Los Cinco Primeros Sábados ¿Tenía Jesús hermanos? Nuestro Señor nos dijo que uno de los cinco mayores pecados que ofenden el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora en nuestro tiempo es el terrible crimen de blasfemia, de hablar contra la Virginidad Perpetua de Nuestra Madre Santísima. Y a veces este pecado es cometido por personas que afirman amar a Jesús. Esas personas están engañadas, y son ciegos que están a caer dentro del pozo del Infierno debido a sus pecados. Para ayudarle a Usted, a reconocer estos pecados y a no dejarse engañar por estos falsos intérpretes de la Biblia, le damos aquí la explicación bíblica apropiada acerca de la “hermanos de Jesús”. por John Vennari Cuando Nuestra Madre Santísima pidió los Cinco Primeros Sábados de Reparación, Jesús explicó que los Cinco Primeros Sábados son en reparación de las cinco principales blasfemias contra Nuestra Señora. La segunda de estas cinco blasfemias es, precisamente, la “blasfemia contra Su Perpetua Virginidad”. Muchos protestantes y, desafortunadamente, algunos católicos modernos toman parte en esta blasfemia al afirmar que Nuestro Señor Jesucristo tenía hermanos. Según esta posición errónea, Nuestra Señora no puede ser la “Bienaventurada Siempre Virgen María”, una vez que la Biblia se refiere a los “hermanos” de Jesús. La verdad de este asunto, como los fieles católicos bien conocen, es que nuestra Madre Santísima no tuvo más hijos además de Nuestro Señor Jesucristo. Esto aun fue reconocido con toda clareza en el Siglo IV por San Jerónimo, que fue quien hizo notar que era costumbre entre los judíos llamar “hermanos” a los parientes próximos. Abrahán, por ejemplo, refiriéndose a Lot – su sobrino – dijo: “Te ruego no haya disputas entre nosotros, ni entre mis pastores y los tuyos, pues somos hermanos”. (Gen. 13:8) Mas adelante en Génesis, Labán llama “hermano” a Jacob, a pesar de Jacob era su sobrino. “Acaso porque eres hermano mío, me has de servir de balde? ” (Gen. 29:15) En el Levítico, Moisés llama “hermanos” a sus segundos primos (Nadad y Abiú) (Lev. 10:1) Se trata de referencias claras en como el término “hermano” o “hermanos”, en las Sagradas Escrituras, no significa necesariamente una fraternidad biológica. Fíjense también que, cuando la Biblia menciona Santiago, Simeón y Judas – los “hermanos” del Señor – nunca dice que estos hombres son hijos de María y José. Usa la palabra “hermanos” en sentido alargado, por ser primos o parientes próximos. Por ejemplo, Santiago el Menor, que es llamado “hermano de Nuestro Señor”, era hijo de Cleofás y de María (prima de Nuestra Señora). No era hijo de María y José. http://www.fatima.org/span/crusader/cr97/cr97pg30.pdf 1 Los protestantes, entonces, replican muchas veces lo que San Lucas dice en su Evangelio: que San José “no La conoció hasta que Ella dio la luz a Su Hijo Primogénito”. Afirman ellos que esto indica que San José y María Santísima se comportaban entre sí como un matrimonio normal, después del nacimiento de Cristo; y que, si Jesús era el Hijo Primogénito, eso indica que, después de él, otros hijos nacieron de María y José. Ahora las fórmulas “hasta” – o “hasta que” o “mientras que” – en las Sagradas Escrituras, no significan necesariamente un cambio de circunstancias después de un determinado evento se hubiese realizado. Por ejemplo, leemos en el Salmo 109: “Siéntate a mi diestra, mientras que yo pongo a tus enemigos por tarima de tus pies”. ¿Significará esto que, después de Dios Padre haber hecho de los enemigos de Dios Hijo Su tarima, ya el Hijo deja de sentarse a la mano derecha del Padre? ¡De ninguna manera! Leemos aún en el 2º Libro de Reyes, 6:23: “Por lo que Micol, hija de Saúl no tuvo hijos hasta el día de su muerte”. ¿Significará esto que la mujer dio la luz a un niño después de haber muerto? ¡Claro que no! Sabemos aún que la habitual designación judaica de primogénito era simplemente eso: el primer hijo a nacer. En Éxodo, 13:2, Nuestro Señor ordena: “Conságrame todo primogénito”. Una vez más San Jerónimo, que vemos respondiendo a los errores de los protestantes once siglos antes que Martín Lutero hubiese traicionado a la única y verdadera Iglesia de Cristo, señaló que las Sagradas Escrituras emplean frecuentemente el término “primogénito” para denotar el primer hijo de una madre, no interesando si ese hijo es seguido de otros o no. Hasta algunos comentadores protestantes reconocen que el término “primogénito”, cuando usado en las Sagradas Escrituras, no significa necesariamente “el primero de varios hijos”. Significa sólo que hubo ningún hijo antes de él. Finalmente, sabemos bien que Nuestro Señor no tenía hermanos y que nuestra Madre Santísima no tuvo ningún otro hijo biológico, por un acontecimiento central durante la Pasión de Nuestro Señor. Hace algunos años, estaba yo de visita a un matrimonio, ambos con curso superior – y Profesores en una Universidad de la Ivy League, en Pensilvania. El marido era anglicano y la esposa era judía. El anglicano comenzó a argüir que Jesús tenía hermanos, porque la Biblia se refiere a los “hermanos” del Señor. Yo le respondí con la pregunta: ¿“Si Jesús tenía hermanos, entonces, cuando Nuestro Señor estaba muriendo en la Cruz, porque entregó Él el cuidado de Su Madre a Juan – que no Le era nada – y no a uno de los alegados hermanos de Jesús? Porque el http://www.fatima.org/span/crusader/cr97/cr97pg30.pdf 2 hecho de Jesús haber entregado Su Madre al cuidado de un extraño a la familia sería algo impensable para un judío”. En este momento la mujer, judía, se levantó bruscamente, de ojos abiertos. ¡“Es verdad! – dijo ella, muy seria – “sería impensable para un hijo judío entregar el cuidado de su madre a un extraño a la familia, si él tuviese hermanos”. En efecto, hacer esto sería no sólo deshonrar a Su Madre – algo que Nuestro Señor nunca podría hacer – como también deshonrar a Sus hermanos. El haber entregado Su Madre a quien no era miembro de la familia habría violado los derechos de Sus hermanos. Por eso podemos ver claramente que nuestra Madre Santísima no tuvo ningún hijo más. “Por tanto el mismo Señor os dará la señal: Sabed que una virgen concebirá y parirá un hijo, y su nombre será Emmanuel”. (Is. 7:14) Aquí, Isaías profetizaba que una Virgen concebiría y daría a luz a un Hijo. Esto quiere decir que la Virginidad de Nuestra Señora permaneció intacta en la concepción, durante el nacimiento de Jesús y después de Su nacimiento. Nuestra Madre Santísima conservó Su santa Virginidad hasta el fin de Su vida. Esto es un dogma de la Iglesia católica, como enseña el Concilio de Letrán, en el año 649, y el Sexto Concilio Ecuménico de Constantinopla, en 680. Así, podemos apreciar mejor de qué modo las apariciones de nuestra Madre Santísima en Fátima reiteraron los dogmas-claves de nuestra Fe, especialmente aquellos dogmas que han sido atacados desde la segunda mitad del Siglo XX hasta el presente. Al pedir reparación por las “blasfemias contra Su Perpetua Virginidad” como parte de la devoción de los Cinco Primeros Sábados, Nuestra Señora una vez más Se mostró como “Vencedora de todas las herejías”. http://www.fatima.org/span/crusader/cr97/cr97pg30.pdf 3