220-14444 REF : Vigilancia sobre sociedades dedicadas a la construcción y enajenación de inmuebles destinados a vivienda. Me refiero a su comunicación radicada en esta Entidad con el número 259914, por la cual y refiriéndose a la situación jurídica de la sociedad denominada TORO VILLAMIZAR S. A., solicita el concepto de este Despacho, respecto a si le compete al mismo ejercer la vigilancia sobre la citada compañía, la cual esta dedicada a la actividad constructora. Sobre el particular, me permito manifestarle que esta Superintendencia en diversas oportunidades se ha pronunciado al respecto, por lo cual podemos afirmar que las sociedades comerciales, independientemente del tipo societario adoptado, llámese anónimas, limitadas etc., dedicadas a la actividad de la construcción y enajenación de inmuebles destinados a vivienda, pueden quedar sujetas a la inspección y vigilancia de esta Entidad, siempre y cuando se encuentren incursas en alguna causal legal establecida para tal efecto. La conclusión anterior tiene asidero en las siguientes consideraciones atinentes al punto en cuestión , las cuales fueron expuestas en el oficio 220-67905 del pasado 12 de diciembre, cuales son : 1. El artículo 313 de la Constitución Política establece en su numeral 7 que es función de los concejos municipales reglamentar los usos del suelo y dentro de los limites que fije la ley, vigilar y controlar las actividades relacionadas con la construcción y enajenación de inmuebles destinados a vivienda. 2. En concordancia con el mandato constitucional, el artículo 187 de la ley 136 de 1994, establece que es función de los concejos municipales ejercer la inspección , vigilancia y control sobre la actividad urbanística. 3. En consecuencia, la Superintendencia de Sociedades a partir del 2 de diciembre de 1994 perdió competencia para ejercer la inspección, vigilancia y control sobre la construcción y enajenación de inmuebles destinados a vivienda. 4. Posteriormente el artículo 82 de la Ley 222 de 1995, establece que el Presidente de la República ejercerá por conducto de la Superintendencia de Sociedades, la inspección, vigilancia y control de las sociedades comerciales. 5. En lo atinente a la vigilancia, el artículo 84 de la citada ley, consagra que tal atribución recae sobre las sociedades no sometidas a la vigilancia de otras Superintendencias, para que en su formación y funcionamiento y en el desarrollo de su objeto social se ajusten a la ley y los estatutos. 6. El Decreto 3100 del 30 de diciembre de 1997,se encarga de establecer las personas jurídicas sujetas a la vigilancia de la Superintendencia de Sociedades, cuando se encuentren incursas en alguna de las causales establecidas en el mismo decreto. 7. Es necesario llamar la atención en el sentido que la inspección, vigilancia y control que ejercen los Concejos Municipales, recae sobre la actividad urbanística y no sobre el sujeto que la desarrolla. 8. Es de resaltar que el ámbito de las funciones que esta llamada a cumplir la Superintendencia y los municipios tiene fundamento constitucional y legal diferente, razón por la cual el ámbito de su competencia es distinto, tan es así que el cobro de contribución de cada entidad corresponde a competencias diferentes. 9. Lo anterior significa que si respecto de una sociedad comercial que se dedica a la construcción y enajenación de inmuebles destinados a vivienda, se predica una cualquiera de las causales de vigilancia establecidas por el Decreto 3100 del 30 de Diciembre de 1997, estará sujeta a la vigilancia de la Superintendencia, sin que sea óbice el hecho de que sobre su actividad urbanística los municipios respectivos ejerzan la vigilancia que les atribuye la ley. En este orden de ideas y por cuanto el punto 1 de su escrito no es claro, comedidamente le solicito estudiar las causales de vigilancia respectivas y proceder de conformidad, para lo cual le adjunto al presente copia del Decreto mencionado. En los anteriores términos se ha dado contestación a su consulta, no sin antes manifestarle que los efectos del presente pronunciamiento son los descritos en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.