ANEXO 1 Caso de Matías Matías tiene doce años. Vive con su mamá y sus cinco hermanos mayores. La mamá casi siempre habla gritando para que todos se apuren, pues tiene muchas cosas que atender para poder mantener a todos. Matías es un chico callado; a veces quiere pedirles a sus hermanos mayores que lo dejen jugar con ellos, pero no se atreve a decirlo porque piensa que lo tratan como a un niño. Matías siempre hace sus tareas a tiempo y presta atención a las clases, aunque, por timidez, no participa en clase. Este año ha pasado a secundaria y uno de los profesores, Carlos, se ha fijado en sus cualidades y lo ha felicitado frente a sus compañeros. Como es la primera vez que le ha sucedido algo así, no ha sabido cómo reaccionar. Se ha sentido avergonzado y contento a la vez, pero no ha dicho nada en casa; le parece que el profesor exagera, que él no es tan bueno como el profesor ha dicho. Sabe que si le preguntan por las tareas puede responder, pero si le preguntan por lo que quiere y le gusta no sabe qué decir y prefiere copiar lo que dicen sus compañeros. Matías se ha sentido motivado por la explicación de su profesor Carlos, quien les ha explicado que el mundo está cambiando mucho y que necesitamos cuidarnos de los rayos solares para que todos podamos estar sanos. Matías piensa: “Pero a mí me gusta el verano, el Sol, la playa”. Y se atreve a preguntarle: “¿Por qué tenemos que cuidarnos del Sol? ¿Cómo podemos cuidarnos del Sol?” El profesor le responde: “Porque los rayos del Sol pueden dar cáncer a la piel”. Matías lo escucha y piensa que él no vale mucho y por eso no importaría si los rayos solares hacen daño a su piel. 1