Impunidad equivale a injusticia Aníbal Romero (2003) A medida que se avecina el desenlace de la actual tragedia venezolana empiezan a alzarse las voces que reclaman “reconciliación”, llaman a la paz y advierten que “ el futuro debe ser construido a partir de todos. Desconocer el chavismo es promover su regreso “ lo más rápido posible”. A éstos se suman los llamados “ni-ni”, que en medio de la vergüenza nacional que han significado éstos cinco años de delirio “revolucionario”, han pretendido establecer una igualación moral entre un régimen canallesco, que ha cometido crímenes, escindido al país, violado su mandato democrático-constitucional y empujado a la sociedad venezolana al borde de la guerra civil, y una oposición que en su inmensa mayoría sólo se ha defendido de la embestida chavista, luego de su desilusión con el caudillo que se dijo demócrata para luego aliarse con Fidel Castro. Hay que salirle al paso a éstos presuntos voceros de la armonía y pregoneros de la sensatez, y recordarles dos cosas: En primer término que si bien hay que rechazar de plano las actitudes retaliatorias y la venganza ciega contra el chavismo y en especial contra los jerarcas del régimen, también debemos evitar a toda costa la impunidad ante los desafueros, arbitrariedades, abusos y crímenes cometidos en éste tiempo de ignominia, pues la impunidad equivale a injusticia y una sociedad que no sea capáz de sancionar etos hechso y a sus ejecutores, jamás podrá retornar a la existencia civilizada. En segundo lugar, frente a la típica sensiblería del izquierdismo criollo y ante el engañoso sentimentalismo de los “progresistas” que nada han aprendido de lo ocurrido, ni quieren aprender, hay que reivindicar con absoluta firmeza las actitudes claras e inequívocas de oposición contra el veneno político y moral del chavismo, que ha desatado una verdadera desgracia en venezuela, y cuyos efectos perniciosos aún se sentirán por mucho tiempo. Los llamados “ni-ni” no merecen el más mínimo respeto intelectual y ético, y en los que en lo personal me toca, jamás se los concederé . Una experiencia como la vivida por nuestra gente durante éste tiempo de el desprecio no permite las actitudes neutras, ni puede tolerar las pretensiones de equidistancia moral que algunos exhiben impúdicamente, como si la tragedia que experimenta el país fuese un juego floral o una tertulia entre académicos. Es inconcebible y deleznable que algunos medios de comunicación, y ciertos periodistas todavía traten a éstas personas con una deferencia que de ningún modo merecen. Sostener a estas alturas que gobierno y oposición son igualmente condenables, que “hay razones de lado y lado”, y que debemos reconciliarnos con base en el olvido constituye no solo una muestra de debilidad ética, sino una ofensa y un insulto para los millones de venezolanos que han luchado con tesón para derrotar la amenaza mortal de la “revolución bolivariana” a la libertad y la democracia en nuestro país. La victoria de la oposición está ahora más cerca, y los blandengues y “neutrales” empiezan a proteger su retirada con buenas dosis de olvido, a borrar las huellas de sus genuflexiones y a proclamar ese mensaje almibarado que nada tiene que ver con las realidades de Puente Llaguno, del crímen en Plaza Altamira, de las FARC y el ELN, de los círculos bolivarianos, de los batallones de reservistas, de la intimidación, el miedo y la mentira convertidos en diarios instrumentos de vejación. No, no permitiremos el olvido ni callaremos ante la impunidad que comienza a perfilarse como tarifa para admitir la prolongación y perdón de las canalladas del régimen. ¿Qué es exactamente lo que se quiere decir cuando se afirma que “ el futuro debe ser construido a partir de todos?” ¿Esos “todos” incluyen a los pistoleros de Puente Llaguno, a los autores intelectuales del desafuero en Plaza Altamira, a los que decapitaron la industria petrolera y la hundieron, a Hugo Chávez, un personaje siniestr que en su momento tendrá que ser juzgado por su traición a la patria y a su compromiso constitucional?.. “ Desconocer el chavismo” puede significar muchas cosas. No creo que en el seno de la oposición se esté pensando en excluir a los que se consideran chavistas de una futura Venezuela democrática si es que ellos admiten de una vez por todas la coexistencia en libertad y aprenden a vivir como personas civilizadas. Tampoco imagino a la oposición en actitud de olvidar las causas que dieron origen a la tragedia que hoy vivimos y que llevaron a muchos venezolanos a ilusionarse con las ficciones de Chávez. Pero eso es muy diferente a confundir reconciliación con impunidad, a establecer una equivalencia moral entre el régimen y los que le combaten o a otorgarles credibilidad y dignidad a los denominados “ni-ni” a quienes debería darles pena su ceguera y vaciedad.