Publicado en LeonardoGarnier.com (http://www.leonardogarnier.com) Inicio > Tropas enemigas Tropas enemigas Enviado por Leonardo Garnier en Vie, 11/12/2004 - 03:48 Cada vez que Memo quería destruir uno de sus viejos muñecos, uno de sus pequeños soldaditos de plástico, uno de sus peluches, procedía de la misma forma. Primero lo guardaba en una caja, para no verlo por un tiempo, para olvidarlo un poco. Luego, lo sacaba groseramente de la caja, lo tiraba al suelo con violencia y le recriminaba su ausencia. A veces, sobre todo a los peluches, los pateaba. De pronto, los volvía a guardar en la caja, pero sólo por un instante, sacándolos luego con cara de pocos amigos. ¡No te conozco! Les decía a gritos, y procedía a ponerles un nombre extraño, en algún idioma distante, desconocido o inexistente. Otro nombre. Sólo entonces procedía Memo con su ritual de destrucción. A veces, sobre todo cuando se trataba de los soldaditos plásticos, utilizaba una candela y, lentamente, los iba derritiendo, silenciosos y anónimos, hasta dejarlos morir entre la esperma y el olor a hule quemado. La suerte de los peluches era distinta y casi siempre asociada a las tijeras, que abrían agujeros en sus barrigas por donde salían vísceras de espuma que se desperdigaban por el jardín mientras las tijeras terminaban de picotear la flácida piel de tela, ajena, que caía en jirones al piso. El rito terminaba siempre igual. Memo recogía metódicamente los escombros y los depositaba en el basurero de su casa, bajo la pila de lavar trastos. Luego regresaba agitado a su cuarto, tomaba con cuidado a todos y cada uno de los peluches, de los soldaditos y muñecos restantes, y los agrupaba junto a él en su cama. ¡No se preocupen más, mis pequeños! – les decía entre sollozos – ya acabé con las tropas enemigas, con los invasores que venían de tierras lejanas, no quedó uno con vida, estamos a salvo. Y, juntos, lloraban hasta dormirse. '1' Funciona con Drupal URL de origen: http://www.leonardogarnier.com/articles/cuentos-y-poes/tropas-enemigas-187 '2'