Feria de carreras: una aguda metáfora del sistema educativo. De un lado luces, stands refulgentes, volantes como espejos de una cara, dos caras, bolsas con el nombre de la institución, globos. Alfombras en el piso, radio con locutores profesionales, cada stand: 700 pesos. Y allí: carreras de peluquería canina, nivel inicial (técnicas de baño, peinado, corte) y Nivel superior: raza por raza con seminarios de perfeccionamiento. Carreras militares, carreras de chef y de reparación de autos afectados por el granizo. .Carreras cortas cortitas y cortísimas, carreritas. Enfermería. Curso de mozo y camarera. La UCA, la UCA La Plata, formación para técnicos y profesionales. Stand donde aparecen las universidades mezcla de privadas y públicas . Los que juntaron 700 pesos pero son públicas esforzadas. Grafología, diseño con Roberto Piazza, piloto de avión, maquillaje para fiestas, marketing personal, graduado en seguridad y vigilancia, policía. pastelero profesional y barman. Esteticista profesional, nutrición y dietoterapia, vinoterapia, termalismo urbano, especialización en fangos, arcillas, lodos, algas. Profesor de educación física, curso en preparación física 1, preparación física II, musculación, natación. (Todos los datos anteriores contienen fielmente la información que los volantes nos proporcionaron) Del otro lado un cartel chueco de plástico señala: Instituciones Públicas. Sobre el piso desnudo, en una semipenumbra triste, en un espacio escaso y caluroso, se apiñan los institutos superiores que sostienen el derecho a la educación. Los viejos Normales, los institutos más importantes de formación docente, de Formación Técnica y Artística. Los más prestigiosos institutos que transmiten la cultura y forman a nuestros egresados están ubicados allí. Con volantes sencillos, sostenidos por la decisión y la voluntad de profesores, directivos y estudiantes, nos sentimos parte de esta metáfora viva que muestra la situación de los institutos públicos en desleal competencia con los sectores del lucro y el mercado. Ni la buena voluntad de los Supervisores, ni los turnos organizados para "aguantar" los tres días con presencia, logran cambiar esta desigual relación de fuerzas. Es que es el propio Estado, quien abrió las puertas de la privatización y el lucro. Es el propio Estado quien nos confina a esas sombras. En esta Feria el mercado brilla y los derechos aparecen ensombrecidos. Todo dramatiza la dinámica de nuestro sistema educativo: importa lo rápido de la carrera y lo fashion de la propuesta. Pero en el día a día escolar, en esa otra escena que los institutos construimos, aunque no sea el paraíso, aunque tengamos mucho por cambiar, en ese día a día de la educación pública es la luz la que más nos acompaña y en cambio son las sombras las que muestran la dinámica de los institutos privados. Ocurre que nuestros alumnos no son consumidores de educación sino hijos de trabajadores ejerciendo su derecho a estudiar. Por una Educación Superior Pública, Laica y Gratuita. No a la mercantilización educativa. GRUPO DE TRABAJO DEL NIVEL SUPERIOR