Belleza y responsabilidad profesional

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Revista SIDEME. Número 9. Julio-Septiembre, 2011
BELLEZA Y RESPONSABILIDAD PROFESIONAL: ¿UNA CUESTIÓN MÉDICA?
Negre Muñoz MC*
Gil Pitarch P **
* médico forense, profesora asociada de medicina legal
** Profesor colaborador
Unidad Docente de Medicina Legal y Forense
Universitat de València.E.G.
Dirección de contacto: carmen.negre@uv.es
RESUMEN
En nuestra sociedad es frecuente que se planteen denuncias-querellas por mala
praxis en la aplicación de tratamientos de belleza. Esto sucede cuando se produce
un resultado lesivo no esperado por la persona que se ha sometido al tratamiento.
En la fase de instrucción, se solicita al médico forense que se pronuncie sobre la
adecuación o no del tratamiento. No se está ante un acto médico lo cual genera
conflicto pericial.
PALABRAS CLAVE:
Perito médico, responsabilidad profesional, estética.
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BELLEZA Y RESPONSABILIDAD PROFESIONAL: ¿UNA CUESTIÓN MÉDICA?
1. INTRODUCCIÓN
La belleza es, según la RAE de la Lengua, la propiedad de las cosas que
hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la
naturaleza y en las obras literarias y artísticas.
¿Quien no aspira a ser amado, a producir ese deleite espiritual en el
congénere? Cada individuo, según la sociedad en la que se encuentra y los valores
de la misma, tiene unos cánones de belleza. No vamos a entrar en ellos, pero
queremos decir que en nuestro entorno la belleza exterior, la apariencia física está
muy valorada. Se da un verdadero culto al cuerpo.
Este cuidado corporal puede considerarse parte del concepto más amplio de
salud; un cuerpo descuidado puede significar enfermedad; pero no todos los
cuidados corporales necesariamente implican una actividad saludable o tienen como
objetivo la salud. La mayor parte de las veces su motivación es meramente estética,
aunque de forma indirecta produce bienestar en la persona.
Por este motivo pensamos que la mayoría de actividades de belleza/estética
corporal y facial no pueden ser consideradas tratamientos médicos o actos
sanitarios.
Por otra parte, el ciudadano actual es una persona exigente, que ejerce sus
derechos y que pide responsabilidad cuando cree conculcados éstos, sea en el
ámbito estrictamente privado o público. Pensamos que el hedonismo y el
mercantilismo de nuestra sociedad, que explican el aumento de demandas contra
médicos (1) también influyen en el aumento en general de los casos en que se exige
responsabilidad profesional. Una herramienta sencilla es precisamente interponer
denuncia-querella contra el profesional que ha prestado sus servicios.
Así, cada vez es más frecuente encontrar casos en los que se pide al médico
forense que se pronuncie sobre si ha habido “mala praxis”, “responsabilidad” al
aplicar un/a esteticista determinado tratamiento corporal o una peluquera un
determinado tinte, por ejemplo.
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Creemos que esto se debe por una parte al uso de la palabra tratamiento, que
en el imaginario conduce a la actividad sanitaria, por otra, al hecho de que exista
una actividad médica dedicada precisamente a estética y por otra, a la peculiar
organización de la medicina forense en España, con unos peritos médicos oficiales
cercanos al órgano instructor, que suele solicitarles la valoración de cualquier
actividad directa o indirectamente relacionada con el cuerpo.
Sin embargo, discutimos que sea éste el perito adecuado en estos casos.
2. El CONFLICTO
El conflicto surge cuando se solicita al perito médico, en concreto al médico
forense, generalmente en la fase de instrucción de un procedimiento penal, que
emita un informe pericial sobre una posible mala praxis por parte de un profesional
dedicado a la estética.
Resulta necesario tratar someramente qué se considera tratamiento de
belleza y cosmética, tratamientos estéticos y qué profesionales pueden llevarlos a
cabo, para comprender el conflicto pericial.
2.1. TIPOS DE TRATAMIENTOS DE BELLEZA
Resulta muy difícil para una persona ajena al entorno profesional de la
belleza-estética, llegar a conocer todos los procedimientos, técnicas, productos
cosméticos, que hay en el mercado. La industria cosmética mueve millones de euros
anuales, de hecho parece que la crisis no afecta a este sector (2).
Para los objetivos de este artículo diferenciamos tratamientos de belleza, que
pueden ser aplicados por personal no sanitario y se realizan habitualmente en
salones de belleza y tratamientos de cirugía estética, que se llevan a cabo en
clínicas por médicos.
1.Tratamientos de belleza
Un Técnico Superior en Estética Integral y Bienestar (3) puede realizar:
- Estética hidrotermal.
- Depilación
- Masaje estético.
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- Drenaje estético y técnicas por presión.
- Micropigmentación.
- Dermoestética.
- Cosmética aplicada.
- Tratamientos estéticos integrales.
Los técnicos en estética y belleza, es decir, quienes hayan cursado el Grado
medio de formación profesional (4) podrán realizar:
- Técnicas de higiene facial y corporal.
- Maquillaje.
- Depilación mecánica y decoloración del vello.
- Estética de manos y pies.
- Técnicas de uñas artificiales.
- Análisis estético.
- Actividades en cabina de estética.
- Uso de Cosmetología para estética y belleza.
Estos tratamientos de belleza y los cosméticos no están exentos de riesgos.
De hecho recientemente la Agencia Española del Medicamento y Productos
Sanitarios ha retirado dos cosméticos usados para despigmentar, por tener una
sustancia farmacológicamente activa que determina que sean considerados
medicamentos y no cosméticos. (5)
2. Entre los tratamientos propios de la cirugía estética podemos encontrar los
siguientes:
- Cirugía facial: blefaroplastia, otoplastia, rinoplastia, mentoplastia, lifting.
- Cirugía mamaria: mamoplastias, mamopexias, intervenciones reparadoras
de areolas y pezones.
- Implantes cabello.
- Cirugía abdominal (tratamiento de exceso de piel y grasa abdominales)
- Lipoescultura, liposucción, cirugía de la celulitis.
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- Dermabrasión.
- Uso de láser.
- Así como técnicas no quirúrgicas: microdermoabrasión,Toxina botulínica,
peeling medios o profundos.
2.2. EJERCICIO PROFESIONAL
Los tratamientos de belleza y cosmética se pueden aplicar por distintos
profesionales. En nuestro país la formación profesional de Grado Superior y de
Grado Medio en estética, se incluye en la familia profesional de imagen personal y
no en el área sanitaria. Por lo cual, las actuaciones de estos profesionales no se
consideran sanitarias y los usuarios son clientes y no pacientes.
Para poder aplicar este tipo de tratamientos es exigible disponer de la
adecuada cualificación profesional (Ley 5/2002 artículo 7.3) (6), entendida ésta como
el conjunto de competencias profesionales con significación para el empleo que
pueden ser adquiridas mediante formación modular u otros tipos de formación y a
través de la experiencia. Pero no siempre es exigible esta cualificación, sino que es
suficiente tener competencia profesional, es decir, disponer de conocimientos y
capacidades que permitan el ejercicio de la actividad profesional conforme a las
exigencias de la producción y el empleo.
Para trabajar en un salón de belleza, por tanto, no siempre se exige un título
de formación profesional, que sería lo deseable.
Los tratamientos de cirugía estética deben ser aplicados por especialistas en
Cirugía Plástica, Reparadora y Estética; si bien las peculiares características de esta
rama de la medicina determina que otros especialistas y médicos puedan llevar a
cabo técnicas estéticas, como es el caso de dermatólogos, otorrinolaringólogos,
cirujanos, entre otros. Así, las actuaciones de estos profesionales constituyen actos
médicos y los usuarios son pacientes. Se deben cumplir, por tanto, las normas
sanitarias vigentes.
Son requisitos para aplicar estos tratamientos médicos (7, 8):
- Estar en posesión del título exigido, que como se ha dicho anteriormente
puede ser el de Especialista en Cirugía plástica, estética y reparadora (9), pero
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también el de otras especialidades afines, incluso el título de Licenciado en medicina
y cirugía.
- Estar inscrito en el correspondiente colegio de médicos.
- Cumplir las obligaciones administrativas, entre las que destacamos la Ley de
ordenación de las profesiones sanitarias (10)
- Seguir las normas deontológicas.
2.3. RESPONSABILIDAD PROFESIONAL
Se entiende por responsabilidad, la obligación de responder de nuestros
actos. El hombre debe responder ante su conciencia, ante la sociedad y ante los
poderes públicos. (11)
Este término se usa recientemente en sentido jurídico y significa la obligación
que se impone a toda persona de reparar el perjuicio que se haya ocasionado a un
tercero. (11)
Se habla de responsabilidad profesional cuando dicha obligación deriva de la
actividad profesional. Se define la responsabilidad profesional médica como la
obligación que tienen los médicos de reparar y satisfacer las consecuencias de los
actos, omisiones y errores voluntarios e incluso involuntarios dentro de ciertos
límites, cometidos en el ejercicio de su profesión, (12)
Se considera acto médico, cualquier actividad de investigación, diagnóstico,
prescripción, tratamiento y rehabilitación de la salud y/o de la enfermedad de la
persona (7)
2.4. PRUEBA PERICIAL EN CASOS DE RESPONSABILIDAD PROFESIONAL
Tomando como base el análisis de la responsabilidad médica, (12) se puede
decir, que también para establecer la responsabilidad profesional de esteticistas y
profesionales de la belleza, deben darse los siguientes elementos:
1. Obligación preexistente.
2. Falta o error.
3. Perjuicio ocasionado.
4. Relación de causalidad.
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1.- Obligación preexistente
Está claro que cuando una persona acude a un salón de belleza o a una
peluquería, no firma ningún contrato por los servicios solicitados, pero la obligación
del profesional nace desde el momento en que acepta a la persona como cliente.
Si acude a una clínica, se establece una relación médico-paciente, con todas
las obligaciones que supone para el médico y los deberes y derechos para el
paciente.
2.- Falta o error.
Este es elemento clave de la mala práctica profesional.
Se considera que no se ha obrado de forma correcta, es decir, que se ha
producido una falta profesional, cuando la actuación no se ha ajustado a la lex artis.
Se define ésta como “pautas de actuación exigibles respecto del acto concreto en
que se produce la actuación o intervención profesional y las circunstancias en que
las mismas se desarrollan y tienen lugar, así como respecto de las incidencias
inseparables en el normal actuar profesional” (11)
En el caso de la falta médica, aplicable en los tratamientos de cirugía estética,
el documento básico y fundamental objeto de estudio es la historia clínica. Esta
historia es una exigencia de la Ley de Ordenación de las profesiones sanitarias. Sin
embargo, no se dispone de este elemento en el caso de tratamientos de belleza y
cosmética, por lo cual la pericial, se tendría que fundamentar en las declaraciones
de las partes y testigos.
3.- Perjuicio ocasionado.
No todos los tratamientos de belleza y cosmética son inocuos, aunque la
norma general es que no tienen efectos secundarios permanentes. Esta norma no
es aplicable a determinados productos y técnicas, como por ejemplo la
micropigmentación, los peeling químicos, la depilación por distintas técnicas, etc.
que pueden generar lesiones que suelen ser leves, conocidas y sobre las que se
debe informar a la clientela. Cuando el cliente recibe suficiente información suele
quedar más satisfecho y por tanto, es menos probable que ante un efecto
secundario se sienta mal atendido u objeto de un error.
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Las reclamaciones contra los profesionales de la sanidad en general y los
médicos en particular suelen producirse cuando los resultados son negativos para el
paciente y/o la familia y estos resultados suelen atribuirse a una presunta mala
práctica (13). Lo mismo se puede aplicar a otros campos profesionales como el que
nos ocupa.
4.- Relación de causalidad.
El daño se debe a una mala actuación profesional. Debemos puntualizar que
no se puede hablar de error cuando se han aplicado las normas habituales de la
práctica profesional y se produce un daño, por ejemplo, un efecto secundario. Para
que se incurra en responsabilidad profesional es necesario que la lesión se haya
producido como consecuencia de una mala actuación.
3. DISCUSIÓN
Planteado el conflicto, tal y como se ha dicho al principio, pensamos que el
médico forense no es el perito más adecuado, al menos como único perito, para
informar y auxiliar al órgano instructor en casos de responsabilidad en tratamientos
de belleza.
Esto es así por los siguientes motivos:
1. En primer lugar, por una cuestión de COMPETENCIA-CUALIFICACIÓN
Se consideran peritos, las personas que poseen conocimientos especiales y
cuyo concurso es requerido para ilustrar y asesorar a los jueces o tribunales (14)
El acto pericial (15) está destinado a la investigación de un caso concreto,
conforme a las reglas técnicas y contenidos del título que habilita al perito o su
idoneidad.
Cuando se trata de peritar casos de responsabilidad profesional médica se
discute la preparación del médico forense y de los especialistas en Medicina Legal y
Forense. “Parece que los Jueces y Tribunales comienzan a cuestionar el papel de
los peritos médicos por antonomasia, que no son otros que los Médicos Forenses y
los Médicos Especialistas en Medicina Legal y Forense, anteponiendo las opiniones
de otros Médicos Especialistas en la materia objeto de examen” (1).
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Esto es así porque dados los avances técnicos, las particularidades del
ejercicio de las especialidades médicas, un médico perito dedicado plena y
exclusivamente a la Medicina Legal y Forense, muy difícilmente podría abarcar
todas las subespecialidades con la efectividad deseable y exigible (1). Es necesario
poseer un conocimiento amplio en la materia que se va a peritar, así como conocer
el método médico-legal (ser un buen especialista no equivale a ser un buen perito) y,
en ocasiones, contar con el asesoramiento especializado y una buena revisión
bibliográfica (13)
“La experiencia práctica suficiente en el área, más que la simple cualificación
en una disciplina particular, debe ser preferible en materias que requieren una alta
especialización, ya que el Tribunal más que la respuesta correcta sobre temas
dificultosos y controvertidos, espera que el perito dé una opinión informada a través
de la cual el Tribunal pueda sacar sus propias conclusiones” (16)
Así pues, si se está peritando sobre la corrección en la aplicación de
tratamientos de estética y belleza y no sobre actos médicos (o sanitarios en un
sentido más amplio), el médico forense no posee esos conocimientos especiales
que pretende el órgano que solicita la pericial.
“La incumbencia de la profesionalidad hace a la confiabilidad del dictamen y
su procedencia para el Magistrado, que siempre tiene la posibilidad de solicitar otro
o apartarse fundamentalmente de aquel dictamen”. (15)
El médico forense sí que dispone de los conocimientos y experiencia
necesarios para poder valorar el resultado lesivo, es decir, puede dar los elementos
de juicio necesarios para que el tribunal, si se demuestra que ha existido una mala
actuación profesional, establezca la indemnización correspondiente.
2. En segundo lugar por una cuestión de RESPONSABILIDAD
Como se ha dicho más arriba, los esteticistas y otros profesionales de la
belleza no están obligados a tener una historia, puesto que no son profesiones
sanitarias. Luego, el objeto de la pericial sobre la mala actuación serán las
declaraciones, junto con el reconocimiento de la persona perjudicada, lo que en
realidad es una función del juez (valoración de testificales) y no función
estrictamente del perito médico, quien de, hacerlo, se puede extralimitar en sus
funciones.
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Si se realiza una pericial, basada en intuiciones y no en conocimientos
científicos, puesto que la belleza, las técnicas y tratamientos cosméticos y de belleza
no forman parte de la medicina, se pueden cometer errores e incluso
responsabilidad pericial. En este sentido, compartimos lo expresado en la Revista
SIDEME Nº 8 (17) sobre la necesidad de que en la Administración de Justicia hace
falta la Lex Artis y que los Médicos Forenses deberían tener la suficiente autonomía
para decir a las partes que lo que están pidiendo no puede llegar a tener valor
procesal.
De similar opinión es Aso (16) pues indica, referido al médico forense, que
debemos aceptar aquello que moralmente podemos realizar bien, y declinar lo que,
en justicia, sólo podríamos acometer sesgadamente, aunque supongan dificultades
prácticas.
Por todo lo anterior, si se solicita al médico forense que se pronuncie sobre
una posible malpraxis profesional en un tratamiento de belleza, en el que no ha
participado ningún médico o sanitario, se pueden adoptar dos posiciones:
a) Una basada en un criterio amplio de médico forense.- Se elabora el informe
solicitado, puesto que a pesar de que son técnicas no sanitarias están relacionadas
con la medicina estética y generalmente no son cuestiones complejas. Quienes
mantienen esta posición, defienden que cualquier cuestión biológica-médica puede
ser resuelta por el médico forense.
b) Otra basada en un criterio más restrictivo y exigente de perito médico.- Se
considera que la actividad profesional estética no es una cuestión médica y, por ello,
se deberá indicar a la autoridad judicial o al órgano solicitante:
- que la técnica aplicada no constituye un acto médico o sanitario y, por tanto, no se
dispone de los conocimientos técnicos profesionales para analizar la corrección o no
de dicha técnica.
- que se elabora informe sobre las lesiones.
- que en tanto no se conozca la adecuación o no del tratamiento de belleza, la
relación de causalidad no se puede establecer.
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4. CONCLUSIÓN
La peritación en casos de responsabilidad profesional planteada ante determinadas
actividades de estética-tratamientos de belleza no es una cuestión únicamente
médica, por lo que el perito médico debe centrarse en la valoración del daño
causado y un profesional con los conocimientos y experiencia en la materia, analizar
si la actuación ha sido o no correcta.
GLOSARIO
Acto médico: Cualquier actividad de investigación, diagnóstico, prescripción,
tratamiento y rehabilitación de la salud y/o de la enfermedad de la persona (7)
Belleza: Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite
espiritual.
Cosmética: Arte de aplicar cosméticos.
C o s m é t i c o : Producto que se utiliza para la higiene o belleza del cuerpo,
especialmente del rostro.
Depilación: Arrancar el pelo o el vello o hacerlo desaparecer con el uso de
sustancias o técnicas como láser, luz pulsada, electricidad y de forma mecánica.
Dermabrasión: Procedimiento de alisado de la piel; se considera un procedimiento
quirúrgico de lijado mecánico de las capas superficiales de la piel.
Dermoestética: Incluye el desarrollo de tratamientos estéticos faciales y corporales
de forma general.
Drenaje estético: Eliminación de líquido acumulado mediante masoterapia.
Estética hidrotermal: Uso de las propiedades del agua para tratamientos
corporales. Incluye masaje con agua, talasoterapia, helioterapia, así como baños,
chorros y cataplasmas de distintos elementos mezclados con agua.
Estética: Conjunto de técnicas y tratamientos utilizados para el embellecimiento del
cuerpo.
Esteticista: Persona que profesionalmente presta cuidados de embellecimiento a
sus clientes.
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Maquillaje: Acción de aplicar cosméticos generalmente para mejorar su apariencia.
Masaje estético: Consiste en utilizar maniobras de presión, frotamiento o percusión,
con intensidad adecuada y determinadas regiones del cuerpo, principalmente con
fines estéticos (aplicación y mejorar la acción de cosméticos, por ejemplo) y no con
otros fines como terapéuticos o deportivos.
Microdermabrasión: Proceso más suave que la dermabrasión, es un procedimiento
no químico y tampoco es invasivo y elimina la capa córnea cutánea.
Micropigmentación: Técnica mediante la cual se aplican determinados pigmentos
en la piel proporcionando un “maquillaje o delineado permanente”.
Peeling: Término que significa exfoliar, es decir, eliminación de las capas
superficiales de la epidermis. Se habla de peeling cuando se utilizan métodos
mecánicos o químicos; en este último caso mediante ácidos como el glicólico,
tricloroacético o salícico, entre otros.
Peritos: Personas que poseen conocimientos especiales y cuyo concurso es
requerido para ilustrar y asesorar a los jueces o tribunales. (14)
Responsabilidad: obligación de responder de nuestros actos.
Responsabilidad profesional: Obligación de reparar el daño causado en el curso
de la actividad profesional.
Responsabilidad profesional médica: Obligación que tienen los médicos de
reparar y satisfacer las consecuencias de los actos, omisiones y errores voluntarios
e incluso involuntarios dentro de ciertos límites, cometidos en el ejercicio de su
profesión, (12)
Salón de belleza: Establecimiento donde se presta a los clientes servicios diversos
de peluquería, depilación, manicura, cosmética, etc.
Técnicas de higiene facial y corporal: Incluyen el uso de cosméticos, técnicas de
desmaquillado y descamación (exfoliar) mecánica y química y de las técnicas
manuales o mediante instrumentos (vapor, infrarrojos, pulverizaciones, etc.) más
adecuadas.
BIBLIOGRAFÍA
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