6 bueno el honrado pregonar su honradez. A los perspicaces les he de decir: No es ficticio, compañeros, dentro de mí llevo un herrador metido, pero os digo con toda ciando d, no es el herrador de ayer ni de hoy, con bejámenes, sin dignidad ni aun material, que es la mayor causa de la pérdida de las otras dignidades, ni social, y algunos, bastantes casos, tampoco moral; el herrador que yo llevo dentro (que tío es ficticio en ningún caso) me rebrinca y se subleva (aunque yo trate de contenerlo) a cada paso que doy, y me encuentro con el otro herrador, que es enemigo mortal del que yo llevo dentro, porque aquel representa el retraso, la postergación, la indignidad, la esclavitud, es nuestro mayor dique de contención en nuestras aspiraciones, el que nos hace estar en la postergación, en el vacío, en eso que no tiene contenido ni personalidad en ninguna de las esferas que la humanidad, con su refinada perversidad, tiene establecidas. Mi herrador, el yo... herrador es otro, el de la claridad, el de la luz, el de la dignidad, el que no se deja esclavizar aunque en ese empeño desaparezca, el que no solo no forma dique de contención, sino que sabría romper todos los que se formasen, por los que no saben o no quieren comprender que en el siglo XX, llamado de oro, no puede existir la exolavitud en el trabajo porque es injusto, es inhumano y anticristiano y esto se viene abajo por si solo; porque el mismo yo... herrador tendría que ser respetado por la responsabilidad de sus actos, p i r la personalidad propia que tendría que BOLETÍN DEL HERRADOR reconocérsele. Pero compañeros, es todo lo contrario, domina en número el otro herrador (de quedar espacio describiré infinidad de casos y si no quedarán para otro artículo. A los luchadores (que todos somos impacientes) ós digo que no me he cansado, ni creo he de llegar a cansarme, podré porque los vendábales de la vida me lleven a un plano aparte de la lucha profesional retirarme m a t e rialmente de la lucha, pero espiritual mente, no hay fuerza humana que pueda apartarme de compartir los dolores y alegrías de mis hermanos de cuna profesional, que aunque todos somos culpables de arrastrar una vida tan mísera, si hiciésemos un análisis, encontraríamos que cabe un ateníante a nuestra culpabilidad, si vemos que este germen no hicieron nada nuestros antecesores por atacarlo, ahora que no se precisa ningún análisis, ni cabrá ningún atenuante, si ese germen sigue campando por su respeto y dejamos la hereden nuestros sucesores. A los mejores les digo: Compañeros, aunque yo llegase a desaparecer por defunción o social mente, nunca es más que la sensible pérdida de un compañero; como ser o como un elemento más en la lucha, y más que en la lucha, un número más de conjunto (que no otra cosa soy); pero de eso a que de mí espere una profesión frutos desconocidos hasta ahora, hay un abismo; en mí no hallareis más que una linea y una conducta, hoy, lo mismo que ayer y otro año lo mismo que que hoy; en mí no hallareis más que buena voluntad, i n t e n c i ó n i n m e j o r a b l e y sufrim i e n t o d e v e r el e s t a n c a m i e n t o voluntario. Con esto t e r m i n o las c o n t e s t a c i o n e s a las p r e g u n t a s q u e a ti aves d e v a r i o s a r t í c u l o s he podido e n t r e s a c a r p a r a mí y para algún otro compañero, que si lo c r e e n o p o r t u n o l i a r á n lo q u e y o h a g o , y , l l á g a s e la l u z . . . Mi silencio, c o m p a ñ e r o s , t i e n e sus causas; hubo unos tiempos e n q u e c r e í q u e el o t r o h e r r a d o r q u e yo he d e s c r i t o a n t e r i o r m e n t e , el c o n t r a r i o al mío. h a b í a d e s a p a r e c i d o en g r a n p a r t e y ¡oh! milag r o , en estos n u e v e m e s e s de claus u r a se h a manifestado con el may o r d e s c a r o y ha sido d e s c u b i e r t o de sus m á s r e c ó n d i t o s escondrijos, y me p r o d u j o tal «asco» y me p r o p u s e p a r a mí, s o s t e n e r esto p o r p u r a formula, p e r o con el firme p r o p ó s i t o de e s t i r p a r l o c u e s t e lo q u e cueste..y a e s o voy. L o s h e r r a d o r e s (salvo m u y contad o s casos) son tan egoístas, hay tan poco m á s allá de lo q u e n o sea el vil metal, y el yo q u e esté bien, q u e es imposible h a c e r nad a q u e llame la a t e n c i ó n , y a n t e s de s e g u i r voy a e x p l i c a r la pal a b r a «son», p o r q u e la e m p l e o p o r la d e «somos», m e refiero al q u e e s tá colocado y el q u e n o ' s e a lo q u e yo digo t a m p o c o se m o l e s t a r á , y el q u e se moleste p o r s e r l o m e t i e n e sin n i n g ú n cuidado; p u e d o e m p l e a r la p a l a b r a «son» p o r q u e yo, p o r a h o r a , n o h e l l e g a d o a e s t a r colocado, y n o se si llegase, p e r o a h o r a hace falta verlo, y acaso p o d r í a aseg u r a r q u e no lo sería, y d e s p u é s d e esta explicación v o l v a m o s con el egoísmo; como decía, n o se p r e o c u pan los q u e están bien, d e l q u e p o r la c a u s a q u e sea n o tiene colocación; n o existe la s o l i d a r i d a d m á s q u e u n poco l i t e r a l m e n t e , en la práctica no existe, ni en a s u n t o s de