Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
''...No tiene que ver con defensas conceptuales, ni con una especie de ideología, ni con nada.,
tiene que ver con cosas que, si vos no tenes ganas de hacerlas y te esta permitido no hacerlas, no
haces''. La frase pertenece al Indio Solari, vocalista y cabeza visible de Patricio Rey y sus
Redonditos de Ricota, uno de los fenómenos socio culturales más importantes de Argentina en la
segunda mitad del siglo xx. A esta altura ni el personaje en cuestión ni el grupo necesitan
presentación alguna, pero quien sabe..., por respeto al lector vale la aclaración.
Esas palabras , dichas así, conforman casi un escudo. Envueltas en un tono defensivo, son la
respuesta a una pregunta efectuada por un cronista de Rolling Stone que indagaba
específicamente acerca del porqué la banda se rehusaba a asistir a una sesión de fotos, pero bien
podrían aplicarse a toda una postura, una filosofía de vida, que fue malinterpretada por gran parte
de la sociedad.
Entonces la banda más de una vez ha intentado dar explicaciones..., sin demasiado éxito. Hasta
ahora nadie pudo -y posiblemente nadie lo logre en el futuro- , romper con el mito. Porque, aunque
muchos se rasguen las vestiduras tratando de demostrar lo contrario, mucho de lo que se ha ido
generando durante estos últimos veinte años en torno a Los Redondos es simplemente eso: un
mito, parte del imaginario popular, ideas distorsionadas que desde el desconocimiento buscan
explicar comportamientos , acciones y actitudes , en su mayoría victimas de la incomprensión.
El ejemplo puntual de la negativa ante el requerimiento de las fotos para una revista de tirada
masiva tampoco es azaroso dentro de este planteamiento –un buen ejemplo es la memorable
entrevista que les fue realizada en 1985 por la revista “Humor”, en la que se podía ver al Indio en
una de las fotos junto a Skay y la “negra” Poly sosteniendo un cartel con la frase “en contra”,
dejando en claro explícitamente cuál era la posición de la banda al respecto-, mas bien se podría
identificar como uno de sus puntos centrales , ya que tiene que ver lisa y llanamente con la
cuestión de la exposición: el mostrarse, dejarse ver, vender la propia imagen, lo que en algún
punto implica ceder parte de la intimidad para que a su vez ésta pase a formar parte del ámbito
privado de otros miles.
Entonces tampoco es casual que históricamente también se hayan negado rotundamente a
aparecer en televisión. Aquí se encuentra sin dudas una de las actitudes que mayor controversia y
malentendidos les ha traído. La banda siempre mantuvo una relación un tanto tirante y escéptica
con la prensa -al menos con buena parte de ella- , aunque a medida que su popularidad fue
creciendo, también fueron flexibilizando un poco su postura. En los ’90, década de la explosión
mediática, unos Redondos un poco ya más maduros, fueron entendiendo y tolerando algunas
reglas del juego, en una suerte de negociación en la que bajaron un poco la guardia y fueron
aprendiendo a aceptar ciertos beneficios (por ejemplo su disco doble de 1993 “Lobo
Suelto/Cordero Atado” fue presentado al público en exclusividad por FM “HIT”). Pero hubo un
aspecto en el que se mantuvieron intransigentes: jamás dieron una nota para televisión. La única
excepción fue en 1996 cuando desde un hotel en O lavarría el grupo a pleno brindó una
conferencia de prensa para los medios nacionales para exponer su punto de vista frente a la
decisión del intendente local de cancelar los shows que tenían programados en la ciudad (otro
excelente ejemplo de manejo que hacían de los medios según sus propias necesidades).
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El punto es que nada de esto tiene que ver con cuestiones ideológicas anti stablishment, como
muchos pueden suponer. Eran una banda con un promedio de edad muy superior al del resto de
las bandas de rock que les fueron contemporáneas y con un pasado completamente diferente, que
les dio una perspectiva sobre la vida difícil de comprender para la generación ulterior,
desmembrada cultural y materialmente bajo las garras del menemismo.
La independencia, el “no transar” con las corporaciones , el rechazo a aparecer en televisión… En
una sociedad que se desintegraba, la integridad de Los Redondos adquirió un valor
sobredimensionado ante los ojos del público
Las drogas, las experiencias comunitarias, la renuncia a lo material en pos del enriquecimiento del
espíritu, la idea de la revolución a través del rock; eran tipos con una visión diferente de la vida,
artistas en el sentido más puro –y más peligroso- de la palabra… Posiblemente la única banda que
en los ’80 y ’90 realmente provino de la “cultura rock”.
Ignacio Rodriguez
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