Los mecanismos serotoninérgicos en la depresión: el uso de la vilazodona ■ El descubrimiento que se dio a mediados del siglo pasa- do sobre los efectos terapéuticos de los medicamentos que hoy se conocen como antidepresivos, permitió un enorme avance en el tratamiento de las enfermedades depresivas y, posteriormente, en el de otro tipo de trastornos. Si bien los antidepresivos tricíclicos (ADTC) y los inhibidores de la MAO (IMAOS) ejercen su mecanismo farmacológico a través de diferentes vías, su efecto final es similar ya que ambos incrementan las concentraciones de neurotransmisores en el espacio sináptico y modifican ulteriormente la sensibilidad funcional de los receptores con lo que impactan en los sistemas de los segundos mensajeros. Sus limitaciones de eficacia así como los efectos colaterales que generan, motivó la búsqueda de nuevas moléculas que pudiesen superar estos aspectos. De esta forma, a partir de 1980 empiezan a surgir nuevos compuestos antidepresivos entre los cuales los primeros en aparecer fueron los inhibidores selectivos de la recaptura de la serotonina (ISRS). Con ellos, si bien no se logró de manera clara mejorar la eficacia, sí se obtuvo una clase de medicamentos más seguros y mejor tolerados que los anteriores. Una década después aparecen los llamados inhibidores duales que en forma simultánea inhiben la recaptura tanto de la serotonina como de la noradrenalina. En un principio se consideró que debido a este efecto doble tendrían una eficacia mayor a la de los ISRS. Sin embargo, con la experiencia en su uso y con los resultados de los estudios de meta-análisis, se ha encontrado que en realidad esta eficacia superior no está demostrada. Más recientemente han surgido variantes de este tipo de medicamentos y una de ellas es la vilazodona. Por sus características farmacológicas particulares este compuesto antidepresivo permite hacer una revisión del mecanismo serotoninérgico involucrado en la etiopatogenia de la depresión. El descubrimiento inicial de los antidepresivos permitió que se postulara la primera hipótesis sobre la etiopatogenia de las enfermedades depresivas: la teoría monoaminérgica. De acuerdo a ella, las depresiones se generan como consecuencia de una deficiencia funcional de monoaminas en las regiones cerebrales encargadas de la regulación de los estados emocionales. De manera particular se le dio prioridad a la neurotransmisión serotoninérgica. Las vías serotoni- Vol. 25, Número 3, Marzo 2014 nérgicas del cerebro parten de los núcleos del rafé e inervan una amplia variedad de regiones del Sistema Nervioso Central. Esta ramificación del sistema de la serotonina la observamos en la figura 1. La serotonina tiene un papel importante en muchas funciones cerebrales, incluyendo la ya mencionada regulación de las emociones, la respuesta fisiológica al miedo, así como la regulación del sueño, del apetito y de la conducta sexual. Las neuronas serotoninérgicas también envían proyecciones al hipocampo, una región en donde se generan nuevas neuronas (neurogénesis) y se producen efectos de neuroplasticidad, mecanismos que se han considerado como participantes en la mejoría de los fenómenos depresivos. La serotonina es un neurotransmisor sintetizado a partir del aminoácido triptófano. Al igual que el triptófano y otros aminoácidos, en condiciones de un pH fisiológico la serotonina contiene una carga positiva y negativa que la hace hidrofílica y limita su capacidad de traspasar las membranas celulares o la barrera hemato-encefálica. Por lo tanto, una vez liberada no permite su difusión reversa hacia las neuronas, lo cual implica que requiera de la participación de una molécula transportadora que lleve a cabo esta función. Por ello, la recaptura de la serotonina se produce con la participación del transportador de la serotonina que es una molécula proteica integrada en la membrana de la neurona pre-sináptica. De esa forma, en condiciones fisiológicas, la serotonina, una vez liberada y tras su interacción con los receptores de las neuronas pre y post-sinápticas, es transportada del espacio sináptico hacia la neurona pre-sináptica de donde se liberó. Ya dentro de la célula, una parte se vuelve a almacenar en las vesículas y otra parte es degradada por acción de la enzima MAO. En el espacio sináptico la serotonina se puede unir a aproximadamente 20 diferentes subtipos de receptores endógenos. A estos receptores se les clasifica en siete diferentes familias con base en su secuencia de aminoácidos, en la respuesta farmacológica y en sus efectos celulares. Además, en las vías serotoninérgicas que se originan en los núcleos del rafé, también se pueden encontrar diferentes subtipos de receptores en las neuronas no serotoninérgicas. Estos receptores se conocen como hetero-receptores. Otros más, particularmente los subtipos 5HT-1A, 1B, 1D y 2B, también se expresan en las neuronas serotoninérgicas pre-sinápticas y se conocen como auto-receptores. Los 1A se expresan básicamente en los cuerpos celulares y en las dendritas y regulan a la serotonina por medio de la actividad de los potenciales de acción. Los 1B se expresan en las terminales axónicas y regulan la actividad de la serotonina por medio de la inhibición de su síntesis y de su liberación. Finalmente los 2B, a través de su interacción con los 1A, modulan la actividad del transportador. 19 Estriado psicomotor Corteza prefrontal ánimo, suicidio Núcleo accumbens anhedonia Hipotálamo pérdida de peso, insomnio Rafé Amígdala suicidio, ansiedad Hipocampo memoria Núcleos del rafé caudal Toda la serotonina en el sistema nervioso central es producida por las neuronas que se originan en los núcleos del rafé. De ahí proyectan a prácticamente todas las regiones del cerebro. En la figura se destacan aquellas estructuras que están inervadas por neuronas serotoninérgicas y que se considera, participan en la etiopatogenia del trastorno depresivo mayor Figura 1. Vías serotoninérgicas y síntomas depresivos. Existe evidencia de que los receptores 5HT-1A participan en los fenómenos etiológicos de la depresión y en la acción de los antidepresivos. En los deprimidos tanto la expresión como la actividad de estos receptores en los núcleos del rafé, en el hipocampo y en algunas regiones corticales está alterada. Cuando la serotonina se une a estos receptores los activa (igual ocurre con los agonistas parciales o totales) con lo que se genera una inhibición de la liberación de serotonina. Sin embargo se ha demostrado que cuando se prolonga la activación de los receptores, éstos se desensibilizan de tal manera que la inhibición de la liberación del neurotransmisor desaparece. Esto explica el por qué los antidepresivos requieren de un cierto tiempo para lograr su efecto terapéutico. Tanto los inhibidores selectivos de la serotonina como los de la noradrenalina generan en forma inmediata una desactivación del transportador con lo cual se incrementa la concentración de neurotransmisor en la sinapsis; pero al mismo tiempo estimulan a los receptores 1A con lo que se reduce la liberación. No es sino después de varias semanas de tratamiento cuando estos receptores se desensibilizan, que la actividad global de la serotonina se incrementa lo cual coincide con el efecto terapéutico. 20 Es por ello que se ha demostrado que los fármacos que se unen a los auto y hetero-receptores 1 A de la serotonina producen efectos benéficos sobre los síntomas depresivos. Tal es el caso de la buspirona que es un agonista total de los receptores 1 A presinápticos, o el del pindolol que además de ser un bloqueador de receptores adrenérgicos beta es un agonista parcial del receptor 1 A de serotonina. Se ha demostrado que ambos incrementan los efectos de los antidepresivos. Durante un tiempo se consideró que era posible entonces que los agonistas totales o parciales del receptor 1 A de la serotonina fueran buenos fármacos antidepresivos sin los efectos adversos de los inhibidores selectivos. Sin embargo, se ha demostrado que sus efectos en este aspecto son modestos. La vilazodona es un fármaco antidepresivo recientemente aprobado para su uso clínico. Este compuesto es un inhibidor del transportador de la serotonina y al mismo tiempo genera un agonismo parcial sobre los receptores 1A de serotonina. Se considera que este doble mecanismo le confiere un inicio de acción más rápido y reduce los efectos indeseables de estos medicamentos como por ejemplo la disfunción sexual. Su eficacia clínica se ha demostrado Vol. 25, Número 3, Marzo 2014 por un buen número de ensayos clínicos comparativos con otros antidepresivos. El perfil de este antidepresivo puede entonces cubrir varios aspectos de insuficiencia de otros antidepresivos. De manera particular, genera el beneficio de no producir incremento de peso ni disfunción sexual, efectos colaterales de otros antidepresivos que limitan su uso y prescripción. La aparición de nuevos fármacos favorece el Vol. 25, Número 3, Marzo 2014 lograr un mejor tratamiento para muchos pacientes deprimidos y, por otra parte, aporta información para comprender mejor las causas neurobiológicas de esos trastornos. Bibliografía PIERZ KA, THASE ME: A review of vilazodone, serotonin and major depressive disorder. Prim Care Companion CNS Disord, 16:35- 42, 2014. 21