OTRAS TEORIAS (BRONFENBRENNER) Y OTROS. Han surgido en las últimas décadas y están basadas en algunos de los anteriores autores. Una de ellas, la desarrollada por Daniil B. Elkonin (1980), discípulo de Vigotsky estudia la naturaleza social del juego, donde se reconstruyen las relaciones sociales. Otra es la teoría ecológica de Bronfenbrenner. Según esta teoría cada persona es afectada de modo significativo por las interacciones de una serie de sistemas que se superponen: Microsistemas: configuran en forma íntima e inmediata el desarrollo humano. En el caso de los niños, los microsistemas primarios incluyen a la familia, el grupo de los pares, el aula, el vecindario, es decir el ámbito más próximo del individuo. Mesosistemas: se refieren a las interacciones entre los microsistemas, como cuando, por ejemplo, los padres coordinan sus esfuerzos con los docentes para educar a los niños. Exosistemas: incluyen todas las redes externas mayores que las anteriores como las estructuras del barrio, la localidad, la urbe. Macrosistema: lo configuran los valores culturales y políticos de una sociedad, los modelos económicos y condiciones sociales. Cronosistema: la época histórica en la que vive el individuo. Globosistema: hace referencia la condición ambiental. Estos niveles ambientales o sistemas que condicionan el juego. Concibe a la persona como un organismo activo, como un sistema que encaja dentro de otro, y así sucesivamente, estableciéndose relaciones recíprocas entre ellos, de tal forma que, al cambiar un elemento, todo el conjunto lo hace en su medida. Además Bronfenbrenner (1987), por su parte, opina que existen motivos para creer que el juego puede utilizarse con la misma eficacia para desarrollar la iniciativa, la independencia y el igualitarismo. Además considera que varios aspectos del juego no sólo se relacionan con el desarrollo de la conformidad o la autonomía, sino también con la evolución de formas determinadas de la función cognitiva. En este sentido, ha comprobado que las operaciones cognitivas más complejas se producían en el terreno del juego fantástico. Pero no sólo es importante el papel del juego porque desarrolla la capacidad intelectual, sino también porque potencia otros valores humanos como son la afectividad, sociabilidad, motricidad entre otros. El conocimiento no puede adquirirse realmente si no es a partir de una vivencia global en la que se comprometa toda la personalidad del que aprende. En los últimos años han surgido otras teorías, como la antropológica, que estudia el juego no solo describiendo los espacios sino también las personas (edad, sexo, clase social…) que participan de él. Finalmente la teoría Praxiológica de Pierre Parlebas estudia las actividades físicas, analizando, los diversos juegos en relación con la sociedad y la cultura donde se realizan