LA NIÑA DE TUS OJOS La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa. Mark Twain Cinco años después de que Steven Spielberg consiguiera emocionar a los académicos de Hollywood y, por supuesto, a buena parte de los espectadores de los cinco continentes con “La lista de Schindler”, el director español Fernando Trueba “adaptó” al genio norteamericano con una sorprendente y estupenda producción, “La niña de tus ojos”, en la que se cuenta el viaje a Berlín de una troupe de cineastas y actores españoles que van a filmar una producción hispanoalemana, en ambos idiomas. Como ocurre en “La rosa púrpura del Cairo”, de Woody Allen, “La niña de tus ojos” es el título de la película de ficción sobre la que gira la trama y que, en este caso, los protagonistas van a filmar en Alemania. Un drama musical con aires andaluces y raciales cuya figura principal sería Macarena Granada (interpretada por una estupenda Penélope Cruz), una jovencita estrella emergente. En realidad, como los personajes no tardarán en darse cuenta, el único interés que tiene Joseph Goebbels en la filmación de la película es tener acceso carnal a la divina Macarena, de la que se ha quedado prendado y por la que bebe los vientos. Nazis aparte, ¿qué tiene que ver la filmación de una película folklórica en Alemania con la famosa lista de Schindler? Pues que, a la hora de encontrar figurantes para la filmación de “La niña de tus ojos” que den el perfil de andaluces, sólo hay un sitio en el que buscar: los campos de gitanos están hacinados y esperando la peor de las suertes. ¿Es posible, razonable y permisible tocar un tema tan serio como éste desde premisas como las señaladas, a través de un género como la comedia? Después de haber visto “La vida es bella”, de Begnini, quizá no tengamos dudas, pero hay que reconocer que Trueba le echó valor, en su momento, para lanzarse al vacío con una propuesta tan arriesgada como ésta. Después del exitazo de “Belle Epoque” y de la semifallida aventura americana que supuso “Two much”, Trueba se lanzó al rodaje de una película singular, con guión de Rafael Azcona, Miguel Ángel Egea y David Trueba. Un aspecto que no es baladí dado que, como señala el crítico Gregorio Maestro: “Trabajar lo máximo posible el guión y no equivocarse en el reparto. Estas son las dos claves que apunta el director de cine Fernando Rodríguez Trueba... Y las ha cumplido con creces a juzgar por el resultado conseguido en "La niña de Tus ojos", un largometraje de sabor amargo contado con humor, para que duela menos esa parte de nuestra historia que no nos gusta recordar y que tiene mucho que ver con España goyesca y grotesca que retrata con tan escasa minuciosidad como inmensa audacia". Efectivamente, si el guión es prodigioso, la selección de actores que interpretan los distintos papeles es igualmente acertadísima, empezando por una Penélope Cruz que, cuando tiene un buen papel y está bien dirigida, es una extraordinaria actriz. Por su papel de Macarena Granada, ganó el Goya a la mejor interpretación femenina. Tras esta película, Trueba filmó uno de los títulos fundacionales del cine musical español: “Calle 54”. Un título que no sólo sirvió para rescatar del olvido al jazz latino en España sino que, con el mismo título, Trueba abrió un local en el Paseo de la Habana madrileño, que se convirtió en uno de los locales de moda de Madrid durante unos años, acogiendo actuaciones extraordinarias de músicos de jazz de los cinco continentes. Una película, además, que permitió el encuentro mestizo de músicos como Bebo Valdés con Diego el Cigala, que después grabarían el mítico “Lágrimas negras”. Lo bueno de Trueba es que, aún siendo capaz de malgastar todo su crédito en proyectos como “El embrujo de Shanghai”, sabe cómo reinventarse para poner en marcha proyectos de lo más improbable, sobre el papel, pero que terminan resultando de lo más excitante, como ese “Milagro en Candeal” en que pone imágenes a la labor social y musical de Carlinhos Brown en las Favelas o la esperadísima “Chico y Rita”, un musical de animación en que Mariscal y su estudio han hecho los dibujos y el gran Bebo Valdés pone la música. Trueba. Uno de esos directores que, como Françoise Truffaut, es un enfermo de cine que, antes de dirigir, fue combativo crítico cinematográfico y que, además, no duda en tender puentes entre diferentes disciplinas artísticas, para enriquecimiento de todos los espectadores. A destacar, además, su decidida defensa de la comedia. Su famosa frase, recogiendo el Oscar, en que le daba las gracias a Billy Wilder, en calidad de Dios del Olimpo cinematográfico, tan irreverente como recordada, fue de las que hacen época. “La niña de tus ojos”, puro y destilado amor por el cine.