• CfLlDADANOS SENADORES I REPRESENTANTES. U Il debel' ::;,lgrauo para mi conclCncia, i un derecho de grande intcrcs para. mí Iglesia, es el motivo de elevar hoi mí voz a la Lejislutura. En la Cámara ùe Representantes se está discutiendo un proyecto ine.~l'pora.ndo el Seminario Conciliar de la. A;rquidió. CC~ISal COlcJ'O nacIOnal de San Bartolomé,ell lo matertall formaI, arrnllcándolo ell ámbos sentidos dc Ja natural dependenda í diree. cion del Prela,lú Diocesano. Si este proyecto se sancionára, quednrian violada,¡ con un solo golpe la libertad de la. Iglesia, su antorid,vl, su pro¡:¡iedad, la I ibertall de enseñanza. La Tglesi¡¡ posee por derccho divino el de educar a sus levitas en la forma i modo que a bien tenga, sin que ning-un poder pueda con jlwicia ni razon pcrturlmrla Cil el ejercicio de este derecho, mucho ménos privaria de él. Recibió Je Jesucristo la alta í omnimoda mision dG ellscñar a todas las jent¿s, i en esta mision i potestad CI uedó incluidaJa de enseñar i formar a les que, cn la duraeion do los sig/os, debian coutinuar lu divina cnseiíama. De tan elevaùo i augusto orijcn nace el derecho ùe la Iglesia para tenúr flPmillarios rlro:)io~: flCrPI·}.(l '1'1(> "~','l'{'~Ó ¡{,,_'«lf>l'ilS JlrinC'ipioll bfljO di\'C'I"sasfomlus, segun las circun&taneias de los tiempos lo requerjan; en las catacumbas bajo la Hallgrientn dominacion do los tiranos del impt:rio, en los monasterios i casas episcopales en los primeros siglos dela paz de la Iglesia, i luego Cil colejios i universidades celesiustieas, que cran en realidaJ sem¡narios,bien que esta nombre se haya u~ado en época posterior. El Concilio de Trento no crió una nueva ínstitucion cuando tqn eficazmente prescribió el establecimiento, organizacion i gobierno de los seminarios: trat'lba aquella banta A~ambJea de refúlmar la disciplina clerical, i empleó el medio natural de mejorar i lumcntar Jos seminarios, restaurando Je esta manera. la primifiva cducacian del clero. Asi que, la institucion de los seminariol, o sea ca~s de educacíon del Clero, es tan antigua corno la mism!. Iglesia; se halla íntimamente ligada con lu mision divina. do e Illeñar , i con la suceesion del ministerio sacerdotal. No hai pueblo catolico,ni protestante,donde eôte derecho de la Iglesia no sea reconocido i respetado. La misma constitucion civíl del clero, formada en Francia en ticmpJs de turbacion i ùe lDeredulidad; esa constitucion jansenista, qu~ tantos dereehos conculc6, reconoció el de los seminarios, conservl:Índolos bajo la plena direccion deIObis¡:a: era nna con!ltitucioIl llerética i Úsmática.r perosalvó el prinCipio de la conservacion de los seminari08; fué lojica, ya que no cra ortodoja. Ahí está la Prusia, nacion protestante, que respeta los semiuarios católicos, i les provee de fondos a nem BANCO DE LA REPUBLICA 11811o TK4 LUIS - 4NG~1 A $!A.N~!) bre de seis millones de católicos que son eúbditos contribuyentes del gstado: ahí estl\ la Inglaterra, que ha respetado desde ántes de la emancipacion, los seminarios de la Iglesia católicai ahí está finalmente la República de los Estados Unidos, que no solo respeta el derecho de la Iglesia CJ1tólicaen sus seminarios, sino que los honra con una estimacion de preferencia. Todo lo que coarte, o impida la conservacíon de estas instituciones de la Iglesia, es opuesto a su libertad, es opuesto Il su autoridad; )a priva de un derecho sagrado recibido del mismo Dios, i quo los obispos, succesores a los Apóstoles, prepósitos de la relijion, sus custodios i defensores,deben conservar sin reparar en sacrificios. El proyecto arrebata a la Iglesia de Bogotá su Seminario, i lo pone baJOuna direccion estraîia sin mision, sin autoridad, sin aptitud proporcional para el objeto, por que es sagrado. Con esto solo seria gravísimamente herida mi Iglesia en su libertad i autoridad, i puesta en una condicion de indecorosa tutela, que no dudo llamar esclavitud, hasta en la doctrina. En los seminarios se enseiíael dogma, la moral i la disciplinai i en sus escuelas preparatorias, o sea secundarias, se enseñan las letras humanas necesarias para toda ciencia, ila filosofía i la historiai todo en armonía con la sana doctrina, es decir en el sentido ort(jdQjo único auç Dued%l'~"""~I\J:las almB8~ntAa-JlT¡>.cihir .mas taril'e la alta cIencIa e la reliJlOn en el dogma, en la moral i en la disciplina. Pero la Iglesia cat6lica no tiene ni reconoce mas que un doctor i maestro universal, que es el Vicario de Jesucristo; en los obispos, doctores i maestros que poseen in solidum, con el Pontífice Supremo ese mismo majislerio i autoridad de doctrina. Solo este majisterio i autoridad pueden dirijir i gobernar los seminarios: cualquiera otra Cosaseria intrusion. En la Arquidiócesis de Bogotá no hai mas doctor i maestro que el Arzobispo: la norma de su enseñanza es la doctrina de la Iglesia i sus definiciones. ¿ Cómo es que se arranca de sus manos este depósito sagrado paTaencargarlo a manos legas sin mision, sin autoridad en la Iglesitl? Soi el último de Jos obispos del mundo católico personalmente; pero la mision i la autoridad que obtengo es la misma de San Pablo, separada la estraordinaria de su apostolado: es una autoril:ad i una misjan divina, que no puedo dejar de defender i conservar,i que jamás consentiré en que sea me· noscabada. I no es solo la enseñanza doctrinal la que pertenece esclusivamente a la Iglesia en sus, seminarios. Son establecimientos de cùucacion, en que todo esri ligado desde las nociones mas elementas hasta las altas cuestiones de la ciencia; desde las maneras, los usos, Jas recreaciones, has'a los mas sérios hábitos morales¡ en suma, la direction de los seminarios se encamina a preparar los hijos de Dio! formándolos en Ill. fé, en la mo~l i la disciplina eristiana, i no pueden ser formados sino por hombres de Dios, quo son~los sacerdotes, bajo la direccion i majisterio del obispo, único en quien existe la autoridad, i que tiene en sus manos el derecho de lalglesia. Ella tiene en la Nucva Granada, a m~sde su derecho divino, un derecho político por la constituclOnque garantiza el culto cat6· lico, i lo proteje; pero no es protecdon, no, <li privaria de su primer seminario en la República; desnaturalizoodolo de manera, que léjos de ser un colejio clerical, dirijido por d obispo, pasaria a ser un co\ejio profano, donde nadie se formarã,ni podrà formarse para el sacerdocio. La propiedad Ide mi Iglesia en su stminario es tan sagrado como la de cualquiera persona individua: o moral en la República. Fué fundado por mis dignísimos mtecesores ,que \0 costearon con sus rentas, i el edificio que ~oi posee le rué dado en indemnizacion del propio suyo, de que el [obiemo espanol dispu. so, como lo comprobé al Congreso de 1338. Todos sus fondos wn eclesiásticos de oríjen, i donaciones hechas a la Iglesia para su seminario. El considerable aumento· mejoras que en estos diez años he puesto, son costeados con atsiJios del clero, i de los padres do familia católicos, i con mis ahorros. por consiguiente '01 pro)'(loto "tnco. 1••.P' l' l .L.¡. ••••r~¡~, .L",.."j6 .•.!"I" -.d,,·lo que le pertenece por derecho perfecto, j a aca tambien la propie_ dad de los donantes, que traspasaron l!U derecho al Seminario de la iglesia i no para Ull colejio lego. ¡,Por ventura está escritu la garantía de la propiedad en la Comtitucion solo para los individuos? i No las tiene la iglesia 1 i I ~s de peor condicion lo qua furma el aJma de la sociedad, que es b relijion, la cual no puede personificarse smo en la Iglesia 1 . La amplia libertad de cnseiianza consignada en nuestras leyes, no solo es contradicha por el proyetto en el Seminario da la Arquidiócesis, sino que presenta una mc.lstruosa contradiccion. Es libre la enseñanza para todos i en toio: no hai diferenencia de provincias, de lugares, de profesiones, .ique digo ~ no la hai de sectas. Desde ci católico hasta el cuakiro tienen por la lei de 1850 libertad de cnsei'lanzaj i solo la IgL>siaArquidiocesl\na de Bogotá, metropolitana de la República, i su Prelado son encadenados, i con cadenas tanto mas pesad:¡, cuan!o que no opri. men las manos i Jas pies, sino la concier:cia. Seame permitido hablar aqui con toda la libertad que conviele a los obispos en cir~ cunstancias solemnes como la presente: el proyecto" de que reclamo es una inmerecida hostilidad a mi persona i a mi ortodojia, don divino, que merece hasta el sacrificio de t.1Ï vidai pero mientras Dios me la conceda, no cesaré de, reclamar, a pesar de todo, lOB derechos de mi Iglesia. Los padres do falJlilia católicos se. ven mmbien por el pro> yecto injustam(\nte privados de su derecho en la libertad de enseiíanza. Conforme a tUa lo tienen para llevar sus hijos a fos colejios de la Iglesia parh que allí sean educados respirando la pura atmósfera de la fé, s'n mezela ninguna del funesto filo80fismo, que hoi lo envenena 1x10,privando a la Intelijencia de la verdad, al corozon de la rectitid, I a la sociedad de la justicia. & Que signifLcaría ese derec~o en la Arquidiól:¡:>sis,sin la existencia del Seminario Conci!;)r? Los padres de familia que comprenden bien la máxima "c. S. Cipriano, autorizada por lu 19lesía, de que el que 'ID est!' con el Ubispo '10 está en ir:. Tr¡lesia,~)~n que el que ataca lq¡dercchos del Episcopado utar.a ·111~¡ê~h. E.llos adunan hoi .~, corazon su Vo? ala mi~. I"J; .• ~?~~~ ClUdadadanos SS. 1,.tH. que yo conozco mis oveja:;; 1 eÛ.~ me conocen a míj oy~ mi voz i saben que, despues de Nuestro Señor Jesucristo, nad\, hai en mi coraza n superior al amor que les profeso, porque lus ll;',10en Dios, por Dios i para Dios. De cste amor, ~le es el mismo que profeso a la Iglesia; nace el presenle rec,:\mo. En él no hai mas que el cumpli. miento do un deber ;'lllgrado, de que no puedo prescindir sin haeerme criminal dei,~~ de Dias i de la Jgle~n. Pesad, Ciu • .?adaM~ "&,,,t~~ëJà8 ~~i9J I no o VI eis que cs-~lne 1'1 (ci,o ~erlas en estremos ~nque '10 9ueda ~leccioDj porque todo cristiano, con mayor ~n un· ObiSpO, tl.e~e .derecho a la libertad de su concienci4-tespecto pel poder CIVIl, I esta es la verdadera ijusta libertad do eonciencÍ!; i no pueden dejar de ver que mas allá de este mundo de uu.dia eSlá la eternidad, está JesucrisY.>Juez de vivos i muertos, ~ cuyo tribunal seremos juzgados todos, vosotros i yo•.. : . He hablado en -lempo oportunoj he alegado hi justicia de' mi Jo-lesia eR defens:; de sus derechos; i debo concluir diciendo que jamás cooperaré ¡el consentiré, en cuanlo esté de mi parto, que sean violados; ellllo cual ~i conciencia con aquella voz que no engaña me da pl~¡a segUridad de que en ello no Ilevar6 reato al tribunal del ~ñor. Debo esperar, Ciudadanos SS. i RR. de vuestra rectit~, que haciendo justicia a mi Iglesia, la de_ jais en posesion de s~ lerechos, como os lo pido, encarecidamente. Bogotá, 14 de 1\trzo de 1851. ~~.i.RR:_5'Lbt-"üii:id'=t};i'õa Ciudad¡i. r~~,~ Senadores i B.epresentantes. lmp'rcnla de" El Vi a" por José AYIUZIl.