—¡Cuánto tardan hoy en traer el brasero!

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A
EL GATO MAL FISONOMISTA,
por K-Hito.
—¡Cuánto tardan hoy en
traer el brasero!
BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN
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al semanario MACACO, para lo cual remite el importé de
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&¿B Do/eftoyi/ues/roTttfépo.
estampa
es la revista nacional
que interesa a toda España-
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es la revista para el hombre)
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Año II
Madrid, 23 de junio de 1928
JUSTIFICACIÓN,
Núm. 56
POR K - H I T O
—¡No lo tolero más, Pérez! Son las doce y ya ha ido usted catorce veces a la taberna a tomar "chicos".
—Es que... voy a pedir el subsidio del Estado a las familias numerosas.
GUTIÉRREZ
DIKKCCIÓX GENERAL
CUENTAS ATRASADAS
Negociado de Incobrables.
Excelentísimo señor.
A la fiesta en desagravio al clima de Madrid^-á la
que el citado clima ha correspondido como un cochero—
siguió la fiesta de la mantilla y la fiesta del mantón
con flecos. Se nota en la gran urbe un acentuado olor
a naftalina que tira de espaldas.
Queda, excelentísimo señor, patente el propósito de
ir desenterrando nuestras prendas personales. Del detenido estudio llevado a cabo por el Jefe que suscribe,
saca la consecuencia de que tal medida se debe, sin duda,
a las facilidades otorgadas por los Poderes públicos
en ocasión reciente, para liberar las ropas pignoradas
por menos de 25 pesetas.
Es el caso, señor Rocamora, que, abstraído en las
funciones de mi digno cargo, dejé pasar aquella ocasión para absolver a ciertas prendas, cuyo cautiverio
—siquiera sea bajo la dulce vigilancia de V. E . — , data
de bastantes años.
Difícilmente pudo sospechar mi limitada inteligencia
que aquella laudable medida del Estado alcanzara estos
efectos. Y, como tras la mantilla y el mantón de crespón, se pondrán de moda el miriñaque, reservado hoy a
los repartidores de leche, y los chalecos de fantasía,
ruego a V. E. encarecidamente se digne dar un vistazo
al que posee en su poder bajo el número 63.525, fácil
de encontrar porque, bordadas a punto de cadeneta, luce
unas rosas blancas a las que va a morder una mariposa
para libar en ellas. El detalle de la mariposa no se
le habrá podido olvidar, pese a sus múltiples ocupaciones, con sólo una vez que lo haya visto, porque
llamó siempre la atención a tal extremo, que "Guerrita,,
sufrió una aparatosa cogida cuando, al rematar un quito, me vio el chaleco que estaba, con el que suscribe,
en andanada del 2, entreteniéndose en su contemplación
con tanta insistencia que el toro no tuvo más que
alargar un cuerno y lo prendió por la entrepierna. La
coijida fue inevitable.
«sí, pues, excelentísimo señor, espero de su reconocida bondad que engañe a la mariposa con cualquier
golosina para que las flores no sean victimas de su
voracidad, hasta que, un día de éstos, pueda, el que
tiene el honor de dirigirle este oficio, recuperar dicha prenda y lucirla de nuevo entre las mantillas y los
mantones .
No obstante, V. E. , con su superior criterio, resolverá.
Madrid, 23 de junio de 1928.
El Jefe del Negociado de Incobrables,
La señora, corta de vista.—Mira,
Jorge, qué bonitos sombreros de señora tienen en esta tienda.
QUEJAS DEL VECINDARIO
Ruego de un casero
Señor Director de GÜTIÉEBEZ.
iMuy señor mío: Le agradeceré dé
cabida en el periódico de su digna
dirección a la siguiente queja:
Es el caso, señor director, que un
servidor de usted y de todos los señores redactores y familias, es casero de la casa situada en la calle
de Azorín, número 38 provisional, y
como sobre los caseros pesan toda
clase de gabelas, que nos imposibilitan la vida, un servidor tiene la fachada en bastante mal estado. De
día se ve bien; pero de noche, como
está obscuro, disimula algo.
Mire usted por donde, señor director, ahora nos han puesto en la
calle alumbrado, y me han partido
por el eje, porque resulta que ahora
también se ve de noche lo mal que
está la fachada. Yo le ruego publique estas líneas para que llegue a
quien corresponda y mande quitar
esos faroles, que tanto me perjudican.
Suyo afectísimo seguro servidor,
que estrecha su mano, ülpiano Palomo,
44
La Farsa 4 4
publica esta semana
H E R N A N I
POR
Antonio y Manuel Machado
Sr. Director del Monte de Piedad.
y Francisco Villaespesa.
GUTIÉRREZ
El ayuda de cámara.—He encanecido al servicio de esta casa y ahora me despide usted... ¿No puede
usted hacer algo por mí?
El señor.—Bueno, hombre... Coge de mi tocador el frasco de tinte.
:, 6
GUTIÉRREZ
G U T I É R R E Z
A
A L I C A^N T E
Nuestro ilustre jefe, en calidad de "Fallero Machor"
ha sido invitado a ver "Les
Fogueres de Sant Chuan".
Hoy marcha, en el rápido, ocupando un asiento de
primera.
Esta mañana lia salido con dirección a Alicante nuestro ilustre jefe,
que marcha a la bella capital levantina como imprescindible personaje
fallero, para ver les fogueres de Sant
Chuan.
En la estación ha sido despedido
por el .personal en.,pleno de nuestra
Redacción y todos los jefes de negociado francos de servicio.
Al arrancar el tren sonaron varios
vivas y un pito aislado, que era el de
la locomotora.
GUHÉRBEZ, con el hongo en la mano, correspondió emocionadísimo a
tales muestras de afecto.
El ilustre jefe del Negociado de
Incobrables se deja admirar en la
playa de Alicante por los lectorcitos
de "Macaco", su hijo espiritual.
Acompañan al prohombre el director de esta revista, señor K-Hito; el
gerente, señor Roberto, y varios redactores, todos en primera clase, detalle éste que nos ruegan hagamos
constar.
Las últimas noticias llegadas a
nuestra Redacción acusan el paso del
convoy por G-etafe a las diez y cuarto
(hora de aquel meridiano).
De seguir su curso normal, entre
Alcázar de San Juan y Albacete se
comerán la tortilla de escabeche que
llevan en un termo.
EL PASO POR CIEMPOZUELOS
Ciempozuelos, 23.—A las once y dos
ha pasado el ilustre viajero por esta
urbe. Ocupaban el andén numerosas
personas con banderas.
Ciempozuelos, 23.—Ampliando mi
telegrama anterior, resulta que era
la guardabarrera la que ostentaba
una banderita.
Albacete, 23.—Se espera con ansiedad el paso de GUTIÉRREZ, al que esperan infinidad de vendedores de navajas, por sí aún no se hubiera comido la tortilla.
Hay pocas esperanzas.
* * *
AGUAS FERRUGINOSAS
-Oye, muchacho. Esta fuente tiene agua de hierro, ¿verdad?
-No, reñora. De hierro no tiene más que el caño.
En el número próximo, si se molestan en enviarnos detalles los expedicionarios, y si no en el otro, publicaremos una amplia información
do la estancia en Alicante del glorioso jefe del Negociado de Incobrables,
en la Dirección general de Cuentas
atrasadas.
Como detalle curioso hacemos constar que viaja en primera clase.
GUTIÉRREZ
FALLECIMIENTO
OPORTUNO
Anoche se murió definitivamente
nuestro particular amigo D. Castor
López del López-López y López-Sáncliez, conde de la Almadraba, marqués de Villadeenmedio, caballero de
la de San Tiburcio, socio del Centro
de Hijos de Madrid, etc., etc.
Nosotros, la verdad, no es que no
sintamos que se haya muerto, pero
verdaderamente somos bastante amigos de su sobrino D. Amadeo Sevillano, que ya iba perdiendo toda esperanza, y al fin ve logrados sus deseos
de heredar.
Cierto que entre médicos, botica,
sanatorios y demás zarandajas gastó
bastante el difunto; pero, bueno,
nuestro amigo no sale mal librado.
Enhorabuena.
BALDUQUE
UNA PRENDA MIXTA
VEAMOS SI ESTO SE PERFUMA
ABONOS DE TIERRA Y DE ARENA
FIN DE CURSO
QUE SE ESCONDAN LAS MENORES
A TORO MUERTO...
CHISTE A LAZO
LA TORTUGA DE GIJON
YA NO HAY TUESTEN
NA gran cantidad de familias polacas emigran al Perú, donde serán
admirablemente recibidas.
Seguramente estas familias, con el tiempo, mezclarán su sangre con
las del país.
Y nosotros nos preguntamos ¿qué -prenda resultará de esta unión
de polacas y americanas?
* **
|UY oportuno ha resultado esto de la Exposición de la Prensa en
Colonia.
Sí, muy oportuno; porque esos disgustos periodístico-teatrales iban
oliendo mal.
;
Y con esto de Colonia...
* **
N Chile se preocupan del precio de los abonos para la tierra.
Aquí, no. Aquí Iva abonos—para la arena—se pagan como sea,
sin rechistar.
Aunque luego toreen Cagancho y otras calamidades.
* • *
x estudiante hiere a su novia de una puñalada.
¿Será por calabazas? Porque es la época.
Realmente, no es para aprobarle; pero tampoco es cosa de que le
suspendan.
* **
JÍ un teatro de Barcelona, la Empresa ha pagado una multa por
coiitratar menores para el trabajo teatral.
Lo que hace falta es que no se enteren de cierto caso de menor que
yo me sé.
(¿Se lo digo al oído?... La Chelito).
* **
los toros mansos les van a poner un lacito en un cuerno; perq
despuér, de muertos.
Eso no vale. Debían de ponérselo en vida, como iprueba de mansedumbre.
Y a toro muerto, la corbata al rabo.
* **
a propósito de lazo: Leo Somski ha boxeado con Pets Latzo.
El premio se le han otorgado "a Latzo", por lo visto.
Así es que, si no leo mal, Leo, mal.
(Hemos cogido el chiste "a latzo").
* **
les pescadores de la tortuga gigantesca de Gijón los han multado
con veinticinco pesetas.
Lo que ellos dirán:
"•Más nos valiera haber cogido una merluza regular!"
* **
A* suprimido el castigo de las banderillas de fuego a los toros
mansos.
¡Nos hemos lucido! En cuanto corra la voz por las dehesas, los
toros no van a embestir ni en broma.
¡Como no hay ejemplaridad!...
U
M
E
U
E
Y
A
H
El profesor distraído.—Ya llueve.
Menos mal que hoy no se me ha olvidado el paraguas.
GUTIÉRREZ
Agapito Salmuera, desvelado en
la cama, veía con gozo clarear la
aurora. En toda la noche había podido dormir pensando en el día venturoso que comenzaba, y al notar
los albores que anteceden a todo
amanecer que en algo se estime, su
alegría subió de punto y de un salto se encontró fuera del lecho. Sin
pérdiidia'de momento se dirigió a la
ventana y la abrió de par en par.
La primera mirada de Agapito fue
para el pato; el pato maravilloso de
madera, adquirido la víspera, fruto
de no pocas privaciones y sinsabores para reunir la cantidad necesaria con que pagarse un viaje a la
capital y comprar en una magnífica
tienda de objetos «íe caza aquel
pato, nuevecito, con su pico plano,
sus bonitos colores y su forma gentil. Estaba admirablemente construído, y una vez en el agua, no había
quien descubriese que era un pato
de madera.
Agapito lo miró con ternura, lo
acarició con la mano y le puso ante
el pico unas migas de pan. Aquel
pato podía valerle una fortuna. El
pobre Salmuera no era rico ni mucho menos; vivía como podía, y metido en aquel pueblecito, sólo tenía
una pasión: la caza. Poseía varios
premios ganados en los Certámenes
que anualmente organizaban las Sociedades de Cazadores de la región;
pero había un premio que era su
obsesión y su más caro sueño: para
aspirar a él era preciso ser un
"hacha" en toda clase de caza, es
decir, en todas las clases de caza
que podían ejercerse por los contornos, u saber: perdices, patos, alón
dras y conejos (las chinches no entraban).
Agapito Salmuera era un "as" en
lo tocante a los otros géneros, o sea
cazando perdices, alondras y conejos. Ahora bien (dicho entre nosotros) ; aidtemás de buen cazador,
era también bastante tramposo. Jamás había cazado sin valerse de
trucos. Había cazado perdices con
reclamo, alondras coni espejuelo y
conejo con hurón; y como sólo le
faltaba para pretender el gran premio la caza del pato, había adqui.
rido su correspondiente reclamo, y
en lugar de ir a cazarlos noblemen-
te y como los buenos, se valía del
pato de madera, engaño infame y
denigrante. Si los volátiles se cazaran con dinamita como se pescan
los peces, Agapito no hubiese vacilado eu recurrir a tan desaprensivo
método, y no sólo tenía el pato de
pino, sino que además llevaba un
pito que imitaba muy bien el "cuá,
cuá" de los patos. Agapito contaba
con estos recursos para coger los
patos a montones.
Henchido de gozo ante estos pensamientos, preparó sus bártulos, se
hizo los preparativos necesarios a
tan solemne acontecimiento. Una
vez dispuesto todo, sacó el pato, lo
depositó cuidadosamente en el agua
y con una ramita le empujó suavemente para que desatracara de la
orilla. El pato se balanceó graciosamente y dio una carrerita. Agapito
lo miraba casi emocionado. Era un
pato de verdad. ¡Qué día le esperaba! Empuñó la escopeta y se puso
al acecho. El pato, como si estuviese
bien compenetrado de su misión, iba
poco a poco alejándose hacia el centro del remanso. Desde su altura,
los verdaderos patos, volando, le verían perfectamente. Agapito sacó su
silbato, y por tres veces hizo "icuá,
cuá!" para completar la farsa. El
pato de madera se balanceó y avanzó ua poco más. La cosa era per-
colgó su vieja escopeta y metiendo
el pato en el zurrón se dirigió al río.
Agapito llegó al río cansado, sudoroso y polvoriento. El río era el
lugar de cita de los apreciables volátiles en-cuyos remansos encontraban lugares de solaz y esparcimiento. Agapito escogió un remanso
oculto y discreto, buscó lugar a propósito para sus siniestros fines e
fecla y los patos no podían tardar
en caer a bandadas en el falaz engaño; pero pasó una hora, y luego
otra, y otra después, y otra más, y
nada: ni rastro de patos, ni por el
agua ni por el aire. Aquello era trágico y desesperante. Pasaron dos horas más, y Agapito comenzó a desesperarse y hasta creyó ver en el
pato de madera cierta sonrisa die
GUTIÉRREZ
pitorreo: intenciones le dieron de que habla hembras a la vista. El
pegarle un tiro. La tarde iba a su pato de madera hizo un ligero vian y Agapito perdía ya la esperan, raje como para dirigirse al encuenza, cuando de pronto notó en el pato
cierto balanceo, algo así como alegría y satisfacción; el pato de madera parecía indicar con BU actitud
"presa a la vista". A Salmuera le
dio un vuelco el corazón y apretó
nerviosamente su escopeta. El pato
dle madera se pavoneaba, daba vuel
tas sobre su eje y con un contoneo
coquetón se dirigía al centro del
rio: aquello era señal inequívoca de
ACTUALIDAD
Mister Italia (primer premio y flor
natural).
tro de las patas. * Agapito apretó la
escopeta, y con intensa emoción, próximo a darle al gatillo, siguió con
la vista las evoluciones del pato de
madera. De repente, Agapito soltó la
escopeta, lanzó un ¡ay! lastimero, y
abriendo los brazos cayó boca abajo
sin sentido. Río abajo, y a faTor de
la corriente, venían, en efecto, cuatro patas, pero también eran de madera. ¡Era una mesa!
Francisco LÓPEZ RUBIO
(Ilustraciones del mismo.)
FOTOGRÁFICA
Mister Spain (segundo premio, copa
y torrija).
Mister Reino Unido de la Gran bretaña (accésit y pantalla para portátil).
He aquí a los tres bellos señores que han triunfado en el concurso internacional de belleza masculina celebrado
recientemente en Galveston (Tejas, EE. UU. A.)
GUTIÉRREZ
10
COSTUMBRES DE PUEBLOS CIVILIZADOS
LA
P E T I C I Ó N
*
DE
La sociedad tiene cicr-.
La etiqueta moderna ordena que esa
tas reglas.
operación se verifique de esta manera:
'
RODRÍGUEZ (delineante).
Elegida la fecha en que ha de verificarse la petición de mano, los noRecibo tantas cartas en las que se vios deben dejar de verse durante
me pide que describa las costumbres cinco días, y para hablar utilizarán
españolas mas características, que únicamente el teléfono, procurando
hoy me decido a emprender ese tra- marcar bien el número.
bajo, trazando un cuadro de lo que
Durante esos cinco días, los famies en nuestra sociedad la costumbre liares del novio y de la novia se hadenominada "petición de mano".
rán trajes nuevos, a poder ser a raSi yo escribiera para España mi yas, y darán la noticia a todas sus
trabajo, sería inútil; pero como lo amistades diciendo sobre poco más o
hago para las tribus de esquimales de menos:
la Groenlandia, estimo que su impor-—El lunes que viene piden a Futancia es decisiva.
lanita.
Y como en realidad las tribus de
•—OLa petición de mano de Fulanita
esquimales de la Groenlandia ignoran
será
el lunes.
en absoluto lo que es en sí una petiSi la que da la noticia es la madre
ción de mano española, voy a explicar de la mejor manera ese extraño de la futura esposa, debe añadir:
—¡Dios mió, Dios mío! ¡Con lo
y pintoresco ritual, prólogo del libro
del Amor, que dijo el gran Leopardi. que cuesta criar a los hijos!
También es de mucho efecto declaLa petición de mano, queridos esquimales, es una operación, muy de rar:
—lAndamos todos de cabeza porque
moda hace unos años, que hoy va ya
decayendo visiblemente, y que sirve como es ésta la primera vez que se
para que un joven y una joven sean casa la niña... Para la segun-da boda,
señalados a la faz del mundo como ya lo tomaremos con más calma.
El día del acontecimiento, la famifuturos esposos. Verán ustedes.
¡
-Vengo a hacerme una foto dando un salto.
M A N O
lia de la novia debe bañarse cuidadosamente. La familia del novio no
está en la obligación de bañarse, basta con que todos sus comiponentes se
froten el calzado, al entrar, en el limpiabarros.
Una doncella deberá permanecer
junto a la puerta, dispuesta a abrirla
y a anunciar a los padres o familiares del novio. La familia de la novia,
que estará esperando la visita desde
dos horas antes, se extrañará mucho
al oír el anuncio de la doncella.
— ¡Cómo! ¿Los de Piedrahita por
aquí? ¡Qué sorpresa!
Y ordenarán que pasen los de Piedrahita.
Al entrar, la familia del novio debe
procurar no tropezar en la alfombra,
porque es de mal efecto. Sus primeras
frases serán éstas:
•—¡Cuánto tiempo sin vernos!
-^Siéntense, hagan el favor—dirá
la familia de la novia—. ¡Quién iba
a pensar hace trece años, cuando nos
conocimos en Pozuelo, que recibiríamos hoy su agradable visita!...
Acto seguido, los caballeros encenderán cigarros y las señoras hablarán
de lo mal que se está poniendo el
-—Muy bien, Ahora, quieto un momento.
GUTIÉRREZ
—¡Me parece que ese león va a saltar fuera de la
jaula!
servicio, ilustrando su conversación
con amplios y concluyentes ejemplos.
"Pues mi criada..." "Pues la cocinera..." "Pues nuestra doncella...", etcétera, etc.
Ni la novia ni el novio deben asistir a esta entrevista, sino que, encerrados en la habitación contigua, disimularán jugando al ajedrez, y al
acabar una partida deberán empezar
otra o hacer astillas el tablero.
A las dos horas de charla, el padre
del novio puede ya dejarse caer preguntando al padre de la novia:
—¿Y usted qué capital tiene?
—¿Yo? Capital de .provincia.
-—•¿Cómo?
—Quiero decir que no es muy
grande.
—Pero ¿tiene usted más de 50.000
duros?
¡Lo ve usted!..
volverá a hacerse repetir la cifra a
que asciende el capital de la novia y,
por fin, murmurará, como un arroyo,
campechano y jovial:
—En fin... ¿qué día uncimos a los
chicos?
•—Yo creo que para la primavera
—responderá el padre.
— ¡Qué disparate, Hipólito!—terciará la madre—. Es mejor de cara al
verano.
•—En verano se suda un horror.
.—Pero así aprovechan el verano
para el viaje de novios.
—Bueno, pues cara al verano
aprobará Piedrahita—. ¿La alcoba
la pone mi hijo?
—Sí, eso, sí.
•—Entonces le advertiré que mi Manolo (el nombre del novio) está que
se monda por su Luisita (nombre de
la novia).
—¿Sí? ¡Hay que ver! (Asombro en
la familia de la novia./
La madre dirá, sonriendo:
—Algo de eso me figuraba yo, porque llevo diez años acompañándoles
al cine y ellos nunca compraban más
que una butaca para los dos.
Y desde este momento la conversación girará alrededor de las películas
americanas.
—Da gusto—sentenciará la madre
de la novia, mirando al padre del novio—ver esos muchachos que se casan
en las películas. Todos tienen los padres millonarios...
El padre del novio toserá y pasará
a decir que la guerra de África ha
concluido ya definitivamente. Luego
. ¿Ha visto usted pasar un hombre corriendo?
—¿Qué señas tiene, pequeño?
. Carrera de San Jerónimo, 32, segundo izquierda.
—Que la ponga Arnau, que tiene
mucho gusto.
—Bueno; pero es mi hijo quien la
paga, ¿no?
—Sí, claro; es la costumbre.
—¿Y los trajes de la novia también?
—También. Y la cocina, el despacho, el salón, el recibimiento, «1 ropero y el cuarto de baño.
—¿Y su hija qué lleva?
—Mi hija lleva tres años dando
clase de inglés.
—¿Sabrá mucho, ya?
—Sí. Ya sabe pedir carne asada.
—Entonces ¿estamos de acuerdo?
—De acuerdo.
—'Pues que entren los chicos.
Se llamará a los novios, que abandonarán la partida de ajedrez, y cambiarán los regalos respectivos. El, una
pulsera; ella, una vista panorámica
de Santa Cruz de Tenerife.
Entonces se abrirá el gramófono,
se pondrá un disco y se organizará
el baile. Bajarán unas muchachas del
piso de arriba, que felicitarán a la
novia, y luego se retirarán a un rincón a decir de ella que es una cursi
y a añadir que el novio tiene cara
de pisapapeles.
La fiesta continuará en medio da
la mayor cordialidad hasta la hora de
la comida.
Dos meses después el matrimonio
se celebrará con gran pompa, a no
ser que el novio pertenezca a la especie de los que se acobardan en el
último momento, caso bastante frecuente, y razón por la cual hay tantos
jóvenes que emigran con lo puesto a
la Argentina.
Enrique JARDIEL PONCELA
GUTIER
12
PÁGINA
POR [EL
DE
C O N D E [ENR
LAS COSAS DESAGRADABLES QU»
SE HAN DICHO DE LOS HOJÍBBES
Hoy, queridísimas lectoras, empuño
la pluma exclusivamente para defenderos. Estoy harto ya de leer por todas partes máximas y frases célebres
que se han escrito para molestaros
y zaheriros, y ha sonado ya, en el
Longines de la justicia, la hora de
que alguien os vengue, publicando
aquellas frases célebres y aquellas
máximas que zahieren y molestan a
los hombres.
Sé que no me lo vais a agradecer,
porque sois ligeras e inconsútiles como plumillas de miraguano; pero no
me importa. Al hacerlo cumplo con
mi deber y cobro en GUTIÉRREZ, y
esto me basta. Soy un idealista.
COSAS DESAGRADABLES
PAPA LOS HOMBRES
Un hombre es lo mismo que dos
hombres. Dos hombres es lo mismo
que cinco hombres. Cinco hombres
es lo mismo que cien hombres. Cien
hombres es lo mismo que un rchaño
de camellos.—Madame de Sevlgné.
(Bbad3QBe>
INCOMPATIBILIDADES
jCómo! ¿Pero aprendes ahora el violoncelo en vez del fagot?
—Sí; así puedo bostezar cuando es muy aburrida la música.
Cásate, mujer. ¿Por qué no lias de
casarte? ¿No ves que las hay que se
quedan viudas?—Aspasia.
El hombre es igual que el ciprés:
una cosa larga y estrecha, que acá.
ba siempre por ponernos tristes.—
Paulina Bonaparte.
Los hombres pequeñitos tardan en
enamorarnos; pero cuando te nos
meten en el corazón, no les echamos
de alli ni recurriendo o la pulanquota; y es que los hombres pequeñitos
son microbios del tifus, con corbata.
Princesa Lamballe.
Conviene sacarle dinero al 7i.ombre, porque si no, fatalmente, nos lo
saca él a nosotras.—Jorge Sand.
• * *
El abogado,—Bueno. Usted lo que desea es que yo le exponga mi honrada
opinión. ¿Verdad?
El cliente.—¡No, no! Yo quiero su consejo profesional.
Si quieres hacer sufrir a un hombre elogia a otro delante de él.—
Carolina Invernizzio.
;
13
EZ
LA
MUJER
CO D I B O R S A L I N O
Los nombres son como las bombas: cuando menos lo esperas, ta explotan.—C&rlota Corday.
* **
Cuando veas o un hombre llorar,
cómprate un impermeable.—Cajera de
los Almacenes Rodríguez.
* **
8i quieres ver huir al galanteador
callejero, hazle cara. Y si, aun así,
no huye, entonces, deshazle la cara
de un puñetazo.—Gabriela Mi3tral.
* **
.No ames nunca a los hombres de
talento: son peligrosísimos. Y no hagas la tontería de amar a un hombre que no tenga talento, porque esos
son un asquito.—Concepción Arenal.
* **
No cometas la torpeza de enamorarte de un hombre que lleve lentes. Piensa en que el cristal es un
aislador.—Margarita Gautier.
* **
Observa si el elegido de tu corazón
tiene buen pulso. Si tiene mal pulso,
no te cases con él con sesenta duros
de sueldo, pues un hombre que tiene mal pulso, no puede hacer equilibrios.—Miss Barnum.
* **
El hombre corriente se parece tanto al hombre genial, que hay mvjeres que creen casarse con un ii,cmore corriente, y luego comprenden
que se han casado con un idiota.—•
Emperatriz Eugenia.
* **
Los hombres se dividen en dos clases: los que llevan bastón y los que
no llevan bastón. Estos últimos, a
veces, se llaman Guillermo.—Catalino de Médicis.
* • *
Dicen que & hombre pertenece al
sexo fuerte... Tonterías. TU coge
una silla, atízale con ella en la cabeza, V Va ver&s si n0 corrí..—Brunequilda.
* **
Después de todo, ¿qué son la mayoría de Jos hombres? Vna cabeza,
dos brazos, dos piernas y un sueldo
del Estado, y lo único que merece
la pena es esto último.
Por la inserción,
Con dc
Enrico di BORSALINO
Francheta, el barbero de Sedavi...
conservaba la tradicional costumbre
de poner la naez...
que abulta la mejilla del diente
y facilita la operación de afeitar...
—¡Ay! exclamó una vez el asiduo
Colán . ¡Me he tragado la nup ¡
••• Y "Francheta" contestó sin inmutarse: —No se apure que ya me
la devolverá mañana. Hoy precisamente me la ha traído el tío "Chimo".
GUTIÉRREZ
14
—Juan me ha pedido
cincuenta duros prestados.
¿Cree usted que es hombre
•solvente, a quien se le
pueda prestar esa suma?
—Sí..., tomando algunas
garantías.
—¿Y qué garantías me
aconseja usted que tome?
—Una cadena con candado, unas esposas y un
perro policía.
El discípulo.—Un profesor.
* * *
—Las mujeres son tontas. Yo sólo he conocido
una que no lo fuese.
—¿Y por qué no te casaste con ella?
—Porque ella no quiso.
—¿Por qué pones esa
cara de enfadado cuando
•entra tu mujer en el
cuarto?
El profesor.—¿Cómo lia.
—Porque el médico la
unamos a una persona que ha mandado viajar, y si
se pasa todo el día ha- pongo cara de contento no
Mando f
se marcha.
--Desengáñese usted, D. Liborio. Estamos hechos de
nada...
—-No tanto, D. Paco, no tanto. Estamos hechos con
un trozo de papel y un poco de tinta china.
La señora.—Deseo que
me enseñe usted algunas
corbatas para caballero.
El conterciante. — Muy
bien, señora... ¿Para su
marido..., o la quiere us.
ted de mejor clase?
lar los lapiceros con mis
navajas de afeitar, etcétera, etc., empecé a comprender las ventajas de la
república.
Un joven (en la librería).—Yo querría un libro interesante..., algo profundo...
El librero.—Muy bien...
Precisamente tengo aquí
éste: "20.000 leguas de
viaje submarino".
—Que lia ido a un saldo
de cosas baratas, se le ha
ocurrido quitarse su sombrero nuevo y se lo lian
vendido por. dos chelines.
•—¿Qué la ha ocurrido a
tu mujer que está tan malhumorada?
—Una cosa muy graciosa.
—¿Qué?
* * *
\
Papá, he recibido una carta de un joven pidiéndome
relaciones amorosas. ¿Me permites que la conteste?
El padre, usurero.—¿Te ha incluido sello para la
respuesta?
Ella (lamentándose).—
¡Y pensar que antes me
llamabas siempre "Reina
mía"...!
El.—Sí..., pero cuando
la reina empezó a fumárseme los cigarrillos, a afi-
El profesor.'—Descríbeme lo que es un hipócrita.
El alumno. — Un niño
que va al colegio sonriente.
GUTIÉRREZ
15
-Aseguro a usted, señora, que se lleva los más auténticos zapatos Luis XV.
-¿Luis XV con estos tacones tan pequeños?
-Ah, pero ¿usted cree que Luis XV no desgastaba nunca los tacones?
NIÑOS:
LEED
macaco
!6
GUTIÉRREZ
LAS EMOCIONAN-
PARA
TES
LAS
LECTURAS
{Melodrama en tres jornadas, que recomiendo mucho a las vendedoras de
lechugas de veintidós años, que sean
honradas y profundamente solteras.
Para que la narración surta mayor
efecto, esto se debe leer un sábado
por la noche, que haga to-'menta,
sentada al calor de un brasero que
tenga tufo, como el encargado de un
columpio de verbena. Si no hay tormenta, se le debe rogar a un amigo
que se meta en una habitación próxima y sople con la boca y mueva
mucho los muebles, imitando el ruido de la ventisca y los truenos. 8i el
amigo se niega, se insiste, y si se
sigue negando, entonces, lo que se
debe hacer es pegarle un tiro. Es lo
que yo aconsejo en estos horrorosos
casos.)
PRIMERA JORNADA
Las maldades del conde.
ACTO I.
La escena representa el interior de
una bohardilla miserable, aunque
debía representar una casa de automóviles, que da mucho más dinero.
Sentada en una pobre silla, Berta
medita. Es una muchacha de diez y
nueve años, bellísima y rubia, aunque las manos heladas e implacables de Ja miseria, hayan marchitado tempranamente las rosas jóvenes
de sus mejillas.
La acción en París, en 1854. Octubre.
tille, en París, me ha parecido que
ser huérfana haría mucho más bonito, y por eso he despenado a mis
beatíficos padres. ¡Oh, qué dolor! Pero ahora lo siento, porque estoy en
la mayor miseria. Hace doce días que
no pruebo bocado, y estoy que me dan
vahídos. Sin embargo, si yo quisiera, no me faltaría ni un bote de mermelada. El dueño de esta casa, el
conde de Fointenebleu, me requiere
de amores. Pero yo soy una joven
decente y él es casado, y tiene una
hermosa nena, de un mes, que se
llama Alicia. ¡Y antes que perder la
honra, soy capaz de todo! ¡Oh, qué
noche mas fría hace! ¡Estoy helada!
¡Oh, sí! ¡Helada!
TODAS
EDADES
verlos caer por delante de tu ventana, sentirás más frío y más hambre, y no tendrás más remedio que
entregarte a mí. Todas las muchachas huérfanas, cuando nieva, se entregan a los condes repugnantes. (Sigue arrojando papelitos durante t^cs
horas largas, mientras una sonrisa
sarcástica se dibuja en su rostro.)
ACTO III.
La misma decoración del acto
primero.
BERTA.—¡Oh, cuan nieva! ¡Hace
tres horas que caen menudos copos
de nieve sobre París! Tengo hambre y frío. Si sigue nevando, no voy
ACTO II.
a tener más remedio que escuchar al
conde. (Suenan unos golpes en la
Una terraza, que hay encima de la puerta.) ¡Adelante! Debe ser el de
ventana de Berta. En ella, el conde El Heraldo. (Se abre la puerta y
de Fointenebleu, saca papelitos blan- entra el conde de Fointenebleu,.) ¡Oh,
cos de un cartucho y los arroja por sois vos, señor conde!
delante de la ventana de la desdiEL CONDE.—Sí, yo, Berta. Os amo.
chada joven.
Soy rico, y a una indicación vuestra
EL CONDE.—¡Ah, infeliz! Crees que nada podrá faltaros. Sed mía. Os
no vas a caer en mis brazos; pero conviene. Además, está nevando y
sois huérfana. ¡Corresponded a mi
amor!
BEBTA.— ¡Oh, no! ¡Es imposible!
Desde que vos estáis aquí, lia dejado de nevar. Así es imposible que yo
caiga. Siempre que venís cesa la
nieve.
EL CONDE.—¡Maldición! ¡Es verdad! ¡No había caído en ello!
(Sube a la terraza, en donde se pasa
un año inventando un apanto, que
BERTA.—¡Oh, cuan sufro! lAhora
deja caer mecánicamente los papeliestoy arrepentida de haber matado
tos blancos. Cuando el aparato mara mis honrados padres! Pero es que,
como me llamo Berta de Sérignan, cuan te engañas. Yo soy astuto y psi- cha a la perfección, lo patenta, y
y es octubre, y vivo en una modes- cólogo, y estos papelitos blancos imi- vuelve a bajar a la inmunda habitísima bohardilla de la calle de Tour- tarán la nieve a la perfección. Tú, al tación de Berta.) ¿Ves? ¿Sigue ne-
GUTIÉRREZ
17
vando! No tienes más remedio que
acceder a mis súplicas.
BERTA.— ¡Es verdad! ¡No tengo
más remedio! ¡Qué se le va a nácar!
(Cae en brazos del conde.)
E L CONDE.— ¡Al fin, mía!
SEGUNDA JORNADA
Veinte años
después.
ACTO I.
La escena representa la verja del jar.
din, en la finca del cunda de Foin-
ROBERTO.—Sí; es cierto. Gracias a
mi honrado trabajo soy ingeniero ae
Caminos, Canales y Puertos. Mas
bien, Alicia: han pasado sinco minutos, y, si no estoy equivocado, ahora os corresponde a vos preguntarme
si os amo.
ALICIA.—Tenéis razón. ¿Me amáis,
Roberto?
ROBERTO.—Si, Alicia. Mi cavifto es
cierto, como es cierto que soy ingeniero de Caminos, Canales y Puertos,
gracias a mi honrado trabajo. (Están así durante diez y seis cuartos
de hora, y, cuando ha pasado ese
tiempo, Roberto se despide, y se va
muy contento a comprar dátiles.)
ACTO I I .
Despacho en la finca del conde
de Fointenebleu.
tenebleu, en Belleville. Su hija Alicia, preciosa joven de veintiún años,
habla con Roberto, guapo mozo de
veinte, que es ingeniero de Caminos,
Canales y Puertos.
ALICIA.—¿Me amáis, Roberto?
ROBERTO.—Sí, Alicia. Os amo con
ceguera. Mi pobre madre murió al
darme a luz, y yo, que nací « i la
mayor pobreza, hoy soy un notable
ingeniero <ie Caminos, Canales y
puertos, gracias a mi honrado trabajo. No conocí a mi padre, ni sé
quién es. Pero le odio sin conocerle,
pues él perdió a mi pobre madre, un
día de nieve.
ALICIA.—Desechad recuerdos tristes, Roberto. Pensemos sólo en nuestra felicidad, y ahora preguntadme
s i os amo, puesto que a vos os toca
nuevamente.
ROBERTO.—Es verdad. ¿Me amáis,
Alicia?
ALICIA.
S Í , Roberto; os amo con
delirio y ardo en deseos de ser vuestra esposa y de comprarme una pianola.
ROBERTO.—¿Creéis que vuestro padre, el conde, no se opondrá?
ALICIA.—No. Mi padre os bueno,
cual muslo de pollo, y n o dirá ni pío,
•ni Mussolini. Soy BU hija única, y
solamente hace lo que yo deseo y pitillos. Además, vos sois ingeniero de
Caminos, Canales y Puertos, gracias
a vuestro honrado trabajo.
EL CONDE.—¡Oh, Dios mío! Mi hija Alicia ama a Roberto, el fruto de
mis amores con Berta, que, gracias
a su honrado trabajo, es ingeniero
de Caminos, Canales y Puertos. ¡Qué
monstruosidad! ¡Son hermanos, y yo
debo deshacer este horrible amorr
¿Qué haré, Dios mío? ¡Ah, qué idea!
¡Emsparedaré a Alicia! ¡Es el único
medio que se me ocurre para que
se olviden esos desdichados! {Empareda a Alicia en la despensa, y
después se tumba en una hamaca a
leer el capitulo tercero del Quijota.)
ACTO III.
TERCERA JORNADA.
Cinco años después.
La escena representa
Sena.
vna orilla del
ROBERTO.—Soy desgraciado desde
que me falta el amor de Alicia. Soy
ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, es verdad. ¿Pero qué puedo yo
hacer sin su amor? Me tiraió a este
hermoso río.
EL
CONDE.
(Apareciendo
con
un
rollo de papel en la mano.) — ¡No:
¡No os tiréis! Yo emparedé a Alicia,
porque creía que era vuestra hermana. Pero no es vuestra hermana. Mi
mujer, al morir, me ha confesado
que me engañó, y que Alicia no es
hija mía, sino del jefe de estación
de SaLnt-Denis. Así es que podéis
casaros con ella.
ROBERTO.—No entiendo nada de lo
que me decís, pero quiero ver a Alicia. ¿No estaba emparedada?
E L CONDE.—Sí, pero la he desemparedado y aquí la traigo. (Desenrolla el papel que trae y saca dos metros de carne extraplana.) Está algo
aplastada, pero no importa. Ahora
no tienes más que hacer un agujerito
en un extremo y llenarla de oxígeno.
En seguida se volverá, a hiñen ar y
podéis casaros.
ROBERTO.-—Es vrdad. (Llena de
oxígeno a Alicia, y cuando n*tá inflada se casan y son felices. Lo único molesto es que Roberto tiene que
llevarla siempre atada por un cardeUto, porque si no, se eleva. Pero par
Í
La puerta del jardín, en la ¡inca
del conde de Fointenebleu.
ROBEETO.—¿Está
cia?
la señorita Ali-
MARGARITA. (Criada de la casa.)—
Sí, señor. Está, pero no puc-de verse.
La ha emparedado el señor anoche.
ROBERTO.—¿Y cómo ha sido eso?
MARGARITA.—Pues ya veis, señorito. Que le dio al señor por ahí.
ROBERTO.—Bueno. Pues entonces,
nada. Adiós y muchas gracias.
MARGARITA.—Adiós. ¿No decís nin-
guna bella frase?
ROBERTO—¡Ah, sí! ¡Qué desesperadon! ¡Han deshecho mi vida, pero
yo me vengaré de ese desnaturalizado padre!
MARGARITA. — Bueno, pues hasta
otro rato.
ROBERTO.—Adiós, muy buenas.
lo demás lo pasan muy bien, pues
Roberto, además de tener una bella
mujer, tiene una cometa. Y esto
siempre resulta muy divertido en las
giras campestres al Bois de Boulogne.)
Miguel SANTOS
(Ilustraciones de Mihura.)
GUTIÉRREZ
18
ESPECTÁCULOS AL AIRE LIBRE
U N
N U E V O
Ustedes perdonen que no les hayamos dicho antes que se ha inaugurado
en las afueras, a mano derecha, un
hermoso circo de verano. Ya, verdaderamente publicamos esto por aprovechar la foto, porque el circo so ha
cerrado a causa del calor y, por lo
tanto, es difícil que lo vean ustedes,
a no ser que hayan pasado cerca días
atrás y hayan entrado. Ya lo dice un
antiguo refrán castellano: "Más vale
llegar a tiempo que ciento volando."
Pues, sí, señores; como les iba diciendo, se inauguró el circo de verano allí en los primeros días de la
primavera, y había tanta aglomeración en las taquillas para sacar las
entradas, que sólo lo consiguió <%1 espectador que se ve en la roto sentado
en tercera fila de pista.
Los demás tuvieron que marcharse
después de formar cola durante más
de cuatro horas, desesperados por no
poder presenciar el magno acontecimiento.
Verdaderamente el espectáculo bien
merecía la pena, pero lo que se dice
C I R C O
D E
una pena grandísima de ver trabajar
a los pobres artistas sin gabán.
El espectador les arrojó bastantes
terrones de azúcar como premio a su
trabajo.
De todo el programa se distinguió
la pareja de bailes clásicos Whisky
and Soda, que interpretó un chotis
con la mayor perfección.
La emoción estuvo a cargo del número los Martinezz, cuyo sensacional
trabajo llenó de angustia el pecho del
espectador. Consta de un trapecista
y un funámbulo. Este último es, sobre todo, una notabilidad, y trabaja
a más de 600 metros sobre el nivel
del mar, sin marearse ni nada. Puede decirse que va por la cuerda floja
como si fuese por el suelo, con una
seguridad asombrosa. La foto reproduce el momento más emocionante de
su arriesgado trabajo. El espectador
aplaudió unánimemente a los notables artistas.
También es digno de mención el
domador que presenta una gallina
amaestrada que pone huevos a la vista del público.
Fotouun*Ki<t<.(nijo>
V E R A N O
Al llegar el descanso, el espectador
dijo que se le había olvidado la gabardina y empezaba a chispear, así
que se despidió de todos elogiando
mucho su trabajo, y les dejó su tarjeta por si otra vez vuelven a Madrid y le quieren avisar. El director
le convidó a café y le quiso regalar
una cría de elefante para los niños,
pero no quiso aceptarlo porque sería
abusar.
Otro de los motivos que han obligado, al parecer, a la Empresa a cerrar el circo, ha sido que como casi
todo él está formado por troncos de
árbol, con las frecuentes lluvias de
los días pasados empezaron a florecer y quedó convertido aquello en una
sucursal de la Chopera, y los espectadores hubiesen tenido que presenciar la función subidos en las ramas.
Gracias a que aunque hayan perdido dinero con el circo, han ganado
más de cincuenta reales con la leña
que han vendido.
El circo salió el lunes para Bucarest, donde piensa dar una función.
Le auguramos otro éxito.
GUTIÉRREZ
EL
19
- ANTIGUO DOMADOR DE LEONES SE HACE DENTISTA
HISTORIETA POR L Ó P E Z
RUBIO
GUTIÉRREZ
20
Comensales que en total han asistido a estos banquetes, 904.
Adhesiones, 4.183.927.
Artículos deglutidos.
Azufre para tortillas
80 kilos.
Gambas
45 —
Bicarbonato
193 —
Petróleo para mayonesas. 10 litros.
Rodajitas de sombrero
v i e j o , para ternera
asada
32 kilos.
Arroz para paellas
20 —
Pantalones de s o 1 d ado
de Infantería, para pimientos
1 —
Pollos (sin pechuga ni
muslos)
4—
Cola de pescado p a r a
flan
10 —
Almidón helado
9 —
Sidra
12 litros.
Muertes producidas por los banquetes.
Inanición
Botellazos
Emoción por los dicursos
Indigestión
118
3
11
1
En suma, el éxito del libro está
descontado.
Felicitamos al notable anuariólogo,
y proponemos que se le obsequie con
un banquete, en el cual se pongan
de manifiesto las muchas simpatías
con que cuenta el Sr. De la Sierra.
MENDA
—¿Y no tiene usted una marinera menos Brande?
i—No; pero puede usted traerme un niño más pequeño.
Crliico.
BIBLIOGRAFÍA
(En esta sección daremos cuenta de los libros cayos autores nos remitan
cien ejemplares.)
ANUARIO
GASTRONÓMICO.—Con
este
título ha comenzado a publicarse un
originalísimo "Anuario", que se publicará todos los años, y del que es
autor nuestro distinguido amigo aon
Ascanio F . de la Sierra.
Este señor ha consumido toda su
fortuna en tarjetas para asistir a los
banquetes, y ahora, para ir tirando,
se le ha ocurrido publicar este
•"Anuario", que no es más que una
estadística de los homenajes gastronómicos celebrados durante el año.
De los datos reunidos por el señor De la Sierra, resulta que, durant e la temporada oficial de banquetes
(septiembre, 927-junio, 928), se han
celebrado en Madrid los siguientes,
según detalle:
A empleados que han ascendido a jefes
302
A jefes jubilados
1
A empresarios
83
A tiples guapas
6
A abogados
19
A criminales
104
A señores, por llevar bien sacada la raya del pantalón
35
ídem id., por sacar un billete
kilométrico
68
Diversos
90
TOTAL
708
—¿Usted quiere saber si su mujer le engaña?
—No; eso ya lo sé. Lo que deseo
averiguar es dónde hay un cuarto
desalquilado.
21
a tiro
de í usil
—Mozo, tráigame usted otro café.
Hay una mosca dentro y se lo ha
bebido todo.
Dimanche Musiré, Paris.
—Ya ve usted, señora. Mi padre me dijo que me daba veinte mil
duros si renunciaba a ser artista.
¿Y qué ha hecho usted del dinero?
Exceisior, París.
"LA FORTUNA", S. A,—MADRID
Los chocolates
de "La Fortuna"
gustan a todos,
sin duda alguna.
—¿Cómo es posible que seas tan
afortunado cuando juegas a las cartas y tan desgraciado cuando juegas en las carreras?
-—Hija, es más fácil para mí escamotear una carta que escamotear
un caballo.
1/ Travaso, Roma.
NUNCA CONTENTO
—Esto es insoportable: en cuanto
salgo a la calle se me quedan los
pies helados y en cuanto entro en
m i casa empieza mi mujer a calentarme las orejas.
Dimanche lllustré, París.'
UNA SOLUCIÓN ELEGANTE
— ¿Habéis cambiado los muebles de sitio?
—Sí. En tanto no encontramos otro piso, iios hacemos así la ilusión ,d.e habernos mudado ya.
he lilre, París.
GUTIÉRREZ
22
ASOMBRO
—Lo que yo admiro más no es
que descubran las estrellas, sino que
averigüen sus nombres.
Dimanche ¡Ilustré, París.
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Nuestro ilustre Jefe, en la oficina,
se aburre. Fuma sin cesar, hace pajaritas de papel, liaWa de política
exterior con el personal a sus ordenes.», y aún le Bobra tiempo para
Inventar nuevos concursos que trai.
gan de cabeza a nuestros caros lectores.
GUTIÉRREZ, que es un lonnidable
tirador en forma que tal que no deja
una bombilla sana en los puestos de
las verbenas, y que es capaz de dar
al océano Pacifico si apunta al
océano Indico, ha compuesto el tiro
al blanco que aquí reproducimos. Su
impacto esta, ¡no faltaba mas!, en
uno de los espacios señalados en el
DE
" G U T I É R R E Z
liquido regenerador (aquí no reparamos en adjetivos), hay doce let
que, debidamente combinadas, ' d:
CIENTO CINCUENTA PESETAS por resultado el nombre y apellido
SI son varios los lectores qne coin- de un matador de toros conocido.
A llenar, pues, el cupón correscidan en el mismo espado qne nuestro Ilustre Jefe, se sortearán entre pondiente, inserto también en esta
ellos las ciento cincuenta pesetas número, y a remitirlo, por correo.
mencionadas.
Para ello no hay más que recor.
tar el blanco, señalar con la pluma
un punto en él y remitírnoslo con
el cupón Inserto.
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nosotros depositamos el blanco con
el impacto de GUTIÉRREZ en poder
del notario de esta Corte D. José
Toral Sagrista, Alcalá, 12, bajo so
bre cerrado.
espacio que GUTIÉRREZ, éste le obsequiará con
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Vicente, 20, Madrid.
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Que los lectores afinen su puntería,
y el que acierte a señalar el mismo
SEGUNDO
Mas fácil todavía. Ved ese fraseo
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CIEN PESETAS
Vamos a un asilo, como dos y dos
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