DISFUNCIÓN SEXUAL Y PSICOFÁRMACOS (I). Dr Juan de Dios Molina Martin Hospital Dr R lafora. madrid La disfunción sexual supone cualquier alteración de los procesos fisiológicos o psicológicos propios de las funciones sexuales. Se trata de un concepto complejo que incluye múltiples alteraciones, tales como la disminución del deseo sexual, la inhibición de la excitación sexual, la ausencia de orgasmo, alteraciones de la eyaculación o el dolor durante el coito. Las posibles causas de disfunción sexual incluyen factores psicológicos y alteraciones físicas1. Dentro de las causas de disfunción sexual esta el uso de diferentes medicamentos, que pueden actuar sobre el sistema neuroendocrino en el sistema nervioso central, o a través del control neurovascular local, fundamentalmente en el músculo liso de los cuerpos cavernosos del pene. Los fármacos psicotrópicos, sobre todo los antidepresivos y los antipsicóticos, con gran frecuencia tienen un efecto negativo sobre la función sexual. Estos fármacos actúan sobre los neurotransmisores y hormonas que en el sistema nervioso central regulan la actividad sexual, afectando a las vías dependientes de serotonina, noradrenalina y dopamina2. Neurotransmisores y hormonas en el sistema nervioso central. El control de la función sexual en el sistema nervioso central se lleva a cabo por diferentes neurotransmisores (dopamina, norepinefrina, serotonina y oxitocina), así como por hormonas (oxitocina y prolactina). Dentro de estas vías, hay que destacar que los receptores dopaminérgicos y adrenergicos, al ser estimulados favorecerían la función sexual, mientras que la activación de los receptores serotoninérgicos la inhiben. Las principales funciones de los neurotransmisores y hormonas son: Dopamina: Se han caracterizado 5 tipos de receptores dopaminérgicos, estando implicados en la función sexual los subtipos D1 y D2, ya que su activación incrementa el deseo sexual y produce la erección. En animales de experimentación, si se produce una estimulación dopaminérgica a niveles bajos, a través del receptor D1 se produce la erección, y si incrementamos la estimulación se activan los receptores D2, dando lugar a la eyaculación3. De esta forma, los agonistas dopaminergicos (apomorfina o pergolida) y los inhibidores de la recaptación de dopamina (nomifensina o bupropionona) mejorarían la función sexual, mientras que los antagonistas dopaminérgicos de acción central darían lugar a disfunción sexual2. Serotonina: La serotonina puede tener un efecto inhibidor sobre la función sexual, aunque dependiendo del tipo de receptor que estimule, inhiben o facilitan las relaciones sexuales. Así pues, mediante la administración de agonistas selectivos y antagonistas, podemos establecer diferentes acciones de los receptores4: - Los agonistas del receptor 1A inhiben la actividad eréctil pero facilitan la eyaculación. - La estimulación de los receptores 2C provoca la erección. - Los agonistas de los receptores 2 inhiben la erección pero facilitan la emisión seminal y la eyaculación. La serotonina, también produce un aumento en la secreción de oxitocina al estimularse de los receptores 2, y una inhibición de los reflejos sexuales en la médula espinal. Se trata por tanto, de un neurotransmisor con efectos generalmente inhibidores sobre la función sexual, produciéndose una disminución de la libido en aquellos pacientes que toman agentes serotoninérgicos, al tiempo que aquellos fármacos que suprimen la acción de estas neuronas la mejorarían2. Norepinefrina: La transmisión central de norepinefrina parece tener un efecto estimulador de la función sexual, demostrándose una inhibición de la conducta sexual con la administración de clonidina (agonista de los receptores alfa-2-adrenérgicos), mientras que la yohimbina (antagonista de los receptores alfa-2-adrenérgicos), mejoraría la actividad sexual5. Opioides: Se sabe que los opioides endógenos influyen en la función sexual, pero su mecanismo de acción no es conocido. En animales de experimentación, la inyección de morfina a bajas dosis en el área preóptica incrementa la actividad sexual, pero si se incrementa la dosis, se inhibe la erección inducida por oxitocina o apomorfina, lo que sugiere que los opioides endógenos inhiben la acción de la oxitocina6. Oxitocina: Se trata de una hormona secretada por la hipófisis, que facilitaría la actividad sexual. Así pues, se ha demostrado que los niveles séricos de esta hormona aumentan durante las relaciones sexuales, produciendo erección2. Prolactina: Inhibe la actividad sexual mediante la supresión de la actividad dopaminérgica localizada en el núcleo preóptico, así como disminuyendo los niveles séricos de testosterona. Además, puede tener efectos directos sobre la erección, ya que actúa sobre la contractilidad del músculo liso de los cuerpos cavernosos del pene7.