PSIMONART 4(1-2) 129-132-2012 CINE FORO 9 EL CISNE NEGRO BLACK SWAN Fabio Germán Eslava Cerón, MD.1 Esta película de origen norteamericano del año 2010, del género suspenso psicológico, cuenta con la dirección de Darren Aronofsky, producida por Scott Franklin, con guión de Mark Heyman y con la participación actoral de Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel, Barbara Hershey y Winona Rider. El filme recibió muy buenas críticas a nivel mundial y en su país de origen, en donde la protagonista, Natalie Portman, ganó los premios Oscar y Globo de Oro a mejor actriz y el premio de la Asociación de Críticos y Guionistas Estadounidenses. La película además recibió varias nominaciones importantes nacionales e internacionales. Claramente encontramos el interés psicológico inmiscuido en esta película que escogimos para una de las jornadas del Cineforo del año 2011 en nuestra Institución, en donde el director del filme y la historia nos llevan por un pasaje oscuro hacia nuestros temores y ansiedades más primitivas, siendo interpretadas y vivenciadas por la protagonista, quien logra atrapar a la audiencia en su ruptura psíquica y desintegración psicótica, que la llevan al final a una trágica muerte autoinflingida, mientras a la vez recibe la máxima gratificación profesional deseada. Esta ambivalencia de placer y dolor, de alegría y sufrimiento, de triunfo y debacle, abruman al espectador durante toda la filmación. Para el análisis de esta película contamos con la participación del Dr. Fabio Eslava Cerón, médico psiquiatra y psicoanalista, miembro de la junta directiva del instituto y ex presidente de la misma, docente del postgrado de psiquiatría y de la formación psicoanalítica de la Asociación Psicoanalítica Colombiana. A continuación, presentamos las palabras y reflexiones del doctor Eslava sobre su análisis de la historia, con lo que esperamos nuevamente que el lector disfrute de ellas tanto como los espectadores disfrutaron de la película y de la discusión posterior dentro de la actividad del cineforo. Omar Antonio Cuellar Alvarado, MD.2 1 Especialista en Psiquiatría y Psicoanálisis feslava@cable.net.co 2 Médico Psiquiatra, Especialista en Epidemiología Clínica Coordinador del Cineforo Clínica Montserrat - ICSN Presentación de cineforo ICSN 2011 Fecha de recepción: Marzo 2012 Fecha de aceptación: Septiembre 2012 129 Fabio German Eslava Cerón ANALISIS Y COMENTARIOS Desde el mismo título de la película, evocamos nuestras claridades y nuestras oscuridades. Siempre está en el fondo de nuestras acciones la imagen de nosotros mismos, y aún más profundamente, la percepción central, nuclear, esencial de cada uno como persona. Nuestro narcisismo y nuestra confianza fundamentales ,que dicho sea de paso se forjan en el crisol interpersonal de la primerísima infancia, se ven amenazados cada vez que nos exponemos a las circunstancias de incertidumbre. Sabemos que el primero y más profundo de los miedos es el de ser aniquilados. El de perder toda diferenciación entre nuestra persona y lo que está por fuera de nuestra piel física y psicológica. Esto pasa y se puede arraigar en nosotros mucho antes de que aparezcan otros miedos fundamentales: a perder el objeto amado, a la pérdida de su afecto, a la castración, a los peligros de la vida actual... Ya entre líneas se han dado ustedes cuenta de mi esfuerzo para no mencionar de entrada las palabras omnipresentes en todo planteamiento psicoanalítico: Madre y Freud. El director de esta película nos invita a aterrarnos de nosotros mismos. Parece querer enfatizar lo tenue de la línea entre la realidad y la alucinación. Nos hace visitar las regiones menos aceptadas de nuestra mente, a través de lanzarnos de frente nues130 tros impulsos y nuestras defensas contra ellos. En esta película en la que lo erótico se ve particularmente unido a lo destructivo, se presenta la disciplina, el rigor, el perfeccionismo, el sometimiento, como contrapartes de la libertad de los impulsos. Nina ,la protagonista, es la niña controlada, precisa para estar luciendo un tutú blanco, con la pureza de alma que los padres a veces fantasean en sus hijas. Niñas adecuadas para ser modelos de Degás, para vivir entre el fru-frú de las muselinas, los organdíes y las sedas almidonadas. Luego serán mujeres cuyos precisos movimientos en el escenario no transmitan más que lo que el coreógrafo ha diseñado para ellas. El camino que las conducirá a descubrir su verdadero ser no estará exento de lágrimas ni de cristales rotos. A la manera de películas clásicas de terror, ésta nos hace recorrer las diferentes etapas del desarrollo psicosexual con escenas que evocan ansiedades primitivas: desde las que nos provoca la confusión (fusión con, decía el profesor Arturo Lizarazo). Aquí Aronovsky nos hace perder en el estrecho campo que une y separa la realidad externa del mundo interno y en Nina del delirio, que no es más que la representación narrativa de los miedos, representados en las alucinaciones, que aquí más que nunca, son también los deseos. EL CISNE NEGRO Luego aparecen las ansiedades orales,con la incorporación forzada del apego a la madre por ejemplo con un dedo con la crema de un pastel que ésta amenaza con tirar a la basura si se le rechaza, y con la expulsión de las emociones indeseables a través del vómito. Erica, la madre, tiene emociones contradictorias acerca de su hija y acerca de sí misma. Aquí también la película nos invita al terreno de la ambivalencia sutil pero incisiva y dura como una hoja toledana. Erica quiere a su hija y la odia, y le atribuye su fracaso y su paso gris por el ballet. La ataca con tijeras, con culpa, con depresión y con la prohibición de que la supere sin sufrir por atreverse a hacerlo. La tienta con la promesa de protección a cambio del fracaso, que para el efecto consiste en permanecer refugiada en el “Cisne Blanco” interior. El mandato inconsciente “no me superes”, aparece claramente en las invitaciones a la resignación al fracaso. En un espejo aparece una acusación prostituta, pero también en la pregunta de Erica por las joyas (de fantasía) que Nina luce en la noche de su presentación. Erica sugiere que Nina las recibió a cambio de favores sexuales. Lo mismo que el papel de reina cisne. Nina lleva la idea intolerable de haber impedido con su presencia de bebé no deseada el éxito de Erica como bailarina. Es víctima de una enorme culpa por haber nacido y arrastra el mandato final que coincide con el clímax del “Lago de los Cisnes”: no vivas. Es necesario morir. El contacto entre madre e hija,como siempre parte de la piel, que se destaca como el órgano de la transformación de “no-yo” a “yo”. Es el lugar corporal donde se percibe la unión, luego la separación y donde se da en esta película la batalla de la búsqueda de identidad. La Nina presa bajo la piel en la que está contenida y a la vez encerrada, trata de expresarse a través de toda la trama rompiendo el continente. Rasga su espalda, rompe con la niñez, (lanza los muñecos de felpa por el conducto de la basura) y con la madre de manera explosiva como ocurre siempre que la unión es tan íntima y que la separación se da a destiempo. El director Insinúa elementos de las etapas anal con la rigidez de la norma, la suciedad y sordidez de la experiencia con licor y drogas en una discoteca, fálica con el palo (falo) que Nina esconde en el armario como un arma , edípica cuando la sumisión a la madre se convierte en rivalidad en la que entra la propia y la desplazada a Beth la reina anterior,en el trato de “pequeña princesa” que conquista luego de la incierta pero intensa seducción a y de Thomas, incluido en una alucinación-percepción de relaciones sexuales que la excluyen como en una escena primaria, y de rivalidades fraternas y con el mundo adulto. Si se tratara, como creo que se trata, de despertar las ansiedades de los espectadores, valiéndose de hacernos 131 Fabio German Eslava Cerón recorrer las imágenes que asociamos más probablemente con los diferentes puntos de fijación cuyas huellas llevamos en el alma, creo que este cisne negro lo logra con creces. a seguir, no sin desconfianza. En la alucinación dice: y si yo danzara el cisne negro? Alucinatoriamente es asesinada y ocultada. El cisne negro es sádico y perverso... Beth, la exitosa pero declinante, de quien Nina quiere adquirir la perfección y el éxito a través de los cosméticos, es otra madre sobre la que Nina quiere y teme triunfar. Ganar implica destruir y quizá perder el control. Ella que se hiere la cara dice en su derrota: no soy perfecta. No soy nada! Thomas el seductor de una reina cisne tras otra, sufre un mordisco que promete que en el interior se oculta lo negro que él busca para su propia gloria de creador. Y es que en este personaje, un poco Mr. Higgins, un poco Pigmalión, parece revelarse el director en su intención última: la de que nos identifiquemos con la búsqueda de nuestros propios aspectos controlados y ocultos. Con el cisne negro que todos alojamos en alguna parte. Lily tiene, también en la piel, el cisne negro. El erótico, libre, rebelde sin amarguras,que inspira un modelo 132