La restauración para el llamado. Juan 21:15-17 Introducción: Una vez que el Señor se había manifestado a sus discípulos en esta tercera ocasión mostrándoles que El seguía junto a ellos para guiarlos y proveerles de alimento y comunión, se dirige ahora a Pedro para poner al descubierto su corazón y restaurarlo, de manera que pueda cumplir con la misión apostólica y pastoral para la cual había sido escogido. Objetivo: Reconocer por medio de las respuestas de Pedro, que Jesús conoce perfectamente nuestros corazones y la debilidad de poder expresarle fielmente nuestro amor por El, de modo que podamos rendirnos totalmente a Su amor incondicional (ágape) y así poder cumplir nuestra misión de ser sus siervos aquí en la tierra. 1 Jn. 4:10. La Restauración de Pedro. Pedro había negado 3 veces al Señor, sin contar las veces que había contradicho Su Palabra. Mt. 16:21-22, 26:33-35; Lc. 22:33; Jn. 13:37. Por tanto en estos momentos estaba desconcertado de cuál sería su futuro. Jesús examina el amor de Pedro. Después de las 3 negaciones de Pedro a su maestro, Jesús quería que hiciera 3 afirmaciones de Su amor. - 3 veces le hace la pregunta. Me amas?, aunque con diferente énfasis; dirigiéndose a Pedro por su nombre original; Simón hijo de Jonás. 3 veces Pedro le responde, manifestándole con sinceridad sus sentimientos. 3 veces lo encomienda al servicio de su rebaño. Expresándole su perdón y haciendo enfática su restauración. 1ª pregunta. ¿Me amas más que a estos? 3 posibles interpretaciones, más que a los otros, más que los otros y mas que su vida como pescador. Amas (Agapao= amor profundo, amor incondicional que incluye la mente y la voluntad) 1 Cor. 13:4-8a. ¿Tienes hacia mí, ese amor profundo por encima de todo? 1ª Respuesta. Sí, Señor. Tú sabes que solo te tengo afecto. (phileo= afecto emocional). Pedro reconoce a Jesús como su Señor y quien conoce perfectamente su imposibilidad de profesarle un amor profundo semejante al de Él. Conocía perfectamente el corazón de Pedro. 2:25. 1ª Encomienda. Apacienta mis corderos. Apacentar (bosko= llevar a los pastos para alimentarlos) y Corderos (Arnion = Diminutivo de Aren; cordero; corderitos). Jesús estaba restaurando a Pedro para el oficio de llevar el alimento a la grey del Señor, llevar Su Palabra a los perdidos y alimentando a aquellos pequeños creyentes que apenas empiezan su camino en el Evangelio, que son débiles e inmaduros. 2ª Pregunta. Jesús le repite la pregunta pero esta vez sin hacer la comparación de la primera. (Verbo: Agapao) Me tienes un amor profundo? 2ª Respuesta. Pedro repite su sumisión al Señorío y omnisciencia de Jesús mostrándole nuevamente que lo que siente por el es un afecto sincero, pero egoísta. Amar y querer no es igual. 2ª Encomienda. Pastorea mis ovejas. Pastorea (poimaino= supervisar, cuidar el ganado) Ovejas (probaton= cuadrúpedo que camina hacia adelante. Que sigue al pastor). Jesús estaba restaurando a Pedro para el oficio también de pastorear, o sea cuidar y defender a quienes ya están dentro del rebaño y son obedientes a la voz del pastor y le siguen, pero que son propensas a desviarse y que son dependientes en todo a su pastor. 3ª Pregunta. Jesús ahora baja al nivel de afecto de Pedro y pone en duda incluso este sentimiento. De verdad me tienes afecto? 3ª Respuesta. Pedro se entristece ante la duda del Señor incluso acerca de su afecto, pero reconoce sin temor a equivocarse que su afecto por Jesús es sincero. 3ª Encomienda. Apacienta mis ovejas. Alimenta a quienes pertenecen al rebaño. La función a la que Jesús encomendaba a Pedro entonces era la de pastor y maestro. Ef. 4:11, un ministerio que va de la mano, un pastor debe ensenar la Palabra y un maestro debe cuidar del rebaño. • Jesús en sus preguntas va bajando hacia el nivel posible del amor de Pedro, pero le ubica en el sentido que este amor tiene que demostrarse en un servicio a su rebaño. Y que en el servicio podremos crecer hasta el amor profundo que el Señor nos tiene. Debemos primeramente recibir Su amor por nosotros, esa es la base de nuestra entrega (1 Jn. 4:10), cuando recibimos este amor y nos entregamos a Él, podemos amarlo a Él a través del amor a nuestros hermanos. (1 Jn. 4:7-21) y en este se resume cualquier mandamiento. Rom. 13:9. Mr. 12:28-34. • Juan al escribir el evangelio había entendido su incapacidad de amar al Señor naturalmente, sino solamente a través del servicio a los hermanos y el mismo se reconocía como el discípulo al que Jesús amaba, porque no podía poner que era el discípulo que amaba a Jesús. • Dios nos conoce perfectamente y conoce nuestro imperfecto amor, en esto debemos descansar en que él conoce lo más íntimo de nuestro corazón y aunque nuestras acciones muchas veces nieguen ese amor, El sabe que de verdad le amamos. • Pedro una vez restaurado, entendió perfectamente su encomienda, podía servir al rebaño del Señor, cuando su vida dependiera del amor de Jesús por El y así pudiera demostrarlo por medio del amor a los hermanos (la grey de Dios) y vemos que el mismo nos encomienda a este servicio. (1 Pe. 5:1-4).