Proyecto de musealización de los restos. Antonio Fernández Alba. iglesia del buen suceso en la puerta del sol (madrid) Ramón Cortés, Tipos madrileños en la Puerta del Sol antes del derribo de 1855. Plano histórico de Mancelli (1635). Iglesia y hospital del Buen Suceso. Detalle de la maqueta de León Gil de Palacio (1830). Museo Municipal de Madrid. HISTORIA DE LA IGLESIA DEL BUEN SUCESO LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA La Iglesia del Buen Suceso tiene su origen en una modesta ermita medieval vinculada al Hospital de San Andrés, creado en el siglo XV para atender a los enfermos de una cruel epidemia que asoló la ciudad. La institución, situada en la confluencia de la calle Alcalá y la Carrera de San Jerónimo, se convertiría más tarde en el Real Hospital de la Corte. Los restos de la Iglesia del Buen Suceso aparecieron en mayo de 2006, nada más comenzar las obras para la construcción de los accesos a la estación de cercanías de Sol. El hallazgo se produjo como consecuencia de los reconocimientos que, ante la previsible aparición de restos arqueológicos, estaba realizando el Ministerio de Fomento en el emplazamiento que había señalado la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. La existencia del primer templo fue bastante efímera, ya que a finales del siglo XVI sufrió una profunda reforma que modificó su fisonomía. El autor de la misma fue el arquitecto Francisco de Mora, que proyectó un edificio de estilo clasicista, con atrio y sobria portada. El aspecto que presentaba esta obra es conocido gracias a las planimetrías históricas de Madrid. A partir de 1612, tras la colocación de una imagen de la Virgen del Buen Suceso traída desde Roma en una de las capillas, la iglesia comenzó a ser conocida con ese nombre. El deterioro del templo exigió una segunda reforma a finales del XVII. Se demolió entonces el frente occidental del edificio, se prologaron las naves, se modificó la cubierta y se ejecutó una nueva fachada que respetaba la portada herreriana. Esta obra, finalizada en el año 1700, se realizó según el proyecto de José del Olmo. De ella han quedado numerosos testimonios gráficos en pinturas y grabados de los siglos XVIII y XIX La reforma de la plaza de Sol en 1854, momento en el que adquiere su característica forma de sol naciente, determinó la demolición de muchos edificios, entre ellos la iglesia y el hospital del Buen Suceso. Portada: La Puerta del Sol de Madrid. Luis Paret y Alcázar (1780). Museo Nacional de Bellas Artes. La Habana. Al estar situada la obra sobre la Zona Arqueológica de El Recinto Histórico de la Villa de Madrid, declarada Bien de Interés Cultural desde 1993, estos reconocimientos se estaban realizando sobre la base del programa de excavaciones arqueológicas y paleontológicas establecido previamente, con el objetivo de hacer compatible la conservación del patrimonio con el desarrollo de la obra civil. El subsuelo de la Puerta del Sol ya había sido horadado con anterioridad por las líneas 1, 2 y 3 de Metro, así como por las numerosas infraestructuras necesarias para el buen funcionamiento de la ciudad, por lo que, en buena medida, los depósitos bajo la rasante se encontraban fuertemente alterados. Al comprobarse que aún se conservaban los cimientos de la Iglesia del Buen Suceso, los correspondientes a su fachada principal y a los arranques de las laterales, se procedió a su excavación arqueológica integral. Además de los restos arquitectónicos, fueron recuperados restos humanos, probablemente pertenecientes a algunos enterramientos relacionados con la Guerra de la Independencia y los fusilamientos del 2 de mayo de 1808, y se investigaron antiguas conducciones de agua relacionadas con la Fuente de la Mariblanca. Vestigios de la iglesia del Buen Suceso aparecidos durante las excavaciones arqueológicas. LA RECUPERACIÓN DE LOS VESTIGIOS DE LA IGLESIA DEL BUEN SUCESO Ante la envergadura del hallazgo, se estableció desde un principio la necesidad de conservar los restos de la Iglesia del Buen Suceso en su lugar de aparición. Puesto que su permanencia in situ no era posible debido a las obras de la Estación, se adoptó una solución de desmontaje y posterior recolocación que ha permitido conciliar la conservación de nuestro patrimonio con la construcción del intercambiador. Una vez acabados los trabajos arqueológicos se protegieron las fábricas mediante malla geotextil y espuma de poliuretano reforzada con fibra de vidrio. Se introdujeron una serie de vigas metálicas por la parte inferior de los restos y se procedió al corte en bloques mediante hilo de diamante. Cada bloque fue acodalado dentro de una estructura metálica, lo que permitió su elevación para su traslado sobre góndolas. Cuando el desarrollo de la obra civil permitió su reubicación, los bloques fueron nuevamente trasladados desde el lugar de almacenamiento, y se depositaron sobre la losa actual, desplazándolos hasta su posición final mediante carros para alto tonelaje y gatos hidráulicos. Una vez eliminados los materiales de protección, se unieron los bloques mediante el sellado de las juntas y el cosido de los mismos con varillas de fibra de vidrio corrugada. La operación concluyó con los trabajos de limpieza, consolidación superficial y restauración final de los restos. Protección y desmontaje de los restos de la iglesia del Buen Suceso para su traslado.