Ikea rompe con un proveedor por motivos medioambientales

Ikea rompe con un proveedor por motivos medioambientales
Ikea rompe con un proveedor por motivos medioambientales
La compañía sueca adquiere sus productos a 1.600 empresas en todo el mundo, 25 de las cuales son españolas
La presión social y el propio mercado, que reacciona ante los fallos y carencias de funcionamiento mostrados en los
últimos tiempos por las grandes compañías, están impulsando que éstas asuman nuevos compromisos con la sociedad y
adopten criterios de responsabilidad social corporativa. En este contexto cabe enmarcar la retirada de la venta de los
muebles de teca que el distribuidor sueco de muebles y artículos para el hogar Ikea ha llevado a cabo.
La retirada ha venido motivada por la negativa de su proveedor de Indonesia a respetar los controles de sostenibilidad de
la madera exigidos por la multinacional, según explicó a Europa Press la responsable de relaciones públicas de la
compañía en España, Cristina Humet. 'Los proveedores saben que hay una cierta presión por parte de Ikea', señala
Humet, y la política de responsabilidad que se les exige es 'la misma en todo el mundo', sean fabricantes de muebles en
España o gestores de bosques en Indonesia.
La calificación de proveedores de madera se basa en un modelo de 'aproximación paso a paso' en cuatro niveles: 1) no
se acepta madera de bosques naturales o intactos o bosques de alto valor de conservación, a menos que estén
certificados con sellos internacionales; 2) se establecen demandas mínimas de identificación de origen y cumplimiento
de la legislación, tras lo que el proveedor pasa a la calificación 3, el estándar Ikea, periodo de transición hacia la
verificación independiente que corresponde al nivel 4. En éste, llamado estándar oficial, la gestión forestal responsable
es verificada por auditoras como KPMG o PwC.
'La decisión está en manos del proveedor, y cuando no quieres estar en el sistema, no estás'. Tal fue el caso del
proveedor de madera de teca con el que Ikea trabajaba en Indonesia -del que la compañía no ha precisado el nombre-,
que comunicó a la sociedad sueca 'que no quería trabajar con esas exigencias'. El resultado es que en el catálogo de
verano 'hay complementos de baño certificados, pero los muebles ya no figuran'.
Ikea cuenta en total con unos 1.600 proveedores en todo el mundo, 25 de ellos españoles. Aquellos con los que se
trabajaba antes de la implantación de esta herramienta fueron auditados y, en los casos necesarios, recibieron formación.
Según explicó Humet, Ikea ha puesto 'todos los recursos' necesarios al seguimiento de los proveedores, y en cada país
cuenta con equipos que velan por el cumplimiento de los contratos, a veces con la cooperación de ONG como
Greenpeace. Entre sus iniciativas más recientes se halla la elaboración de un mapa mundial de los bosques que no
pueden explotarse, 'porque muchas veces ni siquiera los proveedores los conocen'.
Ikea goza de una imagen de empresa garante con el medio ambiente. Pero no siempre fue así. El grupo sueco vivió hace
unos años una grave crisis, cuando un informe desveló que realizaba prácticas abusivas entre los pequeños madereros y
que había indicios de que algunas de sus subcontratas empleaban mano de obra infantil. 'Como multinacional, es
evidente que tenemos fuerza e intentamos canalizarla, pero hacemos las cosas bien porque hay que hacerlas, no para
contarlas', apuntó la portavoz de Ikea.
La llamativa decisión de Ikea parece formar parte de una nueva línea de actuación de algunas multinacionales. Sin ir
más lejos, hace dos semanas la compañía estadounidense de ropa GAP sorprendió con un informe en el que admitía
malas condiciones de trabajo en sus fábricas en el mundo.
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