Aquiles y los oráculos Diego Reche AQUILES Y LOS ORÁCULOS Diego Reche 1 Aquiles y los oráculos Diego Reche ¡Ah, cuando yo era niño soñaba con los héroes de la Ilíada! Ayax era más fuerte que Diómedes, Héctor, más fuerte que Ayax, y Aquiles el más fuerte; porque era el más fuerte... ¡Inocencias de la infancia! ¡Ah, cuando yo era niño soñaba con los héroes de la Ilíada! Antonio Machado 2 Aquiles y los oráculos Diego Reche SÍNTESIS Aquiles, el héroe griego, admirado por los dioses, nacido de la ninfa Tetis y de Peleo, rey de los Mirmidones, vive rodeado de oráculos que marcan su destino. Cuando Helena de Troya huya con Paris, dejando al rey Menelao de Esparta, todos los reyes griegos marcharán a Troya para tomar venganza; y así comenzará la guerra. En ella, Aquiles alcanzará la fama y la gloria de los héroes, pero también encontrará la muerte. Su madre intentará esconderlo para que no vaya a la guerra, pero Ulises lo encuentra y lo acompaña a la batalla, porque el destino es inalterable ¿O no? DRAMATIS PERSONAE1 ZEUS: Padre de los dioses. POSEIDÓN: Dios del mar. TETIS: Ninfa de los mares y madre de Aquiles CALCANTE: Adivino y proclamador de oráculos. PELEO: Rey de los mirmidones y padre de Aquiles. APOLO: Dios del sol y la belleza. AFRODITA: Diosa del amor. HERA: Diosa de la fidelidad y mujer de Zeus. ATENEA: Diosa de la sabiduría. HEFESTO: Dios del fuego. ARES: Dios de la guerra. ARTEMISA: Diosa de la caza. DEMÉTER: Diosa de la agricultura. DIONISOS: Dios del vino y de la fiesta. ÉRIX: Diosa de la discordia, famosa por su manzana. PARIS: Príncipe troyano. Raptó a HELENA, esposa de Menelao. QUIRÓN: Centauro encargado de la educación de los héroes. AQUILES: Protagonista principal de la Ilíada. Héroe griego, famoso por su velocidad, por su ira y por su talón. HELENA: Esposa de Menelao, se dio a la fuga con el príncipe troyano Paris. PENÉLOPE: Prima de HELENA y esposa de Ulises. ULISES: Héroe griego, rey de Ítaca. Fue a la guerra de Troya y regresó a su patria veinte años después, protagonizando la Odisea. Famoso por su astucia. AGAMENÓN: Rey de Micenas y jefe supremo de la expedición de griegos a Troya. 1 Es una obra de muchos personajes, que permite participar a grupos amplios. La mayoría de los personajes tienen un papel muy corto, por lo que un mismo actor o actriz puede representar a varios secundarios. Aparecen en negrita los principales personajes. 3 Aquiles y los oráculos Diego Reche MENELAO: Rey de Esparta, hermano de Agamenón, y esposo de HELENA. ÁJAX: Héroe griego, rey de Salamina, famoso por su fuerza. DEIDAMIA: Hija de Licomedes, rey de la isla de Esciros, de la que Aquiles se enamoró y con la que tuvo un hijo. PATROCLO: Amigo de Aquiles. HÉCTOR: Príncipe troyano, hermano de Paris. PRÍAMO: Rey de Troya, padre de Héctor y Paris. PENTESILEA: Reina de las amazonas. CORO GRIEGO Soldados griegos, Doncellas de Esciros, Soldados troyanos Y Amazonas ESQUEMA DE LA OBRA Escena 1. El Olimpo Zeus y Poseidón Escena 2. Cueva de Tetis Tetis, Zeus, Poseidón, Calcante y Peleo Escena 3. La boda en el Olimpo Hefesto, Ares, Apolo, Poseidón, Zeus, Afrodita, Atenea, Deméter, Artemisa, Hera, Érix, Tetis, Peleo y Paris Escena 4. El talón chamuscado de Aquiles Tetis y Peleo Escena 5. La escuela de Quirón Peleo, Quirón, Calcalte y Aquiles Escena 6. Se armó la de Troya HELENA, Penélope, Agamenón, Menelao, Ájax, Ulises, Afrodita y Paris. Escena 7. El plan de Agamenón Agamenón, Menelao, Ulises, Calcante y soldados griegos. Escena 8. Fin de la escuela. Quirón, Tetis y Aquiles. Escena 9. La isla de Esciros Tetis, Aquiles, Deidamia, Ulises, marineros y doncellas. Escena 10. La guerra de Troya Patroclo, Aquiles, Agamenón, Ájax, Menelao, Ulises, Príamo, Héctor, Paris, HELENA, Calcante, Apolo, Pentiselea, soldados griegos, troyanos y amazonas. Escena 11. El desenlace Aquiles y Deidamia 4 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 1. El Olimpo. CORO: Mortales, prestad oído, porque aquí empieza la historia de Aquiles el atrevido, que eligió morir con gloria, a vivir en el olvido. Poseidón y Zeus haciendo limpieza en el Olimpo. Poseidón saca los anillos olímpicos. POSEIDÓN: ¡Oh Gran Zeus! ¿Qué hago con esto? ¿Lo tiro? ZEUS: Pues ahora que lo miro, mejor estará de adorno, quedará bien sobre el horno donde forja el hierro Hefesto. Poseidón lo coloca en el fondo. POSEIDÓN: No queda mal, en efecto, mas no sirve para nada. ZEUS: ¿Y si inventa la olimpiada algún humano listillo y emplea los cinco anillos? POSEIDÓN: Ahí te quedas con tus cosas que he quedado con la hermosa nereida Tetis. ZEUS: ¿Qué dices? No me toques las narices que yo he quedado con ella. 5 Aquiles y los oráculos Diego Reche POSEIDÓN: ¿Con Tetis? ¿Con la más bella? ¿Y qué le vas a llevar? ZEUS: Algo que le va a gustar, una nube de algodón. POSEIDÓN: Y crees que su corazón, así puedes conquistar. Yo le voy a regalar del mar tres perlas brillantes. ZEUS: Eso si es que llegas antes… Salen los dos corriendo por un lado del escenario. 6 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 2. Cueva de Tetis. CORO: Ya corren enamorados los dos dioses con su ofrenda, y será Zeus el primero que se acerque hasta su cueva. TETIS (sentada en un taburete, está tejiendo y cantando): Ese toro enamorado de Selene, que abandona por las noches la maná… Aparece Zeus. ZEUS: ¿Habláis de mí, dulce ninfa? TETIS (Se levanta asustada) ¡Oh, que susto me habéis dado! ¿Es que no podéis llamar? ¿Vos sois toro enamorado? ZEUS (se aproxima y le toma la mano): Sí. No hay noche que no sueñe con estar a vuestro lado, este regalo que os traigo… POSEIDÓN (Apareciendo encapuchado): Para, Oh Zeus, que vas lanzado. TETIS (Mosqueada) Otro que entra sin llamar. ¿Que mosca le habrá picado? Zeus se levanta y lo reta. ZEUS: Por Zeus, llegué yo primero. POSEIDÓN: Pues espero. 7 Aquiles y los oráculos Diego Reche ZEÚS: ¿No querréis que os tire un rayo? POSEIDÓN: ¡Qué gallo! ZEUS: Tu voz me suena un montón. POSEIDÓN: Soy Poseidón. Olvidaste el algodón, y olvidaste que tu amigo, el que limpiaba contigo quedó con este bombón. TETIS (aparte) ¡Qué pesados son los dos, esto no tiene remedio pero yo sabré bien como quitarme a los dos de en medio. (A ellos) ¡Ay! ¿Qué buscáis? ¿Qué queréis? ¿No conocéis mi desgracia? (los dos se miran asombrados) ¿Aún no sabéis por qué mis amantes me rechazan? LOS DOS: ¿Por qué? TETIS: ¡Calcante! Contad qué destino a mí me aguarda. Aparece el profeta Calcante, golpea con su bastón. CALCANTE: Oíd el primer oráculo que de la ninfa hay escrito: que sepa bien el amante que con Tetis tenga un hijo, que será más poderoso que el propio padre. He dicho. 8 Aquiles y los oráculos ZEUS: Diego Reche ¿Más que el padre? CALCANTE: Sí Señor. POSEIDÓN: ¿Más que Zeus? CALCANTE: ¿Lo repito? ZEUS: No hace falta que te enfades, está todo muy clarito. POSEIDÓN: Bueno, pues yo ya me voy que no quiero compromisos. ZEUS: ¿Dónde vas? No huyas ahora. Con alguien hay que casar a esta ninfa tan hermosa. Nos pondremos a buscar al candidato adecuado. TETIS: No os tenéis que molestar, si yo estoy muy bien soltera. ZEUS: No, tú te vas a casar. Se van los dos. TETIS (sola): Con lo feliz que yo era en el fondo de los mares, cuando con los calamares jugaba en la primavera, sin pensar en la agorera fortuna que me aguardaba, 9 Aquiles y los oráculos Diego Reche lo bien que me lo pasaba con mis hermanas, mi padre Nereo, Doris mi madre, cuando en sus brazos estaba. Vuelven Zeus y Poseidón, con Peleo rey de los mirmidones, vienen tarareando una canción. ZEUS: ¡Tetis! Mira que apañao, el rey de los mirmidones. TETIS: Pero si es solo un mortal, buscad otros anfitriones. POSEIDÓN. No te pongas exigente, que ahora no está el mercado para ponerte a elegir, que trabajo me ha costado. TETIS: ¿Cómo te llamas? PELEO: Peleo. TETIS: ¿Y no había otro más feo? ZEUS: Pues te aguantas. TETIS: Pues no quiero. Se mete en su cuarto, fuera de escena. Los otros corren tras ella y acaban llamando a la puerta. POSEIDÓN: ¡Abre! TETIS: PELEO: No. Aquí te espero. 10 Aquiles y los oráculos Diego Reche TETIS: Pues ya puedes esperar. ZEUS: ¡Que me abras o te castigo! POSEIDÓN: ¡Abre de una vez te digo! ZEUS: No creo que abra, busquemos otro medio… derribemos la puerta de un empujón, metemos al mirmidón y a esperar a ver qué pasa. PELEO: Mejor me voy a mi casa. Hace gesto de irse, y Zeus lo coge para que no escape. ZEUS: Tú te quedas, campeón. ¿No eres el rey mirmidón? Ahora mismo ahí te metes y además te comprometes con ella para casarte. POSEIDÓN: Igual intenta matarte. Zeus mira a Poseidón recriminándolo. ZEUS: No asustes al pretendiente. PELEO: ¿Y si me rompe algún diente? ZEUS: Peleo, con ese nombre, no digan que no eres hombre. 11 Aquiles y los oráculos PELEO: Diego Reche Hombre soy… pero prudente. Lo cogen entre los dos, fuerzan la puerta y lo meten en la habitación de Tetis (fuera de escena). Se oye jaleo. Sale con los pelos chamuscados y la camiseta mojada. PELEO: ¡Que se ha convertido en fuego! POSEIDÓN (echándole agua): Tú no le sigas el juego. Lo meten otra vez, y de nuevo sale empapado. PELEO: ¡Que se ha convertido en agua. ZEUS: Busca un cubo p’atraparla. De nuevo lo meten, y sale gritando. PELEO: Y ahora en una serpiente. POSEIDÓN: Pues no la mires de frente. Entra nuevamente, y ahora la que sale es Tetis. TETIS: Zeus, Poseidón, me rindo. ¿Dónde tengo que firmar? Harta estoy de pelear con el pesao de Peleo, que se cumpla su deseo. Zeus, preparad esa boda, pero vos la pagáis toda. Sale Peleo, destrozado, y los dos dioses lo suben a hombros y lo pasean como un triunfador. 12 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 3. La boda en el Olimpo. Música de boda (marcha nupcial) Aparecen los novios, todos aplauden. CORO: Que vivan los novios, que sean felices, y que en escabeche coman las perdices. Música y desfile de dioses deseándoles lo mejor a los novios, que están sentados en dos taburetes. CORO: Queridos invitados con todos ustedes… los dioses del Olimpo. SOLISTA: El dios del fuego y la forja, el artesano perfecto, es el dios … CORO: Hefesto. Desfila cojeando y agachado, con un yunque en la mano y encendiendo cerillas. Saluda y se queda a un lado del escenario. SOLISTA: Diosa virgen de la caza, nos ofrece su sonrisa la diosa… CORO: Artemisa. Desfila sonriente con un arco y una flecha, lleva en la espalda un escudo en forma de media luna. Saluda y se queda a un lado del escenario. SOLISTA: Dios de batallas y guerras, el terror de los hogares, 13 Aquiles y los oráculos Diego Reche el dios… CORO: Ares. Desfila vestido de chulo y con gesto retador de buscar pelea. Saluda y se queda a un lado del escenario. SOLISTA: Diosa de la agricultura, de la tierra y del éter, la diosa … CORO: Deméter Desfila vestida de verde y repartiendo flores al público, con una corona de olivo. Saluda y se queda a un lado del escenario. SOLISTA: El dios del vino y la fiesta, que no quiere compromisos, el dios … CORO: Dionisos. Desfila vestido con su corona de hojas de parra y su botella de vino en la mano. Saluda y se queda a un lado del escenario. SOLISTA: Es la diosa del saber, que con sus libros pasea, la diosa … CORO: Atenea Desfila con gafas y con un libro en la mano. Saluda y se queda a un lado del escenario. SOLISTA: Dios de la luz y del sol, 14 Aquiles y los oráculos Diego Reche desde el Trópico hasta el Polo el dios … CORO: Apolo. Desfila vestido de pijo, engominado y con el pelo para atrás, lleva una linterna en la mano. Saluda y se queda a un lado del escenario. SOLISTA: Nuestra diosa del amor, la más graciosa y bonita nuestra diosa… CORO: Afrodita Desfila vestida de griega, con su arco y sus flechas. Saluda y se queda a un lado del escenario. SOLISTA: Dios del agua y de los mares, con su carro el más molón, el dios … CORO: Poseidón. Desfila con medio torso desnudo, su corona y su tridente. Saluda y se queda a un lado del escenario. SOLISTA: Ella es la esposa de Zeus, de las diosas, la primera, la diosa… CORO: Hera. Desfila vestida de griega, con su corona cilíndrica, en su mano lleva una granada. Saluda y se queda a un lado del escenario. 15 Aquiles y los oráculos SOLISTA: Diego Reche Y pongámonos en pie para recibir al jefe, el dueño de este jaleus, el gran dios … CORO: Zeus. Desfila vestido con túnica BLANCA, con su corona y un rayo en la mano. Saluda a todos y se dirige al centro para decir unas palabras. ZEUS: Dioses, diosas del Olimpo, Semidioses, semidiosas, ninfas, reyes de las islas y de tierras de interior, príncipes, héroes, mortales, que proclamen las corales, ese grito que es tan obvio: ¡Que vivan los nobvios! TODOS: ¡Viva! ZEUS: Y ahora todos a bailar con sentimiento sincero Paquito el Chocolatero. Música del Paquito Chocolatero, se forman dos corros, incluidos los novios y empiezan a bailar, a mitad de la canción aparece la diosa Érix. ÉRIX: ¡Alto! ¡Eh! ¿Qué pasa aquí? Nadie se acordó de mí. ZEUS: Oh diosa Érix, qué olvido. Será por algún descuido. ÉRIX: ¿Un descuido? Ven conmigo. (Lo coge de la oreja) Este será mi castigo. 16 Aquiles y los oráculos Diego Reche Aquel que el dedo se pinche con aguja y se le hinche, sufrirá un grave dolor y le llegará un sopor que lo dejará dormido cien años. HERA: No, solo os pido algo menos sorprendente, pues en la Bella Durmiente ocurre algo parecido. ÉRIX: ¡Oh! Vos sois bastante astuta. (Saca la manzana) No tendré misericordia y sembraré la discordia con esta pieza de fruta. Zeus, debéis entregarla sólo a la diosa más bella, tú sabrás qué haces con ella. (Se la da a Zeus y se va) Zeus se queda asombrado y con la manzana en la mano. ZEUS (A Poseidón): Por favor, trae un espejo consultemos su reflejo, que elija a la más hermosa. POSEIDÓN: Anda, invéntate otra cosa, que no estamos en un cuento. ZEUS: ¿Tú me dirás qué me invento? Se acercan Afrodita, Atenea y Hera AFRODITA: ¡Oh, querido Zeus! ¿Acaso… 17 Aquiles y los oráculos Diego Reche no soy yo la más bonita? ATENEA: ¿Tú, dices? ¡Pura fachada! Si la belleza está escrita en el interior, entonces cuenta la sabiduría. (con retintín) Está muy claro que yo soy mucho más atractiva. HERA: Zeus, que te están liando… ¿Quién te aguanta? Quién te cuida? Además yo soy tu esposa. ¿Puede haber otra más linda? (Zeus le da la razón con un gesto) Pues dame ya esa manzana, que estas golfas te la quitan. Empiezan a acosarlo, él sale huyendo. ZEUS: Dejadme, no sé qué hacer. ¿Os parece si votamos? TODOS: ZEUS: No. ¿Elegimos un jurado? TODOS: No. ZEÚS: ¿Una encuesta por teléfono? TODOS: Que no. En esto aparece el príncipe troyano Paris, medio despistado, y Zeus se le acerca. 18 Aquiles y los oráculos Diego Reche ZEUS: Os veo hambriento ¿Queréis esta hermosa manzana? PARIS: No, ya comí esta mañana. ZEUS: He dicho que la toméis. (Se la entrega) PARIS: Decid, y ¿Qué hago con ella? ZEUS: Pues dádsela a la más bella. (Se va corriendo) Las tres se acercan al nuevo invitado. AFRODITA: Apuesto mortal. ¿Quién eres? PARIS: Paris, príncipe troyano, el rey Príamo es mi padre, y el noble Héctor, mi hermano. HERA: ¿Y qué hacéis en esta fiesta, pensativo y cabizbajo? PARIS: A mi padre le dio miedo de un sueño bastante extraño de Casandra, que es mi hermana, a la que nadie hace caso, pues anda un poco pirada, todo el día interpretando ocurrencias, pesadillas y hasta el poso de los vasos. Soñó que yo regresaba con una antorcha en la mano, desde las tierras de Grecia cual si fuera un piromano, y que esa antorcha dejaba todo mi reino quemado. 19 Aquiles y los oráculos Diego Reche Mi hermana dijo a mi padre que yo tenía mal fario, que de Troya me alejase; y mi padre preocupado, mientras la corte reía, por una vez le hizo caso. Desde entonces voy errante, solitario y cabizbajo. LAS TRES: ¡Oh! ATENEA: Ya no os debéis preocupar, si a mí me das la manzana, te daré sabiduría, refutarás a Casandra, y tu padre te abrirá de nuevo su vieja casa. HERA: El saber es limitado, el poder todo lo alcanza, pide cuánto quieras, yo te daré, con tu confianza la corona de este mundo, si me das esa manzana. AFRODITA: Dámela, príncipe Paris, te buscaré la más bella mujer del mundo. Será tu más dulce compañera, y también conseguiré por medio de estas dos flechas, que ella de ti se enamore y tú te enamores de ella. PARIS Pues de todas las ofertas… me quedo con la tercera. Le da la manzana a Afrodita. Las otras dos se van enojadas. 20 Aquiles y los oráculos AFRODITA: Diego Reche Yo sabré agradecértelo. Tendrás como recompensa, por darme a mí la manzana, el amor de la más bella. PARIS: ¿Y falta mucho para eso? AFRODITA: No tengas prisa, y espera unos años, todavía no estás ni en la adolescencia. PARIS: Muchas gracias. AFRODITA: La que tú tienes. El príncipe Paris se aleja. Le lanza una flecha a Paris que ya está fuera de escena. PARIS: ¡Ay! ¡La madre que parió los mosquitos del Olimpo! Se vuelve, pero Afrodita se esconde, cuando él se va, ella lo hace por el otro lado con la otra flecha preparada. 21 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 4. El talón chamuscado de Aquiles. Tetis en una silla abrazando a un bebé (Aquiles), tiene junto a la silla una palangana y una toalla. Mientras ella le canta una nana, de vez en cuando pasa Peleo por el escenario mirándola, como espiando. TETIS: (Cantando) A la nana nanita corre, ve y dile, que no hay niño más guapo que mi Aquiles. (Hablándole a Peleo) ¿Qué te ocurre? ¿Qué te pasa? Date una vuelta hasta el foso. PELEO: No, que temo que al pequeño le ocurra como a los otros, y este también se chamusque de algún modo misterioso. TETIS: Que haya pasado seis veces no significa que a todos les vaya a pasar lo mismo. Sal y despéjate un poco, que este hijo que nos queda siempre ha sido el más hermoso. Y mientras, le buscas nombre en tu largo repertorio. Peleo sale bastante indeciso. Tetis se levanta y se asegura de que se ha marchado, entonces se sienta junto a la palangana, enciende un mechero, lo coge del talón y empieza a quemarlo, después de pasarle el fuego por todo el cuerpo lo introduce en la palangana cogiéndolo del talón. TETIS: No llores, que solo quiero quitar tu parte mortal, 22 Aquiles y los oráculos Diego Reche te unto ahora en ambrosía y termino en un plis plas. Aparece Peleo enfadado. PELEO: ¿Qué estás haciendo, locática? ¡Que te lo vas a cargar! Dame al niño ahora mismo que a este no lo tocas más. Arrebatándole al niño. En la discusión intenta recuperarlo. TETIS: Peleo, dame a mi hijo, quiero que sea inmortal. PELEO: ¿Inmortal? Qué estás contando si lo ibas a quemar, como has quemado a los otros. ¡Ya no quiero verte más! TETIS: Si tú quieres que me marche volveré al fondo del mar. Le pondrás de nombre Aquiles, pues nunca pudo probar el cariño que una madre a sus hijos siempre da. PELEO: Vale. TETIS: Y su educación ¿A quién la vas a encargar? PELEO: Pues al Centauro Quirón, como todos los demás. 23 Aquiles y los oráculos Diego Reche ¿Vale? TETIS: Vale. Mas no pienses que de mí se va a librar, que siempre estaré observando. PELEO: De acuerdo. Mas tira ya. TETIS: Adiós mi querido Aquiles, te dejo con tu papá, que yo me voy de psiquiatras a ver si pueden curar esta manía que tengo. PELEO: ¿Pero te quieres marchar? TETIS: Adiós Peleo. PELEO: Adiós chalá. Se va Tetis. Peleo envuelve al niño y se lo lleva al centauro Quirón. 24 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 5. La escuela de Quirón. Quirón está en una cueva y aparece Peleo con su hijo en brazos. PELEO: Quirón, centauro Quirón. QUIRÓN: ¿Cómo que centauro? Acaso te llamo yo mirmidón. PELEO: Discúlpame, aquí te traigo, casi envuelto en algodón, a mi pobre hijo Aquiles. Lleva quemado el talón, pues es el único sitio que su madre no cubrió con el néctar de los dioses. QUIRÓN. Yo curaré ese talón con el hueso de un gigante que por aquí se quedó. Rebuscando en un cofre. PELEO: Cúralo bien, hazlo fuerte, tiene que ser el mejor. El más raudo, el más potente, de más firme corazón. ¿Qué otros alumnos tuviste? QUIRÓN: Tuve a Heracles y a Jasón. Así que vete tranquilo que yo lo haré un campeón. Peleo se va. 25 Aquiles y los oráculos Diego Reche Peleo, Peleo vuelve, ¿Te has traído el biberón? Peleo no regresa y en ese momento llega el profeta Calcante. QUIRÓN: Hombre, profeta Calcante, ¿qué traes de nuevo, viejo? CALCANTE: Te traigo el último oráculo, calentito y de los buenos. QUIRÓN: Ah, pues venga, ve soltándolo que no tengo mucho tiempo. CALCANTE: Este niño que sostienes será el gran héroe aqueo, que luchará contra Troya. Y sin Aquiles los griegos, nunca podrán destruir a los troyanos guerreros. He dicho. QUIRÓN: Pues muy bien dicho. ¿Y cuánto falta para eso? CALCANTE: Ha de crecer el muchacho. Todo a su debido tiempo. Se va Calcante y Quirón. Aparece el coro que cierra el acto. Y detrás, Aquiles ya de jovencito, arrastrando un león muerto y representando lo que canta el coro. CORO ( música) El gran Aquiles creció entretenido entre juegos, y cazar fue su afición, 26 Aquiles y los oráculos Diego Reche su gran entretenimiento, leones y jabalíes fueron pronto su alimento. Y Quirón le regañaba por los animales muertos, que Aquiles siempre dejaba a la puerta del maestro. Y creció así el muchacho y pronto fue un gran guerrero. 27 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 6. Se armó la de Troya. HELENA está sentada recibiendo los regalos que los diferentes reyes griegos le hacen para pedirle su mano. La acompaña su prima Penélope. Cada vez que aparece un nuevo rey los anteriores se mosquean. HELENA indecisa tiene cara de circunstancia. PENÉLOPE: Prima HELENA, ¿qué te ocurre? HELENA: Penélope, que me aburre tanto hálago, tanto rey, tanto príncipe y virrey. PENÉLOPE: El reino está preocupado esperando el resultado. Como no decidas pronto, ya verás como a lo tonto, se montará una contienda. HELENA: ¿Y tú cuál me recomiendas? PENÉLOPE: No sé, son tantos países, aunque el que se llama Ulises si no lo quieres, “pa” mí. HELENA: Vale, el de Ítaca “pa” ti. Dime ¿ yo con cuál me quedo? PENÉLOPE: En amores yo no puedo solucionarte tus dudas. HELENA(irónica): Pues sí que sirves de ayuda. Desesperados los reyes griegos llegan a las manos. Ulises consigue que firmen un pacto para evitar males mayores. CORO: Bien pronto habrá una guerra si no le ponen remedio. Mas Ulises, el astuto, ha conseguido un acuerdo 28 Aquiles y los oráculos Diego Reche al que se han comprometido todos los caudillos griegos. ULISES: HELENA decidirá libremente al compañero, y aquel a quien ella elija, le guardaremos respeto, e incluso defenderemos si alguno rompe el acuerdo. Después del pacto se tocan trompetas. SOLISTA: Que comience la elección Que vengan los pretendientes. Entran los cuatro pretendientes (Agamenón, Menelao, Ájax y Ulises) frente a HELENA, que permanece sentada, con su prima Penélope de pie, aconsejándola. CORO: Agamenón de Micenas, Ulises, el rey de Ítaca, Menelao, rey de Esparta, y Ájax, rey de Salamina. Todos ellos saludan cuando son nombrados. Quedan de pie frente al escenario y dejan que HELENA elija. HELENA va rechazando amantes: primero Ulises. Le dice algo al oído, señalándole a Penélope. ULISES: ¿Cómo se llama tu prima? HELENA: Pues, Penélope se llama. ULISES: ¿Y tendría alguna opción si tú me la presentaras? HELENA: Puede ser, por intentarlo no creo que pierdas nada. HELENA acompaña a Ulises hasta donde está su prima Penélope y hace las presentaciones. Ambos salen del escenario charlando. 29 Aquiles y los oráculos Diego Reche HELENA regresa y rechaza a Agamenón. Sube la tensión y la emoción entre los dos pretendientes. Finalmente desestima a Ájax y se queda con Menelao. Menelao, tan contento, la abraza y le da la mano para llevársela a su reino. Comienzan un baile. De pronto aparece Paris con Afrodita bailando también. Se produce un cambio de parejas. En un descuido Afrodita entretiene a Menelao y Paris rapta a HELENA, que ha recibido previamente una flecha de Afrodita.y hace que los dos se enamoren. Menelao, cuando se da cuenta, se enfada e intenta salir tras ellos pero no lo consigue, enfadado se va por el otro lado del escenario. 30 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 7: El plan de Agamenón. Menelao, colérico, llega hasta el salón del palacio de su hermano Agamenón. MENELAO: ¡Agamenón, la han raptado! AGAMENÓN: Menelao ¿qué ha pasado? MENELAO: HELENA ha sido raptada. AGAMENÓN. No te puedo confiar nada… ¿Fue contra su voluntad? MENELAO: No sé, no sé, la verdad… AGAMENÓN: ¿Y quién ha sido el traidor? MENELAO: Un joven conquistador. Paris, hijo de Príamo. AGAMENÓN: Pues sí que has hecho el primo. Dejarte por un troyano. MENELAO: Di, pues, ¿qué hacemos, hermano? AGAMENÓN: Contra Troya lucharemos y te la devolveremos. Preparad cartas y pliegos, decid a los reyes griegos que nos han raptado a HELENA, se va a formar una buena. Pero vayamos por partes, 31 Aquiles y los oráculos Diego Reche llamad primero a Calcante el más famoso adivino, él nos dirá si el destino nos concede la victoria y llegan días de gloria. Llega Calcante. CALCANTE: ¿Qué queréis de un pobre anciano? ¡No me dejáis descansar! AGAMENÓN: Saber qué nos va a pasar si hay guerra con los troyanos (Amenazante) ¡Dime ya mismo el oráculo! CALCANTE: Primero, baja ese báculo, luego dame de cenar, no te pienso contestar sin el estómago lleno. ¿Estamos de acuerdo? AGAMENÓN: Bueno… Traed queso, pan y vino, eso de ser adivino es un chollo… CALCANTE: No está mal. Quiero de postre un cruasán. AGAMENÓN: Va, traédselo ligero. CALCANTE: Y después del postre quiero Pastas y café con leche. 32 Aquiles y los oráculos Diego Reche AGAMENÓN: Calcante, no te aproveches. CALCANTE ¿Queréis saber el destino?... (asiente Agamenón) Pues llena el vaso de vino. AGAMENÓN: Por favor, empezad ya… CALCANTE: Vale, con tranquilidad, poned música impactante. (música impactante) Soy el profeta Calcante, y desde aquí yo os auguro que el triunfo… será seguro. GRIEGOS: ¡Ah! CALCANTE: Tras diez años de batalla, con un héroe de la talla de Aquiles, el invencible. GRIEGOS: ¿Eh? AGAMENÓN: ¿Tanto tiempo? No es posible. CALCANTE: Y sin Aquiles perdéis. AGAMENÓN: No puede ser. CALCANTE: Ya veréis. No os fiéis de los troyanos, son unos bichos muy malos, se multiplican a miles. AGAMENÓN: ¿Y dónde se encuentra Aquiles, el rey de los mirmidones? 33 Aquiles y los oráculos Diego Reche CALCANTE: Está tomando lecciones con el centauro Quirón. AGAMENÓN (A sus soldados) Buscad a ese mirmidón. Encontrádmelo y traedlo, y tendréis que convencerlo. CALCANTE: No es fácil porque el destino se atraviesa en su camino, y aunque gozará de gloria, termina mal esta historia; ante Troya morirá. AGAMENÓN: De eso no comentéis na. Salen Ulises, Menelao y otros soldados en su busca. Tocan la trompeta y dice Agamenón en el centro del escenario. AGAMENÓN: Todos los reyes de Grecia marcharemos en mil naves a vengar la peripecia que todo el orbe ya sabe. HELENA ha sido raptada por Paris, el vil traidor, y Troya será arrasada con un fuego abrasador. 34 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 8: Fin de la escuela. CORO: Pero Tetis se ha enterado de la treta contra Troya y no quiere que su hijo muera en aquella tramoya. Aparece Tetis en la cueva de Quirón. TETIS: ¡Centauro Quirón, centauro, dame a mi niño, centauro! QUIRÓN: ¿Quién hay ahí? ¿Quién me llama? ¿Quién monta tanto barullo? TETIS: ¿Tienes por ahí a Aquiles? QUIRÓN: Sí, yo tengo un hijo tuyo. TETIS: Pues dámelo que me voy, ¿No te ha llegado el murmullo de la guerra contra Troya? QUIRÓN: Aguarda, que en un minuto bajo al chaval. (Aparte) Menos mal que se llevan a este bruto. TETIS: ¿Qué dices? QUIRÓN: ¿Yo? Nada, nada, que es un chico muy astuto. Lo saca de la mano y Aquiles sale haciendo musculitos. 35 Aquiles y los oráculos Diego Reche ¿Y no va a ir a la guerra? TETIS: No, va a ir al instituto. Le da la mano y salen por la derecha corriendo. Quirón se les queda mirando y sale por la izquierda. 36 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 9: La isla de Esciros. Escenario con palmera. Isla de Esciros. CORO: Fueron a la Isla de Esciros, para que no lo encontrasen los griegos, y lo embarcasen en busca de su destino. AQUILES: ¿Por qué me traes acá? TETIS: Porque ya habéis aprendido cuánto Quirón ha querido, y ahora le toca a mamá. Te pondrás este vestido (le da ropa de mujer) y en esta isla de mujeres, disfrutarás de placeres, pasarás inadvertido. AQUILES: ¿Qué pasaré inadvertido? ¿Con esta ropa? ¿Mamá? TETIS: Escóndete ahí detrás, y corre, que alguien se acerca. AQUILES: Pero ¿por qué eres tan terca? TETIS: Tú hazme caso, ya verás. Aparecen tres chicas vestidas de hawaianas. Tetis se acerca, Aquiles permanece escondido tras unos matorrales. TETIS: Acabamos de llegar a esta hermosísima isla. 37 Aquiles y los oráculos Diego Reche Vamos de paso, estaremos por aquí unos cuantos días. (Las saluda) Encantada, soy… Ariel, y mi hija se llama Pirra. ¡Pirra, Pirra! Por favor, saluda, no seas tímida. Sale Aquiles disfrazado de mujer, las tres mujeres se sorprenden de su estatura. DEIDAMIA : ¿Su hija? ¿No está muy grande? TETIS: Se atiborra de natillas. DEIDAMIA: ¿Y no tiene mucho vello? TETIS: Es que nunca se depila. DEIDAMIA: Bien. Queridas forasteras os damos la bienvenida a nuestra isla de Esciros. Yo soy Deidamia, la hija de nuestro rey Licomedes, señor de toda la isla. Comienza una danza griega y todos empiezan a bailar en corro. Iniciándose un juego de miraditas entre Pirra (Aquiles) y Deidamia. CORO: Con Aquiles disfrazado de doncella consiguieron pasar desapercibidos, y así fue pasando el tiempo y en el corazón del héroe nació un fuerte sentimiento. 38 Aquiles y los oráculos AQUILES: Diego Reche Mami, me pirra Deidamia. TETIS: Debes guardarlo en secreto. CORO: Buscando el amor Aquiles, buscando a Aquiles los griegos, la guerra se demoraba hasta que unos marineros arribaron hasta Esciros con Ulises, de tendero. ULISES (disfrazado de mercader): Bueno, bonito y barato, vendo mantas y edredones, chándal para maratones, joyas, chanclas y zapatos. Estaremos un buen rato. Se acercan todos a comprar, Aquiles entusiasmado, la madre temerosa. Comienzan a probarse pendientes, collares, telas… Traigo telas de Fenicia, y unas espadas egipcias. Aquiles coge la espada que hay entre los objetos y Ulises sospecha que puede ser el joven que busca, aunque vaya vestido de mujer. Joven, ¿te gusta la espada? Pues no te costará nada si te cuento una noticia. Se acerca a Aquiles con su madre vigilante. AQUILES: ¿Eh? ¿Para quién? ¿Para mí? ULISES: Si quieres ir a la guerra aléjate de esta tierra, pues la gloria es para ti. 39 Aquiles y los oráculos Diego Reche AQUILES (disimulando con voz femenina): ¿Cómo puede ser así? ¿Yo? ¿Una mujer soldado? ¿No te habrás equivocado? ULISES: No serías la primera doncella que combatiera. Yo solo soy un enviado del valiente Agamenón y busco al rey mirmidón para que luche con Grecia, mas por lo visto desprecia a su patria y sus hermanos. La afrenta de los troyanos nunca quedará vengada, y no conseguiremos nada, sin Aquiles, todo es vano. Aquiles se queda sorprendido. La madre interrumpe y lo toma de la mano para llevárselo. TETIS: No sé de quién nos habláis. ULISES: Creo que sí lo sabéis. TETIS: Saludadlo si lo veis. Adiós, que ya me cargáis. ULISES: No sé por qué os marcháis. TETIS: No me gustan vuestras tretas. ULISES: Se van. Salid, tocad las trompetas. Los marineros sacan las trompetas y tocan la música del séptimo de caballería. Inmediatamente regresa Aquiles, se quita la peluca y toma la espada. 40 Aquiles y los oráculos AQUILES: Diego Reche Aquiles, yo soy Aquiles, el hijo del rey Peleo. Yo regresaré a mis tierras y buscaré a mis guerreros armaremos nuestras naves, iremos junto a los griegos. ULISES: Soy Ulises, rey de Ítaca y estos son mis marineros, teníamos la misión de llevarte con los nuestros. ¡Vamos a la guerra! Le ofrece el casco y la armadura a Aquiles, que los coge pero no se los pone. AQUILES: ¡Vamos! Adiós Deidamia, hasta luego. Muy pronto vendré por ti… (Duda y pregunta a Ulises) ¿Volveré? Dime que sí. ULISES(dubitativo): Yo.. la verdad… no lo sé… AQUILES: ¿Qué sabes que yo no sé? ULISES: Serás el mejor guerrero, famoso en el mundo entero, un héroe lleno de gloria, del que contará la historia que pudo con las murallas… TETIS: No, mi Aquiles, tú no vayas, pues en Troya morirás, y si quieres saber más pregúntale a los oráculos, 41 Aquiles y los oráculos Diego Reche la guerra es mal espectáculo, de hambre, crimen, injusticia, venganzas, odios, mALICIA, dolor, sufrimiento y muerte. Por eso quise esconderte de lo que dicta el destino, mas te queda otro camino; si usando tu libertad huyes de la vanidad, de la fama y de la gloria, y prefieres otra historia en donde el nombre de Aquiles, quede para pastoriles églogas de tierno amor, olvídate del honor, olvídate de la espada, tu vida será salvada y serás feliz con ella, con Deidamia, que es tu estrella. Tetis intenta que Aquiles le dé la mano a Deidamia. Pero él se dirige al centro del escenario. AQUILES: Madre, por favor, dejadme, que aunque pueda equivocarme yo tomaré mi camino, soy dueño de mi destino. ¡Dejadme solo, dejadme! Sólo quedan a un lado del escenario Deidamia y Tetis, y al otro Ulises. Aquiles, en el centro de la escena con la espada en la mano, sin saber qué decisión tomar. Detrás como en un susurro escucha. ULISES: Aquiles, ven a la guerra. TETIS: No, Aquiles, no te vayas. ULISES: Aquiles, ven a la guerra. TETIS: No, Aquiles, no te vayas. 42 Aquiles y los oráculos Diego Reche ULISES: Aquiles, ven a la guerra. La escena queda en penumbra y se cierra el telón. 43 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 10: La guerra de Troya Se abre el telón y se ve de nuevo a Aquiles en el centro del escenario tomando con fuerza la espada y vistiéndose de guerrero. El escenario muestra la preparación de la batalla. A la izquierda Ulises, Ájax, Menelao y Agamenón, y otros soldados griegos, subidos a la proa de un barco. A la derecha los troyanos montando la muralla de la ciudad. Al frente de ellos Príamo, rey de Troya, junto a sus hijos Héctor y Paris, HELENA y otros soldados troyanos. Patroclo ayuda a vestirse a Aquiles para la guerra. PATROCLO: Oh mi gran amigo Aquiles, el de los pies tan ligeros, tomad el famoso escudo, el que os ha forjado Hefesto. Tomad el casco, la espada envainadla de momento. Te estábamos esperando, somos tus fieles guerreros. En el barco nos aguardan los valientes reyes griegos. AQUILES: Patroclo, mi buen amigo, reunámonos, pues, con ellos, preparemos el combate, que ya vamos mal de tiempo. Se meten en el barco y saluda a los griegos. Se preparan para la batalla. En el otro lado del escenario hablan Príamo, Héctor, Paris y HELENA. Mientras, otros soldados troyanos siguen levantando la muralla. HÉCTOR: Que refuercen la muralla, si nos quieren derrotar, deberán atravesar este muro. 44 Aquiles y los oráculos PRÍAMO: Diego Reche Calla, calla. Hijo mío, me preocupas, es excesivo, en verdad el ardor con que te ocupas en defender la ciudad. PARIS: Padre, ¿es que acaso no sabes que los griegos se han unido? Vienen con más de mil naves, creo que estamos perdidos. PRÍAMO: Tu siempre tan optimista, los troyanos somos menos, mas Troya no se conquista fácilmente, aguantaremos. HELENA: No hace falta pelear, la guerra no es ningún juego, todo se puede evitar si yo me entrego a los griegos. PARIS: Eso nunca. PRÍAMO: Bella HELENA, vuestro rapto es esa excusa con que Agamenón condena a Troya, y es lo que usa para su interés de hiena. HÉCTOR (con un catalejo) Mirad, por allí aparecen. ¡Vamos! ¡Todos a sus puestos! La ciudad bien se merece que luchemos por los nuestros. Al otro lado. 45 Aquiles y los oráculos Diego Reche AGAMENÓN (con el catalejo): Mirad, las playas de Troya, ha llegado el gran momento. Hoy Troya descubrirá, la ira de los aqueos. ¡Mis soldados, adelante! Rugen inquietos antes del combate. De pronto aparece Calcante. CALCANTE: ¡Alto! Escuchad a Calcante. Antes de que descendáis será mejor que sepáis que el primer griego que vaya a poner el pie en la playa de Troya, acabará muerto. LOS GRIEGOS: ¿Muerto? LOS TROYANOS: ¡ Muerto! Todos se detienen asustados y empiezan a disimular para no bajar del barco, mientras los troyanos se mofan de su cobardía. Aquiles coge a un soldado griego y lo empuja a la playa, inmediatamente le arrojan una flecha y muere. AQUILES: CALCANTE: AQUILES: ¿Y al segundo? Nada, nada. Soldados tomad la espada. Y a por ellos. Venceremos. TROYANOS: Bueno, eso lo veremos. 46 Aquiles y los oráculos Diego Reche Musica de guerra; luchan los ejércitos a cámara lenta. Los personajes hacen lo que va contando el coro. CORO: Esta es la historia que cuentan los poetas en la Ilíada, en las viejas epopeyas y en los libros de batallas. Por fin comienza el combate y ya los griegos avanzan, los troyanos los esperan por detrás de las murallas. Los griegos piensan que pronto la ciudad será tomada, mas la guerra se demora, pues los troyanos aguantan, y así han pasado diez años y el panorama no cambia. Aquiles entre los griegos es el que más se destaca y los troyanos lo temen por su ira y sus hazañas. Mas un día el héroe aqueo con Agamenón se enfada. Se acerca a Agamenón que retiene contra su voluntad a Brisaida. BRISAIDA: Aquiles, Aquiles, ven, que este tirano me rapta. Yo nunca seré tu sierva, yo nunca seré tu esclava., mi voluntad no es amarte, Agamenón. AGAMENÓN: AQUILES: Calla, calla. Hoy me marcho de esta guerra 47 Aquiles y los oráculos Diego Reche si no me das a Brisaida. AGAMENÓN: No te la devolveré, aquí yo mando, te aguantas. CORO: Aquiles se encoleriza y regresará a su patria. Brisaida era una sierva, de la que mucho gustaba, que Agamenón por capricho, arrastró hasta su cabaña. Se sienta iracundo en la esquina del escenario, quitándose casco y armadura. Los griegos regresan al campamento con Aquiles. Los troyanos ya se alegran y de pronto los atacan, y sorprenden a los griegos acampados en las playas. Atacan los troyanos. Aquiles está enojado y no quiere saber nada. Patroclo monta su ejército por defender la amenaza del regimiento troyano… Patroclo se pone el casco y la armadura de Aquiles. pero Héctor sale a la carga y en la lucha con Patroclo pronto lo hiere y lo mata. Muerto Patroclo los griegos lo llevan ante Aquiles. Cuando Aquiles se ha enterado de que yacía en la playa su buen amigo Patroclo, jura tomarle venganza. 48 Aquiles y los oráculos Diego Reche Aquiles se levanta y sale a luchar. AQUILES: Héctor, Héctor ¿dónde estás? Despídete de tu patria, de tu padre y de tu esposa, pues voy a tomar venganza. Sale Héctor y lucha con Aquiles. En el combate Aquiles mata a Héctor y toma su cuerpo y lo lleva hasta el campamento griego, saliendo por la izquierda. CORO:El rey Príamo, abatido de mendigo se disfraza y llega hasta el campamento donde Aquiles ya descansa. PRÍAMO: Te ruego famoso Aquiles, que me des cuerpo y espada de mi amado hijo Héctor y en la pira funeraria pueda darle los honores de un guerrero de su talla. AQUILES: Valiente has sido, Príamo, te daré lo que reclamas, llévate a tu hijo Héctor y entiérralo en tu patria. Los soldados troyanos toman el cuerpo de Héctor y se lo llevan. Aparece Paris acompañado de las amazonas. CORO: Mientras Paris, busca aliados, y se encuentra con aliadas. Las temibles amazonas llegan a tomar venganza. Al frente Pentesilea, guerrera de tanta fama, que con solo oír su nombre 49 Aquiles y los oráculos Diego Reche se estremecen las montañas. PENTESILEA: Por donde quiera que fui al enemigo maté, a los pueblos ofendí, a los hombres derroté y a los esclavos vendí. Yo hasta Micenas bajé, yo hasta Troya subí, yo los muros escalé y en todas partes dejé memoria amarga de mí. Las amazonas atemorizan a los griegos, hasta que entra de nuevo Aquiles. CORO: Y será de nuevo Aquiles el que se implique en la trama. Lucha con Pentesilea, y la hiere con su espada. Pentesilea muere. Con Pentesilea muerta, los griegos son los que avanzan a las murallas de Troya, dispuestos a atravesarlas. Mas poco duró la dicha, porque Paris ya le lanza una saeta al talón con la ayuda inesperada de los dioses, que a menudo, toman parte en las batallas. Mientras Aquiles presume de su triunfo, Paris le lanza una flecha que no le da, pero que recoge Apolo y la clava en el talón de Aquiles. Apolo, el dios del sol, quería tomar venganza por la muerte de su hijo 50 Aquiles y los oráculos Diego Reche Cicno, al que Aquiles matara. Cae muerto Aquiles. Y Aquiles también se muere delante de las murallas inexpugnables de Troya. Sus soldados ya lo sacan para darle sepultura en una isla cercana. Tras la muerte de Aquiles, con una luz muy tenue, los griegos sacan el cuerpo del héroe. Queda en el suelo su armadura y su espada. La escena termina con Ájax y Ulises peleándose por quedarse con ambas. Se cierra el telón. 51 Aquiles y los oráculos Diego Reche ESCENA 11: El desenlace. Escenario de la isla de Esciros, en la misma situación en la que se cerró el telón en la escena 9. El coro avanza delante del telón y lo va abriendo. CORO: Aquiles, has visto hoy en el brillo de tu espada, la dura guerra de Troya y el destino que te aguarda. ¿Qué harás mi joven Aquiles? Aquiles, Ulises, Tetis y Deidamia en la misma posición del final de la escena 9. TETIS: No Aquiles, no te vayas. ULISES: Aquiles, ven a la guerra. DEIDAMIA: No, Aquiles, no te vayas. Aquiles mira fijamente la espada, y, como si hubiese visto su futuro, la arroja al suelo. Mientras se escucha el bolero “Si tú me dices ven, lo dejo todo”. Se acerca a Deidamia, se dan la mano y se besan, mientras se sientan en el centro del escenario con la espada en el suelo, después se levantan y se van bailando, quedando solo la espada. Se va cerrando el telón. FIN. 52