Idealización, ideales, cambio psíquico Isabel Lucioni Hay una línea ontogenética de formación de la idealidad que, como toda ontogénesis, no queda nunca totalmente sobreinvestida o retranscripta progredientemente ni, por lo tanto, inhibida al 100% por las estructuras secundarias, como siempre sucede en el Aparato Psíquico. Conectadas a éstas diferencias en la línea genética está la diferenciación freudiana entre idealización como defensa disociativa de lo inaceptable y hostilizado, de la formación de Ideales, patrimonio colectivo-individual, tesoro de significaciones que nos consuelan de la renuncia a los fines directos pulsionales y que son patrimonio cultural, SYCultural como entretejido y consistencia del SuperYo-Ideal del Yo.- Creo que en el avance ontogenético hay un descenso relativo de la idealización como defensa característica sobre todo del estrato 1ª oral y también 2ª oral, a favor de la constitución de la investidura de realidad del objeto en la segunda, implicando a los juicios de existencia y atribución, lo cual supone también un monto de desidealización de las formas fragmentadas y fusionadas del Yo placer -purificado inicial equivalente al yo idealizado de la posición ezquizoparanoide.-Esta investidura de realidad del objeto es siempre contemporánea de una investidura de realidad del Yo desde que configura la representación cuerpo con la piel como una delimitación del otro y con funciones de continente orgánico y psíquico, entre otras cuestiones de la organización identficatoria, funciones también señaladas tanto por Bion, Anzieu como M.Klein.- No obstante hay sobre todo hasta el Complejo de Castración primero, el Naufragio del Complejo de Edipo y la reorganización adolescente después, idealizaciones especulares ( objeto y yo diferentes pero fundamentalmente dobles recíprocamente, predominio de relaciones por analogía, hasta afrontar la problemática Edipo-castración.-) Creo que "ideal" o "idealidad" generalmente producen confusión en psicoanálisis, porque implican líneas que van desde lo ide al de la omnipotencia y el autoengendramiento hasta surcar el procesamiento de las diferentes restricciones narcisistas, incluídas la castración y la Función gregaria, la que sucede al Naufragio y que demanda la construcción de complejidades sociales y asunción y productividad sobre la formación de ideales otros y diferenciados de los primitivos, como patrimonio colectivo y constituyentes del SuperYoCultural y los Superyoes subjetivos, por lo tanto son sobreinvestiduras Ideal del Yo.- Aunque no sea una diferenciación freudiana creo que es muy importante clínica y teóricamente al Yo Ideal del Ideal del Yo.-El primero son todas las estructuras identificatorias de "his majestic de baby", el rey que fué y el Ideal del YO la estructura motorizante que lleva a un querer ser lo que aún no se es, pero que se puede ser, si la estructura no está patologizada.Por esto es taxativa la diferencia entre los superyoes antedichos y la idealización como defensa, cuestión que debería inducirnos a diferenciar también a toda estructura infantil narcisísticamente idealizada , exigente y persecutoria de las estructuras secundarias antes mencionadas.- Los engramas que Melanie Klein definió como "SuperYo temprano" a pesar de la concordancia nominativa con usos freudianos, deberían ser llamados "antecesores representacionales del SuperYo" por consistencia con la teoría freudiana, concordantes también, los primarios con categorías como la de Kohut: "imago parental idealizada" y su libido idealizadora que, creo, disocia los aspectos hostiles a favor de imagos grandiosas.-Estas últimas son producto de la función omnipotencia del narcisismo infantil, éste último tema no mencionado por el último autor citado.Es decir que en la función idealizadora primaria distingo un aspecto definitivamente defensivo-disociativo y otro, también primario pero que debe diferenciarse del primero por ser idealizadora a expensas de la incipiente constitución del Principio de Realidad, por lo que a esas representaciones idealizantes les faltan contextos de investiduras relativizadoras que se van instalando por el procesamiento secundario.- Pero en la medida en que se sobreinvisten los peligros y los conflictos infantiles la libido idealizadora va separándose de la defensa idealización y del operar de la omnipotencia, para transformarse en parte de la libido neutralizada y que en gran monto investirá al par SuperYo-Ideal del Yo (El Yo y el Ello Cap. IV) Libido neutralizada debe entenderse como libido sin metas sexual-agresivas directas, diferenciada del empuje de las investiduras pulsionales, originales cuyas metas son fines directos al servicio de la descarga inmediata; por el contrario el Yo Realidad Definitivo las ha transformado en fuerza del SuperYo-Ideal del Yo y disponibilidad energética para las cumplimentaciones identificatorias y las especificidades funcionales que le son propias.-En éste caso, el del capítulo IV del Yo y el Ello, "desexualizada" no es ni debe entenderse como des-Erotizada, como habiendo perdido los fines de Eros.-Acá debemos asumir las dificultades de los significantes freudianos porque tendremos que diferenciar también el mantenimiento de Eros en el Yo, de la defensa "erotización", por ej.: erotización del pensamiento. Un analizando de edad madura tenía como novela neurótica el haberse salvado por sí sólo de la pertenencia a una familia que era un "chiquero"(por el desamor entre los padres, la debilidad infantiloide del padre y la insatisfacción de la madre y dos tías con tal marido y hno.).- Notando esas lacras él se había erigido como un pequeño-gran héroe, futuro fundador de una familia ideal que aplastaría con su existencia a la familia inicial.-La viñeta muestra el encastre entre un Yo Ideal, fijación del Ello y residuo de la omnipotencia autoengendrante de lo que fue Yo Placer Purificado, en tanto "haberse salvado por sí solo" era lisa y llanamente haber nacido por sí mismo de un "repollo narcisista" como le dije algún día.- Era librarse de su generación subjetiva por las propuestas de una pareja unida por las dependencias recíprocas y por el desamor.- Construyó pues la imagen de un Engendrador, padre, amante marido plenamente satisfactorio tomando en gran parte como identificaciones de "príncipe azul", a las fantasías de las que lo hacían partícipe las mujeres de la casa, las que, de todos modos no por fantasear se habían salvado del "chiquero", por lo que el analizando separó mediante la idealización aspectos denigrados de las mujeres, sobre los que guardaba una feroz hostilidad que le ayudó a construir el proyecto grandioso, fundamentalmente medida Inc. Pero el paciente es un neurótico, con una firme estabilización conflictiva alrededor de los complejos de Edipo y castración, con deseos incestuosos supérstites y dificultades intensas en la aceptación del posicionamiento de género. La fantasía de autoengendramiento encuentra su tope en una aparentemente paradójica dependencia amorosa objetal y narcisista de la imago materna, en tanto la desea como objeto edípico pero la necesita también como objeto especular, como ideal de apoyo y sostén protésico del Yo, el que sin ése objeto idealizado se siente "un bebé inviable" notablemente condensado a su idea autoidealizante de varón intensamente deseante de mujer.-Esta imago propia es correlativa de la maternal idealizada que ha sido condensada con el objeto heterosexual (denigrado) del C. De Edipo y, al contrario de la formación de ideales postedípicos, es soporte de la idealización como defensa primitiva que permite escindir principalmente los aspectos intensamente agresivos y despreciativos hacia el objeto por el cual sobrevive, pero que por ese mismo motivo es vivido como dominante y pasivizante, sumisiones por las que el objeto amado también es odiado.- Desarrollemos esto un poco más. Por detalles de la historia que no relataré aquí, hay que inferir que ya hubieron intensos conflictos de deseo-rechazo, probablemente recíprocos, entre el bebé y su mamá, tanto orales como anales, fijaciones que no impidieron una llegada bien estructurada a los complejos de castración y Edipo.-Algo de lo oral fue descripto por él como glotonería-vómito y algo de lo anal podría describirse como dependencia extrema del funcionamiento intestinal de ciertas intervenciones maternas, vividas por ambos como participaciones absolutamente vitales(idealización) disociado esto del horror a la sumisión y entrega del sistema intestinal a la madre.- Estos predominios pulsionales concuerdan con que el objeto pulsional ( oral y anal) sea , desde el punto de vista narcisista una representación fuertemente idealizada, sustento del Yo, pero con los aspectos disociados que informan precisamente al Yo de ésta dependencia, intolerable para su omnipotencia como despliegue especular de la propia omnipotencia materna. Tal representación materna confluye con la Edípica. El analizando tuvo varias convivencias en pareja, intensamente comprometidas en los primeros tiempos y de larga duración porque pasados los meses de inicio, transcurría luego varios años pensando en como separarse y librarse de la "piedra que se había echado encima", con cada mujer cargaba una cruz. En el relato conciente había una novela idealizada: la familia propia implicaba varios hijos idílicamente reunidos alrededor de la mesa con una madre generosa e invariablemente dulce, con la cual ni imaginaba un sí ni un no.- En el Ello éste ideal relativamente razonable lo mostraba mediante las interpretaciones como una especie de marido-médico o terapeuta prostituto, el hombre que "sabía" en un sentido muy profundo lo que deseaba una mujer y era capaz de procurárselo: él mismo.-Médico o terapeuta porque curaba a las mujeres de todos sus males, de la fiebre de la insatisfacción constante, que había calcado del modelo femenino familiar, en definitiva de la castración que él les fantaseaba y de la cual efectivamente había salvado a su madre con su nacimiento.-Ella le había dicho durante toda la infancia: "vos me salvaste, mi vida no tenía ningún propósito antes de que vos nacieras", luego fue ella la madre amante -terapeuta que le salvó la vida.-El Ello había construido otra novela de salvación recíproca de terapeutasdioses que subtendía toda intencionalidad amorosa. Una sola mujer pudo tener un hijo con él, luego tuvo problemas de salud como los que contrajeron llamativamente las mujeres que siguieron, todas las cuales se vieron impedidas de engendrar. Casi como un Enrique VIII tronante y frustrado, maquinaba el divorcio sintiendo que lo habían estafado, pero sobre todo, incapacitado por sus mujeres en el rendimiento masculino que tenía derecho a mostrar, sintéticamente: las mujeres lo castraban en ésa identidad de marido ideal y padre prolífico, en la que él sólo se hallaba como hombre y con la que vencía al padre bohemio, tan chiquilín como chico había sido él.-Esta identidad (idealizada) era una propuesta identificatoria de las mujeres de la casa, las que tenían ideas muy precisas acerca del candidato ideal, siendo una tía viuda de alguien que no lo fue y la otra soltera por no haberlo conseguido: un caballero seductor, generoso, inteligente, de finura psicológica y sentimental, no promiscuo por lo tanto fiel y que subordinara fuertemente la sexualidad a un ideal amoroso, condición que hasta estas épocas ha sido mas bien características del erotismo femenino.- Estos ideales femeninos vienen cambiando históricamente, pero en la infancia del paciente constituyeron un nido de significaciones preexistentes en las cuales nació el Aparato psíquico de mi analizando. En una de tantas sesiones logramos ahondar mas en la condición de madre prolífica que exigía a las mujeres como esencia natural de la femineidad, en tanto le negaba esa esencia de género a la que pretendiera no tener o no pudiera tener hijos.-Habló de la mujer desnuda, de la incapacidad que tenía él de relacionarse sexualmente sin un contexto amoroso y proyecto afectivo, "sólo sexualidad" me dice como aludiendo a una miserabilidad. Vd. tiene esa condicionalidad afectiva que suele aparecer más en la erotización femenina.- le digoSí ¿no? Parezco una mujer.-Es que...sin proyecto de hijos...una mujer desnuda es...sólo una mujer, nada más...como que es insuficienteA una mujer desnuda le falta algo....-agrego yo Hay algo tenebroso e inquietante en lo que le falta...tiene que tener hijos.concluye.La masculinidad soñada por las mujeres de la casa articuló a la identificación femenina con el logro de una masculinidad potente y salvadora, "seria" y distante de la bohemia paterna. Pero ése mismo movimiento garante de la masculinidad le infundía identificatoriamente los sueños femeninos que lo castraban, de lo cual pensaba salir con una exacerbación del mismo sueño idealizante: la familia feliz y en cantidad que probaría para siempre la potencia masculina, la potencia paternal de él y la naturaleza femenina de la esposa a encontrar. A todo esto la obsesión por el hijo y la familia desestimaba la existencia efectiva de un hijo logrado...lo que sucedía es que era hija...y no satisfacía al padre con otro doble de su yo: el hijo varón salvador. Cancelada gran parte de la represión sobre la idea de la mujer castrada "sólo ella" "sin hijos" comenzó a abandonar el objetivo de la gran familia como atributo de la femineidad y la desmentida de la posibilidad de su propia castración. Pasó a primer plano la búsqueda de la mujer joven, y efectivamente se enamoró perdidamente de una señora bastante menor que él, de cuyas virtudes para enamorarlo sólo podía decir que tenía una figurita perfecta, cara linda y largos cabellos rubios.-Ya habían habido entusiasmos con otras mujeres de las cuales sólo podía describir: el talle adolescente, la cara y quedaba notablemente estupefacto cuando lo interrogaba sobre alguna cualidad psicológica que lo hubiera atraído.-El cuerpo desnudo de la mujer" sólo ella" que lo había perturbado, pasó aquí a ser idealizado como un fetiche efectuando el corte de toda condición psicológica, como manera también agresiva de desubjetivizar a la mujer a expensas de otra idealización, la del talle de junco, lindas. Continuábamos pues sobre el complejo de castración y las idealizaciones que intentaban desmentirlo, sobreinvestida la fantasía de castración por carencia de hijo, la reafirmación del valor fálico se aferró a la imagen. La joven señora quedó abrumada por el amor romántico y excesivo que el maduro caballero le prodigaba, trató de hacer algunos planteos de realidad, varios con violencia verbal y actitudinal, para mi analizado el fetiche corporal montado sobre la femineidad se hizo trizas, se mostró la verdadera fealdad y maldad de la mujer, en definitiva la agresión preparada por él desde hacía tiempo y dirigida a la madre pasivizante de la cual dependía y, desde ella, se dirigía a todas las mujeres de las cuales dependía excesivamente su vida afectiva, maldad que, en su conciencia proyectaba, se generaba en la mujer hacia él y de la cual era una vez mas víctima y sacrificado.-Ellas traían siempre "un cuchillo bajo el poncho" "un cable de alta tensión para metérselo en el culo", con lo cual cuando el objeto caía defenestrado se mostraba el aspecto odiado de la madre omnipotente, anal y fálica idealizada.La que con males artes le quitaba su potencia viril. Insistió en "entusiasmarse eróticamente" con jóvenes pero los proyectos estaban llenos de reivindicación vengativa y rencorosa y fracasaron todos por carecer de percepción acerca de los verdaderos sentimientos de la otra persona en tanto persistía la idealización de la piel tersa y el talle esbelto.-De éstos perceptos deducía, con una extraña lógica a la mujer ideal y si ésta supuesta ideal sólo le prodigaba un trato simpático, las infería intensamente deseantes de él.- Este último era fuertemente y ahora con menor intensidad un rasgo definitorio de su neurosis y que constituyó gran parte de la transferencia erótica.- Se sentía enamorado ante la convicción de haber enamorado, deseante frente a la convicción de estar siendo deseado de tal manera que la transferencia erótica terminó en nerviosas increpaciones a mi deseo y si ése era "solamente" el deseo de analizarlo. Aquí había un movimiento de la histeria que había fallado: no se presentaba como lo más deseable del mundo esperando una confirmación de su seducción, para luego frustrar esa seducción, sino que construía la convicción seductora para él, de que ya había seducido a la mujer y que sólo debía ir por la cosecha.Operaba sobre él una autoidealización como objeto incontrovertible de deseo que hacía de eco a la de la madre y las tías que lo constituyeron como el niño salvador, el futuro marido salvador de las mujeres pero que con esa investidura ya las había salvado a ellas. Aunque el ideal familiar idealizado había caído, y estaba dispuesto a relaciones temporarias, la autoidealización que partía desde el niño salvador engendrado por fantasías convergentes no desapareció y se manifestaba siempre por un profundo estupor hacia los rechazos femeninos que adoptaba esta forma: ¡Insensata!¿cómo no te has dado cuenta?.-(De quién soy yo, el único que sabe como salvarte etc. etc. etc.) Ninguno de los coqueteos se concretó. Pero esta idealización edípica que lo ofertaba como el hombre inobjetable, contrainvestidura del terror a la castración estaba condensada con una idealización especular de la madre respecto a la cual sentía que "sin ella" no podría vivir y lo pensaba con absoluta concreción siendo muy pequeño, sintiendo que "vivía por la madre", así como había tomado al pié de la letra lo que la mamá le había dicho siempre aludiendo a las insuficiencias del padre: "vivo por vos".Eran pues dos salvadores: el salvador de la salvadora, figuras que alcanzaron fantasías religiosas e identificaciones con Jesús. La consumación de su masculinidad en el encuentro con la mujer ideal realizaría también otra salvación que articulaba a la castración con la muerte. Tendría un renacimiento, dejaría la piel del bebé inviable que siempre sintió de sí y la pareja tendría el valor de un dios vivificante que produciría una mutación de su vida. El y la madre como fuentes recíprocas de vida del narcisismo preedípico se encontrarían sustituidos por una heterosexualidad apenas exógama, siempre futura, nunca arribada en la cual quedarían definidos para siempre el sexogenérico y la vida. Hoy puede decirme: Yo tuve una religión particular, la espera de una diosa que cambiaría mi vida con una salvación que yo no sabía en que consistía, sólo imaginaba un renacimiento. Toda esta tremenda inversión de libido idealizadora del enamoramiento que sustituía las representaciones de aniquilación y castración significó un gran depósito energético en fijaciones primarias que, efectivamente menoscabaron la posibilidad de mayores rendimientos sublimatorios sin impedirlos, en tanto es un exitoso profesional por su extremada corrección pero sin rendimientos creativos para los que está indudablemente capacitado por su inteligencia.- El trabajo mental neurótico y, por lo tanto sin salida, puesto en las vicisitudes repetitivas con las mujeres evidentemente podría llenar varios tomos mientras que la creatividad profesional sólo algún cuaderno quizás. La línea de las idealizaciones defensivas se opone pues y es contraria a la conformación de ideales como participación subjetiva en el patrimonio cultural y a la efectividad del yo y del superYo para consumir pulsiones reutilizando su libido, en elecciones acorde a fines del ideal del Yo y del Superyo y ejecutadas con acciones específicas del Yo. El padre fue modelo del SuperYo en gran medida como contramodelo por indisciplinado y fallido en su papel de proveedor, pero a lo largo del desarrollo de análisis, su figura absolutamente peyorizada cambió en algo, puesto que el analizando seguía comprobando en su pensamiento que las mujeres de la familia habían exagerado pero no carecían totalmente de razón.- Habían exagerado porque el padre intentó introducirlo al fútbol, tenía una gran sociabilidad unida a un gusto por la política, cuya relación con él reconoció mi paciente en motivaciones sociales y militantes que constituían una auténtica vocación en la que se invertía parte de la libido cuya mayor monto estaba destinado al encuentro de la mujer ideal, con la cual se evidenciarían el marido y pater familia que era él.- Parte de la militancia paterna estaba vinculada a una tradición de valores e identificaciones que también reconoció en él como ideales, tesoros sociales constituyentes de su superYo y que comenzaron a restar algo de fuerza, pero sólo algo, a la aspiración sintomática, idealizadora defensiva y primitiva transaccionada entre las pulsiones y los narcisismos primitivos con la masculinidad del Ideal del Yo.- La estructura SuperYo-Ideal del Yo había sufrido la regresión patognomónica de la neurosis obsesiva hasta elevar a la masculinidad como un ideal de caballería medieval y dar lugar a una actuación sumamente paralizante del Super Yo que lo sancionaba siempre tanto por lo que hacía como por lo que no hacía y que paralizó un potencial de desarrollo profesional que se hubiera podido desplegar más, de no haber oscilado siempre entre vocaciones y motivaciones contradictorias.-Poco a poco el SuperYo fue aceptando valores paternos éticos y de objetivos sociales, que suavizaron sus oscilaciones culpables y permitieron el ensanche de las sublimaciones como prácticas colectivas, con distintos objetivos compartidos en proyectos sociales, los que distribuyeron libido extraída del Ello con el antiguo amor al trabajo que provenía de la identificación a su madre.-La tortura de la exigencia masculina del Ideal del Yo sintomático disminuyó un poco a favor de ésos ideales de práctica social.-Hubieron pues transformaciones hacia la creatividad y la sublimación. La conciencia enunciaba que una mujer podía serlo sin hijos y que él podía ser varón sin tener la garantía de una vasta descendencia, esto fue el resultado de un largo trabajo de perlaboración sobre los terrores de pasivisación masoquista bajo el deseo de una madre anal, a los que regresionó el temor a la castración a manos de un padre odiado, el que se había condensado a nivel edípico con el abuelo materno, reconocido como autoridad por las 3 mujeres de la casa. La joven y bella señora provocó un enamoramiento exaltado pero ésta vez bajo análisis con lo cual por lo menos pudo pensar porqué tenía la convicción de haber encontrado a La Mujer de su Vida y que ya tenía La pareja desde las primeras salidas, de todos modos éstas convicciones de un preconciente conciente casi delirante, como dice Freud del Yo R.D. del hombre de las Ratas, entró en conflictos y peleas con la Dama-Diosa quien dejó de atender sus llamados ante lo cual Él "la dejó". La depresión posterior provocó recurrir a antidepresivos, pero hubo un derrumbe casi final de la investiduras idealizantes infantiles del Ello que fueron reemplazadas por aumento de criterio de realidad en el tejido del Yo, con reordenamientos concientes acerca de lo que él debía considerar una pareja y la toma de conciencia de que había establecido una religión individual en la cual Una Mujer, La Mujer los salvaría transformando la miseria de ser "sólo un hombre" en la Identidad de el único Hombre, el Salvador también.- Fue la saga amorosa de una salvación religiosa que los colocaría fuera de una vasto mundo enteramente existente como "chiquero". -Con la historia amorosa de la mujer en realidad yo, que soy agnóstico, me construí una religión personal: siempre admiré a Jesucristo.- me dice suspirando un día.Si...si...el crucificado.- le contesto yo.En los últimos tiempos inició dos relaciones mas, interrumpidas ambas por diferencias de carácter y proyectos con las mujeres correspondientes, una no soportaba discutir lo que les pasaba y la otra se comportaba con el ex -marido de una manera que mi paciente no estaba dispuesto a contener. Pero ambas relaciones fueron iniciadas y transcurrieron de manera fundamentalmente diferente a su tradicional manera.- Esta vez hubo una atenta observación y esfuerzo de comprensión de quién era la otra persona, de sus vivencias y cómo éstas impactaban diferenciadamente en él, reemplazó a la convicción delirante de que se había producido "El Encuentro".- Hasta fue mesurado en una propuesta sexual a una joven respecto a la cual tampoco abrigó la convicción indudable de que era deseado, propuso, la muchacha se negó y aceptó la frustración. El analizando no está feliz, si por eso se entiende como lo hacía él, un estado exaltado de alegría, hay un bienestar mesurado que proviene fundamentalmente de una aceptación de sí mismo al abandonar fantasías megalomaníacas e idealizantes, y que también lo lleva a encontrarse con un mundo que se le aparece difícil, tanto en el terreno amoroso como en el político pero que ya no es "un chiquero".-Ha hecho un largo camino hasta sentirse "un hombre común" con muchas virtudes pero que no va a protagonizar por lo menos hasta ahora ninguna novela. El análisis continúa por supuesto, pero el cambio psíquico logrado hasta acá es importante con reorganizaciones significativas de las 3 Instancias en las que se están consumiendo pulsiones, defensas y estructuras narcisistas arcaicas en el Ello, una reorganización identificatoria y funcional del Yo implicada una reorganización de su identidad de género, y una notoria despersonalización sádica del SuperYo, muy cercano a un antecesor arcaico, materno, que sólo le exigía "sé Mío" y que sobre todo se había convertido en una traba sublimatoria en tanto criticaba, por ejemplo, cualquier elección de lectura, si pertenecía a la profesión porque descuidaba a la política y viceversa si elegía uno de éstos últimos temas. Un psicoanálisis no puede aducir como su eficacia que el paciente "está mejor", "es más feliz" o "está más contento" o " se le fueron los síntomas" tal cual los describe el DSMIV, la mejoría, la alegría, la felicidad alcanzada por nuestros pacientes, por supuesto que son determinantemente importantes para nosotros los psicoanalistas.- Pero no como una descripción fenomenológica, deológica y muchas veces tendenciosa mas allá de la abstinencia, si no se puede dar cuenta de los cambios de tópica, dinámica y economía psíquicas que han antecedido y subtienden aquello que llamamos "estar mejor" o lisa y llanamente cura. Hay investigaciones que colocan al psicoanálisis o "terapias dinámicas" como teniendo efectos semejantes a cualquier otra terapia, creo que una comparación con indicadores fenomenológicos no pueden ser aceptados como criterios con validez para comparar la psicoterapia psicoanalítica con otras psicoterapias, cada una de las cuales, no lo niego, puede tener su propia efectividad y éxito.- Cada una de ellas propone un cambio psíquico, lo que sostengo es que ésos cambios sólo pueden ser validados desde la relación que tienen con las teorías que fundamentan sus recursos técnicos.-La técnica es la puesta en acto de la teoría y la lógica de la teoría psicoanalítica describe compleja y refinadamente las problemáticas psíquicas, la construcción de los recursos para enfrentarlas como psicoanalista y la índole de los cambios producidos con ésas herramientas teóricas.- Esto es de importancia científica, decisiva para una convivencia racional entre distintos paradigmas, y en el caso del psicoanálisis es ética en la medida en que el cambio expectado es una reorganización de Aparato Psíquico cuestión que se puede medir solamente con las categorías que lo definen, las que puestas en juego constituyen parte de la abstinencia como regla y promesa de objetividad posible al analizando que entra en el sin duda complejo juego intersubjetivo de la dialéctica transferencia y contratransferencia. Pasar de idealizaciones a la sublimación, el encuentro creativo de nuevas acciones específicas, y a la construcción de ideales es la descripción de un proceso que no puede ser efectuado desde cualquier marco ni aplicársele a procedimientos de cambio que no tienen esas categorías sino otras.- Si la abstinencia es el cuidado técnico por la diferencia yo-no yo y la asistencia para que el sujeto resuelva creativamente sus problemas concientizados, es claro que la teoría estructurada y sólida operando en el Preconciente del analista es una salvaguarda de las descripciones y los objetivos silvestres que puedan surgir espontáneamente de un analista. ilucioni@ciudad.com.ar