y al fin y al cabo el velo que hace posible el efecto catártico y de medianía que justifica su valoración estética: la exclusión de la acción pasional, es decir, de la «…acción deletérea o aflictiva, como las muertes ante los espectadores, las acciones que causan excesivo dolor, las heridas y cosas por el estilo.»18 Eso justifica el por qué debe ser excluido el linchamiento expiatorio del desenlace trágico, y el por qué éste ha de ser reemplazado por una serie de circunstancias desafortunadas, azarosas o fortuitas. Así, en el terreno del arte «se ha de preferir lo imposible verosímil a lo posible inverosímil». Sobra decir, lo imposible verosímil está conformado por el tipo de circunstancias desafortunadas, azarosas o fortuitas; lo posible inverosímil, en cambio, es el linchamiento colectivo, la acción deletérea o aflictiva, como las muertes ante los espectadores. En este sentido, debe entenderse, la posibilidad no es de tipo físico sino de estirpe moral; la verosimilitud, en cambio, es de raigambre física. Nadie puede imaginar a Aristóteles haciendo parte de la horda victimaria. No obstante, si tenemos en cuenta la pasión del filósofo por el término medio (glorificado en su política y excluso en su lógica) y su exaltación de la mimesis social, así como su pertinaz desplazamiento del devenir, del caos, de la diferencia y de los entredichos, entonces, bien podríamos decirlo: el nombre de Aristóteles debe ser añadido a la larga lista de los filósofos victimarios. 5. Conclusión: entre el jusnaturalismo y el juspositivismo, la violencia Más allá de los mitos acerca del origen del derecho, los mitos de la trascendencia (lo sagrado allende la cultura (Dios), la «razón» hipostática y universalizada del Iluminismo occidental, o la «voluntad»), interpretaciones como esta nos permiten colegir en el derecho un carácter humano, demasiado humano. El derecho, natural o positivo, consuetudinario o escrito, emerge de la cultura, de igual forma que el arte, la técnica, el sentimiento religioso y el erotismo. En realidad, derecho natural y derecho positivo se han hecho dicotómicos gracias al dispositivo cultural de la escritura. Pero esencialmente muestran dos formas continuas y sincrónicas- mediante las cuales el grupo social, en su interés y ánimo de permanecer bajo ciertas condiciones de estabilidad, conjura los elementos paradójicos de la violencia y de la ruptura de las jerarquías y las diferencias sociales. En su origen, es decir, en el origen mismo del Hombre, el derecho surge al unísono de la prohibición del incesto, del homicidio y de la obligación de brindar el debido tributo a los muertos, pues la violación de estos interdictos fundamentales inaugura periodos de crisis, los cuales, como hemos visto ya, sólo son conjurables mediante la violencia que la colectividad ejerce sobre una víctima de recambio. Periodos posteriores, más estables, y en los cuales la sociedad se ha fortalecido técnica y políticamente, dan lugar a la ritualización de dichos interdictos mediante leyes escritas, las cuales han de incluir interdictos menos 16 NUEVO DERECHO Nº 3 18 Ibíd., p 13. Subrayado nuestro. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. originarios (o si se quiere más evolucionados), a medida que las relaciones sociales llegan a adquirir mayores niveles de complejidad. Girard, René. El misterio de nuestro mundo- Conversaciones. Salamanca: Ed. Sígueme, 1982. La imagen «benevolente» del derecho, y del derecho natural en particular, sólo cobra sentido si consideramos que la violencia es en sí misma «irracional» pero no carece de razones; sabe incluso encontrarlas excelentes cuando tiene ganas de desencadenarse. ________La violencia y lo sagrado. Barcelona: Editorial Anagrama, 1995. ________Literatura, mimesis y antropología. Barcelona: Editorial Gedisa, 1984. Para que no continúen fundándose nuevos mitos y nuevas apologías de los victimarios, pienso que las investigaciones acerca del derecho natural deben realizarse en el campo del proceso de hominización, y en este campo las mejores luces las aportan la etnología y la ciencia etológica. La etnología, por un lado, porque permite encontrar la estructura común a los mitos, a los relatos y a las prácticas de las culturas; la etología, por otro, porque como dice Nietzsche: «¡habéis ya recorrido el sendero que va desde el gusano al hombre, pero queda aun mucho en vosotros mucho de gusano!»19 Bibliografía Aristóteles. Poética. Caracas: Monte Ávila Editores, 1990. Deleuze, Guilles. Lógica del sentido. Barcelona: Editorial Paidós, 1989. Huizinga, Johan. Homo-ludens. Madrid: Editorial Alianza-Emecé, 1982. Nietzsche, Friederich. Genealogía de la moral. Madrid: Editorial Alianza, 1972. ___________Fragmentos póstumos. Bogotá: Editorial Norma, 1993. ___________Así habló Zarathustra. Barcelona: R. B. A. Editores, 1995. Posada, Juan Pablo. Reflexiones. En: Nuevo Derecho, nº 2, dic. 2007, p. 52-60. Serres, Michael, El contrato natural. Valencia: Ed. Pre-textos, 1991. _________El nacimiento de la física en el texto de Lucrecio. Valencia: Ed. Pre-textos Pre-textos, 1990. Sófocles. Antígona. Navarra: Salvat Editores, 1969. Foucault, Michael. La verdad y las formas jurídicas. Barcelona: Editorial Gedisa, 1993. _______Edipo rey. Barcelona: Editorial Planeta, 1994. Freud, Sigmund. Tótem y tabú. Madrid: Editorial Alianza, 1984. Strauss, Claude Levy. Mythológicas. Mexico D. F.: Siglo XXI, 1970. Friederich, Nietzsche. Así habló Zarathustra, Barcelona: Ed. R. B. A., 1995. p. 6. No descarto que futuras investigaciones puedan realizarse incluso desde la física, quizás la única ciencia que puede emanciparse del paradigma jurídico imperante en el campo del debate científico. Al fin y al cabo hablar de un derecho natural, de un derecho que no cuenta para nada con la naturaleza, no deja de ser un contrasentido. Es posible incluso que, siendo la violencia un movimiento, su causa y justificación encuentren fundamento en los flujos, cascadas y clinámenes que acontecen en el cuerpo. A este y otros respectos puede consultarse Michael, Serres. El contrato natural. Valencia: Ed. Pre-textos, 1991. Y, del mismo autor, El nacimiento de la física en el texto de Lucrecio. Valencia: Ed. Pre-textos, 1990. 19 17 DE DOCTRINA Antígona... Juan P. Posada Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 18 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Pervivencia del Pensamiento Kelseniano Pablo Andrés Garcés Vásquez* Resumen. Hans Kelsen se planteó un propósito: construir una ciencia del Derecho purificando en el objeto de estudio todos los elementos que le son extraños, esto es, considerando su objeto como es y no como debe ser. Con el fin de generar una mejor comprensión de la obra de Kelsen, resulta imperioso resaltar los siguientes aspectos que se estiman esenciales en la Teoría Pura del Derecho: · La Definición del derecho: El autor pretende estructurar un concepto de Derecho erigido exclusivamente en el conocimiento de su objeto. En virtud de ello, lo define como conjunto de normas con un efecto coactivo, significando esto último que ante el incumplimiento de una norma jurídica se deriva una sanción que es el efecto coactivo. · Origen del derecho y su relación con otras disciplinas: el Derecho se equipara a principios de la naturaleza, con el fin de describir el objeto del mismo bajo la idea que algo es o no es. Las ciencias naturales gravitan en ámbito del ser mediante la causalidad, y la ciencia jurídica a través de la imputación en la esfera del debe ser. · El instituto jurídico norma jurídica: una norma jurídica es válida si tiene existencia, esto es, cuando es positiva, para ello es menester que haya sido creada por individuos u órganos que obtienen la potestad normativa del ordenamiento jurídico. · La pirámide Kelseniana: El orden jurídico debe tener una estructura jerárquica de las normas jurídicas, esto es, debe estar dividido en varias categorías, primero, la Constitución –bloque de constitucionalidad-, que ostenta la dignidad de designar los órganos que tienen como función la creación de normas generales y fijar el procedimiento que se debe seguir para tal fin, segundo las normas jurídicas subordinadas a aquella de consuno con el artículo 4 de la Constitución Política. · El ordenamiento o sistema jurídico: La jerarquización piramidal de las normas otorga todo un sistema jurídico para que las normas inferiores encuentren, en las normas superiores, la razón de su validez. Palabras Clave. Norma, ordenamiento jurídico, jerarquía, validez normativa, Derecho, vigencia, Teoría pura del Derecho, coacción, ciencia. Abstract. Hans Kelsen thought about a purpose: to build a science of the Right purifying in the study object all the elements that are he strange, this is, considering their object like it is and I don’t eat it should be. With the purpose of generating a better understanding of the work of Kelsen, it is imperious to stand out the following aspects that are considered essentials in the Pure Theory of the Right: · The Definition of the right: The author seeks to structure a concept of Right erected exclusively in the knowledge of his object. By virtue of it, it defines it as group of norms with a coercive effect, meaning this last that is derived a sanction that is the coercive effect before the nonfulfillment of an artificial norm. · Origin of the right and their relationship with other disciplines: the Right is equipped at the beginning of the nature, with the purpose of describing the object of the same first floor the idea that something is or it is not. The natural sciences gravitate in the being’s environment by means of the causation, and the artificial science through the imputation in the sphere of the one it should be. · The institute juridical artificial norm: an artificial norm is valid if he/she has existence, this is, when it is positive, for it is it need that has been created by individuals or organs that you/they obtain the normative imperium of the juridical classification. · The pyramid Kelseniana: The juridical order should have a hierarchical structure of the juridical norms, this is, it should be divided in several categories, first, the Constitution - block of constitutionality - that shows the dignity of to designate the organs that have as function the creation of general norms and to fix the procedure that should be continued for such an end, second the norms juridical subordinates to that of consuno with the article 4 of the Political Constitution. * Abogado titulado de la Universidad Cooperativa de Colombia-Sede Medellín, especialista en Responsabilidad Civil Contractual, Extracontractual y del Estado de la Universidad Autónoma Latinoamericana, Doctorando en Derecho de la Universidad Externado de Colombia –Segundo año-. Docente universitario –T.C.- de la Institución Universitaria de Envigado, Catedrático de la Universidad de Medellín y de la Universidad Cooperativa de Colombia-Sede Medellín. 19 DE DOCTRINA Pervivencia ... Pablo A. Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. · The classification or juridical system: The pyramidal hierarchization of the norms grants an entire juridical system so that the inferior norms find, in the superior norms, the reason of its validity. contraste con el principio de imputación que debe responder a lo que debe ser, no obstante que no goza del carácter del ser. Keywords. Norma, juridical classification, hierarchy, normative validity, Right, validity, pure Theory of the Right, coercion, science. Frente a las ciencias sociales, Kelsen realiza una diferencia establecer que el Derecho ostenta el apoyo del Estado que obra en forma coactiva ante el incumplimiento de una norma 4 jurídica; mientras las ciencias sociales no existe ese efecto coercitivo, pues, en el evento que la norma no jurídica no se haya cumplido, no hay lugar a ninguna sanción para ello, sólo se suscitaría un juicio de reproche, tal como acaece con las normas morales. 1. Introducción La Teoría Pura del Derecho1 es una teoría de Derecho positivo. Se estima pura por cuanto Hans Kelsen se planteó el propósito de construir una ciencia del Derecho purificando, en el objeto de estudio, todos los elementos que le son extraños, esto es, considerando su objeto como es y no como debe ser. Para una mejor inteligencia de la pretensión en cuanto a elaborar una Teoría Pura del Derecho 2 Kelsen hace dos depuraciones: En primer lugar, la purificación de la ciencia natural y en particular de la sociología jurídica; en segundo lugar, la purificación de la política, la moral, la justicia y toda clase de ideología. Hans Kelsen inquiere solamente conocer qué es el Derecho mas no cómo debe ser la ciencia jurídica3. En relación con lo natural, Kelsen propende por distinguir el principio de causalidad de las leyes naturales -causa– efecto- del principio de imputación que es resorte de los sistemas normativos, habida cuenta que el principio de imputación se acomete en la esfera del deber ser, mientras que el principio de causalidad es propio del ámbito del ser. Por ello, el principio de causalidad se compadece con algo que indefectiblemente tiene que hacerse, en Para una mejor comprensión de la antológica obra de Kelsen es necesario tomar en cuenta cinco aspectos que estimo son básicos en la Teoría Pura del Derecho: 1. Definición del derecho 2. Origen del derecho y su relación con otras disciplinas. 3. El instituto jurídico norma jurídica. 4. La pirámide Kelseniana en virtud de la cual realizo un osado planteamiento en cuanto a la vigencia que todavía tiene el jurista vienés. 5. El ordenamiento o sistema jurídico. Frente al primer punto, el autor pretende obtener un concepto de Derecho basado únicamente en el conocimiento de su objeto, por esto: define al Derecho como norma –o conjunto de normas– con un efecto coactivo, significando esto último que ante el incumplimiento de una norma jurídica se deriva una sanción que es el efecto coactivo. Asimismo, define como norma positiva, todas las normas que constituyen al Derecho5, Hans, Kelsen. Teoría Pura del Derecho. Buenos Aires: Eudeba, 1960. p 69 Luis, Villar Borda. Hans Kelsen 1881-1973, Serie de Teoría Jurídica y Filosofía del Derecho No. 30, Bogotá D.C.: Universidad Externado de Colombia, 2004. p 17 3 Carlos Santiago, Nino. Introducción al Estudio del Derecho, Buenos Aires: Editorial Ariel S.A., 1983. p 192. 4 Robert, Walter. Problemas Centrales de la Teoría Pura del Derecho, Traducción Luis Villar Borda, Bogotá D.C., Universidad Externado de Colombia. P 46 5 Benigno, Mantilla Pineda. Hans Kelsen El jurista del Siglo XX, Medellín: Librería Señal Editora, 2003. p 116 1 2 20 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. en el sentido de autorizar o proscribir determinada conducta, lo que compele al individuo a dirigirse de conformidad con lo consagrado en la norma. Al mismo tiempo, Kelsen no reconoce al Derecho un carácter sempiterno y absoluto, sino que considera que su contenido sufre variaciones según las épocas. Si tomamos como punto de partida que el Derecho es el conjunto de normas jurídicas, estas normas deben ser heterónomas puesto que son impuestas por el Estado, aún cuando son creadas por las mismas personas, pero garantizándose el efecto coactivo de dichas normas por parte del ente estado. Del igual modo, para Hans Kelsen el Derecho no se funda en un sentido ético sino que estructura una ligazón entre un hecho y una consecuencia, toda vez que el Derecho por ser una técnica social presenta un método que autoriza exhortar a los hombres a comportarse de cierta manera, de lo contrario, serán sancionados. Otro aspecto que convoca mi atención es que para la Teoría Pura del Derecho, Estado y Derecho son lo mismo, un orden coactivo de las conductas humanas. De cara al segundo punto, como es el origen del Derecho y su relación con otras disciplinas, es preciso decir que el Derecho se equipara a principios de la naturaleza con el fin de describir el objeto del mismo bajo la idea que algo es o no es. Justamente, surge entonces un primer contacto con las ciencias de la naturaleza6, dado que la naturaleza es un sistema de elementos conectados entre sí por el principio de causalidad, esto es, luego del acaecimiento de un hecho antecedente – causa– se produce un hecho consecuencial –efecto–. Para la ciencia jurídica, el principio de imputación es el hilo conductor entre el hecho antecedente –condición– con un hecho consecuencial – lo que debe ser. Concluyendo, entonces, las ciencias naturales gravitan en ámbito del ser mediante la causalidad y la ciencia jurídica a través de la imputación en la esfera del debe ser. Kelsen traduce la imputación como la relación que existe entre acto coactivo y sanción. Ahora bien, Kelsen sostiene que la Sociología estudia las relaciones existentes entre el sistema jurídico y la vida social, en tanto que el Derecho tiene como objeto de estudio las normas que constituyen un orden normativo positivo. En este tema el profesor Monroy Cabra discrepa de Kelsen, en el sentido que para aquel el derecho es un fenómeno social en sí mismo, mientras que para éste la sociología jurídica estudia el Derecho como fenómeno social sin interesarse por las normas jurídicas que conforman el ordenamiento normativo, importando para la sociología sólo los actos que dan razón a la creación de estas normas. Por lo tanto, Hans Kelsen en su Teoría Pura del Derecho lucubra las normas jurídicas en un sentido específico dejando a un lado el estudio de los hechos como fenómeno sociológico. Con todo, no podemos omitir en esta introducción el siguiente interrogante ¿cuál es el pensamiento de Kelsen con referencia a la relación Derecho-Justicia? En este sentido el maestro considera a la justicia como un juicio de valor, expuesto sobre la base de las normas morales que resulta ajeno a la ciencia jurídica, por cuanto no se cimenta en una base normativa positiva. Frente a esto, es pertinente anotar que para Kelsen es inadmisible emitir juicios de valor sobre el Derecho y agrega que la justicia no es más que un ideal irracional. En relación con el tercer punto, aducimos que para Kelsen el objeto del Derecho es la Norma Jurídica. Como ya lo hemos esgrimido, las normas jurídicas7 se aplican a los individuos para permitirles – autorización– o compeliéndolos –obligación– 21 6 Ibíd., p 54 DE DOCTRINA Pervivencia ... Pablo A. Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. para la realización de algo; por esto, es procedente decir que la norma jurídica como orden es válida o no válida, y no es dable acusarla de verdadera o falsa. Para Kelsen una norma jurídica es válida si tiene existencia, esto es, cuando es positiva, para ello es menester que haya sido creada por individuos u órganos que obtienen la potestad normativa del ordenamiento jurídico. Asimismo, se establece en la Teoría Pura del Derecho que si una norma jurídica no prescribe expresamente la prohibición de un acto, se puede colegir entonces que tal obrar está jurídicamente permitido. En el mismo sentido, es insoslayable que la norma jurídica establezca la conducta que es constitutiva de la condición de una sanción y determine ésta, pues, si la norma señala un modelo de comportamiento –conducta– pero nada dice acerca de la sanción, en el caso de vulneración normativa, esta norma será irrelevante para el Derecho dando lugar a que no se le reconozca como norma jurídica. De suyo, Kelsen habla de normas primarias, es decir las que llevan la orden de coacción y las secundarias que dictan las directrices de la conducta que sortea la sanción. Hay otro tema que consideramos de importancia capital en el ordenamiento jurídico colombiano, lo que Kelsen llama la jerarquía de normas8. Se crea una estructura en la que descansan diversas clases de normas jurídicas; dicha jerarquía obedece al grado de supremacía que una norma tiene sobre la otra. La jerarquización piramidal de las normas otorga todo un sistema jurídico para que las normas inferiores encuentren en las normas superiores la razón de su validez. Con referencia a esta temática, Hans Kelsen se encuentra más vivo que nunca como quiera que en todos los ordenamientos jurídicos del mundo existe de alguna manera una jerarquización de normas, lo que da paso al estudio sistemático de las fuentes formales del derecho. 22 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas 7 8 Kelsen plantea una jerarquía de normas jurídicas dividida en tres niveles a saber: En la cúspide –el más alto nivel– se halla la norma fundamental –un supuesto del cual depende la validez de las demás normas jurídicas–; un segundo nivel donde se encuentran las normas generales –las leyes–; y finalmente, en el nivel más bajo encontramos las normas particulares –las sentencias–. También argumenta Kelsen que en el seno de un orden jurídico, la estructura jerárquica de las normas debe estar dividida en varias categorías: primero, la Constitución, que ostenta la dignidad de designar los órganos que tienen como función la creación de normas generales y fijar el procedimiento que se debe seguir para tal fin. Pues bien, la Constitución posee la aptitud de dictar o prescribir leyes y de igual manera la prerrogativa de prohibir ciertas leyes, en cambio, no es posible que la ley obtenga la derogación de la Constitución –máxime que para modificar o derogar la Constitución deben cumplirse unos requisitos especiales– .Inmediatamente de la Constitución se presentan las normas generales que son aquellas que establecen los órganos, el procedimiento y el contenido de las normas individuales que son decretadas por las autoridades jurisdiccionales y administrativas. Estas normas generales son contempladas como fuente de normas individuales. Finalmente, en el tercer nivel encontramos las normas particulares, en virtud de las que Hans Kelsen arguye que la norma general solamente adquiere sentido real y verídico luego de haber sido individualizada. A modo de corolario en cuanto a la jerarquización de las normas jurídicas, cabe preguntarse: ¿dónde está ubicado el derecho internacional para Kelsen? En este sentido el jurista vienés sitúa al derecho internacional entre la jerarquía de las normas como un orden jurídico hegemónico a los órdenes del Luís, Borda Villar. Op.Cit., p. 89 Ibíd., p 175. AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Estado, lo que permite constituir unido a ellos una comunidad jurídica universal. De consuno, con todo lo que antecede, conceptos como el de norma fundamental, norma jurídica, el derecho como ciencia, ser y deber ser9, la imputación, el derecho como orden coactivo, la purificación de la teoría kelseniana, la jerarquía de las normas, el ordenamiento jurídico, entre otros, serán objeto de controversia de la mano del pensamiento del profesor Monroy Cabra, arrojando como consecuencia una postura propia y reflexiva del articulista. En estas glosas se pretende exponer algunas de las temáticas más relevantes de la teoría pura del derecho, en relación con la postura que frente a los mismos tópicos tiene uno de los juristas colombianos más importantes como es el Doctor Marco Gerardo Monroy Cabra. En un extremo se encuentra, entonces, uno de los más grandes e importantes juristas de todos los tiempos –no cabe duda que el más prestigioso del Siglo XX– cuya obra ha generado álgidas polémicas, pero sin dejar de reconocérsele sus significativos aportes a la ciencia y la filosofía del derecho por parte de este insigne maestro vienés y; en la otra margen, se halla un gran doctrinante colombiano y mejor magistrado de la Corte Constitucional de Colombia, quien ha escrito varias obras jurídicas, entre ellas Introducción al Derecho la que ya tiene más de trece ediciones aumentadas y corregidas. 2. Teoría pura del Derecho La Teoría pura del Derecho no sólo es un proyecto teórico, sino que además es el título de una obra celebérrima y superlativa del austriaco Hans Kelsen, filósofo del derecho responsable de crear el sustento más significativo para el progreso y evolución del aludido texto. El pensamiento que subyace a la Teoría Pura del Derecho, es la escisión del Derecho y la moral, a efecto de establecer así una concepción del derecho eminentemente científica. La Teoría Pura del Derecho y el positivismo 10 jurídico –iuspositivismo– coinciden, precisamente, por la pretensión de este último, cual es suprimir del análisis científico todo tipo de noción extraña a la creación jurídica engendrada en virtud de procedimientos formalmente establecidos – V.Gr. la ley–, sin tomar en consideración al derecho natural ni a la moral. El propósito positivista que ostenta la Teoría Pura del Derecho obedece –a nuestro juicio– a dos razones: En primer lugar, la cientificación en lo atinente a la lucubración del derecho y en segundo lugar, la secularización y democratización del derecho; estos dos argumentos se erigen en la implementación del derecho y excluye asuntos como la moral*, el bien y el mal del ámbito jurídico. La faena que emprende Hans Kelsen es la de elaborar una teoría purificada de toda clase de ideología política, y de todo componente de la ciencia de la naturaleza. Es reflexivo de tener un objeto gobernado por leyes que le son propias. También, pretende demostrar que sólo existe el derecho positivo pensado y proyectado como un conjunto de normas jurídicas sistematizadas y coordinadas e indubitablemente ajeno a cualquier actitud axiológica**, procurando suministrar a la teoría del derecho la objetividad y estrictez que son caracteres propios de todas las ciencias. 9 Benigno, Mantilla Pineda. Op. Cit, p. 87 Diego, López Medina. Teoría Impura del Derecho. Bogotá: Legis , 2005. p 375. * Las leyes naturales son juicios enunciativos cuya finalidad radica en señalar las relaciones invariables que existen en la naturaleza. Ellas se refieren siempre al carácter necesario de ciertos hechos, a la comprobación empírica de una regularidad efectuada generalmente por inducción. Las leyes naturales expresan relaciones constantes entre los fenómenos de la naturaleza. Marco Gerardo, Monroy Cabra. Introducción al derecho. Bogotá: Temis, 2003.107. ** La moral considera los actos humanos en relación con el sujeto mismo que los cumple, determinando entre los actos posibles cuál es la conducta debida. Ibíd.,120. 10 23 DE DOCTRINA Pervivencia ... Pablo A. Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 3. El derecho como sistema de normas jurídicas. Con el fin de precisar el objeto de la ciencia jurídica, Hans Kelsen toma como punto de partida dos perspectivas** en que esta instruye y distingue al derecho: A. En primer lugar, partiendo de un enfoque estático, como un sistema instaurado, como un orden social, esto es, como una ordenación de normas que rigen las conductas de los seres humanos. B. En segundo lugar, a partir de una visión dinámica, haciendo alusión a los heterogéneos actos por los que se instituye y aplica el derecho y que toma en cuenta principalmente la conducta prescrita por las normas jurídicas. De consuno con lo que antecede, para Kelsen el derecho es un sistema de normas jurídicas coordinadas entre sí, es decir, un orden normativo que forma un todo coherente. En lo que concierne al objeto del derecho, Monroy Cabra consigna que no existe uniformidad doctrinal al respecto. Para sustentar esta posición estudia la tesis positivista, la tesis iusnaturalista, la tesis sociológica del derecho, la tesis marxista, el concepto de Ronald Dworkin, el concepto de Alf Ross y por supuesto la teoría pura del derecho11. Para Monroy Cabra, Kelsen se orientó a indagar las condiciones previas a todo estudio del fenómeno jurídico, y la ciencia jurídica debe analizarse sin tomar en cuenta aspectos inherentes a la moral ni a la sociología; asevera además que para Kelsen «el derecho está compuesto de normas que han de darse a conocer como enunciados que conectan a un hecho determinado una consecuencia también determinada». Considera Monroy Cabra que es utópico para el derecho prescindir de componentes metafísicos como quiera que no es dable analizar en forma pura el derecho, piensa que es imperioso que el derecho se ponga en contacto con la realidad social. Surge entonces la pregunta: ¿Para Hans Kelsen el derecho es un fenómeno social? A juicio de Monroy Cabra el derecho sí es un fenómeno social y por consiguiente esgrime que no puede hallarse confinado de la realidad social y justamente por ello debe nutrirse de otras ciencias complementarias o auxiliares con el fin de obtener la creación de normas jurídicas que se compadezcan con el contexto nacional. El problema que acaba de plantearse se encuentra en relación directa con la pureza del derecho que era vital para la ciencia jurídica de Kelsen, por lo que esta no podía verse imbuida sino por normas jurídicas creadas por el hombre por medio de un procedimiento formal y sistemático, que deriva su existencia del poder soberano del Estado y que otorgan a aquellas como instrumento esencial la coercibilidad; de otro lado nos topamos con un derecho impuro que supone el necesario auxilio de otras disciplinas que se encuentran yuxtapuestas a la ciencia jurídica y que coadyuvan al fallador –tercero supraordenado– para proferir sentencias ajustadas a la realidad social pero * 24 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas Los significados del derecho corresponden a tres aspectos básicos: un aspecto normativo (el derecho como ordenamiento y su respectiva ciencia); un aspecto fáctico (el derecho como hecho, o en su efectividad social e histórica), y un aspecto axiológico (el derecho como valor de justicia). En los últimos decenios, la teoría tridimensional del derecho ha demostrado que dondequiera que haya un fenómeno jurídico hay necesariamente un hecho subyacente (hecho económico, geográfico, demográfico, de carácter técnico, etc.); un valor que confiere determinada significación a ese hecho; y una regla o norma que representa la relación o medida que integra uno de aquellos elementos en el otro: el hecho en el valor. Los tres elementos o factores (hecho, valor y norma) no existen separados unos de otros, sino que coexisten en una unidad concreta. Ibíd., 68. ** La vida del derecho resulta de la integración dinámica y dialéctica de los tres elementos que lo integran. Miguel, Reale. Introducción al derecho, Madrid: Pirámide, 1977. p 69 11 Marco Gerardo, Monroy Cabra. Op. Cit., p. 28. AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. que nada tienen que ver con la idea que inicialmente se planteó Kelsen. Siguiendo adelante con el discurrir que nos convoca, resulta pertinente acercarnos a la distinción que hacía Kelsen de cara a la ciencia de la naturaleza y de la sociedad*: A. En cuanto a la ciencia de la naturaleza, nos cimentamos en una relación de causa-efecto prescindiendo de la voluntad humana, esto es, se toma en cuenta un sistema de elementos aunados entre sí por el principio de causalidad. B. En lo concerniente a la sociedad, la vemos como un orden en el cual se reglan los comportamientos humanos y se estipulan relaciones entre determinados sucesos. Esta clase de normas son concebidas y aplicadas por actos de los hombres. Lo que precede permite que se origine la siguiente pregunta: ¿La naturaleza y la sociedad ostentan el mismo orden o responden a un orden distinto cada una? Tanto para Marco Gerardo Monroy Cabra como para Hans Kelsen la naturaleza y la sociedad tienen un orden diverso, habida cuenta que el tipo de principios que fundan la relación entre un hecho y su consecuencia son heterogéneos como a continuación se explica: En la esfera de la naturaleza el principio de causalidad comporta que a una misma causa continúa inexcusablemente una misma consecuencia. En este caso es ostensible entonces la constatación del efecto o desenlace. En el ámbito social debemos centrarnos en el principio de imputación el cual es menester aplicarlo a las relaciones jurídicas. * En este evento se articulan por una parte la conducta ordenada por la norma jurídica, y por otra la sanción que corresponde al Estado aplicar cuando se incurre en un acto contrario al anunciado por la norma. En el marco de este contexto la derivación se atribuye. A manera de corolario frente a este tópico para ambos juristas: Luego de la ejecución de un acto ilícito, de suyo debe aplicarse la sanción al sujeto activo por haber conculcado una norma jurídica, lo que permite que el orden jurídico se sustente en un deber ser. Lo mismo no puede predicarse con relación a los hechos naturales toda vez que son propios del ser y no del deber ser12. La diferencia entre Kelsen y Monroy Cabra en lo que atañe con este asunto se remite a la sanción -consecuencia de un obrar por contrario a la norma jurídica-, por cuanto para el primero luego de la vulneración de una norma jurídica surge siempre la misma sanción, esto es, la que se estableció aquella sin tomar en cuenta otras circunstancias; mientras que para el segundo haber violentado una norma jurídica debe generar una sanción pero no siempre será la misma para todas las personas y eventualmente podrá no existir sanción en atención a las circunstancias que hayan rodeado tal incumplimiento normativo. 4. El derecho natural el concepto de justicia. De consuno con el formalismo que es factor inspirador y baluarte de la Teoría Pura del Derecho, a la ciencia jurídica no le es dable esgrimir que el orden jurídico es justo* o injusto, como tampoco se puede permitir un señalamiento en cuanto a lo justa o injusta que es una norma jurídica. La razón para lo que se antepone estriba en que el contenido del concepto justicia* es subjetivo para esta La diferencia entre la regla de derecho y la ley de la naturaleza parece consistir en que la primera se refiere a seres humanos y a su conducta, mientras que la segunda se refiere a las cosas y a sus reacciones. La conducta humana puede, sin embargo, ser materia de las leyes naturales, en la medida en que tal conducta pertenece también a la naturaleza. Ibíd., 84. 12 Ibídem. * Así mismo, hay que notar que la injusticia se puede presentar cuando una norma jurídica se opone al orden moral o al derecho natural o a principios básicos que garantizan el respeto a los derechos fundamentales de la persona humana. Ibíd., 52. 25 DE DOCTRINA Pervivencia ... Pablo A. Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. corriente de pensamiento y, por consiguiente se trastoca dependiendo del ámbito y del tiempo. Procurar una definición absoluta de Justicia ** es una utopía ya que la razón humana solamente tiene la capacidad de discernir valores con un alcance relativo. Acogiendo una posición iusnaturalista el concepto de justicia* se debe elaborar en tres aspectos como son: A. La justicia debe guardar una estrecha relación intersubjetiva, es decir que se habla de justicia cuando estamos en correspondencia con las demás personas. B. El deber es otra particularidad del concepto de justicia, puesto que ésta únicamente existe en la medida que se genera la posibilidad del cumplimiento de aquel y que de no realizarse daría lugar a un juicio de reproche. C. El último elemento es la igualdad lo cual no debe entenderse en forma aritmética sino en un sentido analógico. A final de cuentas el profesor Monroy Cabra sin embargo que cita diversos tratadistas que expresan ideas de justicia, termina por señalar que si bien la finalidad del derecho es la justicia, la definición de ésta no es del resorte del derecho *** y que adicionalmente no es posible emitir un concepto eminentemente objetivo. De cara a este tema tan complejo, compartimos ampliamente la postura de Hans Kelsen, al rechazar en forma categórica las definiciones normativas del derecho ****, acusando la incapacidad de la ciencia jurídica para definir justicia así como lo que es bueno; lo anterior encuentra sentido en el agnosticismo radical de Kelsen. Otro instituto jurídico que llama mi atención es aquel que le otorga validez al sistema normativo implementado por Kelsen en la Teoría Pura13 del Derecho como es la norma fundamental. 5. La norma fundamental. Para Kelsen la norma fundamental comprende unos caracteres que no es posible soslayar como son: Lo primero que hay qué indicar es que –para el jurista del siglo XX– la norma fundamental* es una norma supuesta. Esto nos lleva a pensar en una hipótesis, es decir una * 26 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas La justicia distributiva, en cambio, trata de decidir un ámbito de problemas en la esfera comunitaria en un sentido específico. La justicia distributiva se enmarca en el intento de resolver aquellos problemas: ¨ligados a la distribución de recursos, oportunidades, provechos y ventajas, roles y cargas, responsabilidades, impuestos y gravámenes en general, del patrimonio común y de lo que incumbe a la empresa común, que no le sirve al bien común a menos que, y hasta que, sean conferidos a los individuos singulares. Vicente Jaime, Ramírez. Versiones Contemporáneas del Derecho Natural, Medellín: Librería Señal Editora, 2001. 112. ** Definido el bien común Finnis afrontó el asunto de la justicia que ya había sido indicado en la octava exigencia de la razonabilidad práctica, esto es, lo delineó en una amplia versión semántica, ya que ¨un conjunto de exigencias de razonabilidad práctica se funda en el hecho que la persona humana debe tratar de realizar los bienes humanos no sólo en sí misma y por su interés, sino también en común, en comunidad¨. Finnis considera la justicia en relación directa con la posibilidad del deber de realización no sólo personal sino de los demás y la coincidencia comunitaria de este florecimiento. Ibíd., p 110. *** Por justicia se entiende, en otro sentido, el objeto final del derecho. Aquí, la palabra «justicia» expresa la idea de que todo querer jurídico, sin excepción, se halla supeditado a un pensamiento unitario fundamental. A éste hay que atenerse para juzgar el derecho que surge, como producto histórico. Él es el que nos da la pauta para reconocer o rechazar la razón fundamental de un querer dado. Marco Gerardo, Monroy Cabra. Op. Cit., p. 48. * En mi sentir la definición del derecho es como puede ser como la del amor, es mejor no definirlos porque se le limitaría su ámbito de validez contrariando su propia naturaleza como es la irradiación de ambos en el mundo fenoménico del hombre. 13 Diego Eduardo, López Medina. Op. Cit., p. 380. AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. norma que se supone con el fin de obtener una gradación de consecuencias jurídicas. La norma fundamental es una norma hipotética. Lo segundo es señalar que la norma fundamental no es una norma de derecho positivo, como quiera que su validez no surge de una norma superior. La norma fundamental no es una norma puesta. De ahí nace un interrogante: ¿La norma fundamental será una norma aparente? Esta pregunta genera al menos para este ensayo dos respuestas encontradas: Estimo que para el maestro Hans Kelsen la norma fundante no es una norma aparente puesto que ella es la hipótesis ineluctable de toda la disertación positivista del derecho; además, juzgo que la norma fundamental es la base, cimiento o componente que le otorga la potestad a la ciencia jurídica para considerar al derecho como un sistema de normas válidas. Sin embargo, para el maestro Monroy Cabra, la norma fundamental de Kelsen suscita febriles críticas a su idealismo trascendental y al positivismo como postulados filosóficos de su magna obra, pues, en virtud de su notoria desconexión con la realidad, edifica un positivismo a ultranza basado en una norma hipotética – contrasentido–. Para el profesor Moroy la norma fundamental obedece a un ejercicio de la voluntad soberana del Estado que se lleva a cabo por medio del órgano competente para que exista realmente, esto es, para que adquiera validez. La Constitución Política de Colombia es una norma fundamental –norma de normas– lo cual reza en su artículo cuarto. Otros cuestionamientos saltan a la vista: ¿Es posible vulnerar la norma fundamental – hipotética– de Kelsen? y en caso afirmativo ¿Cuál será la sanción en este caso, puesto que * el juez sólo puede sancionar de conformidad con lo estatuido por la norma jurídica? «La sustitución de la norma fundamental _básica_ puede ser provocada por el puro hecho de la fuerza en el evento que aquella quiera ser modificada no por las vías legítimas del Estado sino subversivamente reemplazada. Según Hans Kelsen la variabilidad de las relaciones de poder causa una mutabilidad en el orden jurídico». Frente a las preguntas precedentes, consideramos que no es posible toda vez que para Kelsen la norma fundamental –básica– equivale al poder, es decir la fuerza extrínseca del Derecho y que asimismo es su bastión. En este orden de ideas por medio del derecho se cumple la función primordial del poder soberano del Estado –considerado como el orden jurídico que se apoya en una norma jurídica presupuesta– como es lograr la convivencia social. De esta manera reconocemos al derecho como un instrumento de regulación de la coacción, esto es, el constreñimiento legítimo –fuerza– como tenor de las normas jurídicas, lo cual forja el vínculo entre derecho y poder. 6. El derecho como orden coactivo. Precisar el derecho como un orden coactivo nos figura que una de las misiones más relevantes de la ciencia jurídica sea la de regular la utilización de la fuerza –legítima– en las relaciones interpersonales. Subsiguientemente, entonces, para Kelsen el derecho ha de consagrar las circunstancias y la forma como debe emplearse la fuerza*, habida cuenta que ésta sólo puede ser ejecutada por las personas que ostentan la potestad legítima para tal efecto. La Teoría Pura del Derecho propende por la (…) en lo esencial se trata de entender por «derecho positivo» un sistema de regulación que amenaza con la coerción organizada, determinado por seres humanos para seres humanos, regularmente eficaz (efectivo). Un tal sistema será considerado como sistema de normas basado en una norma fundamental. Luis, Villar Borda. Op. Cit., p.17. 27 DE DOCTRINA Pervivencia ... Pablo A. Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. obtención del cometido cardinal del derecho como es el de constituir un privilegio o estanco de la fuerza en favor de las distintas comunidades jurídicas. Monroy Cabra, por su parte, coincide en este eje temático con el ilustre maestro vienés, como quiera que en el evento que un sujeto de derecho obre en contravía de los lineamientos jurídicos desconociendo lo establecido por la norma, se debe producir una actuación forzada; dicho compelimiento será la sanción que impondrá el Estado mediante un funcionario competente para tal menester –órgano jurisdiccional–. De conformidad con lo que acaba de exponerse, el arquetipo o lo paradigmático es el obrar voluntario de las personas frente al derecho, sin que en manera alguna se presente la renuencia por parte de ellas; pero, cuando acaece una situación embarazosa o cuando alguna de las partes –en un contrato por ejemplo– no presta su aquiescencia para el cumplimiento del negocio jurídico o en el caso que las personas no cumplan la norma jurídica y por ello quede insatisfecho un interés jurídicamente protegido, indefectiblemente se tendrá que concurrir ante el juzgador –Estado: funcionario competente– para que por medio de la fuerza –coercibilidad– obligue a cumplir forzadamente lo estatuido en la norma jurídica. 7. Precisiones en cuanto a la Pureza de la Teoría. El propósito de la Teoría Pura del Derecho –T.P.D. – estriba en ser una teoría inmaculada de toda clase de ideología política y de todo componente de las ciencias de la naturaleza, toda vez que la T.P.D. ostenta una finalidad objetiva como es elevarse a la categoría de una verdadera ciencia. Por ello, al tenor de la anterior premisa –la teoría del derecho como ciencia– es procedente obtener una comprobación de la ciencia jurídica en las sentencias de los jueces, pues, todos deben interpretar las normas jurídicas de igual manera –sin salirse del tenor literal las más de las veces–. Asimismo, la Teoría Pura del Derecho es una teoría del Derecho Positivo que propende responder a las preguntas ¿qué es el derecho y cómo se forma el mismo?, dejando a un lado los interrogantes ¿cómo debería ser el derecho y cómo habría de formarse? La T.P.D. es una teoría del derecho que procura constituir una ciencia que comprenda como único objeto el derecho y desconozca todo lo que no responda rigurosamente a su definición. En cuanto a esta postura Kelseniana, el profesor Monroy Cabra, señala que el derecho muy por el contrario, cada vez debe esta más en contacto con otros saberes, disciplinas y contextos –el derecho es un fenómeno social– , razón por la cual todo día que pasa el derecho dista más de ser considerado como ciencia. Toda ciencia ha de permitir una demostración la cual consiste en una sucesión de razonamientos que pretende probar la verdad de un conocimiento a partir de las relaciones que guarda con otros, cuya validez ha sido obtenida tomando como punto cardinal premisas con igual validez; la verdad de una comprobación se prueba por las consecuencias que causa. En la actualidad la propia ciencia ha permitido demostrar la falsedad de premisas científicas, la cuales en épocas pretéritas tenían consideración de verdad V.Gr. El sol gira alrededor de la tierra, el átomo no tiene divisibilidad, la tierra es plana, etc. Indubitablemente, las verdades científicas que * 28 NUEVO DERECHO Nº 3 Cuando las partes no están de acuerdo existe un conflicto y, por ende, es indispensable la actuación forzada del derecho. El órgano de actuación del derecho es el Estado, ya que en el derecho moderno no se acepta la defensa privada. El medio de actuación forzada del derecho es el proceso como instrumento para tutelar los intereses de particulares garantizar el goce de sus derecho. Marco Gerardo, Monroy Cabra. Op. Cit., p.104. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. hoy nos gobiernan pueden ser mañana rectificadas, lo que evidencia aún más la mejor comprensión que la ciencia tiene del universo. No obstante, el derecho –considera Monroy Cabra– no se basa en demostraciones sino en interpretaciones y en argumentaciones las que no pueden fundarse en pruebas irrebatibles o irrefutables. Entre tanto, cuando una comprobación científica se rige por lógicos bivalentes –lo que se asevera sólo puede ser falso o verdadero–, la argumentación a contrario sensu deriva su existencia de una necesidad social. Por consiguiente la demostración científica nos dirige a conclusiones patentes mientras que una argumentación –del derecho– nos conduce a verdades posibles. Así logramos una mejor inteligencia en lo concerniente con la razón por la que una argumentación puede ser o no ser compartida*. 8. El ordenamiento jurídico colombiano de cara al desarrollo piramidal de Hans Kelsen. La jerarquía de normas jurídicas estructura creada por Kelsen no es un cuerpo acumulado de normas, sino que dicha categorización piramidal deriva su existencia a lo heterogéneos rangos de unas y otras, puesto que no todas tienen la misma importancia sin embargo que se encuentran unidas por un vínculo de fundamentación. En cuanto a la pirámide de Kelsen, me permito presentar al lector la siguiente disquisición: 9. La T.P.D. de Hans kelsen en el derecho positivo de Colombia 9.1. Nivel Fundamental. NIVEL FUNDAMENTAL NIVEL LEGAL NIVEL SUB- La constitución política –bloque de constitucionalidad–: En ellos se da la comprobación del derecho positivo, erigiéndose en la teoría contractualista del tratadista Juan Jacobo Rousseau; lo anterior con el objeto de concebir un ente denominado Estado, al cual incumbirá supervisar, inspeccionar y vigilar la conducta de todos los asociados a efecto de lograr el orden público, la paz social y por ende la seguridad jurídica. De igual manera, la norma fundamental del Estado es aquella que fija los límites y define las relaciones armoniosas entre las ramas del poder del público -Rama Ejecutiva, Legislativa y Jurisdiccional-. La norma fundamental es de alguna manera la concretización del un acto constituyente, lo cual genera dos conceptos dada su * En sentido riguroso, las demostraciones no son propias de disciplinas humanas como las ciencias sociales, el derecho, la sociología, la filosofía, la teología, la crítica y otros saberes afines. Si en derecho, por ejemplo, fuese posible una demostración rigurosa, no habría lugar para tantos fallos injustos y erróneos, que muchas veces son impugnados ante las cortes para que éstas determinen la interpretación jurídica legal y justa de acuerdo con lo establecido en la constitución y los códigos. No habría en las cárceles tantos inocentes debido a investigaciones defectuosas y acientíficas; tampoco habría en las calles tantos delincuentes gozando de la libertad por el simple hecho de que algún juez o fiscal no logró demostrar su culpabilidad, gracias a la astucia del abogado de la defensa y la laxitud e incapacidad del mismo juez. Álvaro, Díaz. La Argumentación Escrita. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 2002. p 8. 29 DE DOCTRINA Pervivencia ... Pablo A. Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. fundamentación: De un lado lo que tiene que ver con todo lo político y del otro todo el universo jurídico que regulará el devenir del Estado y de sus asociados. Consideramos de vital importancia desglosar, grosso modo, las fracciones en que se halla establecida la Constitución: 1. El Preámbulo: Está conformado por los principios que imperan y conducen al Estado, pues, en este se acopia y aglutina toda una serie de declaraciones y proclamaciones filosóficas de los valores e ideales que clama el pueblo, reuniendo de forma sucinta los postulados doctrinarios así como los principios inalienables de las personas, lo que desarrolla en todo su cuerpo normativo. Unos de sus caracteres más relevantes son los siguientes a saber: El pueblo es el creador de la Constitución, toda vez que es quien ostenta el poder constituyente originario constituyente primario-, que adquiere su cristalización con la aprobación directa de la Constitución por medio de los mecanismos de participación ciudadana -asamblea nacional constituyente-. El constituyente se plantea como objetivo la consecución de una restauración de la institucionalidad del Estado como fin supremo; para tal fin resulta imperiosa la realización de una significativa producción de principios que justifiquen ulteriormente la normatividad constitucional. 2. Normas dogmáticas: Son aquellas a las que atañen directamente a establecer la forma de Estado que se adoptará como también todo lo relacionado con los deberes, los principios constitucionales fundamentales y las garantías constitucionales. 30 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas Público, las corporaciones mediante las que se representa a los asociados, funcionamiento de dichos entes, salvaguardia de la constitución y las modalidades para su reforma por medio de los mecanismos de participación ciudadana. 9.2 Nivel Legal. 9.2.1. Las Leyes: precepto general, abstracto, autárquico y coercible cuyos principales caracteres son mandar, prohibir, permitir y castigar. Este tipo de normas jurídicas según Kelsen se encuentran en la cúspide de la pirámide y deben ser observadas strictu sensu; Monroy Cabra estima que todas las personas se hallan constreñidas a cumplir la norma jurídica de igual manera pero permitiendo en algunos casos que el tercero supraordenado –Juez– sea quien establezca los criterios de interpretación de dicha norma contextualizándola y aprehendiendo otras disciplinas que permitan proferir fallos ajustados a la realidad social. 9.2.2. Las Leyes Orgánicas: Son aquellas leyes que se expiden por parte de la Rama Legislativa del Poder Público a fin de brindar organización y ordenación al poder público, para dar desarrollo a los derechos constitucionales. Esta clase de leyes se utilizan como referente normativo para otras leyes. 9.2.3. Las Leyes Generales: Se dictan por parte del Congreso de la República de consuno con su potestad constitucional y tienen por objeto regir y reglamentar una rama del derecho específicamente. 9.2.4. Los Códigos: Consisten en una ordenación sistemática de normas jurídicas referidas a un ámbito jurídico en particular, agrupando leyes que en razón del área del derecho de que tratan o rigen han de estar aunadas. 3. Normas orgánicas: Son aquellas que establecen todo lo referente a la organización del Estado, Ramas del Poder AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 9.2.5 Los Tratados Internacionales: Son instrumentos jurídicos que poseen un reconocimiento entre Estados y que conjuran situaciones complejas –cuando son ratificados por el Estado– entre estos o entre sus gobernados. En relación con los Tratados Internacionales se han suscitado diversas controversias en cuanto a su primacía o la supremacía de la Constitución, de cara a este interrogante es menester expresar que frente a los derechos humanos el artículo 93 de la Carta Política de Colombia señala que los Tratados Internacionales predominarán cuando se trate de este tipo de asuntos –bloque de constitucionalidad–, dejando un espectro de preponderancia de la Constitución para las demás temáticas jurídicas. 9.2.6. Los Decretos-Ley: Son normas jurídicas creadas por la Rama Ejecutiva del poder público desplegando su facultad constitucional para reglamentar temas o materias instituidas en el marco normativo de la Ley; lo que precede puede ser realizado en virtud de un estado de excepción o en forma permanente en lo atinente con tópicos particulares que sean de su resorte. 9.2.7. Los Fallos jurisdiccionales: Obedecen a la concretización de la voluntad legislativa mediante la decisión de un juzgador que tiene como obligación principal aplicar la Ley. Las sentencias emanan entonces de los órganos jurisdiccionales pero compeliéndose siempre a la preceptuado en la Ley y siguiendo las formas propias de cada juicio. En Colombia asevera Monroy Cabra la jurisprudencia de la Corte Constitucional – en particular– entratándose de Sentencias Unificadoras SU tienen fuerza de ley, lo que nos llevaría a variar el planteamiento de la pirámide que osadamente presento. 9.2.8. Los Laudos Arbitrales: Consisten en emanaciones concretas que dictan órganos supranacionales en algunos casos y en otros entes que son escogidos por las partes – derecho comercial y de los negocios– a fin de conjurar desavenencias o conculcaciones de normas jurídicas de derecho positivo. 9.3 Nivel sub-legal. 9.3.1. Las Ordenanzas departamentales: Son actos administrativos emanados por las Asambleas Departamentales, cuya aplicación se circunscribe al ente territorial departamento, regulando su presupuesto, haciendo control político al gobernador y en general previendo las demás actividades del departamento. 9.3.2. Los Acuerdos municipales: También son actos administrativos prescritos por los Concejos Municipales – Ayuntamiento–, su aplicación está contenida al ente descentralizado territorialmente como es el municipio, regulando su presupuesto, haciendo control político a los alcaldes y en general precaviendo las demás actividades del municipio. 9.3.3. Reglamentos: Son actos administrativos que tienen consecuencias generales dictados por el órgano representativo de la rama ejecutiva de cualquiera de sus entes territoriales a nivel nacional, seccional o local en ejercicio de la competencia que le es propia y con el fin de procurar el desarrollo las directrices señaladas en la ley. Lo anterior es forzoso que se realice sin trastocar el propósito del legislador. 9.3.4 Reglamentos con autonomía: De igual manera son actos administrativos que generan efectos generales y pueden ser proferidos por todas las ramas del poder público, cuya objeto es regular las factores que tengan un vacíos en la ley. 9.3.5. Resoluciones: Son actos Administrativos con efectos particulares, dictados por un órgano competente de la Rama Ejecutiva del poder público a efecto de realizar Designaciones, nombramientos, etc. 31 DE DOCTRINA Pervivencia ... Pablo A. Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 9.3.6. Las Convenciones y los Contratos: Consistente en acuerdo inte-partes, quienes deben tener capacidad de ejercicio cumpliendo todos los elementos de existencia y validez, los componentes esenttialia negotti, naturalia negotti y accedentalia negotti además de las solemnidades consagradas por Ley, esto es, ad substantiam actus. Todo ello permite crear y elaborar directrices y reglas, o modificar o endilgar entre las partes contratantes un vínculo legal –artículo 1602 Código Civil el acuerdo entre las partes es ley para las mismas– pero siempre de consuno con el ordenamiento jurídico. Conclusión El ámbito –incomensurable– de investigación jurídica de Hans Kelsen está constituido por su Teoría Pura del Derecho, la Dogmática Jurídica, la Filosofía del Derecho, la Historia del Derecho y, la historia de las ideas políticas. La Teoría Pura del Derecho ostenta por objeto el derecho –en forma exclusiva–. Esta teoría intenta establecer qué es el derecho y cómo se forma, sin inquirir cómo debe ser el mismo. Para Kelsen el derecho no debe introducirse en temáticas propias de la moral, ni de orden psicológico o biológico, so pena de poner en peligro la ciencia jurídica. Por ello, los estudiosos de la T.P.D. sólo deben observar y analizar el derecho puesto – derecho positivo–, esto es, lucubrando el derecho tal y como éste se presente, dimitiendo de la inquietud por la génesis, causa y finalidad de la ciencia jurídica. 32 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas Con la Teoría Pura del Derecho se pretende renovar la Ciencia Jurídica de la mano de la evolución del carácter lógico del derecho, otorgándole sistematización, verificación y depuración al Derecho. En este último aspecto Monroy Cabra considera exagerada esta depuración –concepto que 14 comparto–, dado que la ciencia jurídica debe compadecerse con la realidad de cada Estado, pues, el derecho no puede obedecer únicamente a conceptos lógicos-formales sino que debe tener correspondencia con las necesidades del pueblo y particularmente en Colombia que es un Estado Social de Derecho. A nuestro juicio, la Teoría Pura del Derecho relegó de la Ciencia Jurídica todas las ciencias y disciplinas, lo que ocasionó que esta teoría haya sido considerada como una de las más significativas para nuestro ordenamiento jurídico. Sin embargo, para Monroy Cabra, en nuestro contexto es imperioso que el derecho se encuentre imbuido por otras disciplinas que complementen y auxilien a los falladores nacionales. En nuestro sentir, la Teoría Pura del Derecho no se preocupa por saber si el derecho es justo14 o no; en este entendido, la T.P.D. es una teoría substancialmente realista como quiera que guarda silencio en relación con emitir juicios de valor sobre la Ciencia Jurídica, toda vez que tiene como propósito ser una ciencia y circunscribirse a entender la naturaleza y la estructura del Derecho. Con ocasión de la T.P.D. se faculta a la Ciencia Jurídica avizorar la realidad pretermitiendo todo tipo de juicio subjetivo o que comprometa intereses. De esta manera, se estima que el Derecho opere sin obstrucciones en lo concerniente al aseguramiento de un orden social. Con todo, Hans Kelsen tiene como punto de partida la distinción ontológica entre Sein y Sollen, otorgándole toda la importancia a este último –sollen– habida cuenta que el método de conocimiento que adopta para la Ciencia Jurídica es derivación de que dicha ciencia conoce las normas, lo cual pertenece al ámbito del Sollen. Por lo que antecede es pertinente aducir que dicha Ciencia del Hans, Kelsen. Ensayos Sobre Jurisprudencia y Teología. México: Distribuciones Fontamara, 2004. p 111. AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Derecho tiene un objetivo ostensible cual es que se asegure un cierto tipo de operatividad por medio de la aplicación del Derecho. Para Monroy Cabra la aplicación del Derecho no sólo debe erigirse en la norma jurídica sino que es menester acudir a juicios axiológicos –hecho, norma y valor– a efecto de conjurar situaciones acaecidas en una sociedad que es de los hombres y para los hombres. Colegimos que para Hans Kelsen aún cuando considera a la ciencia – jerárquicamente hablando- un saber de orden superior, ésta no tiene la potestad para precisar el contenido de las normas jurídicas, dado que ni desde el punto de vista normativo ni valorativo le es dable a la ciencia procurar un conocimiento seguro, ni mucho menos un saber garante de la verdad. Para Kelsen la Ciencia del Derecho se erige en ficciones epistemológicas –la norma fundamental o Grundnorm–. Por esto, los conceptos presupuestos y fundados por la Ciencia del Derecho -como norma jurídica por ejemplo- no irradian en manera alguna una realidad natural, sino que sólo son reflejo del derecho objetivo que la Ciencia del Derecho puede imaginar únicamente como concedido de existencia autónoma por medio de la ficción constitutiva de la norma fundamental –Grundnorm–. Tomando como punto de partida al Derecho como regulador de sí mismo –autodeterminación-, para Kelsen ello es prenda de garantía para que exista la libertad15 e igualdad entre todos los asociados, justificándose de esta manera la validez del ordenamiento jurídico. En este tema salta a la vista la vigencia del ilustre jurista en nuestro Estado Social de Derecho colombiano, puesto que el Derecho actualmente –en mi sentir– nos sigue vinculando salvo la autodeterminación, por lo cual el maestro Monroy Cabra estable que el derecho es un fenómeno social y por lo tanto no puede auto concebirse ni auto determinarse. Resulta inevitable para Kelsen que el Derecho sea un elemento de orden; por tal razón si la Ciencia del Derecho pretende servir a dicha función de orden sin sustituir o reemplazar al legislador estatuido por el propio ordenamiento jurídico, y sin provocar tal suplantación por el operador jurídico, será menester avistar el Derecho en el marco de la perspectiva de las reglas del juego jurídico estipuladas por el propio ordenamiento, y no bajo la óptica de los propósitos que en cada instante pueden impeler a los heterogéneos componentes. Consideramos que las directrices epistemológicas de Kelsen no manifiestan una tesis ontológica, pues las estimo de orden político. Para Hans Kelsen el Derecho moderno solamente cumplirá su función de orden formalmente imparcial en el evento que sus actores lo vean y lo apliquen de la forma prescrita en las normas jurídicas. 15 16 Para Kelsen el derecho positivo es el único instrumento por medio del cual es posible desarrollar legítimamente la reyerta por la justicia. La Ciencia Jurídica no pretende entonces argüir –o juzgar- como justo al derecho positivo, lo que sí se propone el Iusnaturalismo; lo que intenta la Ciencia del Derecho es en un escenario provisto de reglas alcanzar ortodoxamente –con legitimidad–16 la evolución de la desavenencia por la justicia. Con Hans Kelsen, cuando aludimos al positivismo, estamos haciendo relación a la idea de perfección en lo atinente a las relaciones jurídicas. Cuando se habla de Teoría Pura del Derecho, se está haciendo referencia a la obtención de la Pureza del Derecho, lo cual para los positivistas consiste en vislumbrar como único al Derecho. Pero, para logar tal fin es imperioso –para la T.P.D.– José Luís, Colomer Martín-Calero. La Teoría de la Justicia de Immanuel Kant, Madrid: Prisma Industria Gráfica. p 281. Carlos, Bernal Pulido. El Derecho de los Derechos, Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2005. 33 DE DOCTRINA Pervivencia ... Pablo A. Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. evitar todo contacto con la religión, la espiritualidad, lo metafísico y la moral. En este sentido comparto lo aducido por el profesor Monroy Cabra en el sentido que en este punto en particular como quiera que los seres humanos no solamente son normas jurídicas, también son la suma de creencias, sentimientos, costumbres, culturas, etc., esto es, hay que tomar en cuenta la existencia del ser humano –retrotrayéndonos en el tiempo a los principios de nuestra vida– propiamente dicha y contextualizarla en nuestra verdadera realidad, con ocasión de ello debemos un respeto inconmensurable a la naturaleza, la cual es preexistente y única. De conformidad con lo anteriormente expuesto no es atinado pensar que el Positivismo sea un camino que nos lleve al yerro científico sino que por el contrario, estimo pertinente que el Positivismo tome al Iusnaturalismo como instrumento de formación a fin de obtener una Ciencia del Derecho más ajustada a las realidades sociales de los pueblos erigiéndose en principios –no son sólo creaciones técnicas– que en veces son connaturales a los seres humanos y en veces producto del desarrollo de los Estados. No obstante que el proyecto de Hans Kelsen ha sido objeto de fuertes y persistentes arremetidas, la vehemencia motivadora del propósito kelseniano de la mano de su inspiración política-progresista, han marcado todas las fases por las que ha pasado la teoría del derecho, destacándose como uno de los proyectos más significativos para la progreso del derecho, direccionamiento los fines del Estado para la renovación del análisis social como objeto de regulación normativa. Finalmente, consideramos que podríamos gastarnos toda la vida intentando lucubrar a profundidad el pensamiento del gran tratadista Hans Kelsen, pero lo que definitivamente me permito aseverar es que el conocimiento aportado por este ilustre jurista es superlativo, es soberbio y que en muchas instituciones jurídicas y en muchos principios de nuestro derecho positivo está más vivo que nunca hoy día. BIBLIOGRAFÍA Bernal Pulido, Carlos. El Derecho de los Derechos, Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2005. Colomer Martín Calero, José Luis. La Teoría de la Justicia de Immanuel Kant, Madrid: Prisma Industria Gráfica S.A., 1995. Díaz, Álvaro. La Argumentación Escrita, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, 2002. Kelsen, Hans. Teoría Pura del Derecho, Buenos Aires, Eudeba, 1960. ___________Ensayos Sobre Jurisprudencia y Teología, México, Distribuciones Fontamara, 2004. López Medina, Diego Eduardo. Teoría Impura del Derecho, Bogotá: Legis, 2005. Mantilla Pineda, Benigno. Hans Kelsen El jurista del Siglo XX, Medellín: Señal Editora, 2003. Monroy Cabra, Marco Gerardo. Introducción al derecho, Bogotá: Temis, 2003. Nino, Carlos Santiago. Introducción al Estudio del Derecho, Buenos Aires: Ariel, 1983. Ramírez, Vicente Jaime. Versiones Contemporáneas del Derecho Natural, Medellín, Librería Señal Editora, 2001. Reale Miguel. Introducción al derecho, Madrid: Pirámide, S.A., 1977. 34 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Villar Borda, Luis, Hans Kelsen 18811973, Serie de Teoría Jurídica y Filosofía del Derecho No. 30, Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2004. Walter, Robert. Problemas Centrales de la Teoría Pura del Derecho, Traducción Luis Villar Borda, Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2004. 35 DE DOCTRINA Pervivencia ... Pablo A. Garcés AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 36 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. La costumbre en el Derecho y el Derecho en la costumbre Paula Winkler* Resumen. El artículo 17 del Código Civil argentino establece: «Los usos y costumbres no pueden crear derechos sino cuando las leyes se refieran a ellos o en situaciones no regladas legalmente». El comportamiento humano, que constituye la base del uso largo y constante de la costumbre como fuente del derecho, puede ser considerado objeto semiótico y al mismo tiempo funcionar como semiosis sustituyente de la semiosis jurídico normativa. La temporalidad, vinculada a la semiótica jurídica, nos puede conectar con el comportamiento humano, que si bien no construye enunciados condicionales, puede condicionar la semiosis jurídica debido a su relación con lo convivencial. La semiótica puede ayudar a comprender, así, cuándo la significación social vigente – a través del comportamiento humano – puede demostrar que una situación «no se encuentra reglada legalmente» aunque tal situación aparezca, paradojalmente, como prevista en la norma jurídica. Abstract . The article 17 of the Argentinean Civil Code settle down: «The uses and customs cannot create rights but when the laws refer to them or in situations not ruled legally.» The human behaviour that constitutes the base of the long and constant use of the habit like source of the right, can be considered I object semiotic and at the same time to work as semiotic sustituyente of the normative juridical semiotic. The impermanence, linked to the artificial semiotic, it can connect us with the human behaviour that although it doesn’t build enunciated conditional, it can condition the artificial semiotic due to their relationship with the convivencial. The semiotic can help to understand, this way, when the effective social significance - through the human behaviour - it can demonstrate that a situation «it is not ruled legally» although such a situation appears, paradojalmente, as foreseen in the artificial norm. * Palabras clave. semiótica indicial y jurídica – comportamiento humano – anomia – costumbre Keywords. Legal facts & semiotics indicial studies – social anomia – legal costum 1. Glosario Indicio: si se parte de que un signo o representamen es algo que está para algo y para alguien, que el signo implica una operación previa o concomitante cultural de trasformación de algo, y que ese algo es sustituido por el signo indicial, que le permite al interpretante remitir a lo sustituido, en principio, podemos establecer dos aspectos posibles de éste: el designativo y el «reactivo o de conexión dinámica»1. Para este trabajo, se tiene en cuenta esta última posibilidad, como también lo que podría denominarse «síntoma (jurídico)», en sentido de este signo que aparece en forma concomitante con la percepción de un objeto o comportamiento, a sabiendas de la coexistencia de otro signo, caso de las llamadas «anomias»: se percibe, vgr., que los automóviles cruzan conducidos a gran velocidad las avenidas con una luz roja, a sabiendas de que existe el signo jurídico – ley de tránsito- que lo prohíbe. ¿Desde qué lugar se ubica el interpretante para hablar de «anomia»?, algunos contestarán desde el signo normativo de la ley de tránsito, otros, desde el comportamiento indicial que aparece como sustituyendo el signo jurídico. Ficción: relato, que generalmente opera como presunción; se da por sentado y con éste se funda todo el sistema jurídico, o parte de él. A veces, tales ficciones operan como paralogismos o falacias –fórmulas de Abogada, Doctora en Derecho y ciencias sociales, Magíster en ciencias de la comunicación, Presidenta de la Sala «E» del Tribunal Fiscal de la Nación de Buenos Aires (Argentina). 1 Juan, Magariños de Morentín. Hacia una semiótica indicial, La Coruña: Edicios Do Castro. p 36 ss. 37 DE DOCTRINA La costumbre ... Paula Winkler AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. autoengaño-: «la ley se presume conocida por todos»; «el Estado actúa conforme la ley», etcétera. Intersubjetividad: relaciones que vinculan a los sujetos en una sociedad, vistas desde una perspectiva interna, lo que para la suscrita no resulta incompatible con las versiones sistémicas, antropológicas o sociológicas. En tal sentido, no se considera – como Laclau- que haya que afirmar que lo social no existe sino como una noción ficcional de fantasma, sino que – al poder observarse con relativa objetividad funciones que desempeñan tales grupos en las teorías sistémicas que los estudian-, ello no debe llevarnos a pensar que en tales funciones se encuentre excluida la intersubjetividad-como de realización total imposible, por antagónica-. La percepción de tal imposibilidad es, por de pronto, lo que puede aportar una mirada dinámica a las instituciones jurídicas. Lenguaje: en este texto «lenguaje» y «semiosis», se usan indistintamente, sin perjuicio de advertir que, para la que escribe, «significación» no es considerada como el producto, es decir como el «significado», sino como la acción permanente y dinámica de atribuir determinado sentido a un objeto, un texto, o a un comportamiento. Provisoriamente, tómese la palabra como «conjunto de signos vigentes en una determinada sociedad y con una determinada forma de relacionarse». 38 NUEVO DERECHO Nº 3 Otro/otro: «otro», imagen contrayoica o la que está fuera del yo, próximos, los demás; «Otro», significante social que permite radicalizar la experiencia de la «verdad» como una mera apertura, dinámica y constante. (Adviértase que Lacan toma distintas variantes de aproximación: real/imaginario/simbólico, los que se pueden jugar con cada concepto, y que si bien no existe coincidencia entre la primeridad, segundidad y terceridad peirceanas, sí hay analogía; a partir ya del Seminario 7 se observan vinculaciones entre el psicoanalista y Charles S. Peirce). Paradoja: operación cognitiva que permite afirmar, pese a las reglas de la lógica tradicional, que A es igual a A y no es igual a A al mismo tiempo. Paralaje: la visión de «paralaje» constituye la base del pensamiento de Žižek, quien con sustento en Heidegger, consideró la posibilidad de centrarse en los opuestos o las dos caras antagónicas de un mismo fenómeno como operación cognitiva. Ejemplo: la ley 25.965, de tránsito y seguridad vial, es la semiosis normativa que se extrae de tal ley con más los comportamientos de los transeúntes y conductores que la transgreden. Semiosis: ver «lenguaje». Sustitución: es la operación más activa de la acción de significar, mediante la que se reemplaza un lenguaje o semiosis por otro. La sustitución puede operar, a mi juicio, en los distintos niveles peirceanos de forma, existencia y valor. Por consiguiente, una semiosis indicial (existencia) puede sustituir una semiosis jurídico normativa(forma/valor), aunque corresponde investigar si tal sustitución para operar dentro del sistema no tiene que, previamente, ser receptada por la legislación o actualizarse en la jurisprudencia. 2. El Derecho Definir «Derecho» lleva implícitas dos cuestiones: la primera, buscar un consenso semántico mínimo que tiene que ver con la confianza propia de todo discurso entre el hablante y el oyente - pistis –; la otra, determinar una zona –cuanto menos provisoria- del objeto semiótico, a partir del cual estatuir las vinculaciones posibles entre una disciplina y la otra. El Derecho constituye un sistema normativo con reglas de autovalidación que regula conductas, al estimular unas y desalentar otras. Pese a que se ocupa de las cosas, de los hechos y de las personas, su fundamento se pretende autorreferente: la norma; entendida Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. ésta como una enunciación general, por lo tanto desde un sujeto abstracto y atemporal, que, sin embargo, produce efectos en el mundo real y que se funda siempre en otra norma, aunque destacada doctrina considere que el sistema jurídico se funda en el reconocimiento de una convención política, pues tal reconocimiento opera desde el sistema jurídico mismo mediante la presunción de un como-si. Es que el sistema jurídico –como un Otro simbólico, desprovisto en apariencia de todo ropaje expresivo que lo vincule a lo real e imaginario social - con sustento en juicios analíticos, dotados de una coherencia lógica propia-, excluye (en principio) toda aproximación al conocimiento vulgar, intenta erigirse en paradigma, y reifica lo ontológico, como si se tratara de una construcción atemporal y única. Las filosofías jurídicas, desde el jusnaturalismo hasta el positivismo, el realismo jurídico, o las más modernas teorías estructuralistas y sistémicas, las escuelas semántico analíticas, o las históricas, histórico evolutivas, o dogmático racionales, todas –a mi juicio- no han hecho más que contribuir a afirmar una ratio legis a partir del sistema jurídico mismo y de sus significantes. efectos legales en un plano autodefinido de igualdad: el de la ley para todos. Busca, por eso, en el signo lingüístico la univocidad de su eficacia. Sin embargo, si esa eficacia fuera tal, no habría necesidad de una actualización jurisdiccional de la norma y su atemporalidad se constituiría en lógica pura ¿Es esto así, o acaso no es también el lenguaje jurídico un lenguaje que nos habita y nos trasciende a través del interpretante social, o - al decir de Heidegger, la casa de nuestro ser -, un conjunto de signos con el que ontológicamente damos vida al otro y nos damos vida a nosotros? ¿Por qué el lenguaje jurídico iba a estar exento, además, de las trampas de toda estratagema argumentativa? ¿O acaso en la jurisdicción no se argumenta cuando se dice estar aplicando la ley? El Derecho se presenta, así, con su propia moral interna: lo real (hechos, sujetos y objetos) pasa a ficcionarse desde el imaginario de la legislación en un Otro simbólico, es decir en un lenguaje. La ficcionalización normativa, así, captura lo real, pero olvida – por ello mismo - que toda definición normativa de lo humano – sean las conductas, sean los objetos – es probable «en el contexto impenetrable de lo inhumano, de algo que permanece opaco y resiste la inclusión en cualquier reconstitución narrativa de lo que cuenta como humano»2. La realidad, como mundo posible de la significación jurídica, es precaria y caótica, por eso lo real social siempre fuerza al Otro; el malestar en la cultura «le pide demasiado al sujeto», decía Lacan 3, y como el sujeto de la enunciación jurídica se pretende atemporal, tanto más los reclamos que tendrá la sociedad, pues no se puede hablar de realismo del Derecho, si éste se priva de leer la significación humana como un opuesto que, paradojalmente, le revela sus faltas o su exceso. La búsqueda de la verdad (lacanianamente considerada como aquel resultado de lo que se buceó en los opuestos con la paralaje) no se contenta con la verdad objetiva legal ni tampoco con la material probada: busca otro anclaje. Es que toda sociedad «manifiesta la relación entre el crimen y la ley a través de castigos, para cuya realización, sea cuales fueren sus modos, existe un asentimiento subjetivo»4. El Derecho huye de lo dual, con pretensión de completitud y de regulada intersubjetividad, ya que debe asegurar los Entendido metonímica y psicoanalíticamente el Derecho, que no sabe de ese asentimiento sino que apenas lo Slavoj , Žižek. Violencia en acto. Buenos Aires: Paidós, 2005. Jacques, Lacan. Seminario 7, Paris: Seuil, 1973. p. 47. 4 Jacques Lacan. Clase 7 Introducción teórica a las funciones del psicoanálisis en criminología, cap. «Del movimiento de la verdad en las ciencias del hombre»; tb.: clase 11 del 14.6.92, del Seminario XIX, entre otros de sus textos, 1950. 2 3 39 DE DOCTRINA La costumbre ... Paula Winkler AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. presume, es «la ley», un derivado del nombredel padre- considerado como función. Aquella, a que Laurent refirió como conversión conceptual cuando abordó este tema, a raíz del synthome en la última clase del seminario de J. A. Miller 5. Desde la concepción de las teorías subjetivas, el Derecho es una vinculación ficcional que sustenta la intersubjetividad social como realización posible (¿y dinámica?) y evita el drama de Antígona: los padecimientos de los hermanos que debieron luchar en Tebas por la maldición paterna y el abordaje de una solución equidistante y definitiva. conlleva toda Cosa imposible, como cualquier objeto empírico, es decir observado desde lo fenoménico. Recién después aparecerá lo epistémico. Algo así como «dime qué leyes tienes y te diré quién eres –socialmente-». La tríada de lo real, lo imaginario y lo simbólico lacaniano representa y se proyecta en lo real mismo. Es así que, en mi opinión, las normas jurídicas - lo que se espera de esas normas y lo que esas normas significan para el Otro social- constituyen un fenómeno que sólo puede ser develado mediante el abordaje de los opuestos que propone el pensamiento del filósofo eslavo Žižek El Derecho, como función, pretende arbitrar lo social. Sin embargo, «las leyes no son más que lo que nosotros hacemos de ellas, y no tienen otra existencia que la que queremos darles» –decían los griegos -6. He ahí el problema epistemológico de las semióticas jurídicas, que no deberían desentenderse del otro ni del Otro. Las leyes tratan de las conductas humanas, de los objetos que les conciernen a las personas y de estas últimas. Si nos centramos en el Real/real lacaniano, no hay conducta que esté prohibida, pues aun cuando se piense la prohibición desde lo deóntico, siempre se puede cometer el hecho, aunque la ley lo considere un delito. «Posibilidad» no es sinónimo de «prohibición», y el hecho o la conducta humana apenas si son sustratos de una enunciación (legal). 3. Intersubjetividad, sociedad y Derecho. Si se considera, conforme los filósofos de la sospecha, que hablar de autonomía en el ser humano es hablar de pulsión de muerte, que no es algo manipulado por las circunstancias externas a las personas sino impulsos, no funcionales a la libido o voluntad, y recordamos el drama de Antígona con los hermanos de Tebas, malditos por el padre, parece que el Derecho no es más que una función de arbitraje para que los seres humanos no nos matemos entre nosotros. Esta es mi opinión hoy, después de haber transitado las teorías dogmático - racionales en todas sus variantes. Vistas así las cosas, el Derecho para las Ciencias Sociales reviste para mí un interés desde la doublure (el doblez, la paradoja) que 40 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas 5 6 Así las cosas, hablar desde lo universal («la sociedad») para dar por supuestas ciertas presunciones (la norma sustenta su validez en otra norma y a su vez ésta, en el reconocimiento de una convención política que nadie explicita: ¿la convención de las mayorías, la de la estadística, la de la que el propio sistema jurídico legitima?), hablar de esta manera jurídica constituye una audacia retórica que no condice con lo que cada sujeto, en su mundo semiótico posible, siente a la hora de su verdad. Una experiencia jurídica es, ante todo, una experiencia de lo humano –aquello que se pretendió normar en nombre de la justicia-. Lo humano no es para mí lo universal, sino ese reclamo inconcluso, ese comportamiento Eric, Laurent. Piezas Sueltas, clase del 24.11.04, Buenos Aires, 2004. Jacqueline, De Romilly. La ley en la Grecia clásica, Buenos Aires: Biblos, 2004. p 103 ss. AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. no alcanzado por la norma jurídica, ese sujeto del borde semiótico que no alcanza a ser contemplado como sujeto de aplicación legal. La norma jurídica es, en mi visión lacaniana, lo que ésta contempla y lo que no alcanza a contemplar al mismo tiempo. He ahí la riqueza de lo temporal en la semiótica jurídica. 4. Tiempo y tiempo jurídico. Anomia social ¿Qué es el tiempo? «Si nadie me lo pregunta, lo sé» –decía San Agustín. Digo: movimiento. Un eterno presente, muy lejano a la categoría kantiana, aquello que hoy puede percibir el interpretante, que puede percibir el otro sin entramparse ¿innecesariamente? en el Otro, que puede percibir el lector, o puedo percibir yo. El tiempo en el Derecho está vinculado a uno de los ámbitos de aplicación de la ley. Alude a la sucesión de las leyes, a la irretroactividad no permitida: si un ciudadano obló un tributo conforme la ley vigente al momento del pago, no puede luego, con la nueva ley, exigírsele suplementariamente ningún monto adicional. En materia penal, está prohibida la ley ex post facto. Es decir, no se puede juzgar a las personas por una ley posterior al hecho. Sin embargo, en el juicio de Nüremberg –con fundamento en razones de ética- se condenó a los criminales nazis. ¿Cuál es el límite del tiempo presente en el Derecho? ¿Hasta qué punto la interpretación jurídica no es sinónima del après coup lacaniano? La semiótica se vincula con el tiempo. El interpretante social no es un abstracto, es ese conjunto de personas que reclama por justicia en una esquina. Por lo tanto, «la justicia» hoy será el conjunto de pronunciamientos jurisdiccionales que sientan doctrina más la falta que denuncian esas personas en tal esquina. El cruce de la norma jurídica con el tiempo nos pone de cara frente al sujeto de la enunciación jurídica, pero también con el sujeto no enunciado aún. La norma jurídica es, filosóficamente hablando, su expresión concreta y sus efectos (no sólo los jurídicos): lo que dice, pero también su exceso, o una falta, por sus yerros retóricos. La ley 26179, de redondeo, sustituye, vgr., el art. 9º bis de la ley 22.802 –texto introducido por la ley 25.954- por el siguiente: «En todos aquellos casos en los que surgieran del monto total a pagar diferencias menores a CINCO (5) centavos y fuera imposible la devolución del vuelto correspondiente, la diferencia será siempre a favor del consumidor». Esta norma se encuentra vigente a la época en que elaboro este trabajo. Invito, por tal circunstancia, a cada consumidor a exigir su cumplimiento. Hace una semana, la suscrita concurrió a algunas sucursales bancarias: aún no estaba exhibida la instrucción respectiva, ni se habían adaptado los programas electrónicos de pago para aceptar los que redondearan, según la manda legal. El diccionario de la Real Academia Española –XXII edición- considera que «anomia» es ausencia de ley, un conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación. En la segunda acepción, considera que se trata de un «trastorno del lenguaje que impide llamar a las cosas por su nombre». Cuando se producen los trastornos lingüísticos que la Retórica conoce, cuando el otro no encuentra en el Otro un nombre que le permita enunciarse, allí se producen las «crisis» sociales, y las jurídicas. Pero ¿se trata de una crisis?, ¿desde qué lugar hablar de «anomias»? Si se imposibilita la operación cognitiva que permite que una semiosis indicial sustituya una normativa, es decir que un incumplimiento actitudinal de la norma reemplace la enunciación jurídica, 41 DE DOCTRINA La costumbre ... Paula Winkler AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. se hablará ciertamente de crisis, luego de «anomia». es probable que hable de «crisis» y de «anomia» –conducta contra legem-. No es esa mi opinión, en tanto no me considero apegada al significante; adviértase que me refería antes a la significación como una acción o un proceso dinámico -visión triádica peirceana e incluso lacaniana, que hago explícita al lector por una razón de honestidad intelectual-. Es que el interpretante no es un elemento sintético, para mí no unifica contrarios (he ahí su riqueza). Si el investigador, con una visión de paralaje, trata de centrarse en el territorio de lo jurídico, pero simultáneamente en la conducta humana contra legem, tal vez no hable de «anomia», sino de una norma jurídica que está siendo condicionada socialmente, aunque la semiosis indicial –por su naturaleza- no puede emitir, por sí, ningún enunciado condicional: su lenguaje es puntual y concreto. Si el investigador, en cambio, se ubica sólo en el territorio de lo social, es probable que afirme que la norma vigente es arbitraria, injusta, ineficaz o que ha sido abrogada. El objeto aparece, así, como siempre el mismo en todas las relaciones, pero se constituye como distinto cada vez que un interpretante cae sobre él. Por principio, se supone que se habla siempre de lo mismo, surge entonces la serie indefinida de los interpretantes 1, 2,…, y, así, la serie resulta indefinida porque no se puede calcular su cierre. Es decir, en el primer interpretante ya está en potencia la imposibilidad de cerrar la serie, el objeto queda como lo que fuere que es, segundo: entre el representamen y el objeto no hay enganche, ningún representamen engancha un objeto y viceversa, por la noción misma del interpretante. Una norma jurídica se trasforma de este modo en un continuum sígnico, aun cuando fue derogada, pues (antes) la norma derogada tuvo que ser interpretada por la derogante. Lo cual nos lleva a pensar que la norma jurídica está ineludiblemente vinculada al tiempo, es incluso su derogación la que le otorga validez. 5. La «anomia» como semiosis indicial y sustituyente La «anomia», conforme la definición del acápite anterior, puede constituir un indicio, un síntoma. Si el investigador se ubica en el territorio de lo jurídico y observa un comportamiento humano contrario a la ley, Magariños de Morentín 7 , cuando ejemplifica el signo indicial, se cuida bien de distinguir entre lo que aparece a la observación como objeto semiótico indicial de lo que lo hace como semiosis sustituyente indicial. Valga como «productoras de la significación de otra u otras entidades por la eficacia de su propia calidad indicial: es decir que, con independencia de la intención de su productor, cumplen efectivamente, por las valoraciones sociales vigentes, una función de sustitución o de integración, por lo que se los percibe con eficacia representativa». He ahí la cuestión, directamente relacionada con el sujeto que enuncia y con el rol de la historia. Tres vecinos de la ciudad podríamos estar en desacuerdo con una revaluación inmobiliaria, reunirnos en una plaza pública con pancartas y gritar. Esto no es suficiente para que sustituyamos la ley tributaria. ¿Pero es una cuestión de número estadístico? ¿Y si nos reuniéramos cien, o dos mil, o cien mil? He ahí la cuestión de los aspectos –siempre contextuales- perceptibles del indicio; en el Derecho –como la percepción es más lenta que la social y está ineludiblemente vinculada al poder político vigente- se necesitará alguna actualización de la norma, conforme los 42 NUEVO DERECHO Nº 3 7 Juan, Magariños de Morentín. Op. Cit. en nota 1, p. 53. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. paradigmas sustituidos socialmente, sea a través de la jurisdicción, sea de la legislación*. podemos comenzar a observar el objeto semiótico desde la «doblez» de sus opuestos. Tal vez la sustitución sea la parte más activa de las operaciones semióticas, lo que le dé revitalizado sentido al proceso de la significación. 6. La costumbre como fuente del Derecho La conducta, el comportamiento humano constituyen, en mi opinión, el reservorio semiótico más interesante para el Derecho. Magariños de Morentín alude a una exclusión o sustitución de valores o conceptos de los significados «que sólo existen después de haber sido producidos por alguna Semiosis Sustituyente». Dice que, de alguna manera, con esto se alude «peligrosamente a lo óntico, a lo pre-significativo»8. Es que para mí si algo define al Derecho es la suspensión de la cadena significante que devela, en tal momento suspensivo, la opacidad o dualidad del signo jurídico. La historia necesitó de la Segunda Guerra mundial y sus consecuencias para el Juicio de Nüremberg. Tal vez, en la Alemania de entonces, fue necesario que se produjera esa ruptura de la cadena significante para que el Derecho contemplara los ilícitos de lesa humanidad y, con el asombro, la Cosa y el real/Real demandaran un nuevo nombre. Esperemos que, con esa y otras tantas experiencias contemporáneas, no necesitemos derogar ningún tratado, sino sólo mejorarlo. La sustitución no siempre puede operar con un enunciado que se expande o se duplica. A veces, es necesaria la ruptura o una síntesis, y pasados los años, aparece la superación. Sin embargo, es la historia la que define los bordes, y somos los investigadores los que La semiótica indicial, referida al comportamiento humano, es estudiada en el Derecho con el nombre de «costumbre». En efecto, el artículo 17 del Código Civil argentino establece: «Los usos y costumbres no pueden crear derechos sino cuando las leyes se refieran a ellos o en situaciones no regladas legalmente». En materia comercial se ha estipulado que la costumbre, entendida como el uso largo y constante de una práctica, puede servir de regla para determinar el significado de las palabras, los artilugios técnicos del comercio o para interpretar los actos y convenciones mercantiles. Algo análogo acaece en el ámbito del comercio exterior. Sin embargo, para el Derecho, tal costumbre debe acreditarse con pruebas referidas a esos usos o prácticas sociales, aunque hay quienes -con fundamento en Gény- han dicho que el juez «debe considerarse autorizado para aplicar el derecho de la costumbre, aunque su existencia no haya sido probada, siempre que él personalmente tenga conocimiento de ella o que su existencia la haya reconocido en otras sentencias»9 . El comportamiento humano, que constituye la base del uso largo y constante de la costumbre como fuente del derecho, puede ser considerado objeto semiótico, pero al mismo tiempo funcionar como semiosis sustituyente de la semiosis jurídico normativa. * Debe tenerse precaución con las presuntas superaciones jurisprudenciales. La pregunta indefectible es: ¿legislación o precedente? El amo universitario, de los notables, al que refería Lacan, o el proveniente del conocimiento vulgar de la legislación. Ninguna respuesta, a mi juicio, es completa: las democracias del siglo XXI tienen grandes problemas en la representación política por la falta de creencia de las personas en sus políticos, y la validez consuetudinaria del precedente tiene el mismo inconveniente práctico que el del conocimiento especializado: pertenece a unos pocos que ejercitan el arte jurídico, pero se encuentra a veces alejado del paradigma del sentido común, tal cual se anuncia en los adagios romanos, en los principios generales del derecho y en el refranero popular. 8 Juan, Magariños de Morentín. Op. Cit., en nota 1, p. 33. 9 Jorge Joaquín, Llambías. Tratado de Derecho Civil. Parte General, Buenos Aires: Lexis-Nexis, 1999. p 231. 43 DE DOCTRINA La costumbre ... Paula Winkler AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. La cuestión es determinar cuándo el comportamiento sustituye a la ley o integra su significado o la abroga lisa y llanamente, pues el sentido común indicaría que no se trata de un número estadístico ni de que haya que ofrecer prueba pericial para alegarla con algún efecto favorable en el proceso. He ahí la vinculación de la semiosis jurídica con la social. Obsérvese que he titulado este trabajo valiéndome de la figura retórica del quiasmo: «la costumbre en el Derecho y el Derecho en la costumbre». Lo que de alguna manera predispone mi enunciación textual: el Derecho es un sistema, pero también, un fenómeno social, por tanto, pasible de trasformarse en objeto semiótico. Consciente de la polémica que pueda ocasionar, me aventuro a afirmar – provisoriamente- que debe de haber alguna ritualización de la conducta humana que corporice para la percepción de tal conducta como costumbre y como indicio, y para que pase a resignificar la cadena jurídica. (a) Si la costumbre se pretende con competencia sustituyente para alguien en un momento social dado de una semiosis jurídica, debe ser susceptible, por de pronto, de erigirse en representamen, es decir de relacionarse con el objeto –norma. Tal competencia se encuentra atribuida, aunque en forma genérica, por el art. 17 del Código civil argentino. 44 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas (b) Si la costumbre tiene capacidad sustitutiva, debe de poder hacerlo para algún interpretante. ¿Cuál interpretante? Aquí se produce (aparentemente) una colisión entre el pensamiento peirceano, que excluye todo aspecto psicológico interno del mismo para centrarse en el sistemático, y el temprano lacaniano. (Para la que escribe la tal colisión, aparente, queda soslayada por la dinámica histórica y el papel que desempeña el Otro simbólico, cuestión que también observa el Lacan más cercano a la sociología y al pensamiento de Peirce.) (c) Si la costumbre tiene, pues, la competencia de sustituir la semiosis jurídica es porque debe poseer eficacia para reconstruir y simbolizar lo que hasta el momento en que se produjo el hecho venía dado por el imaginario normativo. Vgr., una protesta que exprese sus puntos de reclamos concretos, pero que sea perceptible por el interpretante y tenga alguna permanencia en el tiempo. (d) Si la costumbre posibilita la sustitución de un lenguaje normativo escrito por uno indicial –sustitución que podrá ser sintética, no siempre superadora-, deberá poseer una corporeidad que la haga no sólo perceptible, sino también comunicable. Para hablar de «comunicabilidad» debería existir un grado de intercambio mínimo entre el interpretante de la semiosis jurídica sustituida y el de la semiosis indicial sustituyente, es decir debería haber un mínimo de acuerdo entre ambas formaciones discursivas, al decir de Foucault, pues sólo un mundo semiótico compartido que se va haciendo y que no debe confundirse con un mundo semiótico unívoco o hegemónico, puede llevar al reconocimiento de una sustitución tal. Si tales condiciones son dadas, es probable que la costumbre sea considerada como fuente del derecho, no sólo abrogatoria, aun en los sistemas jurídicos continentales que no otorgan, como el common law anglosajón, un valor normativo al precedente. 7. El Derecho en la costumbre. La costumbre ¿síntesis o superación? La costumbre –comportamiento humano, acto existencial – si se cumplen los aspectos mencionados en el acápite 6, podrá asumir el carácter de nueva enunciación de la norma jurídica. Como la que escribe sugiere abordar el signo jurídico desde su dualidad y con la visión de los opuestos de la paralaje, es preferible en esta instancia del trabajo no hablar aún de superaciones, tal vez ni siquiera de síntesis. Consciente de que es difícil –desde AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. la lógica tradicional- hablar de una observación o razonamiento «al mismo tiempo», lo que ha dado en llamarse «mancha ciega», no obstante pretendo que en una fase del razonamiento se pueda volver a la opacidad inicial de la norma en una suerte de circularidad permanente. Después de todo, no sé si de tal circularidad no se trate la cultura como objeto pequeño-a, es decir como forma constante de traslación de lo fenoménico y epistémico al campo de lo que se simboliza nuevamente, aunque con ello no estoy descartando lo novedoso ni la superación. Recuérdese que en el mito griego, Gorgona Medusa fue vista como la hermana mortal, pero también como las otras: Stheno y Euriale; de ese modo, Perseo evitó quedar petrificado ante el monstruo, es decir por la imagen reflejada en todas las variantes de Medusa en su escudo. Es que la paradoja está en toda observación que pretenda distinguir algún fenómeno u objeto, como unidad de lo que no-es. Al decir de Luhman, no es posible salir de la situación paradójica desde el mismo sistema en que se presenta, por ejemplo, mediante operaciones lógico-deductivas. De ahí, la riqueza de la costumbre como semiosis indicial. 8. Conclusión Para expresarlo en los términos de Lévi Strauss, el mito de Antígona se sitúa como la sincronía opuesta a la diacronía. No es una heroína ahorcada que evoca el suicidio, sino al decir de Lacan, «la relación del héroe con el límite», pero un límite que es dual y que no está exento de cierta opacidad de todo signo. El psicoanálisis puede ayudar a que las personas encuentren sus instancias frente a las pretendidas objetivaciones sociales, pero también nos puede colocar en el territorio intermedio que ofrece el pensamiento de la paralaje y comprender, así, la aporía de tales objetivaciones como el fundamento mismo de la cultura, que no alcanza a integrarse al medio natural, pues el ser humano es antagónico hasta con el medio ambiente. Es ésa su pulsión. Las estructuras sociales, como el Derecho, son simbólicas y se debaten entre sus opuestos constantemente. No se trata de afirmar un superyó colectivo, de hegemonizar lenguajes, de bucear en los intersticios errados del ser humano para curarlo de nada, sino de poder desacralizar la ley para volverla al origen mismo del tiempo, fuera de toda ficcionalización argumentativa que le evite un abordaje metalingüístico. La semiótica y la temporalidad pueden coadyuvar a que el comportamiento humano, si bien no construye enunciados condicionales, por su naturaleza, condicione el Derecho y lo ubique –desde lo convivencial- en la posibilidad ontológica de trasformación que poseen todos los discursos sociales. Pese a que el Código Civil argentino establezca que los usos y la costumbre sólo son fuente del derecho en «situaciones no regladas legalmente», tales prácticas, usos o comportamientos sociales pueden indicialmente sustituir tal normativa jurídica. Desde el lugar paradojal de los opuestos, mientras tal semiosis indicial contemporiza con el Derecho, es posible afirmar semióticamente que este es un sistema reglado, pero también, sus incumplimientos y lo que la norma no alcanza a prever. Bibliografía general: Lacan, Jacques. Clase 7, 20.5.1950 (especialmente: ley, crimen y superyó). _____________Clase 12, 21.6.1972 (especialmente: díadas y Peirce). Versión digital disponible en: http://two.fsphost.com/ mardulce/faunapsi.html 45 DE DOCTRINA La costumbre ... Paula Winkler AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. _____________Seminario 7. Texto consultado: el establecido por Jacques – Alain Miller. Buenos Aires: Paidós, 2005 (especialmente Cap. II: Placer y realidad). Llambías, Jorge Joaquín. Tratado de Derecho civil. Parte General. Buenos Aires: Lexis – Nexis, 1999 (especialmente: fuentes del derecho – costumbre). Magariños de Morentín, Juan. A, Esbozo semiótico para una metodología de base en ciencias sociales, La Plata: IICS, Univ. de La Plata, 1991. ________________Seminario 7, Paris: Seuil, pág. 47, 1973. Laurent, Eric, Piezas Sueltas, clase del 24.11.04, Buenos Aires, 2004. Ley del gobierno autónomo de la ciudad nº 634/01.Ley nº 26179. Romilly, Jacqueline, La ley en la Grecia clásica, Buenos Aires: Biblos, 2004. _______________ Los fundamentos lógicos de la semiótica y su práctica. Buenos Aires: Edicial, 1996. Vaihinger, Hans, «Die Philosophie des Als-Ob. System der theoretischen, praktischen und religiösen Fiktionen der Menschheit auf Grund idealistischen Positivismus, Leipzig: Felix Meiner Verlag, 1922. _________________Hacia una semiótica indicial. La Coruña: Edicios Do Castro, 2003. Žižek, Slavoj, Violencia en acto, Buenos Aires: Paidós. 2005. Malherbe, Hugo, Curso de Filosofía del Derecho, Montevideo: Ed. Nuevajurídica, 1998. Winkler, Paula, ¿Qué nuevos aportes puede hacer la semiótica al derecho? Revista «Y Considerando», de la Asociación de Magistrados. Buenos Aires: año 7, n° 64, diciembre, 2004. Bibliografía particular. Bell, C , Ritual theory and ritual practice. New Cork: Oxford University Press Código Civil argentino vigente, 1992. Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, XXII edición: Buenos Aires: Espasa Calpe, 2001 46 Lacan, Jacques, Clase 7 Introducción teórica a las funciones del psicoanálisis en criminología, cap. «Del movimiento de la verdad en las ciencias del hombre»; tb.: clase 11 del 14.6.92, del Seminario XIX, y otros textos, 1950. NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 47 DE DOCTRINA La costumbre ... Paula Winkler AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 48 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Límites de los derechos fundamentales Juan Fernando Muñoz Hernández* Ana Carolina Vanegas Velásquez** Resumen. Diversos estudios se han realizado en torno al concepto de los derechos fundamentales, sin embargo, pocas de esas investigaciones se han detenido en determinar los límites de esos derechos, y se habla de límites por cuanto el derecho, si bien procura libertades, a su vez, también procura obligaciones y responsabilidades, esto es, tener el derecho no da lugar a actuaciones contrarias al mismo derecho, más sí permite que las libertades se desarrollen en torno a las mismas normas. Desde esa perspectiva, se evidencia en esta investigación los límites de los derechos fundamentales, a partir de unos análisis bibliográficos, legales, documentales y jurisprudenciales, en torno a interpretaciones iusfilosóficas, hermenéuticos e históricos de dicha temática. Palabras claves. Derechos constitucionales, Derechos fundamentales, Derechos humanos, Limitaciones, Prohibiciones. Abstract. Diverse studies have been made around the concept of the fundamental rights, nevertheless, few of those investigations have stopped in determining the limits of those rights, and speech of limits inasmuch as the right, although tries liberties, as well, also tries obligations and responsibilities, that is to say, to have the right do not give rise to opposite performances straight the same one, more yes allows that the liberties are developed around the same norms. From that perspective, one demonstrates in this investigation the limits of the fundamental rights, from bibliographical, legal, documentary and jurisprudencial an analysis, around iusphilosophical interpretations, hermeneutics and historical of this thematic. Key words. Right Constitutional, Rights fundamental, Human rights, Limitations, Prohibitions. * 1. Introducción Cuando se habla de derechos fundamentales, a pesar de ser éste un tema arduamente debatido en instancias jurídicas, académicas y doctrinales, debido a la magnitud temática de este asunto, resulta difícil agotarlo. Sin embargo, la temática que aquí se aborda no se centra en generalizaciones sobre los derechos fundamentales, sino en los límites y limitantes que determinan los alcances de estos derechos. El acercamiento que se procura realizar a la noción de los derechos fundamentales se enmarca dentro del discurso jurídico-constitucional de la limitación de estos derechos, entendidos como atributos de la persona y susceptible de todo tipo de apreciaciones, consideraciones y limitaciones. De igual modo, la noción de derechos fundamentales que se emplea en esta investigación corresponde a un uso de éstos desde una perspectiva netamente jurídica, no queriendo con ello reducir los alcances de este estudio, sino por el contrario, acentuar la problemática jurídica que aquí se analiza. Ésta es una investigación que envuelve un análisis cualitativo y, por ende, axiológico de los límites de los derechos fundamentales Abogado, egresado de la Facultad de Derecho, ciencias políticas y jurídicas de la Institución Universitaria de Envigado. DE 49 INVESTIGACIÓN Abogada, egresada de la Facultad de Derecho, ciencias políticas y jurídicas de la Institución Universitaria de Envigado. DE INVESTIGACIÓN ** Limites ... Juan F. Muñoz Ana C. Vanegas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. en Colombia, estudio éste que corresponde a una mirada legal y objetiva de dicha temática. 2. El problema de los límites a los derechos fundamentales El concepto de límite dentro del entorno positivo del derecho, es una categoría jurídica cuya definición alcanza a los derechos fundamentales constitucionales; la fijación de límites de los derechos fundamentales no es una tarea fácil en un país en donde el mecanismo de la tutela está a disposición de 42 millones de colombianos, es decir, así como hay 42 millones de colombianos que tienen derecho a demandar el reconocimiento de los derechos fundamentales contenidos en la Constitución Política de 1991 (art. 11 a 41), de igual forma hay 42 millones de colombianos cuya limitación a sus derechos fundamentales hay que encontrarle soporte jurídico y legal. Otro problema radica en identificar a aquellas autoridades que tienen competencia para dictar normas jurídicas válidas para limitar los alcances de los derechos fundamentales; vale en este sentido tener en cuenta los procedimientos que son jurídicamente válidos para establecer dichas limitaciones. Ante este cúmulo de dificultades que ofrece el asunto en cuestión queda, por tanto, determinar los límites de los derechos fundamentales constitucionales, de acuerdo a la realidad jurídica y jurisprudencial colombiana en la actualidad, cuyo suporte no sólo se encuentra en la Carta Política de 1991, sino también en la doctrina y la costumbre. Es necesario, por tanto, establecer en qué normas jurídicas pueden ser previstos los límites y las limitaciones de los derechos fundamentales e identificar a las autoridades competentes para establecer dichas limitaciones; conviene además identificar las 50 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas reglas de formación que se deben seguir para proferirlas, así como los contenidos posibles o esperados de esas normas en términos de afinidad o correspondencia con los contenidos de otras normas en las que aquéllas se fundamentan. A todo esto, no solamente conviene una discusión jurídica, sino también una discusión de carácter iusfilosófica, por cuanto el tema mismo de los límites indica de antemano un trabajo exegético que da lugar a interpretaciones que rayan con planteamientos de diversos doctrinantes de las teorías constitucionales. 3. Límites de los derechos fundamentales 3.1. Límites de la Constitución Nacional a los derechos fundamentales Si el primer factor determinante del carácter fundamental de los derechos es el ser derechos constitucionales, resulta comprensible que la fuente jurídica de las limitaciones de los derechos fundamentales sea la propia Constitución. Esto significa, que si se habla de limitaciones de los derechos fundamentales, éstas deben ser por lo menos limitaciones constitucionales. La afirmación de que los derechos fundamentales sólo pueden ser limitados con fundamento en la Constitución, pone de presente la razón determinante por la cual en el orden jurídico no pueden existir derechos absolutos, aunque se trate de derechos fundamentales, base del Estado constitucional y esencia de la democracia: «porque ellos forman parte o se definen o son lo que están llamados a ser, como elementos de un balance difícil pero necesario entre derechos, bienes, valores y principios reconocidos todos corno componentes del orden jurídico fundamental de la comunidad»1 Magdalena, Correa Henao. La limitación de los derechos fundamentales, Bogotá: Universidad Externado de Colombia, Instituto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita, 2003. 38. 1 AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Pero al mismo tiempo reitera la eficacia jurídica de los derechos, su prevalencia como normas constitucionales sobre todo del ordenamiento jurídico. Porque sería un contrasentido con el mayor valor de los derechos fundamentales, que sus potenciales restricciones pudieran tener como justificación bienes o intereses infraconstitucionales, esto es, no reconocidos (o no reconocibles) en la Constitución y que por consiguiente se admitiera su establecimiento, inserto en otras fuentes del derecho. Ahora bien, para entender cuál es el sentido que se debe dar al postulado de que la Constitución sea la fuente jurídica por excelencia de los límites y de las restricciones de los derechos fundamentales, es necesario determinar en primer término, cuál es la participación que cumplen las diferentes normas constitucionales en la definición de dichas limitaciones y en segundo establecer las consecuencias que la aplicación de dichas normas suponen en la construcción del discurso. El profesor Naranjo de la Cruz postula tres proposiciones complementarias que permiten distinguir la participación de la Constitución y de sus normas en la limitación de los derechos: el principio de la unidad constitucional, la norma que declara el derecho como derecho constitucional fundamental y las otras normas constitucionales. 2 3.2. Límites del Internacional a los fundamentales Derecho derechos El artículo 93 de nuestra Carta Política de 1991 establece en primer término que: «los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción prevalecen en el orden interno». Y el segundo enunciado prescribe: «Los derechos y deberes consagrados en esta Carta, se interpretarán de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia»3 La Declaración Universal de Derechos Humanos, artículos 29, numerales 2 y 3, y 30, no dejan duda sobre la intención última de Naciones Unidas y por consiguiente de los Estados firmantes, de salvaguardar los derechos humanos. La Convención Americana sobre Derechos Humanos, de manera expresa señala en su artículo 29 que ninguna disposición de dicha convención puede ser interpretada en el sentido de permitir la supresión del goce o la limitación de los derechos y libertades reconocidos en ella o en las leyes de los Estados parte, más allá de lo previsto en sus disposiciones, o la exclusión de derechos y garantías inherentes al ser humano o derivados de la forma democrática representativa de gobierno. La misma conclusión se obtiene tras la lectura del Convenio Europeo de Derechos Humanos, en cuanto a la garantía de la reserva de ley que se prevé para la regulación de los derechos, a más de las previsiones específicas sobre restricciones, en las que se establecen condiciones para su validación material, como el ser medidas necesarias, proporcionadas y con fines legítimos como la preservación de la moral, el orden público, la seguridad nacional, el bienestar económico del país. Las normas internacionales de derechos fundamentales que ingresan en el ordenamiento constitucional, no sirven entonces para la inclusión de nuevas limitaciones de derechos, sino para afianzar su razón expansiva, sus mecanismos de protección, su eficacia como valor de las culturas de los Estados que las adoptan, valor indisponible para todos, en el que se Rafael,, Naranjo de la Cruz. Los límites de los derechos fundamentales en las relaciones entre particulares, Madrid: Centro 51 de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000. DE INVESTIGACIÓN 3 Constitución Política de Colombia de 1991. Art. 93. DE INVESTIGACIÓN 2 Limites ... Juan F. Muñoz Ana C. Vanegas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. fundamenta el Estado democrático y el todo del orden jurídico. Es así como Bobbio 4 , citado por Magdalena Correa Henao, sostiene que el derecho internacional de los derechos humanos, en particular la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, viene a resolver el problema del fundamento de los derechos humanos, que si bien como fundamento histórico y, por tanto, no absoluto, se convierte en el único fundamento que puede ser probado factualmente. En el caso colombiano, hay que distinguir dos situaciones distintas: de un lado, todos los tratados de derecho internacional de los derechos humanos ratificados son criterio para la interpretación de los derechos consagrados en la Constitución. Por esto es que la Corte Constitucional colombiana señalaba que el artículo 93, norma que por cierto traza el único criterio interpretativo con rango constitucional expreso, hace parte del conjunto de disposiciones constitucionales por cuya virtud se afianza la razón que explica la Carta de 1991 tendiente a proteger los derechos fundamentales. Pero de otro lado, se encuentran los tratados y convenios ratificados por Colombia en los que se reconocen derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción. Estas normas de derecho internacional, ha dicho reiteradamente la Corte Constitucional, éstas que reúnen los dos requisitos mencionados, sí forman parte del bloque de constitucionalidad y en ese orden, son parámetros de validez de las normas jurídicas que regulan tales derechos. Esta condición privilegiada en el sistema de fuentes que adquieren estas normas de derecho internacional, esta forma como se concilia «el principio de la supremacía de la 52 NUEVO DERECHO Nº 3 4 5 Constitución (art. 4) con el reconocimiento de la prelación en el orden interno de los tratados en referencia (art. 93)»5, se explica no para los efectos de admitir la imposición de nuevas restricciones a los derechos fundamentales, sino todo lo contrario: como una garantía adicional que desde el orden internacional prohíbe aun en los estados de excepción (donde la «razón de Estado» tradicionalmente ha tendido a prevalecer sobre las «razones de los derechos»), la limitación de algunos de ellos. Por esto es que se impone al juez constitucional retirar del orden jurídico toda norma legal que infrinja lo previsto en tales normas del bloque de constitucionalidad strictu sensu. De modo que a pesar de que la propia norma suprema disponga la apertura por fuera de la Constitución del régimen jurídico propiamente dicho de una parte de los derechos fundamentales reconocidos tácita o expresamente, una interpretación rigurosa de esta prescripción impide concluir por ello la legitimación de limitaciones extra constitucional. 3.3. Límites del legislador a los derechos fundamentales Hasta el momento ninguno de los criterios expuestos ha afinado por completo el discurso constitucional de la limitación de los derechos fundamentales. Sólo se confirma una y otra vez la posición privilegiada del legislador en esta materia, que a su vez ratifica tanto uno de los presupuestos de base del estudio como la elección de los problemas jurídicos centrales. Sin embargo, la relación entre democracia y derechos fundamentales no es por ello más nítida (en términos de garantizar la correcta limitación de los derechos), ni por lo mismo se ha dado respuesta a los interrogantes escogidos. Es decir que no está claro aún cuál es el papel Norberto, Bobbio. Cit. por: Magdalena, Correa Henao. Op. Cit. p. 55. Corte constitucional. Sentencia C-225 de 1995 y SU-256 de 1999. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. que corresponde a la norma legal frente a la de la Constitución en la configuración de los derechos, en la definición de sus contenidos y en la imposición de sus restricciones. A este propósito se deben estudiar entonces las posturas e interpretaciones adoptadas por la doctrina y la jurisprudencia en cuanto a las normas de la Lex superior que refieren de manera directa a tal habilitación y que temáticamente se subdividen en: la garantía de la reserva de ley y el tipo de ley exigida. 3.4. Límites de la ley a los derechos fundamentales La claridad de la garantía de la reserva de ley para la delimitación y limitación de los derechos fundamentales, ha suscitado dificultades cuando se introduce en su entendimiento lo previsto en otras disposiciones de la Carta que hacen referencia a competencias conexas de los legisladores. La complejidad que de ello se desprende, se plantea en todo caso como un problema intra legem, esto es, entre leyes orgánicas o estatutarias y leyes ordinarias. Según lo anterior, «el criterio para la solución de los posibles conflictos en la interpretación conjunta de tales normas, pues como leyes —en sentido material y formal— en todas se encuentra realizado. Habrán de ser entonces la diferencia entre la función que cumple el legislador del Estado cuando dicta leyes orgánicas o estatutarias de cuando lo hace respecto de leyes ordinarias, el papel atribuido por el constituyente a unas ciertas mayorías parlamentarias y en España la distinción de competencias entre las Cortes Generales y los parlamentos autonómicos, los criterios determinantes». Hay que anotar igualmente que los argumentos jurídicos que se esgrimen para reconocer la excepcionalidad de las leyes orgánica o estatutaria en cuanto al desarrollo o a la regulación de derechos fundamentales, a saber, que en ella se disponga sobre los elementos esenciales del derecho y sobre sus límites, resulta de especial utilidad para la composición del discurso jurídico de las limitaciones a los derechos fundamentales. 3.5. Límites de la jurisprudencia a los derechos fundamentales Contrario a lo que in abstracto habría podido suponerse, la «democracia de las mayorías cualificadas» no posee en sí misma una valoración especial en el contexto de la Constitución colombiana, al menos en lo que hace referencia a los derechos fundamentales. Su función es limitada a tal punto, que incluso ante ella puede anteponerse la decisión de las mayorías simples. La justificación de orden político y práctico que para tal conclusión se aduce, parece razonable: la idea de movilidad que supone el pluralismo político, se vería eliminada ante la rigidez derivada de la votación de las leyes orgánicas. Aunque el concepto de contenido o núcleo esencial de los derechos no se distinga con claridad, lo cierto es que tanto el Tribunal como la Corte han sido unánimes en reconocer que la función de dicho concepto en el constitucionalismo colombiano es la de garantizar un ámbito intangible de los derechos. En concordancia con lo anterior, «la doctrina de la «esencialidad» sentada por la jurisprudencia de ambos tribunales sobre las leyes orgánica y estatutaria, sólo puede ser interpretada excluyendo del ámbito de regulación los «elementos esenciales» del derecho en cuanto tales, de lo cual resulta que su particularidad respecto de las leyes ordinarias se predicará tan sólo en tanto ser aquellas las únicas normas legales que pueden disponer de límites y limitaciones a los derechos» 53 DE INVESTIGACIÓN DE INVESTIGACIÓN Limites ... Juan F. Muñoz Ana C. Vanegas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Esta deducción se refuerza si es conectada de nuevo con el argumento político de la imposibilidad de petrificar el ordenamiento a través de leyes orgánicas o estatutarias. En efecto, si la regulación de los derechos que se espera de dichas leyes no puede aludir al contenido esencial de los derechos pero tampoco a aquellos otros muchos aspectos relativos a su ejercicio (como sería el caso de las políticas, procedimientos e instituciones dispuestos para su realización), viene a resultar que la normación en ellas contenida sólo se puede identificar jurídica y políticamente con la función de «limitar» los derechos. Únicamente, así «es dable entender que se haya dispuesto en el orden constitucional esta garantía especial de regulación, esta potestad excepcional y cuasi constituyente del legislador que decide a través de mayorías cualificadas, respecto de legislador que lo hace a través de mayorías simples» 3.6. Límites del juez constitucional a los derechos fundamentales El artículo 241 de la Constitución Política de Colombia establece las diferentes disposiciones que regulan las funciones que debe cumplir la Corte Constitucional; en los once numerales que conforman dicho artículo se puede observar claramente una constante, y es que el pronunciamiento de esta magistratura sólo se da a partir de una iniciativa externa, casi siempre emanada de la voluntad del pueblo y del legislador, lo que da lugar a pensar que los límites y limitantes del juez constitucional encuentran su primera barrera en las facultades que el pueblo les asigne. Caso contrario ocurre, por ejemplo, con el legislador, quien puede actuar exoficio, instrumento éste que le da una infinidad de opciones de actuación, siempre y cuando no sean contrarias a la misma Constitución. Función básica es del legislador, por tanto, dar respuestas a las problemáticas sociales, función ésta que no corresponde a la jurisdicción constitucional, pues ésta sólo se limita a confrontar la ley con la Constitución, no pudiendo proponer alternativas distintas a las que sí propone el legislador. Otro gran limitante es la Constitución misma, pues el juez constitucional debe encontrar en este conjunto normativo todos los elementos para fundamentar su decisión. De igual manera, los elementos con los cuales debe interpretar también están condicionados, pues la Corte debe atenerse a un mínimo de principios, empezando por el de Unidad Constitucional, por lo que todas sus decisiones deban confrontarse con los preceptos de la Carta Política6. También debe haber una gran concordancia entre los principios, los valores y las disposiciones constitucionales, debe actuar de tal manera que no se desvirtúe la lógica funcional de la Constitución. Tampoco puede el juez constitucional eludir el principio de conservación de la norma, por lo que una de las funciones es buscar la interpretación de la ley conforme a la Constitución, de ahí que las decisiones que se tomen sean razonables en cuanto no se separen de la realidad política y social. No obstante, la interpretación de ese único artículo constitucional que trata la materia, el .152, a), como era de esperarse, no se ha efectuado de manera aislada sino que, por el contrario, se ha practicado en concordancia con la competencia general de legislación que posee el legislador según el artículo 150, numerales 1 y 2 de la Constitución Política de 1991. La Corte ha seguido una línea jurisprudencial estructurada a partir de cuatro ideas sustanciales: en primer lugar, ha concebido que «(...) las leyes estatutarias sobre 54 6 NUEVO DERECHO Nº 3 Ley Estatutaria de la Administración de Justicia, art. 46. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. derechos fundamentales tienen por objeto desarrollarlos y complementarlos. De este modo se introduce por vía hermenéutica como criterio de definición del tipo de regulación de la ley estatutaria, la función de «desarrollo» de los derechos fundamentales»7. regula los derechos fundamentales, ha de versar sobre los aspectos que determinen la «afectación» de los derechos humanos de carácter fundamental, entendida como afectación del «núcleo esencial» del derecho, como ámbito personalísimo o intangible. En segundo y tercer lugar, se aducen razones de índole técnica y política. Así la regulación de los derechos fundamentales por medio de ley estatutaria no puede ser exhaustiva y su ámbito es restringido, en razón de la materia cuya importancia tiende a trascender en muchos sectores del ordenamiento jurídico. Por esto en sentencia C-313 de 1994 decía la Corte: «Si se prohijara la tesis extrema de que la totalidad de las implicaciones o facetas propias de los derechos constitucionales fundamentales deben ser objeto de regulación por medio de ley estatutaria, se llegaría a la situación absurda de configurar un ordenamiento integrado en su mayor parte por esta clase de leyes que, al expandir en forma inconveniente su ámbito, petrificarían una enorme proporción de la normatividad, y de paso vaciarían a la ley ordinaria de su contenido, dejándole un escaso margen de operatividad, a punto tal que lo excepcional devendría en lo corriente y a la inversa. Se impone, entonces, en cuanto toca con los derechos fundamentales, una interpretación restrictiva de la reserva de ley estatutaria». En estos términos, el supremo juez de lo constitucional en Colombia ha alterado del todo la doctrina del contenido esencial, en cuanto antes que constituir el contenido mínimo irreductible del derecho o su barrera infranqueable como límite de límites frente al poder normativo del legislador, viene a ser tenido como «el espacio en el que puede y paradójicamente debe operar la ley. Así mismo, en sentencia C-T45 de 1994 la Corte señaló que una interpretación extensiva «convertiría la excepción —las leyes estatutarias basadas en mayorías cualificadas y procedimientos más rígidos— en regla, en detrimento del principio de mayoría simple que es el consagrado por la Constitución». Finalmente, como cuarto criterio y también de modo semejante a lo observado en la doctrina de la «esencialidad» de la jurisprudencia, la definición de ese ámbito restringido reservado a la ley estatutaria que 7 Corte Constitucional. Sentencia C-381 de 1995. Conclusiones En el ordenamiento jurídico colombiano la interpretación de la habilitación otorgada al legislador presta comparativamente menor complejidad. Y esto es así toda vez que sólo un órgano posee potestad legislativa —el Congreso de la República— y no existe en la Constitución esa dualidad de normas que aludan a la regulación de los derechos fundamentales. Las limitaciones de los derechos fundamentales, como limitaciones jurídicas, sólo puede ser determinada a través del sistema de fuentes, en donde se encontrarán las reglas y normas jurídicas en general que determinan ese modus y ese contenido con los que la limitación del derecho fundamental se hace derecho. Uno de los factores de mayor peso en la nueva Carta Política, es precisamente la constitucionalización de los derechos fundamentales, pues ha jugado un papel relevante en el proceso de transformación del Estado de derecho en Estado constitucional. Esto hace que los derechos fundamentales sean considerados como un factor prioritario, envolvente y recurrente para la Constitución de 1991. 55 DE INVESTIGACIÓN DE INVESTIGACIÓN Limites ... Juan F. Muñoz Ana C. Vanegas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Con el objeto de establecer el fundamento de la limitación propia de los derechos que forman parte de un orden constitucional, la doctrina se ha planteado el propósito de identificar dónde se hallan los «límites» de los derechos fundamentales; dicho propósito se logra desde las llamadas teorías interna y externa. Corte Constitucional. Sentencia C-381 de 1995. Desde un punto de vista particular, la tarea de justificar que una ley restrictiva constituye un límite legítimo al derecho fundamental resulta del todo semejante a la labor de justificar que esa misma ley constituye una interpretación plausible del concepto que opera como límite interno o criterio delimitador del derecho. Todo depende, en suma, de la justificación de la ley restrictiva a la luz del bien constitucional que le sirve de cobertura: si existe tal justificación, tanto da decir que se trata de un límite legítimo o de una actuación ‘fronteriza’ pero no limitadora; y, a la inversa, si no existe, también es indiferente decir que la ley es inconstitucional porque limitó lo que no podía limitar, o porque delimitó mal lo que en principio sí podía configurar. Naranjo de la Cruz, Rafael. Los límites de los derechos fundamentales en las relaciones entre particulares. Madrid: Centro de Estudios políticos y constitucionales. Corte Constitucional. Sentencia C-225 de 1995 y SU-256 de 1999. Ley Estatutaria de la Administración de Justicia, art. 46. La afirmación de que los derechos fundamentales sólo pueden ser limitados con fundamento en la Constitución, pone de presente la razón determinante por la cual en el orden jurídico no pueden existir derechos absolutos, aunque se trate de derechos fundamentales, base del Estado constitucional y esencia de la democracia. Bibliografía Correa Henao, Magdalena. La limitación de los derechos fundamentales. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, Instituto de estudios constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita, 2003. 1991. Constitución Política de Colombia de 56 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Temeridad del sujeto y velocidad legislativa* César Augusto Sánchez Taborda** «El psicoanálisis no es más que una técnica que desentraña en el individuo los partos de nuestra sociedad». Lacan Resumen. El presente texto bosqueja algunas ideas respecto de una investigación que interroga por el homicidio cometido por niños, en el contexto latinoamericano. En esa vía, la idea central es cotejar los efectos de la proposición acelerada de leyes en Colombia, teniendo presente -o desconocimiento- las formas como psíquicamente se estructura el individuo. Palabras clave. Sujeto, Delito, Ley, Temeridad, Velocidad. Abstract. This paper outlines some ideas regarding an investigation that interrogates for the murder committed by children, in the Latin American context. In that way, the idea is to compare the effects of accelerated proposition of law in Colombia, bearing in mind-or ignorance-forms as the individual is structured psychically. Speed. Keywords: I hold, Crime, Law, Recklessness, Introito En la investigación El niño homicida: un estudio psicoanalítico, la mirada a los antecedentes legislativos da cuenta de una sociedad que «avanza» con una celeridad superior a las legislaciones que le conciernen. Esto conduce, pensamos, a equívocos de parte del legislador, a confusiones del colectivo social y a escapes temerarios del sujeto agente del delito, que en última instancia destituyen toda responsabilidad subjetiva y social. Nos proponemos describir parcialmente algunos asuntos propios de la historia de estas leyes dedicadas al tema de la infancia, en * contrapunto directo con noticias traídas desde el psicoanálisis respecto del acto criminal y la deriva subjetiva de la asunción o no de las consecuencias que ello comporta. 1. Hacia la perfilación de los presupuestos de la investigación. Nuestro momento actual se haya cubierto por las lógicas y el entusiasmo de la ciencia, y es indudable que dicho entusiasmo se encuentra acompañado de una celeridad subjetiva y social incalculable: ¡Todo debe ser científicamente comprobado y rápido!, y aún en los espacios donde podría darse una discusión pertinente sobre el particular, las academias, las puertas están ya bastante cerradas. Es por esta vía como notamos que el positivismo ha pasado de ser un método de indagación, a una ideología dominante que acompaña los procesos de pesquisa de nuestra sociedad. Con este precedente, hemos optado por tomar de la mano vías distintas a las derivadas de los cánones de la modernidad, de los cuales suelen servirse disciplinas como el derecho y la criminología para el juzgamiento del crimen, dado que establecemos que su modo omicomprensivo no da márgenes para pensar el fenómeno eje de esta investigación: el homicidio. Ahora, ya en Criminología Lacan nos advierte como para especificar lo concerniente al crimen, es siempre preferible valerse de la falta que de cualquier noción de exceso, tan preponderante en los análisis de nuestros días. Artículo publicado en la revista electrónica Praxis freudiana de Buenos Aires, 2008. Psicólogo. Magíster en ciencias sociales y humanas: psicoanálisis, cultura y vínculo social. Universidad de Antioquia. Docente de tiempo completo Institución Universitaria de Envigado. csanchez0203@gmail.com ** 57 DE INVESTIGACIÓN DE INVESTIGACIÓN Temeridad ... CesarSánchez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Respecto de los niños, hemos partido de reconocer como «el comportamiento individual del hombre lleva la impronta de cierto número de relaciones psíquicas típicas en las cuales se expresa una determinada estructura social: cuando menos, la constelación que dentro de esta estructura social domina de modo más especial los primeros años de la infancia» 1 . Esta consideración insinúa pensar al hombre, desde las lógicas de la estructura y no así desde las lógicas del desarrollo, lógicas siniestras en ocasiones cuando ante la angustia de sujetos, infantes o mentores de éstos, merodean cualquier intervención con la promoción de una esperanza que el tiempo muestra no resultaba prudente establecer. También aparece la indicación de a qué tipo de relaciones se refiere el psicoanálisis, llegando a establecer que no son otras que las potenciadas por el lenguaje. Es decir, volver a pensar los efectos del lenguaje, pensar que él es un magma instituyente, y cavilar de quienes pretenden reducirlo a un engrama. Un sencillo planteamiento, banal pero efectivo, nos saca de ese escollo: ¡las palabras tienen efecto!; tanto, que logran disgustarnos, alegrarnos, movilizar fantasías y afectos, o generar serenidad, negaciones e invocaciones del otro. No hablamos en balde, dice Freud, y ello nos pone sobre la coordenada más importante de aquello que conecta esta investigación con el derecho: la lógica del significante, pues de forma amplia sostenemos la idea de que el significante representa la ley, no la ley social tal como la ha logrado establecer el derecho moderno, a partir de un largo debate axiológico en el cual se juegan posturas objetivas y subjetivas, apoyadas en la cualidad y la jerarquía de los valores; sino de la ley como ese texto escrito donde, a la manera de una caja tipográfica que trabaja a espaldas del sujeto, se traman «mandatos» que con un empuje particular denominado Pulsión, logran en cada individuo romper sus certezas, sus anclajes morales, sus códigos 58 NUEVO DERECHO Nº 3 sociales y legales y, en contrapartida, y a pesar del malestar generado, hacer que éste se de a la tarea de buscar satisfacciones extrañas, que pueden derivar en homicidios. Este es el nuevo perfil para el hombre que nos marca el psicoanálisis, sin duda ya no hablamos de manera privilegiada del hombre como animal bípedo e implume tal como lo proponía la Academia platónica - a lo cual Diógenes responde pelando un pollo y lanzándolo al centro del ágora-; ni hablamos necesariamente del zoom politicón de Aristóteles. Tampoco nos apoyamos en los exámenes metafísicos que en el corazón de la modernidad perfilaron la comprensión de un sujeto trascendental, del cual el derecho toma varias premisas. En suma, si acaso tenemos en el trasfondo la ciencia y algunos presupuestos filosóficos y sus postulados, es justo para asumirlos como un Otro con el cual es preciso consentir un diálogo que interrogue «el lugar» del niño en la contemporaneidad, en medio del fenómeno cuestionado: el acto homicida. Si alguna vía filosófica tomamos, porque sin duda somos deudores de alguna, es preferible seguir el de la «ontología histórica de nuestro presente», camino que permite cuestionar el qué nos pasa, qué debemos hacer y que nos es dado esperar de esta cruda realidad. 2. De la inimputabilidad a la culpa y a la responsabilidad. La disminución o aumento de edad respecto de la imputabilidad del delito, en este caso, la responsabilidad que pueda o no otorgársele a un niño cuando comete una acción reprobada por las costumbres, es uno de los asuntos de mayor polémica entre el ámbito jurídico y los legos en general. De allí se desprende el que pueda desestimarse, gravemente, el fenómeno de compensación Jacques Lacan. Más Allá del principio de Realidad. Escritos I. Madrid: Siglo XXI editores, decimonovena edición, 1997, p. 82. 1 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. anímica2 propio de algunos sectores, que osan cobrar en los deudores, niños o adultos, venganzas que se expresan, por fuera de la legislación, en todas las formas de crueldad conocidas. En tal sentido, si bien es cierto que el psicoanálisis no admite la adición de inimputabilidad, también es cierto que no piensa que la pena deshumaniza radicalmente al criminal. A este nivel, hemos encontrado dificultades para dialogar con otras disciplinas, especialmente con el derecho, que se apoya en concepciones del hombre donde no cuenta la cara sincrónica de su estructura, sino los avatares y elementos diacrónicos propios de una creencia ciega en un desarrollo psíquico. atender el sentimiento inconsciente de culpa, con la cual la teoría busca dar explicación de muchos delitos en la actualidad. En este punto de tensión, es menester tener presente algunas coordenadas etimológicas que nos liberen de los impases que algunas definiciones aportan. La en mirada la génesis de la expresión Spondeo, «salir garante de alguno -o de sí mismo- en relación a algo y frente a alguien», se encuentra abatida por la transvaloración realizada al genuino concepto jurídico de «tener deudas» (Schulden), que con el devenir del tiempo se transformó en «culpa» (Schuld) en el sentido moral3. Esta dificultad, extendida por algunas corrientes del derecho hacia el determinismo social, deja fuera toda capacidad de elección al sujeto, entre lo correcto e incorrecto, por cerca de 18 años de vida. Es un hecho que con frecuencia se resume en una expresión ya canónica entre nuestros legisladores: ¡que más se podía esperar!. Ante ésta situación, el psicoanálisis continua por la vía ética arrojada por su método, en el sentido de procurar un encuentro del sujeto con su deseo, es decir, con esa cara que en mucho contiene los modos prestantes, heroicos, temerarios del sujeto. Veamos, la relación clara de este spondeo-compromiso, se encuentra en el derecho romano arcaico. El hombre libre podía constituirse en rehén ante sus acreedores como forma de garantizar una deuda o reparar una ofensa; algo similar a lo ocurrido en el mundo griego donde sólo al noble –con capacidad para tasar al otro desde si mismo contando con las dimensiones del miedo, respeto y confianza- le estaba permitido hacer promesas. El esclavo no disponía de ese bien –la libertad- para entregar su cuerpo en prenda a otro, y por lo mismo, no podía ser sponsor, es decir, no podía responder por él ni por otro, no era considerado «responsable». El derecho habla, siempre, de responsabilidad penal en relación con las consecuencias del delito, conducente esta en la obligación de sufrir, o no, las acciones tributarias de una pena. Es por esta vía que dice ¡imputable o inimputable!, de acuerdo a causas que se determinan desde la personalidad, las circunstancia atenuantes o la maduración biológica del individuo, que lo hace, de alguna manera, imputable o inimputable. El psicoanálisis, por su parte, considera imposible establecer una responsabilidad subjetiva sin culpa, sin El derecho ha desarrollado con más especificidad, otras figuras más allá de la de esclavo que favorecen la desresponsabilización subjetiva. Paradójicamente se indica «todo sujeto es responsable de sus actos», sin que ello interrogue la noción de sujeto más allá de los avatares de la consciencia; también se apoya en la noción de autonomía, con la cual se expande algo del sujeto trascendental kantiano, consciencia y autonomía que han perfilado el sujeto «joya» del derecho. El sujeto joya es aquel que es dueño y señor de Fiedrich Nietzsche.. La Genealogía de la Moral. Madrid: Alianza Editorial, 2002. Este es uno de los fines manifiestos 59 de la pena en una sociedad resentida, que se encuentra a poyado en la tesis de que el sufrimiento del otro genera placer. DE INVESTIGACIÓN 3 Ibíd., p 82 DE INVESTIGACIÓN 2 Temeridad ... CesarSánchez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. sus actos. Es un sujeto que es presentado como autofundado. Aquí radica uno de los problemas relacionados con la investigación del niño homicida pues, abolida en el zenit de la modernidad la esclavitud, van aparecer algunas entidades que no tienen la posibilidad de responder. Son conocidas por nosotros: el niño, el loco, el embargado por la emoción violenta, entre otros, que no disponen de sus cuerpos para responder y en muchos casos no pueden obligarse, siquiera, a dar testimonio de sus actos, son inimputables de culpa y por lo mismo no son responsables. 3. Tutela, asistencia y protección. Intentaré mostrar como la justicia tutelar es un modelo imperante hoy en Colombia, que por diversas vías favorece la emergencia de actos temerarios del sujeto, especialmente en el campo de la delincuencia infantil y juvenil, así como la perpetuación de modelos jurídicos utópicos que anhelantes de herramientas «científicas», invierten en sus prácticas las finalidades teóricas de la doctrina forjando hábitos de racismo en nuestras sociedades. Razones y motivaciones de sus actos son dos elementos interrogados sobre el niño en cada reflexión. Y justo allí, tejidos por un delgado hilo, encontramos dos problemas que orientan la disertación: la pobreza estructural del país -que logra confundir las mentes más lúcidas a la hora del juzgamiento- y la política criminal que deja de lado en su actuar los acuerdos internacionales en materia de tratamiento a la infancia y adolescencia, así como la revisión profunda de sus postulados a la luz de los hechos. 60 Por un lado, es un dato que en nuestra nación se espolea y trafica con recurrencia con ese «objeto» niño que la lógica tutelar le entrega a las ciencias y disciplinas surgidas en el siglo XIX, y es un hecho que las lógicas del mercado actual favorecen la promoción de infinitas formas de exclusión. Minas de carbón en condiciones deplorables, heladas jornadas de floricultura pagadas a precio de huevo, los basureros -además de la participación en grupos armados y en delincuencia común-, se han convertido en lugares habituales para el trabajo de niños. De otro lado, la política criminal, entra en confusiones cuando debe ocuparse de delitos tipificados en el código penal mismo dispuesto para adultos responsables, pero que, para el caso, han sido cometidos por niños con capacidad de comprender y aún de manipular los imaginarios de su acción: terrorismo, tráfico de armas y de estupefacientes, homicidio. Es aquí donde comienza una tensión respecto de la comprensión científica y las valoraciones morales, que deriva en un limbo normativo respecto de la justicia y los procedimientos que se deben aplicar en cada caso. Como quiera que se aprecie el juicio, lo cierto es que a los niños, víctimas o victimarios, ángeles o demonios, les corresponde una legislación que los trata con una compasión y un paternalismo vetusto que en nada favorece la consulta por la subjetividad en juego. Ahora, no es del todo general que el problema sociológico sea el que embarga al legislador, pues la pobreza cuenta ya sólo ocasionalmente para la determinación de la responsabilidad; sino uno de mayor connotación y alcance: la pesquisa amplia y argumentada por las causas del delito. Pues es a través de este impasse legislativo -que pone las causas en asuntos siempre exteriores, producto también de la velocidad misma de las leyes- por donde ingresan «modelos» teóricos con presunciones de verdad que prometen un andamiaje «científico», una psicología o una criminología generalmente, que eviten al juez la «patologización» del acto y en su lugar le permitan juzgar sobre elementos ciertos de la personalidad individual. NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Hoy en Colombia, aunque la CIN4, la nueva Carta política de Colombia de 1991 y la nueva ley de infancia y adolescencia (decreto 1098 de 2006), comienzan a abolir radicalmente la doctrina de «situación irregular» (donde el niño es tomado por la tutela del estado, para que sea el juez, desde su percepción, quien dicte en cada caso lo conveniente, por cuanto tutelar indica «menor que», «incapaz de»); todo un legado decimonónico, vestido con ropas para la ocasión, arremete de nuevo en contravía de los procedimientos de la cultura y las medidas proteccionistas promulgadas por estas nuevas leyes y convenciones. Desatendiendo, de paso, la premisa histórica de que fue por la vía de la infancia que se ‘engañó’ a los adultos -con la ayuda de la ciencia- para lograr perfilar una sociedad normalizada y productiva. Si bien en las nuevas teorías del derecho, se camina hacia la protección y garantías individuales del sujeto, apoyados en el principio de «interés superior del niño», no sucede igual en las costumbres. Nuestra investigación da cuenta de que cuando se invocan las causas y se perfilan análisis de carácter estadístico se pierde la particularidad, pues la vía del personalismo desconoce la escritura, el texto inconsciente que regenta al individuo, y los análisis estructurales, demandando estadísticas, desembocan rasgos claros de exclusión, hechos ya no sólo ligeros sino temerarios. 4. Ausencia de palabra: celeridad y temeridad. Todo el recorrido normativo, de distintas maneras, muestra la aversión que se tiene en el momento actual por dos las formas propias del lenguaje y las funciones de la palabra. Lo primero que destaca, y nosotros lo advertimos en el discurso jurídico, es la falta de historicidad de sus presupuestos5. El complejo tutelar denunciado, es un dato destacado. En segundo orden, la fascinación que alcanza el fenómeno del homicidio en algunos espíritus, siempre que del mismo, sus cifras resulten excepcionales y la pesquisa por sus causas marginal. En tercer lugar, los modos particulares de las entidades encargadas del niño, que buscan siempre su adaptación, la búsqueda de patterns de la conducta y la pesquisa por cómo mejorar las relaciones humanas, con el presupuesto implícito de que ello depende exclusivamente del ambiente. Por lo menos en éstas tres imágenes se enmarcan las miradas que se le hacen al niño homicida en Colombia: escándalo, caso para la tutela y objeto de la protección, sobre los cuales se filtra el sesgo de un determinismo social y un desarrollismo que alucina. Frente a lo anterior, es precisa la cita de Lacan cuando dice: «nada podría extraviar más al psicoanalista que querer guiarse por un pretendido contacto experimentado de la realidad del sujeto. Este camelo de la 4 Convención Internacional de los Derechos del niño. Adoptada y abierta a la firma y ratificación por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en su Resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989. Entrada en vigor: 2 de septiembre de 1990, de conformidad con el artículo 49 * Interés superior del niño» Para definir tan complejo principio, emanado de todas las convenciones mundiales respecto de la infancia y la adolescencia, la Corte Constitucional ha perfilado las siguientes líneas: «(…) se trata de un principio de naturaleza constitucional que reconoce en los menores una caracterización jurídica especifica fundada en sus derechos prevalentes y en darles un trato equivalente a esa prelación, en cuya virtud se los proteja de manera especial, se los defienda ante los abusos y se les garantice en desarrollo norma y sano por los aspectos físico, psicológico, intelectual y moral, no menos que la correcta evolución de sus personalidad (Sentencias T-408 del 14 de septiembre de 1995 y T-514 del 21 de septiembre de 1998. Sentencia C1064 de 2000). 5 Jacques, Lacan. Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis. Madrid: Escritos I. Siglo XXI, pp 240-244 61 Este asunto es lo que Lacan convoca como el denominado Factor C, de ciertas sociedades, con el cual se invocan características DE INVESTIGACIÓN particulares de un grupo social, en el cual es prevalente el antihistoricismo de sus procesos. DE INVESTIGACIÓN Temeridad ... CesarSánchez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. psicología intuicionista, incluso fenomenológica, ha tomado en el uso contemporáneo una extensión bien sintomática del enrarecimiento de la palabra en el contexto social presente»6. Si seguimos analizando esta idea, más allá de la realidad, encontraremos que la palabra siempre remite a Otro escenario desconocido por el sujeto y daremos cuenta de que ella, la palabra, incluso en el máximo de su desgaste conserva el valor de tesera, de contraseña. Creo que la indicación amplia, desde Freud hasta Lacan, es evitar convertir en apólogo un simple relato del sujeto; en prosopopeya una interjección o en una declaración compleja un simple lapsus del paciente. Pues por esa deriva se cae en uno de los extremos de la experiencias del psicoanálisis, que Lacan ha denominado «de palabra vacía» y con el cual nombra «aquella situación en la cual el sujeto se dirige a alguien (que aunque se le parezca hasta la confusión) que nunca se unirá a él en la asunción de su deseo». De este modo, el otro extremo, corresponde a aquel donde quien escucha se compromete con la historia, con la casuística, con el proceso general de la cura, el mismo que ha denominado de palabra plena. Tener esto presente es toda una reorientación posible a los marcos normativos que o bien no dan la palabra o bien la dan y la quitan a través de sus representantes. Es indicar que de la verdad del sujeto no se puede saber por tercera mano, no es y que en el estado de cosas actual, no es por la vía del tutor, del juez de menores o de los representantes del estado, que podríamos lograr un asentimiento subjetivo en el niño homicida, ni del sujeto en general. Ahora, si la ley es efectivamente garantista, ha de procurar un marco de lectura diverso para entender el sujeto y no valerse, simplemente 62 NUEVO DERECHO Nº 3 6 7 de los llamados métodos científicos para el reconocimiento de la personalidad, pues una pesquisa más juiciosa de lo que ambas nociones implican –ciencia y personalidad respectivamente- no da por resultado más que un mito y una superficie que poco dice de los procesos psíquicos más íntimos del hombre. La pregunta obligada es qué es pues el sujeto del que venimos hablando. Dos noticias simples emergen. uno, que el sujeto va mucho más allá de lo que el individuo experimenta subjetivamente; dos, que en el orden del sujeto lo que se juega está expresado en la parábola donde se le pregunta a Cristo ¿quién eres tú?, a lo cual responde «ni más ni menos que eso que os vengo diciendo»7 . En ese punto se encuentra cifrada la ausencia de sujeto en la contemporaneidad, y en el marco de las leyes es explicito, el niño no habla porque un tutor o un funcionario lo representa y en los casos extremos él puede decidir no hablar de su acto. Finalmente, tengo la idea de que los niños, ante este cuerpo tutelar actual, son emplazados moralmente para que hagan ante el funcionario de turno una estereografía (proyección en un plano) de la realidad social, y no para que interroguen una enigmática relación de la pulsión con su objeto, con su plus de gozar. En otras palabras con la repetición insistente de actos contra sí mismo y contra el semejante, que los rehabilitadotes y reeducadores, así como muchos legisladores, no quieren escuchar. De esta suerte de apólogos morales surge en Colombia la necesidad de fortalecer la política criminal, y el aumento de la burocracia con abundantes cuotas de servidores públicos sordomudos de esos que «sólo cumplen la norma». Es en este punto, entonces, donde se junta la temeridad del sujeto con la celeridad legislativa. Ibíd, p 242 Ibíd., p 255 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Bibliografía. Echavarria, R. Andrés Eduardo. Revista Desafíos. Páginas: 279-318. Bogotá. 2007. Lacan, Jacques. Introducción teórica a las funciones del psicoanálisis en criminología. Madrid: Escritos I, siglo XXI Editores, 1997. ____________ Más Allá del principio del placer. Madrid: Escritos I, siglo XXI editores, 1997. ____________Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis. Madrid: Escritos I. Siglo XXI editores, 1997. Nietzsche, F. La Genealogía de la Moral. Madrid: Alianza Editorial, 2002. Kertész. Imre. Un instante de Silencio frente al paredón. Barcelona: Herder, 2002. 63 DE INVESTIGACIÓN DE INVESTIGACIÓN Temeridad ... CesarSánchez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 64 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. ¿Bien jurídico o mal jurídico? Algunos planteamientos sobre el bien jurídico* Geovana Andrea Vallejo Jiménez** Maria Mercedes Suárez Ramírez*** «¿Cómo voy a Salvar la Amazonia? ¿Con el Código Penal? No! Eso es absurdo. Con el Código Penal no puedo resolver nada. ¿Qué resolvió el hombre en la historia con el Código Penal? Emergencias. Las brujas, los herejes, la tuberculosis, la sífilis, la droga ¿Resolvió alguna cosa? No resolvió nada, absolutamente nada. Algunas se resolvieron por sí mismas, el tiempo las disolvió. Otras fueron resueltas por otros medios, la tuberculosis por la citomicina, la sífilis por la penicilina, los herejes ya no son problema, la droga no la resolvió nadie. Pero el Código Penal, la ley penal, la Inquisición, no resolvió nada. Sí ejerció poder, pero para otros fines». ZAFFARONI Resumen. La finalidad que persigue el Derecho penal siempre ha sido objeto de múltiples y variadas discusiones en la dogmática jurídico penal y en la política criminal. Por regla general, la finalidad del Derecho penal termina siendo definida dependiendo de cómo se entienda al servicio de quien debe estar éste, es decir, si debe estar al servicio del Estado o al servicio del ciudadano. Por lo anterior, en este artículo se tratará en forma concisa de hacer un recuento histórico del concepto de bien jurídico y su influencia como fundamento teleológico del Derecho Penal. Abstract. He purpose that pursues the penal Right has always been object of multiple and varied discussions in the dogmatic one juridical penal and in the criminal politics. For general rule, the purpose of the penal Right finishes being defined depending he/ she understands each other that is to say to the service of who this should be, of how, if it should be to the service of the State or the citizen’s service. For the above-mentioned, in this article it will be in concise form to make a historical recount of the concept of very juridical and their influence as foundation teleological of the Penal Right. Palabras clave: Bien jurídico, lesividad, relevancia social, norma, Estado, Derecho, sociedad. Key words: Very juridical, harmfulness, social relevance, norm, State, Right, society. Introducción Como producto del proyecto de investigación «Fundamentación epistemológica de la línea de investigación en Derecho Penal para la IUE», que en la actualidad se adelanta en desarrollo de la 3ª convocatoria del SIUNE, se ha venido elaborando una revisión documental de tipo * Este artículo es producto del proyecto de investigación: «Fundamentación epistemológica de la línea de investigación en Derecho Penal para la IUE» que en la actualidad se adelanta en la Institución Universitaria de Envigado y ha sido aprobado y avalado por el sistema de investigación SIUNE. ** Investigadora principal del proyecto, abogada y docente investigadora de la facultad de Derecho de la Institución Universitaria de Envigado, Especialista en Derecho Penal de la Universidad Eafit y doctoranda de la Universidad de León (España). *** Estudiante de formación en investigación de la facultad de Derecho y Ciencias políticas y jurídicas de la Institución DE 65 INVESTIGACIÓN Universitaria de Envigado. DE INVESTIGACIÓN Bien Juridico ... Geovana A. Vallejo María M. Suárez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. de estado del arte, que pretende dar cuenta de las diferentes ópticas que asumen algunas universidades del Departamento de Antioquia –Universidad de Medellín, Universidad de Antioquia y Universidad Eafit– frente al qué se debe estudiar y cómo entender el Derecho penal de nuestra sociedad. Pese a que cada uno de los grupos de investigación de las universidades objeto de estudio, asumen orientaciones disímiles frente a la forma de cómo entender y superar los problemas de dogmática y política criminal que giran en torno al Derecho penal, así por ejemplo: la Universidad de Medellín ha venido asumiendo una postura agnóstica hacia el ejercicio del poder punitivo para así plantear un saber penal configurado desde la persona real, con la intencionalidad de limitar y reducir el ejercicio de ese poder punitivo irracional, selectivo y destructivo. La Universidad Eafit se inclina por un funcionalismo moderado aunado al garantismo neoilustrado y la Universidad de Antioquia asume una postura mixta ubicándose entre el abolicionismo y el garantismo penal. Ahora, pese a estas diferencias llama especialmente la atención la insistente coincidencia respecto de la necesidad de reivindicar el bien jurídico como finalidad del Derecho penal. Por ello, teniendo en cuenta este coincidente hallazgo y la variada discusión que por años se ha venido presentando frente a este tema, surge la idea de realizar este artículo, que de forma simple, pretende mostrar el desarrollo histórico y doctrinal del bien jurídico y su importancia como fundamento teleológico del Derecho penal, en aras de adoptar una posición que puede llegar a coincidir o no con la propuesta de estas universidades, es decir, reivindicar el bien jurídico como finalidad del Derecho penal. Muchos autores reconocen que el concepto de bien jurídico fue, es y será susceptible de todo tipo de manipulaciones, de hecho en sus orígenes se le atribuía como función legitimar el poder y servir de objeto para que los grupos que detentaban éste permanecieran en él1, contrario sensu a como debe ser mirado en el contexto de un Estado social y democrático de Derecho, es decir, el bien jurídico como fundamento limitador del ejercicio del poder punitivo. La relación del bien jurídico con el Derecho penal siempre ha sido compleja, pues si bien es cierto que el Derecho penal tiene como función la protección de bienes jurídicos, éste no tiene porque proteger absolutamente todos los bienes jurídicos –la moral, la política, la religión, la economía, el medio ambiente, etc., sino aquellos que mayor relevancia social tengan y que su lesión presente una verdadera amenaza o dañosidad; ésto en virtud de que al Derecho penal al reconocérsele su carácter violento, se le otorga la característica de ser la ultima ratio del Derecho –carácter fragmentario y subisidiario-, de tal manera que los bienes jurídicos penales han de verse como concreciones de los intereses reales de los individuos y no de los gobernantes, pero no obstante la desconfiguración y el manejo indiscriminado que se le ha dado al bien jurídico como objeto de protección del Derecho penal, hace que surjan interrogantes como ¿A quién realmente proporciona un «bien jurídico» el bien? … ¿al gobernante o a la sociedad? Por lo anterior, es pertinente retomar resumidamente la historia de éste instituto, podría decirse enigmática, y como dicen algunos autores abstracta2, que precisamente por éste calificativo no deja de lado su carácter de figura fundamental del ius puniendi o poder de castigar del Estado. Gonzalo D., Fernández. Bien jurídico y sistema del delito. Buenos Aires: BdeF, 2004. Prólogo. Fernando, Velásquez Velásquez. Manual de Derecho Penal. Parte general. Bogotá: Temis, 2004. p 278. También en HormazabaL, Hernán, Bien jurídico y Estado social y democrático de derecho. Barcelona: PPU, 1991. p 31 1 66 NUEVO DERECHO Nº 3 2 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 1. El bien jurídico en el Derecho penal contradicciones sobre todo en lo que se refiere a su concepto, naturaleza y finalidad. La norma jurídica, o perspectiva de lo normado, de acuerdo con los postulados de Habbermas3, es el reflejo de la sociedad misma, reflejo de sus problemas de comunicación; de ahí, la importancia de introducirnos en la tarea, no fácil de identificar en la legislación: qué indican los bienes jurídicos, qué tutela el legislador en la norma penal, qué valores comunes plasmados en la voluntad del legislador rigen o si, simplemente, son valores que derivan única y exclusivamente de la voluntad de intereses de los órganos del poder. 1.1. La teoría del bien jurídico penal para los clásicos La triangulación Derecho penal-delitobien jurídico, es imprescindible. El Derecho penal encuentra su razón de ser en la necesidad de protección de bienes jurídicos que se han visto afectados por la comisión de un delito que ha causado daño, lesión o amenaza a los bienes jurídicos protegidos. El delito surge como resultado de los diferentes conflictos suscitados por la convivencia social, es así que, dichos conflictos generan daños a las personas o a sus intereses o cosas, a estos daños los llamamos delitos y el objeto sobre el cual recae ese daño es simplemente lo que se denomina bien jurídico. En puridad, el Derecho penal se dinamiza porque el Estado utiliza el Derecho penal para proteger ciertos «bienes» ó «cosas» del hombre y es aquí donde obtenemos lo jurídico del «bien Jurídico», al normativizarse las conductas dañosas por el legislador. No obstante, pese a la importancia que reporta el bien jurídico para el Derecho penal, éste ha sido objeto de discusiones doctrinales a lo largo de su historia, donde nos podemos encontrar bien sea con coincidencias o Un primer acercamiento al concepto de bien jurídico podemos encontrarlo en el mismo concepto de delito, ya desde 1764, en la obra de Beccaría, se logran ver algunos rasgos característicos del bien jurídico a través del concepto de delito, al concebirlo como «el daño hecho a la sociedad»4. Sin embargo, aún no existía un concepto claro acerca de bien jurídico y éste se deducía de palabras como «dañosidad social» y «lesividad», que en última instancia debían recaer sobre algo que fuera alterable, a ese algo se llamaría más adelante bien jurídico. Desde 1801 Feuerbach, identificó los derechos subjetivos como objetos de protección penal, sobre ésta base los jerarquizó y comienza a nacer, sutilmente, la idea de bien jurídico. El pensamiento de Feuerbach, producto de la ilustración, estuvo íntimamente relacionado con la declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano en 1789. Su concepto de ilícito se fundamentó en «una acción contraria al derecho del otro, conminada en una ley penal»5. Todo esto se tradujo en una considerable limitación del ámbito de lo punible, lo que implicaría más tarde entender la teoría del bien jurídico como función puramente limitadora del ejercicio del ius puniendi. Pero, realmente, es en 1834 con Birnbaum que se acuña el término bien jurídico. Birnbaum criticó a Feuerbach y adujo que el delito no solamente lesionaba derechos subjetivos, sino bienes. El objeto del ilícito, Jurgen, Habbermas. Facticidad y validez. Sobre los paradigmas jurídicos y la teoría del derecho como elementos de un modelo social de Derecho. Madrid: Trotta, 1992. p 238. 4 Cessare, Beccaría. De los delitos y las penas, Bogotá: Esquilo Ltda., 2006. p 26 ss. 5 Sobre la importancia de Feuerbach en los prolegómenos del derecho penal moderno véase Eugenio, Zaffaronni, / Irma, DE 67 INVESTIGACIÓN Hagemeier. Tratado de Derecho Penal común vigente en Alemania II, 14ª. Buenos Aires: Hammurabi, 1989. p. 150 ss. DE INVESTIGACIÓN 3 Bien Juridico ... Geovana A. Vallejo María M. Suárez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. por tanto, según él, correspondía a la lesión de un bien y no de un derecho. Rechazaba que el delito consistiera en la lesión de derechos subjetivos. Para Birnbaum, los bienes jurídicos eran producto de la naturaleza de las cosas, es decir, los bienes jurídicos estaban más allá del Derecho, en una esfera prejurídica y, por tanto, no se debían confundir con el derecho. En esta instancia podría pensarse que el bien jurídico comienza a tener relevancia e importancia para el Derecho penal, y su contenido es reconocido como parte inherente de la sociedad y no de la imposición gubernamental; sin embargo, Birnbaum no alcanza a definir el contenido del bien jurídico, aunque se le reconoce el contexto liberal y limitador de la punibilidad que trato de darle al concepto y que hoy día es reconocido por la modernidad. En 1872, Binding y el positivismo jurídico, consideraban que el Derecho penal estaba conformado por normas imperativas y leyes racionales creadas por el Estado. El delito era contravenir estas normas, o sea contrariar al Estado mismo y su derecho subjetivo -en la actualidad estas ideas son recuperadas por Jakobs quien ve en el delito una contradicción con la norma-. Consideraban que todo lo valioso para la vida del hombre, es decir, para su desarrollo en comunidad conformaba el bien jurídico y estos valores los dictaba el legislador. Su propio límite era el mismo Estado. Es así que para Binding, toda norma encerraba en si un bien jurídico y contradecir la norma era violentar el Estado mismo. Era pues, el bien jurídico para el positivismo jurídico el elemento de poder del derecho, el elemento legitimador del poder del Estado, la persona en si era sólo súbdito de la norma6. La creación de la norma y el qué se debía proteger, dependían de una valoración propia y privada del legislador. Así entonces, esta teoría genera una tensión con la propuesta de Birnbaum que veía el bien jurídico a partir de objetos prejurídicos, mientras que Binding 68 NUEVO DERECHO Nº 3 6 7 desplaza el origen de los bienes jurídicos a una creación abstracta del legislador y en si legitimadora de su poder, y en ese sentido es simple preguntarse ¿cómo podría entonces limitarse la potestad punitiva del Estado si en definitiva la teoría del bien jurídico respondería a una decisión política? Ante el oscuro panorama que plantea Binding, y que le daba un vuelco total a la propuesta inicial de bien jurídico, surge la propuesta crítica y reformista de Von Liszt que retoma lo que ya se venía diciendo en 1834, es decir, el pensamiento acerca del bien jurídico puramente naturalista y teleológico. Decía Von Liszt que el Derecho penal proteja cosas concretas, es fin de éste. Liszt parte de postular que el bien jurídico no es un concepto únicamente jurídico, sino una creación de la vida, un interés vital del individuo o de la comunidad, al cual el derecho titula o le da categoría de bien jurídico. Liszt afirma pues, que el bien jurídico es el interés jurídicamente tutelado, o sea, las condiciones vitales del individuo amparadas por el derecho. La norma penal y la pena pública, como reacción del Estado, tienen por misión defender el bien jurídico. Postula que el Derecho penal se debe poner al servicio de la protección de bienes jurídicos pues, «el bien jurídico no es un bien del derecho, sino un bien de los hombres, un reflejo de la realidad social en el mundo jurídico» 7. Esta definición permite ver la norma penal, no ya como la creadora del bien jurídico, sino como mensajera de la función de protección del Estado a la sociedad. Tal y como acertadamente lo manifiesta Luzón Peña «Esta perspectiva (refiriéndose a Von Liszt) permite limitar el ius puniendi, exigiendo que sólo se creen tipos penales cuando se vean afectados concretos bienes jurídicos personales o sociales, y no simplemente cuando una conducta sea inmoral o desviada respecto de las pautas sociales mayoritarias, y criticar y pedir la reforma del Derecho Juan, Bustos Ramírez. Introducción al Derecho penal. Bogotá: Temis, 1986. p 130. Cfr. Franz, Von Liszt. Tratado de Derecho Penal. Parte general, 18ª. Madrid: Reux, 1926. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. positivo cuando la ley haya creado tipos que realmente no protegen ningún bien jurídico concreto»8. Es así, como se va reconociendo el carácter de relevante al bien jurídico para que sea objeto de protección del Derecho penal y se restablece el fin del Derecho penal como protector de bienes jurídicos – individuales o colectivos, pero relevantes- y no de normas penales. Posteriormente, vienen los Neokantianos dejándose envolver en la pugna de si el derecho era ciencia social o ciencia cultural, discusión que era generada por la reacción antipositivista y el cientificismo que imponían los positivistas, tratando a como diera lugar, en las ciencias sociales y especialmente en las jurídicas, de aplicar el método experimental de las ciencias naturales. Rickert, Emil Lask, Mayer y Sauer, incluían al Derecho entre las ciencias culturales. Los neokantianos, según explicaciones de Hormazabal9, renunciaron a la búsqueda de la cuestión garantista liberal del bien jurídico y en su lugar centraron su atención en una función teleológica del concepto. Miraban si éste tenía la capacidad de ser un objeto de interpretación a partir de su fin de protección, lo que era apenas lógico partiendo de que consideraban que el Derecho era una ciencia de valores, una ciencia cultural y por lo tanto la lesión a un bien jurídico era una lesión a esa cultura social. Los neokantianos como se puede ver le otorgan al bien jurídico un valor de principio teleológico afirmando: «El bien jurídico no es una cosa, persona o situación, tampoco un ente ideal, sino una categoría abstracta, no susceptible de ser delimitada materialmente, que traduce el fin de la norma, la ratio-legis que debe orientar-desde el telosla interpretación de los tipos». Mezguer, continuando con los postulados neokantianos y de causalismo valorativo, plantea el bien jurídico como un especial objeto de protección. El representante del concepto neoclásico del delito argumenta simplemente que en el bien jurídico se posee, reducido a la fórmula mas sencilla, «el valor objetivo al que la ley penal concede su protección». Como se observa, la posición de Mezguer no se mueve de considerar el bien jurídico dentro de su fin, de su telos, como un valor apoyado expresamente en la ley y remitido exclusivamente a la ley. Por tanto si es un valor tendría connotación abstracta, no como objeto concreto sino como un valor objetivo, conceptos que influirían después en la formulación de su teoría acerca del injusto penal en la teoría neoclásica del delito. Dice categóricamente que «es la línea directriz determinante en la interpretación del tipo penal»10. Consideramos que a partir de la propuesta de los Neokantianos y de Mezguer, se concreta la función interpretativa del bien jurídico, en el sentido de que el bien jurídico desempeña un papel de suma importancia al momento de valorar e interpretar el sentido y la finalidad protectora de los tipos penales, a tal punto que algunos comportamientos puedan quedar excluidos de responsabilidad penal, por falta de antijuridicidad, porque aunque aparentemente encajen dentro del tipo penal, no lesionan o amenazan realmente el bien jurídico. Por último, dentro de este recorrido histórico por los clásicos, no podemos olvidar la escuela de Kiel, que surge como complemento del irracionalismo Nazi, y que en lo referente al Derecho penal postulan conceptos aislados, métodos intuitivos acordes para hacer ver al Derecho como producto del sentimiento del pueblo Alemán. Recordemos como los penalistas Nazis en forma arbitraria destrozan la teoría del delito, que se tenía hasta entonces y nuevamente generan gran polémica frente a la forma de cómo entender el bien jurídico y si realmente Diego, Luzón Peña. Curso de Derecho Penal I, Madrid: Universita, 1996. p 326. Malaree, Hormazabal. Bien Jurídico. Santiago de Chile: Editorial jurídica Conosur, 2ª, 1992. p 63. 10 Edmund, Mezguer. Tratado de derecho penal, Madrid: Revista de Derecho Privado, 1955. p 334. 8 9 69 DE INVESTIGACIÓN DE INVESTIGACIÓN Bien Juridico ... Geovana A. Vallejo María M. Suárez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. la finalidad del Derecho penal se centra en la protección de bienes que son importantes para el individuo o si la finalidad es la protección de bienes que se considera son relevantes para el Estado y sus gobernantes. Según lo dicho por Jiménez de Asúa11, toman un modelo penal voluntarista, la emprenden contra el bien jurídico, argumentan su inutilidad con el fin de alejar obstáculos contra la expansión Nazi. Sus representantes Smitch, Shaffstein, Dahm, Gallas, Sieggert, sostienen que el bien jurídico es un dogma insostenible y terminan utilizándolo como un objetivo del nacionalsocialismo, mostrando que quien violente bienes jurídicos, violenta al Estado mismo expresando significativamente su oposición hacia la sociedad. El bien jurídico es utilizado así revestido de tintes totalitarios conocidos que lo desvirtuarían como categoría limitante del poder de castigar del Estado, el bien jurídico mirado de esa forma, ya no protege a los ciudadanos, sino que nuevamente se reduce a la protección de imperativos normativos, la norma se protege contra los ciudadanos y un ataque de los ciudadanos contra la norma, es un ataque contra el Estado. Lo hasta aquí visto, muestra que los antecedentes históricos de la figura del bien jurídico proliferan en una controversia acerca de la naturaleza del concepto, es notable que no existió un consenso frente a la razón de ser del bien jurídico en el Derecho penal, son posturas que se debaten entre la necesidad del bien jurídico como fundamento protector del individuo, de la sociedad, y su utilitarismo estatal para lograr un ejercicio ilimitado del ius puniendi. Por lo tanto, veamos ahora, si la doctrina contemporánea ha logrado ponerse de acuerdo frente a las vicisitudes que presenta la teoría del bien jurídico. 1.2 El bien jurídico en la doctrina contemporánea. La época contemporánea, en el período de posguerra, mostró afortunadamente un norte en la dogmática penal, aplicable por consiguiente a la teoría del bien jurídico; que consistió en regresar a la filosofía del Derecho, retomar las fuentes del derecho natural y revivir los valores, tan arrasados luego del marcado positivismo jurídico, aplicado a cabalidad en la legislación nazi y que actuando jurídicamente «bajo el imperio de la ley» llevaran a cabo atrocidades humanas de alcances inolvidables. Como consecuencia del totalitarismo Nazi, el mundo jurídico se vuelca sobre la protección de los derechos fundamentales y el realce de los valores, resurge con fuerza el constitucionalismo y sobre estas consideraciones se dan los nuevos planteamientos en dogmática penal. Es atribuible a Welzel el giro importante que le imprime al Derecho penal al formular una fundamentación filosófica basada en los Derechos humanos, como límites de la arbitrariedad legal del Estado12. Welzel decía que el bien jurídico es un bien vital de la comunidad o del individuo, que por ser tan significativo socialmente es protegido jurídicamente, reconociéndole así al Derecho penal una función ético-social de connotable importancia. Esta función social, decía «es de tal importancia en la vida social que incide en ella y de ella recibe consecuencias»13. Welzel se centra en el valor ético-social de la acción y el correlativo desvalor de acto, distingue entre la lesión de la norma que es donde reside el desvalor de acto de la Luís, Jiménez de Asúa. El Criminalista «Derecho penal totalitario en Alemania y el derecho penal voluntarista», VII. Argentina: Tipográfica, 1947. p 61 y ss. 12 Hans, Welzel. Introducción a la filosofía del derecho, Derecho material y justicia material, 2ª. Madrid, 1974. p 257. 13 Hans, Welzel. El Nuevo sistema del Derecho Penal. Buenos Aires: BdF, 2001. p 106. 11 70 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. conducta y la lesión del bien jurídico que es donde reside el desvalor del resultado del comportamiento antijurídico14. En realidad para Welzel los bienes jurídicos no tenían una función autónoma dentro del derecho penal, no le interesaban, sino que privilegiaba los contenidos ético-sociales del desvalor de acto por encima del valor de resultado, estas consideraciones le valieron el rechazo de algunos que veían en estos contenidos éticosociales un punto de quiebre en la escuela finalista. En función pues de esa finalidad éticosocial que Welzel le asignaba al derecho penal, los bienes jurídicos los definía como «bienes vitales de la comunidad o del individuo y que por su significación social eran protegidos jurídicamente» 15. Como podemos ver, aunque Welzel no desconocía el bien jurídico, si le asignaba una función subsidiaria dentro de la norma penal, de hecho Roxin considera que confunde entre medios y fines: «En efecto, la estabilización de las normas en la conciencia de la comunidad pertenece, sin duda, como «prevención general positiva», a los cometidos del Derecho penal, y no a otra cosa conducen las formulaciones de Welzel. Pero la creación de respeto a la vida o propiedad ajena, etc., naturalmente no se produce como fin en si mismo, sino para evitar daños a bienes jurídicos; como lo que sólo es medio para el fin de la protección de bienes jurídicos»16. Aunque no se pueden dejar de reconocer los importantes aportes de Welzel en lo que a la teoría del delito se refiere, creemos que respecto del bien jurídico realmente no hace un aporte, sino que retoma orientaciones del positivismo jurídico, aunque no trata el bien jurídico de manera tan drástica como si lo hacía Binding –pues al menos le reconoce un efecto subsidiario-, el sólo hecho de darle prevalencia a la norma jurídica por encima del bien jurídico, desarticula el 14 15 16 17 18 carácter limitativo del ius puniendi que ofrece el bien jurídico y traslada dicha función a la norma jurídica, desconociendo de esa manera el carácter teleológico del Derecho penal. Por último, queda la postura asumida por los funcionalistas respecto del bien jurídico. Por un lado encontramos una teoría que procura reivindicar el concepto relacionándolo con la política criminal; por otro lado encontramos una doctrina que busca prescindir de éste. La primera de ellas es la expuesta por Roxin, quien en su libro de Derecho penal general pone de relieve que no se ha logrado precisar el concepto de bien jurídico de modo satisfactorio. Afirma también que «un concepto de bien jurídico vinculante político–criminalmente, solo se puede derivar de los cometidos, plasmados en la ley fundamental de nuestro Estado de Derecho basado en la libertad del individuo». De tal manera que, define los bienes jurídicos como «circunstancias dadas o finalidades que son útiles para el individuo y su libre desarrollo en el marco de un sistema social global estructurado sobre la base de esa concepción de los fines o para el funcionamiento del propio sistema»17, admite Roxin que ésta es una concepción puramente normativista «que no es estática, sino que dentro del marco de las finalidades constitucionales, está abierta al cambio social y a los progresos del conocimiento científico»18. Vemos, como Roxin si bien reconoce en la doctrina que propone, que existe un carácter normativista, siempre lo hace a través de la norma que se relaciona con las finalidades constitucionales, finalidades que provienen de realidades sociales respetando siempre los intereses de mayor relevancia para los hombres, intereses que son los que deben ser protegidos por el Derecho penal, pues en última instancia son los que pueden resultar lesionados o amenazados y requieren la intervención del Derecho penal. Hans, Welzel. Derecho penal Alemán, 2ª. Santiago de Chile: Jurídica de Chile, 1976. p 16 s. Ibíd., p 15. Claus, Roxin. Derecho Penal. Parte General I. Madrid: Civitas, 1997. p 69. Ibíd. p 56. Ibíd., p 57-58. 71 DE INVESTIGACIÓN DE INVESTIGACIÓN Bien Juridico ... Geovana A. Vallejo María M. Suárez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Sin embargo, al lado de esta postura funcionalista moderada, encontramos una postura funcionalista radical, cuyo máximo representante es Jakobs y quien en cambio ve el bien jurídico como algo secundario, toda vez que, según su teoría, la calidad de bien jurídico es otorgada por la norma y por lo tanto lo importante para el Derecho penal no debe ser la protección de bienes jurídicos, sino la vigencia de la norma, en tanto que, las normas constituyen la estructura de la sociedad, es decir, son la regulación del contenido de aquellas relaciones entre personas, de quienes sólo cabe esperar que cumplan y respeten el contenido normativo para lograr el establecimiento de la sociedad; así entonces, el delincuente no vulnera bienes jurídicos, sino que es infiel a la norma, al ordenamiento jurídico19. Por ejemplo bajo esta concepción cuando una persona comete un homicidio, no es que este vulnerando el bien jurídico vida, sino que esta siendo infiel al ordenamiento jurídico. Jakobs critica duramente a la doctrina mayoritaria que considera que el Derecho penal debe limitar su función de protección de bienes jurídicos a una mínima intervención: «Si lo decisivo es la protección de normas, y no de bienes predados, entonces según reza la objeción principal, puede protegerse cualquier orden normativo, sin consideración de su contenido, por medio del Derecho penal; el Derecho penal por consiguiente, perdería su potencial crítico. Esta objeción es errónea porque tampoco la teoría de la protección de bienes jurídicos conoce potencial critico alguno: lo que no existe no puede perderse».20 La critica que se le hace a Jakobs es una crítica similar a la que se ha venido haciendo a todos aquellos que ponen a la norma por encima del hombre, es decir, la construcción teórica de Jakobs le quita la función teleológica al Derecho penal de proteger bienes jurídicos que resulten relevantes para la sociedad y lo convierte en un simple objeto con el cual el Estado limita los comportamientos y pone a los hombres a merced de las normas. Hasta aquí hemos visto como la finalidad primordial del Derecho penal ha tenido que padecer serias dificultades, que van desde, la aceptación teórica del bien jurídico como fundamento teleológico del Derecho Penal, hasta pasar por la pervertida utilización donde se manipula indiscriminadamente en el ejercicio ilimitado del ius puniendi, hasta incluso tener que aceptar el desprecio valorativo que hacen de él algunos doctrinantes. Frente a lo esbozado, resulta imperioso adelantarnos un poco a nuestra conclusión, que consiste en algo muy simple: aceptar el bien jurídico como fundamento teleológico del Derecho penal y es que en un Estado social y democrático de Derecho lo mínimo que se puede hacer es buscar a través de éste la protección de los bienes jurídico de la sociedad, sin que se malentienda que al Derecho penal se le debe depositar la protección de todos los bienes jurídicos, el Derecho penal es última ratio y esa característica no fue otorgada gratuitamente, se hace porque se reconoce en él su carácter violento y por ende se establecen otros mecanismos de control social para que solucione los conflictos que por una vía menos conflictiva puedan hacerlo. Esta posición es precisamente a la que ha venido acudiendo la doctrina de las universidades del Departamento de Antioquia objeto de estudio. El bien jurídico es entendido como un límite y no como un mandato de criminalización, en tanto que, el Derecho penal sólo puede intervenir cuando se trata de reaccionar frente a las modalidades de ataque más grave para los bienes jurídicos, Cf. Günther, Jakobs. ¿Qué protege el Derecho Penal: bienes jurídicos o la vigencia de la norma. Mendoza: ediciones jurídicas cuyo, 2006. p 56. 20 Ibíd., p. 53. 19 72 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. de lo contrario serán otros mecanismos de control establecidos en los demás ordenamiento jurídicos los facultados para atender la protección de bienes jurídicos que ostenten menos dañosidad21. 2. ¿Pero, porqué «bien» y porqué «jurídico» el «bien jurídico»? Si se toma a Aristóteles, para él «bien era el Agathos, bien como fin, producto de una acción, de un acto. Definía Aristóteles la palabra bien como «aquello a que todas las cosas tienden» conocer ese fin, facilitaba conseguir ese fin22. Hoy, ¿cómo lo interpretamos?, es claro que si se superpone al Derecho Penal el bien de que habla Aristóteles, éste debe ubicarse dentro de una esfera prejurídica, es decir, anterior al Derecho y obviamente no se trataría de bienes creados por el Derecho, sino de bienes preexistentes a la ley penal, se trataría de bienes que están en relación con las personas, con su vida; bienes de los cuales somos titulares, que están ahí, anteriores al derecho y que existen aunque no existiese el Derecho. Si el Derecho es un objeto cultural y tiende al bien, la determinación entonces de la cuestión de qué bienes merecen protegerse penalmente dependerá lógicamente de una decisión política de los hombres, de hombres políticos que «idealmente» harían el bien (¿bien a quién?), decisión que obligatoriamente debe tener alcances sociales. Tal como lo decía Humboldt «dado que el Estado no puede perseguir otra meta última que la de la seguridad de los ciudadanos, solo le es lícito perseguir aquellas acciones que se oponen a la consecución de dicha meta»23 consecuentemente, «las leyes y, sobre todo las leyes que imponen la fuerza y limitan la libertad de los ciudadanos solo pueden resultar legítimas en la medida en que resulten útiles para alcanzar esas finalidades».24, es decir, el bien jurídico debe ser útil para alcanzar el bien de la sociedad y no el logro de conveniencias políticas. Estos planteamientos son reforzados por doctrinantes como Zaffaroni: «la tutela penal del bien jurídico, en la realidad y en lo jurídico, es un mito, producto de una alquimia jurídico penal. Una cosa es exigir como límite al poder punitivo que no se considere típico un comportamiento que no lesiona un bien jurídico ajeno, y otra, muy diferente, deducir de ello que ese bien jurídico está tutelado o protegido Cfr. González Zapata, Julio, Comentarios sobre una providencia del tribunal superior de Medellín acerca del Decreto 180/88, en Estudios de Derecho, Universidad de Antioquia, Nº 113-114, 1989; Gallego García, Gloria María, ¿Protección penal o criminalización de la libertad de conciencia?, en Estudios de Derecho, Nº 130, universidad de Antioquia, diciembre de 1998, p. 193 ss.; Sotomayor Acosta, Juan Oberto/ Gallego García, Gloria María, El dolo eventual en el código penal colombiano: entre limitaciones dogmáticas y exigencia político-criminales, en Revista de Derecho penal, Nº12, julio de 2001; Botero Bernal, José Fernando, Delitos contra el honor-Estudio crítico-Bases e iniciación de una teoría de la parte especial del Derecho penal objetivo- a luz de una dogmática realista-antropológica-, Bogota: Leyer, 2002, p. 95 ss.; Sotomayor Acosta, consideraciones político criminales y dogmáticas sobre el delito de interés indebido en la celebración de contratos, en Nuevo Foro Penal, Nº 65, universidad Eafit, mayo-agosto de 2003, p 129 ss.; Arias Holguín, Diana, La ayuda posterior mediando concierto previo o concomitante a la consumación del hecho punible en el Código penal colombiano, en Nuevo Foro Penal, Nº 61, universidad Eafit, abril de 2003, p. 87 ss.; González Zapata, Julio, ¿Se puede proteger la familia con el Derecho Penal?, en Estudios de Derecho, Universidad de Antioquia, Nº 137, julio 2003, p.95 ss; Botero Bernal, José Fernando, La conducta delictiva de constreñimiento ilegal y sus agravantes. A la luz de una dogmática realista antropológica, Bogotá: Leyer, 2003, p. 30 ss.; Botero, José Fernando, El obrar de manera distinta. Manifestación de la libertad en el Derecho penal, en intercambios de la Especialización de Derecho Penal, Nº9, Universidad del Plata, Argentina, 2005, p. 12; Botero Bernal, José Fernando, El Derecho penal para las sociedades periféricas americanas. Una propuesta para la América del Siglo XXI, en revista electrónica de doctrina y jurisprudencia en línea, octubre 4 de 2007, p. 17. 22 Aristóteles, Ética Nicomaquea, Madrid: Gredos, 1998. p 38. 23 Wilhelm, Von Humbolt. Los límites de la acción del Estado. Madrid: Tecnos, 1988. p 149. 73 24 Prieto Sanchis, Luís. Una perspectiva normativa sobre el bien jurídico, en: Nuevo Foro Penal, Nº 65: Universidad Eafit. DE INVESTIGACIÓN Agosto –Mayo 2003. DE INVESTIGACIÓN 21 Bien Juridico ... Geovana A. Vallejo María M. Suárez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. por el poder punitivo. Un bien jurídico merece protección o tutela jurídica, pero eso no es más que una redundancia, porque si no la tuviera no sería un bien jurídico. Claro, que esa protección o tutela es anterior e independiente de la ley penal: por lo tanto, la ley penal no crea bienes jurídicos, sólo exige su lesión como requisito para la habilitación del ejercicio del poder punitivo. Si la ley penal no fundamenta los bienes jurídicos, por ende, no decide la tutela. La ley penal se limita a seleccionar algunas conductas que los lesionan y a tipificarlas. En modo alguno con ello los protege o tutela. Aunque la ley penal no existiese, los bienes jurídicos seguirían siendo tales. El concepto de bien jurídico tutelado por el poder punitivo, en el plano de la realidad, poco o nada tutela a los bienes jurídicos y, en el plano jurídico tampoco los crea. Por ello la idea penal de bien jurídico tutelado es incompatible con el carácter fragmentario de la legislación penal y con su carácter sancionador. De éste modo, continúa ZAFFARONI «el mito del bien jurídico penalmente tutelado abre el camino para una criminalización ilimitada. Un concepto como el de bien jurídico, elaborado para que el juez límite el ejercicio del poder punitivo se ha pervertido convirtiéndose en un concepto que sirve para legitimar la reproducción de tipos penales».25 Concretando, el bien jurídico es legitimador de poder cuando presuponemos que detrás de toda lesión hay un delito. Si la pena es un acto de poder del Estado y ésta es un mal mayor, cuando un Estado en su actuación de protección encuentre la forma de llegar a una pena que sea un mal menor, entonces estará actuando y enarbolando una sola bandera: Los derechos fundamentales de la persona y consecuentemente dejará de anteponer un escudo protector y legitimador de su propio poder, es así que como resultado podrán entonces decir los Estados… «que tienen un Derecho penal mínimo acorde a su realidad y que efectivamente es subsidiario», para proteger y garantizar como se debe los verdaderos y reales bienes jurídicos de todos. 74 NUEVO DERECHO Nº 3 25 26 Conclusión. El concepto de bien jurídico, representa un verdadero elemento comunicacional entre el Derecho penal y la política criminal, pero tal y como lo percibimos pareciera proteger a los ciudadanos y a la vez al mismo legislador, es decir, se presenta el bien jurídico como un instrumento de doble vía en un Estado Social y Democrático de Derecho. Nos preguntamos ¿los intereses fuera del contexto interior y exterior del bien jurídico, favorecerán finalmente al legislador o a los ciudadanos? ¿Porqué causas y en qué medida? Y aún más… ¿Es entonces utilizado el «bien jurídico» como un poder legitimador o como un legitimador de poder? Bien dice Ferrajoli cuando habla de la «parábola involutiva» de la doctrina del bien jurídico, es decir, del paso de la tutela de derechos subjetivos a la tutela del Estado: «Los esfuerzos de la ciencia penal moderna se orientan, aunque sin grandes resultados, a la definición de éstos intereses con la vana pretensión de encontrarles un fundamento objetivo u ontológico. Los conceptos en los que , desde hace dos siglos, se han subsumido tales intereses y se ha identificado en distintas formas la cuestión de la lesividad son, más o menos, los de «daño criminal», «objeto del delito» y «bien jurídico», que designan respectivamente, la lesión de intereses, el interés lesionado y el interés protegido. Por ellos, la historia de estos conceptos coincide, en buena medida, con la historia moderna del concepto de delito. Y se caracterizan por una ininterrumpida expansión de su significado, simultánea al progresivo desvanecimiento tanto de sus referentes empíricos como de su función garante de los límites o condiciones que pueden justificar la prohibición penal».26 Ferrajoli quiere con estas palabras significar el proceso de perversión del Eugenio, Zaffaroni. Manual de derecho penal. Parte general. Bogotá: Temis, 2006, p 372. Luigi, Ferrajoli. Derecho y Razón. Madrid: Trotta, 2005. p 467 s. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. concepto bien jurídico, y que acorde con la realidad permite constatar que, desafortunadamente, se lo ha utilizado históricamente y se le utiliza hoy, no para reducir la potestad punitiva del Estado, no para atenuar la carga agresiva del Derecho penal, sino para justificar y legitimar cada nueva figura delictiva, ante cuya inminente sanción, los legisladores de turno corren presurosos a la «búsqueda» de un bien jurídico capaz de convalidar el tipo penal. Así, el bien jurídico pasa de ser un concepto limitativo y de control social a un poder de legitimación política de intereses tutelados, que conducen necesariamente a legitimación política de normas positivas, dando como resultando un prontuario de irregularidades y causales de atropello que conducen a evidentes comportamientos inmorales. Lo expuesto anteriormente en el artículo, en forma ineludible nos conduce a una sola premisa: los bienes jurídicos deben ser entendidos a partir de un núcleo central: El hombre y sus derechos fundamentales, pero en un contexto social propio acorde a la realidad propia de los estados. Deben legitimarse en la medida en que el hombre en su convivencia social así lo requiera, y siendo soñadores diriamos: lejos de intereses estatales y personales, de esta forma su protección penal se circunscribiría a un mandato mesurado. La legitimidad de una norma siempre conduce a saber cual es la legitimidad de un Estado 27 . Recordemos que los problemas de nuestra sociedad se plasman y se miden en el Derecho penal que construimos. A través de esa legitimidad habla la calidad de toda la administración de justicia en materia penal. No puede desconocerse entonces, como argumentaba Habbermas, que detrás de la norma penal se encuentra todo un proceso de identidad social. No obstante, el Derecho penal bajo la mira de «tutelar bienes jurídicos» indiscriminadamente ha olvidado el fin primordial del derecho: «el hombre interactuando con el hombre», Y bajo esa perspectiva el derecho ha declinado su razón de existir, de ser un medio para resolver conflictos, de ser el medio para llegar a un solo fin: el bien para el hombre. El bien jurídico ha sido la excusa jurídico penal para aumentar sin medida nuestra legislación penal, pensando quimeramente que así combatiremos el delito. Es en este punto que cabe preguntarnos entonces si es ese objeto llamado bien jurídico un «bien» jurídico o un «mal» jurídico. Bibliografía Arias, Diana, La ayuda posterior mediando concierto previo o concomitante a la consumación del hecho punible en el Código penal colombiano. En: Nuevo Foro Penal. Nº 61, 2003, pp. 61-89. Aristóteles, Ética Nicomaquea, Madrid, Gredos, 1998. Beccaría, Cessare De los delitos y las penas. Bogotá: Ed. Esquilo ediciones, 2006 (1764). Botero, José, Delitos contra el honorEstudio crítico-Bases e iniciación de una teoría de la parte especial del Derecho penal objetivo- a luz de una dogmática realistaantropológica-. Bogotá: Leyer, 2002. Botero, José, El Derecho penal para las sociedades periféricas americanas. Una propuesta para la América del Siglo XXI. En: Revista electrónica de doctrina y jurisprudencia en línea, 2007Bustos, Juan, Control social y sistema penal. Barcelona: PPU, 1987. 75 Mussig, Bernd, Desmaterialización del bien jurídico y de la política criminal, Bogotá Universidad Externado de Colombia. DE INVESTIGACIÓN 2001, p. 40-48. 27 DE INVESTIGACIÓN Bien Juridico ... Geovana A. Vallejo María M. Suárez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Bustos, Juan & Hormazabal, Hernán, Lecciones de derecho penal. Madrid: Trotta, 1997. Mezguer, Edmund. Tratado de derecho penal. Madrid: Revista de Derecho Privado, 1995. Fernández, Gonzalo, Bien jurídico y sistema del delito. Buenos Aires: BdeF, 2004. Roxin, Claus (1997). Derecho Penal. Parte general. Madrid: Civitas, 1997. Ferrajoli, Luigi, Derecho y Razón. Madrid: Trotta, 2005. Sotomayor, Juan & Gallego, Gloria, El dolo eventual en el código penal colombiano: entre limitaciones dogmáticas y exigencia político-criminales. En: Revista de Derecho penal. Nº12. pp. 7-30, 2001. Gallego, Gloria, ¿Protección penal o criminalización de la libertad de conciencia?. En: Estudios de Derecho. Nº 130. pp. 187 – 219, 1998. González, Julio, Comentarios sobre una providencia del tribunal superior de Medellín acerca del Decreto 180/88. En: Estudios de Derecho. Nº 113-114, 1989. ______________¿Se puede proteger la familia con el Derecho Penal?. En: Estudios de Derecho. Nº 137, 2003. Habbermas, Jurgen, Facticidad y Validez. Sobre los paradigmas jurídicos y la teoría del derecho como elementos de un modelo social de Derecho. Madrid: Trotta. Madrid, 1992. Sotomayor, Juan, Consideraciones político criminales y dogmáticas sobre el delito de interés indebido en la celebración de contratos. En: Nuevo Foro Penal. Nº 65. pp. 120-148, 2003. _______________Garantismo y Derecho Penal en Colombia. En: Jueces para la Democracia. Nº35. pp. 32-100, 1999. Welzel, Hans, Derecho penal Alemán. Santiago de Chile: Jurídica de Chile, 1976. Velásquez, Fernando, Manual de Derecho Penal. Parte General. Bogotá: Temis, 2004. Hormazabal, Malaree, Bien Jurídico. Santiago de Chile: Jurídica Conosur, 1992, Von Humbolt, Wilhelm. Los límites de la acción del Estado. Madrid: Tecnos, 1988. Jakobs, Günther, Derecho Penal. Parte general. Fundamentos y teoría de la imputación. Madrid: Marcial Pons, 1997. Zaffaroni, Eugenio, Manual de derecho penal. Parte general. Bogotá: Temis, 2006. ______________¿Qué protege el Derecho Penal: bienes jurídicos o la vigencia de la norma. Mendoza: Jurídicas Cuyo, 2006. Jiménez de Asúa, Luis. El Criminalista «Derecho penal totalitario en Alemania y el derecho penal voluntarista», VII, Argentina: Tipográfica, 1947. 76 NUEVO DERECHO Nº 3 Luzón, Diego, Curso de Derecho penal I, Madrid: Universitas, 1996. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 77 DE INVESTIGACIÓN DE INVESTIGACIÓN Bien Juridico ... Geovana A. Vallejo María M. Suárez AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 78 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. La oralidad como norma rectora y su implementación en la etapa de ejecución de la pena Nelson Saray Botero* PRIMERA PARTE 1. Problema jurídico Se trata de dilucidar como problema jurídico el siguiente: qué clase de actuación (escrito u oral) se ha de surtir en peticiones e impugnaciones de autos dictados por los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad adoptados en procesos culminados bajo la égida de la Ley 906 de 2004. El artículo 9° de la Ley 906 de 2004 expresa que «la actuación procesal será oral»; por su parte, el artículo 145 ibíd., consagra que «Todos los procedimientos de la actuación, tanto preprocesales como procesales, serán orales». Se debe dilucidar, entonces, cuál es la actuación preprocesal, y cuál es la procesal y a cuál de ellas corresponde la fase de ejecución de la pena. 2. Fase preprocesal Fase en la que no hay captura o bien no hay imputación de cargos (art. 126 Ley 906 de 2004) De entrada y sin que genere discusión alguna, la fase de ejecución de pena, definitivamente no puede motejarse como preprocesal. La ley de procedimiento ordena la conciliación preprocesal en el artículo 522 como requisito de procedibilidad para el * 1 Magistrado Sala Penal. Tribunal Superior de Medellín Código de Procedimiento Penal. Libro II, títulos I a VI. ejercicio de la acción penal, pues es una actuación que deberá realizarse antes de las audiencias preliminares. La querella y la petición especial, son condiciones de procesabilidad de la acción penal (art. 70 ibíd.). Recuérdese que la calidad de imputado se adquiere con la formulación de imputación de cargos «o desde la captura, si esta ocurriere primero» (arts. 126 y 286, ibíd.). En rigor técnico jurídico, la Fiscalía General de la Nación, primero debe adelantar actuaciones de indagación o investigación para luego ejercer la acción penal, ese debe ser el entendimiento correcto del artículo 66 Ley 906 de 2004. Así pues, la fase de ejecución de pena no es preprocesal, pues ya se ha terminado la investigación y se ha dictado sentencia de condena. 3. Fase procesal 3.1 Primera fase procesal El inicio de la denominada primera fase procesal se encuentra en el artículo 126 Ley 906 de 2006, esto es, con la captura o bien con la imputación de cargos en audiencia. Sobre esta primera fase o etapa, la Corte Constitucional en sentencia C-920 de noviembre 7 de 2007, expone: «La primera etapa, denominada de indagación e investigación 1 cuyo objetivo básico es la preparación del juicio, supone el conocimiento por parte de los sujetos e intervinientes, de la existencia 79 DE INVESTIGACIÓN ENSAYO La oralidad ... Nelson Saray AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. del proceso, quienes despliegan una actividad de recaudo de la evidencia y de los elementos materiales probatorios que pretenden llevar al juicio para respaldar sus posiciones procesales». Llega esta primera fase hasta la presentación del escrito de acusación. 3.2 Segunda fase procesal El canon 149 de la Ley 906 de 2004 indica que «Todas la audiencias que se desarrollen durante la etapa de juzgamiento serán públicas». La Corte Constitucional fija una fase intermedia o segunda fase en la actuación penal (Sentencia C-920 de 2007), así: «La etapa intermedia, se caracteriza por que una vez que las partes y los intervinientes se encuentran preparados, se presentan ante el juez con el propósito de buscar una aproximación al objeto del debate y una definición del marco en el que habrá de desenvolverse el juicio oral. Proceden al descubrimiento de los elementos de convicción recaudados en la investigación, a la definición de la aptitud legal y la pertinencia de los mismos para ser llevados a juicio, y a establecer acuerdos acerca de tópicos comúnmente aceptados y que por lo tanto no serán objeto del debate, a la vez que constituye un espacio para eventuales negociaciones entre fiscal y acusado2». La segunda fase o fase de juzgamiento, comprende el escrito de acusación, la audiencia de acusación, la audiencia preparatoria y el juicio oral. Así se indicó por la Corte Constitucional en sentencia C920 de noviembre 7 de 2007, al decir que «De acuerdo con la estructura y las denominaciones utilizadas por el legislador, tanto la etapa intermedia como la del juicio oral, propiamente dicho, conforman la fase de juzgamiento3, en tanto que una y otra se encuentran precedidas de una acusación formalmente presentada por la Fiscalía». 3.3 Tercera fase procesal El juicio oral y público constituye la tercera fase procesal (C-920 de 2007): «La tercera fase corresponde al juicio oral4, público, concentrado y con inmediación de la prueba, que gira sobre tres ejes fundamentales: la presentación de la teoría del caso por las partes, la práctica de las pruebas previamente decretadas por el juez, y la exposición de los alegatos por las partes e intervininientes. Concluido el debate se anunciará el sentido del fallo. En esta fase, como lo ha destacado la jurisprudencia de esta Corporación5 adquieren su mayor énfasis los rasgos adversariales del sistema». El juicio es público y oral y culmina con el proferimiento de la sentencia. 4. Fase de ejecución de la pena El título del Libro IV de la Ley 906 de 2004 es precisamente denominado «Ejecución de sentencias», que corresponde «a las autoridades penitenciarias bajo la supervisión y control del Instituto Penitenciario y Carcelario, en coordinación con el Juez de ejecución de penas y medidas de seguridad» (art. 459 Ley 906 de 2004). El canon 464 Ley 906 de 2004 indica que los aspectos relacionados con la ejecución de la pena y no regulados en la ley procesal se regirán por las normas del Código Penal y el Código Penitenciario y Carcelario. 2 80 NUEVO DERECHO Nº 3 Aunque la Ley 906 de 2004 no hace explícita referencia a una fase intermedia o transitiva, el Libro III (Título I a II, artículos 336 a 365), regula la acusación, la audiencia de formulación de acusación, (en la que se produce el descubrimiento de los elementos materiales probatorios y la evidencia física), la audiencia preparatoria y los preacuerdos y negociaciones, como el preludio de lo que será el juicio oral. Cabe aclarar que, a diferencia de lo que ocurre en otros sistemas, en el colombiano esta fase no está sometida a una valoración del juez acerca de la viabilidad del juicio oral. 3 El Libro III del Código se denomina «El Juicio», e incluye la presentación de la acusación, la audiencia de formulación de acusación, la audiencia preparatoria, y el juicio oral. 4 Título IV del Libro III. Arts. 356 a 454. 5 Sentencia C- 209 de 2007, MP, Manuel José Cepeda Espinosa, y C- 516 de 2007, MP, Jaime Córdoba Triviño. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Ni el Código Penal, ni el Código Penitenciario y Carcelario indican la forma en que se deben surtir las audiencias y los recursos una vez ejecutoriada la sentencia, así que se debe acudir al artículo 25 de la Ley 906 de 2006 sobre «integración» el que remite a las normas del Código de Procedimiento Civil. 5. Remisión a normas del procedimiento civil (art. 25 integración) 5.1 En este tema se debe acudir pues a las normas del proceso civil porque es el artículo 25 Ley 906 de 2004 el que así lo dispone; y, por supuesto, como es apenas obvio, la remisión se hace a un tema concreto y especifico para llenar el vacío y no a una remisión general y abstracta. Las normas que se pueden aplicar son los artículos pertinentes del título de los «recursos» (artículos 348 y ss del CPC, modificados por el Decreto 2282 de 1989). 5.2 Esa remisión a la legislación civil se ha cumplido pacíficamente en tema como el desistimiento del recurso de apelación no expresamente consagrado en la Ley 906 de 2004 como sí se hizo para el desistimiento de la casación y la revisión (art. 199 Ley 906 de 2004). De no actuarse de tal jaez, no se ve cómo es que se acepta el desistimiento de apelación en el sistema acusatorio penal cuando no está expresamente consagrado. 5.3 Igual sucede con el trámite del recurso de reposición y en subsidio el de apelación, no consagrado en la Ley 906 de 2004, pero que se ha admitido por remisión al inciso 2° del art. 352 del CPC, modificado por el art. 36 de la Ley 794 de 2003. En efecto, sobre el particular dijo la Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, en sede de tutela: «En materias no reguladas expresamente en ese Estatuto, se dice en su artículo 25, se aplican las normas del Código de Procedimiento Civil. Consiguientemente, de la misma manera como en consonancia con esa disposición cabe concluir que hay lugar al recurso de queja en el proceso oral cuando se nieguen los recursos de apelación o casación, se sigue que es pertinente interponer directamente el recurso de apelación o en subsidio del de reposición –ante el fracaso de éste—, acorde con el artículo 352 del Código de Procedimiento Civil, el cual establece que si la decisión se dicta en audiencia la apelación deberá proponerse inmediatamente de forma verbal, que el Juez la resolverá allí mismo y que esa impugnación se podrá interponer directamente «o en subsidio de la reposición». «Impedir la posibilidad de utilización de los recursos ordinarios contra una decisión que los tolere desconoce la naturaleza de un proceso regido por la oralidad, en el que el funcionario judicial permanentemente decide y las partes, como es propio de un debate, pueden inmediatamente pedir que se reconsidere y el Juez corregir un error que se le hace ver o persistir en su mandato. Si así es como suceden las cosas cuando existe controversia, no puede privarse al proceso de un instrumento de discusión como lo es el recurso de reposición, que básicamente tiene como función impedir que el caso vaya al superior cuando es posible superar alguna diferencia en el mismo instante en el que ella se presenta, con los efectos protectores propios del principio de pronta y cumplida justicia.6 5.4 Si en una determinada situación el juez no concede el recurso de apelación interpuesto siendo procedente, ¿qué actuación tiene el interviniente? En esta situación se debe acudir a las normas procesales civiles, concretamente al recurso de queja (arts. 377 y 378 CPC). El 81 6 CSJ. Sala Penal, Sentencia de Tutela, Rad. 28.680 de 12 diciembre de 2006 DE INVESTIGACIÓN ENSAYO La oralidad ... Nelson Saray AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. recurrente deberá entonces interponer reposición en contra de la decisión que deniega la apelación y en subsidio que «se expida copia de la providencia recurrida y de las demás piezas procesales conducentes del proceso» (art. 378 CPC). Esas copias no son otras que la grabación del acto oral (par. art. 146 Ley 906 de 2004), y mutatis mutandi, se seguirá el trámite del artículo 378 de la legislación procesal civil. 5.5 Otro caso donde se ha acudido a «otros ordenamientos procesales», por virtud del artículo 25 Ley 906 de 2004, es en los principios que gobiernan las nulidades. La Corte Suprema de Justicia ha acogido en varios pronunciamientos los principios de las nulidades de la ley 600 de 2000 al Sistema Acusatorio Penal. «En lo referente a la declaratoria de nulidad por falta de competencia del fiscal, la Corte considera que la solicitud del recurrente es improcedente de cara a los principios que orientan la declaración de las nulidades, dentro de cuales se destacan el de taxatividad y de trascendencia, previstos en la Ley 600 de 2000, cuyas normas son aplicables en este caso por virtud del principio de integración regulado en el artículo 25 del C. de P.P.»7. 5.6 Si se impugna en apelación un auto que no tiene expresamente consagrado el efecto en que se debe conceder según el artículo 177 Ley 906 de 2004, modificado por el artículo 13 de la Ley 1142 de 2007, ¿qué debe hacer el juez? Por virtud del artículo 25 del SAP, se aplica la regla general del procedimiento civil, en cuyo caso esa apelación se concede en el efecto devolutivo «a menos que la ley disponga otra cosa» (art. 354 CPC, modificado por el artículo 37 de la Ley 794 de 2003). 5.7 El Sistema Acusatorio Penal no puede tomarse en su más acabada teoría, pues el Congreso patrio tiene libertad de configuración en tema legisferante siempre y cuando respete los valores, normas y principios de la Carta, como lo ha reconocido la Corte Constitucional en múltiples providencias de constitucionalidad. En nuestro medio «no se adoptó un específico sistema acusatorio que de entrada permita advertir matriculada la Ley 906 de 2004, a los presupuestos que gobiernan la forma de tabular el proceso penal en los Estados Unidos o en el continente europeo (sistemas anglosajón y continental europeo). Todo lo contrario, en Colombia, existe una mixtura de sistemas que torna peculiar el procedimiento de la Ley 906 de 2004, aunque, desde luego, conserva el norte y principios básicos que permiten advertir su adscripción a la óptica acusatoria».8 Otras situaciones específicas: El recurso de apelación de la sentencia absolutoria, en un sistema puro acusatorio, no está permitido; sin embargo, nuestro legislador consagró expresamente esa posibilidad para el Fiscal, el Ministerio Público y el apoderado de la víctima (art. 177- 7 82 NUEVO DERECHO Nº 3 CSJ. Sala Penal. Sentencia de agosto 14 de 2008, Rad. 30.261, M.P. José Leonidas Bustos Martínez. Aunque en oportunidad anterior expresó la alta Corporación: «En lo concerniente a la invalidez de los actos procesales en el sistema penal acusatorio, la Sala en decisión del 4 de abril de 2006, radicado No 24187, definió que si bien es cierto que la nueva normatividad procesal penal no consagró expresamente los principios que orientan la declaratoria y convalidación de las nulidades como lo hacía la ley 600 de 2000, no implica que hayan desaparecido por ser inherentes a ellas. Conclusión a la que arribó interpretando las normas que las disciplinan de acuerdo con el fin que dirige la actividad del Estado a garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Carta Política, atendiendo que el debido proceso es uno de los derechos fundamentales de toda persona y que el principio de legalidad del trámite, el derecho a la defensa y la nulidad de pleno de derecho de las pruebas obtenidas con violación del debido proceso, son algunas de sus garantías, según el artículo 29 Superior. En consecuencia, los principios de taxatividad, protección, convalidación, instrumentalidad y de carácter residual seguirán rigiendo las nulidades como hasta ahora», Cfr. CSJ. Sala Penal. Sentencia de 6 de junio de 2007, M.P. Julio Enrique Socha Salamanca 8 CSJ. Sala Penal. Sentencia de 29 de julio de 2008, Rad. 28.961, M.P. Sigifredo Espinosa Pérez Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 1° Ley 906 de 2004, modificado por el art. 13 Ley 1142 de 2007, declarado exequible por la Corte Constitucional mediante sentencia C-047 de 2006). En ningún sistema acusatorio se presenta la intervención del Ministerio Público y en otros, ni siquiera de las víctimas. Precisamente, consultando los valores y principios constitucionales el legislador reglamentó la intervención de las víctimas en el SAP como interviniente especial que actúa a través del Fiscal del proceso (C-209 de 2007; C-210 de 2007; C-343 de 2007; C-516 de 2007, entre otras). 5.8 Por esa potestad o libertad de configuración del legislador fue que no consagró las audiencias orales en trámites ante los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad. 6. Fase penal administrativa Nuestra tradición jurídica ha permitido definir o considerar esa fase o etapa de vigilancia de la sentencia condenatoria como penal-administrativa. Ese régimen tiene una regulación administrativa. Es así como por ejemplo el trabajo como forma de redención de pena está regulado en la Ley 65 de 1993 y además en resoluciones y acuerdos del Inpec, así: Ley 65 1993, arts. 10, 80, 142 al 145; Acuerdo 011de 1995 Reglamento General para internos, Arts. 58 al 66; Acuerdo 010 de julio 01 de 2004 Reglamento General para el manejo de recursos propios del INPEC, generados en Establecimientos de Reclusión; Res. 6091 de 26 de julio de 2007 por el que se crea el programa general SOMA (Salud Ocupacional y Medio Ambiente) y deroga la res 0236 de enero 9 de 2006; Res. 7302 noviembre 23 de 2005, sobre pautas para la atención Integral y el Tratamiento Penitenciario; Res. 2392, mayo 3 de 2006 sobre Actividades validas para redención de pena; Res. 2521, mayo 10 de 2006 sobre Aprobación metodología P.A.S.O; Circular 032 de 4 julio de 2006 sobre Asignación máxima de cupos por establecimiento para el área de servicios bajo la modalidad de administración directa. El Juez de Ejecución de Penas cumple su función en coordinación con las autoridades carcelarias (T-718 de 1999; C-312 de 2002; CSJ. Sala Penal. Auto de 4 febrero de 2004, Rad. 7.026). 7. Decisiones de la corte suprema de justicia sobre el particular La Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, ha concluido que las disposiciones sobre ejecución de pena no muestran la construcción de una institución propia del sistema de la oralidad y que su trámite es escritural. Así por ejemplo en auto de 16 de marzo de 2006, Rad. 2.459, se indicó: «dicho precepto, por integrar el proceso de ejecución de la pena, no hace parte del nuevo modelo de investigación y juzgamiento establecido en dicho Estatuto, e involucra tan sólo un asunto de competencia con posterioridad a la normativamente establecida para la investigación y juzgamiento, que no compromete para nada garantías fundamentales del sentenciado aforado constitucional o legal, y si, por el contrario, como ha visto en los precedentes aquí mencionados, le reporta mayores ventajas, es de concluirse que resulta de aplicación inmediata por haber derogado tácitamente la disposición sobre dicha temática contenida en el artículo 79 de la ley 600 de 2000». Posición reiterada en auto de colisión de competencias de febrero 1° de 2007, Rad. 26.582. Posteriormente, en decisión de 11 abril de 2007, Rad. 27.182, precisó la Corporación: «Y porque en «relación con la ritualidad, el régimen de ejecución y vigilancia de la pena, en 83 uno y otro procedimiento agota trámites escriturales DE INVESTIGACIÓN ENSAYO La oralidad ... Nelson Saray AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. símiles», según lo precisó la Sala en auto del pasado 1º de febrero de 2007, radicación 26.582" Concluye pues la Corte que en tema de ejecución de pena, no es régimen exclusivo de la oralidad, y por el contrario, se impone el trámite escritural. 8. Conclusión El trámite de peticiones, decisiones e impugnación de autos proferidos por los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad en asunto culminados bajo el rigor de la Ley 906 de 2006, sigue el sistema escrito indicado al efecto por las normas del Código de Procedimiento Civil SEGUNDA PARTE 1. Problema jurídico Una vez concluido que en el trámite de peticiones, decisiones e impugnación de autos proferidos por los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad en asuntos culminados bajo el rigor de la Ley 906 de 2006, se sigue el sistema escrito indicado al efecto por las normas del Código de Procedimiento Civil, se debe dilucidar entonces, como problema jurídico, ¿ante quien se sustenta el recurso impetrado? 2. Legislación En tema de oportunidad y requisitos para la apelación, establece el parágrafo 1° del artículo 352 del CPC, modificado por el art. 36 de la Ley 794 de 2003: «El apelante deberá sustentar el recurso ante el juez o tribunal que deba resolverlo, a más tardar dentro de la oportunidad establecida en los artículos 359 y 360, so pena de que se declare desierto. Para la sustentación del recurso, será suficiente que el recurrente exprese, en forma concreta, las razones de su inconformidad con la providencia». 3. El derecho viviente 9 3.1 Jurisprudencia de la sala civil de la Corte Suprema de Justicia En una de las primeras decisiones en vigor de la Ley 794 de 2003, la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia en Sentencia 7 de octubre de 2003, Expediente con radicación N° 110010203000-2003-30631, entendió que la sustentación escrita del recurso bien puede presentarse en primera instancia o bien en la segunda. En efecto, se expresó en aquella oportunidad: «Así las cosas, la inteligencia de la reforma en el punto no es la de que fatalmente deba sustentarse el recurso ante el superior. La norma habló, sí, de que se sustentará «ante el juez o tribunal» que deba resolver la apelación, pero no puede echarse al olvido que enseguida añadió que «a más tardar» dentro de la oportunidad establecida en los artículos 359 y 360. Enlazada una cosa con otra, no puede haber alcance diverso al de que la norma anduvo ocupándose fue de la oportunidad última para expresar la inconformidad; de no, quedaría sin sentido tal añadido, por supuesto que si en el trámite de la apelación no hay más de una oportunidad para alegar, ¿a qué agregar la expresión «a más tardar»? Por lo demás, nada justificaría semejante sacrificio al derecho de defensa, si es que de la sustentación que se haga, como aquí aconteció, al momento mismo de interponerlo, se enterará necesariamente el superior. Ninguna diferencia sustancial, pues, hay entre alegar allá y hacerlo acá. El enteramiento del superior, que es lo prevalente, será en todo caso igual. Con el agregado, desde luego, de que si la segunda instancia debe surtirse en sede diferente a la del juez que dictó la decisión apelada, ya tal posibilidad de sustentar 9 84 NUEVO DERECHO Nº 3 «La doctrina del derecho viviente subraya la importancia constitucional de la doctrina probable definida por la jurisdicción ordinaria», Diego Eduardo López Medina, El derecho de los jueces, segunda edición, Universidad de los Andes, Editorial Legis, Bogotá, 2006, p.131 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. ante éste, amén de armoniosa con el principio aludido, resulta por demás provechosa al principio de economía.» 4. Decisión en sede de tutela La Corte Constitucional en sede de tutela es del mismo criterio, esto es, que la sustentación escrita del recurso se puede hacer tanto en primera como en segunda instancia (T-449 de mayo 10 de 2004). «La Corte comparte íntegramente los argumentos expuestos por la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, pues se acogió entre los dos entendimientos posibles de la norma, el que más se ajusta a la Carta Política, esto es, aquel según el cual, el recurso de apelación puede ser sustentado ante el juez del conocimiento o ante el tribunal que debe resolverlo. «Para esta Sala de Revisión, es pertinente recordar que el Tribunal Constitucional y los jueces ordinarios tienen la obligación de interpretar las normas de manera que todos los contenidos incursos en ellas produzcan efectos jurídicos. Dicha finalidad se alcanza mediante la interpretación sistemática del ordenamiento jurídico, a través de la cual se pretende otorgar un contenido armónico a todas las disposiciones que componen un sistema jurídico integral. Este es el propósito previsto en el inciso 10 del artículo 300 del Código Civil, el cual al señalar las reglas de interpretación de las leyes, establece que «[e]l contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya entre todas ellas la debida correspondencia y armonía.» «[…] «Por ello, cuando la norma en cuestión consagra que «[E] 1 apelante deberá sustentar el recurso ante el juez o tribunal que deba resolverlo ... «, es porque precisamente permite acudir ante cualquiera de ellos. Dicha interpretación se deriva del alcance de los principios de conservación del derecho y de favorabilidad. «Bajo esta perspectiva, si una norma admite diversas interpretaciones, es deber del intérprete preferir aquella que más garantice el ejercicio efectivo de los derechos; en aras de preservar al máximo las disposiciones emanadas del legislador. Ahora bien, en tratándose de normas procesales y de orden público dicha interpretación debe privilegiar el acceso a la administración de justicia y los presupuestos que orientan el debido proceso. Pero, en caso contrario, es decir, cuando la interpretación dada por el juez ordinario se aparta de los citados principios y derechos constitucionales, tal decisión se introduce en el terreno de la irrazonabilidad tomando procedente el amparo tutelar». Así pues, la interposición y concesión del recurso se debe hacer ante el a quo. La admisión del recurso se debe hacer por la segunda instancia. La sustentación, bien puede hacerse en primera o segunda instancia. Cuando no se sustenta en primera instancia, el término de sustentación en segunda instancia es dentro de los tres días siguientes al auto que admite el recurso y además ordena traslado para sustentación, según el artículo 359 del CPC, modificado por el art. 1° num. 177 del D.E. 2282 de 1989. 5. Conclusión En cuanto a la oportunidad y requisitos del recurso de apelación, se deben seguir las directrices del art. 352 del CPC, modificado por la Ley 794 de 2003, art. 36; esto es: (i) que el recurso de apelación se interpone y concede por el a quo; (ii) que el recurso debe ser admitido por la segunda instancia; (iii) que la sustentación del recurso puede hacerse por escrito ante la primera o la segunda instancia; y (iv), en caso de sustentarse en la segunda instancia, el término de tres (3) días corre después del auto de admisión del recurso en los términos del art. 359 del CPC, modificado por el art. 1°, num. 177 del D.E. 2282 de 1989. TERCERA PARTE 1. Reforma de la ley estatutaria de la administración de justicia 85 DE INVESTIGACIÓN ENSAYO La oralidad ... Nelson Saray AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Por sentencia C-713 de julio 15 de 2008, la Corte Constitucional efectuó la revisión oficiosa de constitucionalidad del Proyecto de ley N° 286 de 2007 Cámara y N° 023 de 2006 Senado, «por la cual se reforma la Ley 270 de 1996, Estatutaria de la Administración de Justicia» El actual 4° de la Ley 270 de 1996 consagra la oralidad como regla general en las actuaciones judiciales y la escrituralidad como excepción. En efecto, establece el canon en mención: que la oralidad sólo puede ser exigible de conformidad con las reglas procedimentales que fije el Legislador». Precisamente en esa línea de la oralidad es que se encuentra en trámite la reforma del Código de Procedimiento Civil, el cual en caso de regular las impugnaciones en audiencias, igualmente en aplicación del artículo 25 de la Ley 906 de 2004 se debe acudir por integración a dichas normas procesales, excepto que el legislador disponga expresamente el régimen escrito en las actuaciones antes los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad. Articulo 1º. Modifíquese el artículo 4º de la Ley 270 de 1996: Artículo 4º. Celeridad y Oralidad. La administración de justicia debe ser pronta, cumplida y eficaz en la solución de fondo de los asuntos que se sometan a su conocimiento. Los términos procesales serán perentorios y de estricto cumplimiento por parte de los funcionarios judiciales. Su violación injustificada constituye causal de mala conducta, sin perjuicio de las sanciones penales a que haya lugar. Lo mismo se aplicará respecto de los titulares de la función disciplinaria. Las actuaciones que se realicen en los procesos judiciales deberán ser orales con las excepciones que establezca la ley. Esta adoptará nuevos estatutos procesales con diligencias orales y por audiencias, en procura de la unificación de los procedimientos judiciales, y tendrá en cuenta los nuevos avances tecnológicos. Parágrafo Transitorio. Autorizase al Gobierno Nacional para que durante los próximos cuatro años incluya en el presupuesto de rentas y gastos una partida equivalente hasta el 0.5 % del Producto Interno Bruto de acuerdo con las disponibilidades presupuéstales, el Marco Fiscal de Mediano Plazo y el Marco de Gastos, para desarrollar gradualmente la oralidad en todos los procesos judiciales que determine la ley y para la ejecución de los planes de descongestión. 86 NUEVO DERECHO Nº 3 La Corte Constitucional declaró exequible este artículo «en el entendido de Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. Cuando la violencia no es virtual* María Inés Negri** 1. El Padre freudiano Para Freud, la función del padre es quien vehiculiza una prohibición pero a la vez permite al hijo inscribirse en una genealogía. Si tomamos las distintas figuras del padre en Freud lo vemos claramente. El padre del Edipo aquel que vehiculiza la ley, un padre trágico pero tranquilo, el padre terrible de Tótem y tabú, odiado por los hijos y luego respetado; y el padre de Moisés y la religión monoteísta…, padre legislador y al mismo tiempo una presencia inquietante. Es decir en las diferentes figuras del padre, Freud va desde un padre que garantiza, que tranquiliza hasta transformarse en una presencia inquietante. La que encarna la voz del shofar que nos hace estremecer, al recordarnos que debemos cumplir la ley, que vehiculiza una prohibición. Ya sea la prohibición del incesto, la endogamia o la creencia en los dioses, sólo hay un Dios. Pero también Freud articula la función del padre como aquella que introduce al sujeto en el lazo al Otro. En su mito de Tótem y tabú, teoriza lo que funda el lazo social: el sentimiento de culpabilidad retroactivo de los hijos luego de matar al padre que abre a la posibilidad de un lazo fraterno que se basa en una prohibición. Se funda entonces un lazo social bajo la égida del culto al padre muerto. Padre muerto que nombra al padre simbólico, aquel que trasmite un nombre e introduce a sus hijos en un linaje. A partir del síntoma histérico, en «Psicología de las Masas… Freud conceptualizó los tres modos de la identificación como mecanismo fundante de la subjetividad. La primera identificación (al padre por incorporación) es el primer lazo al Otro, anterior a cualquier relación de objeto. La segunda identificación, que llama regresiva pues troca una relación de objeto, un lazo al Otro, amado u odiado como resultado de la dialéctica edípica por una identificación. Esta identificación, que Lacan llamó al rasgo unario, modula la primera. Podemos pensar, con Lacan, que hay una sustitución de la figura del padre de la primera identificación que funda el lazo al Otro, por el Nombre del Padre, en tanto rasgo en la segunda. De este modo identificación y lazo al Otro constituyen las dos caras de la misma moneda. No podemos pensar una sin la otra. El síntoma (el ejemplo que nos da Freud es justamente la tos de Dora) es presencia del significante del Otro (además de ser marca de goce en el cuerpo). Podemos decir que el semblante del padre constituye un puente entre el ser hablante y el discurso social. Este texto fue publicado por la autora en «La urgencia que es realizada 2». Cs. Políticas y Clínica del Trauma. Compilador: Guillermo Belaga.Serie Praxia. Gramma Ediciones. Baires, 2004. ** Psicoanalista, miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. ExDirectora de la Colección Orientación Lacaniana, publicación de la E.O.L. y de la Revista digital Virtualia, publicación de la AMP. Integrante del Departamento de Estudios Psicoanalíticos sobre la Familia, Enlaces, del Centro de Investigaciones del Instituto Clínico de Buenos Aires. Asesora de la Revista Enlaces y Virtualia. Docente del Instituto Clínico de Buenos Aires, Miembro de la Red Internacional del Instituto del Campo Freudiano. Autora de diversos artículos publicados en DE 87 INVESTIGACIÓN Revistas psicoanalíticas en Argentina, España e Israel. ENSAYO * Cuando la violencia ... María Inés Negri AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. 2. La declinación del Padre En la civilización contemporánea asistimos a la declinación cada vez mayor no solo de la figura del padre sino de la función paterna como tal. Función del padre que ordena, pacifica y permite que el ser hablante se oriente. La caída del padre trae aparejada la endeblez del lazo social. ¿Qué sucede cuando la institución familiar se quiebra? La figura del padre ya no cumple el rol de interdictor del goce en exceso como en la época freudiana, marcada por la moral victoriana. Hoy asistimos a la proliferación de sujetos a los que la sociedad les propone, por el contrario, que dejen de lado la vergüenza. ¡Cuenta tu manera de gozar, no tengas vergüenza! pareciera ser el imperativo de la época vociferado desde las pantallas de televisión. Como consecuencia de ello nos encontramos ante individuos desinhibidos, sin vergüenza, desorientados. En esta situación también se abre el camino de la violencia. Ya que al quedar desamparado de una identificación parental que lo resguarde, de un significante amo que lo oriente, el individuo deja de estar representado por un significante que ponga freno al empuje hacia un goce inmediato. 3. La ruptura del lazo social: las tribus urbanas. El avance del discurso de la ciencia, con la producción de gadgets, listos para el consumo, trajo aparejado la ruptura de los lazos sociales y como consecuencia la uniformización del goce. Hoy todo goce vale. Le toca a cada sujeto elegir dentro de la amplia gama que se le ofrece. Sin embargo, el sujeto que cree ser amo de su goce, rápidamente termina siendo víctima del mismo. Entramos en el mundo de la globalización, donde el mercado del consumo es lo mediático. 88 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas En este marco los sujetos se identifican a historias familiares llenas de agujeros, hechas más de rupturas que de continuidades. Pérdida de trabajo, desocupación… Lejos de que haya una riqueza mejor repartida (ilusión que proponía la ingeniería social de mano de la ciencia), asistimos hoy a una polarización cada vez mayor, tanto entre países, como entre los ciudadanos de un mismo país. Como nos dice Jorge Alemán, el tipo de violencia que se genera en las sociedades actuales no tiene antecedente en la historia humana, pues deja por fuera del sistema a grandes masas humanas. La marginación del mercado de consumo produce sus consecuencias. Frente a la crisis de la familia, quedan entonces las comunidades. El grupo toma el relevo del padre, porque da un nombre y el de la madre porque procura cuidados solidarios. La marca y el tatuaje van al lugar de una marca que desvanece. De este modo se forman comunidades de acuerdo al tratamiento particular del cuerpo, en un claro desafío a la estética del mercado. Grupos que se introducen objetos en el cuerpo, se laceran, se hacen piercing, etc. Dentro de estas comunidades hoy llamadas «tribus urbanas», algunas son ganadas por la violencia. Estas actúan tal como la voz del padre funcionaba en otra época y como funciona todavía hoy en numerosas formaciones humanas (por ejemplo en las sociedades islámicas): por la «ley del más fuerte». Es el mecanismo normal que lleva a los jóvenes a someterse y destacar en un otro de excepción (padre o sustituto del padre) un rasgo identificatorio. Si bien sirve a la pulsión de vida, no menos a la pulsión de muerte. La delincuencia utiliza entonces los mismos medios que la educación, pero pareciera que las chances de la primera son más grandes, porque los ideales que vehiculiza la segunda se empañan a los ojos de los jóvenes. Si los ideales tales como estudiar, trabajar, ser honesto, caen en desuso (como es el caso en nuestro mundo), en el plano de las identificaciones, el líder es más valiente, valeroso, pues sabe pasar a los otros AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. jóvenes un «código de varones que funciona de manera imperativa como verdadera construcción del honor», como nos dice Antonio Di Ciaccia en su texto. Las llamadas «tribus urbanas» vienen a suplir la falencia del semblante, en tanto el sujeto encuentr a en ellas, vía la identificación a un modo de gozar, un aparente amparo. Pero este amparo no es tal y se pone en evidencia en que no hay freno a la pulsión de muerte. La invasión del goce en exceso entonces, rompe la pantalla televisiva e irrumpe en la vida real. En nuestro medio podríamos pensar, por ejemplo, en el conjunto musical Los pibes chorros. Las letras de sus canciones son un testimonio de una comunidad que maneja sus propios códigos y que tiene una repercusión lo suficientemente amplia como para tener su propia página web. Lugar de intercambio, donde sus admiradores les envían letras para sus canciones, dando una clara muestra de su identificación a ellos. Además, todos los sábados, la televisión les ofrece un espacio en el programa llamado La Cumbia Villera. De este modo imponen un liderazgo trasmitiendo sus códigos de honor. La fragilidad de los mismos, la vemos en sus canciones, tales como Llegamos los pibes chorros, en la que despliegan el ideal a cumplir, siendo rápidamente sus seguidores, que se identifican, víctimas del mismo. Es lo que sucede con El pibito ladrón, título de otra de sus canciones, que narra la historia de un pibito que es víctima en el intento de cumplir ese endeble ideal. El mecanismo es conocido, nos dice Di Ciaccia, la caída de los ideales clásicos y su sustitución por otros menos clásicos. Sin embargo la fragilidad de los mismos hace que fácilmente se desmoronen. También vemos surgir las nuevas comunidades religiosas, fundadas en la adhesión individual y brutal en los momentos de ruptura, que hacen palidecer a las antiguas ceremonias. No solamente las antiguas religiones, sino el surgimiento y proliferación de las sectas religiosas. La modificación de la familia, con la consabida pérdida de alojamiento y orientación a la juventud, atrae menos pasiones que el fracaso de las autoridades gubernamentales para suplir ese vacío y preservar a los jóvenes de sus extravíos y desbordes. De alguna manera se espera más del Estado que de la familia. Ya sea que el mismo esté encarnado en la Escuela, el gobernador, el juez. 4. La ciudad actual En la sociedad laica el juez pareciera toma el lugar del padre de la ley. Se lo ama y se lo odia por esto. Sin embargo siempre está más acá de lo que se le pide. Por más que castigue, su castigo no alcanzará jamás. Nunca saciará la sed de castigo que puede llevar hasta la matanza. El psicoanálisis nos enseña que el superyó es la otra cara de la pulsión: siempre quiere más. Es un amo despótico, no dialectizable, que forcluye toda posibilidad de saber, y que inevitablemente lleva al sacrificio. El propio, o el del otro. La orden del superyó es gozar y -por lo tanto- marginar o a eliminar a quien se interponga en el camino a dicho goce, o a castigar a quien lo hace. La uniformización de los goces, antes mencionado, abre a un sueño hedonista. Pero el hedonismo privado (por ejemplo, en el caso de las toxicomanías) hace el juego también a la pulsión de muerte a escala colectiva. No cede fácilmente a los mejores intentos psicoterapéuticos. También interroga el 89 DE INVESTIGACIÓN ENSAYO Cuando la violencia ... María Inés Negri AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. campo de la legislación. ¿Son víctimas o delincuentes? Ni especialistas ni juristas se ponen de acuerdo. ¿Hay que tratarlos o meterlos presos? Si la ciudad actual deviene entonces la cita posible de encuentros violentos, de ahí también que asistamos (es la otra cara) a la proliferación de intentos de cuidado de las víctimas, intentos de que superen la experiencia traumática. El síndrome de stress post-traumático, intenta nombrar esta nueva situación. Eric Laurent analiza los factores que favorecen la extensión de este así llamado síndrome, que pareciera ser la patología propia de las metrópolis de la segunda mitad del siglo XX. Las mismas se mueven en un doble registro. Por un lado, engendran un espacio social marcado de un efecto de irrealidad, donde el reino de la mercancía, de la publicidad, sumerge al sujeto en un mundo artificial, en una metáfora de la vida (los medios de comunicación y fundamentalmente la televisión han generalizado este sentimiento de irrealidad, de virtualidad). Por otra parte la metrópolis es el lugar de la agresión, de la violencia urbana, de la agresión sexual, del terrorismo, etc., como veíamos. La trama simbólica, en esta época, muestra al desnudo su impotencia para dar sentido, encontrar un sentido a este estado de cosas. Pues las identificaciones a las que acude el sujeto, muestran su fragilidad para poder acotar la pulsión de muerte. 5. ¿Cómo situarnos como psicoanalistas en esta coyuntura? temer. Que no sea una de las formas de lo peor.» No se trata entonces de ordenar este desorden o de intentar restaurarlo (que es lo que pareciera que encarnan los llamados a una mayor represión o castigo), sino más bien poder entender el surgimiento de un orden diferente. Este orden que surge cuando el Padre falta, y deja de encarnar la figura simbólica que trasmite el ideal que abre al lazo social Bibliografía. Alemán, J. La experiencia del fin. Málaga: Miguel Gómez Ediciones, 1996. Di Ciaccia Antonio, «Vu de Rome», Élucidation N° 2, Paris, avril 2002. Freud Sigmund. Moisés y la religión monoteísta. En: O.C., Buenos Aires, Amorrortu editores, Vol. XXIII, 1986. _____________Tótem y tabú. En: O.C., Buenos Aires: Amorrortu editores, Vol. XIII, 1988. ______________Psicología de las masas y análisis del yo. En O.C., Buenos Aires: Amorrortu editores, Vol. XVIII, 1989. Laurent, Eric. Quelles autorités pour quelles punitions. En : Élucidation N° 2, Paris, abril 2002. _____________El revés del trauma. En: Virtualia N° 6, Revista digital de la Escuela de la Orientación Lacaniana, Junio/Julio 2002. Quizás nos oriente lo que indica Éric Laurent: «Si como ciudadano, el psicoanalista desea autoridades, significantes amos útiles para luchar contra la pulsión de muerte, quiere autoridades cuyo desasosiego sea lo menos sensible posible. Es su extravío lo que hay que 90 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. La paz juridica Una Decisión práctica, o el jardín de las ilusiones Alejandro Castaño B.* Cuando los seres humanos pensamos en aquello que se nos presenta como deseable o como una aspiración legítima, es indudable que uno de los aspectos que más concierne al hombre contemporáneo es el tema de la paz, no solamente porque su ausencia se siente como una afectación directa en la vida cotidiana, sino porque de los desarrollos que de ella se logren, depende la distribución de otros bienes conexos como la salud y la posibilidad de construir un futuro. Ya desde la antigüedad, en estudios sobre los trabajos y los días de Hesíodo, se reflexionaba implícitamente sobre el género de vida, las actividades practicas o ignoradas, rasgos psicológicos y morales, clases diversas de juventud, de madurez o de vejez y el destino póstumo.» 1 Pero una cosa es el anhelo de paz, y otra la organización de los elementos en la arquitectura de la convivencia humana, reflejada en el diseño de los espacios psicosociales y los desafíos de cada época .Porque una vez se avanza sobre el acuerdo supuesto que implica la enunciación de este objetivo, los desacuerdos se hacen evidentes, así las cosas, cuando se hace referencia a los derechos humanos es posible encontrar diferencias ostensibles en cuanto a la justificación de los mismos, ya sea que la óptica para comprenderlos se formule con base en los diversos utilitarismos, las teorías de los consensos, los individualismos, los pragmatismos, etc. En ese orden de ideas, una de las ideas arquetípicas sobre la paz, se pone en evidencia cuando el filósofo francés Jean Pierre Vernant, expresa que estas dimensiones se aplican a los reyes de hoy:»Al principio de la teogonía, el rey justo (en la edad de oro) cuando se adelanta en la asamblea, dispuesto a apaciguar las querellas, a hacer cesar la cólera con la dulzura prudente de su palabra, es saludado por todos como un dios».2 El planteamiento acerca de cómo deben procurarse las formas de relación entre las personas, está íntimamente relacionado con los fines que servirían de guías para la acción humana y para la valoración de los destinos individuales y colectivos; esta correlación es en sí misma una expresión de aquello que las diferentes estructuras de personalidad definen como algo digno ser reconocido como un valor:» Cualquier clase de cosas puede ser propuesta como medida del valor intrínseco-en vez del placer-,sea la ciencia o la virtud o la sabiduría o el amor porque es muy claro que por valiosa que pueda ser alguna de estas cosas, siempre aumentar el valor de un todo que contenga alguna de ellas, no solo añadiendo mas de esta, sino añadiendo algo de otra»3 Esta torre de Babel, hace de la consagración de los derechos una labor de conocimiento de los hombres de un lado, y de la Arquitectura psico-social de los grupos sociales de otro, una labor, por cierto, bastante compleja, mucho más ,si como nos lo * Magíster U del país Vasco (España), Doctorando Filosofía U.P.B y Docente de tiempo completo de la Institución Universitaria de Envigado. 1 Jean Pierre, Vernant. Mito y pensamiento en la antigua Grecia. Barcelona: Ariel, 1983. p 72. 2 91 Ibíd., p.32. DE INVESTIGACIÓN 3 Moore,G.E. Etica Barcelona: Labor,1989, p.119 ENSAYO La paz ... Alejandro Castaño AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. recuerda el profesor Carlos Ignacio Massini Correas la sociedad contemporánea ,es una sociedad que ha convertido el tema de los fundamentos en un campo bastante nebuloso, sobretodo en el caso particular del concepto del imperio de la ley en la regulación de la vida civil , respecto de lo que nos expresa: «En el caso de los consensos, como fuente última de la legitimidad sobre las ideas del bien, de la justicia o de la seguridad, supondría un elemento adicional al lugar común de su simple enunciación ya que «el respeto de las convenciones supone que las partes se han comprometido con conocimiento de causa. Ahora bien, un individuo ignorante de sus gustos, sus preferencias y actitudes, y como consecuencia, de todo lo que constituyen las condiciones psicológicas de la decisión, ¿actúa con conocimiento de causa?...Desde que me devuelven mi yo, ¿Por qué, en ausencia de toda determinación moral, estaré obligado a respetar lo que una máquina indeterminada en mí ha decidido por mí sin consultarme para nada?»4 2. La paz jurídica y la filosofía práctica Es por eso, que a la filosofía práctica, la corresponde volver la mirada hacia las cuestiones que tradicionalmente eran su objeto propio: a los principios éticos básicos de toda organización social, a los derechos de los ciudadanos, a la fundamentación de los regímenes de gobierno, a la distribución de ,los bienes humanos en el marco comunitario, etc»5 En ese orden de ideas, «el pensamiento clásico integraba estos principios dentro de las denominadas virtudes sociales, que se desplegaban desde la amistad, la afabilidad, la piedad, y la observancia y respeto»6 Encontramos por tanto, que en el pensamiento liberal contemporáneo, cuando se analizan los elementos del estado constitucional y del estado legítimo, se apuesta a la posibilidad de encontrar principios de justicia, que en el marco de una sociedad denominada pluralista, se deben fundamentar en la política, en otras palabras , lo que significa es que desde el punto de la distribución de expectativas de justicia, en términos del neo funcionalismo de Hassemer, ellas deben formularse desde la categoría de ciudadano libre e igual . Esta idea consolidadora de la política nos llevaría a defender la idea de que la pretendida objetividad de los principios radicaría, en el Neo-contractualismo del profesor Jhon Rawls7 , en un acuerdo ficticio entre agentes supuestamente razonables, logrado en un marco público y en condiciones de imparcialidad, siendo este acuerdo capaz de superar el punto de vista de cada agente en particular»8 Pero en los tiempos que corren, a pesar de que el tema de los fundamentos, se ha pretendido presentar como algo revaluado o en el mejor de los casos su referencia no aparece, esto es, ocupa el lugar de lo invisible, si parece constituirse como algo que retorna bajo la forma de las crisis. La idea de amenaza de recesión, por ejemplo, nos pone en a situación en donde «esa convicción se ha quebrado, y se ponen en tela de juicio los fundamentos del sistema liberal; parlamentarismo, individualismo, racionalismo político, estado gendarme, se Carlos Ignacio, Masssini. El constructivismo ético y justicia procedimental. Buenos Aires: Lexis Nexos, 2005 Ibid, p 76 6 Ibid, p116 7 Jhon Rawls. Justicia como equidad. Madrid: Tecnos ,1986. pp.138-139.Y como la finalidad propia de la filosofía política, afirma Rawls,»cuando aparece en la cultura pública de una sociedad democrática es articular y hacer explícitas aquellas nociones y principios compartidos que se piensa están latente en el sentido común. 8 Ibid., p 44. 4 5 92 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. hace necesario replantear las bases sobre las que se levanta el edificio jurídico. No puede sostenerse ya que una ley merece el nombre de tal por el solo hecho de haber emanado de un parlamento, conforme al procedimiento establecido por la constitución respectiva, cualquiera sea su contenido normativo. Las nuevas generaciones exigen- y esta es una actitud más conforme a la vocación de verdad del espíritu humano- que se justifique el contenido de las normas de derecho de acuerdo a criterios de valor; que se considere al derecho como un vehículo para la realización de lo justo»9. Bajo la influencia de los distintos agnosticismos, y la declinación de las razones por los resultados, el pensamiento referido a la paz actuó pretendiendo afianzarse sin una idea clara de lo que operaba como una causa conducente por sí misma « En el caso de Hobbes, el derecho como tal no corresponde a una organización configurada de antemano, es decir que de alguna manera es posible identificarlo con lo que la mayoría de los medios de comunicación difunden hoy como una práctica en la vida de los seres humanos: el pensamiento según el cual, las maneras de relacionarnos unos con otros no corresponden a un plan de vida que tenga una base más allá de las circunstancias:»El derecho…está ordenado al individuo. No es una relación con los demás seres humanos configurada de antemano, sino el dominio informe de la propia seguridad10" Este caso será análogo al de la privatización del bien, reflejado en la obra maestra del conformismo liberal, citando a T. Molnar quien la explica como «una imposición planteada a los más desfavorecidos de aceptar el orden existente, bajo la amenaza de que, en cualquier otro caso, se encontrarían en una situación peor» 11,como paradójicamente ocurre cuando se sucede « la deificación del estado, de una raza o de una clase social, han tenido –y tiene- como consecuencia necesaria el convertir en un infierno la ciudad de los hombres»12. De ahí, que sea inevitable que las «reglas del discurso moral deben testearse con las funciones sociales que cumple la moral, las que, en última instancia, justifica el acuerdo básico entre Hart, Warnock y Rawls sobre las circunstancias de la vida humana»13. 3. El bien y la paz, o los acuerdos y el bien No obstante, en el pensamiento jurídico es posible encontrar argumentaciones que establecen una primacía de las ideas del bien, para derivar de ellas los principios de la justicia, que en la modernidad se denominó: «La concepción racionalista del derecho natural*, será atacada en el siglo XIX desde dos frentes: el primero, el de la Escuela Histórica del derecho, que apondrá al inmovilismo ahistórico de la doctrina, la realidad de la mutación del orden jurídico en el tiempo. «Constituye un mérito innegable de la Escuela Histórica del derecho –escribe Theodor Steinbüchel- el haber llamado la atención sobre el carácter histórico de todo derecho; pero su debilidad, abocada al relativismo y positivismo jurídicos, consistió en no haber sido capaz de ver en el distinto derecho histórico al derecho natural, que está por encima de la historia, aunque se realiza bajo forma histórica»14. Inclusive en las ideas de Kant, puede identificarse la idea de que: 9 Ibid, p 30 Norbert Brieskorn. Filosofía del derecho. Barcelona: Herder. 1993, p 100. 11 Ibíd., p108 12 Ibíd., p 79 13 Ibíd., p 247 * Para todos escribía Condorcet y Pudendorf y Wolff intentaban construir códigos de derecho racionalmente perfectos que incluyendo hasta los más íntimos detalles del procedimiento judicial, pudieran ser aplicados en todas las naciones y para 93 siempre. DE INVESTIGACIÓN 14 Op Cit, p .67 ENSAYO 10 La paz ... Alejandro Castaño AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. «Los principios de justicia son, en su aplicación a una sociedad bien ordenada, lexicográficamente previos a las pretensiones del bien. Esto significa entre otras cosas, que los principios de la justicia y los derechos y libertades definidos por ellos no pueden, en tal sociedad, ser postergados por consideraciones de eficiencia y un mayor saldo neto de utilidad social esta prioridad de lo recto sobre lo bueno es característica del constructivismo kantiano Ahora bien, una concepción Kantiana de la justicia intenta disipar el conflicto entre las distintas formas de entender la igualdad y la libertad preguntando ¿qué principios de libertad e igualdad de los tradicionalmente reconocidos, o qué variaciones naturales de los mismos, acordarían personas morales libres si estuvieran representadas equitativamente sólo como personas tales y se viesen a sí mismo como ciudadanos que viven una vida completa dentro de una sociedad en marcha? Conjeturamos que su acuerdo suponiendo que llegara a alguno, seleccionaría los principios de igualdad e igualdad mas apropiados y, por consiguiente, especificaría los principios de justicia»15 4. La paz jurídica y la persona. El efecto que queremos destacar es que la filosofía aporta razones prácticas para identificar la ordenación de las nociones de bondad y justicia ,y los efectos que ellas pueden producir en el comportamiento de los individuos, y en ese sentido, lo sorprendente es que «Los derechos justificados de modo hipotético o provisorio no pueden significar una exigencia absoluta, que la voluntad de poder haya de respetar, ni pretender un respeto incondicionado por parte de los demás y, sobre todo del gobierno político16. (Sobre este punto están de acuerdo autores tan distantes en su filosofía fundamental como Georges Kalinowski- iusnaturalista-y Gregorio Roblespositivista a ultranza-; este último afirma –refiriéndose a Norberto Bobbio-que hablar de un fundamento relativo de los derechos es un contradictio in terminis)17 «Es fundamental recordar que la filosofía practica al poner de nuevo un especial énfasis en el estudio de la justicia, en realidad ,nos está recordando que existen temas fundamentales en la vida humana como los «concernientes a los principios éticos básicos de toda organización social, a los derechos de los ciudadanos , a la fundamentación de los regímenes de gobierno, a la distribución de los bienes humanos en el marco social etc»18. El profesor Massini, explica que una «convivencia que respete la integralidad de lo humano y todas las dimensiones de la vida en común, ha de ordenarse también con otros principios que vayan mas allá de los límites de la justicia»19 La crítica, consistirá entonces, en sostener que cuando las ideas de la justicia, se reducen a las ideas de la justicia en el circulo político, esa justicia se ubica en el plano de lo meramente exigible en el plano de la igualdad, en el contexto de la filosofía liberal, de esta manera ,la ruptura entre las ideas del bien y la política, a lo que conducen es a hacer desaparecer los motivos fuertes para obedecer los principios éticos :»Pero sucede que la sola coherencia o la sujeción a un procedimiento racional sin referencia alguna a datos fuertemente objetivos, es decir, al testimonio de la realidad trascendente a nuestros pensamientos, no alcanza la objetividad fuerte, absoluta o sin excepción 15 Brieskorn. Op. Cit., p 25 Robles Gregorio. Análisis crítico y de los supuestos teóricos y del valor político de los derechos humanos, en Rivista internazionale di filosofía del diritto, n-3,iv serie, Giuffré Editore Milano,1980. pp. 4891-492 17 Carlos Massini. Los derechos Humanos en el pensamiento actual. 2ª. Buenos Aires: Abeledo Perrot, 1994. p 243. 18 Ibíd. p 79. 19 Op Cit, p 116 16 94 NUEVO DERECHO Nº 3 Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Jurídicas AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license. que rigen las proposiciones éticas, en especial, las de la ética social, destinadas por naturaleza a obligar inexcusablemente a quienes no han participado en su elaboración»20 Por su parte, y contrariamente a la dictadura de los consensos, el orden sugerido por la teoría dinámica del derecho consiste en que, retomando el fundamento ontogenético del comportamiento humano, se pueden identificar la manera como se desarrollan o atrofian los componentes de la voluntad entendida como virtud psico-social, y así develar los contenidos defendidos por la persona en el campo político y jurídico. comercialización, es una idea que se retoma de distintos filósofos , entre ellos Jhon Finnis, teniendo en cuenta ,eso sí, que las ideas sobre el bien son como un caudal que circulan en las distintas áreas de la vida «Tal es el caso que se resuelve mediante el juicio de equidad, que no hace sino ordenar efectiva y concretamente el obrar humano social al bien comunitario, dejando de lado el texto de una ley positiva que yerra en ese caso singular, en razón de su intrínseca generalidad. Por esta razón, la equidad es una forma de la justicia, propiamente, de la justicia legal, pues su objeto inmediato es regular el accionar humano concreto hacia el bien común»23. Otro punto de referencia a tener en cuenta en esta propuesta de ordenamiento filosófico de la estructura psicológica y social, consiste en la referencia a un tema tradicional: la diferenciación entre lo privado y lo público:»Los compromisos acerca de la elaboración, defensa y vivencia de las particulares concepciones del bien humano son, desde el punto de vista liberal, asignadas y restringidas a la esfera de la vida privada de los individuos, mientras que lo concerniente a la obediencia a lo que se consideran reglas morales requeridas por toda persona moral sólo pueden ser legítimamente buscadas en el terreno de lo público…;el bien ha sido privatizado»21 «No obstante que lo ya expuesto debería ser suficiente para impedir cualquier sospecha de «situacionismo», «subjetivismo» o «consagración de la arbitrariedad», respecto a la doctrina de la epiqueya, vamos a dedicar un punto a la exposición de los límites del juicio equitativo en el pensamiento realista, límites que se encuentran en los textos del mismo Aristóteles: «es evidente, en efecto, que los ciudadanos que requiere una comunidad se llevan a efectos por medio de leyes, y bien por medio de buenas leyes» , y continúa: «parece, por tanto, que se afina más en lo particular, al concretarse la atención en un individuo, y cada uno se encuentra así mejor lo que le conviene»24. La propuesta del profesor Massini, consiste entonces, en restaurar el divorcio entre las reglas que definen la acción recta, por un lado, las concepciones del bien humano, para lo que, agregamos nosotros, es indispensable la investigación de la dinámica 22de la persona en la paz jurídica. En general podría expresarse que la paz jurídica, desde el punto de vista de la filosofía práctica, está íntimamente relacionada con la determinación de principios éticos y bienes objetivos, con la fundamentación fuerte de motivos para obedecer la eticidad y con la distribución de virtudes psico-sociales, como la confianza, el autocontrol, la generatividad, la integridad, etc. Por tanto la idea de los Bienes humanos como indisponibles y no sujetos a la 20 21 22 23 24 Op Cit, p 114 Alasdair, MacIntyre. La privatización del bien, Thew review of politics,Notre Dame-Indiana, núm 52-53,1990. p 346 Alejandro, Castaño Bedoya. Teoría dinámica del derecho. Medellín: Comlibros. 2005. 95 Ibíd., p 92. DE INVESTIGACIÓN Ibíd., pp 102-103. ENSAYO La paz ... Alejandro Castaño AcroPDF - A Quality PDF Writer and PDF Converter to create PDF files. To remove the line, buy a license.