A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 25 de septiembre de 2013, habiéndose dispuesto en el siguiente orden establecido, Acuerdo de 2078, votación: de conformidad que deberá doctores con observarse Soria, lo el Hitters, Genoud, Negri, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de sentencia Justicia en definitiva acuerdo en la ordinario causa P. para pronunciar 101.561, "Salinas, Héctor Fabián. Recurso de casación". A N T E C E D E N T E S La Sala I del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, mediante pronunciamiento de fecha 28 de diciembre de 2006 rechazó el recurso homónimo interpuesto por la defensa contra la sentencia de la Sala I de la Excma. Cámara de Apelación en lo Criminal y Correccional del Departamento Judicial Quilmes que había condenado a Héctor Fabián Salinas a la pena de ocho años de prisión, accesorias legales y costas por resultar autor responsable del delito de homicidio simple (fs. 131/137). El señor Defensor Oficial ante el Tribunal de Casación interpuso recurso extraordinario de inaplicabi- lidad de ley a fs. 152/167, que fue concedido por esta Corte a fs. 175/176. Oída la señora Procuradora General a fs. 179/189, dictada la providencia de autos, y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: 1. Por sentencia de 25 de agosto 1995 la por entonces Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional del Departamento Judicial Quilmes condenó en juicio oral -conforme el procedimiento establecido por el Código de Procedimiento Penal, según ley 3589 y sus modificatorias- a Héctor Fabián Salinas a la pena de ocho años de prisión, accesorias legales y costas por resultar autor responsable del delito de homicidio simple, hecho ocurrido el 7 de marzo de 1992 (v. fs. 297/306 de la causa principal). Contra dicha decisión la señora Defensora Oficial departamental interpuso oportunamente el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley ante esta Corte, conforme el trámite establecido en la mencionada ley 3589 (v. fs. 308/315). El 15 de septiembre de 1995 -fs. 317- la Cámara interviniente admitió el reclamo remitiendo los autos a este Tribunal (v. fs. 319). El Procuración 20 de General mayo (fs. de 1996 321), se da produciendo vista el a la dictamen respectivo a fs. 322/323 aconsejando el rechazo del recurso interpuesto. El 15 de diciembre de 1998 se dictó la resolución obrante a fs. 327/328, ordenando la devolución de la causa a la Cámara de origen a fin de adecuar el procedimiento a las normas del nuevo Código Procesal Penal relativas al recurso de casación, con miras a consagrar una mayor amplitud recursiva para las partes. Luego de formuladas las notificaciones de rigor, el 28 de febrero de 2000, el Defensor Oficial interpuso recurso de casación (fs. 47/49 vta. del legajo de casación) mediante el que solicitó la absolución de su defendido. El 27 de junio de 2002 la Sala I del Tribunal de Casación Penal rechazó por inadmisible el recurso homónimo interpuesto, por lo cual el señor Defensor Oficial dedujo recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 93/105). Esta Corte lo declaró procedente, devolviendo los autos al Tribunal de Casación a sus efectos (v. fs. 117/118 vta.). Radicados los autos nuevamente en la Sala I del Tribunal de Casación, el 28 de diciembre de 2006 dictó sentencia rechazando el planteo defensista confirmando en todos sus términos la condena de la Cámara departamental (v. fs. 131/137). 2. Contra esta última decisión el señor Defensor ante el Tribunal de Casación interpuso el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley ahora en estudio (fs. 152/167) en el que expuso un planteo principal y otro en subsidio. En el primer supuesto, denunció violación de la doctrina legal de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en materia de alcances del recurso como garantía y la arbitrariedad del pronunciamiento atacado con cita de los precedentes "Casal" y "Martínez Areco" (fs. 156/159). En el presentado en subsidio alegó "violación del plazo razonable en el ámbito de tramitación de los recursos" (v. fs. 159/166). 3. a. En mi opinión, la pretensión del recurrente dirigida a obtener de parte del Tribunal de Casación la revisión del fallo condenatorio (conf. doct. arts. 8.2.h, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, integrantes del bloque de constitucionalidad -art. 75 inc. 22º, Constitución nacional-), debe ser acogida. El rechazo del recurso de casación fundado en la imposibilidad de revisar los hechos que tuvo por acreditados el tribunal de origen, merece el reproche que le atribuye la defensa, pues lo así decidido colisiona con el derecho de la parte a la doble instancia judicial consagrado en el bloque de constitucionalidad, que exige al tribunal revisor que realice el mayor esfuerzo posible en la fiscalización de la sentencia de condena. Resulta incompatible con aquel estándar la respuesta brindada por el órgano casatorio en relación con la índole de los agravios esgrimidos echando mano a fórmulas dogmáticas y genéricas. b. Ante el órgano casatorio el recurrente denunció arbitrariedad en la valoración de los elementos de prueba invocados. En particular, en lo tocante a la acreditación de la causa de justificación prevista en el inc. 6° del art. descargo (v. fs. 34 78 del Código vta.); o, Penal en propuesta subsidio la en su eximente relativa al exceso en el ejercicio de la defensa del art. 35 de aquél, habida cuenta que fue el propio tribunal el que aludió a que "existió una agresión que tornaba procedente una defensa, pero que ésta sobrepasó, excedió los límites necesarios para su neutralización", lo que llevaría a subsumir la conducta materia de estudio en el precepto invocado en último término (fs. 80 vta./83 vta.). Sostuvo que el tribunal del juicio realizó una errónea interpretación del material probatorio emergente de la causa "por haber prescindido sin fundamento de prueba dirimente y por haber omitido la consideración de elementos que podrían haber modificado sustancialmente la decisión adoptada, concluyéndose que la condena, entonces, sería producto de un análisis parcializado de los elementos de prueba obrantes en autos" (v. fs. 79 vta.). Se quejó, en ese punto, de la valoración efectuada respecto de los dichos testimoniales que afirman haber visto que la víctima portaba un bolso, que tenía introducida su mano en él y que aparentaba tener un arma. El recurrente refirió que ha quedado probada la agresión ilegítima e indicios fehacientes de la seriedad de la amenaza sufrida. Argumentó en tal sentido que "ante la posibilidad de que la víctima efectuara disparos con el arma que se afirma que portaba, la ‘irracionalidad’ o ‘innecesariedad’ del medio empleado no puede predicarse a partir de los disparos efectuados por Salinas; si la víctima portaba un arma de fuego, resulta poco razonable que en medio de una situación de extrema tensión se exija al justiciable seleccionar fríamente zonas no vitales del cuerpo (dando así la posibilidad a la víctima de disparar a su vez sobre mi asistido), o correr ‘cien metros’ en procura de auxilio, dando nuevamente una posibilidad cierta a la víctima de que concrete su amenaza de muerte" (fs. 80). Destacó que en forma inveterada tanto la doctrina como la jurisprudencia imperante han avalado ese criterio. También tachó de ilógica la valoración efectuada por el órgano revisor en el entendimiento que "si en definitiva el a quo reconoce la existencia de una agresión ilegítima (imprecaciones, forcejeos, peleas y amenazas), y descarta la procedencia de la justificante básicamente porque no existió peligro para la vida, y ello tornaba innecesaria la defensa a mano armada, entonces lo que el Tribunal está afirmando es que existió una agresión que tornaba procedente una defensa, pero que ésta sobrepasó, excedió los límites necesarios para su neutralización, lo que llevaría a subsumir la conducta materia de estudio en las previsiones del art. 35 del C.P., y no en las del art. 79 del mismo cuerpo legal" (fs. 83 y vta.). De tal modo -según su parecer- el sentenciante analizó parcialmente lo acontecido (sólo lo hace el voto que resultó en minoría), redundando en esa fiscalización sesgada y acotada la arbitrariedad de lo decidido. c. Sentado ello, se advierte que el Tribunal de Casación, al no abordar con la extensión debida las cuestiones planteadas por la defensa, destinadas a censurar la sentencia del tribunal oral -y respecto de las cuales estuviera en par conditio- le ha asignado un alcance restringido al recurso de casación. Pues, al invocar limitaciones a su competencia revisora, no es dable reconocer que hubiera encarado tal escrutinio del fallo de condena agotando las posibilidades de "revisar todo lo revisable". Ese obrar ha impedido el contralor amplio de la sentencia condenatoria, consecuencia lógica del «derecho al recurso» tal como lo han concebido los tribunales internacionales (conf., por todos, el fallo dictado en el caso "Herrera Interamericana Ulloa de v. Costa Derechos Rica" Humanos, por sent. de la Corte 2/VII/2004 [e/o, parágrafos 165 y 167]; conf., también, lo establecido por el Comité de Derechos Humanos de la O.N.U. en los casos "Sineiro Fernández c. España", dict. de 7/VIII/2003, párrs. 7 y 8, y "Gómez Vázquez c. España", dictamen de 20/VII/2000, párr. 11.1), en criterio ahora consolidado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación a tenor de lo resuelto en el caso "Casal" (sent. de 20/IX/2005). En función de todo ello y lo articulado en la causa, el Tribunal de Casación debe efectuar una fiscalización suficientemente abarcativa de lo resuelto en la sentencia apelada, "todo lo extensa que sea posible al máximo esfuerzo de revisión [...], conforme a las posibilidades y constancias de[l] caso particular y sin magnificar las cuestiones reservadas a la inmediación, sólo inevitables naturaleza por de imperio las cosas" de la oralidad (conf., fallo conforme "Casal" a la citado especialmente, considerandos 23º, 24º y 34º). Como lo sostuvo allí la Corte Suprema "... la inmediación no im[pide] examinar el razonamiento lógico expresado en la sentencia y el procedimiento de valoración probatoria". Pues, es revisable "todo aquello que no esté exclusivamente reservado a quienes hayan estado presentes como jueces en el juicio oral. Esto es lo único que los jueces de casación no pueden valorar, no sólo porque cancelaría el principio de publicidad, sino también porque directamente no lo conocen, o sea, que a su respecto rige un límite real de conocimiento" (cons. 24º). Obsérvese, por lo demás, que esta Suprema Corte ya ha establecido la incorrección de la doctrina sentada por el órgano casatorio relativa a considerar limitada su competencia -en la revisión de las pautas de indivi- dualización de la pena- a los supuestos de arbitrariedad o absurdo, máxime cuando su inspección aparece ceñida al control de la información de corte jurídico (aplicación del derecho; conf. doct. P. 82.539, sent. de 27/X/2004). 4. Por controvertida, articulado invalidada, al contra lo que desestimar el de como fallo correspondiendo extraordinario llevo dicho, lo hizo condenatorio hacer inaplicabilidad lugar de ley la decisión el recurso debe al ser recurso interpuesto, debiendo volver los autos a la instancia de origen a fin de que, previo expedirse sobre el punto, examine la subsistencia de la acción penal a tenor del reclamo que en subsidio plantea el recurrente vinculado a la extinción de la acción penal por la indebida dilación de este juicio. Voto por la afirmativa. Los señores jueces doctores Hitters, Genoud y Negri, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votaron también por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, oída la señora Procuradora General, se resuelve hacer lugar parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto, casar el fallo recurrido de fs. 131/137 y devolver los autos al Tribunal de Casación Penal para que dicte un nuevo pronunciamiento ajustado al presente (doct. art. 496, C.P.P.). Regístrese y notifíquese. HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS LUIS ESTEBAN GENOUD R. DANIEL MARTINEZ ASTORINO Secretario