Recordando RECUERDA En 1945, Alfred Hitchcock decidió introducir al espectador cinematográfico en el mundo del psicoanálisis sobre el que personalmente sentía enorme interés. Contando con una espléndida Ingrid Bergman de 30 años y un melancólico Gregory Peck que, por cierto, no le hacía ningún favor a la película, puso en marcha un proyecto, de nombre «Recuerda», que, desde luego, no se encuentra entre los mejores títulos del maestro del suspense. De hecho, la trama es trivial, casi intrascendente, exenta del ritmo, de la vivacidad y de la capacidad de sorpresa que casi siempre acompañan a las producciones del director de Rebeca o La ventana indiscreta. Lo verdaderamente novedoso del film es que resulta un compendio en celuloide de las teorías freudianas. Con un cuidado guión, Hitchcock desgrana una a una, en titulares, las más populares ideas del psicoanalista austríaco (aunque nacido en Freiberg, en la actual República Checa) Sigmund Freud. Y, no sólo eso, sino que convierte lo que pretendía ser un melodrama con tintes de suspense en un alegato a favor del psicoanálisis. Es decir, Hitchcock se plantea hacer una película y al final hace otra cosa completamente diferente. Y quizá nosotros, en este momento, estemos siguiendo un proceso similar. Nos proponemos escribir un libro y somos plenamente conscientes de que lo que vamos a hacer es proponerle otra cosa: proponerle acción. Lo que pretendemos es plantearle una forma diferente de vivir la vida, un modo novedoso de presentarse ante los problemas que el devenir diario le sugiere, incluso pretendemos presentarle una serie de recursos que le ayuden a mejorar su desarrollo como ser humano y, al mismo tiempo, aumenten su competencia en las relaciones con su entorno cercano, sea en el ambiente familiar, social o profesional. es decir, que le ayuden a vivir plena, responsable y felizmente su vida. Como verá, no es empresa sencilla la que nos proponemos. Tampoco lo era para Hitchcock contar lo esencial de Freud en noventa minutos. Pero como tenemos muchas páginas por delante para irnos conociendo, permítanos que lo intentemos. Para lograr el objetivo que nos proponemos nos ayudaremos de un conjunto de herramientas que nosotros hemos denominado recursos, y cuyo objetivo es, como hemos dicho, dotarle de claves para el desarrollo individual, el bienestar personal y la eficacia profesional. El reto planteado Generalmente los autores de libros de éxito meditan largamente sobre el título que han de situar sobre la portada. También los creadores de teorías cuidan de modo muy particular el nombre que les dan. Muchas veces, de esas pocas palabras depende, en alguna medida, el éxito editorial de una novela, un ensayo o una colección de relatos. Sin embargo, si nosotros le dijéramos que hemos trabajado en pensar para usted un título que le sonara fuerte, rotundo o, incluso, retador, estaríamos mintiendo. Lo de Talento para vivir vino de golpe hace ya varios años, cuando empezó a utilizarse como metodología de trabajo terapéutico en el Centro de Servicios Psicológicos. Al fin y al cabo, el «talento» es una capacidad, natural o adquirida, que poseen las personas para desarrollar determinadas actividades, y el concepto «para vivir», aparte de estar relacionado con la vida, es un impulso hacia la acción, hacia el desarrollo, hacia la toma de decisiones. Y ¿qué hay detrás del talento para vivir? Pretendemos ser honestos desde el principio: detrás del talento para vivir hay un conjunto de conocimientos, habilidades y técnicas basadas en la psicología del individuo y orientados hacia el ajuste óptimo de la persona consigo misma y con su entorno personal, laboral y social, como le decíamos un poco mas arriba. Nada más. Pero nada menos. La primera etapa: conocer nuestra psique Empezaremos, por tanto, clarificando el modo en que funciona nuestra psique, sus diferentes niveles y funciones, y la peculiar dinámica que se establece entre ellos. Esta aproximación resulta imprescindible para comprender los mecanismos íntimos que nos hacen ser como somos. La psique es una compleja maraña que se resiste al abordaje y a la comprensión, que se manifiesta y actúa de diferentes maneras que parecen no tener un patrón común o único. Por ello, para facilitar su asimilación, vamos a parcelarla y compartimentarla. Y veremos cómo cada compartimiento tiene sus modos específicos de decirnos cosas, a nosotros y a nuestros semejantes, de enviar mensajes al resto del organismo, de comunicarse e interaccionar dentro de sí misma. Es complicado ofrecerle un resumen medianamente coherente, una explicación simplificada de cómo es la psique, cómo funciona y cuál es su relación con la estructura física que la alberga: el cerebro. Fruto de muchos estudios psicológicos y experimentaciones fisiológicas contemporáneos, planteamos un modelo del funcionamiento psíquico que pretende ser asequible a cualquier persona que esté interesada en saber cómo funciona esa parte de la que depende todo cuanto somos y cuanto podemos llegar a ser. Plantearemos una estructura funcional en tres niveles: consciente, preconsciente e inconsciente, y explicamos los diversos componentes en cada nivel estructural: estados del yo, crítico interno, mecanismos de defensa, complejos, arquetipos. que necesitaremos para comprender aspectos del comportamiento de los seres humanos. Explicaremos asimismo las complejas interrelaciones de esa estructura funcional con los aspectos fisiológicos en los que se sustenta, como son los componentes neurológicos y los bioquímicos. Tendremos en cuenta la particular conexión entre los aspectos físicos y psíquicos. Según cita Marlene Steinberg, toda la información del mundo exterior es recibida primero por el tálamo, el centro sensorial del cerebro, que funciona como entrada. Desde allí los mensajes pueden ser enviados por uno de dos circuitos nerviosos: el que va a la corteza frontal del cerebro, donde se genera el pensamiento y el análisis consciente, y el que se dirige a la amígdala, un trozo de tejido del tamaño de un dedal que se encuentra en la base del cerebro. Seguimos un modelo que integra varios lenguajes distintos: el neurofisiológico y el psicológico. El psiquiatra Steven Rose plantea un solo sistema cerebro/mente que se ha de estudiar en dos lenguajes distintos: el neurológico y el psicológico. El problema es encontrar el camino que permita traducir y conectar ambos. Pero una vez que tengamos definido nuestro edificio psíquico plantearemos cuáles son los objetivos por los que se mueve. Cualquier construcción tiene un destino y tendremos, por tanto, que desentrañar el que sustenta la dinámica psíquica. A lo largo de la historia del conocimiento humano se han ido generando tentativas para explicarlo. Y esto nos da las pistas necesarias para seguir desentrañando la psique, dentro de una perspectiva dinámica. Mostraremos porqué se mueve esta estructura, cuáles son sus consignas y metas: proveer a las propias necesidades internas (las pulsiones instintivas), establecer relaciones exteriores satisfactorias y productivas (el amor y las relaciones sociales), propiciar el desarrollo de la potencialidad personal, y contribuir al sentido trascendente de la vida. Resulta necesario considerar también, que todo lo que existe es energía. Por tanto nos sentimos inclinados a tratar también el tema de la energía, ya que cualquier acción, tanto dentro del sistema mental como hacia fuera, mueve energía. Y cuando consideremos su relación con otros sistemas ajenos a nosotros mismos, plantearemos la energía dentro del sistema familiar, o la ampliaremos incluso a la que se mueve entre generaciones, para llegar finalmente a esa energía que, como una onda envolvente, une, conecta e integra a todo el Universo. (c)2008, Isabel Pinillos y Antonio Fuster (c) 2008, Random House Mondadori