Buenos Aires, 17 de septiembre de 2015 EXCARCELAN A BRIAN NÚÑEZ La Justicia le atenuó la pena, al contemplar las torturas que sufrió el joven en prisión cometidas por miembros del Servicio Penitenciario Federal. El planteo había sido presentado por la Defensa Pública. A pedido de la Defensa Pública Oficial y en una resolución sin precedentes, la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional atenuó la pena aplicada a Brian Núñez, un joven que había sido víctima de graves hechos de tortura mientras estaba detenido en el Complejo Penitenciario Federal de Marcos Paz. Por aquellas torturas físicas y psíquicas, la Justicia condenó a siete integrantes del Servicio Penitenciario Federal el 16 de junio pasado. Tras la resolución de la Cámara de Casación, la Defensa Oficial solicitó al Tribunal Oral en lo Criminal N° 27 la excarcelación de Núñez por encontrarse en término para la obtención de la libertad condicional. En la solicitud, el Defensor Público Hernán Santo Orihuela planteó que la situación de Brian debía ser analizada “de un modo muy particular, tanto por las torturas a las cuales fuera sometido durante la condena anterior, como por las condiciones especiales de detención en las que se encuentra, que si bien resultaban necesarias para resguardar su integridad física, le impedían desarrollar normalmente diferentes actividades”. La resolución por mayoría de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal n° 27 Javier de la Fuente y Jorge Romeo –quienes coincidieron con el dictamen favorable del Fiscal General Guillermo Pérez de la Fuente- contempló lo que días antes había resuelto la Sala III de la Cámara de Casación Nacional: los jueces Luis Niño y Pablo Jantus –con la disidencia de Mario Magariños- decidieron reducir la pena única impuesta y anular la declaración de reincidencia, aceptando de esta forma y parcialmente el recurso de casación interpuesto por el defensor oficial de Núñez, el cual fue desarrollado y profundizado en la audiencia oral ante la Cámara por la Defensora Oficial María Florencia Hegglin. En sus consideraciones, Niño y Jantus coincidieron en que al mensurar la pena, el Tribunal Oral había omitido valorar los actos de tortura materializados en el ámbito penitenciario en perjuicio de Núñez. “La acreditación de la imposición de torturas a Núñez en ocasión de hallarse detenido a disposición del tribunal bonaerense debe traducirse en una reducción de la pena que le restaba cumplir en virtud de aquel proceso, como medida paliativa de la enorme lesión al Estado constitucional de derecho que dicha realidad puso al descubierto”, señaló Niño en la resolución firmada el 11 de septiembre pasado. Por su parte, Jantus coincidió en que “merced las torturas padecidas por el imputado mientras cumplía una de las condenas que ahora se unifican, cometidas en un establecimiento carcelario y por parte de funcionarios estatales, los fines que gobiernan la pena de prisión han quedados desvirtuados en la ejecución de esa sanción penal porque todo el régimen de progresividad previsto constitucional y legalmente que tiene en mira la resocialización se destruye por la irracional violencia aplicada por el Estado a través de sus agentes en el marco de ese proceso de ejecución de la pena”. En cuanto a la declaración de reincidencia, los camaristas -en este caso de forma unánimeconsideraron que debía anularse dado que el tribunal no respetó el principio acusatorio al conferir vista al Ministerio Público Fiscal en forma posterior a los alegatos. A la vez, Jantus sostuvo que la imposición de torturas también debía ser valorada para descartar la reincidencia. LAS TORTURAS El 16 de julio de 2011 Brian Núñez se encontraba en el Complejo Federal de Detención de Jóvenes Adultos (Unidad 24) del Servicio Penitenciario Federal cuando, luego de las visitas y a partir de un reclamo para que le permitieran ver por televisión un partido de fútbol, fue trasladado por la sección requisa a una oficina donde se inició una golpiza en la que le aplicaron organizadamente toda clase de golpes, mientras se hallaba sujetado con las esposas en manos y pies y a su vez enganchadas entre sí. En esas circunstancias le aplicaron golpes de puño, bastonazos, patadas, pisadas en el rostro con los borceguíes y lo quemaron con encendedores en los pies y piernas. Luego fue arrastrado –porque no podía caminar– hasta los “buzones” y bañado al menos en tres oportunidades con agua fría. Las consecuencias: múltiples lesiones, que incluyeron fracturas en los pies, tres quemaduras y diversos hematomas en el rostro y las piernas. Cuatro años después, el 16 de junio pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de San Martín condenó a siete miembros del SPF en un fallo que se convirtió en el primero en que la justicia federal dicta sentencia en un caso por torturas cometidas por miembros del SPF en democracia. En aquel juicio oral, Núñez fue representado en la querella por la Defensoría General de la Nación. Desde entonces, el joven es asistido por el Programa contra la Violencia Institucional, por el Programa de Atención a las Problemáticas Sociales y Relaciones con la Comunidad y por la Comisión de Cárceles, todos ellos de la DGN, y por expresa disposición de la Defensora General Stella Maris Martínez, fue visitado a diario por profesionales de la institución especializados en distintas disciplinas, a fin de garantizar al joven un adecuado tratamiento y contención por sus padecimientos pasados y actuales. 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