CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO 10 CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO El presente capítulo está integrado por los antecedentes de la investigación, las bases teóricas y legales, definición de términos básicos y la sistematización de la categoría relacionada con Incidencia de la Aplicación del Principio Realidad de la Legislación Venezolana en las Condiciones Laborales del Capitán de Altura. 1. Antecedentes de la Investigación Se presentan a continuación, algunos estudios que han hecho referencia al objeto de estudio de esta investigación. La Organización Internacional del Trabajo (2006) en la Primera Reunión Marítima del Siglo XXI en Ginebra denominada “Convenio sobre el Trabajo Marítimo” manejó como objetivo general examinar una nueva e importante normativa laboral, fundamentada en el convenio internacional para la seguridad de la vida humana en el mar, cuyo aporte representa un importante avance sobre el trabajo marítimo, proporciona soluciones prácticas para lograr su aplicación y cumplimiento en todo el mundo, dado que es el resultado de negociaciones y consultas entre gente del mar, armadores y gobiernos proveniente de más de ochenta (80) países. 10 11 En los tópicos abordados en la primera reunión marítima del siglo XXI se atienden aspectos que son tocados por la presente investigación como parte de la documentación consultada para el desarrollo de la misma. Omaña (2004) en su tesis denominada “Régimen Jurídico de las Plataformas Acuáticas en Venezuela”, manejó como objetivo general analizar el régimen jurídico de las plataformas acuáticas en Venezuela. En el estudio se ejecuta una investigación bibliográfica documental del tipo descriptiva, por cuanto utilizó métodos de interpretación y análisis, fundamentado en los derechos y obligaciones de la Repúb lica en los diferentes espacios acuáticos sobre los cuales ejerce soberanía y jurisdicción. El estudio tuvo el propósito de lograr los objetivos específicos: (a) analizar el alcance del marco normativo internacional de las plataformas acuáticas a la luz del derecho venezolano; (b) definir la naturaleza jurídica de las plataformas acuáticas en el derecho venezolano; (c) estudiar la norma comprendida en la legislación acuática que le es aplicable; (d) determinar los requisitos ambientales básicos; (d) analizar la competencia jurídica de los tribunales venezolanos y la ley aplicable en los casos de los cuales se presentan conflictos. Su aporte giró en torno al desarrollo del régimen de la plataformas acuáticas, el cual es un tema casi desconocido en la doctrina venezolana, tomando en cuenta la inmensa importancia que para Venezuela tendrá en los próximos años el desarrollo de los diferentes proyectos de explotación costa 12 afuera e invita a todos los abogados y alumnos a investigar y profundizar sobre el tema que ha sido objeto de esta investigación. De la misma manera, Marín (2002) en su tesis titulada “Curso de Procedimiento Laboral Venezolano”, tuvo como objetivo general estudiar el derecho procesal del trabajo venezolano. Asimismo, ejecuta una investigación documental del tipo descriptivo por cuanto utilizó método de interpretación y análisis fundamentado como base sustantiva el derecho del trabajo y como base adjetiva las normas procesales generales, consideradas en el Derecho Procesal Civil y las normas especiales previstas en la nueva Ley Adjetiva Laboral. Para lograr el objetivo general desarrolló los siguientes objetivos específicos: (a) identificar los aspectos generales sobre el derecho procesal civil del trabajo; (b) describir el procedimiento ordinario laboral; (c) conocer los procedimientos especiales laborales. En cuanto a su aporte, suministra al cursante las herramientas necesarias para identificar los procedimientos en materia del trabajo tomando como base sustantiva el derecho del trabajo y como base adjetiva las normas procesales generales, consideradas en el derecho procesal civil, y las normas especiales, previstas en la nueva Ley Adjetiva Laboral. Tribunal Supremo de Justicia, SALA DE CASACIÓN SOCIAL (2001). Expediente R.C. N° AA60-S-2001-000495. Ponencia del Magistrado ALFONSO VALBUENA CORDERO. En el procedimiento que por cobro de 13 prestaciones sociales y demás indemnizaciones sigue el ciudadano CARLOS J. SALAMANCA, representado judicialmente por los abogados Luis Fereira Molero, David Fernández Bohorquez, Carlos Malavé González, Joanders José Hernández y Nancy Chiquinquirá Ferrer Romero contra la sociedad mercantil ASUNTOS Y SERVICIOS PETROLEROS, C.A. (PETROSEMA), representada judicialmente por los abogados Nelson Enrique Hernández Araujo , Ana Delia Ayala, Julio Álvarez y Mónica Vilchez; el Juzgado Superior del Tránsito y del Trabajo de la Circunscripción del Estado Zulia con sede en Maracaibo, dictó sentencia en fecha 08 de junio del año 2001, mediante la cual declaró sin lugar la apelación de la parte demandada, quedando firme el fallo apelado que declaró con lugar la acción incoada. Contra el fallo anterior anunció recurso de casación la parte demandada, el cual una vez admitido fue remitido a este Alto Tribunal. Recibido el expediente en esta Sala de Casación Social, se dio cuenta en Sala en fecha 26 de julio del año 2001, correspondiendo la ponencia al Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. Fue oportunamente formalizado e impugnado. Hubo réplica. Concluida la sustanciación del presente asunto y siendo la oportunidad legal para ello se pasa a decidir, en los siguientes términos: CASACIÓN DE OFICIO. Villasmil (1997), en su tesis titulada: “La relación de trabajo en la Navegación Marítima”, tuvo como objetivo general el estudio analítico Trabajo marítimo venezolano. La investigación fue de tipo documental, descriptiva, por cuanto utilizó métodos de interpretación y análisis fundamentado en doctrinas de diferentes autores así como el estudio de la 14 Ley Orgánica del Trabajo, en su parte del Trabajo en la navegación venezolana. Su aporte, tal como lo señala su autor, fue el estudio de los derechos y beneficios contractuales del trabajador marítimo, así como también, sin lugar a duda, dejar sentado la facultad que está encomendada al Capitán como representante del patrono. 2. Bases Teóricas En esta sección se presentan disposiciones de los cuerpos normativos referentes a la investigación, así como el enfoque referido por autores y doctrinas relacionadas . 2.1. Disposiciones legales venezolanas laborales que versan sobre el principio realidad. El principio realidad, sobre el cual se abordará con detalle mas adelante en el presente estudio, conviene destacarlo en primera instancia, inserto de la Carta Magna, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, como parte del enunciado que vela por el fin supremo de los derechos y condiciones del trabajo como hecho social. Así, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) consagra en su artículo 89: El trabajo es un hecho social y gozará de la protección del Estado. La Ley dispondrá lo necesario para mejorar las condiciones. Para el cumplimiento de esta obligación del Estado se establecen los siguientes principios: 1) Ninguna ley podrá establecer disposiciones que alteren la intangibilidad y progresiva de los 15 derechos y beneficios laborales. En las relaciones laborales prevalece la realidad sobre las formas o apariencias. 2) Los derechos laborales son irrenunciables. Es nula toda acción, acuerdo o convenio que implique renuncia o menoscabo de estos derechos. Sólo es posible la transacción y convenimiento al término de la relación laboral, de conformidad con los requisitos que establezca la ley. 3) Cuando hubiere dudas acerca de la aplicación o concurrencia de varias normas, o en la interpretación de una determinada norma, se aplicará la más favorable al trabajador o trabajadora. La norma adoptada se aplicará en su integridad. 4) Toda medida o acto del patrono o patrona contrario a esta Constitución es nulo y no genera efecto alguno. 5) Se prohíbe todo tipo de discriminación por razones de política, edad, raza, sexo o credo o por cualquier otra condición. 6) Se prohíbe el trabajo de adolescentes en labores que puedan afectar, su desarrollo integral. El Estado los o las protegerá contra cualquier explotación económica y social”. (Resaltado propio) Por su parte, La Ley Orgánica del Trabajo de la República Bolivariana de Venezuela (1997), de acuerdo a lo establecido en su artículo 10, cumpliendo el mandato constitucional antes señalado, establece un marco jurídico para el contrato individual y el contrato colectivo de trabajo, que define el ámbito de aplicación de los derechos de los trabajadores. Todas esas normas legales constituyen derechos favorables a los trabajadores, pues las disposiciones contenidas en ella son de orden público y de aplicación territorial. Estos derechos han sido atribuidos a los trabajadores y son derechos intangibles, incluso los estipulados en las convenciones colectivas del trabajo previamente acordados entre ellos. Se debe rechazar todo intento de aminorar o menoscabar esos derechos. Asimismo, La Ley Orgánica del Trabajo de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 60 estipula: 16 Además de las disposiciones constitucionales y legales de carácter imperativo, para la resolución de un caso determinado se aplicará, en el orden indicado: a) La convención colectiva de trabajo o el laudo arbitral, si fuere el caso; el contrato de trabajo; b) El contrato de trabajo; c) Los principios que inspiran la Legislación del Trabajo, tales como los contenidos explícita o implícitamente en declaraciones constitucionales o en los Convenios y Recomendaciones adoptados en el seno de la Organización Internacional del Trabajo y en la jurisprudencia y doctrina nacionales; d) La costumbre y el uso, en cuanto no contraríen las disposiciones legales ni los principios a que se refiere el literal anterior; e)Los principios universalmente admitidos por el Derecho del Trabajo; f) Las normas y principios generales del Derecho; g) La equidad. De lo citado anteriormente de la Ley Orgánica del Trabajo , se desprende el orden jerárquico normativo que se aplica en la resolución de los distintos conflictos y reclamaciones elevados a los órganos jurídicos, en pro de su solución, y en cuyo caso el juez, a través de las fuentes del Derecho Laboral ya referidas, resolverá las demandas solicitadas por los trabajadores. En esta estructura jerárquica se hace énfasis en el literal (e) del artículo en comento, el cual hace referencia a los principios que inspiran la Legislación del Trabajo. En este literal, queda implícito el “principio de la supremacía de la realidad sobre las formas y apariencias”, parte objeto de este estudio, quedando expresamente indicado en el Reglamento de la Ley del Trabajo venezolano. Así efectivamente, el Reglamento de la Ley del Trabajo de la República Bolivariana de Venezuela (2002), sobre “los principios fundamentales del derecho del trabajo”, señala en su artículo 8: Los principios aludidos en el literal e) del artículo 60 de la Ley Orgánica del Trabajo, serán, entre otros y sin perjuicio de su previsión expresa en la legislación laboral, los siguientes (8): a) 17 Protectorio o de tutela de los trabajadores: I) Regla de la norma más favorable o principio de favor, por virtud del cual se plantearen dudas razonables en la aplicación de dos o más normas, será aplicada aquella que más favorezca al trabajador. En este caso, la norma seleccionada será aplicada en su integridad. II) Principio in dubio pro operario, en atención al cual en caso de plantearse dudas razonables en la interpretación de una norma, deberá adoptarse aquella que más favorezca al trabajador; y III) Principio de conservación de la condición laboral más favorable, por virtud del cual deberán ser respetados los derechos que se encuentran irrevocables y definitivamente incorporados al patrimonio del trabajador. a) Irrenunciabilidad de los derechos de los trabajadores, cualquiera fuere su fuente. b) Primacía de la realidad o de los hechos, frente a la forma o apariencia de los actos derivados de la relación jurídico laboral. c) Conservación de la relación laboral: I) Presunción de continuidad de la relación de trabajo, por virtud de la cual en caso de duda sobre la extinción o no de ésta, deberá resolverse a favor de su subsistencia. II) Preferencia de los contratos de trabajo a tiempo indeterminado, en atención a lo cual deberá atribuirse carácter excepcional a los supuestos de autorización de contratos a término previstos en el artículo 77 de la Ley Orgánica del Trabajo. III) Admisión de novaciones subjetivas y objetivas del contrato de trabajo. IV) Indemnizaciones en caso de extinción de la relación de trabajo por causa imputable al patrono; y V) Interrupciones de la relación de trabajo estimado irrele vante como causas de extinción, en los términos de los artículos 93 y 94 de la Ley Orgánica del Trabajo. (Resaltado propio). Como puede observarse en el contenido antes transcrito, el Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo de la República Bolivariana de Venezuela (2002), confirma el sentido proteccionista que ha querido aplicar el legislador patrio en la persona del trabajador como débil económico, quien desarrolla las distintas actividades productivas a favor del patrón, industria o comercio, aplicando los principios fundamentales del derecho del trabajo antes referidos. 18 Nuevamente, el “principio de la supremacía de la realidad sobre las formas y apariencias” aparece expuesto de manera expresa en el literal (c) del artículo en comento mereciendo desta car su llamado a favor de la conservación de la condición laboral más favorable. 2.1.1. El Trabajo como hecho Social Hernández (2001, p. 11), refiere que el Derecho de Trabajo es un Derecho histórico y en continua expansión, que pretende acabar, con la categorización de las personas (patronos y obreros o empleados) y actividades (trabajo contractual), a las que hacía referencia la Ley Orgánica del Trabajo de 1936 señala que, a diferencia y producto de esa evolución, el artículo 1º de la Ley Orgánica del Trabajo de 1997, abandonó la concepción “contractual” y la reemplazó con una expresión más universal: “Esta ley regirá las situaciones y relaciones jurídicas derivadas del trabajo como hecho social”, reflejándose en su redacción la influencia del Dr. Rafael Caldera en relación con la dimensión social que debía regir al Derecho del Trabajo venezolano. Expresa Hernández: La concepción adoptada por la Ley, busca la regulación de las situaciones jurídicas y relaciones que se deriven del desarrollo de trabajo, independientemente de que sea realizado en condiciones de dependencia o no, y de naturaleza de la actividad. Pero además, la concepción social del trabajo, busca resaltar el carácter personal y humano que éste tiene, es decir, destacar la prelación que en ella debe tener el contenido ético – social sobre el mero carácter patrimonial, típico de las relaciones obligacionales. 19 También destaca Hernández, que el espíritu del Legislador es el de brindarle protección al trabajador que realiza trabajo no dependiente, de modo similar que al trabajador que realiza trabajo dependiente, lo cual está consagrado en el artículo 40 de la Ley Orgánica del Trabajo (1997), aunque no lo norman profundamente, por considerarse que los mismos deben quedar amparados por el campo de la seguridad social, considerado como disciplina diferente de la del Derecho del Trabajo. Alcalá, Castillo y Cabanellas (1976) en relación con el Trabajo como hecho social, manifiestan: En el proceso de la dignificación laboral se destaca la doctrina y la práctica de la Iglesia; ya que muchas órdenes religiosas no han vacilado en el desempeño de tareas manuales, por necesidades propias y para obtención de recursos. La reafirmación valorativa resalta en la encíclica Rerum Novarum, en la que León XIII expresa que “el trabajo común, según el testimonio de la razón y de la filosofía cristiana, lejos de ser un motivo de vergüenza, hace honor al hombre, porque le proporciona un medio noble de sustentar la vida. El carácter progresivo del Derecho del Trabajo, de acuerdo a las exigencias de la realidad social, resultante del moderno concepto del trabajo , que a través de él se busca no sólo la satisfacción individual y familiar si no el cumplimiento por parte de cada trabajador, a la valoración del esfuerzo colectivo en la necesidad que tienen los seres humanos para lograr un resultado satisfactorio. Sostienen Alcalá, Castillo y Cabanellas (1976): “En lo social, el trabajo es la exteriorización consciente de la energía humana, física y psíquica a la 20 vez, con el fi n de conseguir la satisfacción de una necesidad, de un interés, de una utilidad social”. En este caso, el trabajo constituye pues la manifestación voluntaria de la virtud que tienen los hombres al cumplimiento de de los fines racionales de la existencia de los seres que viven en la comunidad. El profesor Tito Gutiérrez Alfaro, citado por el Dr. Rafael Caldera (1960) definió: “El Derecho Social es un conjunto de normas jurídicas, principalmente impositivas, que valoran el aspecto colectivo de la naturaleza del hombre, inspirándose en la justicia social para contener los excesos del individualismo en el orden jurídico – económico y realizar el mejoramiento económico social de las clases económicamente débiles”. En este caso, es relevante destacar el deber del Estado venezolano velar, por mandato expreso de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela , por el mejoramiento socio-económico y de la calidad de vida del trabajador patrio y su entorno familiar, en contraste con los intereses particulares de quien depende laboralmente. De la misma manera, el profesor de Sao Paulo (Brasil), A.F. Cesarino Junior (1943), también citado por Caldera (1960), definió el trabajo como hecho social como “el conjunto de principios y leyes imperativas cuyo objetivo inmediato es, teniendo en vista el bien común, auxiliar y satisfacer convenientemente las necesidades vitales propias y de sus familias, a las personas físicas en cuanto son dependientes del producto de su trabajo ”. 21 Las diversas opiniones y estudios con relación al trabajo como hecho social, han dado renovado impulso a la forma progresiva del Derecho del Trabajo, referente a la creación de normas jurídicas tendentes a la protección del trabajador como débil económico, de manera que lo dignifique como ser humano. 2.1.2. Fuentes del Derecho del Trabajo Marín (2002), citando a Bermúdez, señala que el estudio doctrinado de las fuentes no corresponde precisamente al campo del Derecho Procesal, pero conviene tratarlo a fin de señalar el origen de la normativi dad procesal. Martínez (1995), refiere: Estudiar las fuentes del derecho, consiste en el análisis de la naturaleza, de su origen y de los principios que rigen en el orden de su aplicación. Modernamente se le asigna a la palabra “fuente” una triple significación: fuentes formales, referido a los procesos de creación de las normas jurídicas; materiales o reales, que los son factores y elementos que determinan el contenido de tales normas; e históricas, relacionadas a los documentos que encierran el texto de una ley o conjunto de leyes. Todo sistema jurídico tiene la manera de crear las normas que le son propias. El Derecho del Trabajo no escapa a esta realidad, pues también tiene la forma de elaborar sus propias reglas, las cuales son susceptibles de ser clasificadas y jerarquizadas, aún cuando existen notables discrepancias doctrinales acerca de este tema. Al respecto, la Ley Orgánica del Trabajo venezolana (1997), en su artículo 60, (enunciado en párrafos anteriores) refiere las fuentes del Derecho del Trabajo e indica su orden jerárquico de aplicación. 22 En este sentido, el procesalista Rengel (1995, p. 86,87) define : “las fuentes del derecho procesal como “las reglas o cánones de que puede valerse el juez en el proceso para valorar a l significación jurídica de las conductas procesales que debe juzgar y fundar la fuerza de convicción que ha de tener la resolución que dicte”. El nombrado procesalista distingue entre Fuentes Primarias o Vinculantes y Fuentes Secundarias o No Vinculantes. Igualmente señala: Las fuentes primarias o vinculantes, están constituidas por la legislación en sentido amplio, o sea tanto las normas legales como reglamentarias, y que son de obligatorio cumplimiento. Las fuentes secundarias o no vinculantes, son para el juez la jurisprud encia y la doctrina. La costumbre no es reconocida entre nosotros como fuentes formal del Derecho procesal. Los usos y las prácticas de procedimiento, sólo se admiten para actuaciones de mero trámite, no reguladas en su forma por la ley procesal. Es evidente que al estudiar las fuentes se habla también de origen y manera de crear las normas, y se encuentra una gran similitud desde ese punto de vista. Pero el Código Procesal Civil venezolano (1987), en su artículo 321, sugiere a los jueces de instancia acoger la doctrina emanada del Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Social, en aquellos casos análogos, con la finalidad de defender la integridad de la Legislación, y la unificación de la jurisprudencia. Por su parte, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en su artículo 177, ordena a los jueces del Trabajo acoger la norma jurisprudencial, con la finalidad de defender la integridad de la Legislación Laboral y la unificación 23 de criterios de las decisiones de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia venezolano. Manifiesta Hernández (2001), en la aplicación de las normas jurídicas en materia de Derecho del Trabajo que, por primera vez, el legislador venezolano ha tratado de sistematizar lo referente a las normas jurídicas del trabajo, su aplicación, la jerarquía de las fuentes y algunos principios que rigen la aplicación e interpretación de tales normas. Al respecto, señala el precitado autor, que estudiar las fuentes del derecho consiste precisamente en el estudio de su naturaleza, de su origen, y de los principios que rigen en el orden de su aplicación. Las Fuentes del Derecho, en el sentido formal que le da el artículo 60 de la Ley Orgánica del Trabajo (1997), vendrían a ser las distintas formas en que se manifiesta la norma jurídica: ley, costumbre, convención colectiva, entre otras. Conviene señalar, la manera cómo el autor antes referido hace la clasificación de las fuentes del Derecho del Trabajo, con base al artículo 60 de la Ley Orgánica del Trabajo: A) Fuentes Internas: Aquellas que se originan al interior del territorio nacional. B) Fuentes Externas: Aquellas que se originan fuera del territorio nacional. Por ejemplo, una fuente externa serían, por ejemplo, los convenios o acuerdos no ratificados por Venezuela adoptados en el seno de las Conferencias General de la Organización Intelectual del Trabajo, y los tratados bilaterales y multilaterales celebrados por nuestro país que regulen materias relacionadas con el trabajo. Las primeras, o sea las internas pueden subdividirse a su vez en: 24 a) Fuentes Internas heterónomas: aquellas que no constituyen en modo alguno una manifestación de autonomía privada, sino que son impuestas a los particulares. Esta vez su subdividen en: b) Fuentes heterónomas de origen estatal: Aquellas en cuya producción interviene el estado, es decir constituyen una manifestación de cuales quiera de los tres poderes del Estado. c) Fuentes heterónomas de origen no estatal, en ellas podemos incluir la doctrina, los principios generales del derecho del trabajo (no consagrados expresamente en las leyes), los principios generales del derecho y equidad. d) Fuentes internas autónomas de origen convencional o profesional: en la producción de estas normas no intervienen el estado, si no que tienen su origen o en la vo luntad de las partes, o en el ejercicio de la actividad. Según Caldera (1960), el Derecho del Trabajo tiene fuentes propias que han hallado dentro de él, nacimiento y vida específica; fuentes con una estructura de jerarquía , donde la importancia relativa de unas fuentes respecto de otra tiene, en el Derecho del Trabajo aspectos marcados que la diferencian del Derecho común. Entre las fuentes propias destaca: la convención colectiva. S u aparición en el campo laboral como fenómeno intermedio entre la ley estatal y el contrato interindividual, ha sido una nota característica cuya importancia crece con el transcurso de los años. En cuanto la jerarquía de las fuentes, hay aspectos interesantes como el de la prevalencia de la ley y del convenio colectivo sobre el contrato. El precitado autor, clasifica las diversas fuentes del desarrollo laboral en dos grupos: Uno, que agrupa las propias del derecho del trabajo, en orden relativo de preferencia: a) las disposiciones legales y reglamentarias de carácter imperativo. b) la convención colectiva de trabajo, c) la voluntad privada de las partes en el contrato de trabajo. d) “Los principios que inspiran 25 la legislación laboral”, cuando el caso no esté explícitamente resuelto por las fuentes anteriores. e) “La costumbre y el uso”, siempre que no contradigan las disposiciones dictadas por el legislador o las reglas derivadas de las fuentes anteriormente enumeradas. f) “Los principios del derecho laboral generalmente admitidos internacionalmente”. El otro subgrupo señalado por Caldera como de fuentes supletorias, y que siguen en orden jerárquico inferior a las indicadas en el primer grupo son: g) “Las normas y principios del Derecho común”, que llenan las lagunas de una regulación jurídica destinada a regir aspectos especiales, en cuanto no contraríen las normas y principios que ins piran la legislación del trabajo, lo que explica el lugar jerárquico donde ha sido colocado en la presente jerarquización. h) Y finalmente, como manantial inagotable, la equidad. 2.1.3. Principios Fundamentales del Derecho del Trabajo Según Hernández (2001), en lo atinente a los principios generales del Derecho del Trabajo, citando a Américo Plan Rodríguez, en su extraordinaria obra dedicada a ellos, los define de la siguiente manera: Líneas directrices que informan algunas normas e inspiran directa o indirectamente una serie de soluciones por lo que pueden servir para promover y encauzar la aprobación de nuevas normas, orientar la interpretación de las existentes y resolver los casos no previstos. Por otra parte, señala el precitado autor que los más importantes de estos principios son: 26 a) El principio protector con sus manifestaciones más concretas como son la regla “in dubio pro operario”, la de la norma más favorable (consagradas en el artículo 59) y la de la condición mas beneficiosa. b) El principio de la irrenunciabilidad consagrado expresamente en nuestra Ley. c) El principio de continuidad de la relación de trabajo, que tiende a garantizarle al trabajador el derecho de permanencia en la empresa, así como procurar que la relación de trabajo tenga la más larga duración. d) El principio de la primacía de la realidad sobre lo estipulado en los documentos o acuerdos, en caso de existir discordancia entre los hechos y lo escrito. e) El principio de la razonabilidad, que si bien no es exclusivo del Derecho del Trabajo, en este campo adquiere especial relevancia, consiste en que en materia de relaciones de trabajo, se debe imponer en todo momento la razón humana. Algunos prefieren llamarlo principio de racionalidad. f) El principio de la buena fé. El artículo 1.160 del Código Civil dispone que los contratos deben ejecutarse de buena fé. Ahora bien, en el campo de las relaciones laborales adquiere especial importancia. La buena fé implica la colaboración entre los dos sujetos de la relación laboral en aras de lograr el mayor rendimiento. En los últimos tiempos, las tendencias flexibilizadoras han venido cuestionando la manifestación clásica de los principios del Derecho del Trabajo. Ahora bien, el precitado autor sostiene que la equidad estipulada en el artículo 60 de la Ley Orgánica del Trabajo de 1997 es fuente del Derecho del Trabajo. Además el artículo 68 de la ley en comento establece que el contrato de trabajo obliga no sólo a lo expresamente pactado sino también a las consecuencias que de él se derivan según la equidad, la costumbre y la ley. La equidad es la justicia del caso concreto. El trabajo es un derecho y un deber social. No es artículo de comercio, exige respeto para las libertades y dignidad de quien lo presta y debe 27 efectuarse en condiciones que aseguren la vida, la salud y un nivel económico decoroso para el trabajador y su familia. Según Alfonzo (1997), La interpretación del Derecho del Trabajo y su principio es descubrir el correcto sentido de una norma, con objeto de determinar su alcance en cuanto a las relaciones jurídicas que ella comprende. Toda norma jurídica, de carácter legal o de derecho consuetudinario, debe ser interpretada previamente a su aplicación, bien sea su contenido evidente, por se clara su redacción e indudable su sentido, bien sea éste oscuro y dudoso. En tal sentido, sostiene el precitado autor que para conocer el propósito, el espíritu y la razón del legislador al sancionar el conjunto de reglas que integran el Derecho del Trabajo, es importante tomar en consideración los principios que condujeron a la promulgación de este cuerpo normativo, a saber: 1) El principio de favor, llamado también principio pro operario, que concreta su finalidad en tres aplicaciones: a) En caso de conflicto de leyes, prevalecen las del Trabajo, sustantivas o de procedimiento. b) En caso de conflicto de normas, ha de aplicarse la más favorable al trabajador; y c) En el supuesto de incerteza del juez entre dos declaraciones posibles derivadas de una misma norma, ha de preferir la interpretación que más beneficia al trabajador… …2) El principio de la irrenunciabilidad de las disposiciones de la legislación que favorezcan a los trabajadores. La irrenunciabilidad, consagrada por el Art. 3 de la Ley Orgánica del Trabajo vigente, se asienta en el carácter de orden público que, en general, se atribuye a las reglas del derecho laboral, pero en el entendido de que éstas se ofrecen al intérprete como normas de contenido mínimo obligatorio, que no impiden la celebración de convenios tácitos o expresos entre patronos y trabajadores para hacerlas todavía más favorables… 28 …3) Algunos autores suelen incorporar como principios propios del Derecho del Trabajo, el de la continuidad del contrato; el del rendimiento y el de la Justicia Social. …4) El Reglamento General de la L.O.T. de 1999 (G.O. Extr. Nº 5292, de 25-01-99) enuncia, en su artículo 8º, otros principios del Derecho del Trabajo, muchos de los cuales son manifestaciones del de favor, a que nos hemos referido en el punto 1, supra, de este mismo epígrafe. Según Mille (1989), la prestación de servicios personales en el marco de una relación subordinada es un hecho social que se encuentra en la base misma del desarrollo comunitario y del progreso de la humanidad. Sostiene que en materia laboral rige el principio del contrato realidad que atiende fundamentalmente al hecho específico de la prestación del servicio. Resalta la importancia determinante que tiene la naturaleza real del servicio prestado, por encima de cualquier otro tipo de consideraciones; y por encima, inclusive, de manifestaciones escritas que se muestren contrarias a las circunstancias concretas y reales de tal prestación. De allí que en materia laboral, el Juez debe romper con la riguro sidad del formalismo jurídico para atender las derivaciones de la naturaleza real del trabajo, como hecho social que es. Es este sentido, por ejemplo, un trabajador que suscriba un determinado contrato con un patrón para ejercer un cargo de dirección, pero en la práctica los servicios prestados no corresponden a los de dirección, es allí donde prevalece el principio en comento sobre la formas y apariencias, al constatar la naturaleza real del servicio. Consecuentemente, a dicho trabajador le corresponderán los beneficios de la Ley Orgánica del Trabajo. 29 Asimismo, continúa Mille (1989), en relación con los principios fundamentales del Derecho del Trabajo señalando que éste último, dado su carácter eminentemente social, ha estado inspirado en una serie de principios jurídicos entre los cuales destaca el “In Dubio Pro Operario”, el de la aplicación de la norma o condición más favorable y beneficiosa al trabajador, como pueden ser la presunción de continuidad de la relación laboral a favor del trabajador, la irrenunciabilidad de sus derechos laborales y la equidad. Al respecto, son muchas las opiniones y tratamiento de aplicación de la equidad, debatiéndose entre los diferentes autores como fuente o como principio. Así, señala Mille: El principio de equidad se consagra en el artículo 52 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo”… (derogada); … ”el de la irrenunciabilidad de derechos laborales, en el artículo 16 de la Ley del Trabajo”… (anterior a la vigente)…”y ordenado en sus alcances por el artículo 31 de su Reglamento” …(anterior al vigente)...”El de la condición más beneficiosa junto con el de la analogía están también consagrados en el citado artículo 52 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimiento del Trabajo” (derogada). Señala Mille (1989): A este principio se le ha denominado también el principio de favor y al respecto el conocido autor venezolano Rafael J. Alfonso Guzmán, en su obra nueva Didáctica del Derecho del Trabajo, dice: “Para descubrir la intención del legislador al sancionar el conjunto de reglas integrantes del sistema jurídico laboral, es 30 preciso tener en cuenta los principios que los condujeron a la promulgación de tal sistema jurídico integral: 1. El principio de favor, llamado también principio pro operario, que concreta su finalidad en dos aplicaciones: A) en caso de conflicto de normas, ha de aplicarse la más favorable al trabajador; y B) en el supuesto de incerteza del Juez entre dos declaraciones posibles derivadas de una misma norma, ha de preferir la interpretación que más beneficia al trabajador”. 2.2. Tratamiento jurídico laboral venezolano y extranjero respecto al capitán de altura Dentro de los cuerpos normativos que, junto con la Ley Orgánica del Trabajo venezolana rigen el Derecho del Trabajo, se encuentran las llamadas Leyes Especiales, tendentes a normar las distintas situaciones que se presentan en esta área del Derecho Laboral, entre cuyas situaciones se emplazan los trabajadores del mar o la “gente de mar”. Así, la Ley Orgánica del Trabajo (1997), en su título V, de los regímenes especiales, sección segunda, consagra en su artículo 333, aspectos y situaciones de orden laboral del trabajador marino, según reza: Artículo 333: El trabajo en la navegación marítima, fluvial y lacustre de los miembros de una tripulación que presten servicio a bordo de un buque mercante en beneficio de un armador o fletador, tanto durante el tiempo de navegación como en el que se encuentran en puerto, se regirá por las disposiciones de esta Sección, además de las contenidas en esta Ley que les sean aplicables, en cuanto aquéllas no las modifiquen. El patrono deberá inscribirlos en el rol de tripulantes. Las normas relativas a los tripulantes de un buque mercante se aplicarán igualmente a los de cualquier clase de embarcación que transporte personas y cosas tanto como a los que trabajen en accesorios de navegación. 31 Al respecto, se estudiará mas adelante y de manera más amplia, lo referente a la tripulación, la inscripción en el llamado rol de tripulantes y demás aspectos que aborda el mencionado artículo. Por otra parte, el artículo 335 de la Ley Orgánica del Trabajo (1997) refiere las condiciones contractuales de la gente de mar, donde se deben fijar las condiciones en contra prestación al servicio que presta este tipo de trabajador. Reza el artículo: Artículo 335. A falta de una convención colectiva, antes de que los trabajadores entren a prestar servicio en un buque, deberán celebrar un contrato de enganche el cual se formalizará ante la Capitanía de Puerto del lugar de enrolamiento. Cuando dicho contrato no se celebre por escrito, bastará la inclusión del trabajador en el rol de tripulantes del buque o el simple aprovechamiento de sus servicios. Se reputarán como cláusulas obligatorias incorporadas en el contrato de enganche, las siguientes: En los casos en que la carga o descarga deba efectuarla la tripulación, el trabajo corresponderá al personal de cubierta. Si dicho trabajo se realiza fuera de la jornada ordinaria, las horas empleadas se consideran horas extraordinarias, así se hubiere pactado la movilización a tanto la pieza o tonelada. En tal sentido, La Ley Orgánica del Trabajo (1997), estipula en sus artículos 68 y 69: Artículo 68. El contrato de trabajo obligará lo expresamente pactado y a las consecuencias que de él se deriven según la Ley, la costumbre, el uso local y la equidad. Artículo 69. Si el contrato de trabajo celebrado por un patrono y un trabajador no hubiere estipulaciones expresas respeto al servicio que deba prestarse y a la remuneración, éstos se ajustarán a las normas siguientes: El trabajador estará obligado a desempeñar los servicios que sean compatibles con sus fuerzas, aptitudes, estado o condición, y que 32 sean del mismo género de los que formen el objeto de la actividad a que se dedique el patrono; y La remuneración deberá ser adecuada a la naturaleza y magnitud de los servicios y no podrá ser inferior al salario mínimo ni a la que se pague por trabajos de igual naturaleza en la región y en la propia empresa. Cuando la labor ordenada no sea a juicio del trabajador, de las que está obligado a ejecutar, deberá cumplirla, siempre que no sea manifiestamente improcedente y no ponga en peligro al propio trabajador o a la actividad de la empresa, establecimiento o explotación del patrono, consignando ante éste o su representante su no conformidad, sin que el haber cumplido la orden implique su aceptación de las modificaciones de las condiciones de trabajo, si fuere el caso. Villasmil (1997), afirma que el Capitán es un trabajador del armador o empresario naviero; lo cual que da consagrado en el artículo 628 del Código de Comercio venezolano, el cual reza “el Capitán es del libre nombramiento del propietario, quien puede así mismo despedirlo”, ello en el supuesto de que el propietario sea al mismo tiempo el armador o empresario naviero, pues en cualquier otro supuesto, le corresponde a la persona natural o jurídica que explota comercialmente el buque, a menos que el propietario se haya reservado esa facultad que tiene atribuida por la Ley. El precitado autor, retoma lo expresado por De Benedetti (1979), quien señala que el Capitán se liga al armador por un contrato que se denomina de ajuste (de enganche o de enrolamiento, como se conoce en este medio) y ese contrato es la fuente de la relación jurídica entre Capitán y armador; pero una vez establecido el contrato de trabajo entran en vigor una serie de normas de Derecho Público, distintas a la relación jurídica privada, que invisten al Capitán de una autoridad propia y lo transforman en representante necesari o de armador. 33 Por otra parte, Garriguez, citado por Villasmil (1977) señala: El Capitán es nombrado por el naviero y está ligado a éste por una relación de empleo, con facultades representativas; pero al mismo tiempo, sobre la base de esa relación contractual privada, el cargo de capitán recibe, por decisión de la Ley, un contenido jurídico público que es peculiar a esta figura del Derecho Marítimo; pero tanto en es aspecto privado como en el aspecto público, las facultades inherentes al Capitán se caracterizan por una amplia autonomía; y la razón de esos poderes autónomos del Capitán, en uno y en otro aspecto, es idéntica. 2.2.1. Título de la Marina Mercante La República Bolivariana de Venezuela forma los oficiales en la Escuela Náutica de Venezuela, en el Instituto Universitario de la Marina Mercante y en la Esuela de Estudios Superiores (posgrado) de la Marina Mercante. Su formación data de 1811, según consta en Gaceta Oficial No. 358 de la antes Provincia de Venezuela. La Ley de la Marina Mercante seña la: Artículo 2 que “los títulos de la Marina Mercante se otorgarán mediante examen de los conocimientos y aptitudes de los aspirantes, el cual se hará conforme lo establezca el Reglamento de esta Ley”. Artículo 3. “Para ejercer los cargos o funciones a que se refiere la presente Ley, se requiere poseer el título correspondiente y esta inscrito en el Colegio de Oficiales de la Marina Mercante. Parágrafo Primero: Los Oficiales de las Fuerzas Navales designados en comisión podrán desempeñar cargos en los buques de la Marina Mercante, de acuerdo con la especialidad y equivalencia de los títulos determinados en el Reglamento de esta Ley. Parágrafo Segundo: Los Oficiales de las Fuerzas Navales en situación de disponibilidad o retiro, podrán ejercer cargos en los barcos de la Marina Mercante previa la obtención del título que les corresponda. 34 Al respecto, manifiesta el Capitán de Altura Guzmán (1990) que el marino mercante es el profesional que debidamente formado y capacitado se dedica a la profesión de marino. Señala que esta palabra utilizada por el legislador venezolano es de origen latino se refiere al hombre de mar, al que se ocupa de faenas en el buque. Se indica a la luz de diccionarios y de los cuerpos normativos venezolanos, diversas denominaciones vinculadas al tema del marino mercante y que recoge el precitado Guzmán (1990): Nauta. Es una voz latina, de origen griego, cuyo significado es el de marinero. Marinero. Es aquel que profesa o entiende el arte de la marinería. Todo aquel que se ocupa a bordo de tareas y maniobras con los cabos y velas, o que realiza faenas de cubierta en mantenimiento del buque, ya sea de guerra, marina mercante, de pesca, de deporte o de recreo. Personal de maestranza. Es sinónimo de equipaje. Es la tripulación de un buque, incluidos el contramaestre y demás subalternos, pero no los Oficiales, ni el Capitán. La organización internacional del Trabajo surgió esta expresión para remplazar la de “personal subalterno”. Por su parte, la Enciclopedia General del Mar, recoge el vocablo Marino Mercante, el cual se corresponde con el de hombre de mar y comúnmente se le aplica al oficial de Marina Mercante. El Código de Comercio de Venezuela (1955), en su artículo 653, al referirse a la tripulación de un buque, adopta la definición de “equipaje” y la 35 de “gente de mar”; pero diferencia la figura del Capitán de la nave; en el numeral 2º, del artículo 642 introduce la expresión “rol de equipaje”, para referirse al rol de tripulantes, de que trata la antes Ley de Navegación , hoy Ley General de Marinas y Actividades Conexas. El Código de Comercio de Venezuela se refiere indistintamente a este personal como tripulación. La Ley de privilegios e Hipotecas Navales trata del capitán, oficiales y demás miembros de la tripulación de la nave, y el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar, trata del Capitán, un miembro de la tripulación u otra persona empleada u ocupada a bordo del buque en cualquier cometido relacionado con las actividades del mismo. Cierra Guzmán (1990), indicando, luego de una significativa selección de cargos asociados a la faena del mar, que la s antes nombradas son las denominaciones del Marino Mercante, con las diferencias de la formación, capacitación y gradación que a bordo tengan y, que atendiendo a este respecto se diferencian las siguientes denominaciones: Capitán, oficiales y tripulación. Por su parte, la Ley General de Marinas y Actividades Conexas (2002) consagra en el artículo 245 lo referente a los títulos de la Marina Mercante, y su jerarquía en el orden de mando. En este sentido, la precitada norma hace una diferencia en relación con los títulos en la especialidad de la navegación y los de la especialidad de máquinas por cuanto ambos grupos deben cumplir con determinados requisitos formales de preparación de acuerdo a su especialidad. El mismo reza: 36 Son títulos de la Marina Mercante: 1. En la especialidad de navegación: a. Capitán de Altura. b. Primer oficial. c. Segundo oficial. d. Tercer oficial e. Capitán Costanero f. Patrón de Primera. g. Patrón de Segunda. h. Patrón artesanal. 2. En la especialidad de máquinas: a. Jefe de máquinas b. Primer oficial de máquinas. c. Segundo oficial de máquinas. d. Tercer oficial de máquinas e. Motorista de primera. f. Motorista de Segunda Asimismo, los artículos 250 y 251 de la precitada Ley estipulan el órgano encargado de expedir y llevar el registro los Títulos, licencias y permisos y de expedir los refrendos y dispensa de la gente del mar: Es el Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos. El artículo 254 de la Ley General de Marinas y Actividades Conexas estipula: Los aspirantes al Título del Capitán de Altura deberán poseer el título inmediato inferior y comprobar haber navegado en su especialidad, con dicho título, por lo menos durante treinta y seis (36) meses, lapsos que podrán ser reducidos a veinticuatro (24) meses si se ha ejercido el cargo de primer oficial a bordo durante un período de embarque no inferior a doce (12) meses. Se retoma de Guzmán (1990) un nuevo aspecto: el Arqueo de buques . La Conferencia Internacional Organización Marítima Interna (OMI) de Londres del año 1969, lo define como “un número que sirve para determinar 37 los derechos portuarios que el buque debe abonar y compromisos reglamentarios que debe cumplir”. De otro modo: el arqueo es un número fiscal para clasificar el buque, y sirve de base para la aplicación de numerosas leyes y disposiciones del derecho marítimo, y demás disposiciones nacionales e internacionales. En general, a mayor arqueo mayores pagos a soportar, mayores obligaciones y requisitos a cumplir. Continúa el autor, señalando que todo buque tiene dos arqueos: arqueo bruto y arqueo neto, determinándose cada uno de ellos por las fórmulas respectivas. Ambos arqueos no tienen utilidad, por ser número abstractos. Así, del arqueo total dependerán por ejemplo: • Dotaciones reglamentarias y títulos facultativos de Marina Mercante. • Tarifas de servicio de remolcadores. • Primas a la construcción. • Tarifas del servicio de practicaje. • Derechos de diques y carena. • Limitación de la facultad de construir, mandar un buque y montar guardia. 2.2.2. Del personal a bordo Señala Villasmil (1997) que el análisis de la tripulación y sus integrantes es de suma importancia por cuanto de ello se determina los destinatarios del régimen laboral especial referente al trabajo marítimo. En sentido semántico, 38 la tripulación es el conjunto de personas destinadas a las distintas actividades inherentes a las maniobras y servicios de una embarcación, aunque Cabanella (1979) manifiesta que, en un sentido mas amplio restringido, la tripulación no comprende ni al capitán, ni la oficialidad del buque. Al respecto, la Ley General de Marinas y Actividades Conexas (2002) contempla dentro de sus disposiciones el “rol de tripulantes” que no es mas que el registro de todos los integrantes de la tripulación, incluso el capitán, quien deberá firmarlo al igual que los demás miembros de la tripulación. Asimismo, la Ley en comento, en su artículo 51 y siguientes, del Capítulo Séptimo “Personal, Actos, Órdenes y Disciplina a bordo” consagra: Artículo 51. El capitán de buque, o quien haga sus veces, es la máxima autoridad a bordo y toda persona a bordo estará bajo su mando. En aguas extranjeras y en alta mar, será considerados delegados de la Autoridad Pública y como tal responsable de la conservación del orden y la seguridad del buque y de otros buques y medios aéreos que se encuentren embarcados y la operación de estos. Igualmente será responsable de la seguridad y preservación de pasajeros, tripulantes y la carga. Artículo 52. El capitán de buque debe adoptar, las medidas extraordinarias pertinentes ante cualquier situación de gravedad, hasta tanto se hagan presentes las autoridades competentes. Artículo 53. El propietario, armador o arrendatario, escogerá a los oficiales y demás miembros de la tripulación del buque, y deberá asegurarse que reúnen las condiciones legales correspondientes. Artículo 54. El Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos, garantizará el cumplimiento de las exigencias sobre la protección de la salud y la asistencia médica de la gente de mar, en los términos y condiciones que fije la ley. 39 A la luz de la legislación venezolana, prosigue el precitado Villasmil, la tripulación está integrada por el Capitán y todo el personal que aparezca incorporado en el rol de tripulantes, cumpla o no funciones náuticas, aunque el capitán, por la multiplicidad de sus funciones (primera autoridad del buque , jefe del resto de la tripulación, representante del naviero o armador y órgano del poder público) será objeto de análisis especial. También expresa Villasmil (1997) que: El rol de tripulantes es un documento administrativo de singular importancia, puesto que conjuntamente con el certificado de matrícula, la licencia de navegación, el certificado de arqueo y el certificado de navegabilidad, permite al Estado el ejercicio del poder de policía para garantizar la seguridad de la navegación. El rol de tripulantes, cumple, como señala Malvagni, dos finalidades distintas, una de derecho público y otra de derecho privado. En el primer aspecto, mediante él, la autoridad marítima controla a todo el personal que se desempeña como tripulante de un buque, verificando si se trata de personas inscritas en el registro respectivo y si han sido habilitadas para las funciones que desempeñan a bordo, lo cual también es una forma de controlar la seguridad de la navegación. En el segundo aspecto, el rol registra todos los contratos de ajuste o de enrolamiento de los tripulantes, lo cual facilita la prueba de la existencia de la relación laboral. Conforme al artículo 19 de la Ley General de Marinas y Actividades Conexas , los buques mercantes nacionales y todos los que no formen parte de la armada nacional, deben llevar el rol de tripulantes y sus capitanes están obligados a presentarlo a las autoridades marítimas cada vez que éstas lo requieran. Por su parte, el artículo 22 de la Ley General de Marinas y Actividades Conexas (2002), contempla que: 40 El Capitán de Puerto comprobará y certificará que la tripulación del buque cumpla con las normas legales que rige la materia, y que cada uno de los oficiales y restantes miembros de la tripulación poseen su título, licencias, permisos, refrendo o certificado de competencia debidamente actualizado, así como su cédula marina expedida de conformidad con las disposiciones reglamentarias. El Capitán de Puerto será responsable de verificar el rol de tripulantes conjuntamente con el certificado de tripulación marina del buque, en caso de no encontrarlo conforme no autorizará el zarpe del buque. 2.2.3. Trabajador de Dirección Se inicia este punto, retomando el contenido de los artículos 42 y 47 de la Ley Orgánica del Trabajo de Venezuela de 1997, los cuales serán objeto de estudio más seguidamente: Artículo 42. Se entiende por empleado de dirección el que interviene en la toma de decisiones u orientaciones de la empresa, así como el que tiene el carácter de representante del patrón frente a otros trabajadores o terceros y puede sustituirlo, en todo o en parte en sus funciones. Artículo 47. La calificación de un cargo como de dirección, confianza, inspección o vigilancia, dependerá de la naturaleza real de los servicios prestados, independientemente de la denominación que haya sido convenida por la partes o las que unilateralmente hubiese establecido el patrón. De entrada, conviene reseñar que la jurisprudencia nacional ha sostenido que las funciones señaladas en el artículo 42 de la Ley Orgánica del Trabajo no son acumuladas y que basta con que se dé uno de los tres supuestos para que se califique a un empleado como de dirección (Juzgado Superior Tercero del Trabajo del Área Metropolitana . Sentencia del 13 de junio de 1994). 41 Mille (2001) aborda el tema sobre los trabajadores que son considerados de Dirección. Al respecto, señala que lo considera de suma importancia dada la cantidad de conflictos y reclamaciones incoadas ante los órganos administrativos y judiciales, pues, si bien las definiciones legales o reglamentarias existentes constituyen una referencia obligatoria, se hace necesario el análisis y las circunstancias competentes del trabajo, para establecer la condición del reclamante y determinar si proceden o no los beneficios, prestaciones e indemnizaciones que pretende. El tratamiento del cuerpo normativo laboral en relación con el trabajador de Dirección ha estado fundamentalmente orientado a crear y mantener situaciones de trato diferencial, encaminados a aliviar la carga económica que implican los pasivos laborales representados por el pago de beneficios, prestaciones e indemnizaciones, especialmente los que son procedentes a la terminación de la relación laboral. Mantiene el precitado autor que la idea fundamental ha sido no otorgar a los empleados de dirección y/o de confianza, beneficios y tratamiento económico aplicable a los trabajadores ordinarios, pero sí respetar paralelamente el criterio según el cual esta diferenciación tiene su razón de ser en el sentido de que el personal que se considera de dirección no de confianza tiene mejores o, cuando menos, iguales beneficios que los considerados como trabajadores ordinarios, en caso de existir una convención colectiva. Esta disposición queda contenida en el artículo 174 del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo que entró en vigencia en enero de 1999, cuyo contenido parcial, dice a la letra: 42 Exclusiones facultativas del ámbito de validez personal de la convención. En caso de que se excluya de la convención colectiva a los trabajadores de dirección o de confianza, las condiciones de trabajo y los derechos y beneficios que disfruten no podrán ser inferiores, en su conjunto, a los que correspondan a los demás trabajadores, incluidos en el ámbito de validez personal de la convención colectiva de trabajo Asimismo, sostiene MIlle (2001) que , en lo atinente a la doctrina vigente en la Sala de Casación Social del TSJ sobre el concepto y tratamiento jurídico de los empleados de dirección, se mantienen los mismos criterios expuestos por la jurisprudencia reinante durante las dos últimas décadas; es decir, Sala de Casación Social ratifica, prácticamente sin variación conceptual, la doctrina que había desarrollado la extinta Corte Supremo de Justicia. Así se concluye al analizar la sentencia dictada en fecha 18 de Diciembre del año 2000 con la ponencia del Magistrado Juan Rafael Perdomo. De igual forma, Hernández (2001) sostiene, haciendo mención al artículo 47 de la Ley Orgánica del Trabajo, antes enunciado, que la calificación de un cargo como de dirección o de confianza, etc., no depende de la denominación que unilateral o convencionalmente le hayan dado las partes, sino de la naturaleza real de los servicios prestados. Al respeto, ejemplifica: • Si un trabajador ha sido catalogado como empleado, pero realiza funciones de obrero, no se le aplicará el régimen previsto para los empleados sino el de los obreros; 43 • Si un patrono designa a un trabajador con el título de gerente, pretendiendo con ello excluirlo de la protección de la estabilidad, aun cuand o en realidad dicho trabajador no ejerza actividades de dirección, no participe en la toma de decisiones, o no represente al patrono, en cuyo caso, deberá ser considerado como un trabajador ordinario y no como un trabajador de dirección. Al empleado de dirección comúnmente se le llama también, alto empleado o alto ejecutivo de la empresa. Prácticamente este tipo de empleados se identifica con la persona del patrono. Caldera (1960), denomina a los empleados de dirección “altos empleados” y da una especial consideración a los autores y legisladores que se abocan a su estudio. Confiere a esta categoría de trabajador una realidad de orden político-social, vivenciada en la vinculación tan íntima de éstos a la empresa, que la personifican, por así decirlo, ante el público y los demás trabajadores; y su situación económica puede revestir condiciones de bonanza que llegue n casi a disipar la idea de subordinación económica. Refiere el prenombrado autor, a la legislación extranjera, como la de Bélgica, donde el legislador ha establecido reglas completamente separadas y diferentes entre los empleados corrientes y los que rebasan cierto nivel de importancia. La justificación doctrinal de las diferencias parece difícil; si bien, cuando se trata solamente de fijar un límite a la protección legal según la remuneración que devengue el empleado, se abre como a consideraciones 44 llenas de interés, como las que hace Deveali sobre la influencia del elemento cuantitativo en el derecho, y especialmente, en el Derecho del Trabajo. Pero la argumentación jurídica toma aspecto de mayor discusión cuando no se trata simplemente de un alto empleado, sino de una persona que desempeña funciones de dirección o administración. Concretamente el caso se presenta más delicado cuando se trata del Presidente Vicepresidente o Director, o administrador, o miembro de la Junta Directiva de una corporación económica. Mientras unos sostienen enfáticamente que los administradores no tienen carácter de trabajadores, otros afirman que no hay razón ninguna para excluirlos del régimen general de los demás empleados. Caldera sostiene que el carácter de miembro de una Junta Directiva no da, ni quita, el carácter de trabajador: no lo atribuye por sí solo, pues quien lo tiene puede no hallarse bajo la dependencia de la empresa, ni tampoco lo quita, pues el hecho de que una persona preste servicios de carácter personal a una corporación bajo su dependencia, no se desnaturaliza por la circunstancia de que esté investido de un alto cargo dentro de la misma. 2.2.4. Legislación comparada En este aparte, se efectúa un breve análisis comparativo entre la legislación marítima argentina, la legislación marítima chilena y la legislación marítima patria en relación con los aspectos laborales referidos al Capitán de Altura, sus semejanzas y diferencias, con la finalidad de indagar los adelantos y actualizaciones de las extranjeras respecto a la muestra. 45 Se aclara que en este aparte fueron seleccionadas las legislaciones argentina y chilena por cuanto a partir de ellas, y junto a la legislación marítima francesa, nació la legislación marítima venezolana. Según Ray (1976), el Código de Comercio argentino, al igual que los que seguían la orientación de la legislación francesa, definía la figura del capitán diciendo que era la persona encargada de la dirección y gobierno del buque en el mismo (Arts. 904 y 905 del Código de Comercio, y en igual sentido lo hace el Art. 120 de la Ley Vigente Argentina ). El Código de Comercio Venezolano (1955) en su artículo 62 refiere a la figura del capitán como el encargado de la dirección y gobierno del buque. La ley General de Marinas y Actividades Conexas establece las funciones del capitán como delegado de la autoridad. En razón de sus funciones administrativas, como delegado de la autoridad para la conservación del orden en el buque y para su seguridad y salvación, así como de las personas y carga, los tripulantes y pasajeros le deben respeto y obediencia en todo cuanto concierne a las referidas atribuciones de la Ley de Navegación Argentina (Art. 121). La facultad que tiene el capitán de representar al propietario y armador del buque y también ciertos casos a los propietarios de la carga, es de carácter muy particular porque deriva exclusivamente de su designación y del ejercicio del cargo, con prescindencia respecto de terceros de lo que pueda haber convenido con el armador. 46 El Decreto con Fuerza de Ley de Comercio Marítimo Venezolano, consagra en el artículo 18 al capitán como el representante del propietario. También refiere al armador como el propietario y quien nombra al capitán del buque. Señala Ray (1992) que el principio general es que el nombramiento del capitán se efectúa por intermedio de quien desempeña la función armatorial, pero reconoce dos excepciones que prevé expresamente la Ley Vigente Argentina . De acuerdo al artículo 104 de la prenombrada ley, el capitán debe encontrarse habilitado por la autoridad competente e inscripto en la sección respectiva del “Registro Nacional del Personal de Navegación” para poder ejercer el cargo de un buque de matrícula argentina. Los aspirantes deben reunir además los requisitos que exija la reglamentación, el certificado de capacidad técnico – profesional, expedido por un instituto náutico nacional. El Artículo 96 de la Ley General de Marinas y Actividades Conexas (2002) venezolana, señala al Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos para la certificación y autorización para ejercer el cargo de un buque. Asimismo, el artículo 252, señala que para optar a los títulos, licencias, entre otros, se requiere haber aprobado los cursos y cumplir con los respectivos requisitos y reglamentos. La Ley de Navegación Argentina , referida por Ray (1992), incluye en su artículo 201 expresamente , la representación legal del capitán, tanto respecto del propietario como del armador, en todo lo referente al buque y a la 47 expedición y con independencia en lo que se haya convenido entre ambos. En el caso del capitán de ultramar, éste puede comandar buques de cualquier tonelaje que naveguen fuera de cabos; para poder serlo es necesario cumplir con los requisitos exigidos por la reglamentación para dicha categoría. La citada Ley General de Marinas y Actividades Conexas (2002) venezolana estipula en el artículo 254 que el título de capitán de altura permite dirigir cualquier buque. En la Legislación Chilena, señala Humeres (1966), que o l s derechos del Capitán nacen de sus relaciones jurídicas con el naviero y principalmente de su contrato con él. El contrato que celebra el naviero con el Capitán, debe ser autorizado por la autoridad marítima, según lo establece el art. 198 del Código del Trabajo chileno , que dice: “No será obligatorio para el Capitán y los oficiales contratarse por intermedio de una oficina de enganche; pero en todo caso, el contrato deberá ser autorizado por la autoridad marítima”. Según el artículo 865, Nº 1º, inciso primero, de las precitadas leyes chilenas referidas por Humeres (1992): El naviero está obligado a pagar al Capitán y hombres de mar los sueldos y retribuciones estipulados y las indemnizaciones que les correspondan por la ley o el contrato. El rol. De conformidad con el artículo 900 de la ley chilena, el rol de la tripulación deberá expresar: 1º. El nombre de la nave y los nombres y apellidos del Capitán, oficiales y hombres de mar con indicación de su origen, edad, estado, domicilio, empleo a bordo y salarios estipulados, 2º. El puerto de salida y el destino de la nave, y 3º. El nombre y apellido de los pasajeros y el nombre del lugar a que se dirigen. El rol 48 deberá ser firmado por el Capitán, los oficiales y los hombres de la tripulación que supieron hacerlo, y será visado por el Gobernador Marítimo en cuyo poder se dejará una copia fehaciente. También se extrae de Humeres (1992): Situación del Capitán frente al Naviero. Situación que se produce cuando el Capitán es despedido por el naviero. El naviero tiene absoluta facultad para despedir al Capitán, principio reconocido desde antiguo y basado en la gran responsabilidad que el Capitán puede echar sobre el primero… …El Rol del Equipaje o Rol de Tripulación. Como lo llama el artículo 900 de Código de comercio chileno, es una especie de registro o lista de todas las personas que componen, la población de la nave; de donde se desprende que no sólo se anotan en él los oficiales, tripulación, etc., sino también los pasajeros. Se tiene, entonces, que tanto el viajar sin los documentos mencionados, como el viajar con documentos que no se llevan en la forma legal, está expresamente sancionado con el comiso. Como se observa de las notas anteriormente expuestas, referentes a las condiciones contractuales al capitán de un buque, ante la legislación extranjera son muy semejantes entre las legislaciones tomadas para ser comparadas con la legislación patria y sólo difieren en los términos que cada legislación ha dado en los aspectos náuticos, pero su contenido y significado es igual. 2.3. Marco Legal que rige a los Profesionales titulados contexto venezolano dentro del Según Villasmil (1977) Los capitanes de la Marina Mercante, como profesionales de alta calificación, cuya formación es equivalente a la Educación Superior, puede constituir asociaciones profesionales para la 49 defensa de sus derechos e intereses. En efectos, si los médicos, abogados, ingenieros y otros profesionales pueden organizarse como gremio y asumir la función sindical, no hay razón jurídica alguna que impida a los capitanes y demás oficiales de la marina mercante el ejercicio de ese derecho. 2.3.1. Profesionales Titulados Según la Ley Orgánica del Trabajo venezolana (1997), referente a los profesionales , estipula en el artículo 9: Los profesionales que presten servicios mediante una relación de trabajo tendrán los derechos y obligaciones que determinen las respectivas leyes del ejercicio profesional, pero estarán amparados por la legislación del Trabajo y la Seguridad Social en todo aquello que los favorezca. Los honorarios correspondientes a la actividad de dichos profesionales se considerarán satisfechos por el pago de la remuneración y demás beneficios derivados de la relación de trabajo, salvo convenio expreso contrario. La Ley Orgánica del Trabajo (1997) y su Reglamento (2002) consagran el carácter tuitivo de la legislación venezolana al contemplar a los profesionales de carreras universitarias, amparadas sin menoscabo de los derechos y obligaciones que ofrezcan a favor de estos trabajadores las leyes del ejercicio profesional respectivas. Sin embargo, los profesionales que presten servicio bajo dependencia estarán amparados por la Ley Orgánica del Trabajo. El Reglamento de la Ley del Trabajo (2002) consagra en su artículo 4: 50 Los profesionales que presten servicios personales bajo dependencia y por cuenta ajena, estarán sometidos a la Ley Orgánica del Trabajo y el presente Reglamento. Lo establecido no les impedirá la celebración con sus patronos de contratos mediante los cuales se obliguen a prestar servicios profesionales en nombre y por cuenta propia. En este supuesto, el contrato deberá celebrarse por escrito e indicar su duración y las obligaciones fundamentales de las partes. Si el contrato de servicios profesionales no fuere celebrado por escrito y coexistiere con un contrato de trabajo celebrado entre las mismas partes, se presumirá que la retribución percibida reviste naturaleza salarial, salvo prueba en contrario. Según Hernández (2001) los titulados son aquellas personas que han completado todos los requisitos académicos de una carrera y que han obtenido un título profesional (por ejemplo, Médico, Periodista, Ingeniero), o técnico de nivel superior (por ejemplo, técnico agrícola, secretaria bilingüe, técnico en electrónica). En tal sentido, los profesionales sometidos a las leyes del ejercicio que les corresponda en relación al ejercicio libre. El concepto básico de profesional liberal lo deja fuera de la protección de la ley de trabajo por cuanto el ejercicio de una profesión, de las consideradas liberales, excluía el elemento subordinación. En Francia, por ejemplo, los abogados, en cuanto realicen una actividad que implique el libre ejercicio de su profesión, no son considerados como trabajadores subordinados, ni sujetos del Código del Trabajo. No obstante la Jurisprudencia Venezolana había venido estableciendo, que nada se oponía a que los profesionales liberales fueran considerados trabajadores subordinados, aún cuando el elemento subordinación, en estos 51 casos, presentara caracteres un tanto diferentes y fuera de menor grado de intensidad, como en el caso de otros trabajadores. La Ley dispone que este tipo de trabajadores tienen los derechos y obligaciones que determine la respectiva ley del ejercicio profesional, pero no obstante, estarán amparados por la Ley Orgánica del Trabajo. En realidad lo que quiso decir el legislador fue, que en lo que se refiere a la relación jurídica que se da entre patrono y trabajador con ocasión de la relación de trabajo, se aplica la Ley Orgánica, pero que igualmente se aplica la Ley de Ejercicio Profesional en lo que corresponde a todos los aspectos inherentes al ejercicio de la profesión propiamente dicho siempre y cuando le sean favorables. Además si esta Ley le da al profesional mejores beneficios que los de la Ley Laboral, se aplica aquella con preferencia en virtud del principio de la norma más favorable. En tal sentido, la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (2003) Oficio Nº 0079, de fecha 15 de enero de 2003 solicitó a la Asamblea Nacional la consideración del “Proyecto de Ley Aprobatorio del Convenio Internacional sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia la Gente de Mar de 1978, en su forma enmendada de 1995 (ST78/95)”. Pasado a la Comisión Permanente de política Exterior el referido Proyecto, se procedió a realizar el estudio pertinente: 52 Antecedentes. El presente Convenio fue adoptado por la Conferencia de Formación celebrada el día 7 de julio de 1978, siendo su entrada en vigor el 28 de abril de 1984, y ha sido enmendado desde entonces en 1991, 1994 y 1995. La República de Venezuela se constituyó en Estado Parte del Convenio Internacional sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia para la Gente de Mar el 15 de agosto de 1986. Este Convenio experimentó una profunda revisión en 1995, tanto en los requisitos establecidos inicialmente en la versión de 1978, como por la introducción de un número importante de nuevos requisitos, obligaciones y condiciones que no figuraban en dicha versión de 1978. Cabe destacar que los importantes cambios en contenido efectuados en las enmiendas de 1995 entraron en vigor en el ámbito internacional, el 1 de febrero de 1997, con un período transitorio que se extendió hasta el 1 de febrero de 2002. La entrada en vigor el 1° de febrero de 1997, de las enmiendas de 1995 al presente Convenio, ha significado que los buques nacionales en puertos extranjeros de los Estados Parte, podrán ser objeto a partir de la fecha citada, de inspecciones por parte de las autoridades de cualquiera de los Estados Parte, para verificar el grado de cumplimiento de los requisitos contenidos en las enmiendas de 1995. Esta situación podría no tener reciprocidad y ser desventajosa por lo que se propone esta nueva enmienda. El acuerdo en referencia, tiene el sentido de reconocerla necesidad de establecer normas de competencia pormenorizadas y obligatorias y otras disposiciones obligatorias, para hacer que toda la gente de mar reciba la debida formación y adquiera la adecuada experiencia, pericia y competencia para desempeñar sus cometidos de manera tal que se consoliden la seguridad de la vida humana y de los bienes en el mar y la protección del medio ambiente marino. El Convenio Internacional sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia para la Gente de Mar de 1978 y su enmienda al Anexo (STCW 7895) es un instrumento que constituye factor importante en el desarrollo 53 competitivo del Marino Mercante Nacional, mejorando su perfil académico y logrando un alto nivel de competencia, con respecto a marinos mercantes de otros países. Según Alcalá, Castillo y Cabanellas (1976) en cuanto a los profesionales , quienes ejercen por su cuenta las profesiones liberales son sin duda trabajadores independientes por no estar subordinados a la clientela, por cumplir la jornada que les convenga y tomarse a voluntad descansos y vacaciones; por establecer con libertad, salvo excepcional intromisión de las autoridades, la retribución de sus servicios, que se denomina honorario, en lugar de salario. Ahora bien, no todos los profesionales ejercen autónomamente sus tareas, porque en ciertos casos quedan sujetos a dependencia ajena, deben ajustarse a un horario y perciben un sueldo fijo. Indican los precitados autores, el trabajo que presta un médico en los barcos y al servicio de un armador se caracteriza por la independencia técnica del profesional en todo lo relativo a su especialidad; pero ésta sometido, o, puede estarlo, a cierta dependencia jerárquica y económica, a asistir a las personas que se le designen, a comunicar el resultado de sus prestaciones y a atenerse a los reglamentos de trabajo, situación que puede darse en relación también con otros profesionales, como ingenieros, abogados y químicos, que actúan con cierta independencia técnica; pero pueden contratar sus servicios como trabajadores en una empresa y percibir como ellos un salario o sueldo. 54 Asimismo, la transformación del profesional libre en profesional empleado se juzga como proceso de proletarización, por conducir a que los trabajadores intelectuales ingresen en la esfera productora con carácter análogo al de los demás trabajadores. Se arguye que la evolución es la contraria, por haberse jerarquizado el trabajo, donde ahora militan obreros e intelectuales, a más del puente que entre ambos tienden los técnicos calificados. En el mismo orden, o l s cambios experimentados por la industria y el comercio, nuevas necesidades que atender y los cuadros de la organización fabril exigen, como imperativo, la presencia permanente de otra clase de trabajadores, que antes actuaban como simples consultores y ahora son incorporados a la organización interna de la empresa. Así el médico, el abogado, el contador, el economista, el ingeniero, el químico, entre otros, pasan a desempeñarse en las grandes empresas como elementos necesarios para su desenvolvimiento dentro de la producción; con ello, la estipulación de los servicios profesionales requiere basarse en una relación permanente de trabajo, y no en la accidental y accesoria que constituye el simple asesoramiento realizado por un profesional libre. Según Caldera (1960), El caso de los profesionales liberales, que en algunas situaciones concretas puede ofrecer gran dificultad, ha sido resuelto, en principio, de modo tajante. Los profesionales liberales (abogados, médicos, ingenieros, economistas, actuarios, profesores, farmacéuticos, enfermeras, etc.) si pueden tener el carácter de trabajadores. Nada obsta para que lo sean. 55 Se trata de personas que ganan su subsistencia mediante el desempeño de un servicio personal. Es cierto que ese servicio ha revestido especiales consideraciones sociales, por lo que los antiguos decían que no se les pagaba remuneración, sino que su estipendio constituía más bien un “honorario”; pero con la transformación de conceptos relativos al trabajo, ha prevalecido la idea de dignidad humana de todos los trabajadores, por lo que la diferencia ha sido aminorada, ya que perdió el carácter desdoroso que en otras épocas se le atribuyera, la prestación de servicios mediante la percepción de un salario. Desde el punto de vista jurídico laboral, la principal difere ncia que existe entre los servicios de esos profesionales y los de otras personas que viven de su trabajo, depende de la autonomía con que aquellos ejerzan. 2.3.2. Profesionales Empíricos Suele denominarse profesional empírico a todo trabajador que hace que de su oficio o labor una profesión, según la cual el conocimiento proviene de la experiencia. Normalmente, el profesional empírico adquiere la destreza con base al trabajo manual sea cualquiera su naturaleza donde priva el esfuerzo físico sobre el intelectual El artículo 263 de la Ley General de Marinas y Actividades Conexas (2002) en relación a los profesionales empíricos expresa: “Los aspirantes al título de Patrón de Primera, deberán poseer la licencia inmediata anterior y comprobar haber navegado con dicha licencia, por lo menos durante un periodo de veinte y cuatro días (24) meses”. Nótese en el contenido del artículo transcrito que como requisito para ser patrón, priva la experiencia adquirida por tiempo de navegación, lo cual es coincidente con el ejercicio empírico. Si bien se le exige una licencia no se plantea el requerimiento de un título académico universitario. 56 Toda actividad del hombre encaminada a una función económicosocial, o que produce este resultado sin aquel propósito, constituye trabajo; y aunque toda manifestación jurídica de éste encuadre en el Derecho Laboral, sólo el de índole subordinada y retribuida por quien se beneficia origina amparo político-laboral. Con carácter previo a la específica consideración de las prestaciones laborales que provocan aquella protección, parece oportuno deslindar el concepto con relación a otras tareas de finalidad económica y de utilidad social que el hombre realiza. Por ello se trata ahora de las nociones acerca del oficio. Oficio, del latín officium, es sinónimo habitual y, más en concreto, equivale al ejercicio de algún arte manual. En este sentido se opone a las llamadas artes o profesiones liberales, en las que predomina el trabajo intelectual, el de creación, el de inspiración. Hablar de un predominio de la función resulta posible, pero no establecer exclusiones ni incompatibilidades; pues todo trabajo, como humano, es obra de la voluntad y de la inteligencia. Alcalá, Castillo y Cabanellas (1976) comentan que en cuanto a las especies laborales indicadas, resulta aconsejable analizar, por haberse erigido en enfoque de repercusión social y diferenciadora de las prestaciones, la concerniente a las actividades aplicadas del hombre según predomine el esfuerzo corporal o el del cerebro. Así se establece la diferenciación, que nunca puede ser absoluta, entre trabajo intelectual y trabajo manual. 57 Este último, ofrece distintos matices. En el más literal, es el que se realiza con las manos; como amasar, cosechar los frutos y cargar o descargar sin ayuda de ningún instrumento o máquina, o con el empleo de unos u otras pero impulsados o manejados de cerca por el operario. También, todo el que requiere el empleo de la fuerza muscular. Más extensivamente, el cumplido por cualquiera de los trabajadores calificados de obreros u operarios, e incluso los técnicos no pertenecientes a los grados superiores. Según Caldera (1960) distinción entre empleados y obreros en un principio, la legislación social fue estrictamente una legislación obrera. Por extensión se pasó a proteger a los empleados. De ahí que en muchos cuerpos de leyes de trabajo de Europa y América, se estableciera, al lado del “contrato de trabajo” (que no comprendía sino a los obreros), una figura especial denominada “contrato de empleo privado” referente al trabajo de los “empleados particulares”, es decir, de los trabajadores que, sin ser obreros, prestan sus servicios mediante una relación de subordinación a entidades de carácter privado. Más corriente es la distinción a base del elemento intelectual o material que predomina en el servicio prestado. Cuando predomina el esfuerzo manual se trata de un obrero; cuando predomina el esfuerzo intelectual – o mejor, no manual – se trata de un empleado. Este criterio, aunque de carácter relativo (porque habiendo en todo trabajo elementos intelectuales y materiales, no se trata de exclusividad, sino de predominio), tiene más fácil 58 aplicación práctica y suscita menos problemas de estratificación social que el criterio de la colaboración. Hay marcada tendencia hacia la desaparición de la diferencia entre empleados y obreros. Todos son trabajadores. La relación jurídica que los vincula no tiene por qué escindirse en figuras distintas. Y la complejidad creciente de las máquinas y sistemas de trabajo, da cada vez mayor extensión a la categoría de los obreros “calificados”, cuya remuneración es más alta que al de muchos empleados y cuya importancia no es menor en los cuadros de la organización del trabajo. La frecuente dificultad de precisar la calificación de determinado trabajo como empleado o como obrero, abona en pro de la asimilación; aparte las tendencias obreristas que pugnan contra la diferencia. Existe, por lo tanto, base suficiente para abogar por la equiparación; lo cual no excluye el que para determinadas categorías de trabajadores (sean empleados u obreros) se establezcan normas protectoras diferentes, en virtud del margen de especialización que se deja hoy a las leyes laborales. 2.4. Jurisprudencia Venezolana en relación a la aplicación del principio de la realidad ante el Capitán de Altura Cabanella (1979), define a la jurisprudencia como “el conjunto de sentencias que determinan un criterio acerca de un problema jurídico omitido u oscuro en los textos positivos o en otras fuentes del derecho”. 59 En la revisión de la jurisprudencia venezolana, se detecta sólo un caso atendido por el máximo Tribunal Supremo de Justicia, en el cual la aplicación del principio Contrato Realidad puede tener incidencia en el ejercicio profesional del Capitán de Altura venezolano: Es la Sentencia Nº AA60-S2005 del 10 de noviembre de 2005 del Tribunal Supremo de Justicia en Sala Casación Social, presentada por Freddy Antonio Caldera contra Tucker Energy Services de Venezuela, S.A., en aplicación del principio de primacía de la realidad de los hechos sobre las formas o apariencias; con ponencia del magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. 2.4.1. Sentencia del Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Social en echa 10 de Noviembre de 2005 La nombrada sentencia, realizada en Sala de Casación Social, ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz, procedimiento que por cobro de diferencia de prestaciones sociales, incoara el ciudadano Freddy Antonio Caldera (patrón de lancha), contra la Sociedad Mercantil Tucker Energy Services de Venezuela, S.A., es referida en el a nexo A de la presente investigación. Según Pérez (2002) la Ley Orgánica del Procedimiento del Trabajo, artículo 177, reza que los jueces de instancia deberán acoger la doctrina de casación establecida en casos análogos, para defender la integridad de la legislación y la uniformidad de la jurisprudencia. Considera este autor que el mandato del referido artículo es probablemente inconstitucional por posible colisión con el artículo 26, último aparte de la Constitución de 1999. 60 2.4.2. Convención Colectiva Petrolera Venezolana El Contrato Colectivo Petrolero 2005 Cláusula 3, de los Trabajadores cubiertos por esta Convención, estipula: Todos los trabajadores de la Empresa comprendidos en las denominadas Nómina Diaria y Nómina Mensual Menor; no así aquellos que realmente desempeñen los puestos o trabajos contemplados en los artículos 42, 45, 47, 50 y 51 de la Ley Orgánica del Trabajo, que pertenece a la categoría conocida en la 4Industria Petrolera como Nómina Mayor, quiene s serán exceptuados de la aplicación de la presente Convención. No obstante esta excepción, los trabajadores de la Nómina Mayor no serán afectados en los derechos sindicales que les consagran la Ley Orgánica del Trabajo y su Reglamento. En este sentido no podrán ser impedidos, si esa fuere su voluntad, de participar en las actividades sindicales del Sindicato Petrolero en la región donde efectúan sus labores. Asimismo, el contrato de Convención Colectiva Petrolera, es extensible a los trabajadores de las personas jurídicas que ejecuten para la Empresa, obras inherentes o conexas con las actividades a que se refiere los Artículos 54, 55, 56 y 57 de la Ley Orgánica del Trabajo, la Empresa les garantizará el disfrute de las mismas condiciones de trabajo y beneficios legales y contractuales que corresponden a sus trabajadores directos, salvo a aquellos que realmente desempeñen los puestos o trabajos contemplados en los artículos 42, 45, 47, 50 y 510 de la Ley Orgánica del Trabajo. Por otro lado, la Nota Nº 1 de Minuta: Referente a la Cláusula 3 señala: A solicitud de la representación sindical la empresa aclaró que, la categoría conocida con el nombre de Nómina Mayor está conformada por un grupo de empleados cuyo nivel dentro de la 61 estructura organizativa de la Empresa, tienen como soporte un conjunto de beneficios y condiciones, plasmados en una básica filosofía gerencial cuyas normas y procedimientos contemplan condiciones que en su conjunto en ningún caso son inferiores a las existentes para el personal cubierto por la Convención Colectiva. La Ley Orgánica del Trabajo (1997) consagra en forma expresa el Artículo 59, principio de la norma más favorable. Este principio constituye una consecuencia o manifestación del principio tutelar o protector que informa todo el Derecho del Trabajo. El prenombrado principio, tiene dos sentidos que pueden perfectamente determinarse del propio texto de la disposición legal: (a) Sentido propio: ante la existencia de varias normas aplicables a una misma situación jurídica, debe optarse por aquella que más favorezca al trabajador; y (b) Sentido impropio: nace, no de la existencia de varias normas aplicables a una misma relación, sino de la existencia de varios sentidos o interpretaciones que se le pueden dar a una misma norma jurídica, por lo que debe optarse por aquel sentido que más favorezca al trabajador. 3. Bases Legales Las Bases Legales que sustentan la investigación están contenidas en la siguiente documentación, tomando en consideración el artículo de los mismos los cuales fueron referidos y analizados en el Capítulo II referente al Marco Teórico. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) en lo referente al Título III, de los Derechos Humanos, Garantías y Deberes, 62 artículo 26 en lo atinente al acceso a la justicia y sobre la eficacia procesal. Asimismo, el Título III, capítulo V, referente, a los Derechos Sociales, estipula en el artículo 89 lo atinente a la protección al trabajo y los principios del Derecho Laboral. También, el Título III, en su capítulo III, de los derechos civiles en el artículo 49, refiere las garantías judiciales y administrativas. El Título VIII, en su capítulo I, en cuanto a la protección de la constitución, estipula en el artículo 335, lo atinente al Tribunal Supremo de Justicia como garante de la Constitución. Ley Orgánica del Trabajo (1997), Título I, Normas Fundamentales, en el capítulo I, de las Disposiciones Generales, artículo 4, referente a Leyes Especiales y Ley Procesal. También en el capítulo I, en el artículo 9, refiere a los trabajadores profesionales; el capítulo I, y en el artículo 20, refiere a los jefes venezolanos. Del Título I, el capítulo IV , en cuanto a las personas en el Derecho del Trabajo, estipula el artículo 51 lo atinente al representante del patrono. El Título II de la ley en comento, capítulo II sobre el Contrato de Trabajo, en los artículos 68 y 69 refieren las consecuencias y ausencia de estipulación en el contrato de trabajo. Por su parte, el Título III, capítulo I, referente a la remuneración, en el artículo 133, comprende el salario. De igual manera, lo estipulado en el artículo 135 atiende a trabajo igual salario igual. En el Título V, capítulo VII de la ley en referencia, sección segunda atiende al trabajo en la navegación marítima, fluvial y lacustre, estipulando en 63 el artículo 333 lo atinente a quiénes se aplica esta ley y en el artículo 335 refiere al contrato de enganche, reversión del contrato. En el Título VI, capítulo IV de la Convención Colectiva del Trabajo , estipula en el artículo 507 la definición de dicha convención y en el artículo 509, refiere a qui én beneficia el Contrato Colectivo. Reglamento de la Ley del Trabajo (1999), el Título I, capítulo I, referente al ámbito de aplicación, estipula en el artículo 4 lo atinente a los profesionales. El capítulo III, de los principios fundamentales del derecho del trabajo, en el artículo 8 estipula lo atinente a los principios protectores, irrenunciabilidad, primacía de la realidad y conservación en la relación laboral. Ley General de Marinas y Actividades Conexas (2002), Título II, capítulo VII, Del Personal, Actos, Orden y Disciplina a Bordo, sección I, Del Personal, en el artículo 51 refiere al capitán del buque ; En el Título IV, capítulo II, de la Educación Náutica, artículo 159, refere nte a los Institutos de Educación Náuticos y en el artículo 160 referente a la autoridad acuática que expedirá los títulos y licencias; En el Título V, De los Títulos, Licencias y Permisos de la Marina Mercante, De pesca y deportiva, capítulo I, estipula en el artículo 245 lo referente a los títulos de la Marina Mercante. De igual forma, el capítulo II del mismo Título V, en cuanto a los requisitos para optar a los títulos y licencias en el artículo 252, atinente a los cursos correspondiente; así como el artículo 254 referente al título de Capitán de Altura. El capítulo III, (título V) referente 64 a las funciones, estipula en los artículos 278, 279, 280 lo atinente a las funciones a las cuales faculta n los Títulos y Licencias de la Marina Mercante. Decreto con Fuerza de Ley de Comercio Marítimo (2001), en el Título II, de los sujetos de la navegación, en su capítulo I, estipula en los artículos 18 y 19 referente al capitán y las obligaciones. Convención Colectiva Petrolera venezolana (2005), en la cláusula 3 referente a los trabajadores excluidos de los beneficios del contrato petrolero, así como la minuta 1, referente a la igualdad de condiciones o mejores de los trabajadores de nómina mayor. La Asamblea Nacional (2003), en oficio referente a la aprobación del Convenio Internacional, al cual Venezuela está suscrita en lo atinente a la profesionalización y grado del personal tripulante y gente del mar. Ley Orgánica Procesal del Trabajo (2004), Título VII, capítulo II, referente a la audiencia preliminar, estipula en el artículo 135 lo atinente a la depuración del proceso, y en el capítulo VI referido al recurso de casación social. El Título IX, capítulo I, referido a la Vigencia, señala en el artículo 1945 lo atinente a la derogación de la Ley Orgánica de Tribunales y de procedimiento del trabajo del año (1940); el capítulo II referido al Régimen Procesal Transitorio, estipula en el artículo 206, lo atinente a la vigencia del sistema de procuraduría de trabajadores. 65 4. Sistema de Categorización El presente estudio se sometió al análisis de la siguiente categoría : Incidencia de la aplicación del principio realidad de la legislación venezolana en las condiciones laborales del Capitán de Altura . 4.1. Conceptualización de la categoría La incidencia de la aplicación del principio realidad de la legislación venezolana en las condiciones laborales del Capitán de Altura se analiza a través del examen de sus elementos y en atención a la sentencia en Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia Nº AA60-32005-000296, la cual se declara con lugar la solicitud de la parte demandada contra la sentencia proferida por el Juzgado Superior Primero del Trabajo, del Estado Zulia donde se declara con lugar la solicitud de la parte actora en referencia a los beneficios contractuales de la convención colectiva petrolera. 4.2. Construcción de la Matriz de Análisis El estudio de la categoría se realizó a través de la subcategoría disposiciones legales venezolanas, tratamiento jurídico laboral, marco legal de los titula res profesionales y jurisprudencia venezolana y unidad de análisis objeto de la presente investigación, las cuales se especifican en una matriz que incluye estos elementos, tomando como base los objetivos específicos (ver cuadro 1). 66 CUADRO 1 MATRIZ DE ANÁLISIS Objetivo General: Determinar la incidencia de la aplicación del principio realidad de la legislación venezolana en las condiciones labor del capitán de altura. OBJETIVO ESPECÍFICO CATEGORÍA SUB CATEGORÍA § El trabajo es un Identificar las hecho social. disposiciones Disposiciones legales laborales legales venezolanas que venezolanas. versan sobre el Analizar el respecto al capitán de altura. § Principios Incidencia de Tratamiento la Aplicación jurídico laboral bordo. § Trabajador de dirección. en las comparada. § Profesionales profesionales titulados dentro del Laborales del contexto Capitán de venezolano Altura. Marco legal de los titulares profesionales Bolivariana de Venezuela (1999): Art. 89, 335. Trabajo (1997): § Legislación Condiciones República Ley Orgánica del Realidad de legal que rige a los Constitución de la derecho del trabajo. del Principio Venezolana DOCUMENTOS LEGALES § Título de la Marina § Del personal a la Legislación Identificar el marco Laboral Mercante. tratamiento jurídico y extranjero § Fuentes del Derecho fundamentales del principio realidad. laboral venezolano UNIDADES DE ANÁLISIS Art. 60, 51, 509. Reglamento de la Ley del Trabajo (1998): Art. 8. Ley General de Marinas y Actividades Conexas (2002): titulados Art. 51, 254. § Profesionales Código Civil empíricos Procesal (1987): Cláusula 3. Decreto con § Sentencia del TSJ en Examinar la Sala de Casación Fuerza de Ley de Comercio Marítimo (2001): jurisprudencia Social en fecha venezolana en 10/11/2005. Art. 18, 19. relación a la Jurisprudencia § Convención Organización aplicación del venezolana Colectiva Petrolera Internacional del principio de la Trabajo (2006). realidad ante el Ley Orgánica capitán de altura. Procesal del Trabajo (2002) Fuente: Vargas (2006).