Bueno, pues a Patxi lo conocí en una mani antinuclear, una marcha de esas a Torrejón, yankies go home y todo el rollo. Una Compostela roja de esas que todavía montamos de vez en cuando. Oro. Ya pocas, ¿eh?. ¡La Edad de Oro! Ha pasado la Edad de ¡Jo, macho, dices eso y si no te llaman directamente cursi el mundo piensa que estás hablando de billetes de autobús para jubilados!. A ver quien se imagina que estás hablando de las manifestaciones contra Franco, carreras, grises, porrazos, mangueras... ¡Macho, es que entonces te jugabas un par de cates pero de los de aupa! ¡Y si te pillaban ni te digo! En Moncloa se inventó el cross con esquina y poco faltó para que se convirtiese en especialidad olímpica. ¡Ay, aquella ilusión, aquel empuje, aquella rabia! Volvías a casa y ¡joder!, te sentías justificado a pesar de no ser un obrerete. Era un cansancio cómo el de pasarse el día poniendo ladrillos en el andamio- que era lo que contaba según Marx. Ahora nada, tíos, te duelen los pies y punto. pediluvio. A quitarse los calcos y tomar un Bueno, en fin, que no, no sé si me entienden. Además ahora está claro que los rusos son todos unos hijos de puta y la Revolución un camelo. es gerundio: Resumiendo que con veinte tacos en Moncloa no es lo mismo que con cuarenta en la Nacional II. Ahí conocí a Patxi. de las de verdad. ¿Me siguen? En la Nacional II. Una mani gorda, Monstruo la mani aquella, memorable. En primera fila, cómo corresponde, los números uno: actores, Sindicato, Universidad...algún un par de jetas con la pancarta. conocimiento. notables. espontáneo...y Digo jetas con Tras la fiesta acostumbran a sablear a los Es lo canónico, cómo los maletillas sablean a los toreros: Spain is different, ya se sabe. Y a continuación la basca, el alud, el pueblo soberano. 1 O la ciudadanía cómo dicen ahora los tecnócratas de la democracia. Sin duda para eso, para desactivar lo de pueblo soberano que les suena a quema de conventos y a Reforma Agraria. Sigamos que me pierde la erudición. Estábamos en la mani con Patxi, la ciudadanía, etc, camino de Torrejón. Primero los notables de la tribu, los caciques y a los lados la pasma guardando la carrera con ojos de halcón y garras en las culatas. glorioso. La misma cara de aquel ayer Me parecia estar oyéndoles gritar: uno y con el documento en la boca”. son ellos los que no han cambiado. en la jaula. “ de un en Digan lo que digan Están cómo la rehala Esperando a que abran la puerta para salir de estampida y hacernos filete tártaro. Y en el medio, nosotros, El Gran Desfile, el populacho soez que no sabe de que va y se apunta a todo. Ah, y los de la tele a toda pastilla, moviendo el culo de aquí para allá cómo si llevasen un plano de retraso. ¡Para lo que les sirve...! Se lo cortan luego todo en el Pirulí. es un corte y no el del helado! ¡Eso Anda que allí, Loius B. Mayer, Skouras, Thalberg y demás tiranos de Hollywood serían querubines comparados con el Dire de Programación. Tíos, en TVE tienen un departamento de Corte y Confección de campeonato. Antes con Franco tapaban el escote a las señoras. Pero ahora es otra dimensión, otra historia. el baranda y larga: “Mariano, el botón”. Va Y Mariano, el pringadete, aprieta la cosa electrónica y diez mil que desaparecen sin dejar rastro. Y otro botonazo, y ¡zas! el cabo con cara de nazi a freir puñetas. Etc. Pero eso sí, que se olviden de sacar a algún prócer y lo llevan claro. ¿Has oído hablar del Gulag, hermano? Pues allí andaba yo de jubileo, y cómo Domingo que era con el párpado caído. Había sido un Sábado feroz de Lavapies, paisana y priva, una gloria de noche. 2 Y de amanecer. Sol, cazalla y chocolate con churros viendo salir el sol sobre palacios y jardines desde la calle Bailén. ¡Ay aquellas madrugadas! La kermesse a tope y yo enterándome a poquitos puro zombie que iba. de lo Eso sí, las pibas monísimas que pegaban saltos y cantaban por mi zona las tenía controladas. Ahora que cantar, lo que se dice cantar, lo que les cantaba era el material , un tetamen en su sitio, sin sujetador evidentemente, eran hijas de su tiempo. Marcaban un compás que ríete tu de Mozart y Beethoven. Aunque yo lo veía todo de reojo porque me estaba quitando el sueño-literal-un crío con pancarta que tenia al lado. Lo llevaba a hombros un tipo barbudo y con gafas, un padre por definición, un rojeras obsesivo, el mismísimo retrato robot. Lo de los niños hay que explicarlo. El niño es un ser destructivo por naturaleza y a una de estas te mete la bandera roja por el arco superciliar y te deja tuerto. O se le cae de punta y te lleva por delante los atributos. Nada, yo con los críos un respeto. te cuento. Y en las manis ya ni Máxima cautela. Ese era mi cuadrante. Familia por el otro. Las nenas por un lado y la Sagrada Una mani es cómo una lotería. Te puede tocar de todo pero generalmente el gordo suele ser para otro y a ti lo que te toca es pagar el décimo. Depende sobre todo de quien te pongan al lado. Y aquello iba por mal camino. En estas estaba, en la cosa del negro presagio, cuando un tiarrón cuadrado, un macizo de dos metros con pinta de machaca me pasa una bota. Pego un trago, gracias tron. ¿Gracias?- se mosquea el angelito. ¡Joder!-digo yo- ¡Vasqueta pues! él. No se dan- y gruñe. ¿Se nota mucho?-dice ¿Por la txapela?- y se toca la boina. hombre. Por todo-le contesto. 3 Qué dices, Tienes más acento que un aña que tuvimos de Lekeitio (pura invención). Y con esa nariz y ese cogote podian haberte sacado de perfil en un cuadro de Arteta. El tío se ríe. un soplido. Menos mal. Si le da sería me desnuca de ¡Qué personaje¡ ¡Qué ardor, qué donosura! Un Hércules de los de Julio Romano. respiro. No se daba un Se manifestaba cómo si estuviese construyendo el Metro de Moscú en los años veinte. un puro. Un stajanovista, Coreaba consignas, cantaba, dirigía el coro de improperios, organizaba el tráfico...un cíclope. digo? Un San Ignacio- que es peor. adivinaba en aquel hombre! un paseíllo con el crío. nostalgia. gusto. ¿Qué ¡Ah, qué fe se El no estaba allí para darse Ni para castigarse la Ni para codearse con los colegas y sentirse a Le iba la marcha. La antiimperialista, quiero decir, la de Torrejón, bueno, todas. El hombre orquesta, el sueño de un Lenin joven. Yo llegué muerto. Directamente. Él, hecho una rosa. Según parece en su pueblo subía al monte todos los Domingos. Es una explicación cómo otra cualquiera. Korrikolari, mendigochale o algo así, no se qué hostia de deporte vasco. Rural, claro. Bien, Patxi me perdona la impertinencia de “rural”, mira en torno suyo cómo si se propusiese aterrizar más que sentarse, aparta a las pibas incautas con unos manotazos ad hoc y posa en tierra su vasta humanidad. Sin prisas, quiero decir. Con un pathos mayestático el gigante explora su macuto, lo revuelve con delicadeza y va posando objetos sobre el césped. Absorto, iluminado, cómo un San Juan de la Cruz del papeo. Me tiende una servilleta de papel y un vaso de plástico. Alucino. ¿Será gay? ¿Qué es esto, un picnic? Patxi ni contesta. Está en su Olimpo y todavia no le han robado el fuego. ¡Oh cielos, qué Jupiter narigudo! 4 ¡Rioja del 70! ¡Pimientos verdes pequeñitos, de esos que comía yo en verano en San Sebastian cuando era crío! horno. Y pan de Y filetes albardados (perdón por el localismo. Ellos los llaman así por allá arriba, fritos con harina y huevo.) Y tortilla de bacalao con hongos. pata negra. Y jamón de Y chorizo frito de caserío...en cantidades sobrenaturales, en fin, para mí, hecho al té con leche por pura vagancia, unas bodas de Canaá. ¡Qué viaje, qué excelso colocón! Un papeo de príncipes y un discurso por mi parte de los de aquí te espero. saga. Una Aquellos veranos en la Casa Grande cómo la llamábamos los niños...aquellas noches de verano con las sábanas húmedas...aquella ciudad siempre vista desde lo alto y siempre guateada e inmóvil...aquel mar de piedra azul, de galernas imprevistas...No había vuelto a comer así desde mis veranos en San Sebastian. Y creía que lo estaba pensando y qué va, se lo estaba contando al Patxi aquel de los cojones, al morrosko: yo con tal de hablar cualquier cosa. Patxi me miraba con ojos tiernos. Se conoce que le conmovía mi historia de veraneos infantiles. Euskadi/Walt Disney, ya saben. Para hacer llorar a las piedras. El gigante se iba emocionando con eso del recuerdo de la Patria (por decir algo) así que le corté la lágrima con un puñadete de paisana. Patxi, al tanto del protocolo, lió un peta duro cómo un sarmiento. ¡Buah qué buena!dice. De esta no pillo en Euskadi. ¿Me consigues algo? Si hombre, garantizo yo, la que quieras. Y nos lo fumamos tan contentos a la salú del Congreso, de Jefferson, del Capitolio y demás mafia. por ellos no nos hubiésemos hecho intis. 5 Porque de no ser