roer ni pascer las hortalizas, ni aun tanpoco personas puedan entrar á hurtar: luego diremos de las maneras de las cerraduras. ADICIÓN. a E n este capítulo trata el a u t o r : i . ° del objeto de la huerta: 2. de la elección del paraje para hacerla; y 3 . de la calidad de la tierra que mas conviene. P o r huerta se entiende un terreno que está destinado á p r o d u cir toda especie de hortalizas y legumbres, que se labra con el a z a dón ó la l a y a , que está ocupado en todos tiempos y estaciones d e l año con varias especies de plantas que van sucediéndose unas á otras, sin dejar holgar ó descansar la tierra. Cultívanse en casi todas las huertas muchas especies de árboles frutales que se ponen á los lados de las calles ó pasos que se dejan para el tránsito de las g e n tes, y también en lo interior de los c u a d r o s , plantándolos r e g u l a r mente por líneas ó hileras, y con algún orden y simetría á las d i s tancias correspondientes. E l cultivo de las huertas es m u y costoso; pero al mismo tiempo es también el mas útil y p r o d u c t i v o ; por lo que se debe atender con el m a y o r esmero p o s i b l e , sin omitir gastos ni cuidados para conseguir cosechas abundantes y escogidas que rindan el m a y o r ínteres posible, y unas ganancias proporcionadas al dinero y trabajo que se emplee en él. Son muchas las ventajas de una huerta aaemas de su considerable p r o d u c t o , pues al mismo tiempo que nos abastece diariamente de las verduras y frutas que necesitamos para nuestro alimento y r e g a l o , nos sirve de recreo y nos proporciona las mas agradables diversiones, presentándonos reunidas y cultivadas en un mismo recinto, y en todas las estaciones del año (aun en las mas rigorosas y que parecen mas contrarias á la vejetacion), una infinidad de producciones diversas, y dones y frutos siempre n u e v o s , delicados y esquisitos, que forman en parte las delicias de nuestras comidas y banquetes. P o r manera, que una h u e r ta se puede considerar como un grande almacén de alimentos sabrosos y escogidos, que incesantemente se suceden unos á o t r o s , y se reproducen en todos tiempos con abundancia, y varían con arreglo á los diferentes climas y estaciones. E s tan inmenso el consumo que se hace indistintamente p o r toda clase de personas de las hortalizas, ensaladas, l e g u m b r e s , frutas y demás especies de plantas que se cultivan en las huertas, que se pueden considerar como alimento de primera necesidad, y c o m o uno de los principales recursos de nuestra subsistencia. 0 A pesar de cuanto se ha escrito sobre hortalizas, y de ser este uno de los ramos de la jardinería á que se han dedicado con p r e -