Camilo Brodsky B. 1 Whitechapel 2 Camilo Brodsky B. Whitechapel Camilo Brodsky B. Das Kapital Ediciones COLECCION POESIA 3 Whitechapel Whitechapel / Camilo Brodsky Bertoni 1ª ed., Santiago, Das Kapital Ediciones®, octubre 2009. 2ª impresión, octubre 2010. 3ª impresión, abril 2011. ISBN: 978-956-8835-01-9 Das Kapital Ediciones Ltda.® Eduardo Allert 6612, La Reina, Santiago de Chile. daskapitalediciones@gmail.com Diseño y diagramación: Das Kapital Ediciones® Imagen de portada: “Ontleding des menschelyken lichaams...”. Aguafuerte de Gérard de Lairesse (1640-1711). Imagen en p. 1: “Del motor diesel del texto a la antimateria del lenguaje...”. Collage del autor. Está permitida la reproducción, difusión, exposición al público y representación, siempre que no sea con fines comerciales o de lucro, y a condición que sean citados el autor, la editorial y el contexto de origen. 4 Camilo Brodsky B. Whitechapel Camilo Brodsky B. 5 Whitechapel 6 Camilo Brodsky B. whitechapel un saxo surtidor de sangre del tardío XIX o la secuencia imposible de un infarto en zoom out desde la aorta la ciudad el tablero los escaques las manzanas alternadas, sucesivas el rollo desplegado de la city su banda sonora sobre el borde de la tira de pruebas de este Weegee desquiciado más que el propio Weegee retrato en sepia de los vicios sobre los que Scotland Yard caía tras el invisible de Whitechapel y su estela; chorros y degüelles marcando el ritmo de la sangre en las paredes de este barrio obrero cercado por el Londres 7 Whitechapel victoriano y sucio que el Imperio sostenía aún; Pollock carnicero, arterias bajo el síncope de un Coltrane bermellón, rabia calma de los siglos y cinabrio. 8 Camilo Brodsky B. las versiones del silencio: el ritmo de la palma el ritmo interno del poema el ritmo interno la fachada del ritmo ¿cómo suena el silencio de la palma zen al chapotear en el líquido viscoso de la arteria cercenada? 9 Whitechapel devenir de los niños-lobo los niños-lobo abandonados deambulan por la ciudad sedientos tras ellos van los rifles desolladores de hombres cazadores de marfil colgadores de negros hambre hirsuta de los siglos con su baba roja que chorrea los pisos maculados de los hospitales los niños-lobo abandonados son blancas palomas sin ofensa en los bolsillos sus ojos fieros sólo tienen la crueldad del abismo de la infancia 10 Camilo Brodsky B. la nieve y el frío queman más sobre sus pieles alcanzan los cartones y los diarios las paredes y frazadas de su fuga permanente 11 Whitechapel whitechapel las calles de Whitechapel supuran el silencio que quedó como testigo tras las últimas redadas y en los muros no aparecen los carteles esperables con los rostros de los muertos WHERE ARE THEY? se ven tristes las calles de Whitechapel con el fin de los suplicios como si la euforia ya esfumada de los crímenes se hubiera llevado la vida de este barrio de obreros, putas y parteras 12 Camilo Brodsky B. los incestos en la pieza de pensión ahí en Quintero sonríe recordando nuevamente el sabor húmedo y fragante del tabú; un incesto en la tarde marina penetrante como el yodo junto al muelle en el suelo los calzones de la hija que yace amoratada, aún borracha el brazo colgando, su tatuaje borroso deslizándose borde abajo por la cama Hasta el suelo 13 Whitechapel las versiones del silencio el poema no es la Mara Salvatrucha y sus disparos no es la Mara Salvatrucha y sus disparos una Chrysoperla transcurre como los minutos en invierno, persiguiendo a todas luces torpes y ficticias sombras de pulgones en los sucios intersticios del teclado intenté moverla, inspirarle temor, respeto, sacarla con la aguja clavada del revés sobre el corcho y quemada su punta para hurgar sin riesgo las heridas 14 Camilo Brodsky B. en los dedos de mi hija, los míos los ajenos los huevos —de la Chrysoperla podrán crecer ahí bajo las letras mórbidas que caen cielo de los galos derrumbándose, ladrillos celestiales ante la mirada impávida del César 15 Whitechapel whitechapel todo el East End toda la patria cockney toda la patria yiddish toda la patria coa toda little Italy todo chinatown posible las calles con su merca de cuerpos pobres las calles con su merca de cuerpos paki las calles con su merca de cuerpos cholos las calles con su merca de cuerpos raros todo el centro todo Yungay toda la patria el cuchillo de Whitechapel todos los fuegos son fatuos bajo las campanas del lado barato todas las santas causas ven caer fatigadas sus vigas tras la hecatombe y los incendios. 16 Camilo Brodsky B. persistencia de sam peckinpah la delgada línea roja que une a los hermanos disparando contra los toneles con el cementerio lisérgico de New Orleans la secuencia lenta de Peckinpah a Hooper alacranes y balazos en el cuerpo abstencionista que rebota sobre el polvo. La amistad traicionada es una excusa para la ópera y la muerte 17 Whitechapel los epígrafes que un amigo ponga vino en mi jeringa que de esta no me salve ni Mandinga “Vino en mi jeringa”, Cuarteto de Nos 18 Camilo Brodsky B. fuente italia a la Danyclau la mató el amor la despedazó más bien. La cita no es la imagen del taxi o su maleta, la carga de miembros trozados y todavía tibios; los pedazos de la Dany flotan Canal San Carlos abajo. La madre, dueña de la botillería ubicada en la esquina del bar donde trabajaba la Dany, todavía se pregunta qué hizo mal cuando fija su mirada en la 19 Whitechapel fotografía de su hijo junto al taxi, que la acusa en blanco y negro desde el velador comprado y prearmado en el Home Depot de la rotonda. 20 Camilo Brodsky B. las sociologías el crimen opera como la hermética forma de /mantener el silencio social; un pacto total y absoluto donde todos observamos desde las páginas del diario hasta que entramos Matar es tener la llave de una puerta 21 Whitechapel chikatilo nada temo nada theós nada filius todo lo puedo digerir incluso mis crímenes 22 Camilo Brodsky B. gesualdo no se piensa el árbol cuando se le tumba de un /hachazo no se piensa en el cuerpo el tronco del cuerpo el tronco del árbol la puñalada salida del alma lo importante son las voces la boca del árbol gritando en las ramas —no la voz en off de la que el cine abusa, no; las voces las cinco posibles en el Plan— el crimen fueron los árboles 23 Whitechapel los árboles los árboles Lo Sé Lo Sé I Know 24 Camilo Brodsky B. las versiones del silencio en esto ni el Cartel de Juárez tiene pito que cortar en la boca no hay Bolaño leyendo femicidios los carteles son hijos abandonados que globalizan la muerte local AYER SE EXTINGUIÓ ARENA LÓPEZ no es sólo el testimonio de un sicario estampado en la pared virtual del blog la violencia viva y su representación palpitan en la pantalla de tu casa 25 Whitechapel whitechapel: el epígrafe no age no time no future 26 Camilo Brodsky B. las maras: el brinco los malucos salvadoreños de las Maras por doquier en los barrios pobres mutan en pandilleros naturales por Honduras, México y Guatemala y en las calles calurosas de San Salvador en las esquinas de El Calvario y La Iberia dan rienda suelta al “brinco” la golpiza masiva de dieciocho segundos de la que te levantas siendo parte de la Mara: un ritual de iniciación 27 Whitechapel chikatilo soy un error de la naturaleza, una bestia enfadada Chikatilo Yablochnoye, Ucrania, 16/10/36 pequeña aldea doblando a la derecha Lo más cruel para el pequeño Andrei y su hermana era escuchar en el regazo de su madre cómo su hermano mayor, Stepan, había sido raptado y devorado [el poeta en este caso ni siquiera exagera] 28 Camilo Brodsky B. las versiones del silencio: gesualdo madrigales en el Día del Trabajo madrigales asesinos en el alma del leñador madrigales y el vaivén de la cuna tras el estruendo de los coros madrigales asesinos en el Día del Trabajo mientras edito los textos del caníbal comunista 29 Whitechapel chikatilo: el poder de la ficción [no existe ningún documento que informe acerca del nacimiento o muerte de Stepan, pero la manera en que su madre se los contaba hacía que la historia pareciera verídica] 30 Camilo Brodsky B. objetividad de chikatilo [Siempre era humillado por los otros compañeros, cualquiera podía decirle lo que fuese, él se limitaba a escuchar y a aguantar. No era de extrañar que, con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas contenidas por todas esas injurias] 31 Whitechapel chikatilo los títulos de Chikatilo sus diplomas en lengua y literatura rusa sus ingenierías pulcras de taller soviético sus correctas pulsiones infernales canalizadas en el detenido estudio del marxismo-leninismo aprobado con honores. Otros también comieron carne humana pero los restos de carroña se pudrieron en la Historia. 32 Camilo Brodsky B. objetividad de chikatilo [En 1971 se graduó de maestro. Sentía una creciente atracción por las menores de doce años, y se colaba en los dormitorios para verlas en ropa interior mientras se masturbaba con la mano dentro del bolsillo. Más tarde Chikatilo se refugió en el estudio del comunismo, pero su fijación con el dogma político rayaba en la demencia] 33 Whitechapel objetividad de chikatilo [A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa, y aunque era incapaz de mantener una erección, sí podía eyacular (…). Era un marido de carácter estable y trabajador, un padre que nunca levantaba la voz ante los hijos, un respetado miembro del partido comunista que leía los periódicos y se mantenía al corriente de la actualidad] 34 Camilo Brodsky B. chikatilo: otra objetividad posible del sujeto a Chikatilo siendo profesor sus alumnos le pegaban arrojándole una manta por encima lo sacaban de las aulas a patadas. 35 Whitechapel las versiones del silencio: ars poétique [Chikatilo mató por primera vez cuando tenía 42 años] 36 Camilo Brodsky B. larisa tkachenko nunca fue Whitechapel para Larisa sólo estaba el frío de novela que todos echamos sobre la blanca Madre Rusia y los dientes el destrozo de los genitales el cuchillo en fin la vida misma 37 Whitechapel las intolerancias después de Auschwitz nadie escribe en lo absoluto sólo juntan huesitos de judío y ellos arman por su lado las secretas plegarias de su vida 38 Camilo Brodsky B. incesto en la chilena poesía/incest in chilean poetry desta teta que se ve caída mana a chorros la hiel derramada por el tiempo los cachorros hacen cola todavía moviendo el miembro fláccido a los cuatro vientos 39 Whitechapel las versiones del silencio soy más bien un retratista al que el sopor barroco que lo acecha en los pliegues claroscuro le ocultara los detalles las arrugas de los rostros 40 Camilo Brodsky B. 1957: dos libros americanos Ed Gein —el carnicero de Plainfield— camina va saltando entre sus muebles tapizados con piel humana las cabezas convertidas en platos soperos mientras los beat al son de un On the road unplugged todavía anuncian el supuesto fin del sopor y la tranquilidad en las tardes aburridas de Denver City Kerouac & Cia. se solazan culeando volados en las noches en los límites del Middle West; Gein se pone su collar de labios 41 Whitechapel su chaleco de pezones y vaginas ve la hora y concienzudo revisa en el sartén que el corazón de la cena no se pase de sal ni se queme. Luego aspira el humo del cigarro que deja de inmediato sobre el cráneo convertido en cenicero gore de una vida escenográfica y veloz No sabemos si piensa o no en la carretera La contracultura americana lleva un tiempo ya curtiendo los pellejos de un montón de cadáveres antes que Moriarty y Sal Paradise subieran en Cadillac a la 66 42 Camilo Brodsky B. o pasearan ebrios por Larimer Street entre botas y vaqueros de post-guerra 43 Whitechapel los epígrafes En Maarat, los nuestros cocían a paganos adultos en las cazuelas, ensartaban a los niños en espetones y se los comían asados (…). M. Michaud, Las cruzadas, citando a Raúl de Caén Los muertos gimen, huellan la tierra con sus espaldas, o cayendo de bruces cortan la yerba con sus dientes (…). M. Michaud, Las cruzadas, citando a Roberto El Monje 44 Camilo Brodsky B. los epígrafes Despierto: abro mis dos heridas. C. Bertoni, Harakiri 45 Whitechapel los vendedores de cadáveres a Burke & Hare hallarlos no podéis en las páginas de anuncios transitan con el silencio herrumbroso del escándalo carnal el barullo en sordina del asesinato practicado en serie como una forma de producción lista y dispuesta la nómina de los clientes burgueses la sangre afinca prometedoras sociedades matar y cobrar es el slogan 46 Camilo Brodsky B. Ya se lo quisieran Coke & Nike 47 Whitechapel las versiones del silencio el crimen transcurre como el habla muta y cambia se pervive como mancuerna de la humanidad adorna el puño de hierro y piel 48 Camilo Brodsky B. las intolerancias dispersos en sus llenos Auschwitz-Birkenau vigilan con torretas nazis que las anotaciones marginales y masoras del Talmud y la Torá no rompan los cercos devorando por los campos alemanes una mitología coja y contrahecha —martillos, dioses rubios; nada de notas al pie ni barbas lamentando errores atávicos en los muros de la city 49 Whitechapel las anotaciones al margen: reflejo del poeta A la par de esta construcción siguen su camino los días sus sombras y matices La hija crece un poco cada amanecer mientras él intenta reducir su consumo de cocaína y la periodicidad de las resacas 50 Camilo Brodsky B. las versiones del silencio hay un proyecto total detrás de cada línea se superponen y confunden enemigos y paseantes dejando en evidencia los errores del imputado. Son los móviles del crimen y su rastro emocional los que terminan con el cuerpo en la cárcel o el suicidio 51 Whitechapel las intolerancias las estelas de humo de los campos cubrieron los campos los pueblos alemanes y europeos con la costra acre de la carne chamuscada de los campos las muescas en los huesos la repartición de lentes, dientes de oro y prótesis judías se convirtieron en apuntes del Talmud y el Manifiesto los Aliados obligaron a los pueblos alemanes colindantes con los campos a lavar el cuerpo muerto del judío limpiar a homosexuales y gitanos quemar los rastros de los comunistas 52 Camilo Brodsky B. calcinados ya por los enjambres nacionalsocialistas desde el fuego vergonzante que consumió el Reichstag Los alemanes lloraron como niños y después vomitaron borrachos sobre los restos de La Obra 53 Whitechapel las anotaciones al margen esto ocurre —el texto, su radio de acción la autonomía de vuelo, el margen de error el daño colateral, su ámbito de influencia— más allá de lo deseable y más acá de los jirones de la carne y de la noche como queda demostrado en los hechos —las 22:07 de un día lunes que exige una madrugada laboriosa y la mano que lleva la mochila de un lado y al vástago en la punta opuesta de la cruz humana formada en las extremidades, y uno todavía indeciso en la mesa del bar esperando la tercera botella de cerveza y la bolsita de sustancia— la vida es más que la sola voluntad de superarse. 54 Camilo Brodsky B. las versiones del silencio esto podría ser acaso la guerra poética o incluso las poéticas mismas y sus artes pero las poéticas son exigencias ajenas las guerras trámites lo que importa son estas versiones del silencio 55 Whitechapel las anotaciones al margen: versiones de sebastián Mientras espero a Sebastián en una mesa verde sucesivamente vienen un Sebastián de terno y pelo algo más viejo que el original cojeando latamente por la esquina nororiente de la punta de diamante donde el bar naufraga cada día y uno gordo aún más joven bajo la capucha negra de su polerón al trote sobre la botillería Los dos caminaron hacia mí en algún momento Los dos siguieron de largo frente a mí como un fantasma en algún momento Los dos pasaron frente a mí en algún momento con los ojos casi a punto de ser Sebastián 56 Camilo Brodsky B. —y yo lo hubiera aceptado en mi mesa verde y yo lo hubiera aceptado en mi mesa blanca y yo lo hubiera aceptado en mi mesa roja. 57 Whitechapel whitechapel: from the hell One day men will look back and say that I gave birth to the Twentieth Century. Jack The Ripper lo inquietante en Whitechapel es la sórdida claridad del destazador de putas cristalizada en las maniobras mentales de un cirujano social y su cuchillo espejo del infierno que subyace al mundo la sentencia inapelable del sujeto a escala de una réplica torcida del más devastador Brueghel proyectado en el tiempo sobre el mismo Londres y el mercado 58 Camilo Brodsky B. de Smithfield con la fuerza y la violencia tormentosa de las Vergeltungswaffe 2 59 Whitechapel los epígrafes: from the hell Señor Lusk, le adjunto la mitad de un riñón que tomé de una mujer y he conservado para usted; la otra parte la freí y me la comí. Estaba realmente buena. Puedo enviarle el cuchillo ensangrentado con que se extrajo, si se espera usted un poco. Jack The Ripper, en carta del 15 de octubre de 1888 a George Lusk, presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, noticias mías y de pronto tendrá mi gracioso jueguito... Jack The Ripper, en carta del 26 de septiembre de 1888 a la Agencia Estatal de Noticias 60 Camilo Brodsky B. walter richard sickert Si la sospecha cayó sobre él como vaho rodeando La Maigre Adelina o atmósfera de tarde convertida en noche junto a una puta en La Hollandaise, no sé Quizás fue el aire patibulario de los rostros londinenses de sus óleos que respiran aún en la barba blanca de una foto tomada en los ‘40 Tal vez fue la impresión del mismo Sickert de haber compartido pieza aunque en tiempos diferidos con The Ripper —la que pintó con detalles inescrupulosos titulándola sin tino 61 Whitechapel El cuarto de Jack el Destripador. La pintura aún se puede visitar en una galería de arte sita en Manchester, por si a alguien le interesa escarbar en este asunto todavía. 62 Camilo Brodsky B. gesualdo: la culpa a tanto llega la culpa del madrigal que no basta con talar un bosque, mil el cilicio no basta Gesualdo se flagela con muchachos hasta el infausto día 8 de septiembre del milseiscientos trece de Nuestro Señor Jesucristo como lo encuentran desnudo de desnudez extrema las malas lenguas dudan de una muerte natural: se dirigen los ojos a los mancebos Prefigura al Opus Dei de best seller mal escrito 63 Whitechapel el compositor homicida pero su versión no es light y su tortura resulta apenas menos pornográfica que el hambre 64 Camilo Brodsky B. las versiones del silencio más que la prosodia el crimen del texto es la escena los testigos cómplices y víctimas el hombre es un animal de malas costumbres y el poeta no tiene dirección más allá de su voz equívoca 65 Whitechapel las anotaciones al margen: apuntes médicos como imágenes de un raro gore pasoliniano cae mi sangre rectal en los baños públicos de la ciudad la fisura vital en ocasiones deja goterones rojos en los pisos de baldosas blancas de los bares que me esmero en limpiar con papel higiénico mientras sostengo con la otra mano la puerta sin pestillo rogando que nadie irrumpa en esta escena equívoca del crimen 66 Camilo Brodsky B. los epígrafes ya aprendí a falsear mi sonrisa, ya caminé por la cornisa (…) lo que me daba placer ahora me da dolor, ya estuve al otro lado del mostrador “Ya no sé qué hacer conmigo”, Cuarteto de Nos 67 Whitechapel las anotaciones al margen: días de lluvia en la lluvia mojando los adoquines del centro una secreta alianza con otros adoquines se teje la viscosidad falsa de la humedad así como la luz que transforma en extrañas las calles recorridas cada invierno transportan la mirada en el tiempo convierten el espacio en la ilusión de otros pasajes y otros textos es tan fácil que Santiago se convierta así en la Carrera 13 con la 13 en Bogotá o imite la fluorescencia bonaerense con esquinas rosadas y tabaco negro la humedad de Caracas, las ardillas en las plazas las veredas mínimas, las calles los autos atascados en el tráfico el enjambre de carritos por puesto hasta los topes 68 Camilo Brodsky B. incluso el Londres de la sangre puta parece más a mano en lo aledaño de los centros de tortura y detención Las ciudades se vuelven universales bajo el agua y el relámpago 69 Whitechapel las versiones del silencio: arenas movedizas estoy suspendido en una parte del texto —el texto mismo es también la suspensión, un cierto ablandamiento de la realidad circundante, la maleabilidad de la materia que convierte en talco el acero del alma como una piedra filosofal errática e inexperta hay un yo fuera de mí confundido, que tantea en una claridad cegadora que no entiendo pero ejecuto como la danza de los derviches o el acto mecánico del adicto Salir de la profundidad 70 Camilo Brodsky B. Salir de la profundidad Salir de la profundidad desgarradora de esta ignorancia 71 Whitechapel las anotaciones al margen más allá del dato de la felicidad pasajera debe haber un momento, una epifanía que permita descansar de todo esto; tal vez cifrada en la canción de Dylan escuchada en la mañana o en las secretas señas de un paseo en bicicleta no sé. ¿Los rostros antiguos fisgoneando entre /los nudos de las tablas, las sombras de una selva de bambúes /sobre el closet, el bosque de raíces que se esconde en la maraña de una mente débil y enferma? Algo debe haber afuera que no conozca y desee. 72 Camilo Brodsky B. las verdades irrefutables: discovery channel quotes cada mañana una cebra se despierta sabiendo que debe correr más que un león cada mañana un león se despierta sabiendo que debe correr más que una cebra La mecánica celeste sigue siendo implacable 73 Whitechapel las naturalezas muertas en el caso específico de la muerte el problema no es el síntoma: hay más bien una ausencia que opera sobre las debilidades arrastradas de antemano El Vacío, como absoluto apreciable, desde el dolor se vuelve inasible, gelatinoso este error de la vida que transcurre en nuestras casas esta calle sin gente o esta gente sin calle donde explotar La Revolución es también una pulsión asintomática en su origen: 74 Camilo Brodsky B. es el movimiento autónomo de los miembros la cinética en los brazos del que se ahoga lo que da la sensación de progreso 75 Whitechapel porno soft para machistas irredentos no lo pretende, está fuera de sí la pulsión. Sólo acecha predador en la sabana, los muslos de la cebra virgen: no es ella ni la imagen cultural la que camina: el conjunto de huesos y músculos, el vaivén, las líneas de un cuerpo demasiado ajeno, la lejanía exactamente ese no poder constante la negativa biológica de la posesión. Salta sobre la presa el cansancio Violar es otro acto 76 Camilo Brodsky B. de frustración desesperada Acá no hay ética posible: es el deseo en su faceta más bestial e incontinente 77 Whitechapel los incestos cada día tiene su afán y cada familia su incesto Edipo es un regalo de Sigmund Schlomo a las pulsiones de una castración organizada socialmente; lo griego en la tragedia luego del tamiz occidental y el trauma como leit motiv de esta grey obtusa consagrados en la consulta vienesa de un judío cocainómano —mientras en el Incinerador Gansevoort de Nueva York se chamuscan los papeles sucios del pobre Wilhelm Reich, ya condenado al ataque al corazón que lo llevó directo de la cárcel al panteón. 78 Camilo Brodsky B. ye olde ez Such wast thou, Who art now But buried dust and rusted skeleton. Motionless, placed in vain, Mute mirror of the flight of speeding years, Sole guard of grief Sole guard of memory Ezra Pound, Canzoni. el viejo Ez, querido Loomis que primero se diluye entre los versos de los griegos para luego fundirse en el fascio y la tormenta equivocada. Que ideograma chino se construye —a la manera de un tatuaje maorí en el /brazo de un treintón post-punk en una feria artesanal en los suburbios o en el mismo downtown— 79 Whitechapel sin saber como el mayor poeta en el resquicio de la Humanidad y el Canto, de la gesta de los Cides, los Ulises, los emperadores luminosos del Oriente Celeste. Ay del pobre Loomis en su celda su barraca /su hospital, idos los ojos, el pelo revuelto por la traición, el /chaleco claro de cuello alto y la chaqueta cubriendo el pescuezo del /condenado a la horca metafísica del abandono y las visitas con /horario. Condenado a ser condena de los gringos que no entienden la aberrante usura y reniegan del naif fascismo en onda corta como si la culpa fuera del Old Ez y no de aquella distorsión de las vanguardias y su afán de ser modernas como el tiempo 80 Camilo Brodsky B. jack the jabberwocky quizás Scotland Yard tomó muy a pecho aquel beware the Jabberwock, my son!, y a suerte de enroque simbólico llevaron por delante a Lewis Carroll arrastrándolo en la rueda mítica de sospechosos de ser Jack sin serlo, sin haber pisado el frío suelo de Whitechapel en los días, mejor dicho las noches, de los crímenes perfectos. Y vieron confesiones cifradas en los versos, ocultas en los portmanteaus sus pilchas de texto colgando mezcladas, las sombras oblicuas de Humpty Dumpty 81 Whitechapel oscureciendo el ruedo de los vestidos manchando el límite de la pureza inacabada /del barrio de las niñas fotogénicas de Carroll que no fueron // son // serán más que un reflejo proyectado sobre los adoquines de Whitechapel y la mente obtusa de la policía un reflejo, insisto, de la postal pedófila de Carroll. 82 Camilo Brodsky B. catherine y teresa no sabemos, a ciencia cierta, nada del señor Martin; algo de investigación aficionada nos daría quizás algunas pistas, las señas de por qué el domingo treinta de septiembre de milochocientos ochentaiocho Teresa de Lisieux —a la sazón carmelita, posiblemente descalza, santa del Opus y otras yerbas cuyo cáncer materno, mortificación corporal et mal cuidada tuberculosis amén de su enfermizo encierro en un convento la hicieron merecer 83 Whitechapel ante el torcido Ojo de Dios Santidad y Doctorado de la Fe— le escriba, digo al señor Martin —de quien descubrimos, meses después de escribir este poema, era padre de Teresa—. En el barrio de Whitechapel, en tanto, el cuerpo de Catherine Eddows, nacida en abril del ’42, ese 30 de septiembre del ’88 sólo yace destripado entre orín y desperdicio, posiblemente descalzo. 84 Camilo Brodsky B. las anotaciones al margen: whitechapel Whitechapel es también —¿hay que decirlo?— la huella en el camino estrecho, la renuncia dolorosa de la voluntad, el anima doblada ante las circunstancias, la vindicación de todo lo execrable que hay en uno; Moby Dick, su a cuestas Melville, su ballena blanca como nieve, la torcedura, no final mas torcedura al fin que te convierte a ti, tu Pequod y tu tropa; tanto Jeckyll como Hyde, el mismo Stevenson en su ventana de Edimburgo perdida la vista en los techos de los barrios pobres oliendo la basura metafísica desde su estado mórbido constante. 85 Whitechapel los epígrafes Salga de mi lóbulo temporal, House. Dr. Foreman 86 Camilo Brodsky B. las anotaciones al margen: microeconomía doméstica también está la cuestión —la cuestión social, la proyección estratégica, la prueba irrefutable, la falla humana, el factor genético, las consideraciones de todo tipo— del costo/beneficio. Es decir, el gasto que un texto cualquiera exige vale el peso de su peso en amor, familia, tiempo y muerte? Farol de esquina. La opción nunca tuvo nada que ver con el error Volador de luces, dulce Thanatos, invento excusa o relectura para cristianos cultos; 87 Whitechapel del logos al logos el camino se mantiene con las piedras hasta el tope a las que culpar por un mal paso. 88 Camilo Brodsky B. las naturalezas muertas: mirlos, tordos y otras aves no sabe el tordo, de plumaje opaco, que se le emparenta con el mirlo, mucho más vivaz y luminoso; y el cuervo de los pantanos cuando agita sus alas, moviendo el pico largo y curvo, no imagina tampoco la imagen romántica del ave negra pesando sobre el vestido de su propio nombre. Hundir el pico, el cuello y los hombros sobre la carne en descomposición de una liebre echada irremediablemente cortando la continuidad pulcra de la línea blanca de la carretera como proyección nada más de la ausencia del Corvus corax. 89 Whitechapel A falta del simbolismo de los cuervos cedemos a la tentación tornasolada del pequeño estafador de los parques —aves carroñeras y oscuras, algunas; otras más bien con tendencias parasitarias roba-nidos, falseadores de huevos—. Para devorar cadáveres, por lo demás, nos sobrevuela nuestro emblema patrio —Vultur gryphus— con su cuello pelado cumpliendo higiénica función: evitar la acumulación de tripa y sangre, y el consiguiente riesgo para la salud del cóndor. —el despliegue absoluto de las alas azabache sobre el fondo siempre romántico e imaginario. Las aves tienen ese don hipnótico de lo imposible; Lord Byron derramando sangre sobre el catre de campaña en Grecia; una cierta lectura de Rimbaud, 90 Camilo Brodsky B. su soliloquio burgués, armas, concubinas y especias como horizonte, el aire caliente de las barricadas, tatuada La Comuna en sus sienes enfermizas; los pájaros de Diómedes que abrazan a los griegos en sus islas, memoria de los días de su gloria contra Troya; viejos militantes viendo fotos de la UP, las protestas o la última Guerra Civil de nuestras vidas. 91 Whitechapel los epígrafes Créeme que necesito salir de esta ciudad e ir a vivir en medio de ese tan dulce silencio que reina allá (…). J.Emar, en carta del 19 de mayo de 1962 a Peus Informe 92 Camilo Brodsky B. el carnicero de plainfield mi casa no es, como pudieran imaginar, una sucesión de charcos de sangre ni pellejos colgando en las paredes; el cine y la prensa amarillista han hecho un daño enorme a mi visión estética de los interiores. Más que a una sucia caverna paleolítica mi nicho intenta parecer el hogar en los suburbios donde duerme, limpia y come el tic publicitario que es la dueña norteamericana de casa en los ‘50 —Elizabeth Montgomery style in Bewitched—: las pantallas de piel en realidad buscan el toque 93 Whitechapel medieval chic en las lámparas de pie mientras los cuerpos desollados que mantengo en el living sólo cumplen la función de recordar a eventuales visitantes lo efímero de todo en esta vida. 94 Camilo Brodsky B. las anotaciones al margen circunvalando la dispersión cada vez más cerca de su centro entonando sus canciones a rastras por los pasillos de mi cabeza. ¿Explicar la vergüenza más allá del lacerante insight judeocristiano? A mí me corroe cada noche de mi noche, me quita el aire y la cara en el espejo. Ya no sé mirarme y no sé si mirarme finalmente. 95 Whitechapel persistencia de la intolerancia: grillos de septiembre El odio acá renace con los grillos. Con el primer atisbo de la primavera el coro, leve a esas alturas, suena como las patas de los grillos en guerra sexual. Pero los grillos, que se entregan completos en el ejercicio del aniquilamiento, difieren de este odio cansado y rutinario de septiembre; hay algo en una de estas guerras más brutal y concreto que en su espejo. Hay algo en este embate que no acaba que se itera y muta con los años, las generaciones, de manera casi imperceptible; una mirada torva, la forma secreta de caminar entre una calle y otra estudiando sus sentidos; la violencia gratuita de los poetas o tal vez 96 Camilo Brodsky B. su ignorante pendejada echada al aire espeso de las barricadas de salón; la silla siempre contra la pared y de cara a la puerta de entrada. La música de los grillos no alcanza para bien cubrir los restos de los muertos; asesinato sobre asesinato, el trozo de tierra de acá /abajo enseñó a linajes completos a joderse al prójimo. Todo es masacre mal disimulada: las violencias pasajeras en la calle, los párpados hinchados por el vino, la espera de una muchedumbre en las aceras, la mano de hierro en el Wallmapu; silencio sobre silencio, piedra sobre piedra y bajo tierra el agua que te ahoga, bosques talados y otra vez silencio. Algo supura entre los grillos y este suelo. 97 Whitechapel Una cueca brava para sordos y castrados, sombras tristes en los bares de moda, cuando ser pobres ya no es nada entre las líneas enemigas, sólo triste, solo y viejo. Titono queriendo nada más morir por el deseo errático de Eos. Esta Arcadia también se hunde —la primera en irse a pique fue; tal vez la única zozobra conocida por mi carne, Titanic pesado y contradictorio—. Ahora el Ángel de lo Inmediato no es su sombra, su Adonai secreto. Ahí va el crimen escondido en nuestras carnes, su prosodia a la deriva chocando con las piedras mínimas costeras de septiembre. 98 Camilo Brodsky B. 99 Whitechapel Das Kapi t a l Ediciones se en sustenta la creencia de que la base del circuito editorial son los autores y lectores que rodean, circulan y dan vida al texto. El acto liberador de la literatura es, para nosotros, un ejercicio debe democratizador, apuntar culturalmente enriquecer a y a la sociedad sus actores en su conjunto. En la realización de participaron Tania este libro Encina, Guillermo Valenzuela y Camilo reimpresión a que Brodsky. Con esta se completa un tiraje de 350 ejemplares en papel bookcell ahuesado de 80 gr. en interiores y couché de 300 gr. y polipropileno por tiro en tapas, siendo encuadernado con hot melt. En la composición de los textos se utilizó una tipografía Bookman Old Style a cuerpo 10. 100