RENACIMIENTO DE LA ARMADA (1942-1970) que debe cumplir todo Infante de Marina en los grados de marinero, cabo primero y sargento primero respectivamente para ascender al inmediato grado superior. El 12 de noviembre de 1966, fecha de creación del Cuerpo de Infantería de Marina se efectúa también la entrega del Pabellón Nacional y Estandarte, los que son renovados en el año de 1978 siendo confeccionados en el Instituto María José de las Madres del Buen Pastor en la ciudad de Guayaquil, cuando ejercía las funciones de comandante el capitán de corbeta-IM Octavio Yépez Sandoval. El suboficial primero-IM Julio Benítez, siendo designado, condecora (abajo) al Dr. José María Velasco Ibarra, presidente de la República. 1971. Foto tomada del libro “Cuerpo de Infantería de Marina, Relatos y Memorias Gráficas” (Inhima). En enero de 1981, bajo el comando accidental del capitán de corbeta-IM Julio Buitrón Erazo, al Cuerpo de Infantería de Marina le corresponde demostrar su valor, coraje y preparación defendiendo la soberanía nacional en la Cordillera de “El Cóndor”, y, como resultado de este enfrentamiento bélico se le confiere según Decreto No 1161 la condecoración “Cruz al Mérito de Guerra” en el grado de “Gran Cruz” al pabellón del Cuerpo de Infantería de Marina el 22 de mayo de 1981, la misma que fue impuesta por el presidente constitucional de la República doctor Jaime Roldós Aguilera el 24 de mayo de 1981, siendo comandante el capitán de fragataEM Arturo Ramírez Gómez de la Torre. Comandos del Cuerpo de Infantería de Marina. Foto tomada del libro “Cuerpo de Infantería de Marina, Relatos y Memorias Gráficas” (Inhima). El 12 de noviembre de 1989, nuevamente son renovados el Pabellón Nacional y el Estandarte del Cuinma, los mismos que son donados y entregados por las señoras Clementina Triviño de Unda y Nancy Rivera de Landázuri, esposas de los señores almirante Hugo Unda Aguirre, comandante general de Marina y vicealmirante Rubén Landázuri Zambrano, jefe de Operaciones Navales, respectivamente. Creció con el apoyo de muchos, triunfó gracias al espíritu de sus oficiales y tripulantes; con el aporte y las preocupaciones de algunos oficiales del mando naval que impulsaron la idea cuando fue preciso, convencidos por las lecciones y acciones de hombres y unidades 263