7 DE ABRIL DE 1924 NACIMIENTO DE AZUCENA VILLAFLOR “MADRE DE LAS MADRES” Enarbolando dignidad sobre pueblos vencidos, abriéndose caminos entre sueño y horror, van pariendo mucha más vida de la que se truncó. Por siempre joven nos mira la foto de ayer y hoy Y mañana seguirán con fuego en los pies quemando olvido, silencio y perdón Van saltando todos los charcos del dolor que sangró, desparramando fe, las Madres del Amor. León Gieco. Azucena era una vecina de Avellaneda, donde vivía con su esposo y sus cuatro hijos. En noviembre de 1976 desaparece su hijo Néstor, que estudiaba arquitectura y militaba en la juventud peronista, y también su novia Raquel, los días que siguieron a este hecho, cuenta su hija, fue de profundo dolor y tristeza, que después revirtió ese dolor en amor, y salió a buscar a Néstor. Cuando comenzó la búsqueda de su hijo, se encontró con otras madres que estaban pasando por lo mismo, y ante las reiteradas mentiras y puertas cerradas Azucena dijo: "Individualmente no vamos a conseguir nada. ¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando vea que somos muchas, Videla tendrá que recibirnos". Así el 30 de abril de 1977, en horas de la tarde se reunieron por primera vez en Plaza de Mayo, como había impulsado Azucena Villaflor. Eran amas de casa, no sabían que estaban gestando la mayor epopeya ética de la argentina contemporánea. Catorce mujeres participaron de la primera ronda. Aquel fue el primer paso de Madres de Plaza de Mayo. "Si Azucena tenía en claro algo - decía Nora Cortiñas - era que una organización de este tipo se podía construir si se daba participación, si se hacía entre todas. En primer lugar, la idea de organizarnos y reunirnos en la Plaza fue de Azucena, pero aparte, ella era una líder natural, que no hacía esfuerzos por imponerse a los demás ni pretender liderazgos, era como una gallina que nos cobijó a todas como si fuéramos sus pollitos... hasta cobijó a quien iba a ser su secuestrador." El 10 de diciembre de 1977, las Madres publicaron una solicitada con los nombres de sus hijos desaparecidos y esa noche, Azucena Villaflor fue secuestrada por un grupo armado de su casa en Avellaneda, Buenos Aires. Azucena intentó resistir gritando y tirándose al suelo, pero los hombres fueron más fuertes y la cargaron a un coche. La metieron en "Capuchita" dentro de la ESMA, con su vestido de mangas cortas, atada y vendada. En las horas siguientes, cuentan, ella descubrió que allí había otros detenidos y les preguntó sus nombres así, cuando la dejaran libre, avisaría a sus familias. También les dio el nombre de su hijo secuestrado por si alguien sabía algo de él. Pero casi no tuvo más tiempo. Antes de que pasara una semana en cautiverio, la sacaron de allí, la subieron a un avión y la arrojaron al mar. Los cadáveres aparecieron en las playas bonaerenses, y según los médicos policiales que examinaron los cuerpos, registraron que la causa de la muerte había sido "el choque contra objetos duros desde gran altura". Los cuerpos fueron enterrados como NN en tumbas individuales .Ya en democracia, y gracias a las tareas del Equipo Argentino de Antropología Forense, sus restos fueron individualizados en tumbas de la localidad de Gral. Lavalle El 8 de julio de 2005 el juez Cattani recibió un informe donde decía que tres de los restos encontrados pertenecían a las dirigentes de las Madres de Plaza de Mayo: Azucena Villaflor de De Vincenti, Mary Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga, secuestradas entre los días 8 y 10 de diciembre de 1977 cuando integraban el grupo de la iglesia de la Santa Cruz. En Diciembre de 2005, las cenizas de Azucena Villaflor fueron enterradas en Plaza de Mayo. De la ceremonia se encargaron su hija y otros familiares de desaparecidos. Sus restos quedaron bajo azucenas blancas y claveles rojos, junto a la Pirámide de Mayo y frente a la Casa de Gobierno. "Azucena fue la mujer que nos organizó, que nos indicó, que nos convocó a la plaza, fue una mujer muy valiente; pero esencialmente lo que Azucena nos mostró fue una manera de lucha, nos mostró que la plaza era el lugar, creía en la plaza. Ella había actuado en un sindicato, tenía idea de lo que era la lucha” Hebe de Bonafini