Iglesia de Convertidos a Cristo 1 Pastor: Arq. José R. Mallén Malla

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AZAZEL
En el día de la Expiación
Levítico 16
Aquí tenemos la institución anual más solemne establecida por
Dios para su pueblo. No solamente es la institución más solemne, sino que
es una las instituciones de la ley ceremonial que más significado tiene
con respecto a ilustrarnos la obra redentora y justificadora de Cristo a
favor del hombre pecador.
Hebreos 9:6-7 apunta a este día y a la ceremonia que había que
hacer en favor del pecador cuando dice: “Y así dispuestas estas cosas,
en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente
para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo
sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por
los pecados de ignorancia del pueblo; dando el Espíritu Santo a entender
con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo,
entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Lo cual
es símbolo para el tiempo presente”...
Como podemos ver, la ofrenda para expiación por el pecado era
una ceremonia donde el sumo sacerdote tenía la responsabilidad de
tomar la ofrenda del sacrificio y llevarla al propiciatorio que estaba sobre
el arca del pacto dentro del lugar santísimo. Esto lo haría el sumo
sacerdote una vez al año luego de hacer sacrificio por su propio
pecado, tomaría la sangre de los animales y la vertería sobre la bandeja
de oro para expiar (reparar un crimen o culpa por medio de un castigo o
sacrificio de otro) el pecado del pueblo.
Es por esta causa que en Levítico se habla de Azazel y de su
compañero, pues como hemos podido apreciar, lo que ocurría en el día
de la expiación era de suma importancia para el pueblo de Israel, en
cuanto al orden y en cuanto a la representatividad de la misma
ceremonia donde estos machos cabríos intervenían.
Veamos pues la aplicación de esta imagen antiguotestamentaria
en el siguiente bosquejo.
I. AZAZEL Y LA EXPIACIÓN
II. AZAZEL Y CRISTO
III. CRISTO Y LOS CREYENTES
I. AZAZEL Y LA EXPIACIÓN
Iglesia de Convertidos a Cristo
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2
“Evangelismo”
(Lv. 16)
A.
B.
LA ORDEN DE DIOS A MOISÉS
1.
Como podemos ver en Levítico 16:1 es Jehová el que
ordena a Moisés después de la muerte de los hijos de
Aarón que pusiese en orden la entrada al tabernáculo
de reunión y estableció que nadie podía entrar en este
lugar sin que estuviese autorizado para ello.
2.
Por esto murieron los hijos de Aarón porque entraron en
el tabernáculo y ofrecieron fuego extraño, que Jehová
nunca les mandó que ofreciesen (Lv. 10:1-3). Desde
este día Jehová advirtió a Moisés y Aarón que todo
aquel que pisase el tabernáculo fuese santificado,
para que en presencia de todo el pueblo el fuese
glorificado.
3.
Asimismo declaraba ahora que cuando Aarón entrase
en el tabernáculo tendría que hacerlo con un becerro
para expiación, y un carnero para holocausto (v. 3).
Tendría que vestirse la túnica santa de lino, y sobre su
cuerpo tendría calzoncillos de lino, y se ceñiría el cinto
de lino, y se cubría con la mitra de lino. Todo esto
después de lavar su cuerpo (v. 4).
LA ORDEN DE DIOS RESPECTO AL PUEBLO
1.
Ahora Dios daba órdenes a Moisés sobre lo que Aarón
debía de hacer con respecto a la congregación de
Israel en este día de Expiación (v. 5). Ahora Aarón tenía
que tomar dos machos cabríos para expiación y un
carnero para el holocausto.
2.
Por medio del becerro de la expiación Aarón haría
reconciliación a favor de él y de su casa. Después
tomaría los dos machos cabríos para presentarlos a la
puerta del tabernáculo de reunión, echando suerte
por Jehová, y otra suerte por Azazel (vv. 6-8).
3.
Entonces aquel macho cabrío a quien cayere la suerte
de Jehová sería ofrecido en expiación (v. 9). El otro
macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por
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“Evangelismo”
Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para
hacer la reconciliación sobre él y enviarlo a Azazel al
desierto (v. 10).
C.
LA ORDEN DE DIOS RESPECTO A LOS MACHOS
CABRIOS
1.
Como hemos visto, el primer macho cabrío sería
enviado por mano de un hombre destinado para esto
(v. 21) al desierto, allí lo soltaría para que llevara sobre
sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y
dejará ir al macho cabrío por el desierto.
2.
El otro macho cabrío en quien cayó la suerte por
Jehová será degollado en expiación por el pecado
del pueblo, y su sangre sería llevada por Aarón detrás
del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la
sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio
y delante del propiciatorio.
3.
De esta manera purificará el santuario, a causa de las
impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de
todos sus pecados; de la misma manera hará también
al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en
medio de sus impurezas.
II. AZAZEL Y CRISTO
A.
CRISTO Y LA EXPIACIÓN
1.
Ahora en el Nuevo Testamento podemos contrastar
con las enseñanzas del libro de los hebreos, donde nos
damos cuenta de la manera en que el macho cabrío
por Azazel y el macho cabrío por Jehová, se conjugan
en Cristo Jesús.
2.
Cristo es, a un mismo tiempo, el hacedor y la materia
de la expiación, porque él es Sacerdote, el sumo
sacerdote que hizo propiciación por los pecados de
todo el pueblo (He. 2:17), sabiendo que nadie podía
estar al lado del sumo sacerdote, cuando éste hacía
los sacrificios (v. 17), (Is. 63:3-6 y Ap. 14:20).
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3.
B.
C.
4
“Evangelismo”
Cristo como sumo sacerdote no solamente alcanzó la
congregación de Israel sino alcanzó además a todo el
mundo gentil (1 Jn. 2:2). Asimismo Cristo fue la víctima
del sacrificio con la que se lleva a cabo la expiación,
ya que él lo es todo en nuestra reconciliación. El fue el
tipo de los 2 machos cabríos que hacían
conjuntamente una sola ofrenda.
CRISTO Y LA JUSTIFICACIÓN
1.
Lo primero que hemos de destacar en este punto es la
significación que tienen ambos machos cabríos. El
macho cabrío degollado era tipo de Cristo muriendo
por nuestros pecados y el macho cabrío vivo era tipo
de Cristo resucitando para nuestra justificación (Ro.
4:25).
2.
Primeramente vemos que la expiación se completaba
poniendo los pecados de Israel sobre la cabeza del
macho cabrío. El pueblo merecía haber sido
abandonado y enviado a una tierra olvidada, pero
este castigo era transferido al macho cabrío que
llevaba sus pecados con referencia a lo cual leemos
que Dios cargó sobre él la iniquidad de todos nosotros
(Is. 53:6).
3.
En segundo lugar vemos que los pecados que se
enviaban por el macho cabrío que iba a Azazel, tierra
del olvido, de igual manera ahora en Cristo como
cordero de Dios quita los pecados, los echa en el
fondo del mar (Mi. 7:19) y no tiene más memoria de
ellos (He. 8:12). Por medio de la fe somos justificados
(Ro. 5:1).
CRISTO Y EL SACERDOCIO
1.
Como vimos en el principio de este punto, Cristo
también es sumo sacerdote, con la calidad de entrar
al lugar santísimo sin hacer sacrificios previos, (Hebreos
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“Evangelismo”
9:11-12) nos declara: “Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más
amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación y no por sangre
de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
2.
De esta manera podemos establecer que:
 El cielo es el verdadero Lugar Santísimo.
 Cristo es nuestro verdadero y seguro Sumo
Sacerdote.
 Cristo entró al Lugar Santísimo con su propia sangre.
 Cristo es el cordero inmolado y el cordero por
Azazel (Ap. 5:6).
3.
Como sumo sacerdote tomó el mejor de los
sacerdocios, el según el orden de Melquisedec lo cual
no fue echo sin juramento. (Hebreos 7:20-28) lo que
asegura que:
 El es el último de todos.
 Permanece para siempre.
 Puede salvar a los que por Él se acercan a Dios.
 Intercede siempre por los que salva.
 Es santo, inocente, sin macha, apartado de los
pecadores y echo mas sublime que los cielos.
 Su sacrificio fue único y para siempre.
III. CRISTO Y LOS CREYENTES
A.
TENEMOS PROPICIACIÓN POR NUESTRO PECADOS
1.
2.
Cristo es la Propiciación por nuestros pecados, porque
al tomar su sangre y entrar con ella el Lugar Santísimo
celestial, y verterla en el propiciatorio, Dios calmó su ira
(Jn. 3:36) que estaba sobre todo hombre pecador que
se apropió de este sacrificio.
De igual manera vemos que este único y perfecto
sacrificio nos hace beneficiarios de las bendiciones
que por él recibimos cuando somos propiciados por Él.
Recordemos el deseo del publicano de Lucas 18:13
cuando dice: “Mas el publicano, estando lejos, no
quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se
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“Evangelismo”
golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mi
pecador”.
3.
B.
C.
Nuestra propiciación es Cristo Jesús por siempre y para
siempre, su sacrificio nos ampara y nos cubre para que
por él podamos ser justificados y santificados. Romanos
3:25-26 dice: “…a quien Dios puso como propiciación
por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su
paciencia, los pecados pasados, con la mira de
manifestar su justicia, a fin de que él sea el justo, y el
que justifica al que es de la fe de Jesús”.
TENEMOS JUSTIFICACIÓN POR MEDIO DE SU OBRA
JUSTIFICADORA
1.
El apóstol Pablo nos dice en (Romanos 5:1-2)
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con
Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien
también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la
cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza
de la gloria de Dios”.
2.
Esto nos asegura que nuestra justicia está cubierta con
este sacrificio de Cristo Jesús. Es por esto que ningún
creyente será condenado como nos asegura el
apóstol Pablo en Romanos 8:1 cuando dice: “Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están en
Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu”.
3.
El sacrificio de Cristo, pues, ha sido para justificación al
que es de la fe de Jesús, por tanto todos los que
estamos en Cristo y hemos confiado en su gracia y
perdón estamos libres de juicio y en paz con Dios.
TENEMOS REDENCIÓN ETERNA EN CRISTO JESÚS
1.
Así como la congregación de Israel fue redimida de la
esclavitud de Egipto, los creyentes de la fe de Jesús
son redimidos de la esclavitud del pecado por el solo
sacrificio hecho en la Cruz del Calvario.
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“Evangelismo”
2.
En Hebreos 9:12 se nos dice que hemos obtenido
“Eterna redención”, así como Efesios 1:7 y Colosenses
1:14 nos aseguran que en Él tenemos redención por su
sangre, además del perdón de nuestros pecados
según las riquezas de su gracia.
3.
Es por tanto seguro que el creyente ha sido redimido y
espera el día en que reciba su herencia de redención.
“En el también vosotros, habiendo oído la palabra de
verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo
creído en el, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión adquirida, para alabanza de
su gloria” (Ef.1:13-14).
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Vamos a concluir con la lectura de 1 Corintios 1:30 cuando dice:
“Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría, JUSTIFICACIÓN, SANTIFICACIÓN Y REDENCIÓN; para que,
como está escrito: El que se gloria, gloríese en el Señor”.
AMÉN
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