Las hermanas Brontë Esta Navidad de 2003 hemos querido dedicar esta sección a la vida y obra de tres hermanas novelistas cuyas obras trascendieron la época y el lugar que les toco vivir, la era victoriana. El caso de las Brontë es digno de atención: en menos de dos años, tres hermanas inglesas, publicaban tres de los libros más influyentes en la historia de la literatura inglesa ("Jane Eyre", de Charlotte; "Cumbres borrascosas" de Emily y "Agnes Grey" de Anne). Desarrollaron su actividad literaria en una época especialmente contraria a la idea de la mujer intelectual y, sin embargo, supieron aprovecharse del único resquicio creativo reservado a una mujer: publicar bajo un seudónimo masculino. La vida de las hermanas Brontë ha sido objeto de interés público y especulación constantes, especialmente a raíz de la temprana muerte de dos de las hermanas, Emily y Anne, poco después de la del hermano varón Branwell. Alrededor de la figura de estas tres escritoras se ha ido creando una leyenda sin duda favorecida por la aparición de gran cantidad de biografías y estudios, muchos de los cuales sólo han pretendido iluminar aspectos escandalosos de la intimidad de estas tres novelistas. Y es precisamente el progreso de esta leyenda lo que ha provocado un cambio en la actitud hacia su obra literaria. De una discusión respetuosa, cauta y ligeramente reverencial se ha pasado al revisionismo feminista, a las revelaciones propias de la prensa amarilla y a la proliferación de nuevas interpretaciones, a pesar de haber transcurrido ya casi siglo y medio desde su muerte. Y a lo largo de todo este proceso, el respeto profesado a la obra creativa de estas tres escritoras inglesas se ha visto alterado dramáticamente. En la actualidad, la única obra escrita por Emily, "Cumbres borrascosas", es la que recibe las críticas más halagüeñas, mientras que la antes considerada como más talentosa de las hermanas, Charlotte, ha visto menguada su talla literaria. Es por todo esto, por lo que hemos considerado interesante centrar el punto de mira de los Malfenti en la figura de estas tres, sin duda, relevantes escritoras inglesas. Por Roberto Goñi Mister Smith, renombrado editor londinense, quedó sorprendido al ser avisado de la visita de Currer y Acton Bell y descubrir que tras esos nombres se encontraban dos tímidas muchachas. De este modo, Charlotte y Anne Brontë, tomaban por primera vez contacto personal con la editorial que había publicado sus obras “Jane Eyre” y “Agnes Grey”. El editor, como tanta otra gente, había supuesto en todo momento que se trataba de dos hombres, al menos así podía deducirse de los seudónimos con que iban firmadas las obras. Como podemos imaginar, su asombro fue enorme, y a partir de ese momento no dedicó sino halagos a las dos jóvenes escritoras. 18 Pero, ¿cómo tres muchachas originarias de un medio cerrado y lejano como Yorkshire fueron capaces de alcanzar el grado de popularidad y relevancia literaria que de hecho consiguieron? La realidad había superado, para las tres escritoras, la ficción de un rico y elaborado mundo de sueños. El reverendo Patrick Brontë, padre de las novelistas, era un irlandés de origen humilde cuya ambición e interés por la educación le llevaron a estudiar inicialmente por su cuenta. A pesar de haber trabajado como herrero y aprendiz de tejedor, se las arregló para encontrar benevolentes protectores, consiguiendo a los dieciséis años ser maestro de escuela y posteriormente tutor de una familia evangélica. Él siempre se consideró un caballero por naturaleza, a pesar de su origen pobre, y llegó al extremo de cambiar su más estrecha de miras de la religión, pero también fue una persona generosa que no dudó un momento en dedicar su vida entera a la familia de su hermana. verdadero apellido, Prunty, por el de su héroe, Nelson, duque de Bronti. Escritor de poesía, cuentos y hasta una novela corta, lector insaciable, seguidor apasionado de los avatares políticos y militares, transmitió a sus hijos algunos de sus rasgos y pasiones más características, aunque su fuerte personalidad le valió los calificativos de tirano, arisco e irascible. En 1812, a la edad de 35 años, se casó con María Branwell, una mujer perteneciente a una familia de metodistas de la zona de Cornualles. Durante los siete años siguientes tuvieron seis hijos: María, Elizabeth, Charlotte, Patrick Branwell, Emily Jane y Anne. En 1820 toda la familia se trasladó a Haworth, en Yorkshire, donde el padre consiguió un puesto definitivo. El año siguiente la madre moría de cáncer. María Branwell, una mujer comprensiva y cariñosa, no tenía, de este modo, posibilidad de influir en la educación de sus hijos tal y como lo haría su marido, pero se considera que su legado intelectual es innegable (sus escritos no publicados muestran talento literario). La muerte de la madre trae a casa a la hermana de María, Elizabeth Branwell, que abandonando su tranquila existencia, dedica su vida a la educación, sobre todo religiosa, de sus sobrinos, así como al cuidado de la casa y de la familia. Elizabeth, una persona estricta y austera, les mostró la cara Patrick decidió enviar a sus hijas mayores a una escuela recientemente abierta para hijos de clérigos, Cowan Bridge. Primero fueron María y Elizabeth y al poco tiempo las siguieron Charlotte y Emily. Como consecuencia de los rigores allí sufridos, las dos mayores murieron de tuberculosis a la edad de doce y diez años. La experiencia supuso un golpe dramático especialmente para Charlotte, que tenía entonces ocho años. Su amor por sus hermanas era muy intenso y siempre había sentido adoración por ellas. A María la describía como una madre para las demás, sobrehumana en bondad e inteligencia. Todo el dolor sufrido y su experiencia en la escuela Cowan Bridge serán materializados en su novela cumbre, “Jane Eyre”. Tras la muerte de las dos hermanas, el padre se encargó de educar a los niños en casa asegurándose de que tuvieran un buen conocimiento de los clásicos, la historia, la literatura, geografía y gramática. No seguía ningún tipo de esquema, pero supo inculcar en sus hijos la pasión por estas materias que sin duda eran sus preferidas. Consciente del carácter artístico de sus hijos, contrató a un profesor de música para las chicas y a un profesor de pintura para Branwell. También se hizo socio de la biblioteca del Keighley Mechanics’ Institute para que de este modo nunca faltaran libros en casa y la familia Brontë recibía con regularidad 19 una de las revistas literarias más populares de la época, “Blackwood’s Magazine”, que los hermanos leían con avidez. Esta revista influyó enormemente en el espíritu creativo de los niños. A lo largo de varios años Charlotte y Branwell escribieron quince números de una revista inventada por ellos mismos a la que llamaron “Branwell’s Blackwood’s Magazine”. Incluían un comentario editorial, reseñas de libros, poemas originales, adivinanzas, historias por entregas. Todo a escala reducida, pero en la que se mueve inicialmente la producción de estas dos hermanas. Hoy apenas si quedan rastros de Gondal excepto por algunos reflejos en la poesía de Emily. A los quince años, Charlotte fue enviada por su padre al colegio Roe Head con la idea de que recibiera la formación necesaria para convertirse en institutriz. Allí conoció a una de las personas que más marcarían su vida, Margaret Wooler, la directora del centro. Años más tarde, ésta contrataría a Charlotte como profesora, y cuando cuidadosamente encuadernado. Aparte de esta revista, Charlotte y Branwell, con la ayuda creativa de sus hermanas Emily y Anne, escribieron muchas otras historias. Al ser educados en casa, no tenían otra cosa que hacer en sus ratos libres que leer y escribir. No trataban con niños de su edad y esto provocó en ellos una gran sensación de soledad. De ahí que no sorprenda que Charlotte en su adolescencia escribiera hasta veintitrés novelas completas (de escaso o ningún valor literario). Las historias creadas en comunidad entre Branwell y Charlotte mostraban una sorprendente coherencia argumental, relatando hechos en una sociedad completa de ficción poblada de personajes semihistóricos. Crearon un reino de ficción denominado Angria con su capital, Adrianopolis. Otra de las fuentes de inspiración que nutrió el mundo literario de las Brontë fueron las historias de fantasmas, hadas y duendes que les contaba su vieja criada Tabby. En estas historias se basaron Emily y Anne para crear la exótica isla de Gondal, ficción literaria las hermanas pensaron en tener su propia escuela, les ofreció la suya. Tras año y medio en Roe Head, Charlotte volvió a casa y se encargó durante tres años de la educación de sus hermanas, que se complementaba con las clases de pintura y música que les impartían otros maestros. Cuando a Charlotte le ofrecieron ser profesora en el colegio Roe Head, aceptó a cambio como pago parcial que su hermana Emily recibiera clases gratis y posteriormente Anne. Pero Emily no aguantó mucho en el colegio, echaba demasiado de menos su casa, y fue sustituida por Anne. Mientras tanto a Branwell se le había estado preparando para entrar en la Escuela de Arte de Londres a los dieciocho años, pero cuando llegó el momento ni siquiera fue capaz de presentarse ante sus profesores y volvió a casa. Parte de este fracaso se debió a su debilidad de carácter, pero también a su escasa formación. Posteriormente intentó establecerse como retratista, aunque también fracasó. 20 Charlotte escribía textos, incluso novelas de cierta importancia, obras en las que se nota una gran influencia byroniana, como sus textos sobre el reino de Angria, pero se empieza a captar una fuerte dosis de realismo y demuestran una gran capacidad de observación. En 1839, Charlotte trabaja por primera vez como institutriz en casa de la familia Sidgwick. Allí se enfrenta al comportamiento real de las damas aristocráticas. Las formas de la alta sociedad distan demasiado del comportamiento de las princesas que inventa para sus historias. En este mismo año recibe dos proposiciones de matrimonio, pero ambas las rechaza. A la vuelta a casa de Charlotte, el padre y la tía proponen a las tres hermanas que abran su propia escuela (tanto comunican que su tía ha muerto. Tras la muerte de la sacrificada tía, Charlotte volverá a Bruselas, mientras que Emily permanecerá en casa haciéndose cargo del papel de la tía. Sin duda, Emily es la poseedora del carácter más introspectivo y se sabe que tuvo muy pocos amigos. A pesar de todo se trataba de una mujer estoica y con una gran capacidad de sacrificio y decisión. Ahora Charlotte, además de cómo alumna, viajaba como profesora de algunas clases. Será en esta estancia cuando le ocurra otra de las situaciones que más le marcarán en su vida. Se enamoró del director y propietario del instituto en el que recibía e impartía clases, Monsieur Héger, pero éste no era libre y nunca le correspondió. A pesar de todo, la mujer del director tuvo conocimiento de la atracción Emily como Anne han seguido los pasos de su hermana mayor y han completado su formación como institutrices). De hecho, Elizabeth está dispuesta a contribuir económicamente. Charlotte acude en busca de consejo a su antigua profesora y directora, Margaret Wood, y ésta le ofrece su propio centro para que lo dirija junto con sus hermanas. Pero debe comprarlo. Mientras busca la manera de hacerse con la suma de dinero necesaria para adquirir el colegio, una antigua amiga que reside en Bruselas le anima a desplazarse a esta ciudad con el fin de adquirir conocimientos en otras lenguas y experiencia en lo que a la dirección de un internado se refiere. Charlotte consigue convencer a Emily para que le acompañe, pero deben volver al poco tiempo ya que les sufrida por Charlotte y precipitó la vuelta de ésta a casa. Charlotte volvió destrozada emocionalmente e intentó entablar una correspondencia apasionada con el director, pero una vez más no fue correspondida. En la rectoría, el padre cada vez dependía más de Charlotte y sus hermanas y la idea de fundar una escuela se desvanecía poco a poco. Intentaron abrirla en su propia casa, en la rectoría, pero la idea terminó en rotundo fracaso. Por su lado, Branwell había conseguido un trabajo en una empresa de ferrocarriles. Será despedido al ser acusado de robar parte del dinero de la empresa (realmente no fue culpable del robo, pero sí responsable). Es entonces cuando entra a trabajar como tutor en la familia para la que trabajaba Anne 21 como institutriz; los Robinson. Pero también es despedido de este trabajo por descubrirse que mantiene una relación adúltera con la dueña de la casa. Anne y Branwell se ven obligados a volver a su hogar. Separado de la mujer a la que ama, el único hijo varón de los Brontë se refugia en las drogas y el alcohol convirtiéndose en una carga para la familia (Charlotte nunca le perdona un adulterio que ella misma hubiera cometido en caso de haber sido correspondida). En esta época Charlotte descubre la poesía de Emily y decide que las tres hermanas podrían publicar un libro de poesía. Consiguieron encontrar una editorial que aceptó publicar la obra previo pago de una cantidad por parte de las hermanas (la herencia de su tía) y salió a la luz el volumen firmado por “Currer, Ellis and Acton Bell” (cada hermana usaba la inicial de su nombre en la inicial de su seudónimo). Es la primera vez que utilizan un seudónimo masculino (con escrúpulos, eso sí), pero es la única forma de evitar el prejuicio hacia las mujeres escritoras. Los comentarios de los críticos, a pesar de borrascosas” y “Agnes Grey” en unas condiciones editoriales bastante malas (debían las hermanas cubrir los costes y las tiradas iban a ser pequeñas). A pesar de todo, Emily y Anne aceptaron. En “Agnes Grey”, Anne proporciona un relato íntimo de amor y humillación en el que se describe la baja consideración moral y social de una institutriz victoriana. La obra de Emily, “Cumbres borrascosas” con sus personajes brutales y su lucha de sentimientos primitivos no causó buena sensación en la crítica y se la tachó de salvaje y burda. Charlotte, por su lado, envió el manuscrito de “El profesor” a una firma poco conocida, “Smith, Elder & Co.” que tras discutir su valor literario finalmente decidió rechazar su publicación, aunque mostrando su interés en estudiar una nueva novela de tres volúmenes. Charlotte respondió que tenía una prácticamente acabada de tales características. En un mes les envió “Jane Eyre”. En esta novela mezclaba experiencia real con melodrama y ficción, abandonando, por tanto, el realismo presente en “El que sólo se vendieron dos ejemplares el primer año, las animaron a seguir escribiendo. En realidad, los únicos poemas con cierta calidad literaria eran los de Emily. Pero ya antes de la publicación del libro de poesía, las tres escritoras tenían una novela escrita: “El profesor”, Charlote, “Cumbres borrascosas”, Emily y “Agnes Grey”, Anne. Charlotte se puso en contacto con varias editoriales hasta que una de ellas, Henry Cautley Newby, aceptó publicar “Cumbres profesor”. La novela fue aceptada inmediatamente y sólo tardaron seis semanas en publicarla. Fue un éxito rotundo, tanto de público como de crítica. Currer Bell se hizo famoso de la noche a la mañana. Antes de que se publicara su primera novela, Anne ya había escrito otra titulada “The Tenant of Wildfell Hall”. Se la ofreció de nuevo a la editorial Newby. Para aprovecharse del éxito de las otras novelas escritas por los Bell, la editorial fomentó el rumor de que los 22 tres Bell en realidad era la misma persona. Esto creo un malentendido entre Charlotte y sus propios editores. Con el fin de solucionar este problema, Charlotte y Anne viajan a Londres para visitar en persona a los editores de Charlotte. De esta forma se descubre la verdadera identidad escondida tras los seudónimos Bell. Sin embargo, se tardaría bastante en desvelar este descubrimiento al gran público. El padre de las Brontë no tuvo conocimiento de este hecho hasta la segunda edición de “Jane Eyre” y su hermano, Branwell, no lo supo nunca. El ambiente literario era tan propicio para Charlotte que escribiera lo que escribiera como segunda novela estaba claro que iba a ser un éxito. Tardó bastante en decidirse, pero al final optó por comenzar a escribir “Shirley”. Pero el proceso de escritura se vio afectado por una situación familiar dramática. En el plazo de nueve meses mueren sus hermanos Branwell, Emily y Anne de tuberculosis. Como es lógico, la obra se vio afectada enormemente por el impacto emocional sufrido por Charlotte, así como por la imposibilidad de verse el texto corregido por la opinión experta de sus hermanas Emily y Anne. En todo caso, la publicación de esta segunda obra permitió a Charlotte introducirse en el mundo literario londinense, llegando a conocer en esta época a importantes que se encontrará en el núcleo de su tercera obra “Villete”. Esta tercera novela fue publicada en 1853 y tuvo un éxito fulminante. Esta es la época en la que Charlotte recibe dos proposiciones de matrimonio: la de James Taylor, uno de los miembros de su editorial, Smith, Elder & Co. , con quien nunca llegó realmente a congeniar; y la de Arthur Bell Nichols, cura ayudante de su padre. Nichols había permanecido al lado de la familia en los momentos más difíciles lo que lo convertía en una persona de confianza y merecedora de un profundo cariño. A pesar de ello, el padre de Charlotte se negó a oír hablar del tema, debido al origen humilde de su ayudante. Esto hizo que Nichols se viera obligado a marcharse a otra parroquia, pero se empeñó en mantener correspondencia con Charlotte, lo que les dio la oportunidad de conocerse más profundamente. Poco a poco fue creciendo el cariño entre ellos y finalmente el padre cedió, celebrándose la boda en junio de 1854. La escritora nunca sentiría por Nichols el amor apasionado que siempre mostraran los personajes de sus novelas, aunque, sin duda, sentía por él un afecto que crecía día a día. Desgraciadamente, la felicidad conyugal de la pareja duraría sólo nueve meses ya que Charlotte murió el treinta y uno de marzo, estando escritores del momento. A pesar del éxito, ante ella se abría la perspectiva de una vida solitaria con la única compañía de su padre. Será precisamente el tema de la soledad el embarazada de varios meses. Su padre le sobrevivió todavía seis años, durante los cuales estuvo acompañado por el fiel Nichols. 23